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APUNTES PARA UNA BIBLIOTECA
DE
ESCRITORAS ESPAÑOLAS
APUNTES PARA UNA BIBLIOTECA
DE
ESCRITORAS ESPAÑOLAS
DESDE EL AÑO 1401 AL 1833
POR
MANUEL SERRANO Y SANZ
OBRA PREMIADA POR LA BIBLIOTECA NACIONAL EN EL CONCURSO PUBLICO DE 1 898
É IMPRESA Á EXPENSAS DEL ESTADO
TOIwIO II
MADRID
TIPOGRAFÍA DE LA «REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS»
Calle de Olid, número 8.
MCMV
L
LABORDA (María de).
Conocida en el teatro con el nombre de
Margarita de Castro.
María de la Gorda es llamada en el ma-
nuscrito que citaremos; pero á nuestro pare-
cer esto es una equivocación, pues no cono-
cemos el apellido Gorda. Fué actriz, según
ella misma declara, y vivió á últimos del
siglo XVIII y principios del xix. Ignoramos
si fué hermana de Francisca Laborda, na-
tural de Carabanchel de Abajo é hija de
Valentín Laborda; trabajó en el teatro du-
rante los años 1775 á 1804. Otra hermana
de ésta, Ventura Laborda, también cómica,
casó con Francisco Baus, padre de D." Joa-
quina Baus y abuelo del inmortal autor
dramático D. Manuel Tamayo y Baus.
Conf. Don Ramón de la Crui y sus obras.
Ensayo biográfico y bibliográfico, por Emi-
lio Cotarelo y Mori. — ^^Madrid: Imprenta de
José Perales y Martínez, 1899.
Págs. 534 y 535.
En el teatro de Villanueva de los Infantes
trabajaba en el año 1773, como dama cuar-
ta, María Laborda (i).
(1) Archivo Histórico Nacional. Teatro. Leg. 4.°
I. — Comedia en prosa en cinco actos,
compuesta por María de la Gorda Bachiller;
actriz que fué bajo el nombre de Margarita
de Castro. La dama misterio, Capitán ma-
rino.
Manuscrito con algunas enmiendas; letra
del siglo xviii; 75 hojas útiles en 4.°
Biblioteca Municipal de Madrid, 1-107M4.
En esta comedia se propuso su autora de-
mostrar cómo una mujer puede rivalizar
con cualquier hombre en valor y sagacidad,
y recuperar con sus loables acciones el ho-
nor perdido por una debilidad pasajera. Es
muy probable que no sea original la obra y
sí arreglo de alguna extranjera. La acción
pasa en Inglaterra, y los personajes todos
como la protagonista Rebeca Wesfield y su
hermano el Conde Wesfield, son ingleses.
A la conclusión dice Rebeca:
Conozcan todos que una mujer sabe ejercer el
valor y cursar las ciencias con los may^es pro-
gresos, cuando aspira á colocar su nombre en el
glorioso templo de la Fama.
En el prólogo dice la autora:
Cuando me propuse dilatar con la pluma una
parte de las muchas 4¿eas que animan mi cora-
zón, se aparecieron á mi mente dos formidables
monstruos que con semblante aterrador intenta-
— 2 —
ron confundirme; eran la sátira y el desprecio;
mas yo les dije con serena frente: no temo vues-
tros golpes, que darán en vago ¿á quién se dirigen?
á una débil mujer confundida en el profundo abis-
mo de la obscuridad, que no compone el más leve
átomo del globo literario; yo no escribo por va-
nidad; sigo los impulsos del eterno ser que le plu-
go formar mi alma un ente racional adornado del
admirable don de la palabra, por cuyo medio dis-
fruta y comunica los placeres que hacen amable
la existencia; yo cumplo su voluntad practicando
tan singular prerrogativa ¿podré temer vuestros
furores cuando me mueve tan soberana causa?
En efecto, tal fué el pensamiento que me movió
á componer mi drama cómico bajo el título de
La dama misterio, capitán marino; como el alma
produce las ideas, sin distinción de sexos, nos pre-
sentan las historias algunas mujeres que han
competido en ingenio y valor con ios hombres
más memorables; pero el Supremo Hacedor que
las destinó principalmente al grande objeto de
propagar la especie humana, dispuso sabiamente
que la naturaleza las embelesara con el encanto
que las ocasiona el fruto de su fecundidad, y su-
mergidas en el golfo de sus inocentes caricias, de-
jan al hombre el cuidado de cultivar sus talentos
para desplegarlos después en fortificar la cadena
de la sociedad.
Después añade:
Me parece necesario advertir que este mi primer
ensayo sólo es una mera distracción de mis peno-
sas tareas; mi ocupación, estado y fortuna, no me
permiten perfeccionarle con mis cortos conoci-
mientos; no he tenido en él más objeto que ador-
mecer la memoria de mis pasadas desgracias,
manifestando al mismo tiempo que las damas es-
pañolas, entre las gracias de Venus, saben tributar
holocaustos á Minerva. Dichosa yo si logro que
estimuladas de mi ejemplo, abandonen una de las
muchas horas que pierden sin fruto, y traten de
emplearla en corregir mi obra con otras más dig-
nas de atención. ¡Cuánto seria mi placer si llegase
á verlas tan amantes de la Literatura, como son
de las modas extranjerasl
LA CERDA (D.*^ Elena de).
Natural de Sevilla. Casó con D. Joaquín
de Masaganes y residió en Méjico, siendo
aquél Gobernador de Tlaxcala. Habiendo
muerto allí su esposo volvió á Sevilla. A su
casa concurrían varios literatos, como eran
D. Fernando Ropiscatín, D. Francisco de la
Torre, D. Vicente de la Aldea y Benedicto,
D. Antonio Martínez de Araujo, D. Juan de
Espina y D. Bartolomé Mostrenco. Sus con-
temporáneos la llaman «señora tan conocida
por su hermosura y nobleza, como aplaudi-
da por sus crecidos talentos, circunstancias
que la constituyen perfecta». Cierta noche
propuso á sus amigos la cuestión de quién
llevaba razón en sus opiniones, si Heráclito
ó Demócrito, y acordaron dar cada uno su
opinión en verso, anunciándose el certa-
men, para que diese su parecer quien qui-
siera.
2. — Détima de mi Señora Doña Elena de
la Cerda, que se fixó en los sitios públicos
de esta ciudad de Sevilla.
Dos filósofos nos daba...
Disertación poética, que de una conversa-
ción casual resultó sobre el antiguo proble-
ma de los fundamentos de Heráclito y Demó'
crito en sus contrarios efectos, tratada por
parios ingenios de esta ciudad de Sevilla, y
de otras, cuyas poesías se ponen aguí del
mismo modo, y en la propia conformidad
que se han ido exhibiendopor sus respectivos
authores. Saca á lu!{ esta discreta miscelánea
la curiosidad de D. Antonio Martines de
Araujo. — En Sevilla: En la imprenta de
D. Bartholomé Navarro. S. A.
22 páginas en 4." más dos hojas de preli-
minares.
LA CERDA (D.'^ xMariana de).
Hay unas coplas suyas en un manuscrito
del Museo Británico. Letra del siglo xviii;
folio.
(Add. 28.489).
— 3
LA CERDA (D.''' Mencía de).
Versos en elogio de Albanio Remirez.
La Cru{: por Albanio Remire^ de la Tra-
pera.— En Madrid, por Juan de la Cuesta.
Año 1612.-8."
. LA CERDA Y MONCADA
(D." María Luisa del Rosario de).
. Hija de los Duques de Medinaceli.
Escribió una Gramática castellana, en el
año 1744. Consérvase manuscrita en la bi-
blioteca ducal de Medinaceli.
LA CERDA Y VERA
(D.''' María Cayetana de)
Condesa de Lalaing.
Fué hija de D. Joaquín de la Cerda y
Torquemada, Marqués de la Roca y de la
Mota de Trejo, caballero de Santiago y
mayordomo de los reyes Felipe V, Fernan-
do VI y Carlos III. Su madre, D." María
Guadalupe de Vera, era nieta del Conde de
la Roca. D." María Cayetana perteneció á
la Orden de María Luisa desde el año 1793.
Estuvo casada con D. Bruno de Lalaing,
nacido en Badajoz, caballero de Calatrava,
hijo de D. Lupo de Lalaing, natural de
Gante, Teniente general en el ejército es-
pañol, y de D.* Matías Magdalena de Cala-
sanz, natural de Benabarre. Hizo aquél sus
pruebas para tomar el hábito de Calatrava
en 1768.
3. — Obras de la Marquesa de Lambert,
Traducidas del Francés por Doña María
Cayetana de la Cerda y Vera, Condesa de
Lalaing.— Madrid. En la Oficina de D. Ma-
nuel Martín. MDCCLXXXI.
En 4.*, 263 pág., mas cuatro hoj. de pre-
liminares.
Portada. V." en blanco. A la Serenissima se-
ñora D.* Luisa de Borbón, Princesa de Asturias,
la Condesa de Lalaing. — Prólogo. — Tabla de los
Tratados. — Texto.
Contiene varios opúsculos morales, cua-
les son! Tratado de la amistad; Reflexiones
sobre las riquei{as; Discurso sobre el dicta-
men de una señora que creía que el amor con-
venía á las mujeres aun cuando ya no eran
jóvenes, y otros.
En el Archivo Histórico Nacional hemos
visto los siguientes documentos referentes
á este libro:
r
Muí señor mío: He recibido la Traducción de
las obras de ALe Lambert, hecha por la Conde-
sa de Lalaing, que v. m. me remite de orden del
Consejo para su censura, y quedo en desempe-
ñar esta comisión inmediatamente.
Asi podrá v. m. hacerlo presente al Consejo, y
honrarme con sus preceptos, mientras pido á Dios
guarde á v. m. muchos años como deseo. Madrid
á 28 de Mayo de 1781.
B. L. M. de V. m.
Su mayor y más seguro servidor,
Tomás de Yriarte»
Sr. D. Pedro Escolano de Arrieta.
II
M. P. S.
De orden de V. A. he leído la traducción de va-
rias obras de M.e Lambert, que ha hecho la
Condesa de Lalaing; y por lo que pertenece á la
substancia de este libro, hallo que contiene útiles
máximas morales, y. ninguna que se oponga á las
regalías de S. M. Atendiendo á estas dos precisas
circunstancias, me parece será propio de la benig-
nidad de V. A. conceder á aquella Señora la satis-
facción que apetece de dar al público su traduc-
ción. Madrid á 4 de Julio de 1781.
Tomás de Triarte.
III
Mui señor mío: Devuelvo á v. m. adjunto t\
manuscrito de la traducción de las obras de M.*^
Lambert, que ha hecho la Condesa de Lalaing, y
^1 original francés. Acompaño la censura que he
formado de este libro, para que haciéndolo v. m.
presente al Consejo, quede por mi parte evacuada
esta comisión.
Me repito á las órdenes de v. m., rogando á
Nuestro Señor le guarde muchos años como
deseo.
Madrid á 4 de Julio de 1781. B. L. M. de v. m.
su mayor y más atento servidor,
Tomás de Triarte.
Sr. D. Pedro Escolano de Arrieta.
(Al margen:) Madrid 6 de Julio de 1781.
Se concede licencia para la impresión en la for-
ma ordinaria.
Fecha licencia en dicho día.
Archivo Histórico Nacional.— Matrícula de impresio-
nes. Legajo 21.
4. — Las Americanas, ó las pruebas de la
Religión por la razón natural, traducidas
por la Condesa de Lalaing.
Habiendo ésta solicitado licencia para pu-
blicar dicha obra, D. Lorenzo Igual de So-
ria dio su parecer á i5 de Marzo de 1791,
manifestando que la obra de Madama Beau-
mont ofrecía algún peligro para los ignoran-
tes,, por examinarse en ella los fundamentos
de la religión únicamente bajo el punto de
vista filosófico; el Consejo aprobó este dic-
tamen y decretó á 17 de Marzo de 1791.
«Escúsese por ahora la impresión de esta obra.»
Herida la Condesa al verse desairada en
su pretensión, recurrió al Consejo, y pre-
sentó un memorial escrito con hiél más que
con tinta; lo copiamos íntegro:
Excmo. señor: La Condesa de Lalaing, en la co-
■ rrespondiente atención y en la debida forma,
A V. E. suplica, que por un efecto de su justi-
cia se sirva contribuir á que la exponente no sufra
un desaire á que está expuesta, y aun ha sufrido
ya por la inconsideración de los que no desempe-
ñan como deben las Comisiones del Consejo. A
instancias de sügeios acreditados por su literatura
y doctrina, se resolvió la exponente á traducir una
obra francesa intitulada: Las Americanas, ó las
pruebas de la Religión por la ra\ón natural, es-
crita por M.e Beaumont, bien conocida en esta
Corte, en donde residió algunos años y donde
mereció la estimación de las personas de la más
alta gerarquía, y entre otros del Excmo. Sr. Du-
que de Yxar, por su extraordinaria instrucción, y
aun mas por su loable conducta y virtud.
Hecha la traducción y asegurada de nuevo por
sugetos inteligentes de la solidez y mérito de la
obra, trató de imprimirla, dedicándola á la Reyna
nuestra señora (que Dios guarde). Presentó al
Consejo la traducción para las licencias necesa-
rias, y para esto el Consejo embió la traducción
á censores que por el corto espacio que tubieron
la obra en su poder, secongetura la vieron preci-
pitadamente, y no solo no usaron con la expo-
nente el oficio de urbanidad que el Consejo en la
instrucción de censores que mandó formar el año
1756, previene se use con cualquier autor cuyas
obras se les remiten de su superior orden á censu-
ra, y es el que el censor trate confidencialmente
con e! autor y de común acuerdo emienden, si
hay que emendar alguna cosa en la obra remiti-
da; sino que dieron una censura vaga é infundada
y aun capciosa, con unos reparos absolutamente
fútiles é insubsistentes. De ello se sirvió el Consejo
dar traslado á la exponente para que diera satis-
facción, como lo hace en el papel separado que
con la obra original y su traducción devuelve al
Consejo.
A V. E. pide que, para evitar que el asunto
vuelva á los mismos ó semejantes censores que
es regular sostengan á todo trance su primer
precipitado dictamen, se sirva mandar quando se
dé quenta al Consejo, que todo este expediente y
negocio se remita al Excmo. Sr. Inquisidor Gene-
ral, cuio dictamen en materia de Religión, que es
el asunto de la obra en question, deberá ser res-
petado de la exponente, de sus censores y de to-
dos. Esta justicia ó gracia espera la exponente del
favor de V. E. cuia vida Dios guarde muchos
años.
Madrid 6 de Octubre de 1791.
En vista de lo suplicado por la Condesa,
el Consejo acordó á i5 de Diciembre del
mismo año remitir el expediente al Vicario
de Madrid para que informase.
Archivo Histórico Nacional.— Matrícula de impresio-
nes. Legajo 31.
— 5 —
LADRÓN DE GUEVARA
(D." Joaquina).
Vecina de Coria, donde falleció en 1790.
5. ^Poesías espirituales y algunos papeles
en prosa para su Confesor.
Manuscrito en 4.**; letra de aquel tiempo;
5oo páginas.
Las poesías son algo menos que media-
nas; los escritos en prosa insignificantes.
Biblioteca de Mr. Archer M. Huntington.
LAFORA (D." María Antonia).
D." María Antonia Lafora, de la Enseñan-
za de la calle de San Antonio, dará las gra-
cias á la Real Sociedad á nombre de las ni-
ñas premiadas en la siguiente canción:
¡Cómo! ¿una vez y otra,
Ilustre Sociedad, orna mi pecho
El signo del honor? ¿No bastó acaso
Que mi mérito escaso
Con un lauro otro tiempo ya premiada,
Que con nueva corona
Aun mas mi gratitud empeñar quieres?
Premios que distribuye la Real Sociedad
Económica de Amigos del País en la ciudad
y reino de Valencia en la Junta Pública de
8 de Diciembre de i83i. — En la oficina de
D. Benito Monfort. — Sin año.
' Págs. 10 á 12.
LA FUENTE (D.* María Antonia de).
6. — Epigrama española [á la muerte de la
Reina D.' Isabel de Borbón.]
Murió por quien la campaña...
Honras de la Serenissima Reina D. Isa-
bel de Borbón Nuestra Señora. Que dedica
a la Católica Magestad del Rey Nuestro Se-
ñor D. Phelipe 11 11 por renombre el Grande
la Coronada Real y Imperial Villa de Ma-
drid. Y escribe el M." loseph Ruík Altable
Presbytero, natural de la misma Real Vi-
lla y su Cronista.
Hemos visto el original en pruebas de im-
prenta. Es un vol. en 4.° con algunas ho-
jas sueltas; lo restante manuscrito.
Biblioteca Nacional.— P. V. 4."
LANAJA Y FRANCÉS (Francisca).
Parienta acaso de los conocidos impreso-
res aragoneses que llevaron este apellido.
7. — Soneto á la muerte del Príncipe
D. Baltasar.
Camipo de guerra, el ánimo valiente...
Obelisco histórico, i honorario que la Im-
perial ciudad de Zaragoi^a erigió a la in-
mortal memoria del Principe D. Baltasar
Carlos. Escrivelo el Doctor luán Francisco
Andrés. En (Jarago^a.— Año MDCXLVl.
Pág. 54.
LANCASTER Y CÁRDENAS
(D.* María Guadalupe)
Fué hija de D. Jorge de Lancaster, Du-
que de Aveiro, y D." Ana María de Cárde-
nas, Duquesa de Maqueda. Nació á ii de
Enero de i63o. Según Flores Perim, apren-
dió las lenguas griega, latina, francesa, ita-
liana, inglesa y castellana. Muy joven pasó á
España, donde se estableció definitivamen-
te. Casó en Madrid con D. Manuel Ponce
de León, Duque de Arcos, del cual tuvo tres
hijos: D. Juan Ponce de León, Duque de
Arcos y Maqueda; D. Gabriel Ponce de
León. Duque de Baños, y D.* Isabel Ponce
de León, Duquesa de Alba. Murió en Fe-
brero de 1 685.
8. — Ejercicio devoto, en que pedía á Dios
la perfección, arreglado para todos los días
de la semana.
Flores Perim hace mención de otros es-
critos breves; como cartas en las que mos-
traba el interés que tenía por las misiones
católicas en Oriente (i).
LANGA (Sor Beatriz de).
Terciaria descalza de San Francisco, na-
tural de Medina del Campo.
g, — Favores que recibió del Señor en la
oración.
10.— Exposición del Pater noster.
Escribió su vida el P. Francisco de la As-
censión.
LANZAROTE (D.'^ María del Carmen).
II. — Comedia en cinco actos. Malo es
contar los años á las mujeres.
Copia hecha en Valencia á 2 de Agosto de 1824.
(Al fin:) Puede representarse con la supre-
sión hecha. Caballero.
Consta de yS hojas en 4.°
Está escrita en prosa.
Biblioteca Nacional.— Sección de Mss., Xx. 759.
Para que se vea el estúpido criterio que
tenían los censores de comedias á princi-
pios del siglo XIX, copiaremos uno de los pa-
sajes tachados; no puede ser más inocente.
Dice la Marquesa Virginia:
No puedo más si no me desahogo; ¡crueles,
burlones, inhumanos! sí; estoy envenenada de
vuestras miradas, de vuestras palabras, de vues-
tra presencia; curaré á despecho vuestro; sí; viviré
para confundiros, para vengarme y haceros arre-
pentir. No os daré el gozo de que me veáis muer-
(i) Hace pocos años un librero ofreció á la Bibliote-a
Nacional una riquísima colección de documentos referen-
tes á las islas Filipinas y otros países del fvxtremo Orien-
te, y no fué adquirida por la escasez de recursos con que
siempre lucha esta biblioteca. Kn ella había una lartja
correspondencia de doña María Guadalupe con varios
Padres de la Compañía. Ignoramos dónde han ido á parar
dichos papeles.
ta; yo sola contra todos tengo la jactancia de que
os haré una guerra cruel y desesperada.
LAPORTA (Isabel).
12. — Tercetos en honor de Fr. Luis
Aliaga.
Valencia.
Ufana Zaragoza, mas que atenta
con tal razón, á mi razón ni excedes,
ni á la justicia que el derecho aumenta.
Zaragoza.
¿Ser de mi concha perla no concedes?
¿no admites ser el rayo de mi llama?
¿y de mi monte de Ida Ganimedes?
¿Luz de mi lumbre, fruto de mi rama,
de mi Epiciclo celestial planeta,
de mi Eclíptica sol, voz de mi fama?
Luis Diez de Aux. Compendio de las fies-
tas que ha celebrado la Imperial ciudad de
Qaragoga... en honor de Fray Luys Aliaga.
Zaragoza, por Juan de Lanaja. Año i6ig.
Pág. 187 á 189.
LARA (D." Inés de).
13. — A las exequias del Príncipe Nuestro
Señor. Décimas.
Enlutada monarquía
De mundos ambos señora...
Relación de las funerales obsequias que
hi^o el Santo y Apostólico Tribunal de la
Inquisición de los Reyes del Perú á... Don
Baltasar Carlos de Austria. Por Don Pedro
Ahare!{ de Paria.— En Lima, En la im-
prenta de Julián Santos de Saldaña. Año
de 1648.
Fol. 35.
LARA Y BRACAMONTE(D." Juana de).
14. — Al Marqués de San Felices. Soneto.
Tú que el silencio de Aragón rompiste.,.
Poema trágico de Atalanta, y Hipomene.
Dedicado a la Magestad de Felipa Quarto
— 7 —
el Grande. Por Don luán de Moncayo y de
Garrea, Marqués de San Felices. — En Za-
ragoza, por Diego Dormer. Año i656.
LARA Y GUZMAN (María de).
1 5, — Glosa en cuatro octavas.
El cielo desde la región fogosa...
Ivsía poética consagrada a las festivas
glorias de Maria en su Immaculada Concep-
ción. Mantenida en la Parroquial Iglesia de
Santa Maria del Mar de la ciudad de Bar-
celona... Por Don Francisco Modolell y
Costa. — En Barcelona, por Narcis Casas.
Año i656.
Págs. 6o y 6i.
LARA Y MENEZES (D.'^ María de).
Hija del Duque de Caminha ymujer del
Infante D. Duarte, hermano de D. Juan IV
de Portugal.
i6. — Según Costa y Silva, son de D.* Ma-
ría de Lara los cantos titulados Saudades de
Doña Inés de Castro, que como obra de Ma-
nuel Acevedo Morató, se incluyeron en la
Fénix renascida y en el Postilhao de Apollo.
LARRAMENDI (Atilana).
17. — Carta al Editor del Semanario, en
que refiere algunos incidentes de su vida.
Semanario erudito y curioso de Salaman-
ca. Año 1794.
^Tomo 111, págs. 57 á 63.
LARREA (D." Francisca Javiera de).
Madre de la insigne escritora D," Cecilia
Bóhl de Faber {Fernán Caballero). Por ser
hija de una irlandesa educóse en Inglaterra
y adquirió perfecto conocimiento del idio-
ma de Shakespeare. En 1796 contrajo ma-
trimonio con el hamburgués D. Juan Nico-
lás Bohl de Faber, que residía en Cádiz ocu-
pado en negocios comerciales, y á quien
tanto deben las letras españolas. En Marzo
de 1797, de camino para Alemania, dio á luz
á Cecilia en Morges (cantón de Berna). Re-
lacionada en Cádiz con la sociedad más dis-
tinguida, reunía en su casa una tertulia á
que acudían varios literatos, como Alcalá
Galiano, quien habla de D.^ Francisca con
alguna antipatía en sus Recuerdos (i). Se-
gún escribe D. Fernando de Gabriel cultivó
la Literatura bajo el seudónimo de Corina.
Falleció en el año 1839.
Cnf. Ultimas producciones de Fernán Ca-
ballero. Estar de más {relación) y Magda-
lena, obra inédita. Precedidas de una noti-
cia biográfica escrita por el Excmo. Sr. Don
Fernando de Gabriel y Rui^ de Apodaca. —
Sevilla. Imprenta de Girones y Orduña.
1878.
Fernán Caballero y la Novela contempo-
ránea, por D. José Maria Asensio. {Obras
completas de Fernán Caballero; t. I, Colec-
ción de escritores castellanos).
Fernán Caballero d' aprés sa correspon-
dance avec Antoine de Latour, par A. Mo-
rel-Fatio. {Bulletin hispanique de 1902).
18. — Manfredo, drama en tres actos, tra-
ducido del original inglés de Lord Byron,
por la madre de Fernán Caballero.
Revista de ciencias, literatura y artes. Di-
rigida por D. Manuel Cañete y D. José Fer-
nández Espino. Sevilla, 1857.
Tomo IV. Págs. 429 á 438; 555 á 563; 626
á 633; 694 á 700 y 753 á 760.
(i) Recuerdos de un anciano; Madrid, 1878; pág. 176.
En otro lugar dice que era «instruida también, pero no
mucho; ingeniosa, singular, algo afectada, de buen pare-
cer, aunque ya no joven; de vehemencia suma.»
Memorias de D. Antonio Alcalá Galiano; tomo i, pági-
na 418,
LASTRA (D/ Inés de).
Vecina de Avila. Vivió á fines del siglo
XVIII y comienzos del xix.
19.— Dedicatoria á Fernando VII, de un
sermón que predicó D. José Aguado,
Sermón en la solemne acción de gracias
celebrada en el convente de Santa Teresa de
Jesús de la ciudad de Apila, por los felices
desposorios del Serenísimo Señor Principe
de Asturias Don Fernando de Borbón, que
Dios guarde: A expensas de Doña Inés de
Lastra, vecina de dicha ciudad, la qual por
espacio de ocho meses tuvo el honor de dar el
pecho á S. A. á quien le dedica. Predicado
por Don Josef Aguado. — En Madrid. En la
Imprenta de la Administración del Real
Arbitrio de Beneficencia. Año de 1803.
32 páginas en 4.°
La dedicatoria de D.* Inés de Lastra ocu-
pa una hoja al principio.
LAURA (Sor María).
Religiosa en el convento de Jerusalén, de
Barcelona.
20. — Soneto de pie forzado
Depon la ira, Querub, que enturbiarías
Justa poética consagrada a las festivas
glorias de Maria en su Immaculada Concep-
ción Mantenida en la Parroquial Iglesia
de Santa Maria del Mar de la Ciudad de
Barcelona... Por D. Francisco Modolell y
Costa. — En Barcelona, por Narcis Casas,
afío i656.
Pág. 131.
LAURA CLEMENTA.
Celebra á esta poetisa D. Agustín Collado
del Hierro, en los siguientes versos de su
poema Granada (i) (Libro VII).
(i) Manuscrito del siglo xvii. Se conserva en ia Bi-
blioteca Nacional.
Mas ¿cuál lustroso ébano luciente
me dará sonibras para tu cabello?;
¿de qué alabastro formaré tu frente
y de qué marmol cifraré tu cuello?;
¿qué deidad me dará la lumbre ardiente
para tus ojos, qué color más bello
las conchas me darán del mar de Tiro
si pompa suya el de tus labios miro?
¿De cuál suave músico instrumento
les daré á tus palabras armonía?
Para acordar tu raro entendimiento
no puede haber humana fantasía.
21. — Soneto á Felipe IV.
De las fieras escándalo valiente
Fuiste, lunado asombro de Jarama,
Y en arena campal, gloriosa Fama
Quitaste al rey de la África rugiente...
Anfiteatro de Felipe el Grande, Rey Ca-
tólico de las Españas.... Dedícale á Su Ma-
gestad, D. Joseph Pellicer de Tovar. — En
Madrid, por Juan González, año MDCXXI.
22. — A Lope de Vega. Décima.
Lope, con tan dulce lira
de Elisio el dolor cantáis...
Biblioteca de Autores españoles.— Tomo XLII, pági-
na 545.
LEDESMA MALDONADO
(D.* Antonia de).
23. — Décima laudatoria al principio del
Adonis, compuesto por Don Antonio del
Castillo de Larzabal. — Salamanca, 1632.
LEIVA (D.^ Ana de).
Tal vez sea la misma que D.' Ana Fran-
cisca de Leyva, hija de D. Luis de Leyva,
Conde de Monza, quien militó en varias
jornadas con su tío D. Pedro de Leyva; pe-
leó cinco años en la Lombardía bajo el
mando de D. Pedro de Toledo, y se distin-
guió en el socorro de Pestagno; también
combatió en Alemania. Posteriormente fué
nombrado por Felipe III castellano de Pa-
9 —
lermo. Falleció en' Ñapóles á 29 de Enero
de 1645. D.* Ana Francisca de Leyva nació
del matrimonio de D. Luis con D.' Juana
Samaniati, y tuvo las baronías de Trippi y
Sabuche. Casó en Palermo con D. Antonio
Romano Colonna, Duque de Ritano, Teso-
rero general del reino de Sicilia.
Cnf. Compendio genealógico ó epitome
de la Historia de la Real casa de Leyva. A
la Excma. Señora Doña Marta Gongale\ de
Auellaneda y Leyva., Condesa de Castrillo,
Virrey na de Amapoles mi señora. Autor Don
Pedro Varron.
Impreso sin lugar ni año.
La dedicatoria del autor á la Condesa de
Castrillo, fechada en Ñapóles á i .° de Sep-
tiembre de 1654.
120 págs. en 4.°
24. — Panegírico en alabanza de la Sere-
nissima Alteza del gran Francisco de Este,
Dvque potentissimo de Modena,&. Qvando
entro pomposo en esta católica Corte de Ma-
drid con solemne triunfo, por mandado del
Rey nuestro señor Felipo Quarto el Grande.
Por doña Ana de Leyva. Dedicado a su Al-
teza con deuido obsequio. Con licencia. En
Madrid, En la imprenta del Reyno: Año
1638.
8 hojas en 4."
Portada. — A la Serenissima Alteza del gran
Francisco de Este, Potentissimo Duque de Mode-
na, Principe soberano de aquel Estado, &. Epis-
tola dedicatoria. — Texto.
Está en prosa con bastantes versos inter-
calados.
Biblioteca Nacional. — Sección de Varios. Caja i6i.
LEYVA (D.'^ Victoria de).
25. — Soneto á D." Ana de Castro y Egas.
Milagros son cuantas España honora
letras de este volumen culto y grave...
Eternidad del Rey Don Felipe tercero
Nuestro Señor, el Piadoso. Discurso de su
vida y santas costumbres. Al Serem'ssimo
Señor el Cardenal Infante su hijo, doña Ana
de Castro y Egas.— En Madrid. Por la Viu-
da de Alonso Martín. Año MDCXXIX.
Folio 7.
26,— Soneto á San Pedro Nolasco.
Tiernos ojos de Dios recien nacido
sollozan al amor tiernos raudales
Las fiestas solemnes y grandiosas que hi\o
la sagrada Religión de Nuestra Señora de
la Merced á su glorioso Patriarca San Pe-
dro Nolasco, este año de 1629. — Madrid:
En la imprenta del Reino. Año MDCXXX.
Folio 73.
LEIVA Y MOSQUERA
(D." Tomasina de).
Hija del Licenciado Fernando Diez de
Leiva, médico en la ciudad de Santo Do-
mingo.
27. — Epigramma.
Domine in scriptis elegans ad sidera pergis....
Décima.
Señor, en esta lección....
Antiaxiomas morales, médicos, philosophi-
cos, y políticos. O itnpvgnacioíies variasen
estas materias, de algunas sentencias admi-
tidas comunmente por verdaderas. Por el
Lie. Don Fernando Die^ de Leiva, Médico
de la ciudad de Santo Domingo. — En Ma-
drid: por lulian de Paredes. Año 1682.
LEÓN (Lucrecia de).
Célebre visionaria madrileña del sigloxvi,
procesada juntamente con Alonso de Men-
doza por el Santo Oficio. Sus profecías y
sueños tenían cierto carácter político, y se
dirigían contra Felipe II, al cual motejaba
de tirano y sanguinario,
38. — Relación de sus sueños y profecías.
Copiamos dos de sus visiones, tomándolas
de los autos originales, que se conservan
actualmente en los Archivos Histórico Na-
cional y de Simancas:
Halló al Rey durmiendo debajo de un dosel, y
que vio una vara derecha con unas letras de san-
gre que la rodeaban toda, y las últimas letras
decían que la justicia de los Reyes ha de ser igual,
y que entró otra muger en hábito de viuda, con
una espada en la mano, y dixo á bozes: vengo,
Philipe, á quitarte la vara de la justicia porque
nunca la hubiste derecha.
Entró en la cámara del Rey y le halló sentado
en un banco, los ojos vendados, y en los oídos
unos candados, en la boca una mordaza, las ma-
nos con esposas, los pies presos, puesto sobre un
brasero de lumbre; una vara de mimbre en la
mano; delante del tres angeles; el mas cercano era
el ángel de la peste; otro de los sacerdotes; otro de
la ira; el qual leyó la sentencia al Rey, que no
abía apelación (i).
A diez de Mar^o dice que vio un fuego que
bajava del cielo y abrasaba a toda España, y una
manada de cuerbos que se asentaban sobre Pala-
cio, y que luego vino un águila que los levantó a
todos, y que dijo el hombre ordinario: esta si es
águila, que no la que vosotros tenéis; y que vio a
Quiroga muy llenas de lepra las manos, los ojos
vendados, la lengua sacada, y que colgaba della
una espada.
Iten, dice que a Philipe, vestido de pardo, le da-
rán un arado sin yerro, con que rompa la tierra,
y que vendría a pedir favor a estos desta camara-
da, y que no se lo darán.
A 24 de Mar^o muestra las malas propiedades
que dice tiene el Rey, que no está fundado sobre
buen fundamento, que no tiene buenas obras,
que es tirano, duro; que ni el temor ni el amor con
que Dios le a esperado le a hecho convertir; que
a asolado los pobres.
A 1 1 de Mayo pinta al Rey en una estatua gran-
de de yerro, arrimada a una caña, con una espa-
da de plomo, y el escudo de vidrio, y en el pecho
unas letras que dicen: ¡ay de mi pertinaz y obst i'
nado! Son armas de aquel que en su vida todo a
(i) Archivo Histórico Nacional. Inquisición de Valen-
cia. Legajo 114, núm. 17.
10 —
sido sombra, y de su vida 5e hallaran pocos exem-
plos después de muerto.
A II de Novienbre de i588, vino á mi el hom-
bre ordinario, el qual me dixo: entre vosotras hay
quien desea saber el suceso del armada que aora
se haze, y el hombre del león quisiera deziroslo,
sino que Dios ha dicho que no sea descubierto, por
la poca fe que tenéis en las curaciones, porque
bastava aver visto hasta aquí las- cosas sucedidas
para tener entero el coraron en ellas.
A 20 de Noviembre de 88, soñaua que me aso-
maua a la ventana y vía toda Madrid sembrada de
trigo muy crecido y ya seco, aparejado para se-
gar; y mirándolo dixe: ^como no lo siegan antes
que venga alguna borrasca? Y estando en esto vi
que se anublo el sol, y levanté los ojos al Seten-
trion por ver si avía nuves, y vi que venia gran
cantidad de langostas, tan juntas y tan espesas
que parecían una muy gruesa nuve, y estas des-
cargaron sobre el trigo, y vi que cortaron toda la
espiga dexando la caña entera, y con esto se le-
vantaron en alto y se fueron adonde vinieron; y
mirando yo esto y dando muchos gritos vi que
me dixeron: ^-quieres que te declare esto?; y res-
pondí que si; y entonces me dixeron: ¿no sentís la
perdida del armada?; pues hagote saber que es ya
llenado el trigo que teníades criado para vuestro
año, y aora no os queda sino lo que tenéis en los
silos húmidos, y para que lo entiendas, es la gen-
te poca que en España queda; lo qual quando lo
saquéis del silo saldrá húmido de gorgojos, y no
aprovechara para la guerra, porque los gorgojos
significa la peste que os ha de dar; y estando cui-
dando desto, me torné a dormir, y soñé que me
hallava en unas eras, las quales estavan llenas de
montones, y la gente aguardava viento para al-
ventar, y vi que en este instante les vino, y empe-
gando a aluentar, la paja se llevava el aire y el tri-
go quedava hecho tierra; y estos hombres llora-
van amargamente; yo, volviendo a mirar a otro
montón, vi que las pajas se volvían saetas y el
trigo se volvía sangre.
A 3 de Noviembre de i588, soñava que me em-
bíava a llamar el Rey; yo, no quiriendo ir alia,
busqué achaque para exemirme y embié a llamar
a un doctor para que firmase que estava mala, que
no podría salir de mí casa, y tomándome el doctor
el pulso, dixo: ¿como he' yo de firmar que estáis
mala estando buena?; yo le respondí que no fuese
majadero, sino que hiciese lo que yo mandava, y
así firmó, y luego entro el doctor Cornejo y firmó
sin nenguna dificultad, dizíendo que estava mala;
lo mismo hizo el doctor Hernández; lo firmaron
— II —
siete doctores, y Hernández en acabando de firmar
me dixo que le pidiese al Rey que un hermane
que tenia medio sordo y guardava gente, que le
quitase el oficio y que le diese en otra parte p^ra
poder descansar; yo le respondí que lo diría, y en
esto entro el Lie. do Martin diziendo: déme ese pa-
pel, que yo quiero firmar, y firmó como me avia
visto enferma y que avia sido sana por milagro;
yo entonces le dixe que no mintiese en aquello,
pues siete médicos firmaron que eslava enferma y
el respondió: si quiero, y mas te digo, que si te die-
se algo no lo recibas, porque no recebiras del que
ha de venir. Con esto fuese la gente y dile el pa-
pel a Don Diego de Cordova, y estando en esto pa-
só un gran rato, y vi venir una litera, la qual se
llego á mi puerta; yo dixe: el Rey es este; vi que
sacavan de alia un cuerpo muerto y que le asen-
taron junto a mi en una silla, y yo, viéndole alli, ,
di muchas voces diciendole todo lo que yo he sa-
bido; el no me habló, hasta que dixo: dilo paso; y
quando lo acabé de dezir me respondió: solo que-
rría que alcanzase que fuese clamoreado; y con
esto le metieron en su litera; no le pude ver el
rostro porque estava amortajado (i).»
Fué castigada Lucrecia en el auto verifi-
cado á 19 de Junio de ¡594 en Toledo.
Sentencia de Lucrecia de León en el auto
de lafee que se hi^o en Toledo.
Lucrecia de León, natural de la villa de Madrid,
fue presa por auer sido inducida y testificada de
auer dicho que desde que fue pequeña, de poca
hedad, comento á soñar, y tubo muchos sueños
en los quales de^ia que se le aparegia la Santissi-
ma Trenidad, Dios por si mismo. Nuestro Señor,
Moyses y Elias, vírgenes del 9¡elo, San Juan Bau-
tista, al qual llama hombre ordinario, y San Pe-
dro apóstol, llamándole el piejo pescador, y San
Lucas evangelista, al qual llamaua al prin9Ípio de
sus sueños el pescador mogo, y después el del
león; y que estando durmiendo la lleuaron a di-
uersos lugares de tierra y mar, y a diferentes rey-
nos y prouincias, y le mostrauan varias visiones
de guerra y de paz, de plazer y espanto, represen-
tándole cosas venideras, aduersas y prósperas, y la
perdÍ9Íon y destrui^ion de todos los reynos, reser-
uando solo una ziudad, y después en breue la re-
paración de ellos y un siglo dorado, y la conquis-
ta de la casa sánela de Hierusalen y toda Turquía
(i) Archivo de Simancas. — Inquisición. Legajos 437
y 438.
por las virtudes de un hombre y por la valentía
de la dicha Lucrecia de León... En otro sueño se
soñaua reyña, muger del dicho hombre que aula
de reparar los dichos reynos, con nombre de la
morena de flacas carnes, que auia de ser esposa
del Pastor, diciendo muchas vanidades y amores
con zíerta persona con quien real y verdadera-
mente los tubo, diciendo grandes cosas de la dicha
persona y de su casamiento, y en un sueño le ce-
lebró con ciertas ceremonias, y en otro se sueña
casada con el y que tenían ambos dos coronas, y
profeticando grandes cosas de dos híxos que auian
de tener...
«Salió al auto público de la fe, de la iglesia de
San Pedro Mártir, en forma de penitente, en cuer-
po, con una soga á la garganta y una vela de cera
amarilla en la mano, la cual tuvo encendida
mientras se le leyó la sentencia; abjuró de levi, y
fué condenada en cien azotes, desterrada de la vi-
lla de Madrid y diez leguas á la redonda por toda
su vida, y] dos años de reclusión donde los seño-
res Inquisidores mandaren (i).»
LEONOR (D.«)
Mujer de Fernando I de Aragón.
29. — Carta á su hijo D. Alfonso V, sobre
los debates entre los Embajadores de los
Reyes de Aragón y de Castilla, que estaban
en el Concilio de Constanza.
Medina del Campo, 27 de Noviembre
de 1417.
Original; una hoja en folio. — Firma autó-
grafa: La triste Reina.
Biblioteca Nacional.— Manuscritos, C. de Autógrafos.
LES (La Baronesa de).
30. — Versos hechos por la Baronesa de
Les el año de 1773 á las fatales muertes de
los tres sabios, el P.^ Sarmiento, el P.« Fló-
rez y D." Jorge Juan.
Tres veces descargó con fiera mano
Átropos la tijera inexorable.
(i) Sentencia de Lucrecia de León.— Manuscrito del si-
glo XVII. Bib. Nac. Mss., núm. 721, folios 135 y 136.
— 12 —
y el golpe formidable
exiremeció nuestro Parnaso hispano...
Letra del siglo xviii.— 6 hojas en 4.°
Biblioteca Nacional.-Mss. KK. Pap. curiosos. 70, fo-
lio 1367 sig.
LEVANTO (D.* Benita).
Abadesa que fué del convento de Dueñas,,
de Sevilla, en el año 1686.
31. — Dedicatoria al Cardenal D. Luis
Portocarrero del siguiente libro:
Hverto del celestial esposo, fvndado sobre
el opvsculo de N. P. S. Bernardo, que co-
mienga: Ad quid venisti? Cofnpvesto por
doña Constanza Ossorio.— En Sevilla, por
Thomas López de Haro, año de 1686.
32.— Vida de D." Constanza Ossorio.
Ocupa tres folios en los preliminares de
la obra citada.
LIAÑO (D.'"» Isabel de).
Vecina de Palacios de Campos, donde
residía á comienzos del siglo xvii.
No sabemos si fué ó no hija del pintor
Felipe de Liaño, quien se distinguió por el
excelente colorido de sus retratos, que eran
generalmente de cortas dimensiones, y por
eso fué llamado el pequeño Tiziano. Habia
nacido en Madrid donde fué discípulo de
Alonso Sánchez Coello. Cean Bermúdez
sospecha que debió estudiar eji Italia y que
acaso sean suyas unas estampas grabadas
en este país por Teodoro Felipe de Liagno.
Pintó en el año 1584 el retrato de D. Alvaro
de Bazán, primer Marqués de Santa Cruz,
según dice Cristóbal Mosquera de Figueroa
en su elogio de D. Alvaro. Falleció en Ma-
drid, año 1625, siendo al menos sexagena-
rio (1).
(1) Cean Bermúdez, Diccionario histórico de los más
iluttrts profttortt de Bellas Artes en España; tomo HI,
33. — Historia de la vida, mverte, y mila-
gros de santa Catalina de Sena, diuidida en
tres libros. Cópuesta en Octaua rima por
Doña Isabel de Liaño natural de Palacios de
Campos. Dirigida á la Reyna Nuestra Seño-
ra Doña Margarita de Austria. Con privi-
legio.— En Valladolid, Por Luys Sánchez.
Año 1604.
8.", 328 hojas foliadas, más 16 de preli-
minares.
Portada. — Tasa por Cristóbal Nuñez de León.
Erratas por D. Alonso Vaca de Santiago. — Censu-
ra del P. Luis de la Puente: Valladolid, a6 de Mar-
zo de 1602. — Real cédula para la impresión: El
Pardo, 22 de Abril de 1602. — Prólogo al lector. —
Dedicatoria á la Serenissima Señora Doña Marga-
rita de Austria, Reyna de España. — Soneto de
Juan de Balboa Mogrobejo. — Décima del mismo.
Soneto de Miguel Fernández Silvera.— Soneto de
Bernardino de UUoa.— Soneto del Bachiller Bar-
tolomé Montero.— Décimas de Pedro Ibañez de
Segovia. — Soneto de Alvaro de Fonseca Feraz.
Soneto del Francisco López.— Grabado en made-
ra; (representa á la Virgen con el cadáver de Cris-
to en los brazos). Texto; el primer libro en XI
cantos; el segundo en otros XI; el tercero en V.
PRÓLOGO AL LECTOR
Una de las cosas menos admitida entre leyes
humanas, es la ciencia administrada por femeniles
juyzios; deuió de ser conuiniente, pues un tan
gran Santo como San Pablo aprueua la misma
opinión. lunto con esto sabemos que por la mayor
parte, entre escritores antiguos y modernos, anda
nuestro nombre aniquilado; sea razón, ó no lo sea,
no me quiero meter en averiguar esto, porque di-
rán que defiendo mi propia causa; solo la remito
á Dios, como á quien tiene cuydado de amparar y
defender ofendidos; debaxo de cuya sombra las
alas de mi pluma crecieron tanto que sin temor
del incendio fogoso de las lenguas mordaces, se
atreuieron á bolar tan alto que á no lleuar tal re-
paro pudiera tener el miserable sucesso del mal
considerado Ycaro; mas porque imagino que des-
seará saber el curioso letor que causa tuvo una
págs. 36737. — El Licenciado Liaño, médico de Burgos,
publicó en esta ciudad, año 1540, su Examen de la compo-
sición Theriacal de Andromacho, traducida de Griego y
Latin en Castellano y comentada.
I
13 —
simple muger como yo para intentar atreuimicnto
tan grande, quiero satisfazer su desseo, pues el
mió es darle gusto. La diuina Prouidencia, que ad-
mite y premia buenos desseos, agradeciendo el que
yo tenía de hazer este seruicio á su Santa, proueyó
á mi pobre ingenio de algún caudal, compadecién-
dose de ver una voluntad tan amplia en sugeto
tan flaco y tan desposseydo de dones de naturale-
za, quiso fauorecerme con algo que pareciesse
bueno, mostrando su omnipotencia en una cosa
tan desechada de todos como el ingenio de una
muger, juzgado por incapaz de toda obra essen-
cial; y de estar arraygada en la tierra esta opinión
tengo yo mucha esperiencia después que por la
misericordia de Dios saqué mi trabajo á luz, que-
dando mas escurecida mi justicia con la increduli-
dad de nuestros contraditores, diziendo que hurté
esta Poesía, y que alguno que la hizo la quiso
atribuyr á mi, por auentajarse en la venta della,
pues por tener nombre de autor tan desacreditado
gustarían de verla lodos con curiosidad y como
cosa á su parecer impossible; lo qual no sera en
buenos juyzios; que la llaneza del verso, tan sin
ornamento del que usan los famosos poetas, da
testimonio de la verdad, pues un lenguage tan ca-
sero, sin acotar con historias profanas, fábulas de
Ouídio, curiosidades de Virgilio, astros, planetas,
Satyros y Ninfas, bien claro manifiesta ser tra9a
de pecho femenil; aunque confiesse de mi que por
auer leydo algunas dellas, quifa supiera engerillas
aquí si mi inclinación no fuera tan enemiga de ver
las historias diuinas adulteradas con las profanas
de que por la mayor parte usan los poetas, y las
mas opiniones mundanas dizen que qualquiera
poesía que no vaya con este adorno, vale poco; y
esta curiosidad, estos tales hazen ley de su gusto,
y si no se le diere [a] esta letura no por esso ani-
quilen la obra, ni al autor della, considerando el
buen zelo con que se hizo, el qual fue manifestar
á todos las excelencias que Dios obró en esta glo-
riosa Santa...
CANTO I
Del cielo canto grandes excelencias
Que el criador de todas ha juntado
En un alma, do puso las potencias
Con mucha perficion en sumo grado;
También diré esquisitas penitencias
De un espíritu angélico endiosado,
Y en pecho femenil una firmeza
En que de Dios se rr/uéstra la grandeza.
Diré milagros dignos de alabanza
Obrados por la mano soberana;
Vereys de Caridad, Fe y Esperan9a
Un extremo diuíno en carne humana;
De humildad y paciencia tal pujanza
Que al impaciente mas altiuo allana;
Del dragón contaré las sutilezas
Con que pensó abatir estas grandezas.
Tú, Monarcha supremo, que ilustrando
Estás el christalino y alto assiento.
Con poderoso imperio gouernando
Quanto cubre la luz del firmamento,
Embíame, Señor, del que á tu bando
Apostólico embiaste, algún aliento;
Que si de tal fauor tengo promessa
Alcanfar pensaré tan alta empressa.
No se estrague, Señor, el excelente
Licor que con mi vena se dispone,
Por ser su calidad tan diferente
Del tosco y pobre vaso en que se pone;
. La sal de vuestra gracia, conueniente
Será porque con ella se sazone,
Y en el pecho de aquél que le gustare
Quite la frialdad que en él hallare.
Y pues pedir mercedes no merezco,
A ves, que de pedirlas soys tan digna,
María serenissima, me ofrezco;
Mostraos aquí, señora, muy benigna;
De vuestro gran valor me fauorezco;
Hazed agora oficio de madrina.
Que si vos le mosirays el pecho tierno,
^Qué aura que no conceda el Hijo Eterno?
Vos soys de mi buen zelo sabidora,
Y mis razones fríuolas é indignas
No aciertan á pedir, si vos. Señora,
No acudís con las vuestras muy benignas;
Pedí al que vos amays y mi alma adora,
Que para hablar de cosas tan diuinas
Adelgaze mi lengua tosca y fría.
Porque parezca suya más que mía.
Y tú, letor, si tibio te sintieres
Y mis versos en tí mal se perciben,
Nq los'leas, te ruego, si quisieres,
Pues para tí los tales no se escriuen;
Sólo los escriuí para mugeres.
Que lo que es deuoción mejor reciben,
Y aunque no lo merezca harán estima
Por ser de mano femenil la rima.
Y séase lo que fuere, yo confío
Con las alas del gran Fénix del cielo
Mi ñaco espirtu cobrará gran brío
Para dar sin cayda largo buelo;
Y quando á luz saldrá el intento mío
He buscado otra Fénix en el suelo;
— 14 —
Ser ésta vos, clarissimo se muestra,
Preciosa Margarita Reyna nuestra.
De la cumbre del cielo están baxando
Siete arroyos que allá se han producido;
De vos, Reyna excelente, van manando.
Todos juntos en vos se han recogido
Y con ellos estays fertilizando
Nuestra muy venturosa patria y nido;
Siete virtudes son, y assi la Fama
Aunque en la tierra estays, del cielo os llama.
Esta mi obra, Reyna esclarecida.
Tendrá necessidad de vuestro abrigo.
Que bien menospreciada y perseguida
Fuera sin vos de más de un enemigo;
Y en tal amparo siendo recebida
No temeré el justissimo castigo
Que se da al atrevido é insipiente.
Que en sagrado se ampara el delinquente.
LIÑAN (D.* Bernarda).
34. — Soneto.
Grandes empresas, maravillas nuevas
Historia de la Nveva México, del Capitán
Gaspar de Villagra. Dirigida al Rey Don
Felipe nuestro señor Tercero deste nombre.
Año 1610. En Alcalá, por Luys Martínez
Grande.
LISIDA (Madama).
35.— Al sepulcro del Fénix de España,
Lope de Vega Carpió. Dirigido al Excelen-
tísimo Señor Duque de Sessa, amparo de
los ingenios. Soneto.
Suspende caminante, si, reprime.....
Fama posthuma á la vida y muerte del
Doctor Frey Lope Félix de Vega Carpió.
Fol. 164.
36.— Al segundo Virgilio y Homero es-
pañol el Doctor Frey Lope Félix de Vega
Carpió. Epigrama (Soneto).
Si mi llanto á mi pluma no estorbara
(Obra citada; fol. 117).
LÓPEZ (Francisca).
Beata profesa de San Francisco.
Vivió á fines del siglo xvi y comienzos
del siguiente.
37. — Misericordia y visita del Señor á la
Madre Sor Francisca López, en el año 1603.
Letra del siglo xvii; 13 hojas en 8."
Biblioteca Nacional.— Mss. Pp. 268.
A la manera que este sol visible baña con sus
rayos, alumbra y vuelve fecundo todo este mun-
do, assi la claridad de Dios, reinando en el ápice de
nuestra mente difunde en todas sus potencias y
fuerzas espléndidos y brillantes rayos, esto es, sus
divinos dones, ciencia y sabiduría, piedad, etc.
Pero la charidad inmensa, que es el mismo Dios,
reina en la pureza de nuestro espíritu como un
incendio de ardientes brasas, y arroja de si ciertas
resplandecientes y abrasadoras centellas, las qua-
les con su contacto inflaman en más ferviente
amor el corazón, los sentidos, la voluntad, el
afecto y todas las fuerzas del animo, excitando en
ellas cierta tempestad de charidad excesiva y agena
de modo, y 'cierto ímpetu, impaciencia, i insania.
LÓPEZ (María Ana). '
38. — Glosa á la Virgen:
¡Oh! cuan bien á su gran fuerte
Debió femenil piedad
Certamen poético de Nuestra Señora de
Cogullada Publícalo el Licenciado luán
de Iribarren i Pla^a. — En Zaragoza, en el
Hospital Real i General de Nuestra Señora
de Gracia. Año MDCXLIV.
'Pág. 148.
LÓPEZ (María Dolores).
Poetisa mexicana, vecina que fué de Te-
huacan.
39.— Oda á Carlos IV:
Si la benigna influencia
De las hatmanas nueve
Cantos de las Musas mexicanas con motivo
I de la colocación de la estatua equestre de
— i5 —
bronce de fiuestro Augusto Soberano Car-
los IV. Los publica el Dr. D. Joseph Maria-
no Beristain de Sousa. — En México: por
D. Mariano de Zúñiga y Ontiveros, año
de 1804.
Págs. 92 á 94.
LÓPEZ (D.'" María Manuela).
40. — Respuesta de la Española, Autora del
papel titulado: Afectuosos gemidos que los
españoles consagran á su amado Rey y Se-
ñor Don Fernando VII, publicado en 14 de
Octubre de 181 3; y detenido por subversivo
con arreglo á la primera censura de la Junta
provincial de Cádiz. — En dicha ciudad: En
la Oficina de Don Nicolás Gómez de Re-
quena, Impresor del Gobierno por S. M.
Sin ano.
21 págs. en 4."
Contiene dos cartas fechadas en Cádiz á i." y
19 de Noviembre de i8i3; en ellas se defiende de
las acusaciones que le dirigían por haber comba-
tido la Constitución del año 181 2.
Precede la denuncia de la Junta Censoria, pre-
sentada á 20 de Octubre de 181 3.
Biblioteca Nacional.— Sección de Varios. Papeles en 4.°
sin clasificar. Fernando ^ II.
41. — Afectuosos gemidos que los españo-
les consagran en este día, 14 de Octubre de
1813, por el feliz cumpleaños de su amado
Rey y Señor Don Fernando Vil, por una es-
pañola. Cádiz: En la Oficina de D. Nicolás
Gómez de Requena, Impresor del Gobierno
por S. M. [1813.]
Cuatro hojas en 4."
Biblioteca Nacional . — Sección de Varios. Fernan-
do VII. Paquetes en 4.", núm. 128.
Es un romance endecasílabo que co-
mienza:
¡Oh! tu abundante otoño, que del año
Eres parte, si puede dividido
El tiempo ser en la veloz carrera
Que formando de instantes sucesivos
Los minutos, las horas, y los días.
Las semanas, los meses, años, siglos,
Tan rápido camino que hasta ahora
Ningún mortal su curso ha detenido;
Detente hoy á mi voz; pero ¡cuan necia
El imposible que confieso, pido!
Detenerte no puedes, más no obstante
Llevada del exceso del delirio
De un extremo dolor que me atormenta,
De una pena que turba mis sentidos,
De una idea que aflige mi memoria,
De una pasión que agita el pecho mío,
Pido que te detengas, no un momento,
Sino el preciso tiempo que imagino
Ser para mis ideas necesario.
Pues hoy en tu estación llenarlas fío...
42. — Afectos que en celebridad de la toma
de Pamplona, consagran los Españoles á su
amado Rey y Señor Don Fernando VII com-
memorando el día 14 de Octubre de 181 3,
cumpleaños de S. M. — Madrid. Imprenta
de Villalpando, Año de 1813.
Cuatro hojas en 4.°
(Es otra edición de la obra anterior).
Biblioteca Nacional.— Sección de Varios. Fernando VII
Paquetes en 4.", núm. 128.
Cnf. El Robespierre español Amigo de las
leyes: ó qüestiones atrevidas sobre la Espa-
ña. Isla de León. En la imprenta de Perin.
Año 1811. — Cádiz: por D. Antonio de Mur-
guía. Años 181 1 y 1812.
Periódico que se publicaba en números
de 16 págs., 8.° menor; el ejemplar que he-
mos visto contiene XXVII números, con
432 págs.
En el número XI, pág. 161 se lee:
ínterin que al editor de este periódico (que por
su acendrado patriotismo se ha captado la bene-
volencia pública) se le pone en libertad, para que
se cure de sus males, y responda después á todas
las censuras fundadas de los números denuncia-
dos y calificados, nadie extrañará que su esposa
(que ya ha dado á la España un testimonio au-
téntico del amor que la profesa) la dé ahora otra
prueba convincente de su afecto, publicando al-
gunas obras del Robespierre Español, que por es-
— i6 —
tar guardadas en su casa y no en el hospital, se
salvaron de la nocturna agresión del 7 de Agosto.
LÓPEZ (María Vicenta).
Poetisa mejicana de principios del si-
glo XIX.
43.— María Vicenta |Lopez, que experi-
mentalmente admiró la destreza de las ope-
raciones optálmicas del célebre Mister Fitz
Geraldo, retribuye en el canto siguiente la
alabanza poco digna á profesor tan sabio.
■ Impreso sin lugar ni año.— i hoja en fol.
Suden, suden las prensas
tus hechos, Fitz Geraldo,
y la fama publique
tu nombre grande en sus gloriosos fastos...
Biblioteca Nacional.-Sección de Farios. Fernando VII.
Paquetes en fol. núm. 29.
LÓPEZ DE BOYL (Ana María).
44.— Soneto á San Ramón Nonato.
De la Parca fatal, Raimundo herido,
que al fin se llegó el fin de su carrera...
Certamen poético á las fiestas de la trans-
lación de la reliquia de San Ramón Nonat.
Zaragoza. Por Juan de Lanaja, 161 8.
Folio 41.
LÓPEZ DE CÓRDOBA (D.'^ Leonor).
Uno de los más antiguos escritos femeni-
les en castellano es el llamado Testamento
de Doña Leonor López de Córdoba, donde
ésta refirió la serie de inicuas persecuciones
que sufrieron ella y su marido por haber
sido fieles en vida y muerte al Rey D. Pe-
dro; relación que difiere en algunas cosas
de lo consignado por el Canciller Pero Ló-
pez de Ayala en su Crónica del Rey D. Pe-
dro (año XIX, cap. VII) y en la Crónica del
Rey D. Juan I (año VI, caps. I y II).
Fué hija de D. Martín López de Córdo-
ba, á quien el Rey D. Pedro dio la enco-
mienda de Alcántara y luego hizo Maestre
de Calatrava, y de Doña Sancha Carrillo,
sobrina de Alfonso XI. Nació en Calatayud
en la casa de este monarca, y fueron ma-
drinas suyas las Infantas, quienes más ade-
lante llevaron á ella y á su madre al Alcá-
zar de Segovia. Allí murió muy pronto
Doña Sancha, quedando Doña Leonor
huérfana de poca edad. A los diez y siete
años contrajo matrimonio con Ruy Gutié-
rrez de Finestrosa, hijo de Juan Fernández
de Finestrosa, Camarero mayor de D. Pedro
y Mayordomo mayor de Doña Blanca. Ruy
Gutiérrez era bastante rico; podía armar
trescientos hombres de á caballo; poseía
quinientos moros y moras, dos mil marcos
de plata en vajilla y cuarenta madejas de
aljófar «tan grueso como garbanzos»; esto
sin contar las joyas y preseas, cuyo inven-
tario no se pudiera «escrebir en dos pliegos
de papel». A Doña Leonor entregó su padre
como dote veinte doblas. Cuando ésta resi-
día en Carmona con el Maestre de Calatra-
va, con su marido, cuñados y un hermano
suyo llamado Lope López de Córdoba Ca-
rrillo, fué sitiado en Montiel D. Pedro por
D. Enrique el Bastardo. El Maestre se pre-
paró á socorrerlo, y sabida la muerte de su
Rey se retiró de nuevo á Carmona, villa
que sitió D. Enrique, y no pudiendo to-
marla por la fuerza de las armas, logró que
sus defensores se entregaran á condición de
respetar sus vidas y haciendas, pacto que el
Bastardo quebrantó ignominiosamente or-
denando la decapitación de D. Martín Ló-
pez de Córdoba en la plaza de San Francis-
co de Sevilla y confiscando los bienes de éste
y de su yerno, á quien con Doña Leonor
metió en un calabozo. Nueve años pasaron
— 17 —
en aquella prisión, donde á consecuencia
de la peste fallecieron los cuñados y herma-
no de Doña Leonor. Ésta y su marido fue-
ron puestos en libertad al advenimiento de
D. Enrique III. Ruy Gutiérrez intentó en
vano recobrar su hacienda, y viendo que
nadie le hacía justicia, «anduvo siete años
por el mundo, como desventurado, é nunca
halló pariente ni amigo que bien le ficiese
ni hubiese piedad del». Entretanto Doña
Leonor se fué á Córdoba en casa de su tía
Doña María García Carrillo, y considerán-
dose abandonada de su esposo trató de en-
trar en un monasterio de Guadalajara, fun-
dado por sus bisabuelos. Mas antes de rea-
lizarlo volvió á su lado aquél «encima de
su muía, que valía muy pocos dineros, é lo
que traia vestido no valia treinta marave-
dís». Tan pobres se hallaron los dos, que
viviendo en una casa contigua á la de su
tía, salían á comer en la de ésta, con harta
vergüenza de verse menospreciados por los
caballeros de la ciudad. En esto Doña Leo-
nor tuvo un sueño: «Vi, dice ella, en la pa-
red de los corrales de San Hipólito un arco
muy grande e muy alto, e que entraba yo
por allí e cogía flores de la tierra, e veía
muy grande cielo». Aquel sueño fué en
cierto modo profético; poco después los clé-
rigos de San Hipólito le concedían el corral
donde había contemplado el arco, á condi-
ción de fundar una capellanía por el alma
de Alfonso XI. Allí, escribe, «con la ayuda
de la señora mi tía y de la labor de mis ma-
nos, hice en aquel corral dos palacios y una
hortezuela, e otras dos ó tres casas».
Dotada de profundos sentimientos reli-
giosos y de inagotable caridad, hallándose
en Aguilar, donde huyó de la peste que se
cebaba en Córdoba, cuidó á un moro que
llegó de Écija «con dos cánceres en la gar-
ganta y tres carbunclos en el rostro»; lo
hospedó en casa de un criado de su padre,
y á falta de otra persona hizo que acompa-
ñase al doliente un hijo suyo, Juan Fernán-
dez de Finestrosa, de edad de doce años;
éste se contagió y pasó á mejor vida (i).
Doña Leonor mitigó tan amarga desgracia
recitando una antigua oración, cuyo prin-
cipio nos ha conservado:
Madre Santa María
De vos gran dolor había,
E vuestro hijo bien criado
Vístelo atormentado.
Con su gran tribulación
Amorteciósevos el corazón;
Después de su tribulación
Puso vos consolación;
Ponédmela á mí, Señora,
Que sabéis mi dolor.
Durante el reinado de Enrique III Doña
Leonor mejoró de posición, y en 1406 era
Camarera mayor de la reina Doña Catalina.
En la Crónica de Don Juan que se conserva
manuscrita en la Biblioteca Colombina, re-
dactada por Alvar García de Santa María,
se habla de Doña Leonor con grandes elo-
gios y se pondera lo mucho que la conside-
raba Doña Catalina:
E estaba y con ella una dueña que es natural
de Córdoba, que dicen Leonor López Carrillo,
fija del Maestre Don Martin López, Maestre que
fue de Calatrava en tiempo que reynaua en Casti-
lla el rey Don Pedro, la qual dueña era muy priva-
da de la reyna, en tal manera, que cosa del mundo
no fazia sin su consejo. E quando venia a dezir lo
que habia visto con los del su Consejo, si ella en
ello acordaba, eso se fazia. Tanto era el amor que
con ella tenía.
Nuevamente cayó en la desgracia Doña
Leonor, quien con ser fuerte e de seso in-
(I) Relación que deja escrita para sus descendientes
Leonor de Córdoba. Copiada en este año de 1733 de la
original que se encuentra en el Archivo del Real convento
de San Pablo, de la ciudad de Córdoba. (Colección de do-
cumentos inéditos para la Historia de España, t. LXXXI
págs. 33 ¿44).
— I
trigaba en Palacio por sostener su in-
fluencia, y á Doña Catalina «acaesciole tan
gran desamor en el corazón contra ella,
que era una gran maravilla; que hom-
bre del mundo no quería que se la nom-
brase».
Fernán Pérez de Guzmán tenía odio pro-
fundo á Doña Leonor, y tanto, que Don
Adolfo de Castro le acusa de haber modifi-
cado en contra de aquélla el texto de la
Crónica de Don Juan.
En sus Generaciones y semblanzas (capí-
tulo XXX), censurando la influencia que
logró con la Reina Doña Catalina, dice:
«Hernán Alonso de Robles fue natural de
Mansilla, una villa del Reyno de León,
hombre de escuro e baxo linaje. Leonor
López de Cordova hizole Secretario de la
Reyna Doña Catalina, con quien el ovo
gran lugar»; y más adelante, hablando del
servilismo y abyección de magnates y ecle-
siásticos, dice que se sometían «no solo a
este simple hombre, mas a una liviana e
pobre mujer, ansi como Leonor López, e a
un pequeño e raez hombre, Hernán López
de Saldaña».
Doña Leonor falleció poco después de
1412 y fué sepultada en un capilla que ha-
bía fundado en la iglesia de San Pablo, de
Córdoba. Allí se conserva una inscripción
que dice:
Esta capilla fiso Doña Leonor López, fija del
Maestre Don Martin López, que Dios dé Santo
Pafaiso, á honor y reuerencia de la Santissima
Trinidad, e del muy alto e poderoso Señor Don
Juan, que Dios ensalce, fijo de los mui altos e
esclarecidos Rey Don Enrique e Reina Doña
Catalina, que Dios dé Santo Paraíso, por el
qual de ella fue consolada en la muerte de dicho
señor.
Tuvo una hija llamada Doña Leonor Gu-
tiérrez de Hinestrosa, quien casó en 1409
con Don Juan de Guzmán, hijo del Conde
de Niebla (i).
45. — Testamento, ó sea relación de su
vida.
El primero que conoció y se aprovechó
del Testametito de Doña Leonor fué el
Maestro Fr. Juan de Ribas en su Vida y
milagros de el B. Fray Álmro de Córdoba,
del Orden de Predicadores, hijo del real
convento de S. Pablo de Córdoba. (Córdoba,
año 1687.) (2)
Llámalo «papel verdadero, cierto y segu-
ro, que no ha llegado á noticia de muchos,
y se guarda en el archivo de los Henestro-
sas de Córdoba».
Publicó esta Relación por vez primera
D. José María Montoto en El Ateneo, revis-
ta literaria de Sevilla, número de i5 de Ju-
lio de 1875. Reprodujo la mayor parte de
ella D. Joaquín Guichot en su libro: D. Pe-
dro primero de Castilla. Ensayo de vindica-
ción crítico-histórica desuReitiado. Sevilla.
Imprenta de Girones y Orduña. 1878.
Págs. 228, 229 y 265 á 269.
LOSA Y SALCEDO
(D.* Isabel María de la).
46- — Versos laudatorios á las Justas sa-
gradas del insigne y memorable poeta Mi-
guel Cid. Sevilla, 1647.
LOVIZ Y FREIRÉ (Mariana).
Poetisa mejicana de principios del sig. \ix.
(O Memorias de una dama del siglo XIV y XV (de
1363 á 14JS) Doña Leonor Lópe^ de Córdoba. Comenta-
das ahora y proseguidas por D. Adolfo de Castro.
Publicadas en La España Moderna, Julio y Agosto de
1902, págs. 120 á 148 y 116 á 133.
Se reproduce el texto de las Metnorías, ilustrado con
notas curiosísimas.
(2) Es opinión bastante fundada que Doña Leonor fué
hermana del Beato Alvaro de Córdoba, fundador del con-
vento de Scala Coeli, donde más adelante vivió Fr. Luis
de Granada.
— 19 —
47-— Á la señora doña Francisca Zelaa, su
comadre, Mariana Loviz y Freiré le dedica
la siguiente décima.
Impresa sin lugar ni año. L'na hoja en fol.
No imaginé, ciertamente...
Biblioteca Nacional . — Sección de Varios. Fern.in-
do VU. Paquetes en fol., núm. 29.
48.— Á doña Martinita Loviz felicita los
días Marianita Loviz y Freyre con las si-
guientes décimas.— [México.] En la Oficina
de Valdés, esquina de Tacuba. Sin año.
Una hoja en fol.
Naturaleza podrá...
Biblioteca Nacional. — Sección de Varios. Fernan-
do Vil. Paquetes en fol., núm. ig.
LOX (NL\RÍA Perpetua da).
Nació en Beja á 14 de Julio de 1684; allí
tomó el hábito del Carmen calzado en el
convento de la Esperanza á 22 de Octubre
de 1707, y profesó al siguiente año. Distin-
guióse por sus virtudes y frecuentes éxtasis.
Falleció á 26 de Agosto de 1736. Escribió su
biografía el P. José Peregrín de Santa Ana.
Lisboa, 1742.
4g._De la oración y su necesidad; modo
de orar y frutos de la oración.
5o.— Del amor divino y el profano, donde
se prueba que ningún amor es verdadero
sino el de Dios!
5 1. —De la reforma del alma y de como
ésta se purifica.
52. — Del ánimo instruido, y cómo debe
recibir los favores divinos.
53. — Práctica de algunas virtudes.
54. — Censuras contra los que alegan va-
rios pretextos para no servir á Dios,
55. — Reforma de religiosas.
56. — Instrucciones para las novicias.
57. — De la corrección de las monjas.
LUCENA (Leonor de).
Hija de Juan de Lucena y Teresa de San
Pedro, vecinos de Toledo. Vivió en la se-
gunda mitad del siglo xv y comienzos del
siguiente. Siendo moza residió en Sevilla
con su tía Beatriz Nuñez. Casó con Diego
Salazar y se estableció en Lisboa.
-archivo Histórico Nacional. -Inquisición de Toledo
Legajo 163, núm. 525.
58. — Carta á su hermana Teresa de Lu-
cena, en que le da varias noticias. Lisboa
12 de Agosto de i5io.
La publiqué en mi estudio: Xoticias bio-
gráficas de Fernando de Rojas, autor de La
Celestina, y del impresor Juan de Lucena.
(Repista de Archivos, Bibliotecas y Museos,
año 1902, t. 1, págs. 286 y 287.)
LUCINDA (Camila).
Seudónimo de una amante de Lope de
\'ega que, según La Barrera fué Doña Ma-
ría de Lujan, madre de Sor Marcela de San
Félix. Otros han dicho que era Doña Anto-
nia Trillo. Son muchas las composiciones
en que el Fénix se ocupa de Lucinda. Creo
muy probable que los versos de ésta perte-
nezcan realmente á Lope.
Conf. Ahueva biografía de Lope de Vega,
por D. Cayetano Alberto de la Barrera; pá-
ginas 86 á 95, 98, 102, 104, 109 á III, 114,
ii5, 126, 127, 138, 140 y 318.
Los Sres. D. Cristóbal Pérez Pastor y don
A. Tomillo, en el Proceso de Lope de Vega
por libelos contra unos cómicos (págs. 263 á
265) después de deshacer algunos errores de
Alvarez Baena y de La Barrera, tocantes
á la amiga del Fénix, creen que Camila
Lucinda fué Doña Micaela de Lujan y com-
baten la sospecha de que pudiera serlo
Doña Catalina Zamudio, dama de Don Fé-
lix Arias.
— 20
59.— Soneto en alabanza de Lope deVega.
Cuando como otra Euridice, teñido
de sangre el blanco pie, mas no el deseo...
Rimas de Lope de Vega. A D. Fernando
Coutinho.— En Lisboa, Impreso por Pedro
Crasbeeck. Año i6o5. — 8.*
Hallábase ya en la edición de Madrid de
i6o2, y fué reproducido en las de Milán,
i6ii, y Huesca, 1623.
5o, —Soneto al Peregrino de Lope de
Vega.
Mientras á un dulce epitalamio templo
la humilde lira de tu canto indina...
El peregrino en su patria. De Lope de
Vega Carpió, dedicado á Don Pedro Fernán-
dcK de Cordoua Marques de Priego, Señor
de la casa de Aguilar.—^m^ttsso en Sevi-
lla por Clemente Hidalgo. Año de 1604.
61. —Redondillas á la Angélica de Lope.
Subís de suerte á los cielos...
La Hermosura de Angélica, con otras di-
versas rimas. Madrid. Imp. de Pedro Ma-
drigal. 1602.
LUNA (Sor Mariana de).
Natural de Coimbra; vivió á mediados
del siglo XVII.
62. — Ramilhete de varias flores a felici-
dade d'este Reyno de Portugal em a sua res-
taura^ao pelaMagestade d'el Rey JoaoIV. —
Lisboa, por Domingo López Rosa, 1642. — 4.°
LUNA Y TOLEDO (D.'^ Juana de).
63. — Soneto.
Filipe, por Anarda con más vida...
Eternidad del Rey Don Phelipe III, por
Doña Ana de Castro y Egas. — Madrid, 1629.
LUPIAN Y GRIMAU (D.* Mariana).
64. — Glosa en octavas.
Era de un monte espacioso un llano...
Ipsta poética consagrada a las festivas
glorias de María en su Immaculada Concep-
cepción. Mantenida en la Parroquial Iglesia
de Santa María del Mar de la ciudad de
Barcelona. Por Don Francisco Modolell y
Costa. — En Barcelona, por Narcis Casas.
Año i656.
Págs. 59 y 60.
LUZURIAGA (D.* María).
Vecina de Madrid.
65. — Viaje á la China, át Sir Jorge Staun-
ton, traducido del francés.
D.' María presentó en Julio de 1798, al
Consejo de Castilla, la siguiente solicitud:
Natalio Ortiz de Lanzagorta, en nombre de
D.* María Luzuriaga, vecina de esta Corte, digo:
Que mi parte ha traduzido al castellano el pri-
mer tomo de una obra intitulada Viage á la China
por Sir Jorje Staunton, que es el que presento; y
deseando imprimirlo sin incurrir en pena alguna,
á V. A. suplico que haviendo por presentada la
referida traducción, se sirva conceder la corres-
pondiente licencia para su impresión.
Por Lanzagorta,
María Luzuriaga. Josej María Sani{.
El Consejo, á 28 de Julio de 1798, decretó:
Remítase á la Censura de D. Pedro Estala, en
la conformidad que está acordado por punto
general.
D. Pedro Estala, distinguido literato que
publicó una colección de poesías á nombre
de su barbero Ramón Fernández, juzgó así
el libro:
Muy señor mío: devuelvo á usted la traducción
del Viaje á la China, escrito por Sir Jorge Staun-
ton, que me remitió usted de orden del Consejo;
en ella no he hallado cosa contraria á la religión,
buenas costumbres, leyes del Reino y regalías
de S. M. Por lo que hace al mérito de la obra, es
21
en extremo útil por las ¡mporianies noticias que
contiene relativas á la navegación, geografía, co-
mercio, historia natural y otros ramos de ciencias
y artes. La traducción está executada con mucha
propiedad y exactitud, habiendo cuidado el tra-
ductor de omitir algunas expresiones peligrosas.
Por estas razones, juzgo que no hai inconve-
niente ninguno para su publicación, y que su im-
presión será mui útil; lo qual comunico á usted
para que pueda informar al Consejo.
Madrid 3 de Agosto de 1898.
Pedro Estala.
Sr. D. Bartolomé Muñoz.
El Consejo otorgó la licencia para el to-
mo primero, que era el presentado por
D." María Luzuriaga, á 7 de Agosto.
Ésta, más adelante presentó el tomo se-
gundo, y el Consejo, á 1 1 de Diciembre de
1798, determinó:
Remítase á censura de D. Pedro Estala.
Estala consignó su parecer en las si-
guientes palabras:
Mui señor mió: He visto con la debida atención
el segundo tomo del viage del Lord Macartney á la
China, traducido en castellano, y no he hallado
en el cosa contraria á la religión, buenas costum-
bres, regalías de S. M. ó leyes del Reino.
Esta obra es la mas apreciable que se ha publi-
cado acerca del imperio de la China; manifiesta
su estado actual, da las mas exactas ideas de sus
costumbres, religión, gobierno, producciones na-
turales, industria y comercio; rectifica infinitos
errores que se tenían sobre cada uno de estos ob-
jetos y nos pone en estado de conocer este impe-
rio tan ignorado, de cuyo conocimiento puede
sacar las mayores ventajas nuestro comercio.
Ademas, las exactas observaciones y descripciones
de aquellos mares, que con tanta puntualidad se
contienen en esta obra, serán sumamente útiles á
nuestros navegantes, prescindiendo de la utilidad
que de aquí resulta á la geografía y otras ciencias.
La traducción esta hecha con mucho conoci-
miento, con exactitud, claridad y pureza de la len-
gua castellana, y noto que el traductor ha tenido
la destreza de omitir ó suavizar algunas expresio-
nes que entre nosotros serian mal sonantes. Por
todo lo qual soi de dictamen, que este lomo mere-
ce la luz publica y que sera mui útil.
Madrid, 16 de Diciembre de 1798.
Pedro Estala.
Sr. D. Bartolomé Muñoz.
El Consejo á 19 del mismo mes diÓ la li-
cencia.
Archivo Histórico Nacional, — Consejo de Castilla.
Matrícula de impresiones.
LLAGAS (Damiana de las).
Nació en Almería á 30 de Agosto de i585.
Su padres fueron Melchor de los Reyes y
D." María de Peralta. Hecho voto de cas-
tidad, vivió en Marchena bajo la direc-
ción de los jesuítas; guiaron su espíritu los
Padres Francisco Alemán, Luis de Tero y
Francisco de Silva. Entre sus visiones es
notable una que tuvo del juicio final. Mu-
rió á 5 de Agosto de 1670.
66. — Oraciones piadosas.
Se publicaron en la Historia de la vida,
y virtudes de la venerable Virgen Datniana
de las Llagas. Escrita por el P. Ivan de
Cárdenas, de la Compañía de Jesvs, natural
de la ciudad de Sevilla. Dedicada á la glo-
riosa Señora Santa Ana Madre de Dios. En
Sevilla, en casa de Juan Caberas. Año de
1675. Págs. 407 y siguientes.
LLUPIA (D.» María de).
67. — Liras
Con grave canto armónico
celebra Melpomenes honoríficas
Relación de las fiestas, que hiio el Cole-
gio de la Compañía de Jesús de Girona en la
Canoniüiacion de su Patriarca S. Ignacio, i
del Apóstol de la India S. Francisco Xavier,
i Beatificación del Angélico Luis Gom^aga,
con el torneo Poético mantenido i premiado
— 22
por Don Marlin de Agullana cauallero del
habito de Santiago, i Señor de las Barotiias
de Liguere, i Mipanas en el Reino de Ara-
gón. Por francisco Rui^,natural de la noble
ciudad de Lo ja en el reino de Granada. —
Impresa en Barcelona, por Sebastián i Jai-
me Matevad. CIDÍDCXXIII.
Folios 1 19 y 120.
Certamen poético que con motivo de la ca-
yioni^ación de San Ignacio de Loyola y
de la beatificación de San Luis Gon^^aga se
celebró en la ciudad de Gerona en 1622; lo
publica D. Emilio Grahit.y Papell. Gerona.
Imprenta del Hospicio ¿1877?
Segunda edición de la obra anterior.
M
MADRE DE DIOS (Sor Francisca de la).
68. — [Carta á Fr. Jerónimo de San José,
Cronista del Carmen Descalzo, acerca de la
vida de San Juan de la Cruz y de Sor Ca-
talina de Jesús.]
Beas, 4 de Noviembre de 1629.
Autógrafa. — Dos hojas en fol.
Biblioteca Nacional.— Pp. 79, págs. 1461 y sig.
69. — [Testimonio de las virtudes de la
Madre Beatriz de San Miguel, monja car-
melita del convento de Granada.]
Original, con firma autógrafa. Una hoja
en 4.**
Biblioteca Nacional.— .Manuscritos. P. supl.*" 291, fo-
lio 243.
MADRE DE DIOS (Sor Isabel de la).
70.— [Carta á un Religioso acerca de la
vida de San Juan de la Cruz.] — Medina del
Campo, 16 de Enero de 1630.
Autógrafa.— Una hoja en fol.
Biblioteca Nacional.— Mss. Pp. 79, págs. 1371 y 1372.
71. — [Noticias biográficas de la Madre
Beatriz de la Encarnación y de Sor María
Baptista, compañera que fué de Santa Te-
resa.]—Calatayud, 24 de Noviembre de
1604.
Autógrafa. — Una hoja en fol.
Biblioteca Nacional.— Mss. L. 239, fol. 224.
72. — [Relación de un milagro que tuvo
lugar en las honras fúnebres de Fr. Nicolás
de Jesús María.]
Primero de Marzo de 1604.
Autógrafa. — Dos hojas en fol.
Biblioteca Nacional. — Mss. L. 239, fol. 218 y 219.
MADRE DE DIOS
(Sor Magdalena de la).
Fué natural de Avila, y allí profesó en el
convento del Carmen Descalzo.
73. — De lá comunicación interior y es-
piritual del alma con Dios.
Se conservaba manuscrita en el archivo
del mencionado convento.
Villiers. Bibliotheca Carmelitana.
MADRE DE DIOS (Sor Manuela déla).
Carmelita descalza. Vivió en la primera
mitad del siglo xvii y residió en el monas-
terio de Cuerva.
74. — Carta á un Prelado de su Orden, so-
bre la fundación del monasterio de Carme-
litas Descalzas de la villa de Cuerva, y es-
24 —
critos de Sor Teresa de Jesús María. — Cuer-
va, 3 de Octubre de 1642.
Autógrafa.— Dos hojas en fol.
Biblioteca Nacional,— Mss. P. V. fol. C. 31, núm. 41.
75, — Fundación deste convento de Reli-
giosas descalcas carmelitas de la villa de
Cuerba.
Ms. autógrafo. — 13 hojas en 4.°
Biblioteca Nacional.— Mss. S. 392, fols. loi á 113.
Habla también de algunas monjas virtuosas que
hubo en dicho convento.
76. — Relación breve déla vida de la Madre
Leonor María del Santissimo Sacramento,
Religiosa de este convento de carmelitas de
la villa de Cuerva.
Autógrafa. — 21 hojas en 4.°
Biblioteca Nacional.— Mss. S. 392, fol. 63 á 73.
77. — [Vida de las religiosas carmelitas
del convento de Cuerva, Mariana de Jesús,
Águeda de San José, Isabel de Jesús, María
de San José, Eugenia de la Encarnación é
Isabel de San José.l
Escrito de puño y letra de la Madre Manuela de
la Madre de Dios.
Suscriben además de ésta las Madres Teresa de
Jesús María, Isabel de San Pablo, María de la En-
carnación y Juana del Espíritu Santo.
16 hojas en 4.°
Biblioteca Nacional. — Mss. S. 392, fols. 121 á 136.
78. — Vida de la Madre Francisca de la
Madre de Dios, fundadora desta Santa Ca-
sa, [y de Mariana de San Alberto y María
de Jesús.]
Autógrafa. — Cinco hojas en 4.°
Biblioteca Nacional.— Mss. S. 392, fols. 114 á 118.
MADRE DE DIOS (Sor María de la).
79. — [Carta á un religioso en la que habla
de las virtudes de la Madre María de San
José, monja carmelita.]— Cuerva, Octubre;
sin año.
Letra del siglo xvii.— Autógrafa.— Dos
hojas en fol.
Biblioteca Nacional.— Mss. L. 239, fols. 477 y 478.
80.— [Noticias para la vida de San Juan
de la Cruz.]— Baeza, 26 de Abril de 1614.
Original.— Dos hojas en fol.
Biblioteca Nacional.— Mss. Pp. 79, fol. 592 y 593.
MAGDALENA (Sor María).
Monja portuguesa en el convento de la
Madre de Dios, del Orden de Menores, en
Lisboa.
8 1. —Vida de San Joáo Evangelista.— Lis-
boa, 1628.-8.°
MALDONADO (Sor Juana).
Religiosa en el convento de Santa Catali-
na de Sena, de Granada.
82. — Seguidillas jocosas:
Agua bendita quiero,
porque imagino
que es vejamen al diablo...
Triunfales fiestas que á la canonización
de San Juan de Dios consagró la muy tioble,
leal y gran ciudad de Granada. Las escribe
D. Sebastián Antonio de Gadea y Oviedo. —
Granada. Imprenta de Francisco de Ochoa.
Año 1692.
Página 217.
xMALDONADO (María).
Natural de Madrid.
83. — Romance de paranomasias.
Sagrada efigie, en tu mira
pongo mi justicia mera...
Sagrada métrica lid, que al supremo ge-
neroso impulso de seis sonoros toques en
obsequio del mejor Sol S.*^ Marta de Jesús
canto el convento de S. Diego de Alcalá.
Compuesto y ordenado por D. Joachin de
— 25
Aguirre. — Alcalá, por Joseph Espartosa.
1730.
Página 213.
MALDONADO DE MONROY (Jacinta).
84. — Décima.
Pulsas tan diestro tu lira...
Ivpiter y lo. Al Excellentissimo Señor
D. Manuel de Fonseca, y Zúñiga, Conde de
Monte Rey y de Fuentes. Por D. Manuel
Brauo de Velasco. — Con licencia, en Sala-
manca, por Diego de Cosió. — Sin año.
Las aprobaciones fechadas en Febrero y
Marzo de 1641.
MALO (D.^ Manuela).
85. — En el Compendio de las fiestas que
ha celebrado la Imperial ciudad de Qara-
goga... en honor de Fray Luys Aliaga, pu-
blicado por Luis Diez de Aux, se lee (fo-
lio 286):
Una glosa de Altabas
nos envió Manuela Malo,
con moderado compás,
y al mejor su ingenio igualo
porque sé que puede más.
MALDONADO Y ORMAZA
(D.» Catalina).
Marquesa de Castrillo.
Fué hija de D. José Manuel Maldonado,
Regidor en Salamanca, y doña María Ma-
nuela Suárez Deza y Várela. Casó con Don
Baltasar Portocarrero y Prado, segundo
Marqués de Castrillo.
86. — Las glorias de Salamanca, poema
heroico.
Murió la Marquesa sin haber concluido
esta obra, y entonces la ensalzó D. José An-
tonio Porcel en un soneto que fué leido en
la Academia del Buen Gusto, presidida por
la Condesa de Lemus.
87. — Romance endecasílabo de la Mar-
quesa de Castrillo, en respuesta de otro, á
D. Joseph de Torres y Villarroel, Cathedrá-
tico de Prima de Mathemáticas de la Uni-
versidad de Salamanca.
A tí, que en el imperio de los astros
leyes impones sabio é ingenioso,
y ellos, vanos de verse objetos tuyos
arden, porque el brillar tienen en poco.
A tí, que á expensas de tu ingenio logras
ser de Minerva alumno más glorioso,
para que así tu nombre inmortalice
el tiempo á rasgos y la fama á soplos...
Letra del siglo xviii; tres hojas en 4.**
Biblioteca Nacional— Mss. núm. 4.041, fols. 231 á 233.
Acerca de esta composición y de su auto-
ra hemos visto los siguientes manuscritos:
Desapasionado juicio que sin añadir,
agrega á los dos antecedentes dictámenes que
formó D. Joseph Villarroel, de un romance
endecasílabo de mi señora la Marquesa de
Castrillo, D. Joseph Juachin Maldonado y
Orma\a, en este romance de arte mayor.
Bellísima deidad, ¡con qué armonía
impone tu concepto peregrino
en dulzura, en asombro, en suavidades,
ley á Urania, á el Sol luz, honor al Pindó!
¡Con qué privilegiada inteligencia
introdujo tu numen exquisito
á pesar del obstáculo del sexo
al arte vuelo, alma al ser y regla al tiro!
Cantaste, y en floridas consonancias
que el Nibla cortesano te previno,
prestó la errante unión de exhalaciones
vida al mar, voz al eco, aliento al risco.
Cantaste, y en tus deíficos perfumes
que ámbar esparce en ámbito infinito
el inmortal penacho de la Arabia
dio cuna, encontró pira y halló nido.
Cantaste, y al herir las atenciones
la suave ondulación, tu claro estilo
en lo hermoso, en lo ardiente y en lo puro
fué deidad, pasmó llama, admiró armiño...
Letra del siglo xviii; en 4.**
Biblioteca Nacional.— Mss. núm. 4.041, fols. 2i5 á 232.
26
Dictamen que forma D. Joseph de Villa-
rroel, de un romance endecasilavo que escri-
bió mi señora la Marquesa de Castrilio.
Pulsaste, citarista soberana,
en plectro de diamante cuerdas de oro,
imponiendo tu rapto peregrino
pasmo al Sol, yugo al viento, freno al Ponto.
Cantaste con tan regio, esclarecido,
templado acorde, resonante asombro,
que en éxtasis armónico dejaste
sordo al mar, mudo al Pindó y ciego á Apolo...
Letra del siglo xviii; en 4.°
Biblioteca Nacional.-Mss. núm. 4.041, fols. 223 á 230.
Juicio que forma quien no tiene forma de
Juicio, de el romance endecasílabo que escri-
bió mi señora la Marquesa de Castrilio, imi-
tando Jocoso á el que escribió D. Joseph de
Villarroel, serio: escribíale quien tenía plu-
ma, tintero y papel, en el lugar de el Dere-
cho, mes del Obispo y era de Agosto.
Tomaste el pulso ¡oh médico del plectro!
no sé si fué al Psalterio ó monocordio,
y tocaste tan bien que logró alegre
mano el manco, ojo el tuerto y pata el cojo.
Fué tu canto de vivos y de muertos,
un fandango, un respingo y un retozo,
que á un entierro y á un fraile y á una monja
quitó temo, dio turno y abrió torno.
Componiendo la cena estaba un lego
para un extraordinario al refectorio;
durmióse el lego y tuvo con tu canto
la olla hervor, el fuelle aire, el candil oleo.
Letra del siglo xviii; en 4."
Biblioteca Nacional.— Mss. núm. 4.044, fols. 235 á 245.
MALUENDA (D.* Catalina de)
Sobrina del Abad D. Antonio de Maluen-
da, escritor burgalés. Vivió en la primera
mitad del siglo xvii.
88. — Poesías.
Parece que las compuso, por un soneto
en que la ensalzó el poeta burgalés cuvo
seudónimo es El Sacristán de la Vieja Rúa;
soneto que dice así:
A D.' Catalina de Maluenda, sobrina del Home-
ro burgalés el Abad de Maluenda.
¡Oh tú, cual nueva Fénix renacida
De las cenizas del varón famoso
Que en dulce lira y verso numeroso
Dejó nuestra región esclarecida!
Tierna planta engendrada y producida
Del árbol noble y tronco generoso.
Que del terreno del común reposo
La muerte trasplantó á dichosa vida.
Brote ya de la fértil primavera
De tu ingenio feliz, que el mío adora,
En vez de flores, sazonado fruto,
Si del hado cruel, la ley severa
Que al árbol se atrevió, te deja ahora
Seguir las huellas con semblante enjuto.
Cnf. Intento de un Diccionario biográjxco
y bibliográfico de autores de la provincia de
Burgos, escrito por Don Manuel Martines
Añibarro y Rives. — Madrid: Imp. de M.Te-
11o, 1889.
Págs. II y 28 á 48.
Algunas rimas castellanas del Abad Don
Antonio de Maluenda, natural de Burgos.
Descubriólas entre los manuscritos de la Bi-
blioteca Nacional D. Juan PéreK de Gu^mán
y Gallo; y las publica por ve^ primera, bajo
los auspicios del Excmo. Sr. D. Manuel Pé-
re!{ de Gu^mán y Bo^a, Marqués de Xere^
de los Caballeros, á quien se dedican.—SQ\i-
11a: Imp. de E. Rasco. 1892.
Lvi-i5i páginas en 8."
El Abad Maluenda y el Sacristán de Vie-
ja Rúa (poetas burgaleses), por D. Eloy Gar-
cía de Quevedo y Concellón. {Repista de
Archivos, Bibliotecas y Museos; t. VII, pá-
ginas I á 27.
El Sr. García de Quevedo prueba con
irrefutables argumentos que el Abad Don
Antonio Maluenda y el Sacristán de Vieja
Rúa no son un mismo poeta, según había
afirmado el Sr. Pérez de Guzmán.
27 —
MANRIQIT (D/ Dionisia).
Vivió á fines del siglo xvi y principios del
siguiente; fué religiosa en las Huelgas.
89. — Carta á S. M. en que «dice que las
cosas de aquella casa en materia de religión
estaban muy estragadas» y ruega que fuese
elegida por abadesa D." Ana de Austria. Las
Huelgas, 7 de Octubre de 1604.
Autógrafa. — Cuatro hojas en folio.
90. — Otra carta sobre el mismo asunto.
Las' Huelgas, 18 de Noviembre de 1604.
Autógrafa. — Dos hojas en folio.
Archivo de Simancas.— Patronato eclesiástico. Leg. 295.
.MANRIQUE (D." Inés).
Religiosa que fué en las Huelgas á me-
diados del siglo XVI.
91. — Cartas á un Señor.
De las Huelgas, 6 de Mayo y 30 de .íunio
de 1 568. •
Tratan estas cartas de varias monjas que
habían salido del monasterio con permiso
de la Abadesa y parece se resistían á volver.
Orig. con firma autógrafa; dos hojas en
folio.
Biblioteca Nacional.— P. 29, folios 387 y 388.
La segunda carta dice así:
.Muy Ilustre Señor:
A Francisco de Hubierna, mayordomo desta
Real Casa, ymbio á esa villa á ynformarse en cier-
to negocio que el dirá á v. m. y á que las monjas
de Villamayor se buelban luego á su casa, que es
tiempo. Suplico á v. m. le de crédito á lo que de
mi parte dixere, y le de orden como se ynforme del
negocio á que va; y en lo que toca á las monjas,
pues el tiempo de mi licencia que tienen es cum-
plido, iraie v. m. que luego se buelban á su casa
sin dilatar un dia más. Si v. m. manda en que acá
le sirba, lo haré como es razón. Nuestro Señor
guarde la muy ilustre persona de v. m. con acre-
centamiento de mayor estado ásu santo servicio.
De las Huelgas á 3o de Junio i568.
Servidora de vuestra merced que sus manos besa
Doña Inés Manrique, Abadesa de las Huelgas.
.MANRIQUE (Dona Luisa).
Condesa de Paredes.
Fué hija de Don Luis Enríquez y Doña
Catalina de Lujan. Nació en Ñapóles á 25
de Septiembre de 1604. Sus hermanos ocu-
paron altos puestos; Don Fadrique estuvo
de castellano en Milán; Don Diego fué ca-
pitán en esta ciudad; su hermana Francisca
profesó en el convento de Santa Catalina
de Valladolid. Muy joven entró Doña Luisa
en Palacio al servicio de la Reina Doña Isa-
bel, mujer de Felipe IV, quien la distinguió
con su afecto. Contrajo matrimonio con
Don Manuel Manrique de Lara, Conde de
Paredes, y tuvo dos hijas; una de ellas casó
con Vespasiano Gonzaga y heredó el Con-
dado de Paredes; la otra con el Marqués de
Olías y Mortara. Habiendo tenido la desgra-
cia de perder á su marido tornó á Palacio
llamada por la Reina para que educase las
Infantas. Más adelante, pensó dedicarse ex-
clusivamente á la salvación de su alma, in-
gresando en una orden religiosa; escogió la
del Carmen Descalzo y tomó el hábito en el
convento de Malagón. Allí desempeñó el
cargo de Priora. Falleció á 18 de Octubre
de 1660.
El testamento de D.* Luisa Manrique,
otorgado, antes de entrar en Religión, en
Madrid ante el escribano Francisco de Car-
tagena, á 20 de Febrero de 1648, fué publi-
cado por D. Luis de Salazar y Castro en su
Historia genealógica de la casa de Lar a;
tomo IV; págs. 368 y 369.
Cnf. Vida, y muerte de la venerable Ma-
dre Luisa Magdalena de Jesús Religiosa
Carmelita Descalca en el convento de San Jo-
seph de Malagón, y en el siglo, Doña Luisa
Manrique de Lar a, Excelentissima Condesa
de Paredes, Aya de la Christianissitna Rey*
28 —
na que fué de Francia, Doña María Theresa
de Austria y Bortón. Obra posthuma del
Reverendissimo Padre Fr. Agustin de Jesús
Maria, Provincial que fué de los Carmelitas
Descalzos. Sácala á lu^ D. Pedro Vidal de
Flores y Sabedra. Dedícala á las Excelen-
tissimas Señoras Condesa de Paredes Doña
María Luisa Manrique Lar a y Lujan y á mi
Señora la Marquesa de Malpica su herma-
na Doña Josepha Manrique Enrique^ Gon-
\aga, nietas de la Venerable Madre Luisa.—
En Madrid; Por Antonio de los Reyes.
Año 1705.
4.°, 256 págs.
Acerca de la familia de D.' Luisa hemos
visto en la Sección de Papeles Varios de la
Biblioteca Nacional los siguientes docu-
mentos, impresos todos ellos, pero sin indi-
caciones de lugar ni de año.
El Licenciado D. Diego Loaysa B.do de Qui-
ros, Fiscal de su Magestad en su Corte, y Real
Chancillería que reside en esta ciudad de Vallado-
lid. Por su Real Corona, y Patrimonio y coadju-
vando el derecho de la ciudad de Naxera, con don
lorge Manrique de Lara, y Cárdenas, Duque de
Maqueda, y (dizen) de Naxera.
25 hojas en folio.
Por Don lorge Manrique de Lara, y Cárdenas,
Duque de Nagera, Duque de Maqueda, con el Fis-
cal de su Magestad: y Sietes de la ciudad de Na-
gera.
46 hojas en folio.
Por Don Alonso Manrique de Lara, contra
D. Francisco Manrique de Lara y consortes oposi-
tores á la tenuta de Amusco, y mitad de Redeci-
lla del Camino y sus aldeas.
Firmada por D. Pedro Diez Noguerol.
20 hojas en folio.
Por el Rey Nuestro Señor, y el Licenciado
D. Diego Daza, su Fiscal, y por la ciudad de Na-
xera. Con el Duque don luán Manrique de Lara, y
doña Luysa Manrique de Lara, Duquesa de Ma-
queda, su hija, y contra don lorge de Cárdenas,
Duque de Maqueda, su nieto.
Firmada por el Lie. Pedro de Barcena Carasa.
14 hojas en folio.
Por D. Francisco Manrique de Lara, Fiscal de
la Real Audiencia de México. Con doña María
Inés Manrique, Condesa de Paredes, don Juan Ra-
mírez de Arellano, Conde de Aguilar. Sobre \z
Casa y Estado de Paredes. Y sobre el mayorazgo
de las villas acrecentadas de la Sierra de Alcaraz.
Y con don Alonso Manrique, y don Bernardino
Manrique, Señor de las Amayuelas, y don lorge
Manrique, Duque de Naxera. Sobre las villas de
Amusco y mitad de Redecilla.
36 hojas en folio.
Por el Marqués de la Hinojosa, Señor de los
Cameros. Con la Condesa de Paredes y D. Fran-
cisco Manrique. Sobre la sucession del mayoraz-
go de las villas de la Sierra de Alcaraz, que fun-
daron los Condes de Paredes el año de 1481.
Firmada por el Lie. D. Juan de Oviedo.
16 hojas en folio.
Por D.* Maria Inés Manrique de Lara^ Condesa
de Paredes. Con el Marqués de la Hinojosa, Con-
de de Aguilar, don luán Ramírez de Mendoza y
Arellano, don Francisco, don Alonso y don Ber-
nardino Manrique, don luán Enriquez y el Duque
de Naxera, don Juan Manrique de Lara. Sobre la
tenuta y possesion del mayorazgo de Amusco y
Redezilla, y el de la Casa y Estado de Paredes, y
villas de la Sierra de Alcaraz á él acrecentadas.
18 hojas en folio.
Por don Pedro Manrique de Lara, Conde de
Paredes. Con Doña Luysa Manrique de Lara, Du-
quesa de Naxera.
(Sobre las tercias y alcabalas de Amusco.)
17 hojas en folio.
92. — Carta á quien había de hacer juicio
de la conveniencia de imprimirse el libro
que compuso intitulado Año Santo.
Publicada por Fr. Agustín de Jesús Ma-
ría, en la obra citada, págs. 130 á 132.
— 29 —
g3. — poesías varias de la Venerable
Madre Luisa Magdalena de Jesvs,
Carmelita DESCALgA é^ el Convento
de MaLAGÓN: ANTES EXCELENTÍSSIMA
Condesa de Paredes.
ROMANCE
Be la correspondecia humana á los favores divinos.
Pensando está el coraron,
\ó buen Jesvs! quanto os debo,
y en golfos de beneficios
se anega el conocimiento.
Las malas correspondencias
con que pago el amor vuestro,
para que las llore el alma
les falta á los siglos tiempo.
¿Qué esperanzas puede aver
de la enmienda de mis yerros,
si quiero curar los males
sin aplicar los remedios?
Conozco mis desvarios
y mis tibiezas condeno,
suspiro por mejorarme
y nada procuro menos.
De vuestras misericordias
tan rodeado me veo
que quando de vna me aparto
Otra me sale al encuentro.
Tan grandes obligaciones
vozes dan dentro del pecho,
pero duéleme la paga
aunque la deuda confiesso.
Las mercedes que recibo
no las entrego al silencio;
mas ^qué importa el publicarlas
si con mis obras las niego?
Vuestra justicia en mis culpas
con justa razón la temo,
que hazen estas advertencias
más criminal el processo.
¡Ay de mi! Señor benigno,
¿si seréis juez severo?;
que muchas ingratitudes
apuran el sufrimiento.
Vuestra paciencia infinita
siempre la están compitiendo
continuas perseverancias
en antiguos desconciertos.
Vos, como dueño piadoso,
dissimulais sentimientos;
yo, como bárbaro esclavo,
por esso mismo me atrevo.
Con auxilios soberanos
me reparáis en mis riesgos;
yo me arrojo á los peligros
con locos atrevimientos.
Ya con entrañas de padre
al bien me estáis persuadiendo;
ya con manos liberales
me dais lo que no merezco.
Y yo, diferente en todo,
llego á ser tan avariento
que al dexar por vos mis males
no sé desasirme dellos.
A costa de vuestra vida
tengo á la gloria derecho,
y yo con nuevos pecados
os crucifico de nuevo.
Y, finalmente. Dios mió,
siempre los dos procedemos,
yo como el peor del mundo,
vos como el mejor del cielo.
ROMANCE
¡Qué breves que son. Dios mió,
las horas que estoy con tos,
y que largas le parecen
á mi inquieto corafón!
Que mal os puedo encubrir
la tibieza de mi amor,
quando tan despacio llego
donde tan de priessa estoy.
¡Qué de tiempo mal gastado
vanamente al mundo doy,
de quien solo desengaños
espero por galardón!
jY qué de tiempo me falta
para el estudio, Señor,
de aquella profunda ciencia,
quién sois vos y quién soy yo!
Y quando queréis leerme
tan importante lección,
¡qué de contrarios halláis
que impiden este favor!
Vn escuro entendimiento
de libre imaginación,
humilde en el entender
y altivo en la presunción.
Vna voluntad rebelde
con villana obstinación,
fácil á qualquier empleo,
ingrata solo con Dios.
Vna memoria, retrato
de tal representación,
— 30 -
que es solo de lo que mira,
más de lo que espera, no.
Contradiziendo mis dichas
quando se oponen á vos,
me llevan al mayor daño,
me apartan del bien mayor.
Pero no desmaya el alma
en tanta contradición,
porque vos para vencerme
todo poderoso sois.
OCTAVAS
jAy Dios!; quién fuera tal que os agradara
y tan dichoso fuera que os sirviera,
que por vos á si mismo se dexara
y por daros su vida la perdiera;
quien solo á vuestros pies descanso hallara
y tanto en amor vuestro se encendiera,
que todo á tus afectos entregado,
venciera al Serafín más abrasado.
Siendo vos mi principio y fin dichoso
reconoceros debe mi baxeza,
y de un Rey y Señor tan poderoso
¿quién puede resistirle á la grandeza?
sois fiel Amante, sois leal Esposo;
no es justo que apetezca otra belleza;
todo me debo á vos, buscad el modo,
mi Dios, para que sea vuestro todo.
Hazed en mi, dulcissimo Señor,
vuestra divina y santa voluntad,
que siendo de la mia vencedor,
gozaré la mayor felicidad:
tratadme con blandura, ó con rigor;
vsad de la justicia, ó la piedad;
si alcanzo que de mi os agradéis,
no os queda mayor dicha que me deis.
Los bienei que de vos he "recibido,
que el número al contarlos ha faltado,
piden del coraíon agradecido,
las veras, la fineza, y el cuydado:
muchas las culpas son que he cometido,
grandes los beneficios que he olvidado,
y estas luzes que al alma se le ofrecen,
todas en mi tibieza se obscurecen.
Pues yo para vencerme estoy cobarde,
vencedme vos con poderosa diestra,
de vuestra omnipotencia haziendo alarde
para bien mió, y para gloria vuestra;
el auxilio eficaz. Señor, no tarde,
executor de la ventura nuestra,
pues lo que vos queréis eficazmente,
villana resistencia no consiente.
DÉZIMAS
Señor, quando os llego á hablar
no se cierto que pedir,
si vida para servir
ó muerte para gozar.
Yo os quisiera assegurar,
y viuo, temo perderos,
muerto, no podré ofenderos,
más dexaré de serviros;
en fin, no acierto á pediros;
hazed que acierte á quereros.
No ay dicha como la vida -
en serviros empleada,
ni cosa más desdichada
que una vida mal vivida.
En duda tan conocida,
que vos elijáis espero;
La vida y la muerte quiero,
pero con tales reparos,
que si viuo he de obligaros,
y he de gozaros si muero.
Señor mío, hazed en mí
vuestra santa voluntad,
que toda mi libertad
os entrego desde aquí;
de vos vida recibí,
quitádmela si queréis;
sólo os pido que me deis
que nunca mi gusto hagáis,
que si el vuestro executais
lo mas conviniente haréis.
ROMANCE
A la Miseriooxdia d* Dio», á modo d« VeJamAii.
Señora Misericordia,
quiero dezirla quién es,
porque no la desvanezcan
los favores de su Rey.
Ella, quanto á lo primero,
no sé yo quién la dio el ser,
que la que llaman su Madre
Virgen pura siempre fué.
Que su hermana es la justicia
todos lo sabemos bien,
mas pueden ponerlo en duda
los efectos que se ven.
Porque en todas quantas cosas
rectamente quiere hazer,
muy á lo moxigatico
se le opone su merced.
Y es tan dichosa en la gracia
del más Supremo Juez,
— 31 —
que sale con quanto quiere,
una, y otra y oira vez.
Para criada en la Corte
y ser principal muger,
espanta mucho su estilo
quando se repara en él.
A todos trata igualmente,
diferencia no ha de aver
del mas humilde al mas alto,
ni del amigo al infiel.
Tiénenla por gran Señora,
y nunca en su proceder
se ha estimado en lo que vale;
digolo, porque lo sé.
Preciase de muy humana;
preguntóla: ¿para qué?
si essa es la mayor falta
de una doncella de bien.
Su puerta siempre está abierta,
y aunque es hermosa y cortés,
si primero no los llama,
ninguno la viene á ver.
Recibe abiertos los braíos
al que suyo quiere ser,
y aunque sea en Viernes Santo
admite á vn ladrón soez.
Mugeres de mala vida,
sabe amparar y valer,
y oyó muchas quemazones
quien se la advirtió una vez.
Dizen que es entremetida,
y yo no lo negaré,
porque su entremetimiento
rendir puede á Luzifer.
En todas partes se halla,
y á los que dormidos vé,
por despertarlos del sueño
haze todo su poder.
Por cierto, buena amistad;
no se espante que la den
con las puertas en los ojos
los que duermen á placer.
Espántase de sí misma,
que tan porfiada es
que si vna vez la despiden
quiere bolver otras diez.
Toda la tierra está llena •
de sus hechos, bien podré
dezirlo, pues que lo dize,
no menos que vn Santo Rey.
Y con ser tales sus gracias,
tiene vn cierto no sé qué,
que no la sabe dexar
quien la llega á conocer.
Y yo, que assí la murmuro,
mal me haga Dios, Amén,
si no la amo y estimo
más que al Ángel San Miguel.
No pido que me lo pagues,
que es obligación de quien
conoce que de tus manos
le ha de venir todo el bien.
Sólo te pido. Señora,
que quando llegue á tus pies,
como al pródigo, en tus braíos
abrigues mi desnudez.
ROMANCE
2n los primeros deseairafios d« m
Sabed, Señor, que me muero,
aunque muy bien lo sabéis
que me muero por quereros
tanto como vos queréis.
Mirando vuestra grandeza,
de mirarla me admiré;
perdíme en su abismo, y luego,
ignorando, me gané.
Advertida en la experiencia,
confiesso con firme fe,
que de vos entiendo menos,
quando más pienso que sé.
Las Divinas perfecciones
de vuestro inmutable ser,
sólo vuestro entendimiento
las alcan9a á comprehender.
Estas grandes maravillas
que en vuestras obras se ven,
son una muestra pequeña
de lo que podéis hazer.
¡O qué dichosos que somos
en tener vn Dios que es
sabio, santo y poderoso,
todo para nuestro bien.
Con sabiduría inmensa
remediáis el mal que veis,
queriendo vuestra bondad
y obrando vuestro poder.
Si esto sólo en vos se halla:
Dezidme, Señor, ¿en quién
buscava yo bienes quando
fuera de vos los busqué?
Pero no me lo digáis,
que yo lo confesaré:
aparentes los quería
y el mundo los da tal vez.
— 32 —
Término breve se goza,
distancia apenas se ve
de llegar á posseerlos
y bolverlos á perder.
Esto he conocido aora
que á vuestra luz los miré;
ya los verdaderos pido,
Christo mío, á vuestros pies.
Adonde aveis de darme nuevo ser
y en aquel Pan Divino,
possessión de tesoros infinitos
donde sólo se gozan
seguros bienes y cumplidas gloriaSi
ROMANCE
Más quiero yo á Jesu Christo,
con tormentos y fatigas,
que no á vos, mundo engañoso,
con vuestras pompas altivas.
Más quiero verme á sus pies
humildemente rendida,
que en vuestra mayor grandeza
tener la primera silla. '
Más quiero ofrecerle á él
las tiernas lágrimas mías,
que gozar vuestros regalos,
que admitir vuestras caricias.
Con Dios, no espero tristezas,
sin Dios, no espero alegrías;
pena con Dios, gozo es,
gozo sin Dios, es mentira.
Quien quiere aparentes gustos
promessas del mundo admita,
quien busca seguros bienes,
tome su Cruz y á Dios siga.
Si del Reyno de los Cielos
es difícil la conquista,
también los premios son largos,
también es corta la vida.
Los bienes que el mundo ofrece
quien más de cerca los mira
tan limitados los halla
que se le pierden de vista.
Los consuelos que ay en Dios,
cuando á la Cruz nos combida,
quien más pesada la lleva
mayores los averigua.
Llegad, almas, á entender
esta soberana enigma,
que está en la pena la gloria
y en los trabajos la dicha.
ROMANCE
Á. las perfecciones de la bondad de Dios.
Agora que mis potencias
gozan vna breve paz,
y de tí, Sol de Justicia,
luzes recibiendo están.
De tu bondad infinita
quisiera. Señor, contar,
si lo más de lo que alcanzo
lo menos de lo que ay.
Lo grande de tu saber,
lo admirable del obrar,
mi silencio lo venera,
essos Cielos lo dirán.
¡O qué bueno eres, bien mío,
qué bueno fuiste, y serás,
sin que pueda aver mudanza
por toda la eternidad!
Para Padre, ¡qué amoroso!
para amigo, ¡qué leal!
para Señor, ¡qué clemente!
y para Dios, ¡qué cabal!
Blando, quando persuades,
quando mandas, eficaz,
quando castigas, piadoso,
quando premias, liberal.
Quando te enojas, ¡qué justo!
¡qué fácil en perdonar!
¡qué acertados tus decretos!
¡qué recto tu Tribunal!
Si niegas lo que deseo,
si lo que pido me das,
todo es en tí Providencia,
todo es en tí santidad.
Si caygo, con pies velozes
me vienes á levantar,
y si tú no me tuvieras
nunca en pie pudiera estar.
Si estoy enfermo, me curas
con dulzura celestial,
siendo médico y salud
en accidentes de Pan.
Si todo el mundo me dexa,
tú siempre conmigo estás,
y con dobladas caricias
consuelas mi soledad.
Quando te ausentas de mí,
no es desvío, es amistad,
que te escondes por deberme
que yo te vaya á buscar.
Si al corafón temeroso
desmaya la sequedad,
33 —
con lágrimas le regalas,
que al alma sustento dan.
Pbrqüe el mal no me acobarde
ni el bien me pueda dañar,
tú perfeccionas el bien
y disminuyes el mal.
Lo que hazes, lo que eres,
dirélo con brevedad:
Eres Dios, como Dios obras;
no queda que dezir más.
ROMANCE
A una Xmag-en del Salvador, hemioRÍBSlma.
Dulcíssimo Jesús mío,
cuya beldad soberana
los Cherubines admira,
los Serafines abrasa.
Vuestra divina hermosura
cortamente dibujada,
dichosamente suspende
y tiernamente regala.
Esse mirar apazible
que es piedra imán de las almas,
castos desseos incluye
y puros amores causa.
La magestad del semblante
que á la mansedumbre iguala,
aumentando está respetos
donde esfuerza confianjas.
Essa mano celestial
tesorera de la gracia,
mercedes ofrece á todos
siempre liberal y franca.
Siendo lo menos de vos
esto que la vista alcanza,
lo menos da vos. Señor,
para dar mil glorias basta.
Los ojos que á veros llegan
en dichas tan bien logradas,
con atención os adoran,
con lágrimas os alaban.
Suspenso el entendimiento
repite con tiernas ansias:
si esto siente quien os mira,
¿qué sentirá quien os ama?
La voluntad codiciosa
de gozar venturas tantas,
antiguas pérdidas llora,
de nuevos empleos trata.
Toda á vos quiere rendirse,
y en esta divina tabla
assegurar los peligros
de las borrascas humanas.
Gozando está la memoria
felicidades dobladas
quando del retrato hermoso
al original se passa.
Porque al vivo se presenta
la perfección de la estampa
lo piadoso de las obras,
lo dulce de las palabras.
Parece que os estoy viendo
en el pozo de Samada
quando de beber pedísteis
para ofrecer mejor agua.
Ó en la mesa de Simón,
donde con enigmas sabias
fué de vos tan defendida
la pecadora más Santa.
O quando compadecido
de la adúltera acusada,
su abogado os reconocen
los que juez os buscavan.
También, Señor, os propone
essa modestia sagrada
diziéndole al Centurión:
yo iré á curarle en su casa.
Y en aquel sermón famoso,
quando de un monte á la falda
enseñasteis á los hombres
lo que es bienaventuranza.
Que llame, que pida y busque
estáis persuadiendo al alma
porque reciba, si pide,
y para que entre, si llama.
Que sois Pastor verdadero,
que sois vida deseada,
que sois camino seguro
manifestáis con luz clara.
¡O celestial prototipo
desta imagen soberana,
dadme aliento con que pueda
eternamente alabarla!
Pero callar es mejor
porque la verdad agravia
del divino trato vuestro
quien mal vive y bien os habla.
ROJVIANCE
De vn pecador tomando el Christo para morir.
En hora buena vengáis.
Soberano Rey del cielo,
á ser mi abogado aora
para ser mi juez tan presto.
34-
Que en este apretado trance,
después que presente os tengo,
ni teme la muerte el alma,
ni siente su mal el cuerpo.
En efecto, Señor mío,
sois amigo verdadero,
y no me queréis dexar
en el mayor de mis riesgos.
Tanto de veros me animo,
que á no parecer sobervio
dixera que en este punto
ni aun mis propias culpas temo.
Mas, <:por qué no lo diré,
si en v.uestros merecimientos
se fundan mis esperanzas
y se deshazen mis miedos?
Nada en mis obras confío,
que humildemente confiesso
fueron las malas sin tassa,
las buenas con mil defectos.
Muy loco estuviera yo
si al desengaño más cierto
con la pena á que me obliga
no me obligara á ser cuerdo.
Pequé, Señor, de palabra,
en obras y pensamientos,
esclavo de mis antojos
y libre á vuestros preceptos.
Los passos que di en la vida
desde los años primeros,
siempre de vos me apartaron
siendo vos mi propio centro.
Oyendo vuestra doctrina
y viendo mis desconciertos,
fui para escucharos, sordo,
y para mirarme, ciego.
Tan detenido en seguiros,
tan tardo en obedeceros,
que el primer día que os busco
es de mi vida el postrero.
Pero nada me acobarda
como á vuestros pies me veo,
que la más fiera borrasca
nadie la teme en el puerto.
Claro está, Señor, que á quien
en tal sagrado se ha puesto,
ofenderle no podrán
los poderes del infierno.
El Sol de justicia sois,
mas yo confiado espero
que á la sombra desta cruz
se os encubrirán mis verros.
Y aunque los echéis de ver,
aquí en cinco llagas tengo
para huir vuestros castigos,
las puertas de mi remedio.
Sin turbación ni desmayo
de mis pecados me acuerdo,
porque es mayor vuestro amor
aunque son muy grandes ellos.
Conmigo estáis, buen Jesús,
no me dexéis, Jesús bueno,
pues es verdad que sois mío
y que nací para vuestro.
Los horrores de la muerte
ya me van acometiendo;
Jesús, pues que sois mi vida
concédeme más aliento.
No para que se dilate
pagar el devido feudo,
sino para repetir,
Jesús, vuestro nombre tierno.
Que assi se regala el alma
oyendo estos dulces ecos,
que duda si podrá hallar
gloria mayor en el cielo.
Pero ya faltan las fuerzas,
ya voy la vista perdiendo,
ya se han caydo los bracos
y se ha levantado el pecho.
Ya sólo en el corazón,
Jesús, pronunciaros puedo;
ya. Señor, en vuestras manos
este espíritu encomiendo.
1
ROMANCE
Bumll&es reconocimientos k beneficios divinos.
)Ay mi Dios!
¿qué fuera de mí sin vos?
¿Qué fuera. Señor, de mí,
si fuérades como yo
y fuera como la mía
vuestra amable condición?
¿Qué fuera, Señor, de todos,
si á la culpa más atroz
le diérades el castigo
que á la más leve le doy?
¿Quién pudiera prometerse
de sus delitos perdón
si vuestra piedad tomara
consejos de mi rigor?
¿Y quién pudiera librarme
de eterna condenación
35-
si faltara como en mí
la misericordia en vos?
¡A y mi Dios!
¿qué fuera de mí sin vos?
Remiso y tardo en cumplir
una y otra obligación,
al primer agravio, ¡o quanto,
me precipita el furor!
Quán diferente, bien mío,
vuestro noble corazón;
dilata los escarmientos
y apresura el galardón!
Premios tenéis y castigos,
pero dais, dulce Señor,
los castigos, como padre,
y los premios, como Dios.
La fragilidad humana
nunca conmigo escusó
pecado ageno, aunque tanta
disculpa del pecador.
Y apenas haze una falta
el justo en la perfección,
quando de toda su vida
fiscal riguroso soy.
Vos siempre Juez piadoso,
en el delito mayor
os mueve á lástima el reo
y á enojo el acusador.
Aunque también este crimen
tiene sentencia en favor,
porque es vuestra tolerancia
quien haze la información.
Dicha es grande que seamos
tan diferentes los dos,
más ¡ay! que el no pareceres
es ser desdichado yo.
¡Ay mi Dios!
¿qué fuera de mí sin vos?
SEGUIDILLAS
k. Kuestra Befiora.
¿Quién ha visto del Cielo
la mejor prenda?
Yo, que he visto á María
de gracia llena.
¿Quién ha visto sin culpas
un ser perfecto?
Dios, que deve á su Madre
tal privilegio.
¿Quién ha visto sin quexas
la embidia humana?
Yo, que sé que á María
lodos la aman,
¿Quién ha visto que el Cielo
se dé á un perdido?
Dios le da si María
llega á pedirlo.
¿Quién espera el remedio
de un alma ingrata?
Yo, que sé que María
todo lo alcanja.
¿Quién ha visto misterios,
glorias, prodigios?
El que viere á María
todo lo ha visto.
JACULATORIAS
Á Christo nuestro Señor, sacadaa de algunos
sentimientos dt San Agustín.
Jesús, tú lo mandaste,
que el ánimo inquieto
sea para sí mismo
castigo y escarmiento.
Jesús, tu prevenisie
con soberano acuerdo,
que todo lo posea
el que te está sugeto.
Jesús, Rey soberano,
¡qué apazible es tu Imperio!,
¡qué suave tu yugo!,
¡qué dulces tus preceptos!
Jesús, quando te adoro
y quando amarte quiero,
ganancias infinitas
hallo en tan digno empleo.
Jesús, tal gloria causa
tu trato afable y tierno,
que en gustos repetidos
se anegan los desseos.
Jesús, quien de servirte
haze el devido aprecio,
ni sabe pedir más,
ni puede querer menos.
Jesús, quien sólo trata
de tenerte contento,
quando menos le busca
más asiegura el premio.
Jesús, el frequentarte
haze el deleite feo,
y para los pecados
. quita el consentimiento.
Jesús, sólo te pierde
el pecador tan necio
-36-
que le dexa y se aparta
ó tímido, ó protervo.
Jesús, ¿de quien á quien
va, quien de tí va huyendo,
si no de vn Dios piadoso
al mismo Dios severo?
Jesús, suma clemencia,
como el herido ciervo
busca la fuente pura,
yo tu costado abierto.
Jesús, fuera de tí,
todo estoy violento:
pero iqué maravilla,
si eres mi ptopio centro!
Jesús, fuego divino,
abrásame secreto
en lo interior del alma
para mayor incendio.
Jesús, tesoro mío,
en tí todo lo tengo,
por tí todo lo alcanzo,
en tí todo lo espero.
OCTAVAS
Deus meuB et omnla.
Yo ¿'para qué nací? para alabaros,
para serviros y reconoceros,
para, como á mi fin, siempre buscaros,
para, como á mi bien, nunca perderos;
como á principio mío, devo amaros,
como á Señor Supremo, obedeceros;
pues ¿qué penas, qué daños no merezco
si no os amo, ni busco, ni obedezco?
Sois de mi bien origen soberano,
soy de mi perdición causa primera,
yo para el corazón, dueño tirano;
vos para el alma, gloria verdadera;
en mi mismo me pierdo, en vos me gano,
soy mi peligro, y sois mi propia esfera,
y no me dexo á mí, ni á vos me llego;
¿quién vio con tanta luz hombre tan ciego?
SEGUIDILLAS
Á la venida de el Santíssimo Sacramento á la Capi-
lla Keal, aviéndole acompañado el Sey nuestro
Sefior, y el Príncipe nuestro Señor Baltasar Car-
los, y la Seyna nuestra Señora, y las Damas le
esperaron en el patio.
A Phelipe el Grande
(miren qué digo)
otro huésped más Grande
se le ha venido.
Y en su compañía
tan bien se halla
que irse ya no quiere
de la posada.
Con los dueños de casa
bien se conviene,
que Isabel y Phelipe
lo mismo quieren.
Su Palacio le fían
(¿quien creyera tal?)
siendo enamoradizo,
mancebo y galán.
Desde el punto que vieron
su hermosa cara,
que le adoran, confiessan
todas las Damas.
No será estrañeza
para la Reyna,
que en el patio se dize
fué la primera.
Imitando del Padre
santos afectos,
Baltasar, galán suyo,
no tuvo zelos.
Antes quando el huésped
vino á rondalla,
todos vieron que él mismo
le acompañava.
Y el disfraz esse día
poco le valió,
que el paje se vía
quién era el Señor.
Háganle buen passage
señores guardas,
que es galán casamiento,
mayor de marca.
Damas y meninas
ténganse en buenas,
miren que en la Villa
muchas le ruegan.
Mas si se disponen
á enamorarle,
es de buen contento,
será muy fácil.
Con dos lagrimitas
y un suspiro fiel
le verán más tierno
que al más portugués.
Como puede tanto
la buena gracia,
es María Teresa
quien más le agrada.
Hízole visita
con tal atención
que en el alma y cuerpo
vistió su color.
Y el Divino huésped
agradecido,
quanto pide su aya
le ha concedido.
A Palacio se viene,
él estrechará
con la Casa de Austria
la antigua amistad.
Recibióle Phelipe
con tanto aplauso,
que su afecto sólo
pudo hazer tanto.
¡O que bien se emplean
estas finezas
en quien no ay ninguna
que no merezca!
Pagarálas todas,
ténganlo por fee,
pues servir se dexa,
cierta es la merced.
Que es tan liberal
(como Dios, en fin,)
que por darnos solo
se dexa servir.
37 —
luán Batista Felipes de Cáceres.—En ^ara-
go^a, por Diego Latorre. Año 1623.
MANRIQUE DE SILVA (D.* Francisca)
Marquesa de Aguilar.
96. — Manifiesto en que declara la ragón
que tiene para publicar las sinra9ones y tro-
pelías que están executando con ella y con
su hijo el Conde de Castañeda D. Antonio
Manrique de la Cueva, para que todo el
mundo conozca quán justamente pide jus-
ticia á Dios nuestro Señor, á quien dedica
esta obra.
Trata del matrimonio del Conde con doña Ca-
talina Téllez Girón, hija del Duque de Osuna y
dama de la Reina María Luisa de Borbón, al cual
se oponía éste.
Ms. del siglo xvii; 17 hojas en folio.
Museo Británico. Eg. 338,
MANUEL (D.* Bernarda).
g^.. — El año santo, ó meditaciones para
todos los días en la mañana, tarde y noche,
sobre los misterios de la vida de Christo
Señor nuestro y de su pasión.— Madrid.
1658.-4."
Publicó esta obra de Doña Luisa Magda-
lena, D. Aquiles, caballero napolitano, pro-
tonotario apostólico y comisario del Santo
Oficio.
MANRIQUE DE LUNA
(D.* Ana Polonia).
g5. — Á Juan Bautista Felices de Cáceres:
La invidia, que ya aligera
las edades con su agravio,
hace desdichado al sabio
que astros dominar espera...
El cavallero de Avila. Por la Santa Ma-
dre Teresa de lesus... Pohema heroico. Por
Portuguesa del Algarbe, donde nació "en
el año 1 61 6. Estuvo casada con Antonio
Gómez Borges, vecino de Madrid. Ambos
fueron procesados por judaizantes en los
años 1 65o y i65i, y condenada ella á cárcel
perpetua, hábito y varias penas espirituales.
Conoció de su causa la Inquisición de To-
ledo.
Con ésta se conserva una defensa origi-
nal de Doña Bernarda; consta de seis hojas
en folio.
Archivo Histórico Nacional.— Inquiíición de Toledo.
Legajo 164, uúm. 535.
MANUEL MENDOZA (D.* Mariana).
97. — Décima á Doña Ana de Castro Egas
en la Eternidad del Rey Nuestro Señor Fe-
lipe III:
Al objeto que matizas
quien da dones inmortales...
-38-
Eternidad del Rey Don Filipe tercero
Nuestro Señor el Piadoso. Discurs:> de su
vida y santas costumbres. Al Serenissimo
Señor el Cardenal Infante su hijo, Doña Ana
de Castro y Egas.— En Madrid. Por la Viu-
da de Alonso Martín. MDCXXIX.
Folio 6.
MARCELA (Julia).
^8.— Redondillas á Francisco López Pá-
rraga:
Tanto en vuestra sacra suma...
Epitome a la vida i glorioso transito del
Seráfico Patriarca S. Francisco. Por Fran-
cisco Parraga, Bachiller en Teología. A la
devoción de Luis de Mercado Arias. — Con
licencia, por Francisco de Lyra. 1622. — 8."
MARCO (Úrsula Polonia).
99. — Soneto á San Ramón Nonato:
Tres ángeles no más y en esa cama
que es trono del poder de Dios que asoma...
Certamen poético a las fiestas de la trans-
lación de la reliquia de San Ramón Nonat,
Recopilado por el Padre Fr. Pedro Martin,
Religioso de la Orden de nuestra Señora de
la Merced Redención de Cautivos. Y su vida
en Rimas por Francisco Gregorio Fanlo. A
Doña Luysa de Padilla, Condessa de Aran"
da. — Año 161 8. Impresso en Zaragoza, por
luán de Lanaja y Quartanet.
Folio 90.
MARGH (Juana Ignacia).
Natural de Pollenza. Estuvo casada con
Francisco Pizá y Gible, regidor perpetuo de
Palma. Murió á 6 de Enero de 1791.
100. — Poesías religiosas.
Bover da el título de una que es: Oración
á Jesucristo crucijicado, y publica algunos
versos de ésta.
MARGARITA IGNACIA.
loi . — Á nombre de esta portuguesa se pu-
blicó una Apología del P. Antonio Vieira,
mas el verdadero autor lo fué su hermano
Luis Gon9alves Pinheiro, según afirma Bar-
bosa Machado en la Bibliotheca Lusitana.
MARÍA (Sor Bernarda).
Monja en el Real Convento de Santa
Clara de la ciudad de Sevilla.
102. — Á la muerte del Doctor Juan Pérez
de Montalván. Décimas:
Suspende, muerte, suspende...
Lágrimas panegíricas á la temprana muer-
te del gran poeta, y teólogo insigne Doctor
luán Pere^ de Montalván.
Fol. 83.
Reproducidas en la Biblioteca de Autores españoles,
t. XLII, pág. 548.
iVlARÍA (Sor Gregoria).
103. — Libro de los consejos de esta Santa
Casa de la Encarnación Benita. (San Pláci-
do de Madrid.)
Años 1629 á 1644.
Autógrafo. — Ocho hojas en folio.
Archivo de Simancas.— Proceso de las monjas de Saa
Plácido. Leg. 3.
MARÍA ÁNGELA (Sor).
104. — Carta de Edificación, Cerca de la
Muerte, y exemplar Vida de Sor María Ca-
talina, Hermana Profesa de Velo Blanco en
nuestro Monasterio de Capuchinas de Jesús,
María, y Joseph, de la Ciudad de Lima.
4.** — Cuatro hojas sin numerar con la sig-
natura A.
Suscrita por Sor María Angela y fechada
en Lima el 20 de Diciembre de 1767.
-39 —
MARÍA LUISA DE BORBÓN
(La Reina D.»). '
Mujer de Carlos H. Nació á 26 de Abril
de 1662; fué hija de Felipe, Duque de Or-
leans, y de Enriqueta Ana de Inglaterra.
Cuando en 1678 se ajustaron las paces entre
Francia y España se convino en el matri-
monio de aquélla con el rey Católico. Nom-
brado Embajador extraordinario al efecto
D. Pablo Spinola Doria, Marqués de los
Balbases, se llevó á cabo el desposorio en
Fontaineblcau á 31 de Agosto de 1679, re-
presentando á Carlos II el Príncipe de Con-
ti. Poco después se encaminó D.' Luisa á
España, y en Quintanilla se reunió con su
enfermizo esposo, siendo luego, á 2 de Di-
ciembre, recibidos ambos en Madrid con
alegría y fiestas públicas. Durante el breve
tiempo de su reinado se granjeó el amor de
sus vasallos por su caridad y otras excelen-
tes prendas. Falleció á 12 de Febrero de 1689
y fué sepultada en el monasterio del Esco-
rial.
io5.— Cartas familiares á Carlos II.
Fechadas á 17 de Septiembre de 1679 y
Noviembre del mismo año.
Autógrafas. La primera escrita en francés;
la segunda en castellano.— Dos hojas útiles
en 4.'
Bibliotíca Nacional.— Mss. P. V. 4." C. i. Núms. 3 y 5.
MARÍA LUISA DE BORBÓN.
Mujer que fué de Carlos IV, con quien
se casó en el año 1775. Falleció en 1819. Su
biografía, y especialmente sus escándalos,
son bien sabidos para que nos ocupemos
de ellos.
Acerca del matrimonio de Carlos IV con
María Luisa publicó noticias y documentos
inéditos D. Juan Pérez de Guzmán en un
artículo rotulado Casamiento de un Príncipe
de Asturias.
(Ilustración Española y Americana de 30
de Enero de 1901.)
106.— Cartas á D. José García de León y
Pizarro.
Roma 1 5 de Septiembre y 2 de Noviem-
bre de 1 817.
Son dos; habla en ellas del tratado de
Parma y de las acusaciones contra Vargas.
Publicadas en las Memorias de la vida del
Excmo, Señor D. José García de León y Pi'
i(arro, escritas por el mismo, — Madrid. Su-
cesores de Rivadeneyra. 1894-97.
Tomo III, págs. 368 á 371.
MARÍA TERESA (Sor).
Abadesa que fué en el Convento de Ca-
puchinas de la Puebla de los Angeles.
107.— Vida y virtudes de la M. R. M. Ma-
ría Leocadia, fundadora de las Capuchinas
de la ciudad de la Puebla.— México, Imp. 4e
Hogal,año 1734.— 4.'
Beristain y Souza. Biblioteca hispano-americana.
MARÍN (Celestina María).
108. — Carta al Diario de Madrid en que
censura la Geografía de Cañaveras y á don
Elias Ranz.
En mi gabinete á 6 deSeptiembre de 1794.
Diario de Madrid, 14 de Septiembre de
1794; págs. 1.047 a 1.049.
MARQUINA (D,* Marta).
109.— Marthae Marchinae,Decimae Musa
Neapolitanse, in suo Libro Carminum, Ro-
mas in lucem emisso.
Anno M.DC.LXII.
DISTICHON AD LECTOREM
Praecipis ex isto demi mala carmina libro.
Si mala sustuleris, ¿quid reliquum fuerit?
— 40
TRADUCCIÓN
Que borre los malos versos
Me mandas, que aquí te escribo;
Si quito los malos, dime,
¿Qué quedará en este libro?
Varias, hermosas flores, del Parnaso, que
en quatro floridos, vistosos quadros, plan-
taron iunto a su cristalina fuente D. Anto-
nio Hurtado de Mendoza; D. Antonio de
Solis;... y otros i Ilustres poetas de España.
En Valencia, en casa de Francisco Mestre.
Año 1680.
MARTÍNEZ ABELLO (D.^ María).
Poetisa de principios del siglo xix.
lio.— Tragedia. La Estuarda. En quatro
actos. Compuesta por D.' María Martínez
Abello.
(Al fin:) Barcelona: Por Francisco Suria
y Burgada. S. a.
16 hojas en 4.**
Empieza así:
MARÍA ESTUARDA
Ya he firmado las cartas; id, Jacobo,
Cerradlas al instante y con presteza
Dádselas al correo, por si logran
Mis desgracias tener alguna enmienda.
¡Corazón! no presagies infortunios.
Que aunque ya reconozco tu nobleza,
No tengo de creerte por ahora,
Ni he de atender á que las alas muevas.
JACOBO
Vuestra Real Majestad, no á los pesares
Les debe conceder tan larga rienda.
Que el cielo, conmovido, al ver que sufre
Penas y sobresaltos con paciencia.
Trocará las tormentas en bonanzas
Porque la tempestad se desvanezca.
MARÍA ESTUARDA
A la verdad, no sé que responderos;
Está ya decretado que padezca;
L ) conozco muy bien, Dios lo dispone.
Alabo su divina providencia;
Pero buscar alivio en los trabajos
A los humanos toca, y quien lo ordena
Después lo que conviene les envía.
Siempre con equidad y con clemencia.
JACOBO
Católica señora, ¡qué constancia!
¿Qué importará que tantos reinos pierdas
Si tus muchas virtudes te preparan
Otra más digna y superior diadema.^
A obedeceros voy.
MARÍA ESTUARDA
¡Oh santo cielo!
¡Qué temores el alma no atormentan!
¡Qué cuidados, que sustos no padezco
En medio de mi débil resistencia!
' Que á no ser el poder que me sostiene
¿Quién duda era forzoso dar en tierra?
Esto, Señor, pudiera consolarme,
Pero es en sumo grado mi tibieza;
Nací para desdichas; bien se advierte;
Apague el llanto mis ardientes quejas.
III. — Comedia nueva. Entre los riesgos
de amor, sostenerse con honor. La Laureta.
Compuesta por Madama Ahello (sic).
(Al fin:) Barcelona: en la Oficina de An-
tonio Sastres, en la baxada de la Cárcel. S. a.
38 págs. en 4.° á dos columnas.
MARTÍNEZ GALTERO (D.* Inés).
112. — De Doña Inés Martínez, Gaitero,
Religiosa en el Convento de Santa Ana de
Murcia.
Décimas:
Virgen, vuestros ojos bellos
tanto á Dios enamoraron
lusta poética, y festividad votiva a honor
de la gloriosa Virgen y Martyr santa Lu-
^ia. Por la piedad y devoción de Francisco
Pére^ de Blesa. Celebradas en el convento
de San Agustín de la Ciudad de Murcia, a
trece de Diciembre de 16 34 años. Descritas
por Don Pedro de Castro y Añaya. Y dedi-
cadas a Don Deodato Imperial y louardo,
Sindico General de la Orden de San Fran-
— 41 —
cisco. Con licencia: En Origuela: Por íuan
Vicente Franco. Año M.DC.XXXV.
90 hojas en 8.°, más ocho de prels.
Folios 43 y 44.
Biblioteca de Mr. Archer M. Huatington.
MARTÍNEZ DE ROBLES
(D.* Segunda).
113. — Las españolas náufragas, ó corres-
pondencia de dos amigas. Novela original
por Doña Segunda Martínez de Robles. —
Madrid. Abril de 1831. Imprenta de D. Nor-
berto Llorenci.
Dos vol. en i6.°; el primero de 144 pági-
nas y el segundo de 1 20, con dos grabados
en madera.
Esta obrita, que en el fondo es una autobiogra-
fía, se compone de 18 cartas de D. S. M. (Doña
Segunda Martínez) á (N. D. S.) y de ésta á su
amiga, quien refiere un naufragio y mil contra-
riedades que le sucedieron en el extranjero, hasta
que pudo luego regresar á España y obtener del
Rey el indulto de su marido, del cual había estado
separada largos años; el estilo es sencillo y el con-
junto del libro más hace efecto de memorias que
de novela.
MAS (Isabel de).
1 14. — Soneto á la Virgen:
Subiendo Rey más por valor que fuerte
Romance:
Bizarra, hermosa Talía
Certamen poético de Nuestra Señora de
Cogullada... Publícalo el Licenciado luán
de Iribarren i Pla^a. — En Zaragoza, en el
Hospital Real i General de Nuestra Señora
de Gracia. Año MDCXLIV.
Págs. 138 y 176.
MATILDE (D.* Raimunda).
1 1 5. — Décima:
Murmurando bien decir..,,.
Sueños y Discursos de verdades descubri-
doras de Abusos, Vicios, y Engaños en iodos
los Oficios, y Estados del Mundo. Compues-
to por D. Francisco de Quevedo Villegas.
Valencia. Ch. Garriz. 1627.
Reproducida en ediciones posteriores, in-
cluso en la Biblioteca de Autores españoles,
tomo XXllI, pág. 295.
MATURANA DE GUTIÉRREZ
(D.* Vicenta).
Nació en Cádiz á 6 de Julio de 1793. Fué
hija de D. Vicente, Caballero de la Orden
de Calatrava, Mariscal de Campo y Direc-
tor general de Artillería. Á la edad de cua-
tro años pasó á Madrid, donde recibió es-
merada educación y aprendió francés y di-
bujo. A los nueve años ya componía versos,
aunque á disgusto de sus padres. En 1807
se trasladó con éstos á Sevilla; allí se dis-
tinguió por su destreza en el baile, y tanto,
que fué llamada la Terpsícore del Betis.
Habiendo muerto su padre en la batalla de
Bailen, vivió con su madre en Portugal los
años 1809 y 18 10. En el siguiente regresó á
España y en 1820 casó con el Coronel don
Joaquín María Gutiérrez, Oficial de la Se-
cretaría de Guerra. En 1825 publicó anóni-
ma su novela Teodoro ó el huérfano agrade-
cido; en 1828 un tomo de poesías y en 1829
otra novela: Sofía y Enrique. Dícese que la
Reina Amalia, quien la quería sobremane-
ra, le enseñaba sus versos para que los co-
rrigiera. Cuando estalló la guerra civil, su
marido siguió las banderas de D. Carlos, y
habiendo fallecido á i .' de Octubre de 1 838,
D.' Vicenta estableció su residencia en el
extranjero; en Bayona publicó el Himno á
la luna, folleto raro porque su autora reco-
gió la mayor parte de los ejemplares. Murió
en Alcalá de Henares en el año 1859.
— 42
1 1 6.— Ensayos poéticos de la Señora Doña
Vicenta Maturana de Gutiérrez.— Madrid.
Imprenta de Verges. Año de 1828.
I j7._Poesias de Doña Vicenta Maturana
de Gutiérrez.— París. Librería de Lecointe
y Lasserre. 1841.
21 5 págs. en 8."
1 18.— Poesías de Doña Vicenta Maturana
de Gutiérrez.— Madrid. Imprenta de San-
tiago Aguado. 1859.
273 págs. en 8.", más cuatro de prels. y
dos al fínal.
En 8.'; iv-106 págs. más dos hojas de prels.
En el prólogo, después de manifestar
D.* Vicenta que sólo había compuesto sus
versos como una expansión del ánimo, tras-
ladando al papel las impresiones que los
varios accidentes de la vida la sugirieran,
y esto con desaliño y espontaneidad, sin los
auxilios del estudio, protesta contra quienes
la suponían plagiaría, diciendo:
Yo puedo sufrir con resignación el título de
mala compositora; yo sabré hacer el sacrificio de
mi amor propio, exponiéndome á la justa crítica
que merecen mis yerros poéticos; pero no me es
dado autorizar con mi silencio una falsedad y una
injusticia, ni robar un solo rayo de su gloria á
quien miro con la más justa consideración y con
la más viva gratitud.
Caracteriza este libro la variedad de asun-
tos en que se inspiran sus composiciones,
escritas en metros muy diversos, como ro-
mances octosílabos, romancillos, liras, dé-
cimas, tercetos y verso libre; en él se cele-
bra la naturaleza en sus estaciones y frutos,
los afectos del alma cual La mudanza, 6 ex-
presiones de éstos como La inquietud y La
mirada; hay una sátira contra las corridas
de toros y bastantes sonetos filosóficos; otros
de felicitación y elegiacos.
D.' Vicenta Maturana tenia imaginación
lozana y un sentimiento ppético no común;
pero no habiendo perfeccionado el gusto
con el estudio de nuestros clásicos, adolecen
con frecuencia sus versos de ciertos descui-
dos, incorrecciones y aun prosaísmos; ver-
dad es que por lo mismo no se nota en ellos
''^^cl convencionalismo tan frecuente en mu-
chas poetisas y sí la expresión sincera de los
estados del ánimo.
LA GOLONDRINA
Ven á mi humilde lecho
Graciosa golondrina
Y en él fija el albergue
De tu amada familia.
Sólo morar te agrada
Donde la paz se anida;
Ven á mi humilde techo,
Vivirás complacida;
Aunque soy de la Corte,
Mi alma, seducida
No está de sus grandezas,
Yo soy cual tú sencilla.
No aprendí en los palacios
La falacia y mentira.
No en mi pecho el orgullo
Y la ambición domina.
Siempre en la paz hermosa
Y en la verdad divina
Formé todo mi encanto,
Labré toda mi dicha.
Admiré las virtudes
Si no supe seguirlas
Y bendije al Eterno
Con alma enternecida.
Así, ven á mi asilo.
Cantora golondrina,
Y repite á mi reja
Tu grata melodía.
Mis hijos inocentes
A tu canto sonrían,
Y de mi esposo amado
Los cuidados disipa.
El triste, á sus deberes
Da la mitad del día,
Mirando los combates
Del vicio y de la intriga;
Pero vuelve anhelante
Cuando declina el día
A suspirar al seno
De su mejor amiga
Y á gozar de sus hijos
43 —
Los juegos y caricias
Y el .sueño delicioso
Que grato le convida.
lAh!, ven á ser testigo,
Inocente avecilla,
Del más puro contento
Y doméstica dicha,
Ven á mi humilde techo,
Graciosa golondrina,
Y en él fija el albergue
De tu amada familia.
L\ DESPEDIDA
Adiós, mi caro esposo,
Marcha con pecho fuerte
Á despreciar la muerte
Y á mezclarte en la lid.
Del Rey y de la patria
El interés sagrado
Reclaman un soldado
Decidido cual tú.
Y al universo muestra
Que por él romper sabes
Los lazos más suaves
Que el hombre conoció.
Que el asilo abandonas
De una madre querida
Cuya doliente vida
Te pudiera excusar;
Que dejas una esposa
Tierna y desconsolada
De riesgos rodeada
Sumida en el dolor.
Y una hija en la cuna,
Cuyas blandas caricias
Hacían las delicias
De tu paterno amor.
Impávido atraviesa
El ancho mar salado
En equinocio airado,
Burlando su rigor.
La muerte ó la victoria,'
Tu suerte es decidida;
Hacienda, honor y vida
Hoy vas á aventurar.
Indigno el que no corre
Cuando el deber le llama
Y ardiente no se inflama
De un religioso ardor.
Yo sufro; mas no temas.
Que tu noble entereza
Con indigna bajeza
Procure contrastar.
Que fiel te seguiría.
Si á mi pecho pendiente
Una niña inocente
No me fijase aquí,
¡Cuántas amargas penas
Apuraré en secreto;
Tú serás el objeto
Da mi eterna inquietud!
Haz llegue á mi retiro
El eco de tu gloria,
Que nunca mi memoria
Te aparte del deber.
Adiós, que en este instante
Mi llanto sofocando
, Voy tu valor copiando
Con alma varonil.
Te seguiré á la tumba
Cual viuda de un valiente,
O tornarás, la frente
Ceñida de laurel.
MI TEMOR ÚNICO
No me hace extremecer el silvo fiero
Del terrible huracán, cuando agitado
Forma montañas en el mar salado
Llenando de pavor al marinero.
Ni el trueno que retumba, ni el ligero
Rayo, de oscura nube disparado.
Ni el torrente que arrastra mi ganado,
Ni ver entre humo y llamas el granero.
Con pecho firme, con serena frente
Miraré el universo combatido
Sin que el corazón mío se amedrente.
Mas este corazón tan atrevido,
Tiembla, palpita.... mil temores siente
Si sueña de tu amor helado olvido.
MI SITUACIÓN
Iiixas.
Estaba yo sentada
Del Manzanares á la fresca orilla
Mirando enajenada
Una blanca y graciosa tortolilla
Que al lado de su amado y fiel esposo
Formaba dulce arrullo cariñoso.
Si de ella se apartaba
El tortolillo fiel, triste gemía;
Pero al punto tornaba
Y á su tierno gemido respondía,
Sobre un árbol frondoso se posaban
Y con los bellos picos se halagaban.
— 44 —
Después que largo rato
Miré yo enternecida sus amores,
De mi destino ingrato
Maldije la injusticia y los rigores,
Y el recuerdo infeliz de mi tormento
Ocupó mi agitado pensamiento.
Mis ojos desmayados
De lágrimas amargas se cubrieron,
Y hacia el cielo tornados
Quejas de su rigor instes le dieron,
Pues como el humo que arrebata el viento
La esperanza voló de mi contento.
La risueña esperanza
Que llenara mi vida de dulzura
Y en tranquila bonanza
Me llevaba hacia el puerto con presura.
Mas ¡ay! que el desengaño doloroso
Me robó la esperanza y el reposo.
Y por siempre privado
Mi corazón de paz y de ternura,
Por decreto del hado
Fallece condenado á noche obscura,
Y solo al fin la calma y el reposo
Hallará en el sepulcro tenebroso.
119. — Himno á la Luna, poema en cuatro
cantos escrito por la S.* D.' Vicenta Matu-
rana de Gutiérrez. — Impreso en Bayona por
Duhart-Fauvet y Maurin. 1838.
71 págs. en 8.°, más xv de prels.; lleva
cuatro láminas.
Este himno es un ensayo de poesía en
prosa y está escrito con una difusión que
raya en pesadez.
Biblioteca de Mr. Archer M. Huntington.
120. — Sofía y Enrique, novela original,
escrita y dedicada á su Alteza Real la Sere-
nísima Señora Infanta Doña María Francis-
ca de Asís, por la Señora Doña Vicenta Ma-
lurana de Gutiérrez. — Madrid. Imprenta de
la Viuda de Villalpando. 1829.
Dos vols en 8."; el primero de xv-iSy pá-
ginas y el segundo de 120, más tres hojas
al principio.
MAY (Leonor).
^ 121. — Carta á los Dominicos de Valencia
acerca de un viaje á Roma del Maestro Cas-
teloli, de su muerte y de las reliquias de San
Vicente que obtuvo en Bretaña. — Barcelo-
na 29 de Septiembre de 1532.
Autógrafa. — Una hoja en folio.
Archivo Histórico Nacional.— Papeles de los Dominicos
de Valencia.
MAYCAS (Sor Jerónima).
Religiosa de Nuestra Señora del Rosario
en Daroca.
122. — Décimas á la muerte del Príncipe
Baltasar Carlos:
Dobló el amor la violencia
Obelisco histórico, i honorario que la im-
perial ciudad de Zaragoza erigió á la in-
mortal memoria del Serenissimo Señor Don
Balthasar Carlos de Austria, Principe de
las Españas. Escrivelo el Doctor luán Fran-
cisco Andrés. — En (Jaragoga, en el Hospi-
tal, de Nuestra Señora de Gracia. Año
MDCXLVI.
Pág. 44.
MAZAORINI DE LEEROS (D/ Rosa).
123. — Décima:
Porque quieres impedirme...
Diario de Madrid, 3 1 de Agosto de 1 794,
pág. 991.
1 24. — Romancillo:
¿Qué hay en este mundo
Que pueda durar
Un año y otro año?
La dulce amistad...
Diario de Madrid, 17 de Mayo de 1796,
págs. 55i y 552.
-45-
125.— Oda:
Á MI BALCÓN Y Á MI ANTEOJO
Humilde balcón mío,
Anteojo pobre y tosco
¡Qué inocentes delicias
Disfruto por vosotros!
Tu situación, tu auxilio
Franquean á mis ojos
Objetos los más gratos
Que se esconden á otros...
Diario de Madrid, 19 de Junio de 1796,
págs. 687 y 688.
126. — Oda:
¡Oh! soledad preciosa
Que á los mortales brindas
Con el dulce reposo
Que tanto necesitan!
•En el tropel confuso
De las que llama dichas
Y placeres el mundo,
Discurriré tranquila.
Los halagüeños dones
Con que fortuna brinda
¿Son verdaderos bienes?
¡Qué duda tan tardía!...
Diario de Madrid, 21 de Julio de 1796,
págs. 819 á 821.
127. — En vista del juicio que el señor Cen-
sor mensual hizo en el Diario de 9 de Agos-
to, de la Oda inserta en el de 21 de Julio, se
compuso la siguiente Octava:
Alababa mis versos cierto sabio...
128. — Soneto:
Sueña un calenturiento con la fuente.
Un viejo con un duelo en que ha vencido...
Diario de Madrid, 1 1 de Septiembre de
1796, págs. 1. 041 y 1.042.
D,* Rosa Mazaorini se refiere en estos
versos á un romance que empieza:
Al justo mérito de las Odas insertas en el Diario
del 21 de Julio y 1 g de Junio, compuestas por
Rosa Mazaorini. L. D. P.
Como rosa en tus versos
Aroma grato esparces
Y siendo del sentido
Encanto, el alma atraes.
¡Oh! bien haya el Parnaso
Que así quiso llamarte.
Pues del jardín de Iberia
Eres rosa apreciable
Siento con solo oirte
El coro de las aves
Que celebran tus versos
Sonoros y agradables;
Pues honra de las Musas
Del Betis, á admirarte
Concurran los pastores
Del río Manzanares...
Diario de Madrid, i de Agosto de 1796
págs. 263 y 264.
Más adelante decía el mismo Diario:
Demasiada humildad tiene Madama Rosa para
ser mujer que hace excelentes versos; en verdad
que no mostramos ni un átomo de esta virtud los
varones, aunque los hagamos detestables. Esta
prenda y la delicadeza de la Octava del día 1 1 me
convencen de que realmente es hembra hecha y
derecha, sobre lo qual hasta ahora había tenido
mis dudas; y el Soneto, tan bien conducido como
graciosamente rematado, puede servir de modelo
á los soneteros que creen no tiene más dificultad
un soneto que el rimar catorce versos.
Diario de Madrid, 5 de Octubre de 1796,
pág. 1. 1 37.
MEDINAVEITIA (D.* María Josefa).
Nació en Barcelona á 22 de Noviembre
de 1797. Fué hija de D. Juan José Medina-
veitia, Fiscal del Crimen, y de D.' Mariana
Pefíuelas de Zamora, que lo era de D. Juan
Peñuelas, Ministro de Gracia y Justicia.
El cruzado en Egipto. Melodrama heroi-
co en dos actos, traducido y puesto en verso
español, según el original italiano. Barcelo-
na. Imp. de J. Cherta y Comp.* Año 1829.
Emma de Resburg. Melodrama heroico
en verso. — Barcelona. Imprenta de Mayol...
Año 1829.
46-
129.— La Geografía en láminas y mapas,
con el retrato y descripción de los usos, tra-
jes y costumbres de todas las naciones, tra-
ducida libremente del francés por D. M. J.
de M. Con superior permiso.— Barcelona.
Por los herederos de D. Agustín Roca. 1834.
vi-264 págs. en 4." menor apais. con 34
láminas.
port,— Pról. de los editores.— Advertencia.—
Texto.— índice alfabético de los capítulos.— Lá-
minas.
Acerca de esta obra he visto en el Archi-
vo Histórico Nacional los siguientes docu-
mentos:
r
La Real Academia de San Fernando ha exami-
nado la Geografía en estampas, ó sean los usos,
costumbres y trages de los diferentes pueblos de
la tierra, que por acuerdo del Supremo Consejo
remitió V. S. á su censura en 22 de Abril último.
Esta obra está traducida libremente del francés
al castellano por D.* María Josefa de Medinabeitia
y Peñuelas de Zamora; cuya versión examinada
de antemano particularmente, no ofrece reparo
alguno contrario al decoro y buena moral. La
Academia examinó también las eitampas del ori-
ginal que se acompaña y aunque no parecieron
muy correctas en los trages y dibujo, juzgó que
la publicación de esta obra será útil y curiosa
para los que se dedican al estudio de la Geografía
Universal, y tanto más apreciable quanto mayor
sea el mérito y correcto estilo de las referidas es-
tampas que deben acompañar á la traducción.
Manifiéstolo á V. S. por acuerdo de la Academia,
devolviendo la obra original y traducida, para la
resolución que el Consejo estime conveniente.
Dios guarde á V. S. m.s a.s
Madrid 16 de Junio de i83i.
Martin Fernánde){ de Navarrete.
Sr. D. Antonio López de Salazar.
17 de Junio de i83i. Se concede á D.» Maria
Josefa de Medinaveitia y Peñuelas de Zamora, la
licencia para imprimir la Geografía en estampas,
en los términos que propone el censor, pagando
los Reales derechos.
MEDRANO (Antonia Aurelia de),
130. — Elogio del Doctor Juan Pérez de
Montalván:
Si viendo ;oh huésped! este monumento...
Lágrimas panegíricas á la temprana muer-
te del gran poeta, y teólogo insigne Doctor
luán Pere¡{ de Montalván.
Folio 59.
MEDRANO (María de).
131. — Soneto á San Pedro Nolasco:
Sacó la luz en lazos oprimida
dulce sepulcro de la tierna infancia...
Las fiestas solemnes y grandiosas que hi^o
la sagrada Religión de Nuestra Señora de
la Merced á su glorioso Patriarca... San
Pedro Nolasco, este año de i63g. — Madrid.
Imp. del Reino. MDCXXX.
Folio 74.
MEDRANO (xMaría Teresa).
Poetisa mejicana del siglo xviii.
132. — Dos epigramas latinos en loor de
Fernando VI.
133. — Soneto:
Del caos informe el dedo sobírano...
Cifra feliK de las dichas imponderables
que se promete la Monarchia Hespañola baxo
el suspirado Dominio de su Augusto Sobe-
rano el Señor Fernando VI (que Dios pros-
pere)... Justa literaria, Certamen poético,
con que la humilde lealtad, y reconocida
gratitud del Real, y más antiguo Colegio
de S. Ildefonso de México celebró el día 28
de Enero del año de 1748 la exaltación al
Solio de su Augusto Protector. — En Sala-
manca: En la imprenta de la Santa Cruz.
Sin año.
286 págs. en 4.°— Fágs. 147 y 157.
-47-
MELÉNDEZ (D/ Catalina).
ij^.—Glosa en elogio del P. Luis Aliaga:
Para maravilla extraña
y caudillo de la Fe
dio un Fernando el cielo á España...
Luis Diei{ de Aux. Compendio de las fies-
tas que ha celebrado la Imperial ciudad de
Qaragoga... en honor del P. Fr. Luys de
Aliaga.— Zarsigoza: Por Juan de Lanaja.
Año 1619.
Página i 60.
'melgar y santa cruz
(D.* Antonia de).
135.— De D. Antonia de Melgar y Santa
Cruz, Cabera de la Solariega de Soria. So-
neto al Autor:
Sobre el instable mar, ^qué atrevimiento
La casa del iuego, compuesta por Fran-
cisco de Nauarrete y Ribera, Notario Apos-
tólico. Por Documento al Letor. — En Ma-
drid, por Gregorio Rodríguez, año de 1644.
MELGAREJO (D.» Luisa).
El inquisidor de Lima, Gaitán, escribía
á I." de Mayo de 1624 acerca de Luisa Mel-
garejo:
Mas ha de doce años que ha corrido voz pública
en esta ciudad que doña Luisa Melgarejo, muger
del doctor Juan de Soto, tenía relaciones, visiones
y favores del cielo, que era muger santa, y que
decía que sabía cuando las ánimas de los difuntos
salían del Purgatorio.
Y visto en consulta en catorce días del mes de
Noviembre de mil seiscientos veinte y tres, se
acordó se recogiesen los cuadernos y papeles que
había escrito la dicha doña Luisa, de sus arrobos,
éxtasis, suspensiones y revelaciones.
Recogiéronse cincuenta y nueve cuadernos; lue-
go que los recibimos vimos que unos traían letra
nueva en todo, otros en partes, algunas adiciones
también de letra nueva y diferente, algunas partes
borradas y enmendadas otras, y hojas cortadas; y
por haberse hallado todos los dichos quadernos
ó casi todos en poder de los Padres Contreras y
Torres, de la Compañía, pareció examinarlos, y
pareció y se hizo, y van al fin del dicho proceso
de la dicha doña Luisa sus declaraciones, para
que vistas por Vuestra Señoría mande lo que fue-
re servido y convenga, porque resultan culpados.
J. T. Medina. Historia del tribunal del
Santo Oficio de la Inquisición de Lima
( j 56 g-j 8 20). —Sanüago, Imprenta Guten-
berg. 1887.
Tomo 11, págs. 34 á 41.
MENDES SOBRAL (Constanza).
Floreció en la segunda mitad del siglo
XVII. Fué muy dada al estudio y perita en
las lenguas griega y hebrea. Murió soltera
en el año i685.
ijg.—Rosa sin espinos ó María Santísima
concebida sin pecado original.
Damián Flores Pcrím, Teatro de mujeres ilustres.
MÉNDEZ DE SIERRA (D.* Bárbara).
127.— Glosa á la piedad religiosa de Feli-
pe V y la Reina:
Ya que en el culto mejor
de Filipo y de Isabela
todo el celo se desvela
todo se esmera el amor...
Sagradas flores del Parnaso, consonan-
cias métricas de la bien templada lira de
Apolo, que á la reverente Cathólica acción
de aver ido acompañando sus Magestades al
S.'"" Sacramento que iba á darse por Viáti-
co á una enferma el día 28 de Noviembre
de 1722, cantaron los mejores cisnes de Es-
paña. Dedicado á Doña Isabel Farnesio por
mano de Don Alvaro Ba^dn Benavides Mar-
qués de Santa Crw^.— En Madrid; Imprenta
de Juan de Ariztia. [1723.]
Un vol. en 4." — Página 25.
-48
MÉNDEZ DE ZURITA (Lorenza).
Nació en Madrid y recibió una esmerada
educación desde muy niña. Sus maestros
fueron Alvar Gómez de Castro y el Maestro
Serna. Casó con Tomás Gracián Dantisco.
Residió en Valladolid cuando se trasladó"
á esta ciudad la 'Corte y allí tuvo una hija
llamada Margarita, bautizada en San Lo-
renzo á 27 de Junio de 1601.
Debió morir poco después, pues ya en el
año i6o5 aparece Tomás Gracián casado
con D.' Isabel Berruguete, nieta del célebre
escultor Alonso Berruguete (i).
Lope de Vega la alaba en los siguientes
versos del Laurel de Apolo:
Doña Laurencia de Zurita, ¡lustre
admiración del mundo,
ingenio tan profundo
que la fama, la suya, para lustre
de si misma la pide.
Escribió sacros hinos
En versos tan divinos
que con el mismo sol dimetros mide.
No hemos podido hallar estos Himnos
que Lope cita, como tampoco las epístolas
y versos latinos que se le atribuyen.
El mismo Lope, en la Relación que sirve
de introito al auto del Hijo pródigo, incluí-
do en el Peregrino en su patria, añade:
Y si Laurencia su querida esposa
Que ya goza del cielo, por que el suelo
No mereció su mérito divino,
Quisiera competir con cuantas viven
Eternas en el nombre de la fama,
Nicóstrata inventora de las letras
Latinas, se rindiera á las que supo;
Safo á su verso, y la mujer famosa
Que corrigió los de Lucano heroicos;
Que en discreción, prudencia y mansedumbre
Basta el testigo de su muerte santa.
De ella escribe Pérez de Moya:
(i) Estudios histórico- artísticos relativos principal-
mente á Valladolid, por D. José Marti y Monsó. Vallado-
lid, i8Q8-igoi.— Pág. 116.
Loréncia Zorita, que al presente es casada con
el Secretario Thomás Gracián Dantisco, criado de
su Magestad, tan docta y exercitada en la lengua
latina y poesía como otra qualquierade las de los
siglos passados, según se parece en sus Epístolas y
versos latinos, compuestos con muy elegante es-
tilo, y escriptos de su mano, de tan buena letra y
characteres como podría escriuir un maestro de
escuela. Y con esto la música de canto y de la
harpa, la qual tañe, y canta los. versos de Home-
ro, Ouidio y Vergilio y los Psalmos de Dauid. Fué
su maestro de letras humanas el maestro Aluar
Gómez de Castro y el maestro Serna.
Varia historia de sanctas e ¡Ilustres mu-
geres en todo género de virtudes. Recopila-
do de varios autores por el Bachiller luán
Pere^ de Moya. — En Madrid, por Francis-
co Sánchez. Año de 1583.
Folio 310.
MENDOZA (D.* Ana Vigencia de).
Uztarroz dedica á D.' Ana estos versos' de
su Aganipe:
Por Doña Ana Vicencia de Mendoza
y por doña Matilde, heroicos goza
aplausos el Isbela en sus candores
por tan unidos bellos resplandores,
y siendo en el ingenio tan hermanas
podrán estar ufanas
y dividirse amables la con"ona
que les ofrece el hijo de Latona,
si ya no viene escaso
todo el laurel augusto del Parnaso
que igualmente se debe á su hermosura
á su ingeniosa y célebre cultura.
138. — Soneto á la Virgen:
Este que acaso incierto es al cuidado...
Certamen poético de Nuestra Señora da
Cogullada, ilustrado con una breve chrono-
logia de las imagines aparecidas de la Vir-
gen Sacratissima en el Reino de Aragón, del
Doctor luán Francisco Andrés de U^ta-
rro^. Publícalo el Licenciado luán de Iri-
barren i Plai^a, i lo dedica al muy ilustre
Deán i Cabildo de la Santa Iglesia de Za-
— 49 —
rago^a. — En Zaragoza, en el Hospital Real
i General de Nuestra Señora de Gracia.
Año MDCXLIV.
Página 131.
MENDOZA (D." Andrea de).
139. — Glosa:
Ved, señora, que es tni mal...
Tiéneme tan consumido...
140. — Otra:
Mi término es variar...
Tiénenme tan lastimado...
Catalogue des manu&crits espagnols et des
manuscrits portugais, par M. Alfred Morel-
Fatio; pág. 224.
MENDOZA (Angela de).
Poetisa granadina del siglo xvii.
141. — Á las cenizas del Doctor Juan Pérez
de Montalván. Epicedio (Soneto):
Culta pavesa ya, si antes alada...
Lágrimas panegíricas d la temprana muer-
te del gran poeta, y teólogo insigne, Doctor
luán Pére^ de Montalván.
Folio 58.
MENDOZA (D.* Antonia de).
Condesa de Benavente.
Nació, acaso en Sevilla, á principios del
siglo XVII. Fué hija del Conde de Castro (1)
y dama de las Reinas D." Isabel de Borbón
y D.' Mariana de Austria.
Pellicer habla en sus Avisos de una pen-
dencia que hubo entre los criados de Doña
Antonia y del Marqués de Almenara:
«Con la nueva de la muerte del Señor infante,
no asistieron sus Magestades el Domingo 8 [de
Diciembre de 1641], como acostumbran todos los
(i) Asi lo aíirma D. J. Pérez de Guzmán en el Cancio-
nero d* la rosa, tomo II, pág. 407.
años, á la fiesta de nuestra Señora de la Concep-
ción, que se celebra en el Monasterio de las Descal-
zas Reales. Vino el día de la octava domingo á i5;
comió ese día en el convento la Reyna nuestra
Señora, y al apearse las señoras Damas, un criado
de la Señora Doña Antonia de Mendoza se puso
delante de los Señores Marqueses de Almenara,
Diego Gómez de Sandoval, Conde de Castelnovo,
Conde de Vagos y otros. Dixéronle se apartase,
con cortesía, y respondiendo con desvergüenza,
sacaron las espadas: quedaron algunos heridos y
un soldado de la guarda atravesado un muslo: las
Damas y las Señoras alborotadas (i).
Un poeta gongorino de aquel tiempo de-
dicó á D.' Antonia los siguientes versos:
Á LA SEÑORA DOÑA ANTONIA DE MENDOZA,
POR UNA SANGRÍA
Octavas.
Que un accidente humano á A ntandra hermosa
Le haga sangre (¡aquí del Dios y ciego!)
Que le ofende un jazmín bañado en rosa.
Que le agravia una rosa vuelta en fuego;
¿Para cuándo su aljaba poderosa
Guarda las puntas, si admirado llego
A ver que de un Dios triunfa libremente
Y se sujeta Antandra á un accidente?
Rendida, y no de amor, al brazo llega
Un hombre (¡oh venturoso desacato!)
Siendo lugar la nieve que le entrega.
Que apenas antes lo intentó el recato;
En cinta pone al sol, la luz se ciega.
Besa el cristal el yerro y hiere ingrato,
Y al hierro que llamar rayos se atreve
Respuestas de coral le dio la nieve (2).
Á 31 de Marzo de 1648 escribía al P. Ra
fael Pereyra el P. Sebastián González desde
Madrid:
Doña Antonia de Mendoza, de edad más que
mediana, se casa con el conde de Benavente, viu-
do (3).
(i) Avisos de D. José Pellicer. Semanario erudito, to-
mo XXXII, pág. 181.
(2) Biblioteca Nacional. Departamento de Mss.— M. 83,
folio 23.
(31 Cartas de algunos PP. de la Compañía de Jesús
sobre los sucesos de la Monarquía entre los años de 1634
y 1648. Tomo VII, pág. i65. (Memorial histórico español.)
£1 Conde lo era D. Juan Francisco Alonso Pimentel.
— 5o
Las capitulaciones matrimoniales se otor-
garon á 10 de Marzo de 1648; el Conde ofre-
ció á D." Antonia 7.000 ducados de dote y
una pensión de 3.000 si quedaba viuda.
Habiendo fallecido el de Benavente á 21
de Diciembre de i652, un hijo de éste, don
Antonio Alfonso Pimentel, entabló pleito
contra aquélla, quien venció en la contien-
da tres años más adelante.
Falleció de un atracón de aves á comien-
zos del año i656, según cuenta D, Jerónimo
de Barrionuevo:
«Murió la Condesa de Benavente, domingo en la
noche. Fué el caso que esta señora se comía cada
día cuatro pollas de leche en diferentes maneras.
Cenó una en jigote y una pepitoria, comiendo de
ella 16 alones, sin los adherentes acostumbrados de
conservas y sustancias. Díjole el médico que la
asistía que para su edad era mucha cena. Respon-
dióle que sin esto no dormiría, y hízolo tan bien
que amaneció en el otro mundo volando en los
alones de las aves. Tenía hecho testamento, man-
dando no la enterrasen si muriese hasta pasados
tres días, por unos desmayos grandes y dilatados
que le solían dar; y que la embalsamasen y lleva-
sen su corazón al túmulo de su marido, que tam-
bién se hallan ahora Belermos y Durandartes á
cada paso. Dejó toda su hacienda á los Trinitarios
descalzos, que dicen pasan de 100.000 ducados.»
Carta de 2 de Febrero de i656.
Avisos de D. Jerónimo de Barrionuevo
(i654-i658). Precede una noticia de la vida
y escritos del autor por A. Pai( y Melia.—
Madrid. Imp. de M. Tello. 1892-93.
Tomo II, págs. 289 y 290.
142. — Poesías.
Se atribuyen á D." Antonia, aunque sin
cierto fundamento, algunas de las conteni-
das en el ms. M. 83 de la Biblioteca Nacio-
nal. Son las siguientes:
I. —Al Marqués de Velada, que Dios
guarde:
Dávila generoso,
magnánimo Toledo,
gran Marqués de Velada,
cuya sangre heredada,
cuyo heroico denuedo,
cuyo imperio famoso
lámina adquiere de inmortal memoria
en vividores siglos de tu gloria.
De el grande Sancho sucesor activo,
dos veces, por su nombre, y por tí, vivo,
pues que la alada trompa
se renueva por él aunque se rompa,
y el valor que allí admira
no sea perdido, pues en tí se mira.
Así ya en tus róeles
muchas orlas se miren de laureles
cuando de el holandés fiero pirata
la herética escarlata
que en sus venas produce
la causa que á su estrago te conduce,
en el de sangre vegetal Danubio
brazo de Dios te aclame su diluvio.
Así, pues, te suplico
que este rato te deba
el sentimiento á que mi mal te mueva,
voz funeral en que el dolor duplico.
Ya el alma desasida
de aquella vida que me dio esta vida
yace; y si bien se advierte
Norte de mejor vida fué su muerte,
pues de el imán tocado
que no perdona el cetro ni el cayado,
con la aguja fatal del albedrío
iba guiando el racional navio,
y así la muerte, que es la amiga estrella,
á salvamento le llevó tras ella;
sulcó el golfo de muerto
y en la misericordia tomó puerto.
Ya de quien fuiste dueño
la inexorable le entregó á su sueño,
y á su Hacedor, que en polvo le resuelve»
el ser prestado que le dio le vuelve;
ya el suspiro postrero
dio mi padre y señor Mateo Montero.
Y pues que ya de el hado
el destino fatal se ha ejecutado,
oye en su hora postrera
de su afecto una copia verdadera
de sus palabras nivelada y propia
si en mi rudeza desmentida copia;
este epílogo, mucho aunque sucinto,
¡oh!, grande Antonio, pinto;
perdona los colores
que en el original fueron mejores,
pues de la fe con victoriosa palma
tabla hizo al cielo si pincel á el alma,
que de el celo á la luz con el reflejo
acierto de cristiano fué el bosquejo.
Aquesto, pues, imito
y á pluma tosca la oración limito
de el dolor más perfecto
(pasión sea ó verdad) que vio el afecto
y en tí, ¡oh! padre, de lágrimas el hilo
disculpe la rudeza de mi estilo,
que en el logro feliz de lo que espero
tengo á Maclas si me falta Homero,
porque el amor me alumbre
cuanto el ingenio rudo me dislumbre,
y así disculpa alcance
de aquel contrito trance
(escala activa de el divino solio)
porque la imito al temple estando al olio;
ya este perdón colijo,
y así ¡oh Marqués! mi amado padre dijo:
Ya, Señor, que este vajel
en este mar de mis culpas
con la falta del aliento
desanimado fluctúa:
Yff-que este reloj que al tiempo
la hora postrera apunta
y aunque desconcierta el curso
la que ha de ser no se duda:
Ya que aqueste lazo unido
con la Providencia tuya,
con la misma Providencia
se quiebra ó se desanuda: ,.
Ya que la summa de ofensas
en el guarismo de injurias
contra tí, porque son tantas,
la cuenta se dificulta:
Ya, pues, que aferra á la muerte
con las áncoras de angustias
y el aire de mis suspiros
vajel, reloj, lazo y summa:
No desperdicie y malogre
mi voz, pues que no se ofusca
aunque sabe que su acento
cecea á la sepultura.
Alábete yo. Señor,
en tanto que el ser se fustra
y esta tumba de mi alma
va á hospedarse en otra tumba.
Ya el golpe de la muerte
levantado está, y ya anuncia
que Átropos el hilo corta
de aquesta estambre caduca;
5i -
Ya el último parasismo
en la garganta se añuda;
el alma, Dios, te encomiendo
y tu voluntad se cumpla.
Dijo mi padre, y su postrero acento
fué en la respiración postrero aliento.
Ya de su vida aquel natal Oriente
vio en su postrimería el Occidente;
ya otro número augmenta á la experiencia;
Dios le dé el cielo y guarde á Su Excelencia (i).
II. — Dando el pésame á la cinta verde, de
cuan desvalida está hoy^ habiendo sido an-
tes tan estimada de los amantes.
Coplas de pie quebrado:
Antes que prorrumpa el llanto
V que en hebras dolorosas
se adelgace,
va de pésame y quebranto;
cinta verde, estas son cesas
que Dios hace.
Allá en la edad más hidalga
de amantes era interés
tu color,
mas ya no hay color que valga;
todo en las mujeres es
so color.
Geroglíficos ignora
lo verde ya en los amantes
de más flema,
porque en las hembras de agora
es fábula lo que antes
era emblema...
III. — Soneto:
María sacrosanta, Virgen pura,
casta azucena, candida paloma,
rosa entre espinas, olorosa aroma,
madre del Criador siendo criatura...
IV. — Romance amoroso:
Cuando sale el alba hermosa...
V. — Mote á la muerte de la Reina Doña
Isabel de Borbón, mujer de Felipe IV:
Al cielo sube Isabel
del suelo, porque es estrella,
y naide ganó más que ella
ni naide perdió más que él.
(i) La autenticidad de esta poesía es muy dudosa.
— 52
VI.— Otro en las cédulas de día de Reyes
en Palacio:
El galán que me quisiere...
VIL— Madrigal. Á una mariposa que dan-
do tornos á una vela que estaba sobre un
bufete cayó en un vaso de agua:
Incauta si dichosa...
VIII. — Romance:
Zagalas que en el aldea...
IX. — Glosa á unos versos que empiezan:
Igualmente agradeciera...
X. — Describiendo un hombre que muere
y mira á la luz de la candela á Cristo cru-
cificado:
Esta luz que con sus rayos...
XI. — Canción. Píntase el amanecer de
esta aurora [de María] y dase razón porque
es luz del agua más que de la tierra:
Nueva luz goza el día
que le esmalta y redora;
ya la aurora amanece de María,
ya María amanece de la Aurora.
De balsa cristalina
saliendo va la aurora peregrina
y en religiosa y reverente mano
descansa dulce como en fresco llano.
XII. — Romance. A que habiendo echado
una Virgen en un estanque para borrarle
los colores, no los perdió:
Para estrago de bellezas...
XIII. — Soneto á dicha imagen:
El pincel que feliz siempre ha corrido...
Folios 6o á 91.
XIV. — Elegía á la muerte de la Marquesa
de San Román; murió muy moza, recien
casada; era muy hermosa y muy discreta;
lastimó sumamente á la Corte.
Tercetos:
¡Oh! tú que peinas de oro remolinos
á lu faz trasladando los semblantes
que el sol admira en reynos peregrinos.
Que del mundo en las glorías inconstantes
procuras pie fijar (sin devaneo)
al compás de sus ruedas vacilantes,
Haz de tu vista un breve rato empleo,
llega á mirar lo que este mármol pesa
de Parca imperial mayor trofeo.
Pon á tu vanidad por contrapesa
d sta fúnebre pira las cenizas,
pompa fatal que extraña edad traviesa...
XV. — Coplas místicas compuestas por
Doña Antonia de Mendoza, de la Cámara
de S. M. la Reina nuestra Señora, para can-
tar en la toma de hábito de Doña Rosa de
Cepeda, en el Monasterio de Santo Domin-
go el Real de Madrid, de Religiosas de su
Orden. — Imp. s. 1. n. a.
Si el obsequio feliz de esta rosa...
XVI. — Romance:
Hoy una rosa, Domingo...
Pérez de Guzmán, Cancionero de la rosa,
tomo í, págs. 279 y 280.
MENDOZA (D.^ Catalina de).
Fué su padre D. Iñigo López de Mendo-
za, Marqués de Mondéjar; nació en Grana-
da á 5 de Febrero de 1 542', y desde los tres
años se crió en casa de sus abuelos, D. Luis
Hurtado de Mendoza y D. "Catalina de Men-
doza y Pacheco. Desde muy niña se dedicó
á la lectura de obras piadosas, gustando mu-
cho de los libros de Fr. Luis de Granada.
Casó con el Conde de la Gomera, más ha-
biendo sabido que éste le era infiel, solicitó
en Roma el divorcio y lo consiguió por tra-
tarse de un matrimonio rato; entonces hizo
voto de castidad. Cuando en iSyi Felipe II
nombró al Marqués de Mondéjar Capitán
general del reino de Ñapóles, D.* Catalina
quedó gobernando los estados de su padre.
Falleció á i5 de Febrero de 1602.
143. — Coloquio que tuvo con nuestro Se-
ñor el día qiie hi2o los votos.
-53
Publicado en la Vida, y elogio de Doña
Catalina de Mendoza, Fundadora del Cole-
gio de la Compañía de lesús de Alcalá de
Henares. Escrita por el Padre Gerónimo de
Perea de la misma Compañía de lesvs. De-
dícala á la Excelent .^'^ Señora Doña Isabel
de Sandoual, Duquesa de Ossuna, Condesa
de Ureña. — Año 1635. En Madrid. En la
Imprenta Real.
Folios 27 á 32.
MENDOZA (D.» Dorotea de).
144. — Glosa en décimas á la Inmaculada:
Pues la luna cuando llena...
Ivsta poética consagrada a las festivas
glorias de María en su Immaculada Concep-
ción. Mantenida en la Parroquial Iglesia
de Santa María del Mar de la ciudad de
Barcelona. Relación de las svmtuosas fiestas
que esta ilustre Parroquia hii{0 en honrosas
memorias de tan Soberano Mysterio. Por
Don Frajicisco Modolell y Costa. — En Bar-
celona, por Narcis Casas, Año i656.
Págs. 76 y yj.
MENDOZA (D.* Elvira de).
Poetisa del siglo xvi. Nació, ó cuando me-
nos residió, en la isla de Santo Domingo.
Celebróla Eugenio de Salazar como poe-
tisa en un Soneto á la ilustre Poeta y Seño-
ra Doña Elvira de Mendoza, moradora en
la ciudad de Santo Domingo.
Cantares míos que estáis rebelados...
Silva de Poesía, compuesta por Eugenio
de Salariar, vecino y natural de Madrid.
Mí. de la Real Academia de la Historia.— Folio 211.
MENDOZA (D.''' Eufrasia de).
145. — Soneto á la muerte del Cardenal
Infante D. Fernando:
Aquí yace el poder que fenecido
á imitación está de una flor breve
que el viento que le toca aunque más breve
deja borrado todo el haber sido...
Pira religiosa, mausoleo sacro , pompa fú-
nebre que la muy Santa Iglesia Primada de
las Españas consagró piadosa á las recientes
cenizas del Cardenal /n/a/zíe.— Madrid, por
Diego Díaz de la Carrera. 1642.
Pág. 99.
MENDOZA (D.* Isabel de).
146. — Décimas:
Soldados tan poco expertos
como falsos y atrevidos,
para la verdad dormidos,
y para mentir despiertos...
El cavallero de Ávila- Por la Santa Ma-
dre Teresa de lesús... Pohema heroico. Por
luán Batista Felipes de Cdceres.— En gara-
go^a, por Diego Latorre. Año 1623.
Pág. 489.
MENDOZA (D.'^ Juana de).
147.— Da senhora Dona Joana de Men-
doza.
Por acudyr ao rrifam
Cancioneiro geral de Garda de Resende.
Lisboa. Per Hernán de Campos. i5i6.
Folio 147.
MENDOZA (D.-^ María de).
Hermana del insigne historiador y poeta
D. Diego Hurtado de Mendoza y mujer de
D. Antonio Hurtado, Conde de Monte-
agudo.
Gutierre de Cetina ensalzó á D.« María
en estos versos:
Yo diría de vos tan altamente
Que el mundo viese en vos lo que yo veo,
Si tal fuese el decir como el deseo.
Mas si fuera del más hermoso cíelo.
-54-
Acáen la mortal gente,
Entre las bellas y preciadas cosas
No hallo una que os semeje un pelo,
Sin culpa queda aquél que no os atreve.
El blanco del cristal, el oro y rosas,
Los rubis y las perlas y la nieve.
Delante vuestro gesto comparadas
Son ante cosas vivas, las pintadas.
Ante vos las estrellas,
Como delante el sol, son menos bellas,
El sol es más lustroso,
Pero á mi parecer no es tan hermoso.
¿Qué puedo, pues, decir, si cuanto veo
Todo ante vos es feo?
Mudad el nombre, pues, señora mía,
Y vos llamad beldad, beldad María (i).
De ella escribía Paulo Manucio:
Cum autem ea quse scripsit legimus, vel anti-
quis scriptoribus ingenii praestantia simillimam ju-
dicamus (2).
MENDOZA (D.'' María Josefa de).
Natural de la ciudad de Santa Fe en Gua-
najuato (México):
148.— Cánticos devotos sobre los cuatro
Novísimos: Muerte, Juicio, Infierno y Glo-
ria.—México, por Jauregui, año 1802.-8.°
Beristain de Souza. Biblioteca hispano-americana.
MENDOZA (D.^ Mariana Manuela de).
149. — Décima:
Al objeto que matizas...
Eternidad del Rey Don Phelipe III, por
Doña Ana de Castro y ¿gas. — Madrid,
1629.
MENDOZA (D.'' Vigencia de).
1 5o.— Silva á la Virgen:
Esta que ves columna prodigiosa
(i) Obras de Gutierre de Cetina, con introducción y
notat del Doctor D, Joaquín Hazañas y la i?u«.— Sevi-
lla. Imp. de F, de P. Día.'. 1895.— Tomo I, pág. 7.
(3) Prefatium ad opera philosophica Ciceronis. (Marci
TulUi Ciceronis, de Philosophia polumina ¿«o.— Venctiis,
apud Aldi filies, 1541.)
Certamen poético de Nuestra Señora de
Cogullada... Publícalo el Licenciado luán
de Iribarren i Pla^a. — En Zaragoza, en el
Hospital Real i General de Nuestra Señora
de Gracia. Año MDCXLIV.
Págs. 1 01 á 104.
MENDOZA Y CASTILLA
(D.^ Orofrisia de).
Hija de D. Francisco de Mendoza y de
D.* Beatriz de Castilla y Mendoza. Nació
en Madrid hacia el año i565. Casó con don
Francisco de Cepeda, hijo mayor de D. Lo-
renzo de Cepeda y sobrino de Santa Tere-
sa. Ésta, en una de sus cartas (i), fechada
en Valladolid por Diciembre de i58o, es-
cribe:
Á mí no me han faltado trabajos, hasta ver á
Don Francisco como ahora está; porque quedó
con mucha soledad, que ya ve vuestra merced los
pocos deudos que hay.
Ha sido tan codiciado para casarse con él, en
Ávila, que yo estaba con miedo si había de tomar
lo que no le convenía. Ha sido Dios servido que
se desposó el día de la Conceción con una señora
de Madrid, que tiene madre, y no padre. La madre
lo deseó tanto que nos ha espantado; porque,
para quien ella es, pudiérase casar muy mijor;
que aunque el dote es poco, con ninguna en Ávi-
la, de las que pretendíamos, le podían dar tanto
aunque quisieran. Llámase la desposada Orofrisia
(an no ha quince años, hermosa y muy discreta);
digo doña Orofrisia de Mendoza y de Castilla. Es
prima hermana la madre del Duque de Albur-
querque, sobrina del Duque del Infantazgo y de
otros hartos señores de titulo: en fin, de padre y
de madre, dicen no la hará ninguna ventaja en
España. En Ávila es deuda del Marqués de las
Navas y del de Velada y de su mujer de don Luís
el de mosen Rubí, mucho.
Diéronle cuatro mil ducados. El me escribe que
está muy contento, que es lo que hace al caso. Á
mí me le da que doña Beatriz, su madre, es de
tanto valor y discreción que los podrá gobernar á
entramos, y que se acomodará, á lo que dicen,
á no gastar mucho. Tiene doña Orofrisia solo
(t) Biblioteca de Autores esp-.iñoles; tomo LV, pág. a66.
— :>D —
un hermano mayorazgo y una hermana monja.
A no tener hijo el mayorazgo, le hereda ella; cosa
posible podría ser.
Memorial de Lorenzo de Cepeda en que pide á
S. M. 5.0 0 0 pesos de renta en una encomienda
del Perú.
Lorenzo de Cepeda, vecino de la cibdad de San
Francisco del Quito en los Reynos del Terú, digo
yo he servido á vra. Alteza en los dichos Reynos
en treinta y cinco ó treinta y seis años que en ellos
residí, como fiel y leal vasallo, en conquistas y
pacificaciones de yndios y en las rebelliones que
en ellos a ávido, siguiendo vuestro estandarte Real
con Blasco Núñez Vela, vuestro visorrey, y con
el Licenciado Gasea, vuestro Presidente y Gover-
nador, contra Gonzalo Piíjarro, y con vuestros
Oydores de la Real Audiencia de los Reyes, contra
Francisco Hernández, hallándome siempre en
vuestro Real servicio en todas las batallas y ren-
quentro's y alcanaes que los rebeldes dieron al
dicho vuestro virrey; y asimesmo serví á vra. Al-
teza en cargos de corregidor y juez de residencia
y visitador y en tomar quenta á vuestros oficiales
Reales de las cibdades de Loxa y (^amora y poner
orden en vuestra Real Hacienda, con gran apro-
vechamiento della; y lo mesmo á los tenedores de
bienes de difuntos, y en evitar que no se cargasen
los yndios desde el puerto de Payta á la dicha
gibdad de Loxa, que ay sesenta leguas, adonde
morían muchos; y yo di borden como se abriesen
caminos y anduviesen requas, y en evitar que no
se despoblasen las cibdades de Valladolid y Loyo-
la que las tenían cercadas los yndios, por ser
presto en socorrerlas, y en otras cosas, como
todo consta y parece por estas provisiones y pro-
van9as y cédula de encomienda que presento, por
do asimesmo consta la suma de pesos que en
vuestro Real servicio he gastado y los muchos
peligros y trabajos que en lo susodicho he pade-
cido; y en la flota pasada, con vuestra Real licen-
cia vine de los dichos Reynos á suplicar á V. A.
fuese servido hazerme merced conforme á mis
servicios y calidad, porque el repartimiento de
yndios que en vuestro Real nonbre tengo en en-
comienda vale muy poco, y yo ni el hijo mío que
en él sucede no podemos sustentarnos con él y si
yo me he sustentado con lustre y gastado tanto
en servicio de V. A. a sido por otras ayudas y
herencias y mucho dote que ove quando me casé.
Á V. A. suplico que aviendose visto lo que
dicho tengo, por los papeles que presento, sea
V. A. servido hazerme merced de mandar que se
me cumpla á cinco mili pesos sobre lo que vale
el dicho repartimiento que tengo en encomienda,
para que mejor mis hijos y yo podamos servir
á V. A. como hasta aquí lo e hecho sin aver de-
servido en cosa alguna ni aun con el pensamien-
to; y lo mesmo an hecho otros quatro hermanos
míos, de los quales an muerto ios tres: el uno en
la batalla de Quito, y otro que llevaba el estandar-
te Real salió con heridas de muerte, como á todos
es público en aquellos Reynos. [Año de iSjj.)
Lorenzo de Cepeda.
Autógrafo. — Una hoja en folio.
Archivo de Indias.— Patronato.
Súplica que hi^o al Rey Z).* Orofrisia de Men-
doza.
Doña Orofrisia de Mendoza y Castilla, en nom-
bre de don Francisco de Zepeda su marido, dize
que ella suplicó á su Magestad, atento á los mu-
chos y buenos serbicios de Lorenzo de Zepeda,
su suegro, y del Gobernador Agustín de Hauma-
da, su hermano, se les hiziese merced de que una
cédula que la Magestad del Rey nuestro señor,
que está en el cielo, les dio para que se les situase
en el Pirú, en yndios bacos ó los primeros que
bacasen, mil pesos de buen oro, la qual merced a
quasi deciocho años que se les hizo, y para que se
les asentase el dicho don Francisco de Zepeda
pasó en el Perú once años a, el qual tiempo ha
asstido junto á la persona del virrey, ansí del
Marqués de Cañete como de don Luys de Velas-
co, y siempre a serbido en lo que se le a mandado,
y que acudiendo á don Luys dibersas veces á que
le asentase le a respondido que llebe su casa, como
consta de los papeles que tiene presentados; y
que ansí hiendo ella esto se determina á hir con
su marido, y para ello suplicó á \. M. le creziese
la dicha merced y quatro mil pesos de buen oro
y que estos se le situasen en los yndios que baca-
ron por muerte de don Beltrán de Castro, y se les
diese recompensa de los deziocho años que a que
se les hizo la dicha merced; y que á esto se le
respondió que mostrase los papeles de lo que dice
i5i. — Declaración de Doña Orofrisa de
Mendoza y Castilla en las informaciones
de Alcalá [sobre la vida de Santa Teresa de
Jesús].
Publicada por D. Vicente de la Fuente
en la Biblioteca de aut. es/?., tomo LV, pá-
gina 407.
1 52. —Carta á la Hermana Teresa de Je-
sús, sobrina de la Santa. Alcalá 21 de Mar-
zo de 16 10.
En ella se queja D.' Orofrisia de que su
marido, D. Francisco de Cepeda, le había
gastado su dote, y propone al convento de
Carmelitas Descalzas de Ávila que la in-
demnizara en algo, transigiendo en lo re-
ferente á la herencia de D. Lorenzo de Ce-
peda, cuyo testamento fué declarado nulo.
Acaba diciendo:
Saldré deste matrimonio gastada mi niñez y
mi mozedad y mi acienda y aun no poder tomar
un abito de 1 rey la.
Archivo Histórico Nacional. — Papeles de Carmelitas
Descalzas.
MENDOZA Y DE LA CERDA
(D.* Ana de), Princesa de Éboli.
La poesía, el mágico pincel de Coello y
los ruidosos acontecimientos en que figuró
como protagonista, han hecho de la Prin-
cesa de Éboli una de las mujeres más céle-
bres de cuantas vivieron en el siglo xvi. En
la fantasía popular vive cual tipo de la her-
mosura capaz de eclipsar con su brillo un
defecto físico de importancia y de seducir
el frío corazón de Felipe II. Hija de D. Die-
go de Mendoza, Conde de Mélito, y de
D.' Catalina de Silva, nació en la villa de
Cifuentes (Guadalajara), donde fué bauti-
zada á 29 de Junio del año 1540. Niña era
todavía cuando Felipe II, deseoso de en-
grandecer á su favorito Ruy Gómez de Sil-
va, concertó el matrimonio de D." Ana con
éste; firmáronse las capitulaciones á 18 de
Abril de i552. Los amplios donativos que
el Rey la hizo con tal ocasión han dado
margen á pensar en tratos ilícitos que un
doctísimo historiador ha refutado (1).
(O Vida de la Princesa de Éboli, por D. Gaspar Muro,
con una carta por via de prólogo del Excmo. Sr. D. An-
56 -
Ni hay tampoco razones para creer que
ya casada faltase á la fidelidad conyugal, ni
hiciese desgraciado á su marido, de quien
tuvo sucesión numerosa: diez hijos. Aun-
que á poco de casarse perdió un ojo, conti-
nuó siendo, como la llamaba Antonio Pé-
rez, «joya engastada en los esmaltes de la
naturaleza y la fortuna». Muerto en el año
¡573 Ruy Gómez, D." Ana mostró un dolor
tan intenso que resolvió entrar en el con-
vento de Carmelitas Descalzas fundado por
entonces en Pastrana, propósito que, adop-
tado en momentos de dolor y sin la reflexión
necesaria, había de acarrearle algunas con-
trariedades, dado su carácter altanero y ca-
prichoso. Seis ó siete meses duró solamente
su vida monacal, y pasados se instaló en su
palacio de Pastrana. Vuelta á Madrid co-
menzó sus relaciones con Antonio Pérez,
acerca de los cuales y de la rivalidad del
monarca tanto se ha fantaseado; relaciones
en que el amor fué acaso el móvil más pe-
queño, pues ni ella debía estar deslumbra-
dora á los 36 años, ya madre de diez hijos y
estropeada con la pérdida de un ojo, ni An-
tonio Pérez dejaba de guiarse generalmente
por el cálculo y el afán de medrar. Compli-
cada en el proceso del soberbio favorito, se
vio encerrada en el castillo de Pinto. Inútil
sería entrar en detalles sobre estos sucesos
conocidísimos gracias á las excelentes obras
de Mignet, el Marqués de Pidal, Bermú-
dez de Castro, Muro y del mismo Anto-
nio Pérez en sus Relaciones. Objeto de la
más estrecha vigilancia, fué después lleva-
da á Santorcaz y últimamente á la villa de
fonio Cánovas del Castillo.— íAidrid. Imp. de Aribau
y C* 1877.
Conf. Documentos relativos á Doña Ana de Mendoi^a y
de la Cerda, Princesa de Éboli, desde el año ¡573 hasta
su muerte, ocurrida en 2 de Febrero de iSgi.
(Colección de documentos inéditos para la Historia dt
España, tomo^LVI.)
-57-
Pastrana, dándole su palacio por cárcel.
Las penalidades. sufridas no la hicieron más
sensata; rodeada de criminales, su vida fué
una serie de imprudencias, merced á las
cuales se vio privada de la tutela de sus hi-
jos y tratada con sumo rigor, que le ade-
lantó la muerte, ocurrida á 2 de Febrero
del año 1592 á los 52 de su edad y doce de
prisión.
153. — Cartas al Rey, á D. Antonio Pazos,
al Cardenal de Toledo y á Mateo Vázquez,
acerca de su procesó. Publicadas por Don
Gaspar Muro en la obra citada, págs. 139,
174, 175, 176 y 207 de los Apéndices, y i5,
20 y 5o de la Adición.
154. — Carta á S. M. el Rey Felipe II acer-
ca de la parte que á ella se imputaba en el
asesinato de Escobedo.
Publicada en las Relaciones de Antonio
Péreí, Secretario de Estado, que fué, del
Rey de España Don Phelippe II deste nom-
bre.— Impresso en París, con Priuilegio del
Rey Christianíssimo. M.D.XCVIII.
Págs. 22 á 24.
Reproducida en las posteriores ediciones.
1 55. — Cartas á su hijo segundo, D. Diego
de Silva y Mendoza, Duque de Francavila.
Son tres, y aunque no tienen fecha, pare-
ce que fueron escritas en el año 1577, y al-
guna después del destierro de la Princesa.
Son curiosas por la ternura y sentimiento
con que se expresa D.* Ana.
Se publicaron en el Memorial del hecho
de los pleitos que D. Diego de Silva y Men-
doza, Duque de Francavila, Conde de Sali-
nas, trataba con D. Rodrigo de Silva y Men-
doza, Duque de Pastrana, su hennano. —
Madrid. Por Juan González. 1631.
MENESES (D.* Juana Josefa de).
Condesa de Ericeira.
Nació en Lisboa á 17 de Septiembre de
1 65 1. Fué hija de D. Fernando de Mene-
ses (i), segundo Conde de Ericeira. Recibió
una educación esmerada; el P. Antonio de
Mello le enseñó Humanidades. Contrajo
matrimonio con su tío D. Luis de Mene-
ses, autor dé la Historia de Portugal res-
taurado (2), y fué madre de D. Francisco
Javier de Meneses, quien llegó á ser Tenien-
te general del ejército portugués y se distin-
guió como escritor, pues además de la Hen-
riqueida compuso otras obras en prosa y
verso (3). Protegieron mucho á D.* Juana
la reina de Inglaterra, D." Catalina, tía de
Juan V de Portugal;, habiendo ésta, en su
viudez, regresado á su patria, la nombró
su Camarera mayor. Los últimos años de
su vida los pasó aquejada de perlesía y de
otras enfermedades. Murió á 26 de Agosto
de 1709.
Cnf. Ensaio biographico-critico sobre os
melhores poetas portugueses, por José María
da Costa e Silva.
Tomo X, págs. 231 á 243.
Dejó la Condesa de Ericeira muchas obras
inéditas que conservaba, según dice Barbo-
sa, el Marqués de Lourigal.
(i) Autor de los siguientes libros:
Vida, facfoens d'el Rey Dom Jodo II de Portugal.—
Lisboa. J. Galváo. 1677. — 4.°
Historia de Tangere. — Lisboa. Na Offic. Ferreiriana.
1732.— Fol.
Histuriarum lusitanarum ab anno 1640 usque t657.
libri X. — Ulissiponae. Typ. Silva. 1734 —Dos vol. en 4.°
(2) Historia de Portugal restaurado.— Lisbo3L. Joáo
Galváo y Miguel Deslandes. 1679 á 1698.— Dos vols. en fol.
E cnbió a emás:
Compendio panegirice da vida e acfoens do Luis Alya~
re¡{ de Tavora, Conde de S. /oao.— Lisboa. Rodriguen
dAbreu. 1674.-4.°
(3) Henriqueida. Poema heroico.— Lisboai. k. 1. da Fon-
seca. 1 741.— 4"
Historia genealógica da antiquissi7na Casa de Faria,—
Lisboa. A. L da Fonseca. 1741.-4.°
58-
1 56.— Despertador del alma, al sueño de
la vida. En voz de un advertido desengaño.
Dale á la estampa Apolinario de Almada. —
En Lisboa. En la Emprenta de Manuel Lo-
pes Herrera. M.DC.XC.V. Con todas las li-
cencias necessarias.
8.", 1 5o págs., más lo hojas de prels.
Antepon, grabada.— Port.— Al que leyere.— A
un libro poético intitulado D:spertador del alma,
al sueño de la vida. Soneto en castellano del Con-
de de Ericeyra.— Admiración de un papel de autor
incógnito, intitulado Despertador del alma, al sue-
ño de la vida. Romance endecasílabo de S. P. V. —
Approvagam de Joseph da Cunha Brochado: Lis-
boa, 20 de Agosto de 1694.— Licen^as.— Texto.
(3oo octavas.)
Escrito este poema en estilo gongorino
ofrece, sin embargo, algunos pasajes que
no carecen de belleza, cuales son los si-
guientes:
Octavas i 58 Á i6fi
¿Qué es de los Rsyes?; donde la corona
Un siglo existe, veinte lustros dura,
Si el tiempo, que las vidas no perdona,
Encubre á muchos aun la sepultura?
La muerte, que sus timbres abandona,
Trofeos hurta siempre á la ventura;
Pues ¿que serán del tiempo en vituperios
Los Reyes, si aun acaban los Imperios?
El que á la dicha en hado peregrino
De la fortuna el patrocinio alcanza
Y por sellar del bien el descamino
Con verde piedra cuenta su esperanza,
No contrastó de un infeliz destino
Último fin, que aun quando en mar bonanza
No pudo (ó sacrificio fuesse, ó voto),
El hilo de la red más que el de Cloto.
La hermosura, lisonja apetecida,
Flor adulada al viso de una aurora
Que en la blancura de una tez bruñida
Un purpúreo arrebol blando colora,
Del cabello y los ojos presumida,
En oro, en luz que su emispherio dora,
Del tiempo y de lo frágil de su suerte
Aun la vida acaba sin la muerte.
El Filis, presunción imaginaria,
Hypócrita beldad que el garbo ostenta,
Hallando siempre la razón contraria
Sólo de negaciones se alimenta.
Varia naturaleza, copia varia
De vanidad que agrados representa.
Escarmentada por su proprio daño
Empegando ignorancia, acaba engaño.
¡Quántas ya de la Fábula ó la Historia
Bellas y sabias, merecieron dinas (i)
Los templos, donde ofrece la memoria
Culto á las perfecciones peregrinas!
Y en lo inconstante de una vana gloria
Ceden estimaciones á ruinas.
Que en aplausos del mundo fementido
Es la memoria de oy mañana olvido.
¿Dónde bellezas, dónde presunciones
Que al mundo hizieron repetida guerra
Y fueron ultrajando otros blasones.
Llanto del mar, estrago de la tierra,
Oy se esconden, si apenas los borrones
De su fama en olvido el polvo encierra,
Y sólo dexa su retrato escrito
En voz del desengaño ú del delito?
El valor que en aplausos generosos
Con acciones heroicas se acredita,
Y erigiendo trofeos victoriosos
Al orbe vastos ámbitos limita (2),
¿Es más que una venganga que en furiosos
Vislumbres de la cólera se excita?
Y solo.se distingue, si lo adviertes,
Muerte que se compone de otras muertes.
Que el polvo que en victorias esparzido
Buela en fama ruidosa en voz extraña
Y en monumento al mundo construido,
Deve á la Historia aplausos de una hazaña,
Gemiendo dize que en eterno olvido
Otro polvo le cubre, otra campaña.
No reparando, de poder desnudos,
La espada yerros, golpes los escudos.
¿Qué se hizieron de héroes eminentes
Á que el orbe tembló, la historia aclama,
Trofeos nobles, triunfos excelentes,
Que en el clarín sonaron de la Fama?
Bolaron sin laureles permanentes.
Cúbrelos del cyprés funesta rama
Que grava de la tierra en lo profundo
Que á quien mundos faltavan faltó el mundo.
OCTAVAS 204 Y 205
Lo que passó no buelve, y la futura,
Tímida, incierta, frágil esperanca
Aun quando para dichas se apressura
Seguridad en ellas nunca alcanza,
Y bolando la pena ó la ventura
(i) En el original dignas.
(2) En el original lemita.
Con veloz gyro rápida mudanza,
Iguala con sus términos tálales
Bienes que son, á los que fueron males.
La instable rueda que á elevada planta
Erige pedestal, base construye,
Rápida mueve, altiva se adelanta
A hazer penalidad, gloria que influye.
Nunca dura aquel bien que alegre canta,
Que en las cláusulas del llanto sustituye
Con el triste gemido, donde auna
Quexas el Tiempo, estragos la Fortuna.
OCTAVAS 244 Y 245
Á nadie perdonó del tiempo duro,
Sordo martillo que con golpe incierto
Inclyta torre, sublimado muro
Deshaze en silencioso desconcierto.
Nadie de alvor que amaneció, seguro
Se deve prometer esplendor cierto.
Que indiferente, al pobre ó al monarca
Devana el hilo el uso de la Parca.
Passará el tiempo, llegarán los días
En que el Cielo fulmine por señales
De último fin á locas osadías
Desquicios de los exes celestiales.
Temblará el mundo al ver cenizas frías
Reprodusir cadáveres fatales
Que encuentren, de su pena en las querellas,
Á incendio de dolor, llanto de estrellas.
157. — Panegyrico ao governo da serenis-
sima senhora Duqucza de Saboya D.' Maria
Joanna Baptista de Saboya, traduzido do
italiano. — Lisboa, 1680. — 4."
1 58. — Reflexoes sobre a Misericordia de
Déos por urna peccadora arrepentida. Tra-
ducgáo do francez. — Lisboa, 1694. — 8.**
Reimpresa varias veces.
iSg. — Poema fúnebre a morte da Rainha
D.* Maria Francisca Isabel de Saboya.
160. — Vida de Santo Agostinho acom-
panhada de varias reflexoes.
161. — Triumpho das mulheres, traduzido
do francez.
162. — Discursos académicos e moraes.
163. — Obras poéticas. (Divididas en tres
partes).
164. — El divino imperio de Amor (co-
media).
- 59 -
i65. — El duelo de las finezas (ídem).
1G6. — Contienda del amor divino y hu-
mano (auto sacramental en dos partes).
Estas obras dramáticas se conservaban
manuscritas y perecieron cuando el terre-
moto de Lisboa en el año lySS.
MENESES NORONHA (D.*^ Leonor de).
Condesa de Seren.
Fueron sus padres D. Fernando de Me-
neses y D:' María Freiré y Andrada, Mar-
queses de Villarreal, residentes en Lisboa.
Adornada de relevantes prendas de alma y
cuerpo, se dedicó al estudio y no quiso con-
traer matrimonio. La encomió Eduardo
Núñez de León en su Descripcdo do Rey no
de Portugal y nos dejó noticia de sus tra-
bajos literarios. Antes de cumplir diez años
hablaba correctamente el francés y después
adquirió notables conocimientos de Filoso-
fía, Aritmética, Poesía y Música. Falleció
en Lisboa á 4 de Septiembre de 1640. Es-
cribió con el pseudónimo de Laura Mau-
ricia.
167. — El desdeñado más firme. — Lisboa,
i655. (Es una novela en prosa y verso.)
168. — Décadas de Marco Antonio Sabelli-
co, traducidas al portugués.
MENESES Y ORELLANA
(D.^ María de),
LLAMADA TAMBIÉN SoR MaRÍA DEL NiÑO JeSIJS
Vivió en Berzocana (Cáceres), donde fué
donada profesa de la Orden de San Jeróni-
mo. Debió morir á últimos del siglo xvii,
pues ya en 1707 el Obispo de Plasencia,
D. José Gregorio de Rojas, rriandó hacer
una información sobre su vida y virtudes.
169. — Vida de la devota D.' María de Me-
neses y Orellana, por otro nombre María
del Niño Jesús, escrita por ella misma.
6o —
Ms. en folio; letra del siglo xvii.
Biblioteca provincial de Cáceres.
MERCADER DE ZAPATA
(D.^ Ángela).
Valenciana del siglo xvi, casada con Je-
rónimo Escriba y madre del P. Francisco
Escriba, autor de los Notísimos. Conocía
los idiomas griego y latino. Dicen que ayu-
dó á su hijo en la obra mencionada, pero
no está probado ni mucho menos. Lo cierto
es que Escolano en su Historia de Valencia
la llama monstruo de aquel siglo.
De ella escribió García Matamoros: (De
adserenda hispanorum eruditione.)
^Quid referam clarissimam feminam Angelam
Zapatam, quae quum angélica mente donata esset,
doclissimi viri Ludovici Vives, civis sui, amplum
et magnificum testimonium de ingenio pariter et
doctrina tulit?
MERLO (Sor María Rosalía).
Nació en Cáller (Cerdeña) en el año 1704.
Á los 16 años tomó el hábito en el convento
de religiosas capuchinas de aquella ciudad,
donde murió en 1772.
170. — Rimas espirituales.
Ms. autógr. en i6.° de 371 págs. Está di-
vidido en ocho partes. Poseíalo el Arzobispo
de Cáller, D. Manuel Marongiu Nurra.
Toda y Güell, Bibliografía española de Cerdeña. En
esta obra se copian alguaos versos de Sor María.
MESÍA (D.* Teresa de).
171. — Soneto á San Juan de Dios:
Al tránsito de Cristo fué María
De Juatí Evangelista acompañada...
Justa literaria, certamen poético... en la
solemne quanto deseada canonización del
Pasmo de la Caridad, San Juan de Dios. —
Madrid. En la Imprenta de Bernardo de
Villa-Diego. Año de MDCLXXXXIL
Página 109.
MESQUITA PIMENTEL
(Sor María de).
Portuguesa; religiosa cisterciense en el
monasterio de Celias, próximo á Coimbra.
Falleció en el año 1661 á los 80 de edad.
172. — Memorial da infancia de Christo, E
triumpho do diuino Amor. Primeira parte.
Dedicado á virgem Senhora N. do Dester-
ro. Composto por Sóror María de Mesquita
Pimentel, Religiosa no Mosteiro de sao
Bento de Castris, extra muros da cidade de
Euora, da ordem do glorioso Patriarcha
sao Bernardo. Anno 1639 (Estampa de la
Virgen y San José con el niño Jesús en me-
dio).— Em Lisboa. Com as licengas neces-
sarias. Por loge (sic) Rodrigues.
1 56 folios en 8." más 12 de prels.
Port. — V.° en bl. — Licengas. — Dedicatoria aa
Serenisslma virgen María. — Prólogo ao leitor (en
verso). — Aa Senhora María de Mesquita Pimeniel.
Soneto. — Ouiro ao mesmo intento.— Do Doutor
Frey Luis de Sá. Soneto. — De Frey Theodosio de
Lucena. Soneto. — Á la señora María de Mesquita.
Soneto. — Do Padre Joao de Teue & Marmeleiro
(Redondillas en portugués). — Do Padre Luis Mén-
dez. Décimas. — Erratas. — Texio divididos en diez
cantos en octavas.
173. — Paixao de Christo.
En el título de un soneto que hay en los
preliminares del Memorial da infancia de
Christo se lee:
Aa Senhora Maria de Mesquita Pimentel, que
despois de escreuer a Paixao de Christo, & Trium-
pho do diuino Amor, em octaua rima escreueo a
Infancia de CJiristo, & Triumpho do diuino Amor,
no mesmo verso.
MILÁN (Sor Feliciana de).
Monja cisterciense en Odivellas(Portugal)
y natural de Lisboa. Murió en el año 1705.
— 6i
174. — Discurso sobre a pedra filosofal.
175. — Varias partas espirituales.
176. — Poezias e ditos.
MIRANDA Y PAZ (Sor María de).
Religiosa en el convento de Santa Clara,
de Salamanca.
Probablemente fué hermana de D. Fran-
cisco de Miranda y Paz, natural de Sala-
manca y capellán de los Reyes nuevos de
Toledo, quien escribió un Discurso sobre si
se puede hacer fiesta á Adam (Madrid, 1636)
y El Desengaño, Tratado moral.
177. — Mote:
Luz del sacro sol de España,
tú que al lauro no te excusas,
dulce Pierio á las Musas
y á sus émulos guadaña...
Aplauso gratulatorio de la insigne escue-
la de Salamanca al Excelentíssimo Señor
Don Gaspar de Guarnan, por la restauración
de los Votos de los Estudiantes, que alcangó
de su Magestad. Recogido por Manuel de
Ai^euedo. — En Barcelona, por Sebastián de
Cormellas. S. a.
178. — Décima:
Tanta gala y discreción...
Ivpiter y lo. Al Excellenttssimo Señor
D. Manuel de Fonseca, y Zúñiga, Conde de
Monte Rey y de Fuentes. Por D. Manuel
Brauo de Velasco. — Con licencia, en Sala-
manca, por Diego de Cosío. S. a.
Las aprobaciones fechadas en Febrero y
Marzo de 1641.
MIRAVETE DE BLANCAS
(Sor Isabel de San Francisco).
Nació en Zaragoza en el año i585, y allí
fué Priora en el convento de San José, de
Carmelitas Descalzas. Murió á 13 de No-
viembre de 1627.
179. — Libro de las cosas más importantes
para las ordinarias y última enfermedad,
particularmente para la hora de la muerte.
180. — Opúsculos en metros sobre asuntos
de la Sagrada Escritura.
MIRES Y ARGUILLUR
(D." Victoria de).
181. — Soneto á D.' María de Zayas y So-
tomayor:
Sacro Ibero que en nítidos cristales...
Novelas amorosas, y exemplares, compues-
tas por Doña María Zayas y Sotomayor. —
En Zaragoza, en el Hospital Real y Gene-
ral de N. Señora de Gracia, año 1637.
Folio 5.
MISERICORDIA (Sor Leonor de la).
Nació en Zaragoza, de la noble casa de
Ximénez de Aragués. Estuvo casada con el
Dr. Miravete de Blancas. Ambos cónyuges
abandonaron el siglo y fundaron el conven-
to de Carmelitas Descalzas de Calatayud,
donde ella fué Priora. Él profesó en otro
de la misma Orden. Murió Sor Leonor ha-
cia el año 1 61 2. El P. Villiers (Bibliotheca
carmelitana) dice que falleció en Pamplona .
en el año 1620.
182. — Vida de la Madre Catalina de Cris-
to, compañera de Santa Teresa.
Consta que la escribió, en el prólogo de
esta obra:
La V. M. Catalina de Christo Carmelita
Descali^a compañera de la Santa Madre Te-
resa de Jesús, Priora en Soria del Convento
de la Safiti'ssima Trinidad, en Pamplona de
San loseph, en Barcelona de la Concepción,
y fundadora de los dos últimos. Descrivela
D. Miguel Batista de Lanuda. — Zaragoza.
Por Joseph Lanaja. 1657.
En 4.*»
— 62 —
183. — Relación que siendo ya religiosa en
Calatayud hizo refiriendo los admirables
medios de que Dios se valió para que ella y
su marido entrasen en la Reforma del Car-
men.
Latassa, Biblioteca nueva.
MISEVEA (D.'-* Violante).
184. — Soneto á todo lector destos Sueños
(de Quevedo) en defensa y alabanza del
autor.
jOla! lector, cualquiera que lú seas...
Sueños y Discursos de verdades descubri-
doras de Abusos, Vicios y Engaños en todos
los Oficios y Estados del Mundo. Compues-
to por D. Francisco de Quevedo Villegas. —
Valencia. Por Chrysostomo Garriz. 1627.
Reproducido en ediciones posteriores,
incluso en la Biblioteca de Autores españo-
les, tomo XXllI, pág. 295.
MODOLELL Y COSTA (D."^ María).
i85. — Glosa en décimas á la Inmaculada:
Del vientre que el ser te dio...
Ivsta poética consagrada á las festivas
glorias de María en su Immaculada Concep-
ción. Mantenida en la Parroquial Iglesia de
Santa María del Mar de la ciudad de Bar-
celona. Relación de las svmtuosas fiestas que
esta ilustre Parroquia hi^o en honrosas me-
morias de tan Soberano Mysterio. Por Don
Francisco Modolell, y Costa.— En Barcelo-
na, por Narcis Casas, año i656.
Págs. 8g á 91.
MONCAYO (D."^ Luisa de).
Natural de Zaragoza y monja en el mo-
nasterio de Comendadoras de San Juan, en
Sixena. Falleció en el año ¡593.
Aunque Latassa (Biblioteca ULevajla cita
entre las escritoras, nada hizo sino mandar
componer un Directorio ó Tercera regla
del Real Monasterio de Santa María de Si-
xena.
MONROY (D.*^ Facunda de).
186. — Tres glosas á unos versos que em-
piezan:
¿Qué reino, clima ó país...
Celebrando el nacimiento del Príncipe
D. Baltasar, hijo de Felipe IV.
Fiestas de la Vniversidad de Salamanca
al nacimiento del Príncipe D. Baltasar Car-
los Domingo Felipe V N. S. siendo Retor
D. Lope de Moscoso, hijo de los Marqueses
de Tavara. Refiérelas el M. F. Christoval
de La^arraga. — Salamanca, por lacintoTa-
bernier. Año de 1630.
MONROY (D." Mariana de).
187. — Soneto á la muerte del Príncipe
D. Baltasar Carlos de Austria:
No culpo al Hado, no, que reverencio
El divino dictamen en el Hado...
Relación de las Junerales obsequias que
hi\o el Santo y Apostólico Tribunal de la
Inquisición de los Reyes del Perú á... Don
Baltasar Carlos de Austria. Por Don Pedro
Alvares^ de Faria. — En Lima, en la Impren-
ta de Julián Santos de Saldaña. Año de 1648.
Folio 43.
MONTESA (Ángela).
188. — Á la devoción. Glosa:
No siendo madre de Dios...
Si vuestras virtudes bellas,
Teresa, humilde contemplo
que en vos lucen más que estrellas...
El caballero de Avila. Por la Santa Ma-
dre Teresa de lesus... Pohema heroico. Por
63-
I
luayí Batista Felipes de Cáceres.—En ^ara-
go^a, por Diego, Latorre. Año 1623.
MONTESER (D." Silvia).
Hija acaso de D, Francisco Antonio de
Monteser, fecundo autor de entremeses y
comedias burlescas.
189. — Soneto á la muerte de Felipe III:
No pases, huésped, no, para y admira
La pompa de este túmulo arrogante...
Honras y obsequias que hi\o al catholico
y C/iristianíssimo Rey D. Filipe Tercero
nuestro Señor su muy Noble y muy Leal
ciudad de Murcia. Dirigidas á la misma
ciudad. Por Alonso Enrique^, escribano Ma-
yor del Ayuntatniento della. — Impreso en
Murcia, por Luis Berós. Año MDCXXII.
Página 280.
190. — Soneto de Doña Silvia Monteser á
San Juan de Dios:
^Qué buriles, qué plumas, qué pinceles
En láminas, en rasgos, en colores...
Justa literaria, certamen poético... en la
solemne quanto deseada canonización del
Pasmo de la Caridad, San Juan de Dios. —
Madrid: En la Imprenta de Bernardo de
Villadiego. Año de MDCLXXXXII.
Página 103.
Reproducido en la Biblioteca de Auto-
res españoles, tomo XLII, pág. 545.
MONTSORIU (D.^ Aldonza de).
191. — Dedicatoria á la Reina Católica de
la Vita Christi de D.'' Isabel de Villena.
Está escrita en valenciano.
Vita Christi de la Reueret Abbá Doña
Isabel de Villena. — Valencia. Per Lope de
la Roqua. M.CCCC.LXXXXVII.
MORALES (D.^ Jacinta María de).
192. — A la fábula de Atalanta escrita por
el Marqués de San Felices.
Soneto:
Del oráculo anuncios verdaderos...
Poema trágico de Atalanta, y Hipóme^'
fies. Dedícalo á la Magestad de Felipe Quar-
to el Grande. Por Don luán de Moncayo y
de Gurrea, Marqués de San Felices. — En
Zaragoza. Por Di-ego Dormer. Año i656.
193. — Soneto. A San Pedro Mártir:
El pecho herido, la cabeza abierta,
luchando con la última agonía...
Biblioteca de Autores españoles, tomo XLII, páu;. 545.
MORATA (La Condesa de).
194. — Soneto á San Ramón Nonato:
Si baja Dios por paternal decreto
á redimir del cautiverio al mundo...
Certamen poético á las fiestas de la trans-
lación de la reliquia de San Ramón Nonat,
Zaragoza. Por Juan de Lanaja. 1618.
Folio 40.
195. — Décima á Juan Bautista de Cáceres:
Quando hazañas ¡novara
viniendo el Magno guerrero
no llorara por Homero
sí á Felices alcanzara...
El cavallero de Avila. Por la Santa Ma-
dre Teresa de Jesús... Pohema heroico. Por
Juan Batista Felipes de Cáceres. — En (Jara-
goga, por Diego Latorre, Año 1623.
MORELL (Juliana).
Nació en Barcelona hacia el año 1594.
Con motivo de haber su padre cometido un
homicidio se refugió con él en Lyon, donde
se dedicó al estudio, y con tai éxito, que ya
I en 1607 sostuvo ciertas conclusiones de Fi-
I losofía, que dedicó á D.* Margarita de Aus-
-64-
tria, Reina de España. Recibió el grado de
Doctora en el palacio Pontificio de Aviñón
ante la Condesa de Provenza. Dícesé que
á los 17 años hablaba catorce lenguas y te-
nía extensos conocimientos de Filosofía,
Teología, Jurisprudencia y Música. Profesó
en el convento de dominicas de Santa Prá-
xedes en Lyon y allí fué Priora tres veces.
Murió á 26 de Junio de 1653.
Un escritor contemporáneo de ella (i) le
dedicó estos versos:
Lingua sonat Marcum, Grajum sonat jEsquÍ7¡is
Hebrceque Jluunt balsama mixta croco. [hostem
Cnf. Juliana Morell, por D. Joaquín Ro-
ca y Cornet.
(Memorias de la Academia de Buenas Letras de Barce-
lona, tomo II, págs. 355 á 384.)
Scriptores Ordinis Prcedicatorum recen-
siti notisque historiéis et criticis illustrati.
Inchoavit R. P. F. Jacobus Quetif, absolvit
R. P. F. Jacobus Echard. — T. II, pág. 845.
La misma Juliana Morell dejó una peque-
ña autobiografía, que dice así:
Barcelona, una de las principales ciudades del
■reino de Aragón, es el lugar en que nací; en don-
de, contando apenas cinco años, mi padre empezó
á hacerme dedicar al estudio de las buenas letras,
y por el deseo que tenía de hacerme adelantar en
ellas, habiendo sobrevenido una desgracia por
cierta falsa acusación, que le precisó á dejar su
país y retirarse á Francia, llevóme consigo á la
edad de siete años, y habiendo fijado su domicilio
en Lyon, allí me hizo continuar mis estudios con
un cuidado más que paternal, tomando en su
casa los maestros más hábiles que pudo encon-
trar, sin perdonar gasto, hasta que hube concluí-
do el curso de Filosofía y una parte de la Meta-
física. Y entonces, habiéndome inspirado Dios
nuestro Señor á la edad de trece años un intenso
deseo de servirle en Religión, como mi padre es
muy buen cristiano y temeroso de Dios, consintió
en ello á pesar de no tener más hijo que yo, y se
puso en viaje conmigo para volverme á mi patria
(I) Balduino Cabillavense.
y ponerme allí en la Religión que fuese de mi
gusto. Mas al pasar por esta ciudad de Aviñón, la
Divina Sabiduría que todo con suavidad lo dis-
pone y conduce, ordenó que aquí me detuviera, y
habiendo llegado á mi noticia el buen olor de la
santidad de este monasterio, sabiendo ser de la
orden de Santa Catalina de Sena, de quien soy
particularmente devota, deseando asimismo que
la ausencia de mi país y parientes^ me dejase ser-
vir á Dios con más tranquilidad y reposo, atraída
de lo alto, entré en él á la edad de 14 años, ayu-
dada de la protección de la señora Condesa de
Conde, pero sobre todo conducida por la paternal
providencia de Dios y guiada y protegida por la
gloriosa Virgen Madre de Misericordia. Mi padre,
que deseaba volverme á España, opuso alguna
dificultad al principio, pero al fin se allanó. Aquí,
pues, recibí, pasado poco tiempo, el santo hábito
de nuestro padre Santo Domingo, y después de
un año de prueba hice profesión solemne con un
gozo y consolación inexplicable de mi alma.
Monasterio de Santa Práxedes de Aviñón, 21 de
Junio de 1617.
El padre de Juliana escribió otra biogra-
fía de ésta, la cual reproducimos aunque
fué ya publicada por Mr. A. Morel-Fatio.
Joliana, hija mía natural, nació en Barcelona á
16 de Hebrero, día de Santa Joliana de 1694, y
conociéndole yo, en edad de 4 años, el don que la
pródiga naturaleza la abía dado, y como los pa-
dres todos deseamos azer á nuestros hijos reyes
si pudiésemos, y considerando que para ello el
primer grado de la escalera para subir sea la vir-
tud, me puse en el entendimiento de azerla estu-
diar; y en el año iSgS, quando fué la benturosa
venida de la Reina que está en el cielo, y pasando
de noche á alta mar con sus galeras, la ciudad
hizo las demostraciones de alegría que pudo, aon-
que no las que debía, aziendo luminarias, y dis-
parar toda la artillería, y los consejeros embiaron
á dar la bien venida en España á Su Mag.d por el
Dotor Soler que era uno dellos, y bolviendo la
respuesta dixo que se la abía dado en lengua lati-
na y que en la mesma le había respondido elo-
cuentemente. El qual oyendo, me hizo crecer el
deseo que tenía, el qual hize con tanto fervor que
tan presto supo los nombres y verbos por coro,
como de leher; que en edad de 4 años y 4 meses
le tenía tres maestros; el uno, el más pequeño
que pude hallar que supiese latín, y este yva en
el punto que daban las 6 al aposento y cama de
mi muger, con quien ella dormía, y bístiéndola y
lYUANAT^üKEUABARONONENSIS ,
mw drj/i' ClDAOC\/n.(et<tiis'XU.a^£ul}ííce djfdcáuJ^^mites Afines.
Hisfctnianm IrnjÜarum^ Bejtm,tn/cmsit ^ evu^cad JFÍaret L^duni
m G<ám,J\iu/icis vnfhrummtis. alj¡saüe vwmj ttriüus aBpnW exirui*
-65
medio adormida le enseñaba las oraciones que yo
le tenía mandado, bien pronunciado; y tomándola
de la mano la llevaba á mi aposento y me daba
el buen día en lengua latina; y de esa edad nunca
le di alvanega, ni páxaro, ni otras niñerías que no
me lo pidiese en buena frase latina, la qual pedía
á sus maestros; y luego la abaxaba abaxo en un
entresuelo en donde la aguardaba un maestro
doto y le azía declinar nombres y verbos, y en
dando las 8 la subían arriba y la peynaban y da-
ban las papas, y el maestro Marchante, que ansí
lo llamaba yo porque la enseñaba caminando, la
llevaba al monesterio de Monte Sion, en donde le
enseñaban á leher; y por el camino le repetía la
lición, y comía allá; y á las tres salliendo ambos
maestros del estudio, la tomaban por el torno y la
llebavan, haziendo bueno, por encima de los mu-
ros de la ciudad, en casa, aziéndola declinar y con-
jugar, y allegando en casa perceveraban el estudio
hasta las 5. Dadas, se subía arriba y le daban á
merendar, y en dando las seis la abaxaban abaxo
y estudiaba asta las 8 que señábamos, y luego en
la cama. Y con esta regla la tuve asta que supo
las declinaciones, y para enseñarle las partes de
la oración no hallé suficiente el maestro que le
enseñó las declinaciones, bien que abía echo su
curso en Filosofía y ohía Teología, y tomé un
llamado Girona, que creo murió rector de la To-
rre de En Barra, que se abía criado en casa de
D. Antonio Augustín, el qual lo embió á Sala-
manca á estudiar; yo le daba 200 escudos el año
y mi mesa y le enseñaba 8 horas -el día, tanto Do-
mingos como día de Navidad ho Pascua, sin per-
der un punto de tiempo, á saber: de 6 á 8, de 10
á 12, de I á 3, y de 6 á 8; y las otras oras no se
perdían todas, que en edad de 4 años escribía bien
y componía en lengua latina; y en edad de 6 fué
mi desgracia que mataron á Don Emanuel deRa-
jadel, que está en el cielo (i)^ y yo me ausenté, lo
que no debía, por tener el Duque de Feria que era
VÍ9orrey por contrario, por lo que le abía dado 10 á
5oo escudos de á 12 reales en 4 partidas á cambio
por Madrid, y como me pagaban mal y yo no qui-
se continuar, engendré un poderoso enemigo que
tan caro me cuesta; y en este tiempo perdió algu-
nos meses de sus estudios; ordené que me la lle-
basen en Carcasona, en donde yo la aguardaba, y
(i) Nota marginal del ms.: «Digimuló cuerdamente;
que no fué sino zelos de D. Emanuel de Rejadel, por una
monja cuya religión caló. Basta que Morel mató al Reja-
del.» En sentir de Mr. A. Morel-Fatio quizá sea esta nota
del cronista Jerónimo Pujades, a quien acaso fué dirigida
la carta.
la llevé en Colonia en Alemana, pensando poner-
la en un monesterio de monjas para» pasar ade-
lante sus estudios con un maestro que la abía de
enseñar por fuera y aprender la lengua alemana...
Por causa de las guerras de aquellos países no la
osé dexar allá, en donde recibió el Sacramento de
la Confirmación, del Legato de Su Santidad; y con
una escolta de mil cavallos y mil infantes que
acompañaban 70 carros de pólvora para Ostenda,
me bine á Brúceles por una cobransa, y la llevé á
París, en donde tomé un maestro muy viejo que
le enseñó en esta ciudad la Filosofía; y en edad
de 8 años componía en griego; siempre le tuve
tres ó cuatro maestros, y á todos pagava por
oras; y el día que hizo 12 años, que el día antes
podía decir que no tenía más de 1 1, sustentó con-
clusiones públicas en Filosofía, en mi casa, en
donde asistieron dos Obispos y de todas las Órde-
denes y el Governador y la nata de la ciudad, em-
bió dellas y escribió á Pablo V." y al Cardenal
Baronio que le respondió de parte de S. S.d, y á la
Reyna á quien iban dirigidas, y á la de Polonia,
su hermana, y á la de Francia, y á la Reyna Mar-
garita y á la Archiduquesa de Flandres, que le
mandó responder, y á muchas personas principa-
les de la Christiendad. Todas estas letras yban
matizadas del pinzel de 4 lenguas, en un pliego
de papel al largo; la primera en español, caracte-
res españoles; la segunda en francés, caracteres
franceses; la tercera en latín, caracteres ytalianos;
la cuarta en griego y un pie en hebreo; todos es-
tos cinco caracteres pinta tan bien que ay pocos
que pintan mejor, que aprendió con libros del
Curión de Roma. Sabe mucho de Theología po-
sitiva y de ambos Derechos. Pasó por esta ciudad
la Princesa de Conde la vieja y me la pidió de
parte de la Reyna Margarita, y porque no se la
quise dar me cobró mala voluntad. Yo le dixe
que la quería llevar en Barcelona y poner en
Valldonzella, como era verdad, y de paso le que-
ría azer dar los grados en Artes y á dotorar en
Leyes en Mompeller. Díxome que sería mejor en
Avignon, que aguardaría allá y afavorecería mi
intención, y estando allá la Uebaría consigo á pa-
sear por güertas. Entró ha un día en un mones-
terio de monjas Dominicas reformadas, en donde
se ha quedado mal mi grado. Es tenida por una
santa. Tengo echo este discurso tan largo, porque
no lo tengan á milagro, que buena parte se deve
á mi diligencia, que los buenos maestros y buenos
libros y la continuación azen estas cosas que pa-
recen milagrosas. Trece Gramáticas hebreas de
diferentes autores tenía, y más de tres meses di
5
66 —
un escudo de ero á un rabín veneciano y mi me-
sa, para enseñarle la pronunsiasión de la lengua;
y el Cardenal Du Perron, francés, hombre muy
doto, la vino á ver y le di(3 el primer lugar del
más grande griego que ubiese visto. Un teatino
llamado Gautier, a echo un libro in folio, en fran-
cés, de las cosas memorables, y la puesto á ella
sin merecerlo. Yo hize azer su retrato y poner en
las conclusiones, encima del qual lo an echo en
muchas partes de Alemana y Flandres; el que va
aqui se a echo en París; y guarde Nuestro Señor
á V. M. como puede.
De Lion á 12 de Setiembre 161 3.
Joan Antonio Morell (1).
Lope de Vega dice de ella en su Laurel
(Silva II).
¡Oh Juliana Morella, oh gran constancia
con quien fuera plebeya la arrogancia
hoy de Argentada Pola,
aunque fué como tú docta española!
Porque mejor por ti, que has hecho cuatro
las Gracias, y las Musas diez, pudiera^
que por Safo, Antipatro
decir aquella hipérbole que fuera
más ajustada á un ángel, pues lo ha sido
la que todas las ciencias ha leído
públicahiente en cátedras y escuelas;
con que ya las Casandras y Marcelas
pierden la fama, y á tu frente hermosa
rinden en paz la rama victoriosa;
que en tus sienes heroicas y divinas
las del laurel son hojas sibilinas,
haciéndoles en toda competencia
ventaja tus virtudes y tu ciencia.
En la Biblioteca Nacional se conserva
una estampa con el retrato de Juliana Mo-
rell, grabado por Pedro lode; lleva la si-
guiente inscripción:
Juliana Morella, Barcinonensis , Virgo
hispajia Capuccinoruní habitum pietatis er-
go gestans. Latinee Grecce et Hebrceae lin-
guarum perita Philosophiae ac Jurispruden-
tice studiosa: Theses p/iilosophicas anno
Christi MDCVI aetatis XIII a se publice
disputans Margarita Austria; Hispaniarwn
(:) Revista de Archivos, Bibliotec.is y Museos, año 1876,
págs 195 á 199.
Indiarumque Regiiice inscripsit & evulgavit.
Floreí Lugduni in Gal lia, Musicis instru-
tnentis aliisque ingenii apprime exercita.
196, — Traite de la vie spirituelle par
S. Vincent Ferrier de l'Ordre de S. Domi-
nique, traduit de Latín en Fran9ez avec
des remarques & annotations sur chaqué
chapitre. — Lyon, 1617. — En 12."
Reimpreso en París, por Dionisio Mo-
reau, año 1619.
En 12.'*, 446 págs.
197. — Exercices spirituels sur reternité,
avec quelques autres meditations de divers
sujets, & un petit exercice preparatoire
pour la sainte profession. — Avignon, Joh.
Piot. 1637.
12.^ 456 y 59 págs.
198. — La regle de S. Augustin traduite en
Fran^ois, enrichie de diverses explications
& remarques pour servir d'instruction. —
Avignon. Laur. Lemolt. 1680. — En 24."
199. — L'Histoire du retablissement & de
la reforme de son monastere de sainte Pra-
xede, avec les vies de quelques religieuses
du dit monastere decedées de son temps en
opinión de vertu.
Se conservaba manuscrita en dicho con-
vento.
MORÓN (D.*^ Isabel María).
200. — Buen amante y buen amigo (co-
media).
Citada por Ovilo y Otero en su Catálogo
ms. que se conserva en la Biblioteca Nacio-
nal. García de Villanueva en el Origen, épo-
cas y progresos del Teatro español, pág. 3 1 8,
llama á esta escritora Gabriela xMorón.
MOSCOSO DE PRADO
(D.*^ Ana María).
201. — Glosa á la piedad religiosa de Feli-
pe V y D.' Isabel de Farnesio:
c?
Piadoso Dios, con anhelo
busca enfermos afligidos...
Sagradas Jlores del Parnaso, consonan-
cias métricas de la bien templada Lira de
Apolo, que á la reverente cathólica acción
de aver ido acompañando sus Magestades al
Ss.'^° Sacramento que iba á darse por Viá-
tico á una enferma el día 28 de Noviem-
bre de 1722, cantaron los mejores cisnes
de España. Dedicado á Doña Isabel Farne-
sio, por mano de Don Alvaro Ba\án Bena-
vides. — En Madrid. Imprenta de Juan de
Ariztia. [1723.] En 4."
MUÑOZ (D."* Ana).
Vecina de Madrid.
202. — Las conversaciones de Emilia: tra-
ducidas sobre la quinta edición del francés
al castellano por Doña Ana Muñoz. — Ma-
drid. En la Imprenta de D. Benito Cano,
Año de 1797.
Tres Yols. en 8.°
N
NACIMIENTO (Sor Cecilia del).
203. — [Vida de la madre Ana de San Al-
berto, religiosa Carmelita Descalza.] — Va-
lladolid 26 de Septiembre de 1640.
Autógrafa y con firma. — 12 hojas en 4."
Biblioteca Nacional.— Mss. V. 419.
NACIMIENTO (Sor María del).
204. — Declaración de la madre María del
Nacimiento, en las informaciones de Ma-
drid, [sobre la vida de Santa Teresa].
Biblioteca de Autores españoles, t. LV, pág. 408.
NADA (Sor).
Religiosa del siglo xvii que se encubrió
con este seudónimo.
2o5. — En qué consiste un verdadero amor
de Dios.
Letra del siglo xvii; nueve hojas en 4.**
Biblioteca Nacional.— Mss. P. V. 4.» C. 31. Núm. 26.
206. — Explicación sobre en qué consiste
la paz del Alma.
Letra del siglo xvii; cinco hojas en 4.°
Biblioteca Nacional.— Mss. P. V. 4.0 C. 31. Núm. 28.
207. — Pintura del propio amor.
Letra del siglo xvii; lo hojas en 4.*
"^ Biblioteca Nacional.- Mss. P. V. 4.° C. 31. Núm. 27.
Habiendo un día reparado en la cara del propio
amor, me pareció tan feo su rostro como lo pin-
taré en este papel; miré con algún espacio á mi
cruel enemigo y á la primer ojeada le aborrecí de
corazón, pues me pareció tan feo y abominable
que no supe á qué compararlo sino al mismo de-
monio, por no encontrar cosa más vil... todos los
cabellos de su mal formada cabeza les tenía tan
enmarañados y enredados y entretejidos con las
raíces de un bien me quiero, que se hacían como
una tela fuerte, y tirando así abajo apenas daban
lugar al pensamiento para que subiese á Dios.
Sigue describiendo de esta manera alegó-
rica los defectos del amor propio.
208. — Quartillas A un alma que padece
soledad interior:
Un alma afligida y triste
se ve en un campo, desierta,
y en él su esposo la tiene
atormentada y sedienta...
Letra del siglo xvii; dos hojas en 4."
Biblioteca Nacional.— Mss. P. V. 4." C. 31. Núm. 28.
NARCISA
Poetisa granadina del siglo xvii.
Alábala en estos versos D. Agustín Colla-
do del Hierro:
Sola Narcisa por deidad del suelo
es hoy como belleza peregrina,
en el ingenio espíritu del cielo,
flor en los años de beldad divina;
-^69
• ningún pincel atreve su desvelo,
color ninguno ideas determina
porque jamás el arte ha contemplado
cifrado el sol al cielo trasladado (i).
209. — En elogio de Felipe IV. Soneto:
Feroz aplauso, vencedora fiera
Que escarcha alientas, que centellas giras,
Ciego furor, con que valiente aspiras
Á la mayor victoria que te espera...
Anfiteatro de Felipe el Grande Rey Ca-
tólico de las Españas... Dedícale á Su Ma-
gestad Don Joseph Pellicer de Tovar. — En
Madrid, por Juan González, año MDCXXI.
NARRIONDO
(D.* María de la Soledad).
210. — Carta de D.' María de la Soledad
Narriondo contra el abuso de tener pajes
sin poder mantenerlos.
Diario de Madrid, año 1789, tomo XI,
págs. 261 y 262.
NARVAEZ (D.*' Hipólita de).
21 1. — Poesías.
Soneto:
Atended que amenguades las espadas...
Soneto:
Engañó el navegante á la Sirena...
Soneto:
Fuese mi sol y vino la tormenta...
Soneto:
Leandro rompe con gallardo intento...
Primera parte de lascares de poetas ilus-
tres de España, dividida en dos libros. Or-
denada por Pedro Espinosa. — En Vallado-
lid, Por Luys Sánchez. Año M.DCV.
Reimpresas en la edición de Sevilla, 1 896,
números 80, 95, 133 y 180.
(i) Granada. Poema. Libro VIL Ms. del siglo xvii. (Bi-
blioteca Nacional.)
Reproducidas las tres últimas en la Bib. de
Aut. esp., tomo XLII, págs. 18, 24 y 30.
NARVAEZ (D.^ Luciana).
Poetisa de Antequera. Vivió en la prime-
ra mitad del siglo xvii.
De ella escribía Cabrera:
En la Poesía han florecido muchos sujetos, y
porque sería largo referirlos, sólo haré mención
de tres mugeres: D." Luciana y D.* Hipólita de
Narváez, cuyos ingenios se conocerán por algunas
de las obras que andan impresas en el libro de las
Poesías de varones ilustres del Licdo. Pedro de
Espinosa. Y en especial D.* Cristobalina Fernán-
dez de Alarcón, de quien si no es passando á elo-
gio no se puede hablar debidamente.
(Descripción de la fundación y antigüe-
dad, lustre y grandevas de la muy noble
ciudad de Antequera, obra postuma del P.
M. Fr. Francisco de Cabrera. Cap. XVI.)
Debo á la amabilidad del ilustre escritor
sevillano D. Francisco Rodríguez Marín
los siguientes documentos que parecen re-
ferirse á D.* Luciana:
En trece días del mes de Enero de mili e qui-
nientos y noventa y siete años, yo el Bachiller
Joan de la Puebla baptizé á Lucia Ana, hija de
Antonio de Torres y de doña Manuela de Torres
su muger; fué su padrino el Hermano Alonso, er-
mitaño de la Madalena; y asimismo baptizó á
Joana María, anbas de un vientre, hija de los su-
sodichos; fué su padrino el Padre Fray Pedro de
Torres, frayle de San Agustín. En fe de lo qual
lo firmé; fecho ut supra. — Juan de la Puebla.
Antequera. Parroquia de Santa María. Libro III de Bau-
tismos, folio 224.
En Antequera, en diez y ocho días de Agosto
de mil y seiscientos y catorze años, el Dotor Luis
Rodríguez, Cura de la iglesia del Sr. San Sebas-
tián, con licencia del Sr. Obispo de Málaga don
Juan Alonso de Moscoso, desposó por palabras
de presente que hicieron verdadero matrimonio,
al Licenciado Diego Sánchez Sarnosa, hijo de
Juan Sánchez Sar9osa y de doña Catalina su niu-
ger, con doña Luciana Naruáez, hija de don Anto-
nio de Torres y de doña Manuela de Torres y Es-
quibel su muger; fueron testigos el mismo Obispo
— 70-
que se halló presente y Dionisio Maldonado su
Secretario, y yo el Licdo. Luis Martín de la Pla-
9a, Cura de la Sta. Iglesia mayor de esta ciudad;,
dispensó el Sr. Obispo en que se hiciese el dicho
desposorio sin amonestaciones, y assi se hicieron
después; de todo lo qual doy fe. Fecho ut supra.
Licdo. Luis Martin de la Plaga.
Antequera. Archivo parroquial de Santa María. Lib, III
de Matrimonios, fol. 19.
En Antequera, en veinte días de Nouiembre de
seiscientos y catorze años, yo Luis Martín de la
Piafa, Cura de la Iglesia mayor desta ciudad, di
licencia al Sr. Dotor Alonso Sánchez Sarfosa,
Canónigo Magistral, para que velasse, y el suso-
dicho veló, al Licdo. Diego Sánchez Sarnosa su
ermano, con doña Luciana de Naruáez; fueron
padrinos don Francisco de Arrese i Narváez y
doña Francisca de Oviedo su muger; testigos Juan
Pérez de Tudela, presbítero, y Juan de Gálvez,
sacristán. En fe de lo qual lo firmé; fecho ut
supra. — Licdo. Luis Martin de la Plaga.
Libro y folio citados.
En Antequera á 29 de Septiembre de 1643, el
Sr. Dr. Luis Pérez de Gastejón, Canónigo y Vica-
rio, desposó á D. Alonso de Sarnosa y Narváez,
hijo de D. Diego de Sarfosa y de D.* Luciana de
Narváez, con D." Francisca Antonia Salido, hija
de D. Francisco Salido y de D." Catalina de Alar-
cón. Precedió sólo una monición, por dispensa del
Provisor de Málaga. Testigos el Sr. D. Luis de
Peralta y Cárdenas, Caballero de Santiago y Co-
rregidor de Antequera, D. íñigo de Viedma y Bal-
tasar Díaz de Madrid.
En 3o de Febrero de 1644 tuvo lugar la vela-
ción, en la que fueron padrinos D. íñigo de Vied-
ma Alarcón y D." Isabel Jacinta. Los veló el Li-
cenciado Benito Sarfosa, presbítero.
Antequera. Archivo parroquial de San Pedro. Lib, VIII.
folio no.
Doña Luciana de Narváez murió abintestato en
II de Diciembre de 1621.
Antequera. Parroquia de Santa María. Libro I de De-
funciones, folio 6."
212.— Á la Magdalena:
,J Dónde está el oro, ilustre Madalena
que al cuello de marfil riquezas daba?
Primera parte de las flores de poetas ilus-
tres dé España, divididas en dos libros. Or-
denada por Pedro Espinosa. — En Vallado-
lid, por Luys Sánchez. Año MDCV.
Reproducida en la edición de Sevilla,
1896, núm. 230.
Reimpresa en la Biblioteca de Aut. esp.,
tomo XLII, pág. 38.
NATIVIDAD (Sor Cecilia de la).
Nació en Valladolid en el año iSyo. Fué
hija de Antonio Sobrino y María de Mori-
llas. Entró en el convento del Carmen Des-
calzo de Valladolid y murió allí á 6 de Abril
de 1646.
213. — Comentarios sobre algunos lugares
de la Sagrada Escritura.
214. — Tratado acerca de la Inmaculada
Concepción.
21 5. — Su vida.
216. — Poesías místicas.
Las tres primeras obras se conservaban
manuscritas en el convento de Valladolid y
la cuarta en el de Madrid.
Villiers. Bibliütheca Carmelitana,
NAVA (D.* María Francisca de).
217. — Sueño alegórico, por la mexicana
Doña María Francisca de Nava, dedicado á
la religión, objeto amable de la Antigua y
Nueva España. — Impresa en la Oficina de
Doña María de Jauregui. Año de 1809.
Seis hojas en 4.*
Bib. Nac— Sección de Varios. Fernando VIL Paquete»
6n 4.° núm. 138.
Acaba así este opúsculo:
Vi á las dos Matronas que poniendo las manos
en sus pechos sacaban sus corazones y los arro-
jaban en el fuego; abrió la Religión su libro, em-
puñó la España su espada y abrió sus manos li-
berales la América ofreciendo todos sus tesoros;
se estrecharon con la Cruz y juraron en manos
de la Religión la venganza de su Rey; la España
desarrolló su rodela en que con letras de oro se
leía: Viim Fernando; y la América echando al
hombro su carca.x, salió gritando: que viva siem-
pre y para siempre viva el sol de ambas Españas,
que es Fernando.
i
— 71 —
NAVARRA (D.'"^ María de).
218.— Garlas á S. M. para que fuese nom-
brada Abadesa de las Huelgas D." Ana de
Austria.
Fechadas á 31 de Enero, 8 de Marzo y
28 de Abril de i6o5; otra sin año.
Firman estas cartas, además de D." María
de Navarra, las restantes monjas de las
Huelgas.
Archivo de Simancas.— Patronato cclcsiistico. Lcg. 295.
Según se desprende de los documentos
contenidos en este y otros legajos que tra-
tan de las Huelgas, la disciplina estaba re-
lajadísima en aquel monasterio, y costó no
poco trabajo restablecerla.
NAVARRA Y DE LA CUEVA
(D."" Antonia Jacinta de).
Hija de D. Felipe de Navarra, Caballero
de Santiago, y D." Mariana de Aponte y
Mendoza. Dícese que entre sus ascendientes
figuraba el rey de Navarra Carlos 111. Nació
á 10 de Diciembre del año 1601 y fué la pri-
mogénita. De sus hermanos, D. Pedro de
Navarra (i) fué Marqués de Cabrega; Don
Felipe, Capitán de caballos y Caballero de
San Juan. De sus hermanas, D." Isabel Ma-
ría entró en las Huelgas y llegó á ser aba-
desa; D.' María Matías casó con D. Diego
Pimentel, Marqués de Gelves y Virrey del
Perú; D." Blanca Silveria con el Conde de
Belchite. Á los siete años cumplidos tomó
D." Antonia Jacinta el hábito en las Huel-
gas y profesó á 4 de Febrero de 161 8, en
manos de la Abadesa D." Ana de Austria.
Muy luego comenzó á tener arrobos y vi-
siones, pasando los viernes sin sentidos, en-
teramente separada del mundo. A 30 de
(i) D. Pedro de Navarra y de la Cueva escribió el libro
rotulado Logros de la Monarquía en aciertos de un pali-
do.— Madrid. J. de Paredes. 1669. En 4."
Junio del año 1653 fué elegida abadesa, car-
go que desempeñó el trienio legal, acrecen-
tando los bienes temporales del monasterio.
Falleció á 25 de Agosto de i656.
219. — Jardín de flores de la Gracia: escue-
la de la mejor doctrina; vida, y virtudes de
la prodigiosa, y venerable señora Doña An-
tonia Jacinta Navarra y de la Cueva, Aba-
desa del Ilustrissimo, y Real Monasterio de
las Huelgas, cerca de Burgos, del Orden del
Glorioso, y Melifluo Padre San Bernardo.
Sacada á la letra de los quadernos, que por
mandado de sus Confessores dexó ella mis-
ma escritos; y dada á la estampa por el
R.mo p. M. Fr. Juan de Saracho, de la mis-
ma Orden, Abad, Visitador, y Definidor,
que fué muchas vezes, y Confessor de la
Venerable. Aora nuevamente reimpressa,
concordada, y añadida en un Prólogo His-
torial, el libro Séptimo, y otras muchas
partes del tomo por el R. P. M. Fr. Joseph
Moreno Curiel, del Sacro, y Celestial Or-
den de la Santíssima Trinidad, Redempción
de Cautivos, Lector Jubilado, Ministro, que
ha sido de su Real Convento de Burgos, y
Chronista General de la Religión, nombra-
do el año de 1730, en el Capítulo Provin-
cial. Dala al público la Ilustríssima Com-
munidad del Real Convento de las Huel-
gas: y en su nombre la Ilustríssima Señora
Doña María Theresa Badaran de Ossinalde,
Abadesa, que es oy de dicho Real Monaste-
rio, y de sus Filiaciones, &. Quien le de-
dica á la Sereníssima Señora Doña María
Bárbara de Portugal, Princesa de Asturias,
esposa del Sereníssimo Señor Príncipe de
Asturias Don Fernando, Hija de los Seño-
res Reyes de Portugal, Don Juan V. y Doña
María Ana de Austria. Con privilegio.— En
Burgos, en la imprenta de Athanasio Fi-
gueroa, año de 1736.
— 72 —
694 págs. á dos col. en &.• doble, más 37
hojas al principio y 19 al final.
Port.— Ded. de D.* María Teresa Hadarán y
Ossinalde. De las Huelgas, 20 de Mayo de lySó.—
Censura de Fr. Malaquías de Mayorga. Salaman-
ca, 22 de Marzo de lySS.— Fe de erratas.— Suma
de la tasa.— Real Privilegio. Aranjuez, 3o de Mayo
de 1735.— Aprobación de Fr. Agustín Sánchez.
Convento de la Trinidad, i.° de Enero de 1735.—
Licencia de la Orden, por Fr. Pedro de Espinosa.—
Censura de D. Diego de Escalona. Burgos, 3o de
Noviembre de 1734.— Prólogo. (Contiene una cu-
riosa y larga historia del monasterio de las Huel-
gas.)—Tabla de los libros y capítulos.— Retrato
de D.* Antonia Jacinta de Navarra hecho por
Marcos Orozco, presbítero, en Madrid, año 1678.—
Texto.— índice de los textos de Escritura.— índice
de las cosas más notables.
NAVARRETE
(D.* María de los Dolores).
Estuvo casada con el Marqués de Guardia
Real.
Habiendo sido en el año 1808 reducida á
prisión por los franceses D." María de Arria-
za, su marido quiso tomar represalias, y
halló ocasión propicia cuando D. Francisco
Abad, guerrillero manchego, atacó un con-
voy en las gargantas de Sierra Morena é hizo
prisionera á D." María de los Dolores Nava-
rrete, cuyo esposo era partidario de José I.
220. — Carta al Generaldel ejército de Va-
lencia, en que solicita su libertad.
Elche de la Sierra, 12 de Octubre de 18 10.
Publicada en el siguiente folleto:
Manifiesto del Mariscal de Campo Don
Luis Alexandro de Bassecourt, Comandante
general de la provincia de Cuenca, é interi-
no del exército y rey no de Valencia ^ sobre
el cange de su esposa Doña María de las
Nieves Arriai^a, con Doña María de los Do-
lores Navarrete, muger del Marqués de
Guardia Real, comandante de un esquadrón
de húsares de la Guardia del Rey intruso. —
Valencia: En la imprenta de José Estevan.
Año 181 1.
27 págs. en 4.*
D." María de las Nieves Arriaza era her-
mana del célebre poeta Juan Bautista de
Arriaza.
NAVARRO (D.* Francisca).
221. — El ajuste de la bolera ó una intriga
en el teatro. Comedia en prosa en tres ac-
tos.— Barcelona. Imp. de Joaquín Verda-
guer. 1829. — En 8."
222. — Defensa de coquetas. Pieza en un
acto y en verso. — Barcelona. Imp. de To-
rras. 1828.— En 8."
223. — Las dos épocas ó la destrucción de
su familia. Drama trágico en seis actos, en
prosa, separado en dos piezas distintas de
tres actos cada una. — Barcelona. Imp. de
Joaquín Verdaguer. 1829. — En 8.*
224. — El hombre hace á la mujer. Come-
dia en tres actos y en prosa. — Barcelona,
Imp. de Joaquín Verdaguer. 1829. — En 8."
225. — La tonta, ó el ridículo novio de las
dos hermanas. Pieza en un acto. — Barcelo-
na. Imp. de Torras. 1828. — En 8."
226. — Mi retrato y el de mi compadre.
Comedia satírica en tres actos y en prosa,
original de Francisca Navarro. — Barcelona.
Imp. de J. Verdaguer. 1829.
78 págs. en 8."
227. — El enamoradizo, en tres actos y en
prosa.
228. — La tonta, en un acto y en verso.
229. — El marido de dos mujeres. Come-
dia en tres actos, original de Francisca Na-
varro.— Barcelona, 1828.
230. — Querer y no querer, en cinco actos
y en verso.
231. — Una noche de tertulia ó el coronel
Don Raimundo. Comedia en tres actos,
— 73 —
original de Francisca Navarro. — Barcelo-
na, 1828.
232. — La andaluza en el laberinto, en un
acto y en prosa.
Diccionario general de Bibliografía española, por don
Dionisio Hidalgo.
NAVARRO (D.* Isabel).
233. — Soneto:
Con fuerte lazo tiernamente estrecho
Cristo y Teresa en dulce amor unidos
hacen en vivo fuego convertidos,
de dos un cora9on, de dos un pecho...
Retrato de las fiestas que á la Beatifica-
ción de la Bienaventurada Virgen y Madre
Santa Teresa de lesus, hi\o la Imperial
ciudad de Zaragoga. Por Luis Die^ de
Aux. — En Zaragoga. Por luán de la Naja y
Quartanet. 161 5.
Pág. 87.
NAVAS (iMaría de).
234. — Manifiesto de María de Navas, la
Comedianta, en que declara los justos mo-
tivos y causas urgentes que tuvo para hacer
fuga de la villa de Madrid, Corte de Casti-
lla, á la ciudad de Lisboa, Corte de Por-
tugal.
En 4.**; s. 1. n, a. 36 págs.
235. — Copia de una carta que ha escrito
María de Navas, la Comedianta, en res-
puesta de otra que recibió en Lisboa, acom-
pañada de un papelejo intitulado: Defenso-
nario general, que (suponiéndole escrivió
de su orden) ha publicado Don Fulano de
Tal, un Ingenio que dize vive en la Cor-
te, y es nacido, y criado en las Batuecas.
Imp. s. 1. n. a. — En 4.°, 14 hojas.
Título.— Texto. — Al fin: Lisboa y Abril
6 de 1695. María de Navas.
Es muy dudoso que María de Navas es-
cribiese estos folletos.
NAVAS (D.* Mariana de).
Natural de Vélez Málaga é hija del Li-
cenciado Bartolomé González y de D.* Ma-
ría de Navas. Contrajo matrimonio en el
año 1 591 con Luis Barahona de Soto y que-
dó viuda, sin sucesión, en Noviembre de
iSgS. Era D.' Mariana bastante culta y de
tan buen gusto, que, según afirma el señor
Rodríguez Marín, Luis Barahona la consul-
taba con frecuencia y ella «emitía juiciosas
opiniones sobre sus escritos».
Luis Barahona de Soto. Estudio biográ-
fico, bibliográfico y critico por Francisco
Rodrigue^ Marín. Obra premiada con me-
dalla de oro, en público certamen, por la
Real Academia Española é impresa á sus
expensas. — Madrid. Est. tip. «Suc. de Riva-
deneyra». 1903.
236. — De la Sra. D.' Mariana, mujer del
Licenciado Luis Barahona de Soto, el día
de su partida. Soneto.
¡Ay! caro amigo, ay mi agradable esposo...
NAVASCUES (D.* Ana de).
En el juicio de un Certamen verificado
en Zaragoza para celebrar la Beatificación
de Santa Teresa, es citada como poetisa en
estos versos:
Doña Ana de Navascues
Procuró con gallardía
Glosar nuestros cuatro pies,
Y aquí dársele querría
El premio que mayor es.
Mas pues tan tarde ha venido
Que alcanzarlo no ha podido.
Tendrá su frente dichosa
Una guirnalda preciosa
Que Minerva le ha tejido.
Retrato de las fiestas que á la Beatifica-
ción de la Bienaventurada Virgen y Madre
Santa Teresa de lesús hi^o la Imperial ciu^
— 74
dad de Zaragoga. Por Luis Die\ de Aux.—
Zaragoza, por Juan de la Naja. i6i5.
Pág. 121.
NA VIA Y BELLET
(D.*' Francisca Irene de).
Marquesa de Grimaldo.
Fué hija del Marqués de Santa Cruz de
Marcenado y nació en Turín á 19 de Enero
de 1626; la bautizaron en el mismo día,
siendo sus padrinos, en nombre de los Du-
ques de Parma, el Marqués D. Juan Bau-
tista Ripa Boscheto de Giaglioni y la Mar-
quesa de Cena: su padre fué bien conocido
por las excelentes obras que dio á luz, cua-
les son las Reflexiones militares, impresas
en Turín el año 1724, en 12 tomos en 4.°,
y la Rapsodia económica, y alcanzó los ele-
vados cargos de Teniente general de los
reales Ejércitos de S. M., Embajador de
España en las Cortes de Turín y París, y
Ministro. Plenipotenciario en el Congreso
de Soissons. La madre de D." Francisca
Irene fué Dama de la reina D.* Isabel Far-
nesio.
En el Memorial literario del año 1786 se
publicó una biografía de esta escritora que
dice así:
Después de la gloriosa muerte del Señor Mar-
qués de Santa Cruz en los campos de Oran, se
restituyó á España la Señora Marquesa viuda,
con los cuatro hijos que la quedaron, y deseando
instruirlos con la mayor perfección les destinó
por ayo y maestro á Don Bernardo Ward, Autor
del excelente libro Proyecto económico, el cual,
reconociendo el singular talento de su alumna
Doña María Francisca Irene, y su afición á las
letras, la enseñó la Gramática, Retórica y Filoso-
fía, de la que defendió conclusiones en su casa,
con asistencia de varias p2rsonas eruditas de esta
Corte. Además aprendió con perfección las len-
guas española, francesa, italiana, inglesa y alema-
na; las traducía, leía, escribía y hablaba, y tuvo
bastante conocimiento de la griega.
Se casó con el Señor Marqués de Grimaldo (i)'
actualmente Teniente general de los Reales Exér-
citos, Gentil-hombre de Cámara de S. M., Canci-
ller del insigne Orden del Toisón y Comendador
de Ribera y Acenchal en la Orden de Santiago, en
10 de Agosto de 1760, de cuyo matrimonio tuvo
tres hijos que murieron antes de entrar en el uso
de razón.
Durante su vida dio muchas pruebas de su ta-
lento, prudencia y religión; todos los días, después
de haber empleado muchas horas en los templos,
distribuía varias limosnas; y cada año, el día de
San Joseph, vestía á tres pobres, y el día de Santa
Ana á una niña, en el que daba de comer á cinco
pobres sirviéndoles la mesa, y después, puesta de
rodillas, les besaba la mano, y encargándoles la
encomendasen á Dios les daba 20 reales de li-
mosna.
También dio pruebas de su singular piedad en
su última enfermedad de ocho meses, durante la
cual hizo confesión general y recibió á su Divina
Maiestad dos veces por Viático y una por devo-
ción. Últimamente recibió la Extrema-Unción con
todo su conocimiento, y entregó su alma á Dios
el día 10 de Marzo de este año (1786). Fué Condu-
cido su cadáver á la Iglesia de Religiosas Capuchi-
nas, donde estuvo de cuerpo presente lodo el día
1 1 hasta el anochecer, que fué trasladado al con-
vento de nuestra Señora de Valverde, distante dos
leguas de esta Corte, donde fué sepultado.
Aunque compuso esta Señora en la edad más
madura excelentes versos latinos y castellanos, y
tenía hechas algunas traducciones del latín y fran-
cés, pocos años antes de morir quemó por su
mano todos los borradores; dejándonos por esta
causa en el desconsuelo de no poder aplaudir su
erudición y producciones literarias, que se pueden
calcular por los versos latinos que á la edad de
16 años compuso en alabanza del Señor Infante
de España Don Felipe de Borbón, los que pudie-
ron escapar de sus manos por haberse impreso en
las Memorias de '/Vewux correspondientes al mes
de Marzo de 1742... (2)
(i) Obsequioso plausible métrico Epitalamio que á las
felices bodas del Sr. Marques de Grimaldo, Comendador
y Cavallero del Orden de Santiago, Gran Canciller del
Insigne Orden del Tuysón de Oro, con mi señora Doña
Irene de Navia y Bellet, hija de los Excelentissimos Se-
ñores Marqueses de Santa Crus^ de Marcenado, C. O. Y. D.
la humilde pluma de Don Antonio Benito Vidaurre de
Orduña, criado Mayor de la Excelentissima Señora Mar-
quesa de Grimaldo.— Imp. s. 1. n. a.
Seis hojas en 4."
(2) Memorial literario de 178Ó, mes de Mayo, p.ígi-
nas 68 á 73.
i
Otro escritor del siglo xviii decía de Doña
Irene:
-75-
Conservábanse estas obras manuscritas
en el monasterio citado de Bocairente.
Marquesa de Grimaldo, hija del sabio y valero-
so general D. Alvaro. Heredó el alma de su gran
padre. Es de las mujeres más doctas de estos tiem-
pos y gran poetisa, como lo sabe todo Madrid por
sus comedias y demás obras. He visto algunas
suyas que me dieron una gran idea de su nu-
men (i).
237. — Hizo varias traducciones del latín
y del francés, pero las quemó; sólo conoce-
mos de ella unos versos exámetros que com-
puso á los 16 años, con motivo de llegar el
Infante D. Felipe á Italia. Se publicaron en
las Memorias de Trevoux (año 1742). Prin-
cipian:
Ergo venit nostras dudum expedatus ad oras...
Los ha reproducido D. Diego Parada en
su libro Escritoras y eruditas españolas.
NEBOT Y COSCOLLA
(Sor Josefa Antonia).
Nació á 23 de Agosto de 1750 en Bocai-
rente; allí profesó en el convento de reli-
giosas Agustinas, en el año 1771. Falleció á
12 de Diciembre de 1773.
238. — Relación de lo que pasaba en su
espíritu.
Ms. de 1 18 hojas.
239. — Relación de su vida hasta su ingre-
so en el Monasterio.
240. — Varias coplas muy devotas y espi-
rituales al Niño Jesús de la Estrella, que se
venera en dicho convento.
(i) Biblioteca asturiana. Ms. del siglo xviii extractado
por Gallardo, tomo I del Ensayo de una Biblioteca de li-
bros raros y curiosos.
Cnf. Biografía del Marqués de Santa Cru:^ de Man^t-
nado, por Ángel de .Mtolaguirre y Duvale, con un pró-
logo de Don Luis Firfarf.— Madrid. Imp. del Cuerpo ad-
ministrativo del Ejército, i885.
Un vol. en 4.0 de xxi-181 pág>.
Vida y escritos del Marqués de Santa Crui^ de Marce-
nado, por Juan de Madariaga y Suáre^.— .Madrid, Esta-
blecimiento tip. de Enrique Rubiños. 1886,
717 págs. en 8.0 doble.
Fustér, Biblioteca valenciana.
NESBITT Y CALLEJA
(D.^ María Micaela).
241. — Zulima; novela histórica traducida
del francés por Doña María Micaela Nesbitt
y Calleja. — Madrid. F. de la Parte. 1817.—
En 8."
NEVARES Y SANTOYO
(D.*'' Antonia de).
Hermana de Marta de Nevares, la última
amiga que tuvo Lope de Vega.
242. — Soneto á la Condesa de Olivares:
Símbolo de la paz te cupo en suerte
ave de Venus, celestial, no humana...
Publicado en los Triunfos divinos de
Lope de Vega.
243. — Redondillas:
Zarza de Moysén divino
que os ardéis y no os quemáis,
^cómo tras el fuego os vais
si tanto el fuego camina?...
Relación de las fiestas que la insigne villa
de Madrid hi^o en la Canonización de su hijo
y Patrón San Isidro, con las comedias que
se representaron. Dirigida á la misma villa
por Lope de Vega Carpió. — Madrid, 1622.
En estas mismas fiestas Lope la elogió en
el romance á los premios, diciendo:
Doña Antonia de Nevares
Hermosa con tanto extremo
Que estuviera disculpada
Á faltarle entendimiento.
NEVARES Y SANTOYO
(D." Marta de).
Nació en Alcalá y á los 13 años contrajo
matrimonio con el desdichado Roque Her-
nández. Hacia el año 1610 contrajo ilícitas
-7^^
amistades con Lope de Vega, quien ya era
clérigo, y fruto de estos amores fué una
niña nacida á 12 de Agosto de 1617, bauti-
zada el 26 con los nombres de Antonia Cla-
ra. Lope consigna con demasiada libertad
el origen y progresos de sus aventuras en
las cartas al Duque de Sesa.
Doña Marta quedó viuda en 1619, y es
probable que continuaran sus intimidades
con Lope. Más adelante quedó ciega casi de
repente y murió poco después.
La hija fruto de este adulterio, vivió con
su padre hasta que siendo de 17 años huyó
con un amante que la sedujo por medio de
una Celestina. Todo esto consta en la Églo-
ga de Lope, Filis, que en el fondo es his-
tórica.
El Fénix de los ingenios dedicó á Marcia
Ltonarda, esto es, D.* Marta de Nevares,
sus novelas y dos comedias: La viuda va-
lenciana y Las mujeres sin hombres. En la
dedicatoria de la primera se lee:
Si V. m. hace versos, se rinden Laura Terraci-
na, Ana Bins, alemana, Safo, griega, Valeria, lati-
na, y Argentaria, española.
Doña Marta fué muy celebrada por su
destreza en la música y por su primor en el
canto.
Fallecióen Madrid áy de Abril de 1632(1).
Cnf. Últimos amores de Lope de Vega
Carpió, revelados por él mismo en cuarenta
y ocho cartas inéditas y varias poesías. —
Madrid. Imprenta de Ducazcal. 1876.
Referentes á D." Marta y á su familia he-
mos visto los siguientes papeles:
Adición al memorial del pleyto que trata doña
Isabel de Moxica, viuda de don Francisco Ñaua-
res de Santoyo, madre, y curadora de sus hijos.
(t) A. Tomi'.o y C. Pérez Pastor, Proceso de Lope de
Vega por libelos contra unos cómicos.— Madrid. Est. tip.
de Fortanet. 1903.
Pág. 303.
Con doña Luisa y doña Dionisia de Santoyo, her-
manas del dicho don Francisco.
Firmada por Andrés de Palacio.
ímp. s. 1. n. a.
Nueve hojas en folio.
Por doña Isabel de Moxica, viuda de don Fran-
cisco de Neuares Santoyo, madre, y curadora de
sus hijos. Con doña Luisa, y doña Dionisia de
Neuares Santoyo, hermanas del dicho don Fran-
cisco. Adición á la información hecha por la di-
cha doña Isabel.
Firmado por el Licdo. Jerónimo de Camargo.
ímp. s. 1. n. a.
10 hojas en folio.
Por doña Isabel de iVIoxica, viuda de don Fran-
cisco de Neuares Santoyo, madre, y curadora de
sus hijos. Con doña Luisa, y doña Dionisia de
Neuares Santoyo, hermanas del dicho don Fran-
cisco: viudas ambas, la vna de don García Brauo
de Acuña, Castellano de Milán, Cauallero de la
Orden de Santiago. Y la otra de don Rodrigo An-
tonio Pacheco, Cauallero de la misma Orden, y
señor de Minaya. Sobre la rescisión de las dona-
ciones graciosas, que el dicho don Francisco hizo
y prometió á las dichas sus hermanas quando se
concertaron de casar con los dichos sus maridos,
sobre lo que les dio en pago de sus legítimas, pa-
terna y materna: y desde el día del nacimiento del
primer hijo que el dicho don Francisco tuvo del
matrimonio con la dicha doña Isabel.
Firmada por el Licdo. Jerónimo de Camargo.
ímp. s. I. n. a.
14 hojas en folio.
Por doña Lvisa de Santoyo, viuda de don Gar-
cía Brabo de Acuña, Cauallero del Hábito de San-
tiago, Comendador de la Oliua, del Consejo de
Guerra de su Magestad, y su Castellano del Casti-
llo de Milán, y por doña Dionisia de Santoyo,
viuda de don Rodrigo Antonio Pacheco, señor de
Minaya, con doña Isabel de Moxica, viuda de don
Francisco de Santoyo, hermano de las dichas
doña Luisa y doña Dionisia, como curadora do
sus hijos y del dicho su marido.
Firmada por el Dr. D. Pedro de Meneses.
ímp. s. 1. n. a.
33 hojas en folio.
Por doña Lvisa, y doña Dionisia Neuares de
Santoyo. Con doña Isabel de Moxica y Gueuara,
madre, tutora, y curadora de sus hijos, y de don
Francisco Neuares de Sanioyo su marido difunto.
En respuesta de la información contraria.
Firmada por el Licdo. Paulo de Vitoria.
Imp. s. 1. n. a.
1 5 hojas en folio.
Con esta alegación hay una copia manuscrita
de la Real cédula por la cual Felipe II concedió á
D. Francisco de Nevares y Santoyo la escribanía
mayor de las alcabalas, almojarifazgos, tercias y
monedas del arzobispado de Sevilla, obispado de
Cádiz y villas de Frejenal, La Higuera, El Bodo-
nal y Marutera, vacante por muerte de D. Sebas-
tián Cordero Nevares de Santoyo, padre de don
Francisco.
Fechada en Madrid á lo de Enero de iSSg.
Dos hojas en fol., letra del siglo xvii.
Biblioteca Nacional.— Sección de Varios. Alegaciones
jurídicas. Legajo 1.007.
Memorial del pleito que trata doña Isabel de
Moxica, viuda de D. Francisco Nebares de Santo-
yo, madre y curadora de sus hijos, herederos del
dicho D. Francisco. Con doña Luisa Nebares de
Santoyo, viuda de D. García Brauo de Acuña,
Castellano que fué del castillo de Milán. Y doña
Dionisia Nebares de Sanioyo, viuda, mujer que
fué de D. Rodrigo Antonio Pacheco, señor que
fué de la viila de Minaya, ambas hermanas del di-
cho D. Francisco de Santoyo. Sobre la nulidad
y revocación de las donaciones que el dicho don
Francisco de Santoyo hizo á cada una de las di-
chas sus hermanas, para más aumento de las do-
tes que las dio.
Firmado por Andrés de Palacio.
Imp. s. 1. n. a. (acaso en 1638).
74 hojas en fol.
Sermón predicado á diez de Enero de i63i, en
el Conuento de Santa Ana, Colegio de losFrayles
Minimos de S. Francisco de Paula, de la Vniver-
sidad de Alcalá de Henares, en las Honras, y cabo
de año, que se celebraron por don Francisco Ne-
uares de Santoyo, Escriuano mayor de rentas de
Seuilla, y Patrón del mismo Conuento. Adonde
asistieron el Rector con su Mayor colegio; el Abad
mayor con su Iglesia; el Corregidor con su Regi-
miento; todas las Religiones, y demás Colegios.
Por el padre Fr. luán Pastor, Religioso de la dicha
Orden. Dedicado á D.* Isabel de Mogica y Gueuara,
77 —
viuda del dicho D. Francisco Neuares Santoyo. —
En Madrid, por luán González, año M.DC.XXXI.
22 hojas en 4.°
En el folio 18 dice:
«No he de descubrir deste ilustre Cauallero las
rayzes, que están bien patentes en la Casa de Ne-
uares y Santoyo, nobleza ingerta ya en lo más
puro de España. Un hijo de Sebastián de Santo-
yo, educado en la casa, palacio y escuela de aquel
gran Monarca, ^qué pudo salir sino un don Fran-
cisco de Santoyo, Cauallero tan morigerado, de
tanta virtud, partes y prudencia, aun en su mo-
cedad, que mereció los fauores tales y tantos
como le hizo su Príncipe, emulados de los validos
de mayor marca? Y porque el último principio
de su virtud y desengaño fué tan grande, le refe-
riré á mi auditorio. Hallóse aquel gran Monarca^
ya en víspera de su muerte, y teniendo por arri-
mo, como tan Católico Príncipe, el báculo de la
Passión de lesu Christo, gustaua de que se la le-
yessen en aquel tránsito y hora; y estando á solas
con don Francisco, le dixo: Don Francisco, paré-
ceme que en tal parte vi un vaneo. Respondióle
el Cauallero: Sí, Señor. Pues hazed que le iray-
gan por vuestra vida, don Francisco. Traído, dí-
xole á don Francisco que leyesse la Passión, y
estándosela leyendo, leuantó los ojos el gran Mo-
narca, y puestos en el, le dixo: Sentaos. Temióy
estimó don Francisco el gran fauor; rehusó hu-
milde y estimó prudente. Boluió segunda vez á
mirarle, estimando de don Francisco su pruden-
cia, y díxole el Rey: Sentaos. Ay quien le oyó
dezir á don Francisco que entendió era tan gran-
de fauor hijo del deliro de la muerte. Leuantó
tercera vez los ojos el gran Monarca, y le dixo:
Sentaos, que sois hombre, don Francisco. Obede-
ció prudente y estimó advertido. Muerto su Prín-^
cipe, como quien auía llegado á la última raya
del fauor, trató de su retiro don Francisco y salió
diziendo: Vanidad de vanidades.'»
D. Diego Nevares de Santoyo, cuyas pruebas
para tomar el hábito de Santiago se verificaron en
el año 1 599, fué hijo de Bartolomé de Santoyo
y Ana de Ondegardo, nacida en Valladolid. Sus
abuelos paternos Francisco Cordero de Nevares,
natural de Santoyo, y Catalina Gutiérrez. Los
maternos Diego López de León Ondegardo y Je-
rónima Zarate, ambos vallisoletanos.
Archivo Histórico Nacional.— Pruebas de los Caballeros
de Santiago.
Don Antonio Nevares de Santoyo, cuyas infor-
maciones para lomar el hábito de Santiago tuvíe-
-78-
ron lugar en el año 1660, era hijo de D. Francisco
de Nevares y Sanloyo y.D." Isabel de Moxica;
fueron sus abuelos paternos Sebastián Nevares
de Santoyo, ayuda de Cámara de Felipe II, natu-
ral de Santoyo, y María Ramírez, nacida en Ma-
drid; los maternos, Alfonso de Moxica, señor de
San Cebrián y Zurita, y Mariana de Londoño,
riojana.
Archivo Histórico Nacional.—Pruebas de los Caballeros
de Santiago.
De Isabel de Santoyo y Nevares hay dos
cartas originales al Conde de Gondomar,
D. Diego Sarmiento de Acuña, en la Aca-
demia de la Historia. Fechada la una en
Madrid á 4 de Noviembre de 1593 y la otra
en el mismo lugar, á 21 de Abril, sin indi-
cación de año.
NEYRA (D." Antonia de).
244. — Décima en alabanza de D, José Ro-
dríguez:
Lira que el dulce quebranto...
Métricos afectos, y dolorosas expresio-
nes, que en muestra de verdadero arrepenti-
miento ha^e un Pecador, en presencia de
Christo nuestro Redemptor Crucificado. Su
autor Don Joseph Rodrigue^, guien los de-
dica al Señor D. Diego Bustillo Pambley.
Imp. s. 1. n. a.
La dedicatoria fechada en Madrid á 2 de
Noviembre de 1732.
18 págs. en 4.°
NIETO DE ARAGÓN (D." María).
Dadas sus relaciones con el Marqués de
Torres, con D. Jilan Vincencio de Lastanosa
y con Uztarroz, opinamos que descendía de
familia aragonesa, si bien parece que nació
en Madrid y no en Aragón, pues en este caso
es incomprensible que la omitiera su amigo
Uztarroz en el Aganipe, donde cita hasta los
ingenios mas mediocres de su país. Su naci-
miento puede fijarse hacia el año 1620, si no
se quitaba primaveras en el de 1645 al decir
que tenía «poca edad»; edad que no era la ni-
ñez, pues ya se hallaba casada entonces con
D. Francisco de Valdés á quien el Rey hizo
en el año 1649 Sargento mayor de Asturias.
En un Ms. de la Nacional (V.-170) se conser-
van algunas de las cartas que dirigió éste al
cronista aragonés Juan Francisco Andrés
de Uztarroz, fechadas en Madrid á 30 de
Enero, 20 de Febrero, 19 de Septiembre
y 2 de Octubre del año 1649; en ellas da
noticias de la Corte, cuales son la llegada de
los embajadores turcos, las bodas de Feli-
pe IV y fiestas en el Retiro; en dicho ma-
nuscrito hay otras de D.* María, y tan in-
teresantes, que las reproducimos íntegras.
Hermano de ésta debió serlo D. Rafael Nie-
to de Aragón, si no nos induce á error la
igualdad de apellidos, tan expuesta á equi-
vocaciones, quien compuso unos versos lau-
datorios, hallándose en el Perú, á la obra
de Hipólito Olivares y Butrón, rotulada:
Concepción de Marta Purtssima, impresa
en Lima por Jerónimo de Contreras, año
de 1 63 1.
Cartas de D."^ Marta Nieto de Aragón á
U\tarroi,
I
S.or D.or Juan Francisco Andrés.
A la raya del desuanecimienio me puso la carta
de V. md. y casi Ilebada de parecerme ser ya per-
sona de inportancia, quise pasar los límites que la
cordura me atajaba; y si en alguna ocasión pudie-
ra tener disculpa, fuera en ésta, pues me beo con Jl
excesso fauorecida de v. md., á quien veneran t odos «■
por grande; conosco la ventura que he tenido en
que mis versos llegasen á mano de quien tan vien
sabe animar á cortos talentos para que se adelan-
ten y no desmaien en los primeros pasos de cami- Jl
no tan dificultoso. La grandeva de la materia fué iB
causa de que pudiese escriuir esos números, el
affecto del sentimiento justo les dio alma, porque
para llorar nadie lo sabe mejor a^er que los de
-79
poca edad, y en ella las lágrimas si no deleitan no
enfadan á quien las oie. En las ocasiones que se
ofiescan sienpre tendré á v. md. por mi Mecenas
y espero con dilatados elogios manifestar mi reco-
nocimiento. Guarde Dios á v. md. con los aumen-
tos de vida y estado que merece y yo deseo. Ma-
drid 10 de .Mar9o 1645.
X). María Nieto de Aragón.
II
Achaque forzoso dilató responder reconocida á
la merced que recibo con la aprobación que v. md.
da á mi Epitalamio; assegurándole que más la es-
timo que el apluso que su dicha ha conseguido.
Para escreuirle tomé la pluma violentada por
my indisposición, si bien con voluntad por ser
ocasión tan propia desta monarchia; en él conse-
guí, como V. md. abrá notado, ablar con la desen-
sia que se deuía á tanto assunto, assegurada de que
muchos auían de faltar en esta parte, ó por no en-
tender la materia, ó por lograr el descrebir por me-
nor la hermosura de nuestra Reyna, que se ha de
tratar como á cosa suprema. Quando lodos pro-
curan afectar escuridad, procuré que mis números
fuessen inteligibles, no faltando á lo superior del
hymeneo, haciendo más particular estudio de lo
que auia de callar, aunque conceptuoso, que de lo
que auia de escrebir. Para el acierto de lo que des-
seaua vi á Estacio Papín, Catulo, Marino, Zarate,
Pantaleón y otros muchos; y si tengo decir mi
sentir, alié que los que se gouernassen por ellos
en todo no dexarían de dar en escollos ó de caer
en barios, porque unos por lo gentílico no se auían
de imitar sino domesticada la frasi con términos
católicos; otros por lo humilde de las metáforas ó
por desapropriadas á nuestro Epitalamio, no se
auían de admitir sus términos. Mas ¡válgame Dios!
donde camino por senda que no entiendo, juzgan-
do de tan grandes hombres, y más escribiendo á
nuestro Liuio español, como si yo fuera para más
que para a?er bainiilas; y pues conosco my yerro
no quiero prosseguir en él hurtando el lienpo á
V. md. que lo gasta tanto en utilidad pública y
honra de nuestra nación. Guarde nuestro Señor á
V. md. con las felicidades que merece. My padre y
don Francisco (i), besan á v. md. la mano, su-
(1) No creo que éste sea el Licenciado FranciscoNieto,
de quien hay unos versos en la Pyra religiosa que la muy
santa Iglesia Primada de las Españas erigió devota á las
sepulcrales memorias de Su Altei^a el Serenissimo Carde-
nal Infante D. Fernando de Austria. Por el Licenciado
Itíseph Gom^áleii de Várela. Madrid: Diego Díaz de la Ca-
rrera. 1Ó42.
195 págs. en 4.°, más lo hojas de prels. '
pilcándole que los ocupe en muchas cosas de su
seruicio. Madrid y Decienbre 1 1 de 649.
D, María Nieto de Aragón,
S.or D.or Juan Francisco Andrés.
III
S.or D.or Juan Francisco Andrés.
No es nuebo en v. m. fauorecer mi corto caudal
animándome á que prosiga en los estudios á que el
natural me inclina, si bien aunque las ocupaciones
precisas me desuían, alentada con el aplauso de
V, m. hurto del tienpo algunos espacios en que
camino lo que puedo por lición de libros selectos
en nuestro y extraño idioma. Y puedo assegurarle
que más trabajo en saber el castellano que depren-
der el latino.
El Marqués de Torres me escribió remitiéndome"
el Certamen que con su protección se premia en
Huesca, y si no fuera por obedecer, no tomara la
pluma, porque recebí el pliego y carta de v. m. en
20 deste, y las Musas andan muchas veces fuera de
casa y no ay darles alcance.
El soneto que escrebí, que si no me engaña el
amor proprio es del assunpto con decencia, se ser-
uirá V. m. de remitir luego al Marqués y á nuestro
amigo don Juan de Lastanosa, á quien venero sus
muchas prendas, para que entre en juicio, que al •
de mis maestros merece que se ponga en nú-
mero.
Muy aprissa daré á la estanpa my Tenplo de la
eternidad, y otros uersos; mas primero los uerá
V. m. para que con su censura no tenga después
que temer; perdone v. m. que le tomo el tienpo, que
la merced que me ace me disculpa de inportuna.
Mi padre y don Francisco besan la mano á v. m.,
suplicándole los ocupe en su seruicio. Guarde Dios
á V. m. como puede, desseo y merece. Madrid y
Enero 22 de 65o.
El pliego del Marqués remito abierto, para que
con su censura me escriba v. m.
Doña María Nieto de Aragón, (i)
245. — A la muerte de la Reyna nuestra
Señora. Por doña María Nieto de Aragón.
Soneto:
Cede al sueño fatal, la que divina...
(i) (Bib. Nac. V.-170, folios 564 á 567). La primera de
estas cartas es hológrafa, y las otras dos con firma autó-
grafa; cuatro hojas en folio.
El cristal más pvro representando imagi-
nes de Divina y Humana política, para
exemplo de Principes, labrado de las accio-
nes heroicas de Doña Isabel de Borbón,
Reyna de España defeli\ memoria. Por el
Dotor don loseph Micheli, y Marguei[, ca-
uallero Imperial, y Vicecancelario de la
Orden Constantiniana. (Al fin:) Impresso en
Zaragoza, en la imprenta del Hospital Ge-
neral de nuestra Señora de Gracia. Año
de 1644.
Lleva este libro en la portada un precioso
retrato de la Reina, grabado por Franciscas
Bolagnus.
Pompa funeral, Honras y Exequias en la
muerte de la muy alta y Católica Señora
Doña Isabel de Borbón Reyna de las Espa-
ñas y del Nuevo Mundo que se celebraron en
el Real Convento de S. Gerónimo de la Villa
de Madrid. Mandadas publicar por el Con-
de de Castrillo... que por orden particular
de Su Magestad (que Dios guarde) acudió
y assistió á su disposición y execución. Con
licencia. — En Madrid, por Diego Díaz de la
Carrera, 1645.
Soneto XXIV, pág. 100.
246. — Lágrimas á la mverte de la Avgvs-
ta Reyna N. Señora Doña Isabel de Borbón.
Dedicadas á la Señora Doña Catalina Ma-
nvel de Ribera y Pinto, mvger de D. Ma-
nuel Aluarez Pinto y Ribera, Cauallero de
la Orden Militar de Santiago, Fidalgo de la
Casa del Rey N. S. en la de Portugal, y Se-
ñor de la Villa de Chilueches, y dé los
Lugares de Albolleque, y la Celada. Por
D. María Nieto de Aragón. Con Licencia. —
En Madrid: Por Diego Díaz de la Carrera,
Año 1645.
13 hojas en 4.*
Aprobación de D. Antonio Sigler de
Huerta. Madrid 14 de Enero de 1645.
80 —
Décima de D. Pedro Rósete Niño.
Siguen las siguientes composiciones:
Soneto:
Aquella augusta antorcha que encendida...
Otro:
Cede al sueño fatal, la que divina...
Otro:
El águila imperial que caudalosa...
Otro:
El planeta mayor, el que es luziente...
Otro:
La máquina que admiras leuantada...
Otro:
La robusta materia que vencida...
A la muerte de la Reyna Nuestra Señora.
Canción:
Inunda la campaña. Manzanares...
Al mismo asunto. Canción:
¿Qué luz resplandeciente...
Al mismo asunto. Décimas:
Si por sola peregrina...
Otro:
Á lo supremo, á lo augusto...
Al Rey Nuestro Señor. Soneto:
A la pérdida ¡guala el sentimiento...
Á LA MUERTE DE LA REYNA NUESTRA SEÑORA
Canción.
Inunda la campaña, Man9anares,
En llanto conuertido el cristal puro
Que en cóncauas cauernas detenía
Ya no campos alegres, mas ya mares
Que cubren de tristeza con obscuro
Color el prado ameno que mouía
Blando Favonio quando Dios quería.
La máquina celeste no retrata
Hermosa y rica, pues assi se ostenta
Que á celebrar atenta
Un sol divino su esplendor dilata;
H
-8i-
Porque el afecto con razón doliente
Melancólico forma el accidente.
De verdes óbas se mostró cubierto
El cortesano río, no adornado
De púrpura marina ó. blanco lino;
Con lloroso semblante el color muerto,
El vndoso cabello desgreñado,
Al húmido elemento abre camino,
Errante, graue el passo y no contino;
La deidad de las aguas, ninfas bellas.
Desamparan sin orden sus moradas
En lágrimas bañadas,
Hiriendo por mil bocas las estrellas
Quando el dolor assido á la garganta
Resonando en el pecho se adelanta.
Fúnebre norte fué la gran aldea.
Farol, bien que sin luz, la casa augusta
Del mejor mayoral, el gran Fileno,
Que con sacros aromas toda humea,
Deuido culto quanto oblación justa
Al espíritu hermoso que sereno
Desamparó inmortal el mortal seno.
El clamoroso llanto de la gente
Fué remora al camino del sagrado
Choro más lastimado
Por pérdida de todos igualmente.
Que el mal que á todos toca es instrumento
No de consuelo, no, sí de tormento.
De suspiros el alma y de la pena
Interrumpidas quexas despedía
En ronco son y lágrimas al río
Con abundante y dilatada vena;
La que habita las aguas, compañía
Del humano concurso, sin desvío
Concurre al llanto lastimoso y pío
Repitiendo las gracias, los fauores
Con que al orbe animaua soberana,
Belisa, bien que humana,
Que con su vista al prado daua flores.
Con su respiración ámbar al viento
Y brillante hermosura al firmamento.
El espíritu digno de alto imperio
Manifestó sublime su belleza
Con aspecto suave y con acciones;
Aquél, serenidad del emispherio;
Estas, constante bassa y fortaleza
Del reyno que fundaua en corazones,
Esphera de más ínclitos blasones
Á quien no fué luzero en noche triste
Del luminar mayor siempre assistida
Con luz esclarecida
Aunque fiero el león sus rayos viste.
Siendo al náufrago puerto imaginado
Que piadoso formaua su cuidado.
En ausencia del sol, alma del mundo.
El luminoso carro gouernando*
Los fogosos cavallos reprimía
Con prudente valor, saber profundo.
El amago de incendios desterrando;
De tal suerte los rayos despendía
Que la noche vistió luzes del día
Por secretos condutos á la tierra;
Qual errante elemento encaminaua
La paz, deidad que amaua
Lo tirano deshecho en justa guerra
Su espumoso coral, torpe Letheo,
Recuperando España su tropheo.
El uno transformarse en otro amante
Ostentaua possible con su esposo,
Essencia nueua de vn amor perfeto
Inimitable vínculo constante
Causa suprema de Himineo dichoso.
¿Mas quándo dará al mundo igual sujeto
El soberano incircunscripto objeto?
¡Oh Hesperia!, felize eternamente
Por sólo auer gozado en mortal lumbre
La que assiste en la cumbre
Del solio de zafir y rubí ardiente
Al justo Joue deteniendo airado
Quando el rayo fulmina acelerado.
A la celeste ñor si fresca rosa
Dulce pompa de Abril en su mañana
A superior jardín donde florece
Siempre la primauera deleitosa,
La traslada seuera, como vfana
Jardinera, la Parca que apetece
La candida azuzena, y le parece
Que está tiranizada en lo terreno
Sugeta al Aquilón, escarcha y nieue
Que al candor guerra mueue
(Caduco bien de tristes sombras lleno)
Assí la eclipsa á vista de su Oriente
Discuento eterno del dolor presente.
Renuéuanse del llanto los raudales
Viendo ausente á Fileno en su partida;
Aquí se pierde el hilo del consuelo;
Aquí el amor y pena son iguales;
La luz á todos es aborrecida;
Aquí culto Timantes con desvelo
En las ideas pinta el desconsuelo;
Del nácar las dos perlas apartarse.
Emulación del sol, el sentimiento
Excede al pensamiento,
Pues quiso amor en ellas retratarse,
Y quando estrellas son en noche esquiua
En el aliuio está la pena viua.
6
^82 —
¡O! cómo diligente la memoria
Muestra eterno el dolor del bien passado
Señalando dVuel, no lisongera,
Á Bliesa gallarda, siendo gloria
De los vistosos campos fatigado
Quando dexaua el monte y la más fiera
Victoriosa en rendirse á la seuera
Jabalina fatal, y quando Aurora
A las aues y flores despertaua
Y gracia hermosa daua
A quanto alienta el aire y Febo dora,
Y el nombre de Belisa repetido
Del Eco alegre entonces, y oy gemido.
Canción, abate el buelo, enfrena el llanto
Al triste y tierno canto
Porque en triunfo que el orbe y cielo aclama
Trompa humilde será la propia Fama.
Á la sentida muerte de D." Isabel se pu-
blicaron además las siguientes obras:
Lágrimas en la muerte de la Católica y
Christianíssima Reyna Doña Isabel de Bor-
bón nuestra señora. Al Rey N. Señor. El
Dotor Don Gutierre Márquez de Carea-
ga. — En Madrid, Por luán Sánchez. Año
de 1644.
Siete hojas en 4.**
Epitafios. Oda centón anagrama: Para
las exequias á la Sereníssima Reyna de las
Españas Doña Isabel de Borbón. En la ciu-
dad de Loxa, en 22 de Noviembre, Año de
1644. Escritas por Don Martín de Ángulo i
Pulgar. — Impresso en Madrid en la Impren-
ta del Reyno, Año de 1644.
11 págs. en 4."
Elegía en la muerte de la Reyna Nuestra
Señora Doña Isabel de Borbón, por Don An-
tonio Sigler de Huerta. — Impreso s. 1. n. a.
Cuatro hojas en 4.°
Canción en la muerte de la Augustíssima
Reyna de España Doña Isabel de Borbón.
De D. Gerónimo Cáncer de Velasco.— En
Madrid. Año de M.DC.XLV.
Cuatro hojas en 4.*
247. — EPITALAMIO A l.AS FELICISSIMAS BODAS
DEL Rey nvestro Señor
POR
D. María Nieto de Aragón
QFE DEDICA A
Su amiga, y Señora doña Violante de Ribera y
Pinto. (O
Amiga y señora D. Violante de Ribera y Pinto.
Estos versos, escritos en la mayor y más de-
seada ocasión que ha logrado España, consagro á
nuestra amistad; si como es soberano el objecto
lo fuera el acierto de mis números, auían hallado
puerto mis deseos, desempeñándome de lo mucho
que deuo á las finesas de v. m.; mas con el des-
empeño nacen nueuas obligaciones, pues con sólo
su amparo los saco á la pla^a del mundo, que
verá doy lo más que puedo; no es lo mismo reci-
bir beneficios que poderlos remunerar. Quisiera
dilatarme discurriendo por las muchas prendas
naturales y adquiridas que se hallan en v. m.,
para que se vea que como deuda la ofrezco estas
delicias de mi ingenio; mas la modestia de que la
dotó el cielo no me lo permite. Guarde Dios á
v. m. como deseo.
D. Marta Nieto de Aragón.
EPITALAMIO
El Monarca mayor, con frente augusta,
Que de sus mismos rayos se corona
Y con sólo el semblante el orbe enfrena
Se eterniza diuino si perdona
Al humilde rendido, y con robusta
Diestra tonante, de piedad agena
Pone al soberuio en mísera cadena.
Arbitro vniuersal de la campaña
Á todos su dictamen paz concede;
Iguala, si no excede
(Inaccessible gloria para España)
A Carlos siempre grande, vitorioso,
Á Filipo prudente, y al piadoso.
De tanto auspicio precursora bella
El águila imperial, con feliz buelo.
En acciones paloma, al mundo embía
Serenidad que aprueba el justo cielo.
Del náufrago farol luziente estrella
De alegre Aurora que el horror desvía.
Principio de la luz, alma del día;
En medio del Inuierno ya parece
(i) Impreso sin indicación de lugar ni año; lo hojas
en 4° Bib. Nac. Sección de Papeles x>arios. C. 164. Núme-
ro 39.
-83-
Que dulce primauera el prado viste;
Aura suaue assiste.
El Austro riguroso desvanece;
Astrea soberana con su Apolo
Hazen dichosos uno y otro polo.
Esta, pues, Real aue, á cuya frente
Tributa el sol brillantes resplandores
Como líneas al centro niueladas
De sus luzes, ya mas competidores,
Veneración prestando al bello Oriente
Del sublime candor, donde animadas
Frescas rosas se ven, flores neuadas.
Emblemas de hermosura y de pureza;
Ésta, pues, el zafir claro destina
Como prenda diuina
Para estabilidad de su grandeza
Al Imperio español, y en este empleo
Halló la possessión más que el desseo.
Con recíproco amor recibe vfano
El olmo en brazos á la vid yocunda
Que con verdes caricias lisongea
Los espacidos ramos, y fecunda
Dulce néctar ofrece, que lozano
En pendientes racimos lo hermosea,
Donde el pronto sentido se recrea
Y el discurso subiendo á lo invissible
En dichoso himineo, dilatado
llalla el felice estado
Émulo del eterno en lo possible,
Y deidades vnidas, bien que humanas,
El tiempo las respeta soberanas.
Eterna duración siempre amorosa
Á la presaga mente vaticina
Vn aliento que en dos no es diuidido
Aunque informa á los dos con peregrina
Vnidad bella de clauel y rosa,
Lo caduco de flores suspendido,
Efeto soberano procedido
De causa superior que la belleza
Del ethereo pensil en él retrata;
La ley común dilata;
Al fragranté verdor ciñe firmeza;
Los fugitiuos annos numerosos
Lentos irán passando venturosos.
Tú, que transformas vno en otro amante,
Agradable deidad, niño animoso,
Monarchías en almas dilatando,
No con vendados ojos imperioso,
No con puntas de plomo y de diamante,
No con ligeras alas igualando
A la veloz idea, mas con blando
Suaue rendimiento le presenta
Al triunfo mayor de la hermosura,
Donde viue segura
(Si permiten dos soles vista atenta)
Amante la razón; y assí no ciego,
Sin plumas y sin arco enciende el fuego.
Llega de las tres Gracias assistido
Con teas encendidas en la lumbre
De Fe, de Caridad y de Esperanza,
Antorchas que conducen á la cumbre
De himeneo inmortal, que siempre vnido
Á causa incircunscripta, con bonanza.
Corre el mar alterado sin mudanza;
Llega, venerarás al varón fuerte
Superior á los astros y á la fama
Que la fortuna aclama
Essempto del imperio de la muerte,
Á cuyo dilatado inuicio pecho
Quanto rodea el sol le viene estrecho.
Puríssima alma Venus, que gouiernas
Á la perfeta vnión, constante nudo
Del celeste terreno deriuado
Que dos en vna carne formar pudo
Con blandas ligaduras quanto eternas,
Renaciendo diuino del costado
De aquél que deue ser él salo amado,
Grata al consorcio assisfa tu presencia
Deste que en tu defensa reseruaste
Pues siempre en él hallaste
Invencible valor, pronta assisteneia,
Siendo trueno su voz, rayo temido.
Quien es como la esposa, al preuertido.
De Cupidos hermosos coronada,
Luzes del firmamento militante,
Su mesa se verá, casta Lucina,
Xueuos Atlantes deste fuerte Atlante
Que con edad nestorea dilatada
Al templo de la Fama se encamina
Haziéndosse inmortal con la ruyna
Del pálido agareno enoblecido;
La Inuidia, sin inuidia de sus glorias
Publica sus Vitorias,
Triunfo sólo á tanto héroe concedido;
Culto al bárbaro dando y justas leyes
Aclamado será por Rey de Reyes.
Con sacro anuncio aquel que errar no puede,
Espíritu increado, en dulce llama
Deifica baxando á este himeneo;
De la fertilidad copia derrama
La magna conjunción; temida cede
Á mayor conjunción, que por trofeo
Sus efetos sepulta en el Letheo;
Las alas candidissimas despliega
Y al tálamo felice en torno asoma
La diuina paloma
-84-
Sus dones esparciendo, y quando llega
Desaparecen las siniestras aues
Huyendo tristes y gimiendo graues.
¡O! como vitoriosas resplandecen
Del Lábaro triunfante las banderas.
Por mano de progenie successiua
Desta Águila y León; ya las postreras
Del mundo incultas tierras se extremecen
Al bramido fatal, espada viua,
Sujetando feroz tu frente altiua;
Como á la decendencia soberana
De la inmortalidad al arduo templo,
Con el paterno ejemplo
El camino impossible se le allana,
Formándose inmortal en sus acciones,
Fixándose en estrellas los blasones.
Bellissima imperial aue, nacida
A remontadas aues, para reyna.
Culto honor del espacio transparente,
Cuya bizarra pluma pule y peyna
Augusto el luminar, que preferida
Dexan sus rayos al metal luziente.
Tú sola puedes ver atentamente
La soberana luz que todo alumbra;
Naturaleza próuida te assiste
Que á las demás resiste
Con perfección suprema que te encumbra;
Ya el fénix, no problema ventilado.
Que en águila se admira transformado.
Ven, deseada, ven donde te espera
Olorosa de incienso y rica de oro,
España, como á norte de su gloria,
Que en instrumento de la paz sonoro
El parche desterrado te venera
Dando nueua materia á nueua historia
En edades presente tu memoria;
Ven á fundar imperio en corazones
Que el circulo visible es corto imperio;
Deste y otro emisferio.
Sublime monarchía, te compones;
Ven, pues, que tu presencia conseguida,
Siempre será con votos pretendida.
En los cóncabos valles resonando
Diligentes acentos amorosos
El Echo animará, que repetido
Formen el nombre destos dos esposos,
Enamoradas cifras enlazando
Las flores en sus hojas esculpido
Suaues mostrarán el apellido,
Y en blandos troncos como en bronce duro
Firme, viuo papel de la floresta
Donde se manifiesta
Desnudo de lisonja el amor puro,
Se inmortalizará por soberana
La inscripción de Filipo y Mariana.
Canción nacida en brazos de mi afeto.
Humilde abate el buelo remontado
Con que manifestaste tu conceto
En soberano objeto.
De pincel rudamente bosquejado;
En ti la voluntad sólo campea;
Víctima poca en sacrificio humea.
248.— Al valiente Céspedes. Soneto:
Empiezas á vivir cuando anochece...
249.— Epitafio al valiente Céspedes. So-
neto:
Este que admiras pórfido elegante...
25o. — Al valiente Céspedes cuando le ma-
taron de un arcabuzazo, habiendo muerto
más de cien moros. Décima:
Cuando de laurel la frente...
25i. — Soneto en elogio de Rodrigo Mén-
dez Silva:
Este breve volumen dilatado...
Compendio de la mas señaladas hazañas
que obró el Capitán Alonso de Céspedes,
Alcides castellano. Su Ascendencia, y Des-
cendencia, con varios Ramos Genealógicos
que desta Casa han salido. Pvblicalo Ro-
drigo Mende^ Silva, Coronista General des-
tos Reynos de su Magestad. — En Madrid,
por Diego Díaz. Año 1647.
252. — Al Licenciado D. Fernando Vivas
de Contreras. Décima:
Con tan acordada lira...
Grandesias divinas, vida, y mverte de
Nvestro Salvador lesu Christo , qve dexó
escritas en verso el Licenciado Francisco
Duran Viuas, en varios papeles. Aora nue-
vamente redvcidas al lenguaje, y estilo co-
mún destos tiempos por el Licenciado Don
Fernando Viuas de Contreras, su nieto,
Abogado en los Reales Consejos. Conpfivi-
— 85
legio— En Madrid. Por Diego Díaz de la
Carrera. Año M.DC.XLIII.
253,_Á la muerte de Cortizos. Soneto:
No de soberbia, no, fué de grandeza
Estatua que animaba sacro aliento,
Sublime exhalación del valimiento
Que al mérito fió su fortaleza.
Al austro de la invidia su firmeza
Venció en generoso sufrimiento.
De su sombra cruel, della instrumento,
Dulce abrigo formando su destreza.
Deste, pues, de fortuna no vencida,
Con la piedra fatal de un accidente
La máquina cayó desvanecida.
Bien que aplauso nacido floreciente
En gloriosas acciones de su vida
El ocaso conduce á ser Oriente.
Hállase en un manuscrito del siglo xvii que se conserva
en la biblioteca de Mr. Archer M. Huntington.
He aquí algunos datos relativos al infor-
tunado varón que celebró D.* María Nieto.
Manuel CortÍ90S es un portugués muy rico,
que ha comprado en treinta mil ducados el oficio
de receptor del Consejo de Hacienda, que se le ha
dado con más preeminencias que á ninguno de
sus predecesores, que son entrada y asiento en el
Consejo; y ha gastado en esta ocasión más de mil
quinientos ducados (i).
Lunes, i6, [de 1637] en la ermita de San Bruno,
<iue es una de las del Buen Retiro, vieron Sus
Majestades y Altezas una muy lucida comedia
con que les festejó el Sr. D. Manuel Cortizos, y
con una merienda en el jardín de la misma ermi-
ta, adonde desmintiendo la sazón del año, había
árboles verdes cargados de varios géneros de fru-
tas: naranjas, camuesas, peros de Aragón, bello-
tas; éstos y otros de dulces; haciendo ventaja á
todo una parra con hojas postizas, pero con ver-
daderas uvas, como si fuera otoño y no á 16 de
Febrero (2).
D. Francisco de Rojas, en un Vejamen
que leyó en la Academia celebrada en el
(i) La Corte y Monarquía de España en los años 1636
y 57. Public>.lo Antonio Rodríguez Villa. Madrid, 1886.
Pág. 102.
Dichos t.5oo ducados los gastó Cortizos obsequiando á
ios Reyes en el Retiro á 16 de Febrero de 1637.
(2) Cartas de algunos PP. de la Compañía de Jesús
entre los años de 1634 y 1648. (Memorial histórico espa-
ñol, t. XIV, pág. 65.)
Buen Retiro á 1 1 de Febrero de 1638, es-
cribe:
Llegamos cerca de una ermita, en cuya puerta
vimos un yunque y un martillo de labrar herra-
duras, y unas tenazas en el suelo, y una letra que
decía:
Todos son unos, señores:
Herradores y Regidores.
¿Qué ermitaño, dije yo, es el que pasa aquí la
vida regidora? Ahora lo verás, dijo el diablo. Y
vimos á Manuel Cortizos perseguido de Calabaci-
llas y algunos mininos que se le querían comer á
bocados como á ermitaño mole (i).
Alfonso de Batres decía en otro Vejamen:
No me dejó proseguir el cochite hervite de Ma-
nuel Cortijos, que por lucirlo todo venía con un
mago de belas, aunque luego quedó deshelado en
ensebar un palo y en poner un confite arriva por
premio á quien le trepasse (2).
Este vividor de oficio murió chamuscado
en el incendio del Colegio de Atocha.
NIÑO (D." Magdalena).
254. — Á la muerte del Príncipe Nuestro
Señor. Soneto:
Las altas esperanzas que fundaba
España en vuestro orgullo soberano,
Carlos, á cuyo espíritu lozano
Todo el de Carlos Quinto trasladaba.
Juzgando que de Hércules la clava
Cual fértil caña fuera en vuestra mano,
Que fuerais de grandezas océano
Que al Orbe esparce el agua que le lava,
Y el deseo de veros asistiendo
A Filipo, á su lado peleando.
Cual él triunfando, si cual él venciendo,
Frustradas hoy contempla; ¿pero cuándo
Mejor logradas, Príncipe, que viendo
Que del mundo y la muerte vais triunfando?
Relación de los funerales obsequias que
hi^o el Santo y Apostólico Tribunal de la
(i) Fl Diablo cojuelo, por Luis Véle^ de Guevara. Re-
produ xión de la edición principe de Madrid, 1641, por
A. Bonilla y San Martin.— Vigo. Est. tip. de E. Krapf. 1902.
Pá3. 269.
(2) L'Espagne au XVl' et au XYlf siécle; documenta
historiques et tittéraires publiés et annotés par A. Morel-
Fatio. Pág. 661.
86
Inquisición de los Reyes del Perú á... Don
Baltasar Carlos de Austria. Por Don Pedro
Ahare!{ de Faria.— En Lima, en la Im-
prenta de Julián Santos de Saldaña. Año
de 1648.
Folio 42.
NISA
Celébrala Uztarroz en estos versos de su
Aganipe:
Nisa, que los cambiantes
de aquella clara aurora
en sus versos renueva ó los mejora,
y de cuyos conceptos la agudeza
se atreve á competir con su belleza;
que no siempre lo hermoso
distante se ha de hallar de lo ingenioso.
NORONHA (D.* Juana Teresa de).
255. — Escribió en elogio de Sor Magdale-
na Gloria las siguientes poesías:
Soneto:
Única Fénix, cuyo entendimiento...
Otro:
Lusitana Minerva, el aplaudirte...
Otro:
Tú, que la dulce vida en tiernos años...
Octava en portugués:
Quando a solio mais alto remontada...
Décima:
Suspende Apollo su canto...
Romance:
Nueva Pallas, cuyo nombre...
Erados do desengaño contra o profundo
Sonó do Esquecimento. E}n tres historias
exemp lares... Escritas por Leonarda Gil da
Gama. — Lisboa: Na Officina de Domingos
Rodrigues. Anno de M.DCCXXXIX.
NUÑES DE ALMEIDA (D/ Manuela).
Judía de origen portugués que vivió en
Londres á principios del siglo xviii. Fué
madre de Mordejay Nuñes Almeida.
256. — Glosa al mote que empieza:
A la de este espejo luna
En ese globo estrellado...
Espejo fiel de vidas que contiene los Psal-
nios de David en verso. Obra Devota, Vtil,
y Deleytable. Compuesta por Daniel Lope\
Laguna. Dedicada al muy Benigno y Ge-
neroso Señor Mordejay Nunes Almeyda. —
En Londres. Año 5480 (1720).
NÚÑEZ (D." Felipa).
Fué hija de Manuel Coelho Soto y Anto-
nia de Aboim. Nació en Ébora y tuvo raro
conocimiento del idioma latino.
257. — Epítome de las Historias portu-
guesas. (En castellano.)
258. — Vida de los tres Santos Reyes. (En
latín.)
Frocs Pcrim. Theatro heroino, abcedat'io histórico, e ca-
talogo das mulheres illustres (Lisboa, M.DCC.XXXVI),
tomo I, pág. 3«8.
o
OBISPO Y MERINO
(D/ María del Carmen).
259. — María de Courtenay, ó el amor y la
virtud: obra escrita en francés por M. S.;
traducida al castellano por D.' María del
Carmen Obispo y Merino, y dedicada al
Rey Nuestro Señor. — Madrid. Librería de
Rodríguez. 1829. — En 8."
OCAMPO (Sor María Bautista de).
Nació en Toledo. Fueron sus padres Die-
go de Cepeda y Beatriz de la Cruz.
De ella escribe Fr. Francisco de Santa
María (i):
«Tenía una sobrina la santa madre [Teresa de
Jesús] llamada doña María de Ocampo, que des-
pués fué monja descalía i se llamó María Bautis-
ta, á quien la Santa amava mucho por su gran
talento i crecida virtud; i á cuya cabecera quando
se despedía para el cielo, siendo Priora de Valla-
dolid, se hallaron los piadosos reyes Felipe III i
doña Margarita. Estava esta señora (quando la
Santa rebolvía en su ánimo pensamientos tan
grandes), por seglar en el monasterio de la En-
carnación de Avila, esperando lo que della deler-
minava hazer el Señor... En esta ocasión dijo
doña María que si las presentes eran para ser
(O Reforma de los Descalzos de Nuestra Señora del
Cartiien, lomo I, pág. laS.
monjas á manera de las descalcas franciscas, que
aún era posible hazer un monasterio. Traspasó
esta palabra el corazón de la Santa, por locarle
en lo vivo de sus deseos, i no queriendo perder la
ocasión continuó la plática... Y después de algún
rato ofreció doña María mil ducados de su legíti-
ma para dar principio á la fundación» [de San
José de Avila].
Profesó en el convento de San José de
Ávila á 21 de Octubre de 1554. Murió en
Valladolid en el año de 1601.
260. — Relación de la vida, santidad y re-
velaciones de Santa Teresa.
Se aprovechó de ella el P. Francisco de
Santa María para su Reforma de los Des-
calzos de Nuestra Señora del Carmen.
OCAÑA (Sor Estefanía de).
Religiosa en Santa Isabel de los Beyes de
Toledo.
261. — Romance de la muerte de D.' Isa-
bel de Borbón:
Deten el golpe fatal,
suspende la ejecución,
que en una vida malogras
todas las glorias de un sol...
Exequias funerales que celebró la muy
insigne, y Real Universidad de Va Hade-
— 88 —
lid, á la memoria de la Serenissima Reyna
N. S. Doña Isabel de Bortón en veynte y seis
y veynte y siete de Noviembre. Año i644- —
En Valladolid: Por Antonio Vázquez de
Velasco. Año de 1645.
Folios 63 á 65.
OLAVIDE (D.* Gracia).
Hija de D. Pablo Olavide, el célebre co-
lonizador de Sierra Morena y autor de El
Evangelio en triunfo. Es superior á todo
encomio el estudio que acerca de aquél pu-
blicó el Sr. Menéndez y Pelayo en el tomo III
de sus Heterodoxos españoles.
Cuando Aranda creó en el año 1768 los
teatros de los Reales sitios para arraigar en
España la escuela dramática francesa, doña
Gracia tradujo la Paulina de Mme. de Gra-
figny y fué representada.
Doña Gracia, muy querida generalmente
por sus excelentes dotes, murió á poco tiem-
po de casarse. Jovellanos, que la profesaba
paternal cariño, se lamentó de haber perdido
La que atraía con su dulce canto
del aire vago á las canoras aves,
y los feroces brutos extraía
de sus cavernas (i).
OMS (D.^ María de).
262. — Romance:
Bufa, Musa mía, bufa...
Insta poética consagrada á las festivas
glorias de Marta en su Immaculada Concep-
ción. Mantenida en la Parroquial Iglesia de
Santa María del Mar de la ciudad de Bar-
celona... Por Don Francisco Modolell y
Costa. — En Barcelona, por Narcis Casas,
año i656.
.^i) Biblioteca de Autores españoles, tomo I, pág. 22.
ORDUÑA (Sor Brígida de).
Monja en el convento de Santa Paula, de
Sevilla.
263. — A la fama postuma del Doctor Juan
Pérez de Montalván. Canción:
Dolor, deten el paso,
que temo tus rigores, pues si es muerto...
Lágrimas panegíricas á la tenprana muer-
te del gran poeta, y teólogo insigne Doctor
luán Pere^ de Montalván.
Folio 54.
OROZCO Y LUJAN (D.** María).
No escasean los datos biográficos de esta
mujer; jojalá hubiese tantos de Cervantes
y de otros escritores, como los hay de mon-
jas, ilusas muchas de ellasl
Fué hija D.' María de D. Pedro de Oroz-
co y Lujan y D.* Petronila de Acevedo, ve-
cinos de Guadalajara, donde nació á 21 de
Noviembre de 1635. Siendo de pocos años
entró en el convento de Jerónimas de Me-
dinaceli, del cual parece que la despidieron.
Después tomó el hábito en el de Carmelitas
Descalzas de Guadalajara, y á causa de vi-
vir continuamente en un mundo sobrena-
tural de visiones y éxtasis, no fué admitida
á la profesión. Retiróse con harta pena á la
ciudad de Alcalá y allí se hizo beata profesa
del Carmen. Si esta mujer, que siempre
vivió, según ella pretendía, en comunica-
ción con los ángeles y con todos los santos,
debe ser considerada como ilusa ó como
embaucadora, es cosa difícil de resolver.
Murió á 31 de Julio de 1709.
Fr. Gabriel de San José, que debía de estar
muy desocupado, escribió un grueso tomo
de apuntes referentes á la vida de D.* María
Orozco durante los años 1672 á 1690; día
por día iba anotando las cosas más insigni-
I
^89-
ficantes que hacía la biografiada, como oir
misa, etc. (i) Los continuó Fr. Mateo de
Jesús María eñ este otro libro:
Apuntamientos primeros que Fr. Gabriel
de San José hi^o de la vida de la Señora
Doña María Oro\co y Luxán, y empe!{ados
á proseguir por Fr. Matheo de Jesús María
que le svcedió, desde el año de i6gó en que
murió, en el govierno desta gran sierva de
Dios hasta que le fué á go^ar el año de lyog.
Letra del siglo xvii.
Un volumen en 4." que contiene 77 ca-
pítulos.
Biblioteca Nacional.— Mss. Qq. Supl.° II-36.
Puede verse también la
Oración fúnebre en las honras del Doctor
Don Francisco Bravo y Tamargo, Maestre-
Escuela de la Santa Iglesia Magistral de la
Universidad de Alcalá. Díxola el Padre
Presentado Fray Estevan Rodríguei{, Prior
de dicho Convento. — En Alcalá, por Joseph
Espartosa, año de 1722.
19 págs. en 4.**
264. — Cartas espirituales á Fr. Mateo de
Jesús María, Fr. Tomás de Santa Teresa,
Fr. Francisco de Santa Ana, Fr. Miguel de
la Visitación, las Madres Teresa de la Ma-
dre de Dios y Catalina del Santísimo Sa-
cramento, Fr. Juan de Santa Teresa y otras
personas. (Años 1696 a 1698.)
Letra del siglo xviii.
Un volumen en 4." de 376 hojas.
Biblioteca Nacional. — Mss. Núm. 7.691.
265. — Cartas que la sierva de Dios D. "Ma-
ría Orozco y Luxán, natural de Guadalajara
y vecina de la Universidad de Alcalá, es-
crivió al M.** P. Fr. Matheo de Jesús María
por los años de 1698 y de 1699 siendo De-
finidor general.
(i) Biblioteca Nacional. Mss. S. 349.
Comienzan el 10 de Enero de 1698 y aca-
ban el 29 de Noviembre de 1699; tratan de
asuntos espirituales.
Autógrafas; 207 hoj. útiles en fol.
Biblioteca Nacional.— Mss. G. 402.
266. — Cartas espirituales á su confesor
Fr. Mateo de Jesús María, durante los años
1699 á 1707.
Hállanse copiadas en los Apuntamientos
originales de el R. P. Fr. Matheo de Jesús
María, Diffinidor general de N. Sagrada
Religión, desde el año i6go en que murió el
P. Fr. Gabriel de San Joseph, como confe-
sor que es de la Señora Doña María Oroi(co
vecina de Alcalá.
Manuscrito original, con firma autógrafa.
Consta nada menos que de 1.710 páginas
en 4.°, y una buena parte de ellas la ocu-
pan las cartas de D." María.
Biblioteca Nacional. — Mss. S. 45o.
267. — Cartas al P. Gabriel de San José.
Años 1681 á 1695.
Manuscrito de principios del siglo xviii;
352 hojas en 4.°
Biblioteca Nacional.— Mss. Núm. 11.979.
268. — Muchas de las cartas de D.' María
fueron publicadas en la siguiente obra:
Vida de la Venerable Señora Doña María
Orozco y Luxán, vecina de Alcalá de Hena-
res. Escrita por el Doctor Don Francisco
Bravo Tamargo. — Madrid. S. i. 1719.
Un vol. en fol. de 684 págs.
OROZCO ZÚÑIGA Y VARGAS
(D.* María).
269. — Décima en elogio de Jerónimo de
Alcalá.
Susurra en el verde prado
la abejuela, y de las flores...
-90-
Alonso, mo\o de muchos amos: dirigido á
D. Luis Faxardo, Marqués de los Véle^. —
Madrid, por B. de Guzmán, año 1624.
Reimpresa en la Bibt. de Aitt. esp. de Rivad., t. XLII,
pág. 544.
ORTIZ (María).
Vecina de Guadalajara y casada allí con
Diego Hernández, platero. Descendía de
judíos. Procesóla el Santo Oficio en los
años 1564 y i565 por alumbrada, pero salió
absuelta.
270. — Tratados acerca de la oración y de
la contemplación,
En su proceso hácese mención de ellos.
271. — Dos defensas que de su vida compu-
so María Ortiz.
Autógrafas.— 14 hojas en folio.
Archivo Histórico Nacional.— Inquisición de Toledo.
Legajo 104, núm. 17.
ORTIZ DE ZARATE (D.--^ Felipa).
272. — A la muerte de D. Manuel Corti-
90S. Soneto:
¿Qué admiras, peregrino? ¿E\ fin preciso
Enaste pudo ser ynascesible?
Si la vida es vn punto indibisible
^Quién vive que no muere de improviso?
No el distino, la muerte misma quiso
No detenerse en golpe tan sensible, .
Que con más pla9o fuera muy posible
Redu9¡r el estrago á solo aviso.
Apagóse de un soplo ardiente llama
Que al mundo tanta luz dejó estendida,
Voz inmortal que su valor aclama.
¡Oh! quién viera en fortuna repetida
En su vida los siglos de su fama
Y en su fin los aplausos de su vida.
Rimas varias. Ms. en 4.°, letra del siglo xvii, que perte-
neció á Sancho Rayón, y hoy á Mr. Archer M. Hunting-
ton. Hay otros sonetos al mismo asunto (la muerte de
Cortizos en el incendio del Colegio de Atocha) de D. Luis
de Vlloa, D. Juan de Solis Mesia, D. Juan Henríquez, don
Rodrigo de Herrera, D. Manuel de la Peña, D. José Rci-
naltc y otros.
OSSORIO (D.'^ Ana).
Natural de Burgos, hija, según parece,
de D. Diego Ossorio, Regidor de aquella
ciudad. Vivió en el siglo xvi.
García Matamoros (De adserenda hispa-
?iorum eruditionej, dice que fué D.' Ana
dipina; Theologia: studio celebrem; pero no
consta que escribiese obra alguna.
OSSORIO (D.'"^ Constanza).
Pocas noticias biográficas tenemos de esta
religiosa eminente, reducidas á lasque con-
signó D." Benita Levanto al principio del
Hverto del celestial esposo. Nació en el afío
1 565 y su patria fué Sevilla; ignoramos
quiénes fueron sus padres. Sólo tenía ocho
años cuando entró en el convento de Due-
ñas de aquella ciudad. Á los i8 de su edad
era consumada en canto y órgano, por lo
cual la nombraron Maestra de capilla, car-
go que desempeñó por espacio de más de
cuarenta años. Aprendió el latín sin necesi-
dad de maestro y en poco tiempo. Por man-
dato de su confesor, Fernando de Mata,
comentó tres capítulos de Isaías, mostrando
la agudeza y penetración de su entendi-
miento. Habiendo visto un día casualmente
cierto opúsculo de San Bernardo, escribió el
Huerto del celestial esposo, y más adelante
una exposición de los Salmos por el orden
que se hallan en el Breviario cisterciense.
En el año 1626 fué elegida abadesa y go-
bernó con suma prudencia. Falleció santa-
mente á 3 de Octubre del año 1637.
No hay que confundir á D." Constanea
Osorio con otra de iguales nombre y ape-
llido, de quien se conserva una carta origi-
nal en la Real Academia de la Historia, fe-
chada en Simancas á 7 de Enero de 1 594 (1).
(i) Correspondencia dtl Conde de Gondumar D. Diego
Sarmiento de Acuña, tomo LXX, folio 68.
91 —
273- — Huerto del celestial esposo, funda-
do sobre el opvscvlo de N. P. S. Bernardo;
que comienga: ¿Ad quid venisti? Compves-
to por Doña Constanza Ossorio natural de
Sevilla, Religiosa en el convento de Santa
María de las Dueñas del Orden del Cister.
Dedícalo después de la muerte de esta sier-
ra de Dios el dicho convento de las Dueñas
al Eminentíssimo y Reverendíssimo Señor
Don Luis Portocarrero Cardenal de la San-
ta Iglesia de Roma del título de Santa Sa-
bina y Arzobispo de Toledo, del Consejo
de Estado de Su Magestad &c. Con licen-
cia.— En Sevilla. Por Thomás López de
Haro. 1686.
Un vol. en 4." de 224 págs. más 12 hojas
al principio.
Port. — V.''en bl. — Al Eminentíssimo Señor Don
Luis Portocarrero, el convento de Santa María de
las Dueñas. 12 de Noviembre de 168Ó. — Aproba-
ción del Reverendíssimo P. Juan de Cárdenas, de
la Compañía de Jesús. Sevilla 20 de Marzo de
1684. Licencia del Ordinario D. Ambrosio Igna-
cio Spinola. Sevilla 22 de .Marzo de 1684. — Cen-
sura del P. Fr. Diego de Salazar y Cadena. 4 de
Septiembre de 1684. — Privilegio Real. 4 de Sep-
tiembre de 1684. — Fe de erratas, por Martín de
Ascarza. Madrid 21 de Octubre de 1686. — Tasa,
por .Manuel Negrete y .4ngulo. .Madrid 3o de Octu-
bre de 1686. Vida de la .Autora.— Preámbulo ó
exclamación á la Santíssima Trinidad sobre lodo
lo escrito.— Índice de los capítulos. — Texto.
Libro intitulado Huerto del celestial Es-
poso. Fundado sobre un opiísculo de nues-
tro Padre San Bernardo, que comienza: ¿Ad
quid venisti? Escrito por la V.<= SJ^ Cons-
tanzia Ossorio, Religiosa en el convento de
las Dueñas de Sevilla, Orden del Cister de
N.« P. S." Bernardo. Año de 1686.
Mss. autógr. de D." Constanza desde el
fol. 228 V. al 263 y último; lo demás letra
de otra mano.
Un vol. en 4."
Biblioteca Nacional.— Mss. S. 461,
^iste manuscrito parece ser el que sirvió
para la edición de la obra. Perteneció á la
librería del convento de San Norberto de
Madrid.
274- — ^ E.\posición de los Psalmos que
hizo la sierva de Dios Doña Constanza Oso-
rio, monja profesa del Cister en el convento
de Sra. Sta. María de las Dueñas en la ciu-
dad de Sevilla, en 21 de Noviembre de 1622.
Manuscrito de 558 hojas en folio.
Es una copia hecha de otra en 1773; por
entonces se conservaban los originales, que
hoy ya no existen.
Contiene, después de unas Reflexiones
acerca de las copias antiguas y de la pre-
sente, firmadas por la Abadesa Doña Ger-
trudis María de Castilla y fechadas á 17 de
Abril de 1773, lo siguiente:
Exordio á las charíssimas Madres y Hermanas
deste Convento de Santa María de las Dueñas de
la Orden Cisierciense, á quien se dedica esta expo-
sición sobre los Psalmos de David.
Vna preparación para antes de las Horas.
Vn discurso sobre el Deus in adjiítorium, pi-
diendo favor para esta Obra.
Sobre el verso Domine labia mea aperies, etc.
Psalmo 3. Domine ^'quid multiplicati sunt, etc.
ün discurso sobre el Gloria Patri, etc.
Otro discurso sobre el Invitatorio.
Psalmo 94. Venite exultemus Domino. (Tra-
ducción en verso castellano.)
Psalmo 20. Sigue la exposición de los Salmos
de David en prosa.
Exposición en prosa y traducción en verso del
Salmo 147.
Protestación de fe fechada el 21 de Noviembre
de 1622 y firmada por la autora.
Psalmo 41. Traducción en verso.
Psalmo 62.
Discurso sobre el capítulo 19 de Isaías.
Sigúese un discurso y algunas consideraciones
sobre el capítulo 33 de Isaías.
Por mediación de mi buen amigo D. José
María de Valdenebro y Cisneros pude exami-
nar este manuscrito en Sevilla en Abril del
año 1 900, y copié los siguientes fragn>entos:
92 —
SALMO LXIV
A tí, Dtos, en Sión den alabanzas,
tus queridos devotos;
los que en Jerusalén ¡oh! Rey, alcanzas
también te rindan votos.
Y entre unos y otros yo te pido
dando al alma trasiegos,
que inclines tu amoroso y fiel oído
á mis humildes ruegos.
Pues á tí sólo todos los mortales .
van á pedir remedio
de sus crueles y incurables males
como á su único medio.
Contra nosotros han prevalecido
las palabras dañosas
de nuestros enemigos, y han vencido
sus lenguas venenosas.
Si desto causa han sido los pecados
que habemos cometido,
de tu piedad seremos perdonados
cual siempre lo hemos sido.
Porque es dichoso y bienaventurado
aquél que tú recibes,
y por mil siglos vive coronado
á donde tú resides.
Que es tu sagrado templo donde hay bienes
y premios de honra y gloria;
allí tu mano coronó sus sienes
con triunfos de victoria.
Dando con igualdad á cada uno
el premio que merece,
quedando de honra y gloria siempre ayuno
el que el mundo engrandece.
A los que somos tuyos, salud nuestra,
óyenos del altura
y muestra en nuestra ayuda tu gran diestra,
¡oh! mi esperanza pura.
Que aunque al fin de la mar y de las tierras
esté de tí apartado
me aparejas los montes y las sierras
que sirven de collado.
Donde con tu poder y fortaleza
mientras el mar se altera
me ciñen de valor y de firmeza
guardando mi fe entera.
Viendo tu gran saber y tus señales
las gentes te temieron
y aunque eran enemigos capitales
tu poder conocieron.
Que alegras y entristeces cuando quieres,
que ordenas noche y día,
que sanas y das vida, matas, hieres,
que eres del alma guia.
Y para encaminarla á tu alto cielo
visitaste la tierra
dejando enriquecido nuestro suelo
de el bien que en tí se encierra.
El río caudaloso y de contento
del tesoro del Padre
para dar á las almas su sustento
nación de Virgen Madre.
Y los demás arroyos enriquecen
de peces nadadores;
las plantas y las flores reverdecen
y respiran olores.
Con tu rocío manso y amoroso
se alegran los sembrados
y crece el trigo grueso y espígoso
en los verdes collados.
Y viéndolo tan fértil y abundoso
tu bendición le echaste
benigno, afable y misericordioso,
que en verlo te alegrante.
Los campos ya desiertos y agostados
primaveras parecen
y en los cerros más altos y empinados
la rosa y clavel crecen.
Y las ovejas mansas parideras
con los demás ganados
pacen la fresca hierba en las riberas
de gozo rodeados,
Y todos con balidos, brincos, danzas,
te dan mil alabanzas.
Folios 228 á 230.
SALMO LXXIV
Alábente los cielos y la tierra
¡oh! Hacedor del hombre,
y todo cuanto dentro de sí encierra
bendiga tu alto nombre.
Cuente tus maravillas y hazañas
todo el orbe universo,
tus obras y proezas tan extrañas
y tu saber inmenso.
Si ciño el tiempo, dices, y recojo
para hacer venganza
del malo que me ofende y yo me enojo
con súbita mudanza,
Haciendo al cielo y suelo fiel testigo
yo juzgaré las obras
de aquél que ha sido justo y es mi amigo,
sus faltas ó sus sobras.
Más por ser todos flacos, ahora ofrezco
mi diestra, que en sí encierra
valor, pues con un dedo fortalezco
— 93 —
las columnas de tierra.
Pero hablando del malo solamente
dices, por merecello,
pues eres siervo del pecado tente
no levantes el cuello.
Ni engrías la cerviz para encumbrarte
con tan loca osadía
contra el que sólo puede castigarte
con penas noche y día.
Pues si vas fugitivo hacia el Oriente
do nace el sol dorado
6 vuelves con su carro al Occidente
donde ha su luz dejado,
Ó á los desiertos montes enriscados
do no hay yerba ni hoz
jamás se vio cortar, pues no hay sembrados,
oirás allí mi voz.
Y como de juez te pondrá espanto,
que esperas la sentencia
de mí, que á unos humillo, á otros levanto
con mi admirable ciencia.
En tu mano, gran Rey de las alturas,
está el cáliz divino
con que brindas á veces tus criaturas
del adobado vino.
Y está de suerte lleno y mixturado
para beberle todos
que gustará la hez aheleado
el malo por mil modos.
Estos prodigios raros que he contado
cantaré noche y día,
y al gran Dios de Jacob que los ha obrado
que es bien del alma mía.
Oyéndolos humíllate, arrogante
que levantas penacho,
y tú, justo, que te has hecho ignorante,
y cual tierno muchacho,
en Dios tu padre has puesto amor y gloria;
celebra tu victoria.
275. — Exposición sobre el profeta Jonás.
Muñiz. (Biblioteca cisterciense española).
OSSORIO (D.* Francisca).
276. — La Musaraña del Pindó, pronóstico
burlesco para el año de 1758, por D.' Fran-
cisca Osorio, natural de Madrid. Dedícala
al Duque de Arcos. — Madrid. 1757. — En 8."
277- — 38 Romance Real, en que Doña
Francisca Ossorio, entendida en el público
por la Musaraña del Pindó, canta la bien
venida en nombre de la España, á nuestro
amado Monarca Carlos 111. Y prognostica
la felicidad de su Reynado. Con licencia. —
En Madrid. Año de 1769. Se hallará en to-
dos los Puestos de las Gradas de S. Phelipe
el Real.
4.** 16 págs. inclusa la portada.
Yo, aquella que curiosa en otro tiempo,
lo que el celeste globo nos anuncia
predixe á todo el mundo, dedicada
á inútiles jocosas congeturas...
278. — gg Octavas Reales, que canta Doña
Francisca Ossorio á la S. R. M. de nuestro
amado Monarca Carlos 111 en su primer ve-
nida á el Real Sitio de Aranjuez. Con licen-
cia.— En Madrid. En la Imprenta de la Viu-
da de Juan Muñoz. Año de 1760.
4.' 16 págs. inclusa la portada.
Son 40 octavas.
Canto, segunda vez afortunada.
Segunda vez ufana y atrevida,
Sin que manchar pretenda la sagrada
Autoridad de Rey esclarecida;
A cuya Magestad siempre postrada.
Venera mi humildad desvanecida;
Pues no presumo ofendan como insultos.
Los que ofrece el respeto como cultos...
Bibl. del Sr. Duque de T'Serclaes.
OSSORIO (D.* Victoria)?
279. — Soneto:
Las que habitáis el Pindó y sus moradas...
Primera y segvnda parte de las guerras
de Malta, y toma de Rodas. Por Don Die-
go de Santisteuan Osorio. — En Madrid. En
la imprenta del Lie. Várez de Castro. Año
MDXCIX.
OVANDO (D.* Leonor de).
Religiosa profesa en el monasterio de Re-
gina, de la isla Española.
— 94 —
28o. — Á Eugenio Salazar, su cierta ser-
vidora Doña Leonor de Ovando, en res-
puesta.
Soneto:
El Niño Dios, la Virgen y parida...
281. — Soneto de dicha señora al mismo
en la Pascua de Reyes:
Buena Pascua de Reyes y buen día...
282. — Soneto de dicha señora al mismo:
El buen pastor Domingo pregonero...
283. — Soneto de dicha señora al mismo:
Pecho que tal concepto ha producido...
284. — Soneto de dicha señora al mismo:
No sigo el estandarte del Baptista...
285.— Versos sueltos de la misma señora:
Cual suelen las tinieblas desterrarse...
Silva de Poesía, compuesta por Euge-
7110 de Saladar, vecino y natural de Ma-
drid.
Ms. original de 533 hojas en fol.
Bib. de la Acad. de la Historia.
Folios 2o5 á 208.
Los publicó el Sr. Menéndez y Pelayo en
el tomo II, pág. lxvii á lxx de la Antología
de poetas hispano-americanos.
p
PACHECO (Sor Juana).
Religiosa de la Orden de Santa Clara, en
Beja (Portugal) y sobrina de Fr. Rodrigo
Álvarez Pacheco.
286. — Décima en elogio de su tío:
Tanto, Pacheco, me admiras,
que das materia á la Fama
á celebrarte, y mi llama
vuele aquí en tan dulces miras;
veloz todo el orbe giras
con plumas que habrán de ser
pinceles al rosicler
del llagado Serafín
á quien hace su carmín
infinito el padecer.
El Serafín humano, compuesto por el R.
P. Fr. Rodrigo Alvares Pacheco, fray le
menor de la Regular Observancia del orden
de Nuestro Padre San Francisco, Custodio
de la Prouincia de Canarias. A Don Manuel
Alvares Pinto, señor de la villa de Chilue-
ches, Albol loque, y Selada, Cavallero del
orden de Santiago. Acauose este libro en
Granada en 24 de Junio de 1640.
Ms. original de 400 hojas en 4."
Bibl. N'ac> Ms5. núm. 3.975.
PADILLA (D.* Luisa de).
Condesa de Aranda.
Pocas figuras hay en nuestra historia li-
teraria femenil que puedan compararse á
esta eminente prosista, acaso la más nota-
ble de cuantas florecieron en España du-
rante el siglo XVII, pues juntóse en ella una
rica erudición con la novedad de pensa-
mientos y un fácil y castizo estilo.
Fué hija de D. Martín de Padilla y Man-
rique, natural de Calatañazor, quien em-
pezó su carrera militar en Flandes, donde
se hallaba en el año i568(i); asistió á la
batalla de Lepanto y allí apresó cuatro ga-
leras; tomó parte en la guerra contra los
moriscos de Granada y estuvo en el asalto
del formidable peñón de Frigiliana (2); ayu-
(i) Según las informaciones hechas en el año 1584 para
recibir el hábito de Santiago D. Martin de Padilla, éste
era hijo de D. Antonio Manrique de Padilla, Adelantado
mayor de Castilla, y de D." Luisa de Padilla; abuelos pa-
ternos D. Antonio Manrique de Padilla, señor de Valdes-
caray, y D.* Elvira Manuel; los maternos D. Antonio de
Padilla, señor de Calatañazor, y D." Inés Enríquez, hija
del Conde de Buendia.
(2) Historia del rebelión y castigo de los moriscos del
reino de Granada, por Luis del Mármol Carvajal, capí-
tulos XVIII, XXII. XXIII y XXIV.
-96
dó en Lisboa á rechazar al corsario inglés
Drake; escarmentó á los piratas berberiscos
del Mediterráneo, logrando echar á pique
algunas fustas y que el renegado genovés
Muley Faxad se sometiera á España con dos
galeras argelinas; acompañó con su escua-
dra á la reina D.'Margarita deAustria cuan-
do vino desde Genova, en Febrero de iSgS;
dirigió una desdichadísima expedición con-
tra los holandeses que se habían apode-
rado, en Canarias, de Las Palmas, pues
hubo de regresar con sus navios deshechos
por las tempestades á fines de iSgp; en cam-
bio apresó en Almería, dos años después,
siete buques enemigos. Había obtenido, á
24 de Julio de iSSy, el título de Conde de
Santa Gadea y en i5g6 el de Capitán ge-
neral de la Armada del mar Océano (i).
Se conserva de D. Martín una carta es-
crita á su hijo D. Juan de Padilla, quien
luego fué Adelantado mayor de Castilla y
se ahogó en el desastre de la Mahometa; en
ella le daba provechosos consejos (2).
La madre de D.* Luisa fué dama de sin-
gulares virtudes en todos los estados; en su
viudez se dedicó aún con más fervor á ejer-
(i) Armada española desde la unión de los reinos de
Castilla y de Aragón, por Cesáreo Fernández Duro.
Tomo II, págs. io6, 114, 394, 491 y 499, y t. III, págs. 47, 48,
5o, 51,78, 122, 129, 161, 166, 171, 204, 2o5, 212, 218, 238, 241
y 281.
(2) Carta que escribió D. Martin Manrique de Padilla,
Adelantado mayor de Castilla, Conde de Santa Gadea,
Capitán general de las galeras de España y de la Arma-
da de Portugal por el Rei D. Felipe Segundo, á D. Juan
de Padilla, habiendo comen^^ado á servir á su Magestad
de soldado.
Publicada en el Cajón de sastre literato, ó percha de
maulero erudito, por D. Francisco Mariano Nipho, t. II,
págs. 339 á 356.
Acerca de la muerte de D.» Juan de Padilla en el puerto
de la Mahometa, véanse la Vida del capitán Alonso de
Contreras escrita por él mismo (Madrid, 1900), páginas
76 á 82, y Vida del soldado español Miguel de Castro
(¡593-1611) escrita por él mismo (Barcelona, 1900), pá-
ginas 5i á 54. Ambas relaciones difieren en algunos deta-
lles, como es la fecha, que fija la primer» en el año i6o5 y
U icgunda «n «1 de 1606.
ciclos de caridad; sabiendo que muchos
pueblos en las montañas de Burgos carecían
de toda instrucción, dio á los jesuítas 1.800
ducados de renta para que leyesen gramá-
tica y predicasen en aquel país. Luego que
vio casadas sus hijas tomó el hábito del
Carmen Descalzo, en Talavera, en el año
1606, y adoptó el nombre de Luisa de la
Cruz. Escogió aquel monasterio por residir
allí su amiga Sor Mariana de los Ángeles.
En el año 1608, á petición del Duque de
Lerma, se trasladó al convento del Carmen
que éste había fundado en la villa de su tí-
tulo, y en 161 2 fué elegida Priora. Falleció
á 9 de Enero de 1614 (i).
Seis hermanos tuvo D." Luisa; cuatro
varones y dos hembras; D. Juan, D. Marco
Antonio, D. Martín, D. Eugenio, D.' Ma-
riana y D.* Ana María, á quienes su madre
por sí misma «crió en virtud, é instruyó por
medio de ayos y maestros en armas, letras
y exercicios convenientes á personas de su
estado. Puso en el de matrimonio á D." Ma-
riana y á D." Ana María, casando la primera
con D. Cristóbal de Sandoual, que después
fué Duque de Vceda y heredero de la Casa
de Lerma, y la segunda con el Marqués de
Cuellar, sucesor en la de Alburquerque» (2).
Una hermana de D.' Luisa, D." María
Ana Manrique de Padilla, casó en 1597 con
(i) Reforma de los Descaaos de Nuestra Señora del
Carmen de la primitiva observancia, hecha por Santa
Teresa de lesvs. Por el Padre Fray loseph de Santa Te-
resa su Historiador general. Tomo III, p igs. 832 á 842.
(2) Fr. José de Santa Teresa. Tomo III, pág. 837.
En las informaciones verificadas en el año 1603 para to-
mar el hábito de Santiago D. Juan de Padilla, hermano de
D.* Luisa, declaró Pedro Alcón, en Calatañazor á 10 de
Enero de 1603, que según había oído, «yendo camino (de
Granada] D.* Luisa de Padilla, su madre, preñada, parió
en el lugar de Negredo, aldea de Jadraque, junto á Atien-
za, al dicho D. Martín [de Padilla] y á otra niña juntar
mente con él.» D. Juan de Padilla, que contaba unos vein-
titrés años en el de 1602, había nacido en Granada estando
allí sus padres ocupados en un pleito, y fué bautizado en
la parroquia de la Encarnación, que era convento de re-
ligiosas.
— 97
D. Cristóbal Gómez de Sandoval, Duque de
l^ceda, primogénito del Duque de Lerma, y
tuvo cuatro hijos: D. Francisco Gómez de
Sandoval y Padilla, Duque de Lerma, de
Uccda y de Cea y Conde de Santa Gadea;
D. Bernardo, Marqués de Belmonte; D.*
Luisa, que se desposó con el Almirante de
Castilla en Noviembre de 1 6 1 2, y D." Isabel,
mujer del cuarto Duque de Osuna (i).
Ignórase la patria de D.* Luisa, que aca-
so lo fué Burgos, donde, como consta por
su testamento, pasó la niñez, educándose
en el monasterio de la Concepción, de San
(i) En las Relaciones de Cabrera de Córdoba se habla
con frecuencia de la Duquesa de Cea y de otros parientes
de D.^ Luisa:
«Todavía dura la poca salud desta ciudad [Valladolid]
y de cada día caen nuevos enfermos, y mueren muchos de
la gente ordinaria. De la principal, ha muerto la hija de
los Duques de Cea, por cuyo nascimiento se hicieron las
fiestas de toros y cañas y torneos el año pasado.»
Carta de i.° de Octubre de i6o5.
«Háse vuelto á concenar el casamiento del Almirante
con hija de los Duques de Cea, la qual tiene cinco años de
edad, y se han otorgado ya las escripturas del casamiento,
y el .\lmirante la dota en loo.ooo ducados y lo.ooo de arras
y le señala 6000 para su Cámara cada año, y S. M. hace
merced al Almirante de perpetuarle la merced de las
12.000 salmas de tratas que tiene en Sicilia cada año, y
que sean de la medida mayor, y con surrogación [de sacar
en un año lo que se hubiere dexado de sacar en otro, lo
qual se estima en más de 5oo.ooo ducados.»
Carta de 29 de Octubre de i6o5.
«La Duquesa de Cea tuvo muy recio parto al principio
deste mes, y parió después de día y medio de peligro un
hijo muerto, que dicen si naciera vivo, S. M. le había he-
cho merced de la encomienda de Segura, que vale 16.000
ducados de renta, que vacó por el Duque de Feria.»
Carta de 7 de Octubre de 1607.
«El Duque (de Lerma) se partió ayer de aquí á Lerma,
y luego irá allá la Condesa de Santa Gadea, madre de la
Duquesa de Cea, que es monja c irmelita descalza en Sa-
lamanca, que la llevan á fundar un monasterio de aquella
orden, y se entiende que SS. M.\t. pasarán luego que ven-
gan de .\raDJuez, alia, para hallarse á la dicha fundación.»
Carta de 10 de Mayo de 1608.
«Ha venido de Andalucía la Duquesa de Osuna con su
hijo, que está desposado con la hija menor de los Duques
de Cea, y se ha de criar en su casa, que es de edad de doce
años, y de tres la esposa.»
Carta de 6 de Junio de 1609.
El Duque de Cea se casó con D.* Felipa, hermana del
Almirante, en Madrid, á 29 de Noviembre de 1612; él tenia
14 años y ella 18; fueron padrinos los Reyes de España y
la Reina de Francia.
Carta de i5 de Diciembre de 1612.
Luis. Su nacimiento puede fijarse hacia el
año 1590(1). Huérfana de padre siendo aún
muy joven, contrajo matrimonio en i6o5
con el Conde de Aranda, mediando en este
negocio Don Diego Sarmiento de Acuña,
deudo y tutor de D." Luisa, hecho que re-
fiere así Cabrera de Córdoba:
A los 18 del pasado (Agosto de i6o5) se desposó
el Conde de Nieva, D. Francisco Henríquez, por
el Conde de Aranda, con D.* Luisa Manrrique de
Padilla, hermana de la Duquesa de Cea, y se ha
ofrecido al Conde que S. M. le hará merced de
honrarle con título de Grande, mandándole cu-
brir; lo qual se cree se hará yendo á tener Cortes
á Aragón, donde tiene su Estado el dicho Con-
de (2).
Retirado el Conde de Aranda á su villa
de Épila, acaso por las pasadas tragedias de
su familia, dedicóse allí al cuidado de sus
bienes (3) y aun al cultivo de las letras.
D.' Luisa, cuyas aficiones al estudio se de-
bieron de manifestar desde su juventud,
consagróse á la lectura, dedicando no pocos
ratos á las investigaciones históricas y ar-
queológicas, según se deduce de sus cartas
al cronista Andrés de Uztarroz. Al par que
á los libros se dedicaba á la caridad, soco-
rriendo con mano liberal cuantas necesida-
des veía en los pobres (4).
(i) El año 1592 es la fecha que da D. Diego Ignacio Pa-
rada en sus Escritoras y eruditas españolas.
(2) Relaciones de las cosas sucedidas, principalmenteen
la Corte, desde el año de iSgg hasta el de i6 14, por Luis
Cabrera de Córdoba. Carta de 3 de Septiembre de i6o5.
(3) Don Antonio Ximénez de Urrea, Conde de Aranda,
en el Palacio de su Villa de Épila ha tenido y tenía vn
archivo, donde tenía recónditas y guardadas con toda cu-
riosidad y concierto las escrituras, cabreos, libros y pa-
peles tocantes á dicho su Estado y Condado de Aranda.»
Letras narrativas, folio 20.
(4) El Padre Maestro Fr. Domingo Mesón, agustino, de-
cía que el gobernador de Pomer «dio allá algunas vezes di-
neros de las rentas dominicales, de orden de mi señora la
Condesa Doña Luisa de Padilla, cuyo dinero se entregaua
y entregó de orden de dicha Señora Condesa á la persona
que dispuso el depositante; y una ocasión particularmen-
te dio cierta cantidad para ayuda de el rescate de una mu-
ger muy moza, natural de la villa de Caldea, que estaua
cautiva en Argel».
Letras narrativas, folio 90.
-98
D. Antonio era hijo de D. Luis Ximénez
de Urrea, Conde de Aranda, quien por su
participación en los alborotos de Zaragoza
cuando ocurrieron los sucesos de Antonio
Pérez, fué encerrado en el castillo de Coca,
donde murió al poco tiempo (i).
Según consta en las informaciones he-
chas para recibir el hábito de Santiago,
D. Antonio, fué su madre D." Blanca Man-
rique, Marquesa de Astorga, nacida en
Aguilar de Campóo. Sus abuelos paternos
Don Juan Ximénez de Urrea, Conde de
Aranda, y D.° Isabel de Aragón, natural de
Valencia, hija de los Duques de Segorbe y
Cardona. Los maternos D. Luis Fernández
Manrique, Marqués de Aguilar de Campóo,
y D.° Ana de Aragón, hija de los Duques
del Infantado (2).
Cuando en el año 1641 el Obispo de Má-
laga, Virrey y Capitán general de Aragón,
reunió los cuatro Estados; hubo algunas
cuestiones por haber entrado en el de la no-
bleza «Don Miguel Marín de Villanueva,
primogénito de Don Juan Marín de Villa-
nueva, á quien (como escribí el año pasado)
hizo S. M. Conde de San Clemente, siendo
hijo de... Salióse así como le vio el Señor
Conde de Aranda, seguido de muchos Títu-
los y Nobles, quedándose muy pocos; el Don
Miguel ha venido aquí á quejarse» (3).
A 20 de Noviembre de 1646 escribía des-
de Madrid el P. Sebastián González al Pa-
dre Rafael Pereyra que S. M. hallándose en
Zaragoza había concedido al Conde de
(1) Historia de las alteraciones de Aragón en el reina-
po de Felipe II, por el Marqués de Pidal. Madrid, 1862-63.
Libros Vni áXlII.
(2) Las informaciones para tomar el hábito de Santia-
go D. Antonio Ximénez de Urrea dieron principio con
una Real cédula de Felipe III, fechada á 12 de Abril de 1609.
Según las declaraciones de algunos testigos, el Conde
de Aranda tenia entonces unos diez y ocho años.
(3) Avisos de ü. José Pelliccr. Semanario erudito, to-
mo XXXII, pág. 83.
Aranda «toisón y un virreinato, el que qui-
siere en España» (i).
No publicó D." Luisa de Padilla sus obras,
y aun alguna, como es la intitulada Nobleza
virtuosa, la imprimió Fr. Enrique Pastor
sin hacer constar en ella el nombre de su
autora; el mismo religioso editó las restan-
tes, diciendo expresamente de quién eran.
Por esto han supuesto algunos que se tra-
taba de obras postumas, opinión que se
desvanece considerando que D.* Luisa mu-
rió en el año 1646 y el último de sus libros.
Idea de Nobles, fué impreso en 1644.
Por estos y otros servicios que Fr. Enri-
que Pastor hizo á nuestras Letras lo ensalzó
Andrés de Uztarroz en los siguientes versos
de su Aganipe:
Fray Enrique Pastor, dichosamente
bebió de la Castalia en la corriente,
y con sus versos sacros lisonjea
las luces de la lámpara Febea.
Éste que de Agustino
el gremio aragonés rigió divino,
cuya memoria grata
Jalón celebra en ondas de escarlata,
Éste que sacó á luz de la heroina
de Aranda, elegantísima Corina,
sus doctos y útilísimos desvelos
que aplaude el áureo Dios que nació en Délos.
D.* Luisa falleció en Épila á 2 de Julio
de 1646, y fué sepultada allí en el convento
de religiosas Descalzas de la Purísima Con-
cepción.
Fundándose en varios pasajes de las obras
de D.* Luisa, han dicho algunos que tuvo
hijos y que los últimos años de su vida los
pasó exclusivamente dedicada á la cristiana
educación de éstos(2); la siguiente carta que
(i) Cartas de algunos PP. de la Compañía de Jesús
sobre los sucesos de la Monarquía entre los años de 1S34
y 1648. Tomo VI, pág. 427.
(Memorial histórico español.)
(2) D. Diego Ignacio Parada (Escritoras y eruditas es-
pañolas, pág. igS) escribe: «Privada por sus achaques de
poder dirigir la educación de sus hijos, se ocupó en escri-
— 99 —
insertamos jde su marido prueba que no lo-
gró sucesión, ó al menos que fallecieron sus
hijos en edad temprana. El Conde se casó
por vez segunda con una parienta suya, se-
gún escribe al Marqués de Astorga, tan sólo
para no morir sin descendencia.
Hermano y señor mío: he recivido su carta de
V. E. de 2 del corriente, olgándome de que V. E.
me diga quán aliviado queda de la ysipula que le
causa la asistencia de la enfermedad de nuestro
primo, porque siempre son trabajosas essas ocu-
paciones y más en tiempo de calor, que lo aumen-
tan lutos y achas.
Á novedad tendrá V. E. lo que le boy á decir:
siete años ha que estoy viudo y siempre he tenido
adversión á bolverme á casar, porque son menes-
ter muchas circunstancias para tener contenta á
una señora. Consideraba verme con años; con
ellos se acarrean los achaques que obligan á estar
más en la cama que levantado; todo este tiempo
ha sido una batalla mi imaginación, considerando
el desdichado estado que tenía mi casa, de verme
sin sucesión; apretávame mucho este punto, y
también el de mi edad. Ha sucedido que un deudo
mío cstava en este lugar casado, y en lo mejor de
su edad se lo ha llevado Dios; dejó á su muger de
diez y nueve años, hija de un cavallero noble
deste Reyno. Esta señora ha salido muy virtuosa,
y tan grande su retiro, que en todo el año no se
le ha visto la cara, ni ha sal'do de su casa; supe
que la condición la tenía muy apacible y tiene
muy buen discurso, y havía tenido hijos, circuns-
tancias todas á mi propósito. He llevado este pen-
samiento más de siete meses sin poderlo echar de
la imaginación, de que me estaría bien casarme
con ella; helo hecho encomendar á Dios y con
grandes veras, á religiosos y religiosas de grande
vida, sólo diciéndoles pidiesen á Nuestro Señor
un negocio que llevaba en mi pensamiento; que si
havía de ser para su servicio se executase; con
estas oraciones siempre Nuestro Señcr me ha
dado perseverancia en mi intento. Yo consideré
que casarme en la Corte con hijas de Grandes se-
ñores, havian de estar disgustadas á dos días que
bir algunos libros qué sirvieran á éstos de norma y regla
en su vida».
En las Letras narrativas, folio 6i, declaró Juan Fran-
cisco Mancebo que «oyó decir en algunas ocasiones al
Señor Conde Don Antonio que era desgraciado; que en
su casa no tenía sucesor legitimo, porque sólo lo había de
el Señor Abad Don Juan su tío.»
estubiesen en mi aldea, y los pesares que una se-
ñora da á su marido siendo viejo, le mata con
ellos, y con la mocedad y la bizarría se pueden
llevar, y lo que más sienten las mugeres es que se
les pase su mocedad y el tiempo florido en aldeas,
porque hechan menos las visitas de sus iguales,
los paseos, las meriendas y los regalos de unas
amigas á otras; y como esta señorita se había
criado en aldea no puede hechar menos lo que
no ha visto, y siempre ha de estimar el venir de
una casa de un caballero principal á una casa
como la mía, y que siempre atenderá á que el
conservarme la vida será conservar la suya, por-
que la comodidad y las conveniencias adelantan
el amor. Con lo qual, hermano y señor mío, me
he casado con ella, de que estoy muy contento, y
tengo esperanzas de que Dios me ha de hacer
merced de darme sucessión. Las causas ocurren-
tes para que esto se executasse con prontitud han
sido grandes, y assí pido perdón á V. E. de no ha-
verle dado noticia desto antes, y pidiéndole su
parecer y licencia como tenía obligación. Guarde
Dios á V. E. hermano y señor mío, los muchos
años que desseo y he menester. Épila 20 de Julio
de ifi53.
El Conde de Araiida y Sastago.
Sr. Marques de Astorga.
Orig. con firma autógrafa; dos hojas en
folio. ,
Biblioteca Nacional. Ms. CC.-94.
El. Conde de Aranda fué poeta, aunque
no de gran inspiración; hay publicados de el
unos Tercetos en que se descriven los spcesos
de la vida de San Ramón (i), v empiezan
asi:
Para que se eternice la memoria
y que el ingrato tiempo no consuma
con oluido las causas de vna gloria,
(i) Certamen pcélico á las fiestas de la translación de
la reliquia de San Ramón Nunat, Recopilado por el Pa-
dre Fr. Pedro Martin, Religioso de la Orden de nuestra
Sei':ora de la Merced Redención de cautiucs. Y su pida en
Rimas por Francisco Gregorio de Fanlo. Á Doña I.uvsa
de Padilla, Condessa de Áranda, Vizcondesa de Viota,
Señora del Vis^condado de Rueda e:t el Reyno de Aragón
ydela Tenenciade ^Icataten y Baronías de Mislata. Cor-
tes y Deniloba en el Reyno de Valencia.— Año 1618. Im-
presso en Zaragoza, Por lu.in de Lanaja y Quartanct.
go hojas en 4."
Folios 47 á 49.
100 —
Haziendo de la vida breue suma
de San Ramón Nonat el mundo cante
con dulce estilo y elegante pluma.
Considerando el ánimo constante
que mostró, sin temer las amenagas
del mahometano bárbaro, arrogante,
Quando en Argel con sus diuinas trabas
la palabra euangélica sembrando
andaua en los concursos de las plagas
Tantas almas perdidas restaurando,
que temiendo la bárbara malicia
el bien que nuestro Santo yua grangeando.
Llena de furia y singular codicia
de quitalle la vida, resoluieron
dalle crueles castigos sin justicia.
En vn candado ardiendo le pusieron
los labios y la lengua atrauessados,
mas su dañado fin no consiguieron.
Pues pensando tener assí cerrados
los labios, puerta de tan gran thesoro,
que con roballe estañan remediados.
Para más confusión del ciego moro
que en su tormento sólo conñaua,
como era fuego acrisolóse el oro,
Y todos los quilates que encerraua
les descubrió tan milagrosamente,
que mejor que primero pronunciaua...
En los folios 49 y 5o hay otros tercetos
de Fr. Enrique Pastor á San Ramón No-
nato.
Lorenzo Gracián dedicó á D. Antonio
Ximénez de Urrea su Agudenia y Arte de
ingenio, en que se explican todos los modos
y diferencias de concetos con ejemplares es-
cogidos de todo lo más bien dicho, así sacro
como humano. — Impresa en Huesca por J.
Nogués, año 1649.
D. Alonso de Castillo Solórzano su Epí-
tome de la vida y hechos del ínclito Rey
D. Pedro de Aragón, Tercero de este nom-
bre, cognominado el Grande, hijo del escla-
recido Rey D. Jaime el Conquistador. —
Zaragoza, por Diego Dormer, año 1639.
DOCUMENTOS REFERENTES A DONA LUISA DE PADILLA,
CONDESA DE ARANDA, Y Á SU MARIDO Y CASA
1
Poder que el Conde de Aranda dio á D. Diego
Sarmiento de Acuña y al Conde de Nieva para
otorgar sus capitulaciones matrimoniales con
/)." Luisa de Padilla. (Año i6o5.)
Sepan quantos esta carta de poder vieren como
yo don Antonio Ximénez de Urrea, Conde de
Aranda, hijo de Don Luis Ximénez de Urrea y
Doña Blanca Manrrique de Aragón y Pimentel,
su muger. Condes de Aranda, y al presente la di-
cha Doña Blanca Manrrique es Marquesa de As-
torga (i), mis señores padre y madre: Digo que
por quanto está tratado y concertado que median-
te la gracia y voluntad de Dios nuestro Señor, y
para su seruicio, yo me aya de cassar con la se-
ñora doña Luisa Manrrique, hija legítima de los
señores Don Martín de Padilla y Acuña, Adelan-
tado mayor de Castilla, de los Consejos de Estado
y Guerra de Su Magestad y su Capitán general de
las galeras de España y mar Océano (que sea en
gloria), y Doña Luisa de Padilla y Acuña, su mu-
ger. Condes de Santa Gadea, y para que el dicho
matrimonio aya efecto se an de hacer y otorgar las
capitulaciones matrimoniales conforme á lo que
está de acuerdo entre mí y la dicha señora Con-
desa de Santa Gadea, como madre y curadora de
la dicha señora Doña Luisa Manrrique, á las qua-
les no me puedo aliar presente por mi persona,
por tanto doy y otorgo todo mi poder cumplido,
libre, llenero, bastante, según que le tengo y de
derecho se rrequiere y es necesario, con libre y ge-
neral administración, á los señores Don Francisco
Henrríquez de Almansa, Conde de Nieva, Comen-
dador de Piedra Buena de la Horden de Alcántara
y mayordomo de Su Magestad, y Don Diego Sar-
miento de Acuña, señor de las villas y casa de
Gondomar, Comendador de Guadalerqa, de la Or-
den de Calatraua, del Consejo de Hacienda de Su
Magestad y Contador de la su Contaduría mayor
della, y cada uno dellos in solidum especialmente,
para que por mí y en mí y como yo mismo pue-
dan asentar y capitular el dicho casamiento de
(i) a la casa de Astorga perteneció la célebre D.'' Ana
de Osorio, á quien se debe el descubrimiento de la quina.
Cnf. A memoir ofthe Lady Ana de Osorio Countess o/
Chinchón and Vice-Queen of Perú (A. D. 1629-39 with a
Pleafor the Corred Spelling ofthe Chinchona Genus. By
Clements R. Markham. C. B.. F. R. S.— London. Trübner
& Co. 1874.
99 págs. en 4.° mayor.
— lOI
entre mí y la dicha señora Doña Luisa Manrrique,
con la dicha señora Condesa de Santa Gadea, su
madre y curadora, ó con quien su poder ouiere,
y prometer en mi nombre de efectuar el dicho ca-
samiento y matrimonio con la dicha señora Doña
Luisa Manrrique, al tiempo y so las penas que
asentaren y concertaren, y aceptar y reciuir en
mi fauor la promesa que hiciere la dicha señora
Doña Luisa Manrrique, ó en su nombre la dicha
señora Condesa de Santa Gadea, su madre, y con-
certar y reciuir en mi fauor la promesa y obliga-
ción que hiciere en quanto á la docte que se me
ha de dar con la dicha señora Doña Luisa Man-
rrique, que sea en la cantidad y en la forma é
manera y especie que los dichos señores Conde de
Nieva y Don Diego Sarmiento de Acuña ó qual-
quier dellos in solidum quisieren y prometieren
mi nombre en arras y donación propter nuncias
(sic) á la dicha señora Doña Luisa Manrrique la
cantidad ó cantidades que les pareciere, y obligar-
me á asegurar la dicha docte y arras con los bín-
culos y obligaciones devidas en la forma y según
y como pareciere á los dichos señores y qualquier
dellos, y poner y asentar ansí en razón de la dicha
docte y arras y seguridad de las dichas cosas que
trataren y concertaren y me quisieren obligar en
favor de la dicha señora Doña Luisa ó de la dicha
señora Condesa su madre, y de qualquiera dellas,
todos los capítulos y obligaciones y cláusulas que
les pareciere y quisieren poner y asentar, de qual-
quier efecto y vigor que sean, porque el asentar y
capitular todo lo que quisieren á que el dicho casa-
miento y matrimonio aya efecto, lo dexo y defiero
al libre poder y autoridad de los dichos señores
Conde de Nieva y D. Diego Sarmiento de Acuña y
de cada uno in solidum, sin que tengan limitación
alguna, y quiero que valga todo lo que capitula-
ren como si en este poder fuera expresado y de-
clarado, y que sobre ello puedan hacer y otorgar
todas é qualesquier escrituras de capitulación y
obligación y las demás que sean necesarias, ansí
conforme al uso, estilo y costumbre de Castilla
como al del Reino de Aragón y sus fueros, ó
como y en la forma é manera que á los dichos
señores y á cada uno in solidum les pareciere, que
siendo por ellos ó qualquiera dellos hecho y otor-
gado, yo por la presente lo otorgo, ratifico y
apruevo, y prometo y juro á Dios en forma de de-
recho de lo guardar y cumplir y no ir contra ello,
y á mayor abundamiento prometo y me obligo y
juro de lo ratificar y aprovar de qualquier mane-
ra que fuere hecho y otorgado por los dichos se-
ñores ó qualquier dellos in solidum, y quan cum-
plido é bastante poder para todo ello tengo se lo
otorgo con sus incidencias y dependencias y con
la dicha libre y general administración, y les relie-
vo en forma de derecho y me obligo con mis bie-
nes é rentas auidos y por auer, y por más promesa
juro por Dios nuestro Señor y por Santa María
su bendita madre y por una señal de cruz como
tal, por ser menor de beinte y cinco años aunque
mayor de catorce, y para todo lo que fuere nece-
sario para la balidación del dicho contrato, que
abré por firme este poder y lo que en virtud del
se hiciere y que no lo revocaré ni hiré ni berné
contra ello alegando que fui menor, ni que le
otorgo por temor, miedo ni reverencia de la dicha
mi señora madre ni de otra persona alguna, por-
que antes confieso que lo ago y otorgo de mi
propia y espontánea boluntad, ni diré ni alegaré
que fui leso, engañado ni damnificado enorme ni
enormísimamente, ni pediré beneficio de restitu-
ción aunque me competa, ni otra excepción ni
defensión aunque el derecho á ello me dé lugar y
lo permita; y si hiciere lo contrario, además de que
no me a de valer, sea perjuro é incurra por caso
de menos valer y en las otras penas en que incu-
rren los que quebrantan juramentos, del qual no
pediré relaxación, y aunque me sea concedida no
usaré della; en testimonio de lo qual lo otorgué
ansí ante el presente escribano público y testigos
suso escriptos (i).
II
Carta del Duque de Cea, referente al matrimonio
de Z).* Luisa de Padilla. (Año i6o5.)
Mi señora: cumpliendo con lo que escribía v. ex.'
desde Lerma y visto que quien tenía á su cargo la
plática comenzada del casamiento de mi hermana
no me hablaba en ella, y que era demasía nuestra
tratar en cosa que se faltaba tanto en no rogár-
noslo mucho, me determiné á pensar en quán
bien nos está el casamiento del de Aranda, junta-
mente con tan gran comodidad como no reparar
en cosa ninguna de interés de parte del Conde, y
assí me parece que sea el negocio muy acertado;
escribo al Conde de Niebla y á D. Diego Sarmien-
to en respuesta del recado que me trajeron de
parte de los Marqueses de Astorga acerca de esto;
V. ex.* las vea y si le parecen bien las mande ce-
rrar y dárselas; y el concluir luego con este ne-
gocio es lo mejor y que se trate de que se despo-
sen luego, advirtiendo de si han menester dispen-
(i) Borrador en dos hojas en folio. Bib. Nac. P. V. Fwl,
C.-47.— Núm. 19.
— 102
sación, porque no se pierda tiempo en enviar por
ella; también es menester que v. ex.''' mire cómo
82 ha de capitular lo de la viudedad, porque en-
tiendo que es necesario señalarlo según la cos-
tumbre de Aragón, y pongo en consideración de
V. ex." que el dar las cartas al Conde y á Don
Diego se debría hacer con certeza de lo que me
ofrecieron de que no habría en que reparar en
admitiendo este negocio; el del Infantado lo ha de
saber luego que se trata, porque Doña Leonor
Manrique se lo dirá en caso que esto sea assí. Su-
plico á V. ex."" le dé parte del de la de Entrambas;
á mi padre se la he dado y le ha parecido negocio
muy acertado; quiera Dios que vea v. ex.'' el buen
suceso del con todos los contentamientos posibles,
y yo le deseo, que cierto son muy al igual de un
hijo obediente y que con tofo amor y respeto la
ama; la Duquesa besa á v. ex." la mano; no escri-
be por haber venido cansada de fuera; queda muy
buena, y assi Eugenio y Francisco; mucho cuida-
do me da la flaqueza de Luisica; cierto que temo
esta niña; suplico á v. ex." con toda particularidad
nos avise de como estuviera, porque con esto se
cree cuando se sabe de la mejoría y se está con
menos pena, y que v. ex." mande se nos avise con
todos los correos de entrambas niñas, que hoy ha
venido correo sin cartas de v. ex.% á quien guarde
Dios los años que los hijos de v. ex." hemos me-
nester. De Burgos, lo de Agosto [de i6o5].
El Duque de Cea (i).
111
Testamento de iJ." Luisa de Padilla.
«Épila ¡7 de Febrero de 1645.
Jesús, María y Joseph. En el nombre de Dios
nuestro Señor Todopoderoso y de la Puríssima
Virgen Santa María, madre suya y de todos los
sanctos y sanctas de la corte celestial, sea á todos
manifiesto que yo, Doña Luisa Manrrique y Pa-
dilla, hija legítima y natural de los Excnios. Se-
ñores Don Martín de Padilla y Abiñón, Adelanta-
do mayor de Castilla, de los dos Consejos del
Estado y Guerra de Su Magestad y su Capitán
general de las Galeras armadas de España, y Doña
Luisa de Padilla y Acuña, Condessa de Santa Ga-
dea, mis señores y padres que están en gloria, y
de presente muger de Don Antonio Ximénez de
Urrea, Conde de Aranda, mi señor y marido, es-
tando por la misericordia de Dios en mi sano jui-
cio, firme memoria y palabra manifiesta, desean-
(i) Orig., tres hojas en folio. Bib. Nac. Pap, Varios.
C.-47. Núm. 19.
do preuenir el día de mi muerte, reuocando y
anullando, según que por thenor del presente re-
uoco y anullo y por reuocados y anullados doy
y hacer quiero, todos y qualesquiera testamentos,
codicillos y otras últimas voluntades... ordeno el
presente, mi último testamento.»
Manda que enterrasen su cuerpo, amorta-
jado con el hábito del Carmen, en el con-
vento de Descalzas de Épila, sin que lo em-
balsamaran.
Que se dijeran diez mil misas rezadas en
Épila, Zaragoza, Calatorao, Burgos y otras
poblaciones.
Que se tomaran por su alma cien bulas
de difuntos.
Deja luego muchas mandas piadosas y
legados, cuales son los siguientes:
Que el día de su entierro se diese vestido
á cincuenta mendigos y dotes de cincuenta
escudos á veinte doncellas pobres.
Deja doscientas libras jaquesas al hospital
de Gracia de Zaragoza.
Cien libras para redención de cautivos.
.Otras ciento para el colegio de arrepenti-
das de Zaragoza.
«.Dexo de gracia espefial al Prior, monjes y
conuento de Fresde^val, gerca de Burgos, de la
Orden de San Gerónimo, adonde están enterrados
el Adelantado, mi señor y mi padre, y mis abue-
los, mil y trecientas -libras jaquesas (1).
»Item, dexo de gracia especial al conuento de
religiosas de la Concepción de San Luis, de la
ciudad de Burgos, por el afectuoso amor que las
tengo y reconocimiento del tiempo de mi niñez
que passé allí, y por ser fundación de la cassa de
mis p-.dres, la suma y cantidad de mil libras
jaquesas, las quales han de emplear en hazer
vn ornamento de tela de oro con las armas del
•Conde mi señor y mías; y más les dexo otras
Cient libras jaquesas para fundación de vn aniuer-
sario.
(1) Cnf. Monasterio de Fresdelval. Galerías del claus-
tro procesional. Ventanas del templo, por ünnque Serra-
no Fatigati. (Boletín de la Sociedad española de excur-
siones, Noviembre de 1902.
Págs. 217 á 222.
— 103
»Item, dexo de gracia á mi señora la Condessa de
üuimaran, en señal de la amistad que siempre ha-
uemos profesado, una imagen de la huida á Egip-
to, pintada en bronce, ochauada, guarnecida de
évano, plata y piedras, que la tengo en mi oratorio.
»Item, dexo de grac^ia especial á mi señora la
Condessa de Plasen^ia, mi prima, en señal de
amor, vna imagen de illuminación, del nascimien-
to de Christo nuestro Redemptor, guarnecida de
évano, con viril, que está en el oratorio.»
Deja por heredero á su marido D. Anto-
nio Ximénez de Urrea.
Nombra testamentarios á éste, al Arzo-
bispo de Zaragoza, al Duque y la Duquesa
de Osuna, al Prior del Pilar de Zaragoza, al
Provincial de San Agustín en Aragón y al
Prior del convento de San Sebastián de
Épila (i).
IV
Partida de defunción de D." Luisa de Padilla.
Año mil seyscientos quarenta y seys en dos de
Julio murió la Excma. Sra. Condesa de Aranda
Doña Luysa de Padilla, haviéndole sido adminis-
trados los Santos Sacramentos de la Eucharistia y
Extremaunción por mi, Mossén Diego Duarte, re-
gente de cura de esta Parrochial de Épila. Dispusso
por su testamento cerrado, cuya aperción testificó
en dicho día, mes y arriba calendado año, Martín
Duarte, nottario habitante en Épila.
V
Cartas del Conde y de la Condesa de Aranda al
Dr. Juan Francisco Andrés de i\tarro'{.
I
Siempre tuve por hablilla popular el dez'ir que
fuese colonia la población del Bayo de Biota,
porque cossa tan grande no pudieran oluidarla
las historias de España, Zurita y otros antiqua-
rios; pero con todo esso hallará su curiosidad de
V. m. allí algunas cossas á propósito para el traba-
jo que tiene entre manos, de que yo me he olgado
mucho, por lo que espero quedará illustrada esta
villa, en la qual no sé si ha llegado á noticia de
V. m. se hallan de aquellos casquillos que da por
señal Ambrosio de Morales en el Discurso general
(i) Tuvo la bondad de proporcionarme un traslado no-
tarial de este documento el Sr. Duque de Hijar.
de las antigüedades, de hauer sido hauitación de
los romanos.
Con esta buelbo á v. m. su papel, digo carta, á
la villa de Mallén, que es muy curioso y me he
olgado de leerle, y assegúrese que de todos los
que me embiare no saldrá de mi poder la menor
noticia del mundo para ninguna persona, porque
sé muy bien lo que se siente ver que se honrren
otros con lo que ha costado mucho trauajo, y los
hijos del ingenio se aman mucho. Nuestro Señor
guarde á v. m. Épila y Marzo lo de 1642.
La Condessa de Aranda.
II
Con ésta remito á v. m. la carta de recomenda-
ción para el Padre Maestro Foncalda, pidiendo le
haga maestro de estudiantes á su hermano de v. m.
y desearé se luzga la boluntad con que la e hecho
deseando los aumentos deste religioso y el gusto
que sus hermanos tendrán de verle medrado.
V. M. esté cierto que en quanto se le offreciere
tendrá segura mi voluntad, estimando la de v. m.
y que nuestro Señor le guarde como puede. Épila
y Ottubre 12 de 1644.
La Condessa de Aranda.
Sr. Dr. Juan Francisco Andrés.
Sobrescrito: Al Doctor Juan Francisco Andrés
que Dios guarde. En la placa de la Seo de Zara-
goca.
IIX
Su carta de v. m. me ha hallado en Épila y assí
no he tenido noticia del memorial que v. m. ha
dado al Estamento de los nobles; hame pessado
en estremo no hallarme en aquella ciudad, pues
puede estar v. m. cierto de lo que le quiero y es-
timo (que por sus muchas partes merece que
todos lo hagamos) que le serviré en todo lo que
pueda desde aquí con mis amigos, y si lleua dila-
ción el negocio lo haré quando esté en Qaragoca,
y olgaréme de que v. m. me escriua en lo que
consiste el memorial ó me le enuíe un tanto del
para estar enterado de la materia.
La carta que v. m. me dice que ha hallado del
Emperador Carlos quinto en los registros del Se-
cretario D. Hugo de Urdes, para el Sr. Conde don
Miguel, en que le ofrece hacerle Duque de Xerica,
no la he hallado asta aora, ni he tenido tal noti-
cia. Y aunque estos días ando ocupado en rebol-
uer papeles antiguos de mi cassa y componerlos,
hasta aora no ha salido; estaré con atención para
los que me faltan de ver, pero háceme una gran-
de fuerza, que si la hubiera, hauien.io deseado
— 104
tanto la grandeza el Sr. Conde D. Juan mi abuelo,
hubiera fundado más firme su pretensión por essa
parte, si la tubiera, pues en todos los memoriales
que dio al Sr. Rey Felipe 2." no hecho por esse
rumbo. Guarde Dios á v. m. muchos años. Épila
y Henero 18 de 1646.
El Conde de Aranda.
Sr. Dr. Juan Francisco Andrés,
IV
Con su carta de v. m. de 4 del corriente e recl-
uido el memorial que en la passada me dijo auía
dado para que en el Estamento de los nobles se
biesse la pretensión que en él se declara, y quan-
do yo no deviera á v. m. la finesa de boluntad
que le confiesso, sus méritos aseguraran mi boto,
y más estando al Reyno tan bien el que personas
como V. m. y de su cuydado y estudios tengan á
su cargo el empleo de coronista, que pues a de
ser la futura sucessión de Don Francisco de Urrea,
á quien no se le deue hacer contraste, no dificul-
taré la materia; en todas las que tocaren á sus
aumentos de v. m. me tendrá seguro, como lo
experimentará con el tiempo. Y guarde Dios á
V. m. muchos años. Epila, Febrero 14 de 1646.
El Conde de Aranda.
Sr. Dr. Juan Francisco Andrés.
Muy bien creo yo de la merced que v. m. me
hace, el sentimiento con que me da el pésame de
la muerte de la Condessa, que Dios aya, y es tal
la pena con que me ha dejado este suceso, que no
me es posible hallar aliuio en cosa desta vida, y
sólo lo espero de su Diuina iVlagestad, embiándo-
me paciencia y fuer9as para licuar trauajo tal.
Suplico f V. m. me las solicite por su parte, que
por la mía queda el hacer siempre todo aprecio
destos fauores y el desear merecerlos con muchos
empleos del seruicio de v. m. á quien guarde Dios
otros tantos años. Épila y Julio á 7 de 1646.
El Conde de Aranda.
Sr. Dr. Juan Francisco Andrés (i).
VI
Documentos relativos á la casa de
D.^ Luisa de Padilla.
Por el Adelantado mayor de Castilla, Don Eu-
genio de Padilla y Acuña. Con los Marqveses del
Algaua, Don Francisco, y Don Luys deGuzmán,
y Don Pedro Andrés su hijo, y nieto. Sobre la su-
cessión en propiedad del mayorazgo de la villa de
Dueñas, y otros bienes al dicho mayorazgo per-
tenecientes.—En Granada, por Sebastián Muñoz,
Impressor de libros. Año de 1610.
33 hojas en folio.
Por Doña Maria de Acuña, Condesa de Buen-
día, y por sus nietos Don luán de Padilla, Ade-
lantado mayor de Castilla, difunto, y Don Euge-
nio de Padilla, y Acuña, Adelantado mayor que oy
es de Castilla: Contra Don Francisco de Guzmán y
Acuña, Marqués del Algaua, difunto, y Don Luys
de Guzmán y Acuña, Marqués delAIgaua, y Har-
dales, que se opuso coadjuuando el derecho de su
padre. — En Granada. Por Sebastián Muñoz, im-
pressor de libros. Año de 1610.
Firmada por el Dr. Franco de Saravia, el doc-
tor Cristóbal Velázquez y el Licdo. Diego de Ri-
bera.
26 hojas en folio.
Memorial del pleyto qve tratan Don Francisco
de Guzmán y Acuña, Marqués del Algaua, y don
Luys de Guzmán y Acuña, su hijo, Marqués del
Algaua, y de Hardales, y Don Pedro Andrés de
Guzmán, y Acuña, hijo del dicho Marqués Don
Luys que se han opuesto á él. Contra Doña Ma-
ría de Acuña, viuda de Don Juan de Padilla, Ade-
lantado mayor de Castilla, y contra el Adelantado
Don Martín de Padilla, yerno de la Doña María,
y Don luán de Padilla, y Don Eugenio Manri-
que de Padilla y Acuña. Adelantado que oy es,
sus hijos, sobre la propiedad del Condado de
Buendía. Firmado por Don Gonzalo de Santa
Eufemia.
Imp. s. 1. n. a.
49 hojas en folio.
(i) Originales coa firmas autógrafas. Bib. Nac. V. 170,
olios 455 á 458.
Por los Marqveses del Algaua sobre el Estado
de Buendía. Contra Doña Maria de Acvña, y el
Adelantado de Castilla su nieto. — En Granada.
Año 1611.
Firmado por el Dr. Juan Bautista Suárez, el
Dr. Bravo y el Licdo. Alarcón.
49 hojas en folio.
luris responsum Francisci Manticae L C. olim
Auditoris Rotae Romanse, nunc autem Cardinalis
merilissimi, super Comitatum de Buendía, pro
D. Francisco de Guzmán & Acuña, Marchione
— io5
del Algaua, & D. Ludovico de Guzman & Acuña
eius filio.
Imp. s. 1. n. a.
Siete hojas en folio.
Bíb. Nac— Sección de Varios.— Alegaciones jurídicas.
Leg. 954.
Por Don Luis de Sandoval Fernández de Cór-
dova y Aragón, Dvque de Segorve y de Cardona,
Marqvés de Gomares, Adelantado mayor de Gas-
tilla, de la insigne Orden del Tusón de Oro: Gomo
marido de Doña Mariana de Sandoual, Padilla y
Acuña, Gondesa de Santa Gadea, su muger. Gon
el Dvque del Infantado, Gonde de Melgar, y el
Comendador mayor de Galairava. Sobre la ténu-
ta de los Estados y Mayorazgos de Lerma, Gu-
miel de Mercado, Gea, Ampudia, Denia, y lo de-
más á ellos agregado. Esciívelael Licenciado Don
Diego Altamirano. — En Madrid: En la Imprenta
Real. Año de MDGXXXXI.
49 hojas en folio.
Memorial ajustado de los echos de el processo
de la Gasa y Estado de Aranda. Sacado de orden
de los Señores de la Real Audiencia de el Reyno
de Aragón. Por D. Francisco Montero, Relator
más antiguo de dicha Real Audiencia, y Fiscal
por su Magestad (que Dios guarde) de Rentas
Reales.— En Zaragoza: En la Imprenta de Fran-
cisco Revilla, en la calle de San Lorenco. S. a.
660 págs. en folio.
Letras narrativas, obtenidas en veinte de Ivnio
de mil seiscientos y setenta y vno, por el Exce-
lentissimo señor Don Pedro Pablo Ximénez de
Vrrea Zapata Fernández de Heredia, de todo lo
contenido en el processo intitulado: Processus
Melchion's de Oxea. Contiene la instancia que
hizo Melchor de Oxea ame la Real Audiencia de
Aragón, en cuya virtud, y en su nombre, prece-
diendo prouisión de aquella Real Audiencia, fue-
ron aprehendidos los Castillos, Villas y Lugares
de la Gasa, y Estado de Aranda, vinculados por
Don M guel Ximénez de Vrrea, segundo Gonde
de Aranda, en el Vincuio y Mayorazgo que fundó
de ellos en 10 de lunio del año de 1545.
Imp. s. 1. n. a.
io5 hojas en folio.
VII
Dedicatoria á Doña Luisa de Padilla, de los «.Su-
gesos de Castilla en tiempo de el Rey Don Hen-
rique IV». (i)
A la lUustre Señora, mi Señora Doña Luysa de
Padilla, Gondesa de Aranda, su humilde Capellán
fray Pedro de Ro^as, professo deste su monasterio
de Nuestra Señora de Frex del Val.
Auiendo entendido, lUustrísima Señora, quan
aficionada es vuestra señoría á la lectión de His-
torias morales y el trabajo que a puesto en juntar
copiosos libros della y los grandes ratos que gasta
en leerlas, cosa mamada en los pechos de sus pa-
dres que tan aficionados an sido á la lectión y
fueron sus pasados, y aunque destos pudiera traer
muchos en esta mi carta á la memoria de Vuestra
Señoría, por no cansarla y porque le consta bien
desto á Vuestra Señoría, solo diré del lUustrísimo
Señor Don García de Padilla, Comendador mayor
de Calatraba, tan grande letrado como el mundo
sabe, ansí en letras humanas como divinas, de que
este convento es buen testigo, pues le adornó no
sólo con la reedificación de todo este edificio ma-
terial, sino de tanta copia de tapicería, doseles de
oro y seda y de plata para el servicio del altar, tan
rica y costosa, como tanbién de una curiosa libre-
ría, de la qual, como Vuestra Señoría está aficio-
nada, y este caballero fué bisnieto de los fundado-
res deste Santo Gonuento, de donde Vuestra Seño-
ría desciende; entre otros libros de estima que en
ella dexó fué el presente que ofrezco á Vuestra Se-
ñoría, en el qual se ben cosas notables, subcesos
peregrinos y casos raros, bien dignos de que Vues-
tra Señoría los sepa y tenga entre sus libros como
joya preciada que tenga entre ellos, y auiendo yo
sauido el gran deseo que Vuestra Señoría te-
nía de que se le inbiase copiado, por su hermano
nuestro Padre fray Martín de Padilla, Religioso
desia casa, con cuya presencia está aumentada por
entranbos fueros, me ofrecí á sacarle fielmente
con el modo de hablar y romance que tiene y
hícelo con muy gran afición por el gusto que
Vuestra Señoría receuirá desto y por mi propio
interés, que es seruir á Vuestra Señoría, á quien
suplico perdone las faltas que en él abrá por parte
del escriptor, y reciua la gran voluntad con que le
e trabajado, poniéndome en el número de sus Ca-
pellanes y estando Vuestra Señoría cierta lo seré
toda mi bida en suplicar á Nuestro Señor guarde
é aumente la salud y estado que todo este Gon-
(i) Ms. del siglo xvii; 90 hojas en folio. Bib. Nac. -\íss.— <
Núm. 1.619.
io6 —
vento desea, dando á Vuestra Señoría subcesión
felicissima de esa cassa y para el bien de todo el
Reyno, amén.
VII
Memoria de las bodas del Almirante de Castilla
y del duque de Cea, nieto del de Lerma.
Miércoles, veynte y ocho de nouiembre de este
año de 1612, el dicho día por la mañana entre once
y doce salió el duque de Lerma, de Palacio, con si-
lla, y fué á casa del Almirante, y de allí uinieron
á Palacio [conj muy grande acompañamiento de
caualleros y señores de título y Grandes de Espa-
ña, y detrás de todos el Almirante, y el duque de
Lerma al lado derecho; el Almirante con muy ga-
llardos cauallos, y sus personas muy bien adere-
cadas; llegaron á palacio y se velaron en la capilla
Real de Su Magestad, siendo él el padrino y la
rreina de Francia la madrina; fué la comida dentro
de palacio, en el quarto del duque de Lerma, y á
las cuatro y media de la tarde salió el propio
acomp.mamiento que por la mañana, y detrás de
todos los Grandes salió Su Magestad á cauallo con
un cauallo blanco, pero su persona de luto; lle-
uaua á su lado izquierdo á la nouia con un ga-
llardo cauallo con un muy rrico palafrén, y detrás
de ellos yua la duquesa del Ynfantado en su pa-
lafrén, yciendo ofi9Ío de madrina por la rreyna de
Francia; lle[va]uanla en medio, de un lado el no-
uio y del otro lado el duque de Lerma, y detrás
destos yua la condesa de Saldaña, con su palafrén
muy bien aderesado; llegaron en casa del nouio y
apeóse Su Magestad y subió á la nouia á su pro-
pio lado toda la escalera asta llegar á la sala, donde
estaua muy bien aderesada, y tomó Su Magestad
asiento y uvo sarao y rrecibió cola§ión, y estuuo
espasio de dos oras y se boluió á palacio Su Ma-
gestad en coche con doce pajes licuando hachas
blancas.
El día siguiente, jueues, á veynte y nueue del
dicho mes, á las dose de medio día se uino nouio
y nouia y duque de Lerma por el pasadi90 á pa-
lacio y se helaron en la capilla Real, siendo padri-
nos los rreyes que el día antes fueron, y fué la
comida en palacio en el quarlo del Duque, y á las
quatro de la tarde salió el propio acompañamiento
que el día antes, pero con muy más auentajadas
las galas, y detrás de todos los grandes yua el rrey
nuestro señor á cauallo y lleuaua á la nouia á su
lado ysquierdo, y detrás de Su Magestad yua la
duquesa de Peñaranda yciendo ofifio de madrina
por la rreyna de Francia, con un muy rrico pala-
frén; lle[va]uanla en medio el duque de Cea, que
es el nouio, y el Marqués de Velada; detrás de
éstos yua la Duquesa de (^e^ar con muy gallardo
palafrén; yuala escudereando el gran duque de
Lerma; detrás de éstos yua la condesa de Saldaña,
con su palafrén y una gallarda librea, uestidos
ocho lacayos y doce pajes de terciopelo negro,
todo guarne9Ído con pasamanos de plata; yuala
escudereando su padre el duque del Ynfantado;
detrás yua con muy gallardo palafrén la nouia del
día antes y la lleuaua á su lado su propio marido
el Almirante de Castilla; salieron de palacio y fue-
ron por en casa del Almirante y por Santa María
y por en casa del Presidente y por en casa la du-
quesa de Peñaranda, y salieron á la pla9uela de
Santiago y bajaron por Santa Clara; llegaron en
casa del duque de V^eda, padre del nouio, y se
apeó Su Magestad y se apeó la nouia y la Ueuó á
su propio lado asta entrar en la sala, donde estaua
muy bien preuenida para tal caso; tomó el rrey su
a9Íento y la nouia; el duque de Lerma se quedó en
el saguan para auer de apear todas las señoras
arriba nombradas, y las apeó una á una y subió
con ellas, y en llegando á la sala se sentaron todos
en sus estrados y luego se enpesó el sarao, que le
uvo muy galán; uvo muy buena comedia; rreci-
vió Su Magestad colación; estuuo allí asta media
noche y después se uino por el pasadizo (1).
VIII
Canción en alabanga de la illustrlssima señora
Doña Liiysa de Padilla, Condessa de Aranda,
Vi^condessa de Viotay Rueda, &. Hecha por im
humilde capellán suyo, Religioso de nuestro P.
S. Francisco.
Para siempre oy la Fénix resucita
sin pasar por las llamas abrasantes,
pues que produxo España otra más bella
cuya pintura Apeles, ni Thimantes
ni del gran Zeusis el pincel la ¡mita,
nacida con tal Norte y buena estrella
que son el Sol y Luna menos que ella.
Querer exagerar su feliz genio,
su benévolo clima venturoso,
su rostro cielo hermoso,
su nobleza, prudencia, gracia, ingenio:
es laberintho que Ennio
perdiera, aunque famoso, el hilo y tino;
espíritu divino
ha menester quien alabarte pueda,
ó que el cielo tu lengua le conceda.
De la fuerte que hufano borda el alva
(i) Ms, del siglo X vii; Bibl. Nac. Cc.-85.
adornado con rayos su corona
el que es mayor planeta sin segundo,
áesta Diosa más bella que Latona
las aves al crepúsculo hazen salva
con canto alegre y con gorgeo jocundo,
coronándola en Reyna todo el mundo.
Es águila caudal que con su buelo
tan alta se remonta y encarama
que llega al sol su fama,
en quien como en divino y claro cielo
las aves sin rezelo
se anidan con sonora melodía
y en harpada armonía
se dan alternativos parabienes
por gozar en tal Reyna un Sur de bienes.
Ya Progne la infeliz y Philomena
se olvidan del agravio de Tereo
y ser aves lo tienen por más suerte
que no gozarse en bracos de Himineo;
truecase en gusto su dolor y pena,
en vida y gloria su afrentosa muerte,
viéndose con tal Reyna sabia y fuerte.
Y si fueren pronóstico tan claro
siempre las aves de triunfal fortuna,
agora con tal Luna,
con tan divino y luminoso Pharo
que tienen por su amparo,
serán señal de prósperas victorias,
dé honores y de glorias,
que todo esto goza quien se ampara
de luz tan illustríssima y tan clara.
Celebró por insigne á Sapho, Grecia,
y no con menor título á Phemena
hija del sabio y regalado Apolo;
Elephanta también, y Ochne Philena
merecieron estatuas de eloquencia,
publicando del Nilo hasta el Pactólo
su nombre, y desde el uno al otro Polo.
Fueron en ciencia Aspasia y Thelesilla,
Antedonia, Damophila y Chorina
y la hermosa Euphrosina
del mundo pasmo y rara maravilla;
mas qual la Real Padilla
nadie hasta oy bolo con tales alas,
porque es única Palas,
un non plus ultra á donde el que más sabe
confiesa que él es plomo y ella es ave.
Por eso. Fénix, oy tantas te offrece,
con tal disposión y estilo lindo,
aqueste héroe famoso, y con tal arte
en su libro, que ya en Parnaso y Pindó
cada Musa por maestro lo engrandece
dándole de divino el estandarte,
107 —
por ser sabio en la paz, en guerra Marte.
Y si Emilo escriuió las propiedades
De las aues, Anyte la eloquente
y Empedocles prudente
de animales certíssimas verdades,
en todas las edades,
nadie pintó su natural instinto
con tan dulce y distincto
lenguage, como agora trae Marcuello,
digno de mitra y pectoral al cuello.
Pero ¿qué mayor premio que el que alcanza
en tener esta fábrica admitida
debaxo el patrocinio desta diosa,
adonde se ha de ver tan defendida
de Zoylos, y llena de esperan9a
de que ha de ser á todas deleytosa
por ser tan grave, dulce, provechosa?
Leuanta, pues, su remontado buelo,
Que á esto seguro su fauor le incita,
sin temer se derrita
la cera de sus alas en su cielo;
que aunque es sol deste suelo
no abrassa á aquel que humilde le contempla,
que en este el fuego templa;
mas el que llega inchado y atreuido,
cual Icaro tendrá su merecido.
Vete á los pies. Canción, de esta Pandora,
y humilde de tus faltas perdón pide
dándole por descargo tus deseos,
que en tan altos empleos
son el nibel con que el valor se mide,
y si aquí te preside
assegurar podrás que la fortuna
subió tu nombre al cuerno de la Luna (i).
287. — Elogios de la verdad e invectiva
contra la mentira. A la Magestad de Xto.
S. N. Verdad i." Compuesto por la Exc.™»
S." D. Luysa Maria de Padilla Manrique y
Acuña, Condesa de Aranda. Dado á la es-
tampa por el M.° F. Pedro Enrique Pastor,
(i) Primera parte de la Historia natural, y moral de
las aves. Compuesta por el Licenciado Francisco Marcue-
llo, Canónigo de la santa Iglesia de Nuestra Señora de los
Corporales, y Racionero de Santiago de Daroca. Á Doña
Luysa de Padilla, Condessa de Aranda, Vi^condessa de
Viota, Señora del Vi^condado de Rueda en el Reyno de
Aragón, y de la Tenencia de Alcalaten, y Baronías de
Mislata, Cortes y Beniloba en el Reyno de Valencia.—
Impressa en Zarajio^a, por Juan de Lanaja y Quartanet.
Año 1617,
En esta obra hay también un Soneto de Juan Yagüe de
Salas Á la Condessa de Aranda, Eudoxia de nuestros
tiempos.
io8 —
de la Orden de S. Agustín. Año de 1640.—
En ^arago^a: Por Pedro Lanaja.
Un vol. en 8.° menor de 639 págs. más
nueve hojas al princ. sin numeración.
Port. con un grabado que representa á la Ver-
dad con una cruz en la mano derecha y con la
izquierda sujetando un monstruo encadenado;
alrededor estas leyendas: Jn Solé posuit taberna-
culum suum. — Vincit peritas. — Fol. v.° en bl. —
Licencia del Ordinario de Zaragoza D. Pedro
Apaolaza. (JaragOíja á 6 de Diziembre de 1640. —
Aprobación de D. Adrián de Sada, del Consejo de
Su Majestad. — Licencia para la impresión. Zara-
g09a á VII de Deziembre de MDCXL.— El M. Fray
Pedro Enrique Pastor, al lector. — Erratas. — Ta-
bla de los capítulos. — Pág. i á óSg texto, pre-
cedido de una «Dedicatoria de la Avtora, ó más
verdaderamente, instrumento de esta obra, al
mismo Autor de ella; de la nada, al todo.'»
Cap. I. Etimología de la verdad. — Cap. II. De-
nominación del nombre de mentira. — Cap. III. Di-
visión de la verdad. — Cap. IV. División de la men-
tira.— Cap. V. Definición de la verdad. — Cap. VI.
Definición de la mentira.— Cap. VII. Genealogía
de la verdad. — Cap. VIII. Genealogía de la menti-
ra.— Cap. IX. Símbolos de la verdad entre las co-
sas naturales.— Cap. X. Símbolos de la mentira
entre las cosas naturales. — Cap. XI. Propiedades
del Sol, símbolo principal de la verdad. — Cap. XII.
Propriedades de las tinieblas, símbolo más propio
de la mentira. — Cap. XIII. Otras figuras y epítetos
de la verd d. — Cap. XIV. Otras figuras de la men-
tira.—Cap. XV. Razones porque se deue dezir
verdad, y lo mucho que con esto se grangea. —
Cap. XVI. Razones que obligan á huir el trato de
mentira.— Cap. XVII. Fuerzas de la verdad y de-
fensa con que Dios la asiste.— Cap. XVIII. Casti-
gos de la mentira y su poca consistencia y fuer-
gas.— Cap. XIX. Lo que han sentido de la verdad
los buenos y sabios en todos los siglos.— Cap. XX.
Lo que han sentido de la mentira en todos tiem-
pos los buenos, que son los que pueden graduar
su malicia.— Cap. XXI. De los amigos de verdad
que con su sangre dieron testimonio della. —
Cap. XXII. De los aduladores, amigos de menti-
ra.—Cap. XXIII. De los amigos y predicadores de
verdad.— Cap. XXIV. De los amigos de mentira,
que teniendo obligación á manifestar la verdad de-
jan de hazerlo por humanos respectos.— Capítu-
lo XXV. De los amigos de verdad que por ella re-
nuncian ai mundo, y le truecan con la Religión.—
Cap. XXVI. De los hipócritas y amigos de menti-
ra.—Cap. XXVII. De los Profetas de Dios, amigos
y pregoneros de la verdad. — Cap. XXVIII. De los
magos, hechizeros, y supersticiosos, familiares
amigos de la mentira. — Cap. XXIX. Descripción
de la ciudad de verdad. — Cap. XXX. Ciudad de
mentira. — Conclusión y remate, con un espejo de
dos centurias, para conocer por la una la verdad,
y por la otra la mentira.
Capítulo V.
Definición de la Verdad.
También obseruan los escritores el precepto y
estilo de Platón y Tulio, difiniendo aquello de
que quieren tratar. Y según San Agustín, la Ver-
dad es lo que tiene ser. Que bien concuerda esto,
siendo el mayor elogio de esta virtud, con lo que
dixo Dios á Moysén: yo soy el que soy; y Christo:
50/ Verdad. San Gerónimo dize sobre este lugar:
sólo Dios es verdadero, á cuya essencia compara-
do nuestro ser, no es ser; más la Verdad es pro-
pia del ser diuino, pues siendo ella adequación del
entendimiento con el objeto entendido (como dixo
el Filósofo) digníssimamente se llama Dios, ver-
dadero, primera y perfecta Verdad, porque de su
entendimiento á su diuina naturaleza ay cumplida
y perfectíssima adequación. Verdad de sabiduría
y doctrina. Verdad de justicia; y por la participa-
ción de este diuino ser podemos dezir que es infi-
nita la Verdad, y que le damos en Christo la ado-
ración Latría, que sólo á Dios se deue, cuyos atri-
butos también están fen la Verdad, pues en Dios
todo es vna misma cosa, su sabiduría, bondad,
hermosura, riqueza, misericordia, justicia, el ser
inefable, incomprehensible é immutable; con que
quanto desde aquí dixéremos será incomparable-
mente menos que esto, pero fuerga es dilatar el
discurso. Santo Thomás dize que la Verdad es
vna virtud con la qual el hombre en obras y pa-
labras manifiesta lo que es. Cicerón la difine di-
ziendo: la Verdad es por la qual sin mudanga per-
manecen las cosas que fueron, son y serán. Otros,
que es vn hábito adquirido con actos, de mani-
festar fielmente la lengua lo que está en el cora-
zón. Dixeron algunos filósofos, era vna qualidad
esencial de las cosas que divinamente son objectos
del alma; ó una fuerga de ella, concedida por
Dios al hombre, que por sí misma se manifiesta,
para lo qual le q;:edan siempre más fuerzas. Y es
vna luz superior con que Dios iluMra y enriqueze
el entendimiento del hombre, que como vna joya
preciosa para que guarde en él y se aproueche de
ella, le encomienda; la cual luz tiene tal rectitud
que jamás engaña, disimula, ni encubre, ajustan-
— 109 —
dose al ser de las cosas y representándolas como
en sí son, sin ofrecer malas por buenas, feas por
hermosas, peligrosas por seguras, limpias por in-
mundas, ni amargas por dulzes; guardando siem-
pre la perfección del medio, sin dar en los ex-
tremos.
Al fin, para que se conozca qué cosa es la Ver-
dad, la grandeza y hermosura suya, será bien la
retratemos aquí, no con los pinzeles de Prothó-
genes ni con los de Apeles, que no es possible
llegar ninguno humano á la vltima línea de sus
perfecciones; solo pudo conseguirlo el diuino Es-
poso que con celestiales y misteriosos colores sacó
un viuo retrato de esta virtud, llamándola esposa,
amiga sin mácula y toda hermosa; esto dos ve-
zes, porque lo es la Verdad en lo intrínseco y en
la manifestación de las obras; es pura y querida es-
posa de Dios; el qual, auiéndola alabadopor ma-
yor con dulcíssimos epítetos, llegando á tratar de
sus partes, dize que su cabera es como el Car-
melo, y los cabellos como las cabras que suben
por el monte de Galaad, blancas, puras; assí son
los pensamientos y afectos de la Verdad, y no
menos excelsos y altos; sus ojos de paloma,
porque la Verdad es senzilla, de recta intención
y fidelidad; la nariz, dize, es como la torre de
Líbano puesta en la frontera contra Damasco,
que es ciudad de mentira, poblada de enemi-
gos de la Verdad; y assí ella se defiende y los
destruye en espíritu de discreción, entendido por
la nariz; sus labios, colorados como vna cinta
de grana; sus palabras dulces como la miel, por-
que busca siempre la Verdad rectitud y caridad
con el próximo y son todas dulcíssimas sus plá-
ticas; los dientes, dize, parecen á las ouejas esqui-
ladas que salieron de lañarse y con sus crías; que
es dezir altíssimamente la limpieza de la Verdad y
fecundidad con que procura aumentarse y comu-
nicarse á todos; prosigue que son sus mexillas
como pedamos de granada, declarando por el color
roxo de sus granos la compostura y modestia de
la Verdad; el cuello, como la torre de Dauid, pro-
ueyda de armas de que pendían muchos escudos;
y el mismo Dauid dize era la Verdad vno de estos
con que armaría Dios al justo; los pechos de esta
Esposa, dize el Esposo que son como los melli-
zos cabritillos que se apacientan entre lirios el
tiempo que dura el día y se inclinan las sombras;
que es dezir están siempre frescos los pechos de
la Verdad; que su doctrina ha de ser de luz; fra-
gante y dulze como la leche que se recoge de pas-
tos delicados, puros y saludables, los quales está
siempre y estará comunicando la Verdad quanto
dure el día de esta vida, hasta las sombras de la
muerte; su estatura dixo que era como la palma,
por la alteza de la Verdad, dulgura de su fruto, y
caminar siempre al cielo con perpetuo verdor;
propiedades todas de este árbol, que es el que más
se levanta de la tierra. De cuya descripción, aun
assí en bosquejo, devríamos todos quedar ama-
dores y aficionados á virtud tan excelente.
Capitulo XXVIII
De los magros, hecliizeros y supersticiosos,
familiares amig-os de Mentira.
Pretende el demonio, conseruando la soberuia
que le arrojó'del cielo al infierno, contrahazer con
sus embustes y apariencia la grandeza y mageslad
de Dios, y como mona suya imitar las ceremonias
y culto de la Iglesia santa; y viendo que no le es
posible vsurparle (como quisiera) la Deidad, se
haze adorar de los infelizes y ciegos que se dexan
de él engañar; dales título de profetas suyos, ense-
ñándoles á hazer milagros en que solo creen ios
ignorantes, pues son tan verdaderos como la pro-
fecía y como él mismo; y assí son opuestos los
profetas de Dios y ellos, como la verdad y menti-
ra. Estos son los hechizeros y mágicos, entre los
que siguen la vandera de mentira muy señalados
soldados del demonio, y no menos enemigos de la
naturaleza humana que de la Verdad. Pelea esta
gente á dos manos, quitando á muchos la vida del
alma y á infinitos la del cuerpo; tanto que siendo
cierto que adonde ay menos de ellos, que es en Es-
paña, por la resistencia que les haze el Santo Tri-
bunal de la Inquisición y las muchas Religiones y
zelo de la Fé, conseruado con más entereza que en
otras prouincias del mundo, con todo esso mani-
fiesta la experiencia que matan en ella casi tanta
gente los maleficios y hechizerías, como las enfer-
medades; y muchas de estas, pareciendo naturales
no lo son, ni los médicos las conocen, auiendo
muy gran parte de gente incrédula de ello, sin que
baste á desengarñalos lo que se ve cada día y el so-
lemníssimo acto de Logroño, donde se hizo justi-
cia de muchas brujas, probándoles que auían
hecho gran número de muertes,' y se halló que
auía en Vizcaya y Guipúzqua seis mil brujas
y brujos, que por no destruirla se procuró recon-
ciliarlos con general perdón. Y en una villa de este
Reyno, de poca vezindad, llamada Sariñena, con-
fessó vna bruja que ahorcaron (como se halla en
un processo antiguo) que ella sola auía muerto
ochocientas personas.
Y al mismo tiempo que esto se escriue no ay
cosa más sabida y pública que auer en dos lugares
no —
de la montaña más de dozientas y cincuenta mu-
gares (y cada dia se van descubriendo otras) obse-
sas y espiritadas por maleficio de vn solo hombre,
el qual castigó el Santo Oficio de la Inquisición de
Qaragoga los días passados. Con que parece no es
menos infeliz este tiempo en tales materias, que
aquel de que cuenta Herodoto eran todos hechize-
ros en los pueblos N^aros, y se conuertían en
lobos á ellos, á sus vezinos y comarcanos; y en
África, los Esilos; en Italia los Marsos, que descen-
dían de aquella hechizera Circe de quien tantas
fábulas se cuentan; mas la verdad es que hizo con
sus diabólicas hechizerias grauíssimos daños en el
mundo. ¿Qué será, pues, en los demás reynos, si
passa lo dicho en España, donde venden los fami-
liares como otras mercadurías, y se permite, la cla-
uícula de Salomón y todo género de supersticio-
nes? Diremos, pues, aquí, algo de esta gente, por-
que -^e vea qué amigos tiene la mentira, y para que
con tciéndoles se guarden todos, no solo de seguir
sus embelecos, mas del graue daño que procuran
hazer con ellos.
Magia e; nombre pérsico que significa sabidu-
ría, pero ya es entendida por falsa, demoniaca, y
supersticiosa ciencia: fué su inuentor Zoroastres
persa, y el primero que la escriuió se llamó Hos-
tenes; estos fueron los que introduxeron en el
mundo todos los hechizos y supersticiones, que se
ciuiden en muchas especies; Barron las reduze
á cinco: Piromancia, que es adiuinar por señales
de fuego, llamado en griego pir; Aeromancia, por
los buelos de las aues; Idromangia, por el agua,
llamada /í/ro;Geomancia, por la tierra, quees g'eos,
tanto como tierra, y manda, adiuiníxión: la vlti-
ma es Chiromancia, por las rayas de las manos y
fisonomía del rostro, que chiros es lo mismo qu3
mano. Y en todas partes los que professan esta
abominable secta deuían ser castigados, como lo
vsauan los mismos persas, donde se inuentó, con
aquellos sus magos, á los quales ponían las cabe-
9as sobre una piedra quadrada y echando luego
otra encima que encaxaua en ella las hazía torti-
lla, porque como esta gente se experimenta que
participe más de la dureza del demonio que otros
pecadores, y assí jamás se enmienda, son indignos
de piedad y perdón. Compra este nuestro adversa-
rio la adoración de los hombres, y sus almas,
ofreciéndoles por precio quanto ellos le piden;
y aunque su poder es muy limitado, pues solo se
estiende á lo que Dios quiere parn>it¡rle, suele
su diuina Magestad por pecados nuestros darle li-
cencia para que vse de las cosas naturales, en que
conserua la mucha sabiduria de su naturaleza
con que es gran filósofo y médico; pero el no pue-
de hazer ningún verdadero milagro, como cree de
sus embelecos la gente rústica, pues éstos están
reseruados solo á Dios verdadero ó á quien él es
seruido de conceder tal gracia; y assí añadiendo in-
finitos embustes, que solo son aparentes, á lo que
verdaderamente haze con cosas naturales, trae en-
gañados é ¡Ilusos á estos desdichados mágicos,
brujos y brujas, que son los llamados nigromán-
ticos, los quales hazen con él qualquiera pacto y
le entregan su voluntad libre y el alma que solo
es de Dios, por cumplir sus desordenados apetitos,
ú de codicia, ó vana honra, ú por torpezas, ó ven-
ganzas, que éstas son las causas que de ordinario
los despeñan, haziéndose apóstatas contra Dios y
amigos del demonio, destruyendo el mundo con
tan graves daños como muertes, enfermedades,
terremotos que aniquilan los frutos de la tierra y
assuelan edificios, separando casados, causando
odios entre muchos, y abortos á las preñadas,
quitando la leche á las que crían, aojando, matan-
do ganados, y peruirtiendo (que es el daño más
graue) á su peruersa secta, muchos hombres y
mugares simples, y es lo que procuran con gran
cuydado; en auiendo ganado, con perderlos, al-
guno de éstos, le lleuan á presentar al demonio en
las congregaciones que haze de tan abominable
gente, de noche en los montes, mostrándoseles en
figura de cabrón y otras horribles y nefandas; y
el desdichado que es presentado haze allí voto
sobre vn libro de hojas negras que tiene el demo-
nio (y está sentado en vn gran folio) de ser su es-
clauo, y reniega de la Fé Católica, del Santo Sa-
cramento del Bautismo con los demás, de la Vir-
gen Santíssima, de la Cruz y reliquias de los San-
tos: y á esto responde el demonio ofreciéndole
grandes felicidades en vida y muy mayores para
después de la muerte; pero assi vemos que cumple
lo de acá, como será lo de allá, pues gente más
desventurada y pobre que la de esta professión no
la ay en el mundo, de todo él abat'da quanto
aborrecida de Dios. Rebautizan luego á éstos en el
nombre del demonio, poniéndoles á ellos otro
nueuo y haziéndole.s él vna señal negra en el
cuerpo, con que assentándolos en su libro procu-
ra borrarlos del de la vida. Aquí haze el demonio
aquellos horrendos banquetes de los cuerpecillos
de los niños que las brujas han muerto, y los
bayles y abominaciones, que solo para aborrecer-
las y saber guardarse de tan inhumana y vil gente
se pueden escuchar; quien por menudo quisiere
saberlas hallaralas en el Padre Martín del Río y
los demás autores que adelante citaremos. Comu-
— III —
nica el demonio sus propiedades á esta gente ha-
ziéndoios cruejíssimos, tanto que á sus mismos
hijos matan muchas vezes por él, y hazen male-
ficios contra sus padres y hermanos y contra
todos generalmente por solo dañar. En el odio con
las cosas de Dios, bien manifiestan ser discípulos
del demonio, porque se confiessan y comulgan á
fin de cometer sacrilegios, y con la Cruz, reliquias
y cosas sagradas hazen mil indecencias y despre-
cios siempre que pueden. Ha llegado el atreuimien-
to destos pérfidos hechizeros á fingir algunos que
son Christo, como sucedió á aquel Eumdelestrel,
y en Alunster á otro que trahia sus doze dicipulos,
como lo predicó el verdadero Christo por su
Euangeüsta, Y después de auerlos el demonio á
esta desventurada gente empeñado en tales embe-
lecos é inhumanas crueldades, los dexa perecer y
acabar en manos de justicia, como casi todos mue-
ren, porque puede despeñarlos, mas ni puede ni
quiere defenderlos; y no basta ver esto cada día
para que ellos se desengañen, sino que creen lo
que él les dize, de que aunque les parece ven mo-
rir á los otros con fuego y garrotes, aquello no lo
sienten, y que él los transporta al Paraíso sin
lesión ninguna.
Con grande cuydado deue viuir qualquiera
Christiano que desea conseruarse en \'erdad, para
no dexarse licuar de vanas curiosidades, las qua-
les empegando por poco suelen traer á tal ceguera
y aun á morir miserablemente, como los otros
juezes que escriue el Padre Martín del Río que por
vna vana curiosidad que tuuieron en su oficio se
apoderó el demonio de ellos y les quitó á palos las
vidas; y de otro mágico cuenta á este mismo fin
Pico Mirandulano, el qual dize también en otra
parte que vn Conde Matisconiense, de estos dici-
pulos del demonio, estando hazicndo sus embustes
y hechizos fué arrebatado para siempre del, y ha-
ziéndole dar en el ayre tres bueltas alrededor de la
ciudad á vista de sus vasallos gritaua el infeliz
Conde que le fauoreciessen, mas ninguno lo pudo
hazer, ni le vieron más.
Y no solo es menester guardarse desta gente y la
que trata las diabólicas artes Paulina, Caualista y
Notoria de los Talmudistas y Alumbrados, que
andan en cuevas debaxo de tierra con grandes se-
cretos, enseñando tales embelecos, que es gran
señal de su malicia encubrirle y buscar siempre
obscuridad y tinieblas; pero también se han de
guardar de dar crédito á agüeros, días aciagos,
pronósticos, suertes, sueños, oraciones con que se
mezclan ceremonias vanas, curas de enfermedades
por medio de supersticiones, nóminas, cedulillas,
sortijas con letras y caracteres, aunque tengan
cruzes, porque en estas cosas ay de ordinario pac-
to explícito ó tácito con el demonio, que este últi-
mo es el que está encubierto en aquellas señales, y
es hecho por otro, á diferencia del pacto explícito
que haze vno por sí mismo con el demonio; y si
bien es este el de mayor malicia, no ay ignorancia
que escuse el otro, pues se da á conocer con la
apariencia que trae de superstición. Y de los salu-
dadores y ensalmos es también menester recatar-
se, que en tales cosas ay ocultos grandes peigros
y lazos del demonio, como se puede ver en los
doctos libros que hemos citado del Padre Martín
del Rio y otros autores granes que han es*. rito
tratando largamente de estas materias: y quanto
más disfrazadas vengan con palabras sanla*^, se ha
de temer más la malicia en las cosas referidas; que
aunque en los saludadores y ensalmos puede auer
algo que sea gratia gratis data, están dificultoso
de conocer que es bien temerlos á todos, y vsar
de lo más seguro, como los exorcismos aprouídos
y Euangelos de la Iglesia Santa, la medicina na-
tural y permitida, missas y oraciones de que vsa
la Iglesia; y para defenderse de estos ministros del
demonio, son poderosas armas la Cruz, agua ben-
dita, el nombre de Jesús, el Credo, y reliquias ver-
daderas de Santos, que todo esto temen ellos mu-
cho, y con ello no ay que temerlos. Aborrece Dios
mucho esta maldita gente, y assí mandó en el Deu-
teronomio, que nadie consultasse hech'zeros, adi-
uinos ó pitones, nombre quedauan á los del tem-
plo de Apolo: y assí fué vno de los más granes
yerros que cometió Saúl el consultar la Pithonisa,
nuncio de su muerte y sentencia de todas sus des-
dichas, y también por contrauenir á esto fué el
Rey Manasses tan aborrecido de Dios y castigado.
Tratando de los supersticiosos amigos de men-
tira no parece se puede escusar de tocar en los
Judiciarios; porque si bien la Astrología que en-
seña el movimiento de los cielos y planetas, di-
ferencia de los tiempos y causa de los eclipses, es
importante para la agricultura, marinage y medi-
cina, porque en los cuerpos humanos y los de-
más inferiores influyen los astros celestes, mas no
en el ánimo y libre aluedrio del hombre; y assí la
Astrología judiciaria no es permitida, porque aun
la dicha se funda en causas tan inciertas como en
la variación que ay entre los mismos astrólogos
se conoce, por la mezcla de influencias y muchas
otras cosas que las implican y se les contraponen.
Por esso dixo Platón que si bien era necessaria
aquella parte de astrología, pero de muy poco
crédito y fundamentos mal seguros. Y Jamblico
112
dize que aunque aya algo de verdad en ella, es
muy poco. Por hazer burla de tal ciencia inuen-
taron los antiguos aquella fábula de Prometheo
que eslaua alado al monte Cáucaso, y vna águila
le comia los hígados. El sabio Bías, viendo vnos
de estos muy diuertidos en mirar el mouimiento
de las estrellas, dixo: ¡que gasten en tal vanidad
su tiempo esta gente, creyendo perciben lo que
está tan lejos, no viendo aun los pezes desde la
ribera del río, ni el hoyo en que caen! Faborino
filósofo, Sócrates, Tulio y Séneca, todos hazen
donayre de los astrólogos, y dizen que como Hi-
caro quieren bolar con alas de cera. Desterrában-
los de sus escuelas los filósofos, y Aberroes y
Auicena, con otros muchos, abominan de ellos y
los tienen por embelecadores. Vn incrédulo de
esta ciencia, diziéndole que se preuiniesse para
cierto peligro que alcangauan por ella tendría,
respondió muy bien: no conuiene á la honra de
Dios que tantos necios sepan sus secretos; y assí
no permite él que suceda cosa de lo que dizen, ni
ellos la saben; sin duda son muy temporales los
que apoyan sus esperanzas en constelaciones. La
Astrología judiciaria, que es la que absolutamente
se condena, es lago para peligrar en la fe de la
prouidencia de Dios, y libre aluedrío; que el ne-
gar esto fué la heregía de los manícheos, y por
ella se perdió Prisciliano herege, y el Emperador
Heraclio, y otros muchos Príncipes dieron en
grandes inconvenientes por creer judiciarios; los
quales han quitado algunas vidas de gente de
cortos ánimos, á quien acaba la melancolía ó lo-
cura causada de lo que les pronostican, y esto es
venir sobre ellos (como dixo Dios por su Profeta)
lo que temen, por castigo de su vana curiosidad.
Y si pronostican felicidades también dañan in-
quietando los ánimos con vanas esperanzas, mo-
uiendo á intentar temeridades, poniéndose á gra-
ues peligros y aun á condenarse, como sucedió al
otro que auiéndole dicho un astrólogo haría vna
jornada á la Tierra Santa, dándole la enfermedad
de la muerte jamás le pudieron conuencer á que
se confessase, diziendo que él sabía no auía de
morir hasta ir á Jerusalém, y con esto murió sin
sacramentos ni preuención, y parece fué su ro-
mería más cierta al infierno. Quando estos judi-
ciarios ven manifiestan los sucessos la vanidad de
su ciencia, se defienden, confessándola, con dezir
que la^prouidencia de Dios es sobre todo y que
no se puede hazer fuerza al libre aluedrío del
hombre; pero con esta salva introduzen sus fal-
sas y peligrosas opiniones en los ánimos de los
hombres, y si alguna vez aciertan es como quan-
do por disposición y voluntad de Dios dize verdad
el demonio, ó porque tienen pacto con él, ó por
prudencia humana que conjeciura sobre lo futu-
ro y tal vez acierta quando lo permite Dios, y
otras aunque no aciertan se lo parece á los igno-
rantes que los consultan y quieren creer sólo
aquello que desean. Está por todas las leyes ve-
dada la astrología judiciaria: en las imperiales
desde Augusto Cesar, el qual desterró de Roma é
Italia los astrólogos; y para ello dize Cornelio
Tácito se juntó Senado pleno, como cosa tan im-
portante á la República. San Gregorio Papa y
otros Sumos Pontífices la han prohibido, y mu-
chos Concilios, y vltimamente con su Motu pro-
prio Sixto Quinto; condena la Escritura Santa to-
das las supersticiosas adiuinaciones, y particular-
mente la astrología, por Isaías, según los setenta
Intérpretes. San Agustín da esta ciencia por falsa;
San Basilio, la llama vanidad; San Ambrosio, in-
útil é imposible; San Juan Chrisóstomo, vana,
falsa y ridicula; San Gerónimo, reliquias de la
idolatría de Egipto; San Cirilo, oficina de todas
las mentiras; Eusebio h abomina y también Orí-
genes. Y Salomón (parece que hablando de éstos)
dize que si los hombres ignoran aún lo presente,
¿cómo podrán alcangar á saber lo porvenir?
Entre los supersticiosos y amigos de mentira
no se les puede negar lugar á los gitanos, porque
su professión derechamente es engañar y vsar
para ello embelecos y hechizos; es fábula lo que
el vulgo dize de que éstos traen su origen de Egip-
to, y lo cierto que son esclauones, confines del
Imperio del Turco y reyno de Vngría, y assí la len-
gua propia que hablan entre ellos es esclauona,
sino que fingen la otra que llaman gerigonga,
como si dixessen lenguage de cíngaros, que assí
llaman á los gitanos en Italia, de la tierra donde
salieron, llamada Cígaro; y también les dieron
este nombre por la semejanga que tienen en la
inquietud y vida sin reposo, á vna auecilla que
anda por la orilla del mar, cuyo nombre es cin-
glo. Vinieron á estas partes de Europa por los
años de mil quatrocientos y diez y siete. Gouiér-
nanse por vno dellos que llaman el conde, á quien
dan la obediencia, y júntanse á estos estraños
otros vagamundos y facinorosos de las tierras
por donde passan, quedando con nombre de gi-
tanos; son ladrones manifiestos desde la niñez, y
es gran blasón entre ellos auer sido por esto ago-
tados; roban en campo y en poblado, transpor-
tando los hurtos de vnas á otras partes, corres-
pondiéndose todos los de España (como lo hazen
en los demás reynos). Y de muchos se puede pre-
' — I
sumir ser espías; por tales los desterró de toda
Alemania el Emperador Carlos Quinto año 1549.
Tienen pena de galeras si no se auezinan y dexan
la vida ociosa; pero aun siendo ésta tan limitada,
según la atrocidad de sus delictos, ay harta omis-
sión en executarla, y causa gran dolor ver que en
las repúblicas christianas se toiere gente tan per-
judicial. Las mugeres, particularmente, son gran-
des embelecadoras y hechizeras; ellos incestuosos;
quandü tienen zelos de las mugeres ó les cansan
por ser viejas, mátanlas, enterrándolas en los
campos, ó las dexan y toman otras, sin reparar
más en el título de amigas que de propias muge-
res. La ocupación que tienen es labrar hierros
para conseguir sus hurtos. Nadie los ve comulgar
ni cumplir con la Iglesia, cuyos preceptos se pue-
de temer no guardan, pues en el monte no oyen
missa y comen en qualquiera día carne; cásanse
sin ceremonias eclesiásticas; ni traen á bautizar
los niños ni á enterrar á ninguno dellos á las j)a-
rroquias, con que su vida parece de ateístas; y de
tales pimpollos como los que en este capítulo he-
mos representado se puede colegir que el árbol de
donde se producen, que es la mentira, es el de la
muerte, opuesto en todo al árbol de la vida.
288.^Excelencias de la castidad. Com-
pvesto por la Excelentíssima Señora Doña
Luisa María de Padilla Manrique y Acuña,
Condesa de Aranda. Dedicado á sv Religio-
síssimo Conuento de Religiosas de la Purís-
sima Concepción Descaigas en su Villa de
Epila. Con privilegio. — En Zaragoga: Por
Pedro Lanaja, y Lamarca, Impressor del
Reyno de Aragón, y de la Vniversidad,
año 1642.
Un vol. en 8.** menor de 777 págs., más
siete hojas al principio y otras tantas á la
conclusión, no foliadas.
Port. — V. en bl. — Aprobación del P. Fr. luán
Ginto, Lector Jubilado, Calificador del Santo Ofi-
cio, y Guardián del Conuento de N. P. S. Fran-
cisco de la Ciudad de Zarag09a. Zaragoza á 28 de
Deziembre, año 1641. — Licencia del Ordinario
[Don Pedro Apaolaza]. Zaragoza á 4 de Febrero
de 1642. — Aprobación del Doctor Don Pedro Ca-
uero, del Consejo de Su Magestad en el del Cri-
men de Aragón. Zaragoza á 7 de Enero de 1642. —
Licencia para la impresión. Zaragoza, 11 de Fe-
brero de 1642. — Pág. I . Dedicatoria de la Autora
13 —
á la muy Religiosa Comunidad de Descaigas de la
Puríssima Concepción de la Villa de Epila. — Pági-
na 3i. Texto, dividido en cuatro partes; la prime-
ra comprende XXV cap.; la segunda VI; la terce-
ra XII, y la cuarta VIL — Tabla de los capítulos. —
Erratas.
Para escribir este libro tuvo presente
D.' Luisa la Pri?nera parte de las excelen-
cias de la virtud de la Castidad. Compuesto
por Fray loseph de lesus María de la Orden
de losDescalgos de la Virgen María del Mon-
te Carmelo. Dedicado á la misma Virgen so-
berana, y al gloriso San loseph su Esposo.
Con privilegio. — En Alcalá, por la Biuda
de luán Gracián. Año 1601.
En folio, 902 págs (i).
Pero D.* Luisa no plagió esta obra, limi-
tándose á tomar de ella varias ideas y no-
ticias.
En la primera parte del libro de D.* Luisa
se exponen las excelencias de la castidad; la
segunda trata de la virginidad; la tercera de
los medios para conservar aquella virtud;
la cuarta versa acerca del matrimonio y de
la castidad conyugal.
Parte primera. — Cap. I. De la etimología y di-
finición de la castidad, y de la división de los gra-
dos de ella, y de esta obra.— Cap. II. De la primera
excelencia de la castidad, que es ser amada y esti-
mada de Dios. — Cap. III. De la segunda excelencia
de la castidad, que es espiritualizar á sus profeso-
(i) Fr. José de Jesús María, enemigo del Teatro y de
los comediantes, consagra dos capítulos á impugnar las
comedias, siendo de notar las bajezas y pecados que refie-
re de los histriones: «las sabandijas que cria la comedia
son hombres amancebados, glotones, ladrones, rufianes
de sus mugeres; y que ansí ellos como ellas, con estas
cosas son fauorecidos y amparados de tal manera que
para ellos no ay ley ni prohibición.» En otro pasaje dice:
«es cierto que si estas mugercillas no anduvieran en este
oficio, no fueran buscadas y codiciadas... de manera que
el cebo de que el demonio usó para ellos y ellas, fué el
cantar, baylar, el danzar y el trage exquisito y diferencia
de personas que cada día hazen, vistiéndose como reynas,
como diosas, como pastoras, como hombres.» En el último
capítulopublicaun memorial que dio á Felipe II contra las
comedias, indignado de que una vil mujer hiciese el pipel
de la Virgen en las obras a lo divino, y de otros mil escán-
dalos que daban con sus amancebamientos las actrices.
— 114 —
res de manera que, no sólo los hace ángeles, como
los llaman muchos Santos Doctores, sino seme-
jantes á Dios cuanto es posible á puras criaturas.
Cap. IV. De la excelencia tercera de la castidad,
que es hacer templos del Espíritu Santo á los que
la profesan.— Cap. V. De la excelencia cuarta de la
castidad, y es debérsele la institución del Santísi-
mo Sacramento del altar, de donde se sigue ser
ella el mayor aparejo para recibirle; cómo su fre-
cuencia el más cierto medio de conservar esta vir-
tud.—Cap. VI. De la excelencia quinta de la casti-
dad, y es prometerse á esta virtud la mayor de las
.felicidades, que consiste en ver á Dios.— Cap. VII.
De la excelencia sexta de la castidad, que es, no
sólo ser forzosa para la vida perfecta y contem-
plativa, sino que llega el alma con ella á amar á
Dios cuanto en este mundo se puede. Cap. VIII.
De la séptima excelencia de la castidad sobre todas
las virtudes, que es no ser las demás nada sin ella,
mas ella siempre mucho.— Cap. IX. Excelencia oc-
tava de la castidad, que es ser honra de nuestra
Fe.— Cap. X. Excelencia nona de la castidad, que
es haber dado más mártires á la Iglesia que todas
lasvirtudes.— Cap. XI. Excelencia décimade la-cas-
tidad, que es ser amada y estimada de los bien-
aventurados en el cielo, y de los buenos de la
tierra; que en todos los siglos, repúblicas y na-
ciones ha sido, aun de los gentiles y bárbaros
procurada, y favorecidos y venerados sus profe-
sores.— Cap. XII. De la excelencia undécima de la
castidad, que es ser favorecida y aun venerada de
las fieras más bravas y criaturas insensibles. — Ca-
pítulo XIII. De la duodécima excelencia de la cas-
tidad, que es ser el desenojo de Dios, y la virtud
por cuyo amor suspende sus mayores castigos. —
Cap. XIV. De la décima tercia excelencia de la
castidad, que es asistir Dios al que la tiene con
particulares consuelos. — Cap. XV. Excelencia dé-
cima cuarta de la castidad, que es' rendir el poder
infernal y ser asombro del demonio. — Cap. XVI.
De la excelencia décima quinta de la castidad, que
es estar vinculado á ella el don de la profecía. —
Cap. XVII. De la décima sexta excelencia de la
castidad, que es ser hermosa y fragantísima. — Ca-
pítulo XVIII. De la décima séptima excelencia de
la castidad, y es hallarse en ella el mayor de los
deleites. — Cap. XIX. De la décima octava excelen-
cia de la castidad, que es dar honra y ser digna de
gobiernos, principados y coronas. — Cap. XX. Ex-
celencia décima nona de la castidad, que es dar
sabiduría á sus profesores. Cap. XXI. De la exce-
lencia vigésima de la castidad, que es dar fortaleza
á ios que la profesan.— Cap. XXII. De la vigésima
prima-excelencia de la castidad, que es dar salud
y aun preservar de corrupción al cuerpo que la
conserva. — Cap. XXIII. Excelenciavigésimasccun-
da de la castidad, que es dar fecundidad á sus pro-
fesores.— Cap. XXIV. Excelencia vigésima tercia
de castidad, que es hacer ricos á sus poseedores, no
sólo de bienes esp¡riluales,sino también de lostem-
porales. — Cap. XXV. Excelencia vigésima cuar-
ta, que es librar al que la posee del yugo y cargas
á que nos dejó sujetos el pecado de Adán.
Parte segunda. — Cap. I. De la difinición y eti-
mología de la virginidad y de lo mucho que se
debe estimar, y premios de gloria que le corres-
ponden.— Cap. II. Donde se presentan algunos de
los símbolos de la virginidad que puso Dios en las
cosas naturales para recuerdo de su estimación.
Cap. III. De lo mucho que Dios ha manifestado
estimar y querer sea venerada la virginidad, ha-
ciendo grandes favores á los que la han respetado,
y no menores castigos á los que atropellaron este
respeto. — Cap. IV. Del recato con que las vírgenes
deben portarse para conservar el tesoro de la vir-
ginidad que Dios ha depositado en ellas. — Capí-
tulo V. De la honestidad y vergüenza. — Capítu-
lo VI. De las heroicas demostraciones con que
muchos, así hombres como mujeres, católicos y
gentiles, manifestaron lo que estimaban su virgi-
nal pureza.
Parte tercera. — Cap. I. De la difinición y deri-
vación de este nombre, continencia, y del de viu-
da, y de lo mucho que Dios estima las buenas. —
Cap. II. Donde se anima al continente á la pelea:
y por consuelo de los que cayeron se trata de cuan
poderosa es la castidad para recuperar lo perdi-
do.— Cap. III. De la confianza que debe tener en
Dios el continente, para conservar esta virtud. —
Cap. IV. Donde se trata de la primera arma defen-
siva de la castidad, que es la oración. — Cap, V. De
la segunda arma con que se defiende la castidad,
que es la presencia de Dios. — Cap. VI. De la ter-
cera arma de la castidad, que es la memoria del
infierno. — Cap. VII. de la cuarta arma de la cas-
tidad, que es la consideración de la dignidad del
hombre, y del vil deleite á que se sujeta por la
torpeza. — Cap. VIII. Quinta arma de la castidad,
que es la lectura provechosa. — Cap. IX. De la ar-
ma sexta de la castidad, que es el ayuno.— Cap. X.
De la arma séptima de la castidad, que es la aspere-
za con que debe tratar su cuerpo el que quiere
sujetarle al espíritu. — Capítulo XI. Octava arma
de la castidad, que es evitar ociosidad con la ho-
nesta ocupación. — Cap. XII. De la arma nona de
la castidad, que es huir las ocasiones.
-ii3-
Cuarta parte. — Cap. I. Donde se declara qué
cosa es la castidad conyugal y matrimonio, y cuan
excelente estado es este. — Cap. II. De lo que se debe
respectar el matrimonio, y no tomar tal estado n¡
usar del con desórdenes y fines imperfectos.— Ca-
pítulo III. Del amor y fe que reciprocamente se
deben tener los casados. — Cap. IV. De algunos
ejemplos de castidad en el estado del matrimonio.
Cap. V, De la gravedad del adulterio y cuan abo-
rrecido es de Dios y lo ha sido en todas las repú-
blicas; con algunos ejemplos de lo que su Divina
Majestad le ha castigado. — Cap. VI. De algunos ca-
sos en que Dios ha manifestado lo que se agrada
de los buenos y castos casados. — Cap. VII. Donde
se recopila la materia de este libro, y él se remata
persuadiendo admitan su remedio, á los que como
deshauciados huyen del; y á los poderosos y ca-
bezas lo procuren con castigos y propio ejemplo.
Capitulo XII (Parte primera).
De la excelencia ▼udécima de la Castidad, que es
ser fauoxeoida, y aun venerada de las fieras más
bxauas 7 oxiatuzas insensibles.
Como es vno mismo el Autor de la gracia y de
la naturaleza, pretendió en las cosas naturales, no
sólo recrear los cuerpos, sino instruir los ánimos,
dando tanta se:Tiejan9a con las espirituales é inui-
sibles á las visibles y materiales que manifiesten la
hermosura de las virtudes y fealdad de los vicios;
y assi en el libro de todas las criaturas quiere este
Señor que leamos las excelencias de la castidad,
poniéndonos las cosas materiales delante como
espejo (que assí las llamó el Apóstol) para que
conociendo por ellas las espirituales, como en las
obras de la naturaleza aquellas son más excelentes
que son más resplandecientes y puras, assi procu-
remos adornar nuestras almas con las obras de
mayor pureza y resplandor; y para que tanto más
enamore esta virtud los ojos del espíritu quanto
con los corporales la vemos más ilustrada y como
esculpida en la pintura de las criaturas, que en
cada vna de ellas ay vn bosquejo u dibujo de la
castidad, y por el camino que pueden nos enseñan
la pureza y la califican; todas las cosas criadas
procuran tener alguna semejanza y olor de ella,
porque no ay ninguna que no se goze de su ente-
reza y no huya de su corrupción; ninguna que no
ame su limpieza y tema su desaseo, apeteciendo
conseruarse en el estado en que Dios la crió y
oborreciendo caer en el peor; tanta es la fuerza de
la castidad, dize San Agustín, que toda la natura-
leza humana procura alabarla, y ninguna cosa es
tan viciosamente torpe que pierda del todo la ho-
nestidad. Aristóteles dixo que el bien es aquél que
es deseado de todas las cosas; y pues todos desean
la castidad, sin duda es ella el bien verdadero.
Tienen tanto más de valor y estima las cosas,
quanto por pegárseles menos tierra están más
limpias y purificadas; por esso el alabastro es más
preciado que las piedras toscas, el cristal más que
el alabastro, y el diamante más que el cristal.
El oro, que es la cosa de más estima entre los
mundanos, si tiene mezcla y no está purificado
pierde mucho de su valor; las flores en los cenaga-
les pierden su fragancia; la fruta de tierra seca es
más sabrosa; el vino de la tierra pedregosa es más
suaue y oloroso que el de la pingüe y viciosa; el
agua que tiene menos peso es la mejor; el aire que
passa por tierras montuosas y ásperas es más puro
que el que passa por las húmedas y labradas, por-
que se le pega menos de tierra. La mayor de las
perfecciones del elemento del fuego es no sufrir en
sí mezcla de cosa inmunda; los cielos se precian
tanto de puros, que por alarde mayor de su lim-
pieza, contra la obscuridad uibran centellas, ful-
minan rayos; y assi quieren graues autores que el
lasciuo defecto se llame pecado contra el cielo,
porque como él es tan puro, detesta y abomina á
los torpes y sensuales. Compárase la castidad al
Sol, Luna y estrellas, aplicándolo á sus tres esta-
dos; el Sol á la virginidad; á la continencia la
Luna, y las est/ellas á la conyugal; más pues aquí
vamos hablando de la castidad en común, lo apli-
caremos á ella que encierra en sí á todos tres. El
Sol por su hermosura, pureza y rayos de luz, y
por ser Rey de los astros; como la castidad hermo-
sa, pura y refulgente lo es de las virtudes, no poco
califica esta. La Luna parece nos está combidan-
do, por algunas de sus propiedades, á mirar en ella
la castidad; llámala San Ambrosio hermosura de
la noche, gouernadora de la mar, imitadora del
Sol; y San Isidoro dize que quando creze mira
á Oriente, y quando descrece á Occidente; la cas-
tidad es la hermosura de la nQChe dcsta vida y
resplandece en la naturaleza humana tan llena de
tinieblas; es gouernadora del mar de nuestras pas-
siones; imitadora del Sol de jusiicia, que es la
fuente de toda pureza; crece esta virtud quando
mira á Christo (verdadero Oriente) y sigue sus
exemplos; más con lo contrario descrece. En las
estrellas refulgentes vemos dibuxada la castidad;
Odón es un astro compuesto de muchas estrellas;
cuando se obscurece da cierta señal de tempestad,
como su resplandor y claridad csperanfa segura
de serenidad, y cofi las aguas que embía á la tierra
causa la producción de las cosas; si la castidad
está obscurecida en qualquiera persona, es la más
cierta señal de tempestad para su alma; más si
resplandece en ella, es conocido indicio de su pros-
peridad y felizes succssos, y también fertiliza to-
dos los bienes espirituales. La estrella llamada
Luzero, despide de sí rayos de gran belleza; sigue
siempre al Sol; quando viene delante de él nos co-
munica el día, y entonces la llaman Luzifer, que
es mensajero de la luz, y quando viene después
del Sol preuiniéndonos para nuestra seguridad de
que llega la noche, se llama Hesperes; desta estre-
lla dize Tholomeo que sobrepuja el Zodiaco por
dos partes y que influye afición á la música; la
castidad anunció la venida de Christo, previnién-
dole las entrañas puríssimas de la Virgen, y es
mensajera desta luz y Sol diuino quando viene á
las almas; otras vezes viene esta virtud anuncián-
donos la noche del pecado, para que nos preuen-
gamos buscando seguridad; leuanta al hombre
sobre el Zodiaco de la facultad humana, de dos
maneras; la vna, en que siendo de naturaleza te-
rrena le haze imitador de los ángeles; la otra que
teniendo natural inclinación á deleytes sensuales
le causa aborrecimiento de ellos, eleuando sus de-
seos á solo los celestiales deleites; y también influ-
ye esta virtud inclinación á la sonora música de la
oración. Las Hyades son estrellas pluuiales (dize
San Isidoro) que nacen en tiempo de verano, y
tienen oficio de embiar lluuias á la tierra, que mi-
tigan los ardores del tiempo, fertilizan las plantas,
hermosean las flores y renueuan la Primavera; la
Castidad mitiga los ardores de la concupiscencia
en la tierra de los cuerpos humanos, fertiliza las
almas de afectos y deseos puros y hermosea las
flores de las otras virtudes que ay en ella, y con la
templanza de su castíssimo rocío renueva la Pri-
mauera en quien tenía perdida la gracia por culpas
de torpeza. Las Pléyades son siete estrellas que
aparecen (según San Isidoro) á la entrada del Ve-
rano, y se ponen y esconden á la del Invierno, con
que quando ellas se descubren conocen los naue-
gantes pueden nauegar sin temor de tormentas:
los que por la Castidad guian la nauegación desta
vida, son los que passan mar tan tempestuoso sin
tormentas y Ueuan seguro viage. Harturus es
constelación formada de siete estrellas hermosíssi-
mas; no se desaparece como las otras, siempre se
descubre, por estar (según San Gregorio y San
Isidoro) junto al Norte, que la haze immobil: la
Castidad está adornada de las virtudes Theologa-
les y Cardinales; nunca se desaparece, que es im-
mobil si se dedica y junta á Christo, norte firmís-
116 —
en la disposición y orden de los Signos y Planetas,
se nos significa el señfjrío de la Castidad; porque
como afirma Tholomeo, el planeta Venus tiene
por casa los dos signos de Libra y Tauro, y reyna
en el signo de Piscis y pierde su reyno en el signo
de Virgen; Venus significa la sensualidad; Libra y
Tauro, los poderosos y regalados; Piscis, los sen-
suales; el signo de Virgen la pureza: y assi esto
nos manifiesta que la sensualidad tiene su casa
en los viciosos, su reyno en los lasciuos; mas éste
pierde todo su poder é imperio en llegando á la
Castidad, que templa su fuego ponfoñoso y tirá-
nico.
Los elementos son ministros de la Castidad, y
assi como defensores suyos, verdugos de los tor-
pes; el agua en el vniuersal diluuio, el fuego en
Sodoma, y en muchas ocasiones, los han castiga-
do: el aire infecto, apestando prouincias de vicio-
sos, como por el adulterio de Dauid en Jerusalem,
donde murieron en vn día setenta mil personas; y
por otras ocasiones tales, la tierra con terremotos
tragándose ciudades enteras, como se vio en Sa-
xonia en tiempo del Emperador Ludouico Segun-
do, que sepultó la tierra vna villa con todos sus
moradores. A los castos defienden y veneran los
elementos; vióse en Santa Rufina y Secunda, que
mandándolas echar el tirano en el río Tiber, tra-
yéndolas él vn rato sobre sus aguas, como re-
creándolas, suauemente las echó á la orilla sin
mojarlas ni aun los vestidos. A Santa Tecla no
hizo daño el fuego en que fué arrojada por los ^
que la martirizauan. Estando en el martirio Santa
Águeda, se leuantó vn aire en su defensa, y terre-
moto tal, que assombrando toda la ciudad mató
á los mayores amigos del tirano, el qual con gran-
de miedo se retiró y dexó á la Santa. A Marciana
virgen defendió vna pared (en Cesárea) que de re-
pente se leuantó y puso en medio de ella y de
los lasciuos que pretendían manchar su pureza.
Y á Seraphia en la ciudad Vendinense libró vn
temblor de tierra, de otros que querían hazerle la
misma fuer9a. Entre los gentiles también quiso
Dios manifestar que (aun siéndolo) era voluntad
suya se viesse respetada la Castidad por las criatu-
ras insensibles; como entre otros muchos casos se
lee de aquellas vírgenes dedicadas á Diana Pérsica,
que andando los pies desnudos sobre brasas en-
cendidas no se quemauan, porque á los que van
rubricados con la insignia de la Castidad todas las
cosas criadas los veneran. Pues las criaturas que
produzen los elementos no menos nos señalan
con sus propiedades las excelencias desta virtud.
i
simo de nuestra vida. Y es muy de notar que aun | ¿Qué retrato más al viuo della que aquella tan sa-
— 117
biela y justamente celebrada propiedad del armiño,
que se dexa matar por no manchar su piel blan-
quissima y pura? Lactancio afirma que ay algu-
nos animales que conciben del viento, y lo confir-
ma San Agustín diziendo que en Capadocia las
yeguas solo del aire conciben. De los pezes afir-
man los naturales que lodos ó los más de ellos
no tienen su propagación por víade ajuntamiento
de macho y hembra, sino que son vírgenes; y sien-
ten algunos autores ser essa la causa porque vsa-
ron tanto de este manjar Christo y sus Apóstoles.
De vna fuente cuenta Casiodoro (llamándola por
su virtud, de agua virgen) que si auiéndose lauado
vn hombre en ella llegaua alguna muger después,
leuantaua llamas de fuego que la abrassauan, y el
agua no se consumía. Prodigio que manifiesta-
mente obraua Dios en honra de la Castidad; como
en las aguas del río Diana en Sicilia, de las quales
dize Solino que introduzen esta virtud y la con-
seruan. San Isidoro trata de otra fuente que tam-
bién con sus aguas quita los ardores de la concu-
piscencia. Los buytres no tienen junta (como dize
San Basilio) y assi las hembras sin ayuda de ellos
conciben y sacan sus hijos. La cigüeña y cigüeño
mayores de cada cría no se juntan con otros,
guardando castidad hasta que sus padres viejos
mueren, por no impedirse con los hijos de mirar
por los padres y servirlos: donde no sólo nos en-
seña Dios por esta aue la Castidad, sino ser ella
instrumento y el más proporcionado medio para
alcanjar otras virtudes. El plomo fauorece á la
Castidad oponiéndose á los incentiuos sensuales,
rte la piedra gagates dize Dioscorides (y lo siente
assi San Isidoro) que acredita la verdadera virgini-
dad y manifiesta la falsa. Otro autor haze men-
ción de vn género de piedra himán, de contraria
propiedad á las que ay en Europa, porque aquélla
no atrae al hierro, sino él á ella; y dize que los
poluos desta piedra echados en la frente de la
muger casada estando dormida, si es casta, la
hazen llegarse á su marido, y si adúltera, vé tan
grandes fantasmas y monstruos espantables que
dando gritos se arroja de la cama, y esto mismo
tocó Bercorio. La esmeralda no solo se quiebra
teniéndola consigo el que haze acto impuro, más
aun en el del matrimonio, según dize Alberto
Magno, para lo qual trae vn exemplo de su tiem-
po, refiriendo que el Rey de Vngria se le hizo tres
pedamos vna esmeralda finissima que tenía en vna
sortija, vsandodel lícito ajuntamiento conjugal.
El árbol que llaman de Paraíso, escriuen Plinio y
otros que con su olor iniroduze la Castidad: Uá-
manle ios latinos agnus castus, que es lo mismo
que dos vezes casto, porque en hojas y flores tiene
duplicada esta virtud, y por ella las matronas ro-
manas vsauan licuar ramillos deste árbol en las
manos á sus festines; y las mugeres athenienses
echauan por sus aposentos las hojas y flores del,
el qual justamente se llama de Paraíso, pues fauo-
rece vna virtud más celestial que terrería. A ella
también inclinan las hojas del sauze, según dize
Dioscorides: y San Isidoro que la ruda haze lo
mismo.
Marcial dize que la Castidad no sólo manda á
los elementos y á los brutos, sino que éstos la
siruen y obedecen. Y Tertuliano, que esta virtud
amansa las fieras: conócese bien ser assi en los
dragones, que no se dexan domesticar sino de las
vírgenes. En Etiopia quando cagan los elefantes
(que son ferocíssimos) se valen de donzellas muy
conocidas por castas, se pongan á cantar en el
campo, á cuya voz llega luego el elefante, y ha-
ziéndoles como vn género de submissión se les
echa y duerme en la falda, donde lo degüellan. El
rinoceronte quando está más brauo y furioso se
amansa á vista de vna donzella. El delfín en
oyendo la voz de alguna que lo sea, da tales sal-
tos y haze señales de tanta alegría que es admi-
ración de los que le ven. Dize Ruperto Abad, que
qualquiera muger casta tiene en sí tal virtud que
si pone el pie desnudo sobre la cabeza de vna ser-
piente ó culebra, al punto sin más mouerse queda
muerta, aunque las culebras quando las matan de
otra manera y partiéndolas por medio duran mu-
cho de acabar. Sin duda se colige de todo lo dicho,
que quanto ay criado venera con más particulari-
dad que á los demás justos, á los castos.
Añadamos, pues, que Daniel fué respetado p^T
su Castidad, de los leones, como dize San Juap
Damasceno, que no reuerenciaron las fieras á él,
sino á la puridad de su cuerpo; ella embotó sus
agudos dientes para que no comiessen carne viua
los que se mantenían con carnes muertas y cuer-
pos corrompidos de torpeza; porque el de Daniel
(concluye el Santo) estaua embalsamado con el
bálsamo precioso de la virginidad. Lo mismo po-
demos dezir de muchas santas vírgenes á quien
defendieron los más ferozes animales; como Santa
Columba, que auiéndola puesto en el lugar de
ruines mugeres, vn oso la assisiió sin dexar llegar
á ninguno de los que pretendían manchar su pu-
reza. Y á Santa Daría defendió vn león en otro
caso tal. Santa Prisca virgen, siendo echada á vn
león, sin hazerle daño se puso (venerándola) á
sus pies. A Santa Christina echaron los tiranos en
yna cárcel llena de sauandijas poncoñojas y todas
lia —
ellas se pusieron, las caberas baxas, delante de la
Sama Virgen, reconociéndole sugeción. Y aun al
mesmo demonio, bestia la más fiera, haze Dios ser-
uir á los castos contra toda su voluntad, como en
el martirio de Santa Inés, que al hijo del Pretor,
queriendo ofender la pureza desta virgen, le ahogó
vn demonio. Y pues los animales y criaturas insen-
sibles tan conocidamente respetan esta virtud, pro-
curen los racionales no quedarles inferiores, sino
que venerándola, professándola y persuadiéndola
cumplan con lo que á ella es tan deuido y á ellos
tan conueniente; que no hazerlo assi es sentir lo
contrario de lo que dezia acertadamente el otro,
que escogía antes tener alma racional en cuerpo
de bestia, que alma de bestia en cuerpo de hom-
bre, pues quiere bestializar su alma y su cuerpo,
mereciendo con este desagradecimiento á Dios el
hombre que los elementos y todas las criaturas le
confundan y afrenten con mostrar más estimación
que él de esta virtud. ¿Y no sería mayor mons-
truosidad oír hombres tales esta Filosofía de los
brutos, que lo que se escriue de aquel asnillo de
Ammonio Alexandrino, el qual se iba á las escue-
las por sí mismo cada día á las horas de lición y la
estaua escuchando muy atento?
289. — Nobleza virtuosa. Dada á la estam-
pa por el M. R. P. M, F. Pedro Henrique
Pastor, Prouincial de la Orden de S. Agustín
de la Provincia de Aragón. Al 111." Señor
Don Alonso Jirón, Marques de Peñafiel,
Hijo primogénito y dign.»"» successor del
Ex.'"» Duque de Ossuna. — Impresso en Za-
rag09a, por luán de Lanaja y Quartanet
Impressor. Año 1637.
Un vol. 8." menor de 373 págs., más nue-
ve hojas de prels.
Port. grab. con dos figuras laterales que repre-
sentan la Sabiduría y la Fortaleza; en la parte
superior el escudo de D. Alonso Girón sostenido
por dos niños desnudos. — V." en bl. — Licencia del
Ordinario D. Pedro Apaolaza. Zaragoza 11 de
Julio de MDCXXXVII.— Aprobación del Dotor
Don Matheo Virto de Vera, Arcipreste de Zara-
goza en la Santa Iglesia Metropolitana. Zaragoza,
7 de Julio de 1637. — Aprobación del Doctor Don
Miguel Marta, del Consejo de Su Magestad en el
Civil del Reyno de Aragón. Zaragoza 6 de Julio
de 1637. — Real licencia para la impresión. Zara-
goza 8 de Julio de 1637. — Al Illustríssimo Señor
Don Alonso Girón, Marqués de Peñafiel, hijo pri-
mogénito y digníssimo successor del Excclentís-
simo Duque de Osuna, porFr. Pedro Enrique
Pastor.— Págs. lá 373, texto.
Queriendo D.' Luisa y Fr. Pedro Enrique
Pastor que no se supiese quién había escrito
el libro, llenaron de ficciones los prelimina-
res, cuales son éstas que hay en la Dedica-
toria á D. Alonso Girón:
Entre los papeles de un cauallero á quien en
vida reconocí obligaciones, y en muerte he de-
seado mostrarme agradecido, hallé estos quader-
nos, con tanto aliño, que descubrían especial es-
timación de su depósito.
Y en otro lugar se dice que estos consejos
los cídexó á su hijo é hija mayores, una gran
señora destos reynos de España, que por
justos respectos se ocultó su nombre».
Ya hemos visto que el Conde sobrevivió
á D.* Luisa, y que ésta, según parece, no
tuvo descendencia,
290. — Noble perfecto y segunda parte de lá
Nobleza virtuosa. Al Illustríssimo Sr. Don
Gaspar Girón, primogénito, y digníssimo
successor del Ex.™» Duque de Ossuna. Dado
á la estampa por el Maestro Fr. Pedro Hen-
rique Pastor de la Orden de S. Agustín. —
En ^arago^a, por luán de Lanaja y Quar-
tanet Impressor. Año 1639.
Un vol. 8.** menor de 431 págs., más nue-
ve hojas de prels.
Port. grab. á la izquierda la vida simbolizada
por una madre con tres niños; á la derecha la
muerte; debajo de cada una estas palabras: per-
fectio; Jinis. En la parte superior el escudo de
D. Gaspar Girón. — V.** en bl. — Licencia del Ordi-
nario D. Pedro Apaolaza. Zaragoza 10 de Marzo
de 1639. — Aprobación del Padre Maestro Fray
Agustín Salvador, Calificador del Santo Oficio.
Zaragoza 6 de Marzo de 1639. — Aprobación del
Doctor Don lacinto Valonga, del Consejo de su
Magestad en las causas ciuiles del Reyno de Ara-
gón. Zaragoza, 9 de Marzo de 1639. — Real licencia
para la impresión. Zaragoza lode Marzo de lóSg. —
Aprobación del P, M. Fr. Gerónimo Marta, Cate-
— I
drático de Scriptura de la Vniversidad. — Licencia
del Padre Provincial Fr. Jerónimo Mascaros. Va-
lencia 22 de Diciembre de 1 638.— Al lUustríssimo
Señor Don Gaspar Girón, Marqués de Peñafiel»
hijo Primogénito y digníssimo successor del Ex-
celenlíssimo Duque de Osuna, por Fr. Pedro En-
rique Pastor. — Noble perfeto, y parte segunda de
la Nobleza Virtuosa, que contiene tres partes. En
la primera un diálogo de diuersas materias tocan-
tes á nuestra Santa Fe Católica, entre Maestro y
Dicípulo. En la segunda un exercicio para orde-
nar la vida. Y en la tercera otro para la muerte.
Pónense por exordio dos exortaciones á los Maes-
tros y Dicípulos. — Erratas. — Pág. i á 43 1,_ texto.
Tabla.
291. — Lágrimas de la Nobleza, por Doña
Luisa de Padilla. — ^aragoga. Por Pedro La-
naja. MDCXXXIX.
Colofón. — En ^arago^a, por Pedro Lanaja y
Lamarca, Impressor del Reyno de Aragón, y de
la Vniversidad, año 1Ó39 (i).
Un vol en 8." menor de 601 págs.
Prólogo de la Autora.
Congregación y cosas de donde se han de deri-
var las fuentes de lágrimas que se siguen. Y lló-
rase en primer lugar faltos de toda virtud á los
nS'obles con quien aquí se habla.
Fuente primera. — Llora el no respetar los tem-
plos, sacerdotes y cosas sagradas.
Fuente segunda. — Llora la mala costumbre de
algunos Nobles en jurar.
Fuente tercera. — Llora su continua ociosidad
y el no levantar los pensamientos á cosas grandes.
Fuente c«aría.— Llora lo que faltan al cumpli-
miento de las obligaciones debidas á sus padres, y
que esto proceda de criar ellos mal los hijos.
Fuente quinta. — Llora sus arrojamientos tirá-
nicos y el amparar, para conseguirlos, hombres
facinorosos y perdidos.
Fuente s^xía.— Llora la perdición de muchos
Nobles por su incontinencia y el escándalo uni-
versal en que viven.
Fuente séptima.— Que llora el jugar excesivas
cantidades, y que por gastar las rentas en éste y
otros malos usos fallan á sus mayores obligacio-
nes los Nobles.
(i) Al ejemplar que he visto en la Biblioteca Nacional,
faltan la portada y los preliminares.
19 —
Fuente octai>a.— Llora, el no guardar algunos fe
y palabra con la entereza de verdad y autoridad
en el trato á que su calidad los obliga.
Fuente nona. — Llora la poca estimación que
hacen de sus mujeres propias y del vínculo del
santo matrimonio que tanto les obliga á amarlas.
Fuente décima. — Llora que su ambición sober-
bia los tiene en estado que no reconociendo los
bienes de Dios, parece se oponen á su soberanía y
envidian toda grandeza ajena.
Fuente undécima. — Llora el mal tratamiento
que hacen algunos á sus vasallos, no guardándo-
les justicia y usurpándoles sus haciendas para
gastarlas en vicios.
Fuente duodécima. — En que los llora ingratos
á sus antiguos y fieles criados, no aceptando ni
premiando sino los aduladores, que es la causa
de no tener aquellos de lustre, como sus antece-
sores.
Remate que concluye con tres razones todo el
libro, las cuales se encomiendan mucho á la me-
moria del letor.
292. — Idea de Nobles y svs desempeños,
en aforismos: Parte quarta de nobleza vir-
tvosa. Compvesto por la Excelentíssima
Señora Condesa de Aranda, Doña Luisa
María de Padilla Manrique y Acuña. Con
licencia y privilegio. — En Zaragoza, en el
Hospital Real y General de nuestra Señora
de Gracia, Año de MDCXLIIIL
Un vol. en 8.** de 792 págs., más 12 hojas
de prels. y cuatro de Tabla.
Port.— V." en bl.— Aprobación del P. M. Fray
Gerónimo Marta, Calificador de la Suprema Inqui-
sición, y Cathedráiico de Escritura en la Vniversi-
dad de Zarag09a. Zaragoza, 10 de Abril de 1644. —
Licencia del Ordinario Don Pedro Apaolaza. Za-
ragoza, 10 de Abril de 1644. — Aprobación del
Doctor Don Miguel María, del Consejo de Su Ma-
gestad en el Ciuil de Aragón. Zaragoga, aS de
Abril de 1644. — Licencia para la impresión. Za-
ragoza 10 de Mayo de 1644. — Prólogo.— Erra-
tas.— Pág. I á 792 texto. — Tabla.
Contiene este libro cuatro parles: la primera
consta de VII capítulos, la segunda de XI, la ter-
cera de XII y la cuarta de VIII. — Precede á la pri-
mera una «Recopilación sucinta de la cxemplar
vida, virtudes hcroycas, y feliz tránsito de Don
Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana,
digna idea de todo Príncipe, y Noble».
— 120 —
Parte primera. — En que se trata de las virtu-
des religiosas del Noble.
Cap. I. Donde se declara qué cosa es Idea, y que
han de dar principio los Nobles á copiar la que
aquí se les propone, fundando en virtud propia la
Nobleza, y no en la heredada. — Cap. II. Del apre-
cio é inclinación en toda virtud, y oposición á los
vicios que el Noble ha de manifestar desde sus
primeros años.— Cap. III. De lo mucho que con-
viene al Noble ejercitarse desde sus primeros años
en letras y armas para impedir la posesión que en
tal edad suelen adquirir los vicios en los ociosos. —
Cap. IV. De la fe y religión que debe observar el
Noble. — Cap. V. De la esperanza y temor que en
sólo Dios ha de tener.— Cap. VI. De lo mucho que
debe amar á Dios el Noble.— Cap. VII. Cuánto le
importa al Noble domar los bríos de la naturaleza
con la mortificación y penitencia que se compa-
dece con su estado, y ejercitar las demás obras
satisfactorias y de virtudes religiosas que ejercitó
el Marqués.
Parte segunda. — De las virtudes morales.
Cap. I. De la castidad que debe el Noble guar-
dar.—Cap. II. De que ha de huir el Noble los dos
extremos viciosos de la liberalidad, no siendo ava-
ro ni pródigo. — Cap. III. De la liberalidad que ha
de usar. — Cap. IV. Que ha de ser parco el Noble
en comer y no liviano en vestir. — Cap. V. De los
amigos y compañías que debe elegir. — Cap. VI. De
la cortesía que debe usar, con que á todos ha de
honrar, particularmente á los virtuosos y emi-
nentes en ciencias. — Cap. VII. De la verdad que
ha de observar, huyendo mucho de jurar. — Capí-
tulo VIII. De cuáles han de ser las palabras del
Noble y su modesto trato, en que jamás se ha de
hallar murmuración. — Cap. IX. De la humildad,
que no es incompatible á las grandezas. — Capítu-
lo X. Del valor y paciencia con que se ha de por-
tar el Noble en las ocasiones de trabajos, que ésta
es verdadera fortaleza.— Cap. XI. De cómo han de
ocupar el tiempo los Nobles, huyendo la ociosidad.
Parte tercera. — De las virtudes políticas.
Cap. I. De cómo ha de gobernar su casa el No-
ble, adestrándose en ésta económica para la po-
lítica y gobierno de la República. — Cap. II. De la
rectitud y justicia que ha de guardar el Señor en
el gobierno de los vasallos. — Cap. III. Que aun-
que en los castigos se ha de inclinar á la miseri-
cordia, no ha de ser quedando sin ellos los peca-
dos escandalosos. — Cap. IV. Del celo grande de la
religión y honra de Dios que se debe manifestar
en el gobierno, no admitiendo la política y falsa
razón de Estado.— Cap, V, De la templanza en el |
poder. — Cap. VI. Del amor de padre con que ha
de gobernar el señor á sus vasallos. — Cap. VII. De
la prudencia para el gobierno político. — Capítu-
lo VIII. De lo mucho que le importa al Grande
ser amigo de consejo y saber elegir y favorecer
los buenos consejeros y ministros.— Cap. IX. Que
se ha de portar el Noble en la Corte comunicando
á los otros sus virtudes, y no inficionándose con
los vicios cortesanos, haciéndose sol della como
el Marqués.— Cap. X. De cómo ha de usar el No-
ble del valimiento y gracia de su Rey. — Cap. Xí.
De la fidelidad con que debe portarse en aconsejar
á su Rey, siendo ministro.— Cap. XII. De cómo
se ha de haber el Noble en el gobierno que su
Rey le encomienda.
Parte cuarta. -De las virtudes militares.
Cap. I. De cómo se ha de armar el Noble con
el temor de Dios y virtudes, justificando las em-
presas para conseguir victonas, si las alcanzare
de sí pnmero.- Cap. II. De la fortaleza verdadera
que ha de tener el Noble capitán, cuyo valor y
osadía no ha de ser con temerídad.— Cap. III. De
la prudencia militar que ha de tener el capitán y
cómo ésta jamás le ha de hacer cobarde.— Capí-
tulo IV. De cómo ha de usar de la victona para
no ser vencido della.— Cap. V. Cómo se ha de ha-
ber el buen capitán siendo vencido.— Cap. VI. Del
agrado y liberalidad que ha de usar con los sol-
dados, procurando sean bien pagados, y sabiendo
escoger los buenos para excusar motines y con-
seguir victonas.— Cap. VII. De cuan gran cordura
es prevenirse toda la vida para la muerte y reti-
rarse á esperarla antes que ella acometa y dé asal-
to, y cómo lo deben hacer los nobles á imitación
del Marqués.— Cap. VIII. De cuan segura tiene la
virtud perpetuidad en sus glorías, alabanza y pos-
teridad, y cuan cierto es ser de todos llorado y
honrado en muerte el que á todos supo consolar
y honrar en vida.
293' — Cartilla para instruyr niños no-
bles.
Quedó sin publicar este libro, acerca del
cual se lee en la dedicatoria á D. Alonso
Girón, de la Noblei(a virtuosa.
Si á V. s. este le diere gusto, para su pnmer in-
fante podré seruirle con una Cartilla para ins-
truyr niños nobles, que hallé al lado-destos pa-
peles.
— 121
PAEZ DE COLINDRES
(D.* Francisca).
294. — Sátira en obillejo en tiempo de Phe-
lipe IV y el Conde Duque, siendo Presiden-
te de Castilla, Castejón, en ocasión de que-
rer quitar el uso de los guardaynfantes, año
de i65i.
A el casi Presidente
que en su boca hermitaño trae un diente;
á el buen hijo del siglo
que siempre tubo cara de un bestiglo,
ministro vigilante
que destierra otra vez el guardaynfante,
salud, si puede dársela un doliente,
dama que mucho siente
berse tan descurrida
que parece visión de la otra vida,
si bien muger honrrada
que andubo de jubón abigarrada
sin publicar ni descubrir el pecho
que á todo vicio sirbe de coecho;
por cierto, amigo mío,
que a sido este orden nuebo desbarío,
que las bien puestas faldas
no son escandalosas como espaldas
luzientes, blancas, tersas y bruñidas,
tiranas de las bolsas y las bidas;
ni pechos despechados,
salssa que pone el diablo á los pecados,
á quien con gran donaire un caballero
llamaba el pecadero.
En Galizia los traxes
yncultos, toscos, pobres y salvajes,
muy bien los visteis quando
fuysteys en Lugo obispo venerando,
antídoto no son de la luxuria,
pues en aquel pays tiene más furia;
de que se sigue que en aquesta tierra
no es causa el guardaynfante desta guerra.
Mala gente son hombres y mugeres,
propia pensión á ylícitos plazeres;
aquí las burl is dexo
y me transformo en uno del Consexo;
á lo que atiende un grabe Presidente,
si es sabio y es prudente,
es á tener contento
con sobra el pueblo de mantenimiento,
y á prezios moderados
porque biban los pobres descansados...
Ms. del siglo xvii; tres hojas en 4.*
Biblioteca Nacional. — Mss. de Gayangos; núm. 271; fo-
lios if)5 á 257.
PAEZ DE PANTOJA (D.-^ JMaría).
295. — Soneto á Felipe III:
¡Oh! insuficiencia humana, que si aspira
á ostentar vuestro espíritu valiente,
la lengua, cuando más finez_.s siente,
más turbada, ¡oh! Filipo, se retira...
296. — Glosa al mismo asunto:
Honrando el nombre español
(al fin águila Real)...
Luis Diez de Aux. Compendio de las fies-
tas que ha celebrado la Imperial ciudad de
Qaragog.a... en honor de Fray Luys Alia-
ga.— Zaragoza: Por Juan de Lanaja. Año
de 1619.
Págs. 1 58 y 189.-
En la misma obra (folio 288), se leen es-
tos versos acerca de D.' María Páez:
De Madrid llegó un papel
tan lleno de perfecciones
como se averigua en él,
de quien por muchas razones
merece palma y laurel.
Firmóle Doña María
de Páez y de Pantoja,
y en el soneto que envía
descubre que el labio moja
donde Apolo ninfas cría.
PALACIOS Y ARRAZOLA
(D.* Ana María).
297. — Novena á los gloriosos mártires San
Bonoso y San Maximiliano, Patronos de
esta villa de Arjona. La da á luz en obse-
quio de los Santos, y para bien de las Almas,
Ana María Palacios y Arrazola. — En Jaéri:
En la Imprenta de D. Pedro Josef de Doblas.
Año de 1795.
Al principio una dedicatoria á los Santos
por D.* Ana María Palacios.
122
PALAFOX (Sor Josefa Manuela de).
Nació en Zaragoza el año 1649. Fué hija
de D. Juan de Palafox, Marqués de Ariza, y
de D.* María Felipa de Cardona y Ligni.
Profesó en el convento de Capuchinas de
aquella ciudad, donde fué Maestra de novi-
cias, Vicaria y Abadesa por dos trienios.
Fundó el convento de Santa Rosalía, en
Sevilla, á costa de su tío el arzobispo Don
Jaime de Palafox, y murió allí á 5 de Abril
de 1724.
298. — Testamento de la Venerable Madre
Sor Josepha de Palafox y Cardona, Abadesa
y primera fundadora del convento de Capu-
chinas de esta ciudad de Sevilla. Año 1702.
(Al fin:) Impresso en Sevilla, con las apro-
baciones y licencias necesarias, año de 1 724.
27 págs. en 4."
PALAFOX Y PORTOCARRERO
(D.* María Tomasa).
Estuvo casada con D. Francisco de Borja,
Marqués de Villafranca.
299. — Memoria instructiva de los nego-
cios de la Real Junta de Señoras de Honor
y Mérito, presentada por su Presidenta la
Exc.ma Sra. Marquesa de Villafranca, Du-
quesa de Medinasidonia. — Madrid: Impren-
ta de Sancha. 1819.
Portada y 16 págs. en 8."
300. — Memoria expositiva de la situación
de la Inclusa y Colegio de las Niñas de la
Paz, en fin de Diciembre de mil ochocien-
tos veinte, presentada á la Real Junta de
Señoras por su Presidenta la Excelentísima
Señora Marquesa viuda de Villafranca.—
Madrid: Imprenta del Censor, Carrera de
San Francisco. 1821.
16 págs. en 8." y un cuadro sinóptico.
PANIAGUA MANUEL DE VILLENA
(D.* Mayor).
Condesa de Ví-a-Manuel.
301. — Hay versos suyos en la Descriptión
de la proclama que se executó en la muy no-
ble y leal ciudad de Badajo^, y de las fiestas
con que esta celebró la elevación al trono de
su muy poderoso y amado Rey y Señor Don
Fernando VI. Por D. Leandro Gallardo de
Bonilla.— Madrid. Año MDCCXLVII.
PARDO DE MONZÓN (D.*^ Manuela).
302. — Romance á la Virgen:
A las generosas fiestas
que hace el Sandoval monarca...
Descripción de la Capilla del Sagrario
de Toledo y relación de la antigüedad de
la imagen de Nuestra Señora, por Pedro
de Herrera. — Madrid, por Luis Sánchez.
MDCXVII.
Folios 84 y 85.
303. — Canción á San Ignacio de Loyola:
La fuente de la luz que en copia bella
se comunica á cuerpos inferiores,
del trópico de Cancro ya impedida
lleva al Austro sus raudos esplendores
Relación de las fiestas que ha hecho el co-
legio Imperial de la Compañía de Jesús de
Madrid en la canonización de San Ignacio
de Loyola. Por D. Fernando de Monforte y
Herrera. — Madrid, por Luis Sánchez, 1622.
Folio 24.
PARRA Y CARVAJAL
(D.^ Ángela Teodora).
Descendía de D. Mateo Parra, hidalgo
de la tierra de Valladolid, y pariente del
Conde de Bureta, quien se estableció en Au-
ñón (Guadalajara) á mediados del siglo xvi.
Hijo de éste fué D. Juan Parra y Francia,
capitán en el reinado de Felipe III, y nieto
— I
D. Manuel Parra y Carvajal, padre de Doña
Ángela Teodora Parra, nacida en Auñón
de D." Juana de Espinosa y Barrera, en No-
viembre del año 1674, pues la bautizaron el
23 de dicho mes. Siendo de 12 años oyó
predicar en el convento de franciscanos de
Auñón á Fr. Juan de Almodóvar, y tanto
le impresionaron las palabras de éste, que
comenzó á ejercitarse en ásperas peniten-
cias. No profesó en orden monástica algu-
na; pasó gran parte de su vida encerrada en
una cueva que hizo en el huerto de su casa,
y á causa de ser muy húmeda se mudó á
otra labrada en un peñasco. Residió varias
temporadas en Alcalá y Madrid; en esta
villa murió á 5 de Enero de 1745 y fué se-
pultado su cuerpo en el convento de Míni-
mos de la Victoria, don4e se le hicieron
honras fúnebres.
304. — Por mandato del P. Guerrero escri-
bió su vida interior; dice éste que llenó D.'
Ángela más de 400 pliegos con tal relación,
y que se guardaba en el citado monasterio.
Cnf. Sermón á las honras de la Parra
mystica Sierva de Dios Doña Angela Theo-
dora Parra y Car ba jal, Tercera Professa
del Sagrado Orden de los Mínimos de N.
P. S. Francisco de Paula, natural de la vi-
lla de Auñón, en este Arzobispado de Tole-
do. Las predicó el día ocho de Mayo de este
año en el convento de la Victoria de Madrid,
su Confesor el R. P. Fr. Joseph Martín
Guerrero. — En Madrid: En la Imprenta de
Joseph Martínez Abad. Año de 1746.
48 págs. en 4." más 16 hojas de prelimi-
nares.
Práctica mystica, y moral. Vida de la
parra mystica Doña Angela Theodora Pa-
rra y Carvajal, natural de la villa de Auñón
de este Ari^obispado de Toledo, Tercera
Professa de la Mínima Viña Orden Tercera
23 —
de San Francisco de Paula. Su autor el
R. P. Fr. Joseph Martín Guerrero, Lector
Jubilado, Regente que fué de los estudios en
el colegio de la Señora Santa Ana de Alca-
lá, y en él seis años Corrector. — Año 1749.
En Madrid, por Carlos Rey.
305.— En 4.', 338 págs.
Cartas espirituales de D." Ángela Parra
Caravajal, escritas allllmo. Obispo de As-
torga.
Las cuatro primeras sin fecha; la quinta,
en Madrid, á 23 de Mayo de 1 721; la sexta,
en Madrid, Agosto de 1717; la séptima,
en la misma ciudad, como las restantes,
á 2 de Febrero de 1740; la octava, á 7 de Di-
ciembre de 1723; la novena, á 18 de Abril de
1724; la décima, á i5 de Diciembre de 1723.
Copia del siglo xviii. — Seis hojas en folio.
Biblioteca Nacional. — Mss. T. 46.
PAZ (D.* Antonia de la).
306. — Octava en elogio de Agustín de
Rojas.
Ninfas, que en vuestro coro retumbando...
El viage entretenido de Agustín de Rojas,
natural de la villa de Madrid. Con una ex-
posición de los nombres Históricos y Poéti-
cos, que no van declarados. A Don Martín
Valero de Franque^ia, Cauallero del hábito
de Santiago. — En Madrid, En la Emprenta
Real. M.DC.IIII.
PAZ (D.* Catalina de).
Natural de Badajoz, ó, lo que es más pro-
bable, de Alcalá de Henares. Murió en Gua-
dalajara á los 27 años. Floreció á mediados
del siglo XVI.
Acerca de Doña Catalina escribe García
Matamoros;
Unius mulieris latini versus publicis certamlni-
bus prlmam Hispali et Compluti lauream judi-
— Í24
cum sententia meruerunt. Quam velim significare
nemo non Complutensis intelligil. iNam haec fuil
illa Catherina Pacensis quae nondum expleto eta-
tis anno vicésimo séptimo in ipso vitae flore Cara-
cae, quae nunc Guadalaxara, acerba et immatura
morte e vivis próxima aestate erepta insanabilem
attulit Musís dolorem. Proferat Lucanus suam
Polam Argentariam; numquam tibi, Catherina
Pacensis, tam erit Complutum ingrata ut non
cum illis te comparare audeat.
^Quos Poesis fontes súbito fortuna prostravit?
¿Quae litterae politiores cum illa mortuae et sepul-
tae fuerunt?
(De Academiis litteratisque viris Hispanice. Edición de
Madrid, año 1769, pag. 77.)
307. — Dos poesías latinas en elogio de don
Juan Hurtado de Mendoza.
No es cierto que tradujese al latín el li-
bro de éste, como dice Nicolás Antonio,
quien duda si Pacensis se refiere al apellido
Paz ó indica procedencia de Badajoz (Pax
Augusta).
Cnf. Buen plai(er trabado en trece discan-
tes de quarta rima castellana según imita-
ción de trotas Francesas, compuesto por don
duan Hurtado de Mendoza. — Alcalá, en casa
de loan de Brocar, MDL.
PAZ (D.* Elena de).
Religiosa de Santa Clara, en Salamanca.
308. — Soneto á D. Francisco de Borja y
Aragón:
Rizo el pelo, la vista procelosa...
Aplavso gratulatorio de la insigne escue-
la de Salamanca, al Ilustrissimo Señor Don
Francisco de Borja, y Aragón, por la res-
tauración de los votos de los estudiantes. —
En Barcelona, por Sebastián de Corme-
llas, s. a.
Cubié, (Las mujeres vindicadas) dice que
escribió muchas obras en latín y castellano
que llenarían un abultado volumen.
PAZ (María de la).
309. — Testimonio que dio en lo referente
á las visiones de Francisca de Ávila, proce-
sada por el Santo Oficio en los años ¡574
á 1578.
Autógrafo; tres hojas en folio.
Archivo histórico. — Inquisición de Toledo. Legajo 113,
núm. 5.
PAZ (D.* Mariana de la).
310. — Soneto:
En cuantas esta verde selva ostenta
pobres coronas de menuda grama...
Aplauso gratulatorio de la insigne escue-
la de Salamanca, al Excelentissimo Señor
Don Gaspar de Guarnan, Conde de Olivares,
Duque de San Lucar la Mayor. Por la res-
tauración de los votos de los Estudiantes.
Recogido por Manuel de Ai^evedo. — En Bar-
celona, por Sebastián de Cornvellas. S. a.
PAZ Y DE PASTRANA
(D.* Bernarda de).
311. — Soneto:
España y Persia hoy quieren á porfía...
Relaciones de Don Ivdn de Persia. Diri-
gidas á la Magestad Cathólica de Don Phi-
lippe III. Rey de las Españas, y señor nues-
tro.— Año 1604. En Valladolid por luán de
Bostillo.
PEDRO Y VIDAL (Sor Delfina de).
Natural de Villarluengo, en Aragón. Fué
religiosa de San Francisco y contribuyó á
la fundación del convento de Cuevas de
Cañarte. Murió en el año 1714.
312. — Exercicios espirituales.
313. — Exercicios de Adviento.
314. — Exercicios para el ayuno de Cristo,
Latassa. Biblioteca nueva.
— 125 —
PEÑA GUIÓN (La Condesa de).
31 5. — Carta que la Condesa de Peña
Guión escribió al Camarero mayor, su ma-
rido, sintiendo que D. Luis de Haro fuese
al ejército.
Lisboa 2 de Octubre de i658.
Ms. del siglo xviii; dos hojas en fol.
Bibl. Nac— Mss. H. 28, fols. 201 y 202.
PEÑAILLO (Sor Dolores).
Religiosa chilena en el convento de la
Rosa de aquel país. Vivió, según parece, á
mediados del siglo xviii.
316. — Escribió muchas cartas espirituales
al P. Manuel José Alvarez, de la Compañía
de Jesús, con las cuales dice Medina que se
podía hacer un buen tomo.
Cnf. Historia de la literatura colonial de
Chile, por José Toribio Medina. — Santiago
de Chile. Imp. de la librería del Mercu-
rio. 1878.
Tomo II, pág. 296.
PEÑALBA (D.* Sebastiana).
317. — Carta á honor de los pajes.
Diario de Madrid, año 1789, tomo XI,
págs. 273 y 274.
PEÑARANDA (La Condesa de).
318. — Existen unos versos suyos en un
ms. del Museo Británico.
Letra del siglo xviii; folio.
Add. 28.489.
PERALTA (D.* Inés de).
319. — Décimas:
¿Qué ingenio alabar pretende...
Prosas, y versos del Pastor de Clenarda.
Por Migvel Bote I lo, natural de la ciudad
de Viseo. — En Madrid, por la Viuda de Fer-
nando Correa Montenegro. Año MDCXXII.
PERALTA (D.* María de).
Nacida en Corella. Vivió en la primera
mitad del siglo xvii.
320. — Glosa:
No siendo madre de Dios...
Paulo Quinto le mandó
á toda la Rola, viera
la información que se dio,
de Teresa, y respondió
la Rota de esta manera...
Retrato de las fiestas que á la Beatificación
de la Bienaventurada Virgen y Madre San-
ta Teresa de Jesús, hi\o la Imperial ciudad
de Zaragoga. Por Luis Díe\ de Aux. — Za-
ragoza, por luán de la Naja y Quarta-
net. i6i5.
Pág. 100
En la pág. 120 se lee:
Doña María de Peralta,
clara y sutilanie estrella
que con sus rayos esmalta
la hermosura de Corella,
como reside tan alta,
desde allí quiso mirar
á Paulo beatificar
á nuestra madre Teresa,
y de aquello cuenta expresa
pretendió en su Glosa dar;
pero su escribiente ha errado
en la palabra que dice
que Su Santidad ha dado.
PERAPERTUSA Y VILADEMANY
(D." María de).
321. — Glosa en décimas:
La que de gracia abundó...
lusta poética consagrada á las Jestivas
glorias de María en su Immaculada Con-
cepción. Mantenida en la Parroquial Iglesia
de Santa María del Mar de la ciudad de
Barcelona. Relación de las svmiuosas fiestas
que esta ilustre Parroquia hi^o en honrosas
metnorias de tan Soberano Mysterio. Por
■ — 120 —
Don Francisco Modolell y Costa.— En Bar-
celona, por Narcis Casas, año i656.
Págs. 71 y 72.
PEREGRINA (La Señora).
322.— Al insigne fray Lope Félix de Vega
Carpió, más dichoso en muerte que en vida.
Epigrama:
Ya el Fénix español canoro espira...
Fama posthuma á la vida y muerte del
Doctor f rey Lope Félix de Vega Carpió.
Folio 1 5o.
- PEREIRA CAMBIAXI
(D.* María Margarita.)
Portuguesa y vecina de Lisboa, donde re-
sidió á principios del siglo xix.
223.— Poesías de D. María Margarida Pe-
rcira Cambiaxi, offerccidas ao'Ill.™^ Sr. des-
embargador Joao Rodrigues de Brito. — Lis-
boa, imp. Regia, 1816.
Un vol en 8.° de vii-40 págs.
PÉREZ (D.'^ Gregoria).
• Hija del célebre secretario de Pelipe II.
Alábala su padre como elegante escritora
en el génjcro epistolar, y dícese que le ayu-
daba en sus trabajos de bufete.
Gonzalo Pérez tenía de ella tan elevado
concepto, que la escribía en una carta:
Hija, no penséis que habláis con Cicerón, ó con
alguno de aquellos griegos elocuentes. Humildad
el estilo; que mi pluma vuela bajo y no sabe sino
deste lenguaje natural, rústico. Ni se espante na-
die que un padre de ingenio rústico haya engen-
drado tal ingenio; que los pastores Papas suelen
engendrar, y del acebuche salir un enjerto dulce
olivo (i).
Falleció muy joven, y su padre, que la
consideraba mártir de las {Persecuciones que
(i) Carta GLXII. A Gregoria van dirigidas las cartas
CXXXVII, CXL, CXLI, CLin, CLVllI, GLXII, CLXIII,
CLXVIIIyCLXX.
sufría su familia, lloró tan dolorosa pérdida
en una carta á Mr. Zamet, donde escribe
que había sido aquélla madre de sus herma-
nos y varón para su madre.
No consta que escribiese obra alguna.
PÉREZ DE BORDALBA (D.'' Lorenza).
324. — Romance á la Virgen:
Dista una milla no más...
Certamen poético de nuestra Señora de
Cogullada... Publícalo el Licenciado luán
de Iribarren i Pla^a.— En Zaragoza, en el
Hospital Real y General de nuestra Señora
de Gracia. Año MDCXLIV.
Pág. 174.
PÉREZ DE LA FUENTE
(D.* Catalina).
325. — Romance á San Pascual Bailón:
Agua faltó en la cabana
á Pascual y á otros pastores...
Demonst raciones festivas con que la noble,
antigua y siempre leal villa de Almansa
celebró la canonización de S. Pascual Bay-
lón Escrivela Pedro Luis Cortés. — Madrid.
Imprenta Real. 1693.
Pág. 136.
PÉREZ NAVARRO
(Sor Clara Gertrudis).
Nació en la segunda mitad del siglo xvii,
en Zaragoza y allí fué religiosa capuchina.
Acompañó á Sor Josefa Manuela de Palafox
cuando fundó en Sevilla un convento de su
Orden, del cual fué Maestra de novicias y
luego vicaria. Vivía aún en el año 1730.
326.— Copia de la carta en que la R. Ma-
dre Sor Clara Gertrudis Pérez, Abadesa del
Convento de Santa Rosalía, Capuchinas de
Sevilla, da qventa á los demás conventos del
— 127 —
feliz tránsito, y heroycas virtudes de la ve-
nerable Madce Sor Josepha Manuela de Pa-
lafox y Cardona, primera Abadesa, y Fun-
dadora de dicho su convento, el día cinco
de Abril de mil setecientos y veinte y qua-
tro. — Impressa en Sevilla: con las aproba-
ciones y licencias necesarias.
65 págs. en 4.*
PÉREZ DE OLIVAN (D.'' Teresa).
327. — Canción:
Dejando el campo Palas lusitano...
al campo catalán feroz venía
cual rayo que fulmina nube parda;
el fuego del corage que encendía
su corazón heroico soberano,
por el peto que fiel su pecho guarda,
por el grabado yelmo que acobarda
enemigos ejércitos, centellas
vengativas tiraba; en el escudo
el rostro de Medusa más sañudo...
Certamen poético que la Universidad de
Zaragoza consagró á la munificencia y libe-
ralidad del Señor Ar ¡{obispo Don Pedro de
Apaola^a. Y dedica el Doctor Juan Fran-
cisco Andrés.
Ms. del siglo xvii; en 4."*
Bibl. de Mr. Archer M. Huntington.
PERILLÁN Y QUIRÓS (D.* Isabel de).
Natural de Criptana.
328. — Romance á San Antonio de Padua.
De mi alma, sacro Antonio,
nada os haze resistencia,
porque como un bienvenido
os da todas sus potencias...
Certamen poético en alabanza del glorioso
San Antonio de Padua, para la fiesta que la
villa del campo de Criptana le hi\o el año
de mil y seiscientos y quarenta y quatro.
Ms. del siglo xvii; en 4."
Bibl. Nac— Mss. M. C02.
PERNÍA (D.^ María de).
Religiosa en el convento de Santa Clara
de Vélez Málaga.
329. — Soneto á la Virgen:
Inclinado el celeste crucifijo...
Elogios á María SaJitissima. Consagrólos
en suntuosas celebridades devotamente, Gra-
nada á la limpieza pura de su Concepción.
Dedícalos á la Magestad Católica de Phili-
po III. Rey i S. N. Gregorio de la Peñuela
Méfide^ Ju7'ado de la misma Ciudad. DispV'
solos D. Luis de Paracuellos Cabega de
Vaca. — Impreso en Granada, por Francisco
Sánchez y Baltasar de Bolívar. Aiio de 1 65 1 .
Folio 290.
PIANETA (D.'' Magdalena).
330. — Á la muerte del Doctor Juan Pérez
de Montalbán. Soneto:
Canoro cisne, que la Fama escriba...
Lágrimas panegíricas á la tenprana muer-
te del gran poeta, y teólogo insigne Doctor
luán Pere^ de Montalván.
Folio 127.
PIEDRA (D.* María Josefa de la).
Natural de Sanlucar de Barrameda y dis-
cípula, en Botánica, de Rojas Clemente.
331. — Memoria sobre el cultivo del taba-
co. Escrita en francés por Mr. de Sarrazin y
traducida al castellano por D.' María Josefa
de la Piedra. Dedicada al Señor Don Ma-
riano Lagasca, Presidente del Museo de
Ciencias naturales.
Ms. en 4." de 118 págs. existente en la
Biblioteca del Jardín Botánico de Madrid.
Divídese en i5 capítulos. Fué hecha la tra-
ducción hacia el año 1821.
— I
PIGNATELLI DE ARAGÓN
(D.* María Manuela).
Duquesa de Villahermosa.
Nació en Fuentes del Ebro á 25 de Di-
ciembre de 1753. Fueron sus padres D. Joa-
quín Pignatelli, Conde de Fuentes, y Doña
María Luisa Gonzaga. De muy pocos meses
la dejaron encargada á su tío D. Vicente
Pignatelli, Educóse en el colegio de las Sa-
lesas Reales de Madrid y de allí salió cuan-
do tenía quince años para casarse con el Du-
que de Villahermosa, quien no pudiendo
ausentarse de París, dio poder al Conde de
Aranda. Residió en París algún tiempo, y
en medio de aquella corte corrompida se dis-
tinguió por su acrisolada virtud; después
vivió en Turín, con motivo de haber sido su
marido nombrado Embajador de España. A
la muerte de éste, ocurrida en el año lyyo,
se dedicó exclusivamente á la educación de
sus hijos y al ejercicio de su caridad sin lími-
tes. Falleció á 6 de Noviembre de 1816.
332. — En el archivo de la Sra. Duquesa de
Villahermosa se conserva una colección de
cartas de D.* María Manuela Pignatelli, es-
critas á su esposo; son interesantes, no sola-
mente por las noticias que contienen sobre
cosas de la época, sino porque en ellas se ve
retratada el alma de aquella ilustre mujer.
Han sido publicadas, unas íntegras y otras
en extracto, por el autor de Pequeneces en
el siguiente libro:
Retratos de antaño, por el R. P. Luis Co-
loma, de la Co)7ipañia de Jesús. Publícalos
la Duquesa de Villahermosa, Condesa viuda
de Guaqui. — Madrid. Est. tip. de la Viuda
é Hijos de Tello. 1895.
Un vol. en S,** mayor de 597 páginas, con
algunas fototipias y numerosos facsímiles
de documentos.
28 —
Doña Mana Manuela Pignatelli de Ara-
gón y Gon\aga, Duquesa de Villahermosa^
por D. Vicente Orti y Brull.
Tomo II. La Duquesa de Villahermosa. —
Madrid. Est. tip. Viuda é Hijos de M. Te-
llo. 1896.
8.** mayor; 411 págs.; con fotograbados y
facsímiles de documentos.
PIMENTEL MALDONADO
(D.* Mariana Antonia).
Hermana del escritor portugués D. Juan
Vicente Pimentel Maldonado. Nació en los
años 1772 á 1774, y murió en el de 1 855.
333, — Ode ao triste anniversario da trá-
gica morte de Gomes Freiré de Andrade. —
Lisboa, typ. Rollandiana, 1821.
Cuatro págs. en 4.*
334. — Poesías líricas.
Son, una Cangonet a patriótica y tres so-
netos publicados en el Portugués constitu-
cional {1S20-1S21); otros cuatro sonetos en
e\ Jornal poético (1812) y una oda en las
Poesías de J. M. da Costa é Silva (tomo III,
página 16).
PIMENTEL Y TÉLLEZ-GIRÓN
(D.* María Josefa Alfonsa).
Condesa-Duquesa de Benavente.
Acaso ninguna aristócrata del siglo pasa-
do goce de tal nombradía como la Condesa
de Benavente. Su amor á la música y la
poesía; su entusiasmo por el arte dramáti-
co, y la protección que dispensó á célebres
literatos, cual fué D. Tomás de Iriarte, ha-
cen de ella una figura en extremo simpáti-
ca. Por su matrimonio con D. Pedro de Al-
cántara Téllez-Girón, fué Duquesa de Osu-
na; heredó las casas de Béjar en el año 1777
por fallecimiento de su tío D. Joaquín Die-
go López de Zúñiga, y la de Arcos por
129 —
muerte de D. Antonio Ponce en 1780. He-
redó otros muchos títulos, entre ellos dos
de Princesa. Dotada de generosos senti-
mientos, quiso arrostrar con su marido los
peligros de la guerra, y así lo acompañó en
la conquista de Menorca, lograda en 1781.
Por su no común instrucción fué nombrada
Presidenta de la sección femenina de la So-
ciedad Económica Matritense; tuvo lugar
su recepción el día 22 de Julio de 1786, y
con tal ocasión leyó un discurso; pronunció
otro en 9 de Octubre de 1787.
D. Tomás Iriarte la ensalzó en una bella
epístola y escribió para ella su comedia El
don de gentes (i).
D. Ramón de la Cruz tuvo que agrade-
cerle muchos beneficios, y cuando éste mu-
rió pobremente á 5 de Marzo de 1794, su
viuda é hija obtuvieron una pensión de la
Condesa (2).
335. — Discurso que la Excma. Sra. Con-
desa, Duquesa de Benavente, Marquesa de
Peñafiel, etc., hizo á la Real Sociedad Eco-
nómica de Madrid el día de su recepción,
22 de Julio de 1786. Impreso de acuerdo de
la misma Sociedad. — En Madrid, por Don
Antonio de Sancha.
Ocho págs. en 4.°
PINAR (Florencia).
En el Cancionero general de jnuchos y
diversos autores, copilado por Hernando del
Castillo, hay varias poesías atribuidas á
Florencia Pinar, á Pinar, y al dicho Pinar;
como es natural, ocurre preguntar á quién
(i) Emilio Cotarelo y Mori, Iriarte y su época. Obra
premiada en público certamen por la Real Academia Es-
pañola.—íAddcid. Est. tip. Suc. de Rivadcneyra. 1887.
Págs. 233 á 237, 243, 375, 380, 384 á 386, 478 y 480.
(2) D. Ramón de la Cru^ y sus obras. Ensayo biográ-
fico y bibLográjico, por Emilio Colarelo y A/o/'i.— Ma-
drid. Imp. de José Perales y Mariínez. 1899.
Pags. 228 á 231.
pertenecen las segundas, si á la poetisa ó al
poeta. Los Bibliófilos españoles, al reimpri-
mir dicho Cancionero, en el índice adjudi-
caron todas á Florencia. Á nuestro juicio,
y conformes con la opinión de D. José Ama-
dor de los Ríos, solamente pertenecen á Flo-
rencia del Pinar las composiciones que ex-
presamente se le atribuyen, bien flojas é
insustanciales por cierto. Son las siguientes:
336. — Canción de una Dama que se dize
Florencia Pinar:
¡Ay! que ay quien más no biue...
337. — Otra canción de la misma Señora,
á unas perdices que la embiaron biuas:
Destas aues su nación
es cantar con alegría,
y de vellas en prisión
siento yo graue passión
sin sentir nadie la mía...
338.— Otro mote:
Mi dicha lo desconcierta.
Glosa de Florencia Pinar:
Será perderos pediros
esperanza qu'es incierta...
339. — Canción de Florencia Pinar:
El amor ha tales mañas
que quien no se guarda dellas
si se l'entra en las entrañas
no puede salir sin ellas.
Es de diversas colores,
criasse de mil antojos;
da fatiga, da dolores,
rige grandes y menores,
ciega muchos claros ojos;
y aquellos desque cegados,
no quieren verse en clarura;
hállanse tamo quebrados
que dizen los desdichados
es un cáncer de natura
á quien somos sojuzgados.
Éntranos por las aslillas
quándo quedo, quándo apriessa,
con sospechas, con rencillas;
y al contar destas manzillas
tal se burla que s' confiesa,
y aun las más defendidas
señoras del ser humano,
quando desle son heridas,
si saben y son garridas
y á ellas come lo sano
y á nosotros nuestras vidas.
340. — Canción de Florencia Pinar:
Hago de lo flaco fuerte...
Hállase en un Cancionero del siglo xv
que se conserva en el Museo Británico.
Add. 10.431.
Hemos visto una copia entre los manus-
critos que fueron de D. Pascual de Gayan-
gos y hoy paran en la Biblioteca Nacional.
PINEDO Y VELASCO
(D.^ María de la Concepción de).
Casó en el año 1772 con D. Miguel Fer-
nández Duran de Pinedo, y desde el año
1791 iué Marquesa de Tolosa, título que en
dicho año heredó aquél.
941. — Tratado de educación para la No-
bleza, escrito por un Eclesiástico de París:
y traducido del francés al castellano por
la Marquesa de Tolosa, Señora de Honor
de S. M. (que Dios guarde).— En Madrid:
En la Imprenta de Manuel Álvarez, Año
de M.DCC.XC.VI. Se hallará en las Libre-
rías de Alonso, calle de la Concepción Gc-
rónima, y de la Almudcna, junto á los Con-
sejos.
xii-448 págs. en §.", más cuatro hojas de
preliminares.
Anteport.— Porti— Al Excmo. Señor Don Ma-
huel de Godoy, Príncipe de la Paz. — Adverten-
cia.— Tabla de los Párrafos. — Texto.
En el Archivo Histórico Nacional hay los
siguientes documentos acerca de esta obra:
La Marquesa de Tolosa, Señora de honor de
S. .M. (que Dios guarde) hace presente á V. E. que
habiendo traducido del francés al castellano un
30-
libro intitulado Tratado de educación para la No-
ble!{a, compuesto por un individuo de la Real
Academia de París, el año de 1728, y habiendo
presentado al Excmo. Sr. Príncipe de la Paz el
prospecto de lá obra y solicitado dedicársela,
S. E. lo ha admitido, por lo qual suplica á V. E. se
s'rva enviarla á censura, para así que esté dada
la licencia imprimirla y podérsela presentar á
dicho Sr. Príncipe, como tiene con S. E. acor-
dado.
Madrid, y Febrero de 1796.
limo, y Excmo. Sr.
La Marquesa de Tolosa.
El Consejo de Castilla acordó á 18 de Fe-
brero que informase el Vicario eclesiástico
D. José Pérez García, y habiéndolo hecho
éste favorablemente á 29 de Marzo, la Mar-
quesa, que lo ignoraba, y tenía prisa por en-
tregar el libro al Príncipe de la Paz, recurrió
el mismo día con la siguiente solicitud.
lUmo. y Excmo. Sr.:
La Marquesa de Tolosa, Señora de Honor de
S. M. (que Dios guarde) hace presente á V. E. que
habiéndola avisado el Sr. Vicario de Madrid, va á
entregar á V. E. y demás señores la obra que ella
hatraducido, intitulada Inalado de educación para
la Noble-;{a, dedicado al Exmo. Sr. Príncipe de la
Paz, y habiendo tratado con dicho Señor el que
lo ha de imprimir y se lo ha de presentar el día 12
de Mayo por ser día de sus años, por necesitarse
para hacerlo más de un mes,
Suplica á V. E. se sirva tomar la aprobación
del mismo censor de quien la ha tomado el vica-
rio, para abreviar este asunto; gracia que espera
recevir de V. E.
Madrid, 29 de Marzo de 1796.
lllmo. y Excmo. Sr.
La Marquesa de Tolosa.
Señor Obispo Gobernador del Consejo.
El Consejo concedió la licencia pocos días
después, el 5 de Abril.
Archivo Histórico Nacional. — Consejo de Castilla. Ma-
trícula de impresiones. Leg ijo 36.
342. — Muerte de los justos ó colación de
las últimas acciones y palabras de algunas
personas ilustres en santidad, de la antigua
y nueva Ley; obra escrita en francés por el
3'
P. Lalement, y traducida por la Marquesa
de Tolosa. — Madrid, 1793.
El Consejo de Castilla dispuso, á 28 de
Abril de 1793, que pasara la traducción á la
censura. Aun no había entregado Ja Mar-
quesa el manuscrito, pues á i.° de Mayo
manifestaba al Consejo que lo copiaría en
limpio y lo remitiría. A 1 2 de Mayo fué en-
viada la traducción al Arzobispo Don Ma-
nuel Quintano y Bonifaz para que la exa-
minase.
Acerca de este libro he hallado los si-
guientes documentos:
I
Excmo. Señor.:
Muy señor mío y de todo mi respeto: nos po-
nemos á la obediencia de V. E. con el mismo, mi
marido, mi hijo y yo, y le deseamos que cumpla
muchos años con mucha salud y las mayores fe-
licidades.
Remito á V. E. el libro de mi traducción para
que lo mande examinar por quien fuesse de su
adrado, y se servirá mandarme avisar adonde tengo
de acudir á recogerle; le embío también á V. E. la
Dedicatoria para que vea si está á su gusto, pues
yo nada quiero hacer que no lo sea; no va inser-
tada con el mismo libro, porque hasta que me
despache el permiso me ha parecido no lo devía
hacer.
Con este motivo reitero á V. E. mis deseos de
servirle y pido á Dios nuestro Señor guarde á
V. E. muchos años como deseo y necesito.
Madrid y Mayo 11 de lygS.
Excmo. Señor.
B. L. M. de V. E. su menor y más ap.^a servi-
dora.
La Marquesa de Tolosa.
Excmo. Sr. Duque de la Alcudia,
Archivo Histórico Nacional.— Estado. Legajo 3.248.
II
Excmo. Señor:
Con fecha de 12 del corriente me remitió V. E.
de Orden del Rey fa obra intitulada La muerte de
los justos, compuesta en lengua francesa por el
P. Lalemant, Prior de Santa Genoveva y Canee-
ario de la Universidad de París, y traducida al
español por la Marquesa de Tolosa, para que re-
conociéndola por mí ó encargando su examen á
sugeto de mi confianza, diga lo que me parezca
de su mérito y si es digna de dedicarse á la Reyna
Nuestra Señora.
La sólida piedad del autor, que lo es también
de otras obras ascéticas, ha hecho que esta corra
con estimación entre los que saben apreciar seme-
jantes escritos; y ciñéndome á la censura de la
traducción, debo confesar que el lenguage es puro,
sin mezcla de voces extrañas que suelen afear
comunmente las traducciones, y que el modo de
expresar las ideas de el original nada tiene de ser-
vil; es bastante enérgico i propio del carácter de
nuestra lengua. Todas estas circunstancias, la de
ser tan secundable en personas del sexo y clase de
la Marquesa de Tolosa una instrucción tan útil, y
sobre todo la del fino discernimiento de la Reyna
Nuestra Señora, que sabrá graduar el mérito del
trabajo, me persuaden será propio de su genero-
sidad, sin que desdiga de su grandeza, el aceptar la
dedicatoria.
Excmo. Señor.
Manuel, Arzobispo Inquisidor General.
Excmo. Señor Duque de la Alcudia.
III
Aranjuez, 3o de Mayo de 1798.
A la Marquesa de Tolosa:
La Reyna nuestra Señora se ha dignado conce-
der á V. S. permiso para que pueda imprimir y
publicar la Muerte de los justos ó colación de las
últimas acciones y palabras de algunas personas
ilustres en santidad, de la antigua y nueva Ley,
obra escrita en francés por el P. Lalement, Prior
de Santa Genoveva y Cancelario de la Universidad
de París, y traducida por V. S. á nuestro idioma.
Igualmente se ha dignado S. M. admitir á
V. S. la dedicatoria adjunta, dispensándola el ho-
nor, en premio de su trabajo y distinguida aplica-
ción, que lleve la referida traducción su augusto
nombre al frente. Para el cumplimiento de esta
Real orden en la parte que le toca, la comunico
con esta fecha al Señor Conde de la Cañada, y de
la misma lo participo á V. S. para su inteligencia y
satisfacción, devolviéndola el libro referido.
Dios gUarde á V. S. muchos años.
A 31 de Mayo dio la Marquesa las gracias
por la merced que le habían hecho.
Archivo Histórico Nacional.— Estados Legajo 3.2481
— I
PINELO (D.* Valentina).
Sobrina del Cardenal Dominico Pinelo.
Sus padres eran genoveses. Nació, según
se cree, en Sevilla, y á la edad de cuatro
años entró de educanda en el convento de
religiosas agustinas de San Leandro, donde
más adelante profesó. Se dedicó al estudio
de las Sagradas Escrituras y de las letras
latinas, distinguiéndose además por su pie-
dad.
Lope dice de ella en el introito al Hijo
pródigo en el Peregrino en su patria:
Y doña Valentina de Pinelo
La cuarta Gracia, ó verso ó prosa escriba...
Cnf. Historia y juicio critico de la Escuela
poética sevillana en los siglos XVI y XV H,
por D. Ángel Lasso de la Vega y Arguelles.
Madrid, 1871.
Pág. 305.
343. — Libro de las alabanzas y excelencias
de la Gloriosa Santa Anna. Compvesto por
Doña Valentina Pinelo, Monja professa en
el Monasterio de San Leandro de Seuilla,
de la Orden de San Augustín. Dirigido al
Ilvstríssimo y Reverendíssimo Señor Domi-
nico Pinelo, Cardenal de la S. Iglesia de
Roma TT. de S. Loren90 en Paneperna,
Archipreste de S. María la Mayor. (Escudo
de este Prelado, sostenido por dos ángeles.)
Con previlegio. — Impresso en Seuilla, en
casa de Clemente Hidalgo. Año 1601.
(Al fin:) Impresso en Seuilla, en San Lean-
dro, conuento de Monjas de nuestro Padre
San Augustín, Por Clemente Hidalgo. Año
de 1601.
8.* marquilla; 422 págs., más 12 hojas de
preliminares y 19 al final.
Port.— V." en bl.— .Real cédula para la impre-
sión. Villacastin 2 de Septiembre de 1600.— Li-
cencia del Prelado. Sevilla 28 de Febrero de 1600.
Aprobación de Fr. Rafael Sarmiento. Madrid 3o de
3^ —
Julio de 1600. — A Doña Valentina Pinelo, Lope
de Vega. Soneto. — Soneto del mismo. — Octavas. —
Al Ilustríssimo y Reverendísimo Monseñor el Se-
ñor Dominico Pinelo. — Prólogo al lector. — Texto
dividido en cuatro libros.— Tabla de los capítu-
los.— Index Sacrae Scripturae loca ex utroque Tes-
tamento.— E rratas.
PINHEIRA (Catalina).
Religiosa dominica en el convento de Je-
sús, de Aveiro.
344. — A vida da Santa Princesa de Portu-
gal Doña Joanna, hirmáa do Rey Don Joáo
o segundo.
Este libro fué utilizado para la biografía
de D." Juana que hay en la Tercera parte
de la Historia general de Sancto Domingo,
y de sv Orden de Predicadores. Por Don
Fray loan Lópeí, Obispo de Monopoli. — En
Valladolid: Por Francisco Fernández de
Córdoba. Año 16 13.
Págs. 320 á 341.
PINOS (D.« María Gracia de).
345. — Soneto de pie forzado:
Para ver si el candor enturbiarías...
lusta poética consagrada á las festivas
glorias de María en su Immaculada Con-
cepción. Mantenida en la Parroquial Iglesia
de Santa María del Mar de la ciudad de
Barcelona. — En Barcelona, por Narcis Ca-
sas, año de i656.
Pág. 126.
PINTO PEREIRA DE SOUZA
(D.* Ana Bernardina).
346. — Cangáo fúnebre as sentidísimas
mortes do Serenissimo Sr. D. Gabriel Anto-
nio de Hespanha e da Senhora D.'Marianna
Victoria sua esposa e Infanta de Portugal. —
Lisboa. 1788.
— 133 —
PINA (D.* Clementa).
Hija de Juan Izquierdo de Pina, natural
de Buendía (Cuenca), quien ejerció en Ma-
drid los cargos de Escribano de provincia y
Notario del Santo Oficio, y publicó unas
Novelas exemplares é historias prodigiosas
(Madrid 1624), donde hay una comedia in-
titulada Primera parte de varias fortunas.
También fué autor de la Primera y segun-
da parte de casos prodigiosos; Epitome de
la explicación de las fábulas (Madrid 1635).
Lope de Vega le dedicó El dómine Lucas
y á D." Ana de Pina El hidalgo Abence-
rraje.
Cuando á 26 de Agosto de 16 17 fué bau-
tizada en la iglesia de San Sebastián, Anto-
nia jClara, hija de Lope de Vega y de su
amiga D." Marta de Nevares Santoyo, ele-
menta Cecilia Pina hizo el oficio de ma-
drina.
La Barrera opina que Clementa Pina es la
misma poetisa llamada Laura Clemente (i).
Lope de Vega, en su testamento, otorga-
do á 4 de Febrero de 1627, dispuso:
A Joan de Pina, mi grande y antiguo amigo,
por saver cuanto se ocupa en la lectión de libros
curiosos el tiempo que le sobra de su exercicio,
quiero que se le den cincuenta libros de mi estu-
dio, y le ruego que crea de mí que quisiera que
fueran otras tantas joyas de diamantes; pero pie-
dras preciosas son los libros.
347. — Declaración en romancea un enig-
ma que empieza:
Es con ra\ón mi deseo
que no aciertes, lector...
Bien se pensaba Belardo
que de la enigma propuesta...
Compendio de las solenes fiestas que en
toda España se hicieron en la Beatificación
(i) Nueva biografía de Lope de Vega, por D. Cayetano
Alberto de la Barrera.
Págs. 278 y 279.
de N. M. S. Teresa de Jesús. Por Fray-
Diego de San Joseph. — En Madrid, por la
Viuda de Alonso Martín. Año i6i5.
Folios 80 y 81.
PITARQUE (D." Eugenia).
Descendiente de una familia flamenca.
Vivió á últimos del siglo xvi y en el primer
tercio del xvii. Residió en Madrid bastante
tiempo, donde fué su confesor Fr. Federico
García, monje premonstratense. Falleció
antes del año 1632.
Fr. Juan Pacheco elogia las virtudes de
esta señora, mas consigna pocos datos bio-
gráficos; afirma que tuvo «éxtasis y arro-
bos, si bien no campanudos».
348. — Relación de su vida, y otros escri-
tos piadosos.
«Yo tengo papeles suyos, que sus confessores la
mandauan escriuir, y ella de suyo los escriuía
oirás vezes para pedir consejo en cosas grandes
que Dios la daua á entender. Y por falta grande
que tenía de memoria, lo escriuía luego que de
oración se leuantaua. Y tienen tanto fondo sus
escritos y tanto que pensar en ellos, si bien ver-
dades apuradas, que los más teólogos tendrían
bien que hazer en buenos días para comprehender
en poco lo mucho que en breue allí se vee.»
Fr. Juan Pacheco transcribe una consulta
de D." Eugenia acerca de un pasaje de las
obras de Santa Teresa.
Cnf. Tratado de la vida y mverte de la
venerable Matrona doña Eugenia Pitarque.
Sermón que predicó en svs Honras el Padre
Fray luán Pacheco, Predicador General de
su Orden Premonstratense, y del conuento de
San Norberto de la villa de Madrid. Al Re-
verendissimo Padre Maestro D. Fray García
Aluare\ Ossorio, General Reformador del
dicho Orden en estos Reynos de España, y
Abad de Retuerta. Con licencia. — En Ma-
drid. PorluanGon^alez. Año M.DC.XXXIL
58^hojas en_4.'*
•34
PLAZA (D.'' Francisca Javiera).
Vecina de Valladolid.
349.— Romance á imitación de otro que
publicó D. Pedro Calderón de la Barca, con
el título de Lágrimas que vierte una alma
arrepentida.
Pues, triste, lamento ahora
de este mi humano edificio -
la ruina, desde su fin
deduzca yo mi principio...
Autógrafo.— Letra del siglo xviii; 10 ho-
jas en 4.°
Biblioteca Nacional.— Mss.
POiNCE (D.'^ Nicolasa).
35o. — Anécdota romana de dos esclavos
fieles á sus amos en tiempo de Nerón.
Z)mr/o ¿/eA/¿T¿/r/¿/, 5 de Diciembre dci 788.
Págs. 1.257 y 1.258.
PONCE DE LEÓN (D.'"^ Ana).
Condesa de Feria,
Hija primogénita de D, Rodrigo Ponce
de León y de D.* María Girón. Nació en
Marchena á 3 de Mayo del año 1 527. Casó
con D. Pedro, hijo de D." Catalina Fernán-
dez de Córdoba, Marquesa de Priego y Se-
ñora de Aguilar. En el año ¡546 trasladó su
residencia á la villa de Zafra, y allí trató
mucho con el Maestro Fray Juan de Avila,
apóstol de Andalucía. En 1548, hallándose
en Constantina, tuvo un hijo llamado Lo-
renzo; asistió al bautismo Fr. Luis de Gra-
nada.
Fué mui dada al estudio de las divinas letras,
ayudándole para ello [su claro entendimiento i
noticia de la lengua latina, con la enseñanza de
tan gran Maestro como el Padre luán de Avila,
de quien ella y la Marquesa su suegra oyeron pú-
blicamente la declaración de la Epístola canónica
de San luán, en la iglesia del Monasterio de Santa
Catalina, de ^afra (i).
Cuando perdió su hijo primogénito y su
marido mostró una resignación admirable.
Ya viuda consagróse á la vida espiritual, y
en el año i553, hallándose en el convento
de Santa Clara de Montilla, estimulada por
una visión de Cristo se decidió á profesar
allí. Sus penitencias y maceraciones fueron
tan rigorosas como edificantes. Falleció á
26 de Abril de 1601. Su biógrafo el P. Roa
la retrata en estas palabras:
Era esta Santa de lindo talle, grandemente
ermosa i bien proporcionada; de cuerpo alto,
delgado; el rostro más redondo que largo, la tez
blanca, colorada i como bruñida, la frente ancha,
serena i lisa, sin ruga alguna en la última edad de
setenta i quatro años. Los ojos de color de cielo
oscuro, que tiravan á negro, medianos i agracia-
dos. Roxas las cejas, blandamente arqueadas: na-
riz mediana, derecha, boca pequeña i labios colo-
rados; voz clara i suave, manos largas, delgadas i
blancas. Todo el semblante agradable sobre ma-
nera i modesto; el mirar apazible i grave (2).
351. — Relación de su vida.
Cnf. Flos sanctorpm. Fiestas i santos na-
turales de la Ciudad de Córdova. Algvnos
de Sevilla, Toledo, Granada, Xere^, Écija,
Guadix, i otras ciudades, i lugares de Anda-
lu!{ía, Castilla, i Portugal. Con la vida de
Doña Sancha Carrillo, i la de Doña Ana
Ponce de León, Condesa de Feria: revista, i
acrecentada, por el Padre Martin de Roa de
la Compañía de lesvs.—En Sevilla, por Alon-
so Rodrígvez Gamarra. AñoM.DC.XV.
La biografía de D." Ana Ponce de León
ocupa los folios 55 á 124 de la parte segun-
da. Los fragmentos de su vida están en los
folios 63, 64, 71, 87,88, 107, 108, 1 14 y II 5.
(O
(2)
Martin de Roa; folio 67.
Folio 121.
3^ —
PONCE DE LEÓN (D/ Axa).
352. — Á la -pintura que Fray luán Baptis-
ta pintó para el Retiro, de la expulsión de
los Olandeses del Brasil. Soneto:
Esta admirable unión, está pintura...
Elogios al Palacio Real del Bven Reí iva.
Escritos por algvnos ingenios de España.
Recogidos por Don Diego de Covarrubias i
Ley va, Guarda Mayor del Sitio Real del
Buen Retiro. — En Madrid; En la Imprenta
del Reyno. Año 1635.
POQUET (Sor Bárbara).
Nació en Palma hacia el año i55o. Fue-
ron sus padres Juan Bartolomé Poquet y
Catalina Lull, descendiente de Raimundo
Lull. iMurió á 17 de Enero de 1630.
353. — Apuntes para la vida de Sor Cata-
lina Tomás. .
Conf. Yida, muerte, y milagros de la ben-
dita virgen Sor Catharina Thomasa natural
de Mallorca , Monja Canónica reglar de
S. Agustín, en el Monasterio de Sa?ita Ma-
ría Madalena de la Ciudad de Mallorca.
Recopilada dejos originales, que el ¡Ilus-
tre, y muy Reverendo Señor luán Abrines,
Dotor Theólogo, Canónigo, é Inquisidor
Apostólico del Reyno de Mallorca, Conf es-
sor de la dicha virgen, dexó escritos. Por
Don Bartholomé Va//?erg-a. — En Mallorca,
En casa de Manuel Rodríguez, y luán Piza.
AñodeM.DC.XVII.
En el Prólogo al piadoso lector, se dice:
De los escritos destos graves y píos varones he
sacado puntualmente con toda verdad lo que es-
cíivo en los seys libros siguientes, y también de lo
que he hallado notado en los papeles de las muy
religiosas siervas de Dios del Monasterio de Sania
María .Madalena.
PORRES (D.'"^ Sabina dk).
354. — Soneto á D. Baltasar Mateo Vcláz-
quez:
Dulce hablar para venir de aldea...
El filósofo de aldea y sus conversaciones
familiares, y exemplares, por casos, y su-
cessos casuales, y prodigiosos. Su autor el
abféreí Don Baltasar Mateo Veláiique^. De
dicado d Don Pedro Gutiérrez de Miranda.
En Zaragoza, por Diego de Ormer. S. a.
\]n vol. en 8.° de 106 hojas.
PORRÚA (D.*"* María de los Dolores).
355. — Discurso que pronunció en ^a Tri-
buna patriótica de Sevilla María de los Do-
lores Porrúa, joven de quince años, hija de
Manuel, Profesor de primeras letras de la
misma ciudad. — Sevilla: Imprenta de Ara-
gón y Compañía. Año de 1821.
Dos hojas en 4.°
Es una defensa de la Constitución del
año 1 81 2.
Bibl. del Sr. Duque de T Serclacs.
PORTOCARRERO
(D.''^ íMaría Francisca de Sales).
Condesa de Montijo.
Nació en Madrid á 10 de Junio de 1754.
Quedó huérfana siendo muy niña. Por
muerte de su tío el Arzobispo de Toledo
D. Luis Fernández de Córdoba, heredó la
casa de Teba y Árdales; tuvo además ctros
muchos títulos nobilarios. Casó á la edad de
catorce años con D. Felipe Antonio de Pala-
fox, Marqués de Ariza. Habiendo traducido
del francés la obra de Nicolás de Torneaux,
Instrucciones cristia72as sobre el sacramcjito
del Matrimonio, libro marcadamente janse-
nista, se vio procesada por el Santo Oíicio.
— I
El principal foco de lo que se \\&maha jansenis-
mo estaba en la tertulia de la Condesa de Montijo,
Doña María Francisca Portocarrero, traductora
de las Instrucciones cristianas sobre el Sacramen-
to del matrimonio, que Climent exornó con un
prólogo. A su casa concurrían habitualmente el
Obispo de Cuenca, D. Antonio Palafox (cuñado
de la condesa), el de Salamanca, Tavira; D. José
Yeregui, preceptor de los infantes; D. Juan Anto-
nio Rodrigálvarez, Arcediano de Cuenca, y don
Joaquín Ibarra y D. Antonio de Posada, Canóni-
gos de la Colegiata de San Isidro (i).
Tuvo dos hijos y cuatro hijas; el primo-
génito D. Eugenio Eulalio de Guzmán, in-
gresó en el Cuerpo de Artillería y casó con
su prima la hija mayor de los Duques de
Granada de Ega, D.» María Ignacia Idia-
quez'y Carvajal. Grave fué el disgusto que
éste ocasionó á su madre cuando en Mayo
de 1794 la llamó Godoy para que fuese á
conferenciar con él en Aran juez: el célebre
Ministro había recibido una carta anónima
y con ella un manuscrito titulado: Discurso
sobre la autoridad de los ricoshombres sobre
el Rey, y como la Jueron perdiendo hasta
llegar al punto de opresión en que se hallan
hoy. Este discurso, que debía ser leído por
el Conde de Teba en una sesión pública de
la Real Academia de la Historia, se atribuía
á la Condesa de Montijo, aunque sin fun-
damento, .lustificó la Condesa su conduc-
ta, pero no pudo evitar el destierro de su
hijo.
Falleció en Logroño á i5 de Abril de
1808(2).
De la Condesa de Montijo y de sus cuatro
hijas hay un hermoso cuadro con sus retra-
tos, atribuido nada menos que al incompa-
rable pincel de Coya:
36-
, 356.— Instrucciones cristianas sobre el
I Sacramento del matrimonio.— Barcelona,
1789?
Va precedido de una larga carta del
Obispo Climent, lleno de espíritu janse-
nista y de recriminaciones á los jesuítas,
especialmente al P. Tomás Sánchez, autor
de la obra De matrimonio.
357.— Carta al Conde de Floridablanca,en
la que como Presidenta de la Junta de Se-
ñoras, da su parecer acerca del proyecto de
traje Nacional.— Madrid, 5 de Julio de 1788.
Ms. del siglo xvín; seis hojas en 4.°
Museo Británico; Eg. 571.
358.— Elogio de la Señora D." Petra de
Torres Feloaga, Marquesa de Valdeolmos,
y de la Torrecilla, que en la Junta de Seño-
ras de Honor y mérito, unida á la Real So-
ciedad Económica de Madrid, leyó en el día
27 de Junio la Ex."^^ Señora Condesa del
Montijo, su Secretaria, publicado por acuer-
do de la misma Real Sociedad. — En Ma-
drid. En la Imprenta de Sancha. Año de
MDCCXCVll.
18 págs. en 4." con un retrato de D.^ Pe-
tra de Torres Feloaga, dibujado por José
Maeá y grabado por Blas Ametller.
(i) Historia de los Heterodoxos españoles, por D. Mar-
celino Menéndez Pelayo, tomo Ul, pág. 182.
(2t Álvarez Baena, Hijos ilustres de Madrid; tomo IV,
pág. 66. Luis Coloma, Retratos de antaño; cap. XVI, pá-
ginas 384 á 389.
POUSOLLO DA COSTA
(Francisca de Paula).
Nació en Lisboa á 4 de Octubre de 1783
y murió en su quinta de Cartaxo á 19 de
Julio de 1838. Su cadáver fué trasladado al
cementerio de Placeres, donde lo colocaron
en un lujoso sepulcro con un epitafio de
Antonio Feliciano de Castillo.
25g._Francilia, pastora do Tejo; poesías
de P. P. C— Lisboa, 1816.
360.— Hcnriqueta de Orlcans ou o heroís-
mo. Novela portugueza.— Lisboa, 1819.
Dos vols. en 8.**
3
— 137 —
361. — Sonetos recitados no Real Theatro
de San Carlos, por ocasiáo do juramento da
Carta constitucional. — Lisboa, 1816.
362. — Epístola á la Marquesa de Alorna.
Publicada en el tomo II de las obras de ésta.
Antonio Feliciano de Castillo dice que
dejó manuscritas dos comedias:
363. — Ricardo ou a forga do destino.
364. — O Duque de Chaves.
POVEDA (D.* María Ana).
365. — Manual de las señoritas, ó Arte para
aprender cuantas habilidades constituyen el
verdadero mérito de las mujeres, como son:
toda clase de costuras, corte y hechura de
vestidos, ó arte de modista; bordados en hilo,
algodón, lana, sedas, oro, lantejuelas, al zur-
cido, al trapo, al pasado, en felpilla, caña-
mazo, seda floja y demás labores á punto de
aguja, etc.; el arte de encagera, ó modo de
hacer blondas y calados; toda clase de obra
de cañamazo, bolsas, rediculos, obras de aba-
lorio, felpilla, pelo, cordones, presillas, mu-
letillas, etc.; con el arte de componer los di-
chos objetos. Traducido del francés por doña
María Ana Poveda. Tercera edición: añadi-
da con el arte de la labandera, y las reglas
de educación y decoro para las señoritas.
Con sus láminas correspondientes. — Madrid:
1 835. Imprenta de los Hijos de Doña Catali-
na Piñuela, calle del Amor de Dios. Se ha-
llará en la librería de Cuesta, frente á las
gradas de San Felipe el Real.
8.°, XIV- 344-72 págs.
Hay dos ediciones posteriores, hechas en
París, años iSSg y 1874.
POZO (D.* María Casilda).
Natural de Temestla, en la jurisdicción
de San Juan de los Llanos, obispado de la
Puebla (México), donde vino al mundo á
primeros de Abril del año -1682. Fueron sus
padres D. José Pozo Calderón, de la ciudad
de México, y D." Teresa Tolosa y Ortega,
de San Juan de los Llanos.
366. — Por mandato de su confesor, el P.
Domingo Quiroga, de la Compañía, escribió
su vida en 16 cuadernos. El manuscrito
autógrafo se conservaba en la biblioteca del
colegio de San Gregorio de México.
Fué enterrada en el convento de Santa
Teresa de dicha ciudad.
Beristain y Souza, Biblioteca hispano-americana.
PRESENTACIÓN (Sor Isabel de la).
367. — Carta á un religioso Carmelita, en
la que dice le pensaba enviar una «Relación
de cosas particulares de la Madre Ana de
San Bartolomé». — Sevilla, 19 de Enero
de 1627. Original. — Una hoja en folio.
Bibl. Nac— Mss. I. 318; fol. 284.
PRESENTACIÓN (Sor María de la).
368. — Carta á un Prelado de su Orden, en
la que habla de las virtudes y escritos de Sor
Mariana de San José, religiosa del convento
de San Amonio de Trujillo. — Trújillo, 23de
Enero de 1701.
Autógrafa. — Una hoja útil en folio.
Bibl. Nac— Mss. R. 89.
PRESENTACIÓN
(Sor María Josefa de la).
Era abadesa del monasterio de religiosas
Cistercienses de San Joaquín y Santa Ana,
en Valladolid, en el año 1755.
369. — Escribió una dedicatoria del si-
guiente libro:
Ave María. Oración fúnebre que en las
luctuosas demonslraciones, y Solemnes Exe-
quias, que el día 23 de Abril de ijBS cele-
bró el Observantíssimo Monasterio de S. Joa-
38
chin, y Sla. Ana de Valladolid, Recolección
del Dulci'ssimo Padre S. Bernardo, por la
Exc.^<^ Señora Sóror María T/ieresa de Je-
sús, Religiosa Projessa en dicho Monaste-
rio, Marquesa, que Jué de Canales, Señora
de Yuncimos, &c. Dixo el M. R. P. Mro.
Fr. Juan Manuel de Ribera, Doctor Theó-
logo, y Cathedrático de Efecto de la Uni-
versidad de Valladolid... y dos veces Mi-
nistro del Real Convento de la 5.'«« Trini-
dad, Redempción de Cautivos de Calcados
de dicha Ciudad. Dala á la lu¡{ la Comuni-
dad y la dedica á María Santissima en el
Mysterio de su Concepción Immaculada.—
En Valladolid, en la imprenta de Alonso
del Riego. S. a.
172 págs. en 4.°, más 16 hojas de prelimi-
nares.
Port.— Dedicatoria. — Censura del P. Pablo Ber-
nardo de Laporta: Valladolid, 26 de Mayo de 1 ySS.
Licencia de Fr. Fabián Rodríguez: Valladolid, 18 de
Junio de 1755. — Censura de Fr. Francisco de la
Lanza: Valladolid á 5 de Septiembre de 1755. —
Licencia del ordinario D. Isidro de Cosío Busta-
ménte: Valladolid, 6 de Septiembre de 1755.
La dedicatoria de Sor María Josefa de la
Presentación, Abadesa del Convento, ocupa
las once primeras hojas. En ella hace una
defensa de la Inmacula Concepción, la his-
toria de cuyo dogma traza con notable eru-
dición.
Bibl. Nac— Sección de 7a)-!üS.—FcrnandoVII, Paquetes
en 4.°, núm. 37.
PRESEPIO (Sor María do).
Franciscana portuguesa, del convento de
Santaclara, de Santarem, y abadesa luego
en el de Santa Marta, de Lisboa. Falleció á
27 de Noviembre de 1587.
370. — Constitui^oes e regras ordenadas
pela madre Maria do Presepio, fundadora e
primeira abbadessa do mosteiro de Sancta
Martha de Jesús, no anno de i583. — Lis-
boa, 1 591. —En 4.°
PREXANA (Sor Teresa).
Monja en el convento de los Angeles, de
Barcelona.
37 1 . — Dalmau la cita como escritora, más
no sabemos que obras compuso, pues no las
menciona éste.
PUELLES Y SALMERÓN
(D.** Josefa de).
372. — Octavas á la muerte de D." Isabel
de Borbón:
Pudo la muerte obedeciendo al Hado
volver en sombras luces y colores
de Isabel de Borbón, sol eclipsado,
para cobrar más vivos resplandores...
Relación de la memoria funeral, que en
22 y 28 de Noviembre de 1644 la muy no-
ble y muy leal ciudad de Logroño hi^o á la
muerte de la Católica D. Ysabel de Borbón.
Escrita por D. loseph Esteuan Ximénei de
Enciso y Porres. — Logroño, por íuan Diez
de Valderrama y Bastida. Año 1645.
Pags. i5i á 154.
PUEYO Y L ATORRE
(D.* Teresa Bruna de).
Marquesa de San Martín.
Fué mujer de D. Alejandro de la Cerda
y luego de D. José Alberto Tudela de La-
nuza (i).
373. ^Receptas hechas por mi Doña Tere-
sa Bruna de Pueyo y Latorre, Marquesa de
San Martín, arrendadora y administradora
(i) Conf. Parabién de Antonio Blanco, y Fscamilla,
al noble y feli^ Desposorio del Señor D. Alexandro de la
Cerda con mi Señora Doña Theresa Bruna Pueyo y la
Torre, Marquesa de San Martin, y de Merlosa. Roréian-
ce — Impr. s. 1. n. a.
Dos hojas en 4."
BihI. Nac— Sección de Varios.
139 —
de las generalidades del reino de Aragón,
por muerte'del Illustre D. Josof Alberto Tu-
dela de Lanuza, Marquésde San Martín (que
esté en gloria) mi marido, arrendador y ad-
ministrador que fué de las generalidades
del dicho Reino, desde 20 de Enero del
año 1697 hasta 19 del mismo, del año 1698.
Ms. original; 176 págs. Un vol. en folio.
Biblioteca Real.— S. 2^ Est. L. P. I.
PURIFICACIÓN (Sor María de la).,
374. — Noticias de la vida de Sor María
de la Trinidad, en el siglo Doña María de
Gante.
Ms. autógrafo. — Letra de principios del
siglo XVII.
Bibl. Nac— Mss. L. 239 fol. 223.
Q
QUIR03 (D.'-^ Luisa de).
375. — Soneto:
Hoy á lu pluma con templado acero...
Arte de escreyir cotí cierta indvstria de in-
vención para ha^er bvena Jorma de letra, y
aprenderlo con facilidad. Compuesto por el
Maesto Ignacio Péreí, vecino de la Villa de
Madrid, residente en ella.— En Madrid. En
la Imprenta Real. Año de M.D.XCIX.
R
RADA (D.'' María de).
Vecina de Andújar.
376. — Décimas:
En este lienzo, lector,.—
Discvsos de las effigies, y verdaderos re-
tratos non manvfactos, del santo rostro, y
cverpo de Christo nvestro Señor, desde el
principio del fnvndo. Por el Doctor Ivan de
Acvña del Adarue, Prior de Villanueua de
Andújar. — Impresso en Villanueva de An-
dújar, en las casas del Autor: Por luán Fur-
golla de la Cuesta, Año de M.DC.XXXVII.
RAMÍREZ (Sor María).
Priora en Santo Domingo el Real, de
Madrid.
377. — Representación al Nuncio Camilo
de* Massimi con motivo de que ccdos niñas,
hijas de D. Juan Ossorio, queriendo ser reli-
giosas en aquella casa, se entraron repenti-
namente en ella sin voluntad de un ayo
suyo, en cuya educación estaban. Que pues-
to pleito ante el Nuncio se la mandó volver
dichas niñas, y que por haberse resistido se
hallaba descomulgada ella y toda la comu-
nidad.— Madrid, 29 de Agosto de i656.
Ms. del siglo XVII. — Una hoja en folio.
Museo Británico. Add. 25.85o.
RAMÍREZ ATEZA (Sor Ana).
278.— De Sóror Ana Ramírez Atcga, Re-
ligiosa de Santa Clara de la ciudad de Cala-
tayud, tan gran Poeta de cosas divinas, que
en pocas ocasiones se dexan de premiar sus
versos, donde quiera que los envía.
Canción á N. S. M. Teresa de Jesús:
Sale el Sol por las puertas del Oriente
y el rozío sacuden de la noche,
danle la bienvenida con su canto,
apressuran el passo á su corriente
quando descubren el dorado coche,
las flores, aues y aguas, y entre tanto
su matizado manto
Helytropio descoge, y se recrea
mirando el concertado y veloz curso,
y en lodo su discurso
(cuya luz lo compone y hermosea)
hasta que llega y entra en el Ocaso
le sigue y acompaña passo á passo.
Baxa del seno del eterno Padre
y qual fuerte gigante se apercibe
á correr el camino desta vida,
en el Oriente de la Virgen Madre,
— 141 —
de la justicia el Sol, de quien recibe
nuestra carne mortal que al Verbo unida
fué carroza escogida
en la qual por trabajos, cruz y muerte,
llegó al Poniente del sepulcro santo;
y tú, Teresa, en tanto,
el curso deste Sol sigues de suerte
que á tus trabajos, muerte, cruz y penas,
la sangre ofreces de tus propias venas.
Resistiendo al martillo que lo aprieta
y del ayunque fuerte la dureza
el reluziente arauigo diamante
de un animal la sangre le sugeta,
ablanda su inuencible fortaleza,
y á ella rinde su valor constante.
£n todo semejante,
Teresa, yo tu ánimo contemplo,
al qual, golpe ó trabajo no derriba,
y tu fe pura y viva
es de paciencia verdadero templo,
y enternecer tu corazón de azero
sólo la sangre pudo del Cordero.
Su pureza (según que Plinio dize),
en el fue¿;o descubre el amyanlho,
la salamandra en él viue contenta;
bien es que tus grandezas solemnize,
pues quisiste prouar de tu amor santo
Ja pureza en la muerte y en la afrenta,
y de tu gusto esseñta
buscas el fuego del trabajo y pena,
celestial salamandra, virgen santa,
y tu virtud es tanta,
que entre las llamas gozas paz serena,
y assi, porque tu ánimo se note
morir, ó padecer, tomas por mote.
Sigues, Teresa, heliotropio santo,
de Chrisio sol el curso trabajoso
y abracada á su cruz viues comenta,
y qual fino diamante sufres tanto
que el golpe de la injuria te es gustoso
y da descanso y paz la misma afrenta,
y vives descontenta
hasta que prueua de la embidia el fuego
tu pureza y virtud, amyanto sacro,
diuino simulacro,
qual salamandra gozas de sosiego
en las llamas, y assi con Dios unida
consagras á su amor el alma y vida.
Canción,-si te preguntan
cómo tu dueño tuvo atreuimiento
para aspirar á tan sublime empresa
de alabar á Teresa,
no le descuydes de dezir su intento.
y advierte que caminas para el cielo,
donde todas las faltas suple el zelo.
Compendio de las so I enes fiestas que en
toda España se hicieron en la Beatificación
de N. M. S. Teresa de Jesús. Por Fray-
Diego de San Joseph. — En Madrid, por la
Viuda de Alonso Martín, año i6i5.
Folios 142 y 143.
RAMÍREZ DE xMONTALVO
(Sor Leonor).
Fundadora del convento de la Encarna-
ción y de la Trinidad, en Florencia.
Floreció en el siglo xvii.
379. — Escribió en octavas varias vidas de
Santos y otras composiciones poéticas.
Ensayo histórico-apologético de la litera-
tura española, contra las opiniones preocu-
padas de algmios escritores modernos italia-
nos. Disertaciones del Abate D. Xavier Lam-
pillas. Traducido del italiano por D.'^ Jo-
sefa Amar y Bortón.— Madrid. Imp. de
D. Pedro Marín. Año de MDCCLXXXIX.
Tomo IV, pág. 406.
REAL (Sor Ana).
Religiosa de Altabas.
380.— Soneto á San Ramón Nonato:
¿Este enfermo quién es?— El gran Ramón
gloria de la Merced y santidad...
Certamen poético á las fiestas de la trans-
lación de la reliquia de San Ramón Nonat.
Zaragoza.— Por Juan de Lana ja. 16 18.
Fol. 42.
REAL DE FONTCLARA (D.*^ Inés).
381.— Versos en honor de San Luis Gon-
zaga:
En compañía de hombres miro un ángeb
que aunque es hombre también, pero tan noble.
— 142 —
Certamen poético que con motivo de la ca-
nonización de San Ignacio de Loyola y
de la beatificación de San Luis Gon^aga se
celebró en la ciudad de Gerona en 1622; lo
publica D. Emilio Graliit y Papell.— Gero-
na. Imp. del Hospicio.— ¿1877?
REGUERA Y MONDRAGÓN
(D/ María).
382. — Discursos leídos en la Real Socie-
dad Económica de Lugo, por Doña María
Reguera y Mondragón.
Son dos y están publicados en el Memo-
rial literario; tomo XV, páginas 99 y 226
á 233.
Tratan principalmente de la educación
popular,
REMÍREZ (D.^ Bernarda).
383. — Soneto á la Virgen:
La Reina de los orbes celestiales...
384. — Glosa:
Cuando la Virgen del cielo...
¡Oh!, qué dichoso es el prado...
Certatnen poético de Nuestra Señora de
Cogullada... Publícalo el Licenciado luán
de Iribarren i Planea. — En Zaragoza, en el
Hospital Real y General de Nuestra Señora
de Gracia. Año MDCXLIV.
Págs. 137 y 149.
REMÍREZ DE FONSECA (D.^ Ana).
385. — Décima en alabanza de su hermano
Albanio Remírez.
Si en hombros como otro Atlante...
La Cruz: por Albanio Remire^ de la Tra-
pera. Año 1612. En Madrid, por Juan de la
Cuesta.
REQUENA Y FRAGA
(D.'*^ María de las Mercedes).
Era vecina de Madrid en el año 1830.
386. — A 14 de Diciembre de 1830 solicitó
imprimir su traducción de La quinta de Ju-
vizy, obra de Mad. de Flamaville. Demo-
rándose la censura, suplicó, á 4 de Marzo
de 1831, que se llevara á cabo ésta. En
1 5 de Abril presentó los tomos II y III de
la obra.
El Consejo le concedió licencia para im-
primir el tomo I, á 28 de Abril, y censura-
dos favorablemente los otros dos en 16 de
Junio por D. Francisco Romero, se le otor-
gó igual permiso el día 20 del mismo mes.
Archivo Histórico.— Consejo de Castilla. Matrícula de
impresiones. Legajo 45.
REQUESENS (D.* Estefanía de).
Madre del insigne militar D. Luis de Zú-
ñiga y Requesens, quien tanto se distinguió
en la guerra contra los moriscos de las Al-
{Tujarras, en Lepanto y en Flandes, donde
sucedió al Duque de Alba. Estuvo casada con
D. Juan de Zúñiga, heredero de la Duquesa
de Calabria.
Además de D. Luis tuvo una hija, D.'^ Hi-
pólita de Zúñiga, mujer del Conde de Oliva.
Murió en el año 1548, según dice Sando-
val, quien escribe que hallándose con la
Corte, en Bruselas, D. Luis de Requesens,
regresó á España «porque era fallecida doña
Estefanía de Requesens, su madre, consu-
mida de una continua tristeza y dolor tan
grande que recibió de la muerte de D. loan
Zúñiga, Comendador mayor de Castilla».
Añade que fué modelo «assí en el amor
conjugal, como en otras virtudes» (i).
(i) Historia de la vida y hechos del Emperador Car-
los V, libro XXX, § IX.
— 143
387. — Instrucción de la Señora D." Este-
fanía de Rcquesens, muger que fué de Don
Juan de ^úñiga y Auellancda, Comendador
mayor de Castilla, para Don Luys de Reque-
sens, su hijo, yendo á Flandes á servir á Su
Magostad, que entonces era Principe.
Ms. del siglo XVII. — Tres hoj;is en folio.
Bib. Nac— Mss. núm. 2.o58, fols. 9 á 11.
Primeramente, hijo mío, avéis de tener delante
siempre los ojos el buen exemplo que vuestro
padre, que gloria aya, os dio, y las postreras pa-
labras que os dijo el día de su fallescimiento, que
acordándoos desto no podréys errar en nada...
Vuestros pasatiempos sean todos cosas de virtud,
pues que estáys exercitado en cosas de christiano
y de caualleros, en esgremir por soltaros, en ar-
maros algunas vezes para abezaros á correr lan-
gas y á justar, y esto sea con moderación por no
quebrantaros en tan tierna edad que os haze daño
demasiado ejercicio.
Otros pasatiempos podéis tomar que sean bue-
nos, honestos y honrados, y siendo todos desta
manera holgaros héis el tiempo que pasáredes en
ellos, y después de pensar que habéis bien em-
pleado el tiempo. Siempre os acompaña con bue-
nas compañías, y os apartad de las no tales, se-
ñaladamente de las que yo os tengo dicho, de
manera que todos conozcan que no tenéis estre-
cha conversación sino con personas virtuosas, y
aunque habéis de trabajar de ser amigo de todos,
de muy pocos lo seáis tan estrechamente que os
pueda caber parte de sus defectos, y mira mucho
á quién encomendáis vuestros secretos. Sed amigo
de lomar consejo de personas que son para darle,
porque en intereses propios fácilmente se ciegan
las personas, aunque sean viejas y experimenta-
das; cuanto más peligro tenéis vos, desto, siendo
tan mozo, que hallaréis hartos que os den consejo
sin pedírselo, á su propósito; destos os guardad,
hijo mío, y no seáis tan amigo de complacer á to-
dos que sigáis á nadie, ni tan amigo de seguir vues-
tra voluntad que os determinéis, por cumplir ésta,
á ni.iguna cosa que no la tengáis bien pensada.
RESURRECCIÓN (Sor Luisa de la).
Natural de Sevilla, donde fué mercenaria
descalza. Juntamente con Sor Clemencia
(1) Ph IV y Felipe II. Primerus diej^ meses de la Em-
bajada de Don Luis de Requesens en Roma. 1563-64. —
Madrid, ¡mp. de R. Marco, 1891.
de la Santísima Trinidad fundó un conven-
to de su Orden en Lora.
388. — Billetes á las almas para que amen
á Dios.
Matute y Gaviria, Hijos de Sevilla, tomo II, pág. 149.
REY FELIG (Sor Rafaela).
389. — Religiosa que fué en el convento de
Montesión, de Barcelona.
Soneto de pie forzado:
Eres acaso el que enturbiarías...
Insta poética consagrada á las festivas
glorias de María en su Immaculada Con-
cepción. Mantenida en la Parroquial Iglesia
de Santa María del Mar de la ciudad de
Barcelona. Por D. Francisco Modolell, y
Costa. — En Barcelona, por Narcis Casas,
año i656.
Pág. 128.
REYES (D.'"^ María Micaela de los).
Nació en Cádiz á 19 de Mayo de 1686.
Siendo de catorce años hizo voto de casti-
dad y lo guardó toda su vida. Murió á 28 de
Mayo de 1723.
390. — Relación de sus revelaciones y favo-
res divinos.
Cnf. La mejor flor que dio Mayo al cielo
en su florida estación; vida y virtudes de
D." María Micaela de los Reyes, por el
M. R. P. Fr. Ambrosio de Flanes, capuchi-
no.— En Cádiz, por Gerónimo Peralta. S. a.
RIBEIRO DA SILVA
(D.'* Juana Margarita).
391." — Publicó varias poesías y tradujo al
portugués un folleto sobre la campaña del
ejército francés en Rusia. — Lisboa. 181 8.
— 144 —
RIBERA (D.* Angela de).
3g2.— Décima á la muerte del Príncipe
Don Baltasar Carlos de Austria:
En esta pira que erige...
Relación de las funerales obsequias que
hi^o el Santo y Apostólico Tribunal de la
Itiquisición de los Reyes del Perú á... Don
Baltasar Carlos de Austria. Por D. Pedro
Alvareí de Paria.— En Lima, en la Impren-
ta de Julián Santos de Saldaña. Año de 1648.
Fol. 41.
RIBERA (D/ Leonor Ana de).
Monja que fué en el convento de la En-
carnación,
393. — Redondillas á Francisco López Pá-
rraga:
Vuestra voz al más perfeto...
Epitome á la vida i glorioso Tránsito del
Seráfico Patriarca S. Francisco. Por Fran-
cisco Lopeí Párraga, Bachiller en Teolo-
gía. A la devoción de Luis de Mercado
Arias. Con licencia.— Por Francisco de Ly-
ra, 1622.
RIBERA (D.^ Susana).
Religiosa que fué en el convento de Santa
Isabel, de Barcelona.
394. — Glosa en décimas á la Inmaculada:
Ya en aquel primer instante...
395. — Otra:
Oiga, Seor Cartulario...
lusta poética consagrada á las festivas
glorias de Marta en su /inmaculada Concep-
ción. Mantenida en la Parroquial Iglesia
de Sania María del Mar de la ciudad de
Barcelona. Por D. Francisco Modolell, y
Costa. — En Barcelona, por Narcis Casas,
año i656.
Págs. 79, 80, 117 y 118.
RICCI DE RUMIER (D.* xMagdalena).
Poetisa de últimos del siglo xviii.
El impresor D. León María Félix de Ama-
rita la elogió en estos versos:
Si las horas que consumen
Las damas de nuestros tiempos
En hinchadas vanidades
Y en fútiles devaneos,
Y si en vez de tantas modas
Que en el día van saliendo,
Imitando á la Señora
Ricci, saliese de nuevo
La moda de hacer letrillas
Tañendo en sonoro plectro
Loores discretas á Dios,
Ó á algún otro digno objeto;
Pero si por más que diga
Predicar será en desierto,
A daros la enhorabuena
Señora Ricci me vuelvo.
Mis pueriles alabanzas
No pueden engrandeceros,
Pero ya que me animastes
A salir con este empeño.
Ya que tus obras me enseñan
El prototipo más beilo.
Me he de animar á estudiar
Para poder, con el tiempo.
Con más luces y más arte,
Pregonar al venidero
Tu gloria, tu grande fama,
Tus escritos y tu ingenio.
Diario de Madrid; 24 de Junio de 1790.
Págs. 699 y 700.
2y6. — Letrilla de D.* Magdalena Ricci,
desentendiéndose de escribir al Diario por
los diez reales.
Señor Diarista,
Con el favor suyo
Escribo al Diario
Por mi medio duro.
De García Suelto
Imito el dibujo
Porque me parece
Poeta de gusto.
Le daré las gracias
De enseñarme astuto
4
— 143
A escribir al Diario
Por mi medio duro.
Diario de Madrid; 23 de Abril de 1790.
Págs. 451 y 452.
Respuesta á la letrilla de D." Magdalena
Ricci, inserta en el Diario de 23 de Abril.
Fírmala D. Lucas Alemán, y empieza:
Puesto que Madama
El premio ganó,
Denla el medio duro
Que lo mando yo...
Diario de Madrid; 1 3 de Mayo de 1790.
Págs. 531 y 532.
^gy. —Respuesta de D." Magdalena Ricci
á D. Lucas de Alemán.
398. — Romance:
Puesto que el Señor Don Lucas
Con su claro entendimiento
Ni porque son femeninos
Ha perdonado mis versos...
Diario de Madrid; 4 de Junio de 1790.
Págs. 619 y 620.
Respuesta de D. Lucas Alemán á la de
D." Magdalena Ricci.
Nuevo y curioso romance
En que da cuenta y declara
La satisfacción atenta
De Don Lucas á una Dama...
Diario de Madrid; i5 de Junio de 1790.
Págs. 663 y 664.
RIME (Sor Mariana de).
Religiosa en el convento de San Pablo, de
Zamora.
2gg. — Glosa á la muerte de Felipe IV:
Su lu^ al cuarto planeta...
El rey de los elementos...
Pira Real que erigió... la Universidad de
Salamanca á las inmortales cenizas de su
Rey y Señor D. Pheliphe IV. Refiérela el
M. F. Francisco iíojs.— Salamanca, por
Melchor Esteve. MDCLXVI.
Pág. 406.
RÍO (D.* Catalina de).
400. — Soneto á su tía D." Ana de Castro y
Egas:
Bien que soberbios; tanto, bien que iguales
del gran Filipo á la inmortal memoria...
Eternidad del Rey Don Filipe tercero
Nuestro Señor, el Piadoso. Discurso de su
pida y saíitas costumbres. Al Serenissimo
Señor el Cardenal Infante su hijo, D.' Ana
de Castro y Egas. — En Madrid. Por la Viu-
da de Alonso Martín. Año MDCXXIX.
RÍO Y ARNEDO
(D.*^ María Antonia de).
401. — Sara Th... Novela inglesa traduci-
da del francés por D." María Antonia de Río
y Arnedo. — Madrid, 1795. En 8.*
«Esta obrita, apreciable por su sencillez,
presenta un modelo del desempeño en las
obligaciones de una madre de familia, un
ejemplo de la felicidad que produce el cum-
plimiento de ellas y una pintura agradable
de las delicias de la vida del campo; para
Tormar una justa idea del mérito de esta
novela, basta decir que es una de las que
se contienen en el excelente y celebrado
poema de Las Estaciones.»
Diario de Madrid; 26 de Septiembre
de 1795.
402. — Cartas de madama Montier á su
hija, escritas en francés por madama le Prin-
ce de Beaumont, y traducidas por doña Ma-
ría del Río y Arnedo. — Madrid, 1801.
Tres vols. en 8.°
En elogio de la traductora de la novela
inglesa Sara Th... publicada en el Diario
de Madrid de 26 de Septiembre de este año.
Anacreóntica:
Ai paso que te ciñen
De rosas y claveles...
10
— 146
Soneto:
Amable sencillez, pura alegría...
Diario de Madrid; 20 de Octubre de ijg5.
RÍOS (Sor Antonia de los).
Monja en el convento de Santa Cruz, de
Córdoba.
'403.— Décimas:
Francisco, le dijo Dios...
Elogios á María Santissima. Consagrólos
en suntuosas celebridades devotamente Gra-
nada á la linipiega pura de su concepción.
Dedícalos á la Magesiad Católica de Phili-
po II n. Rey i S. N. Gregorio de la Peñue-
la Méndez, Jurado de la misma ciudad.
Dispúsolos D. Luis de Paracuellos Cabera
de Vaca.— En Granada, por Francisco Sán-
chez y Baltasar de Bolívar, ano de i65i.
Folios 271 á 273.
RÍOS (D.''' Catalina de los).
Sevillana, hija de D. Juan Alfonso de los
Ríos, Comendador mayor de Santiago. In-
gresó allí en el convento de Dueñas y llegó-
á ser su abadesa por espacio de cuarenta y
dos años. Mitigó la regla del monasterio,
pues alcanzó el permiso de comer carne al-
gunos días de la semana. Ninguna otra cosa
notable se refiere que llevase á cabo. Flore-
ció por los años 1480 y siguientes, si no está
equivocado Matute y Gaviria, de quien to-
mamos estas noticias.
404. — Relación de algunos sucesos veri-
ficados en su tiempo.
Manuscrito en el archivo del convento
mencionado.
RÍOS (D.* Francisca de los).
Hija de Hernando García, procurador de
número de Madrid, y de D." Francisca de
los Ríos. Nada más que doce años tenía
cuando tradujo la vida de Santa Ángela
Fulgino, como consta de las aprobaciones
de Gutierre de Cetina y Fr. Baltasar de
Ajofrín; también del Privilegio (i).
Elogióla Montalbán en su Para todos,
pág. 520.
405. — Vida de la Bienaventurada Santa
Angela de Fulgino. En la qual se nos mues-
tra el verdadero camino por donde podamos
seguir los pasos de Nuestro Redentor. Es-
crita por la mesma Santa (dictándosela el
Espíritu Santo) para verdadera consolación
de las almas deuotas, y para prouecho de
todos. Aora de nuevo traduzida de Latín en
lengua Castellana, por Doña Francisca de
los Ríos. — En Madrid, por Juan de la Cues-
ta. Año 1618.
Un vol. en 8.** de 335 págs., más 24 hojas
de preliminares.
Port.— V." en bl.— Fe de erratas por el Lie. Mur-
cia de la Llana. Madrid 26 de Agosto de 1618. —
Tasa, por Hernando de Vallejo. Madrid 7 de Sep-
tiembre de 1618.— Real cédula para la impresión.
Madrid 27 de Marzo de 161 8. — Advertencia. —
Aprobación del Dr. Gutierre de Cetina. Madrid
II de Noviembre de 161 7 — Aprobación deFr. Bal-
tasar de Ajofrín. Colegio de Doña María de Ara-
gón, 27 de Febrero de 161 8.— A la Sereníssima
Princesa de España D.' Isabel de Borbón, Doña
Francisca de los Ríos.— Prólogo al crístiano lector,
por la traductora.— Argumento del libro.— Tabla
de los argumentos.— Texto.
RÍOS (D.*^ María Lorenza de los).
Marquesa de Fuerte-Hijar.
Mujer que fué de D. Germán de Salcedo
y Somodevilla, á quien el Rey hizo Mar-
io El Rey. Por quanto por parte de vos, Doña Fran-
cisca de los Ríos, hija de Hernando García, procurador
del número, de nuestra Corte, y de D.* Francisca de los
Ríos, su mujer, nos fué fecha relación que mediante tener
buenos desseos de ser monja, con el fauor de nuestro Se-
ñor, y dedicándoos á su seruicio, los dichos vuestros
padres os auian hecho enseñar la Gramática, mediante la
qual auiades traduzído de latin en romance un libro inti-
tulado: Vida y milagros de Angela de Fulgino...
— 147 —
qués de Fuerte-Hijar á 13 de Junio de 1788.
D. Germán se mostró adicto á Fernan-
do VII, y por tal motivo lo apresaron los
franceses y lo llevaron á Orthez, donde mu-
rió en el año 18 10. Dejó á D.' María here-
dera de todos sus bienes.
«La Señora Marquesa de Fuerte-Hijar ha pro-
puesto y promovido en Valladolid una Junta de
Damas agregada á la Sociedad Económica de
aquel pueblo. No lo dudemos: la Señora Marque-
sa de Fuerte Hijar, procurando que se establezca
en Valladolid una a-ociación de Damas, ha hechd
un beneficio á la Nación, no sólo por el bien que
proporciona á las jóvenes de aquella tierra, sino es
t mbién en ofrecer á las señoras de aquel país unas
ocupaciones en que además de llenar todos los
deberes que les prescriben Dios y la Humanidad,
se ejerciten de un modo tan agradable á nuestros
Monarcas.»
Diario de Madrid de 16 de Noviembre
de 1793.
Págs. 1.307 y 1.308.
En el Archivo Histórico Nacional, Con-
sejo de Castilla, sección de Teatros, hemos
visto muchos informes del Marqués de
Fuente-Hijar en asuntos referentes á varios
asuntos de comediantes; son de los años 1 8o5
y iJ^o6.
406. — Elogio de la Reyna N. S. formado
por la Señora Marquesa de Fuerte-Hijar, leí-
do en Junta pública general de distribución
de Premios que celebró la Real Sociedad
Económica de Madrid en i5 de Septiembre
de 1798.— En Madrid. En la imprenta de
Sancha. S. a.
18 págs en 4.* menor.
Elogio del Rey nuestro Señor, formado
por el Señor Marqués de Fuerte-Hijar, leído
en la Junta pública general de distribución
de premios de 25 de Enero de 1794.
Publicado en las págs. 33 á 39 de la Junta
general de la Sociedad Económica de Ma-
drid, celebrada en las casas de Ayunta-
miento el sábado 25 de Enero de 1794. — .
En Madrid. En la imprenta de Sancha. Año
de MDCCXCIV.
58 págs. en 4.°
RIQUELME (D.^ Baltasara).
407. — Romance:
En aquel vaso de piedra
cuyo limitado bulto
del mayor Apeles muestra
los primorosos di6ujos,
En líquido néctar bueltos
corales mira difusos
que en abundante^ razimos
el mejor árbol produxo.
Relación de la Solemnidad con que cele-
bró la ociaba del Santísimo Sacramento en
la Iglesia Mayor de Santa Cru^ de Ecija
su Patrono D. Diego de Mendoza, Regidor
de la dicha ciudad. — Impresa en Ecija, en
la oficina de Luis Estupiñán, año 1633.
RIVADENEYRA (D." Isabel de).
Religiosa de la Orden de San Francisco.
Lope la ensalza en estos versos de su Lau-
rel (Silva 1).
Sí de Rivadeneyra
doña Jsabel, escribe,
¿cómo la fama vive
de cuantas laureó Roma ni Atenas?
Porque sus rimas, de conceptos llenas,
exceden las de Laura Terraquina,
cuanto fué la Toscana
divinamente humana,
y está siempre divina.
¡Oh! Musas, esparcid candidas flores,
que canta al Dios de amor versos de amores,
y si el cordero por canceles mira,
Dios habla, el cielo escucha, amor suspira.
408. — Glosa en cuatro décimas al Santísi-
mo Sacramento:
Ver á Dios eá imposible,
ni tratar con su grandeza
por ser tan inaccesible,
león por su fortaleza
— 148
fuego abrasador terrible;
mas ya en este blanco velo,
león, fuego. Dios escondido
come el hombre sin recelo;
luego el mejor modo ha sido...
Ivst a poética que hi^o al Santissimo Sa-
cramento en la pilla de Cifventes, el Doctor
Ivan Gutierre^. Recopilada por Diego Ma-
nuel.— Madrid, Imprenta Real, 1621.
409. — Soneto á San José:
No tanta famalel sacro Tajo tiene...
Vida, excelencias y mverte del Glorioso
Patriarca, y Esposo de N. Señora S. Joseph.
Por el Maestro Joseph de Valdivielso. — En
Toledo. Por Diego Rodríguez. Año 1604.
Reproducido en otras ediciones, cual es
la de Alcalá de Henares, por Luis Martínez
Grande, año MDCXII.
410. — Soneto en elogio de Lope de Vega:
Si el español ó el fíorentín famoso...
Rimas de Lope de Vega Carpió. A Don
Fernando Coutinho.— En Lisboa, impreso
por Pedro Crasbeeck, Afío i6o5.
Reproducido en la edición de Milán, 1 6 1 1 .
RIVADENEYRA (D.» María Josefa de).
411.— Por Doña María Josefa de Ribade-
neira, riatural de la ciudad de Arequipa, en
el Perú, que habiendo salido á luz [sus tra-
ducciones] á nombre de otras personas con
usurpación del trabajo de la traductora,
se queja ésta en las siguientes endechas
reales:
Respire de mi pecho
En quejidos acordes
Equívoca una injuria
Que no sé si la cante ó si la llore.
Fatigas de la mente,
literarios sudores,
bastó que fuesen míos
para hacerles sentir mis propios golpes.
jPosible que hasta el alma
la envidia me despoje!
¡Posible que me usurpe
débiles femeniles traducciones!
Villana pasión ciega
que en odio de mi nombre,
como vives de infamias,
compras con un delito tus honores.
En disfraz de remiendos
al público se exponen;
¡infeliz artificio!,
que grita ser ajeno lo que esconde.
Ese incongruo aparato
de retazos discordes,
el engaño desmiente
y la pasión descubre en su desorden.
No niego que aun manchadas
conmigo se conformen;
si la borrasca sufro,
¿qué tengo que extrañar los nubarrones?
Así, desfiguradas,
no han quedado tan pobres
que á su fingido dueño
no le hayan producido resplandores.
En este triunfo he sido
yo la selva ó el bosque,
que laureles y palmas
he dado para que otros se coronen.
Sic POS, non vobis nidijicatis, aves.
Así el ave su nido
construye y lo dispone
para que otros se alberguen
y en su seno descansen y reposen.
Sic vos, non vobis vellera fertis, oves.
Así la misma oveja
sus mórbidos vellones
alienta y vivifica
para que otros se vistan y se adornen.
Sic vos, non vobis melijicatis, apes.
Así la abeja extrae
dulzura de las flores,
y á pesar de su industria,
otros gustan la miel que ella recoge.
Sic vos, non vobis fertis aratra, boves.
Así sujeto al yugo
el buey la tierra rompe,
mas su fértil arado
es para enriquecer ajenas trojes.
Ejemplos consolantes
que informarán ai orbe
que en mi fortuna adversa
me alivian más las bestias que los hombres.
Correo Literario de Murcia, tomo VI
(14 de Enero de 1794), págs. 30 á 32.
Parece que tradujo, según ella misma
dice:
412. — Cartas de una peruana.
413. — Vida del Pontífice Benedicto XIV,
con notas traducidas igualmentedel francés.
RIZO (D.* Catalina).
Dama de la Infanta D.' María Teresa de
Austria, á quien acompañó cuando en el
año 1660 se casó con el rey de Francia (i).
414. — Anathema sotericon pro vita Patris
serrata.
Cítase este manuscrito en el Catálogo de
la Biblioteca Nacional, pero hace tiempo
que desapareció de ésta, por lo cual no he
podido estudiarlo.
ROALES OMAÑA Y NÚÑEZ
(D.* Isabel de).
41 5. — Décima á su hermano Francisco de
Roales:
Hermano, tu lira fuera...
Descripción de las fiestas qve en la Leal
civdad de Salamanca se hicieron, en memo-
ria de la victoria q.ue el Rey N. S. (que
Dios guarde) alcanzó por sus Cathólicas
Armas, en el Í7imortali¡{ado sitio de Barce-
lona, por Francisco de Roales Omaña, y
Núñe^. Dirigido al mayor Theatro del
Mundo, á la más aplaudida Athenas del
Orbe, y ala mejor Minerva en calidad, y le-
(1) Viaje del Rey nuestro Señor Don Felipe Quarto el
Grande, d la frontera de Francia. Funciones Reales, del
desposorio, y entregas de la Serenissima Señora Infante
de España Doña María Teresa de Austria. Por... D. Leo-
nardo del Castillo. — En Madrid, en la imp. Real. Año
de M.DC.LXVIL
Pág. 61.
149 —
tras. La Vniversidad de Salamanca. — En Sa-
lamanca, en la Officina del mesmo Author.
S. a. (La aprobación de D. Diego de Victo-
ria, fechada á 29 de Noviembre de i652.)
Ocho hojas en 4."
ROBLES (D.* Ana de).
Monja que fué en el convento de Santa
Isabel, de Baza.
416. — Soneto:
Con tanta claridad ha defendido...
Elogios á María Santissima. Consagrólos
en suntuosas celebridades devotamente Gra-
nada á la limpiega pura de su Concepción.
Dedícalos á la Magestad Católica de Phili-
po un. Rey i S. N. Gregorio de la Peñuela
Méndez Jurado de la misma Ciudad. Dispv-
solos D. Luis de Paracuellos Cabega de
Vaca. — Impreso en Granada por Francisco
Sánchez y Baltasar de Bolívar. Año de i65i.
Folio 291.
ROBLES Y BELLUGA (D.* María de).
Vivió á mediados del siglo xvii.
417. — Sus escritos espirituales, impregna-
dos de quietismo, farragosos y de lectura
imposible, ocupan nada menos que once
gruesos tomos en folio. Fueron recogidos
por el Santo Oficio.
Archivo de Simancas. — Inquisición. Leg. 1.583 y 1.584.
«Estando en la oración el día del Dulcísimo
Nombre de María era tanta la oscuridad en que
estaba, que no la puedo explicar, porque es tan
grande que no hay noche que se iguale á la os-
curidad en que estoy, pues la noche más oscura
es clara si se quiere comparar con esta oscuridad;
no podía recoger el pensamiento para meditar; es-
taba la imaginación muy distraída y en mi propio
conocimiento estaba como anegada en miserias;
más no por eso el interior se turbó, que gozaba
conociendo que si Dios no me da las virtudes no
puedo tenerlas, y estaba la voluntad rendida á la
— 1 5o —
de Dios, de forma que si no fuese voluntad de
Dios el darme virtudes, no las quiero tener» (i).
ROCABERTI (Sor Hipólita de Jesús).
Si diésemos fe á las afirmaciones de los
genealogistas (2), la Madre Rocaberti esta-
ba enlazada por vínculos de sangre con la
mitad de los Obispos, Reyes, Reinas y Vír-
genes, célebres por su santidad ó notables
hechos, cuales son San Feriol, San Gocri-
co, San Medoaldo, San Hubandelino, el
emperador Teodosio, D." Sancha de Aragón,
Santa Ita, Santa Afra y mil que no cito.
Dejando á un lado tamañas necedades, nos
concretaremos á los datos puramente histó-
ricos. D.' Hipólita Rocaberti fué hija de
D. Francisco Dalmau, vizconde de Roca-
berti, primer Conde de Módica y Osona,
Conde de Peralada y Marqués de Angleso-
la. Nació en Barcelona á22de Enero de 1549.
A los once años tomó el hábito en el con-
vento de Nuestra Señora de los Angeles,
perteneciente á la religión de Santo Domin-
go, y en la cual era Priora su tía Sor Estefa-
nía de Rocaberti; allí profesó en el año 1 565,
y muy luego la nombraron Maestra de no-
vicias. Acerca de las ansias que tenía por
recibir el martirio, cuenta el P. Lorea lo si-
guiente:
Entraron en una ocasión en Barcelona unos
moriscos, antes que Don Felipe III los desterrase, y
alborotada la ciudad se receló algún mal de ellos.
En quien obró esta aprensión con más eficacia
fué en las monjas, que cerraron las puertas con
el sobresalto. Estava la venerable Madre con una
quietud notable y el rostro tan alegre como si es-
perara una cosa de mucho contento. Reparó en
ello una religiosa y la dixo: Madre Hipólita, ¿pues
no se duele de sí y de nosotras en este lance en
que estamos? Sonrióse la sierva de Dios y la res-
(i) Tomo IX, pág. 55.
(2) Fr. José Dromendari en un libro que sacó á luz en
el año 1676, intitulado: Árbol genealógico de la casa de
Rocaberti,
pondió: Pues hija, ¿por qué he de estar triste, si en
esto que tú temes puede estar mi dicha.'' (i)
Su vida en el convento fué una serie de es-
tupendos milagros y de raras visiones; Cristo
le convirtió en pescado la carne de un plato;
en otras ocasiones le puso su corona de espi-
nas y le ayudó á tocar las campanas; San
Vicente y el coro de los mártires la recibie-
ron por hermana; vio subir al cielo las almas
del Purgatorio en forma de palomas; Santo
Tomás de Aquino le explicó los misterios de
la Eucaristía; San Jerónimo y San Agustín
rezaron con í.4la Horas canónicas.
Por su esclarecida virtud fué designada
para reformar el convento de monjas agus-
tinas de Barcelona, llamado de la Magda-
lena.
Falleció á 6 de Agosto de 1624.
Cnf. Epitojne de los veinte y quatro to-
rnos que escripia la V. M. Hypóliía de Jesús
y Rocaberti, Religiosa de la Orden de Pre-
dicadores. De las autoridades de la Sagra-
da Escritura, y Santos Padres con que les
ilustra. Algunas cartas de instancia por su
Beatificación y Canonización, y Censuras
de su doctrina &.. — Impreso en Valencia, en
la imprenta de Jayme Bordazar. Año i6b8.
Un vol. en fol. de 49 págs.
La Venerable Madre Hipólita de lesvs, y
Rocaberti, religiosa de la Orden de N. P.
S. Domingo, en el monasterio de Nvestra
Señora de los Angeles de la civdad de Bar-
celona. Epitome de sv prodigiosa vida, vir-
tudes, y admirables escritos. Sacado de los
processos de sv Beatificación, y Canotii^a-
ción, y otros instrvmentos avténticos. Com-
pvesto por el Maestro Fray Antonio de Lo-
rea, de la mesma Orden, y sv coronista. De-
dicado á lesv Christo, Dios, v hombre ver-
il) Vida déla Madre Hipólita de Jesús Rocaberti, pi-
I gina 32.
- )5i —
dadero. — En Valencia: por Vicente Cabre-
ra. Año MDCLXXIX.
4.* d., 212 págs.
Pocos libros se han publicado, no ya en
España, mas en toda Europa, tan indigestos
y farragosos como los de la Madre Hipólita.
En ellos no hay algo que se parezca á estilo
literario, ni novedad alguna en los pensa-
mientos. Son montones de hojorasca, en
mala hora editados por el celo indiscreto del
Arzobispo Rocaberti, quien se imaginaba
tener en su familia una nueva Santa Teresa.
El mismo título es absurdo en algunos de
estos libros, cual sucede en el rotulado Z)e
lo% huesos de Crislo, que no contiene, ni
mucho menos, una Osteología á lo divino.
Verdad es que de tamaños desafueros contra
el sentido común tuvieron mucha parte los
editores, quienes lejos de hacer una prudente
selección, publicaron cuantos libros halla-
ron de Sor Hipólita. Varias de estas obras
fueron puestas en el índice por el Santo Ofi-
cio. Pocas veces se podía recordar con tanta
oportunidad aquel sabio mandato del Após-
tol de las gentes: mulleres in Ecclesia ta-
ceant.
No más afortunada se mostró Sor Hipólita
en sus versos, que corregidos y todo, por sus
editores, apenas llegan á la medianía.
El mismo P. Lorea, quien tomó gran par-
te en la ordenación de esta inmensa enciclo-
pedia mística, reconoce el desaliño que había
en los escritos de la Madre Hipólita:
Aliándome en Madrid en la impresión de algu-
nos libros míos, me mandó este Prelado (D. Juan
Tomás de Rocaberti) viniese á Valencia á servirle
en la asistencia á la impresión de éstos. Viéndolos,
reconocí en ellos lo mesmo que el Cardenal Hugo
de Santo Caro, reconoció en la Biblia Sacra: que
siendo cada uno de ios Libros que contiene, una
pieza, era necesario dividirle en capítulos, y cada
capítulo en números, para que al tiempo de leer-
los tuviese la vista donde descansar, fuesen más
fáciles á la inteligencia con aquella división, y más
fáciles para citarlos, y hallar lo que en ellos se
buscase.
Cotejados estos escritos con la pureza con que
hoy se habla la lengua española, se podrá notar
que están no con aquellas voces crespas y frases
pulidas que hoy se usan, y muchos afectan en lo
que hablan y escriven. El estilo es humilde, pero
todo espíritu, y lleno de el fuego de el Espíritu
Santo que la inflamava; que los conceptos de Dios,
como no se sugetan á la pronunciación de los
mundanos, no deben estar sugetos á sus imperti-
nencias (i).
418.— Tomo primero de las Obras de la
Venerable Madre Hipólita de lesvs, y Roca-
berti, que por mandado de svs prelados y
confessores, dexó escritas de sv mano. Tra-
ta principalmente de los Sagrados Misterios
de la Infancia y Niñez de Christo; y también
de los demás de su Santa Vida, Muerte, y
gloriosa Resurrección. Sale á Ivz de orden
del llvstríssimo y Excelentíssimo Señor D.
F. Ivan Thomás de Rocaberti, sv sobrino,
por la gracia de Dios, y de la Santa Sede
Apostólica Arzobispo de Valencia, del Con-
sejo de su Magestad, Prelado Doméstico de
N. M. S. P. Inocencio Papa XI. Virrey y
Capitán general, segunda vez, del Reyno de
Valencia.— Impresso en Valencia: En la Im-
prenta de Jayme de Bordazar. Año 1683.
Un vol. en 4.° d., de 444 págs., más dos
hojas de prels.
Port.— Censura et approbatio admodum R. P.
M.Tudovici Garzonii, Procuratoris Generalis Or-
dinisServorum Beatae Mariae. In Coenobio Sancti
Marcelli, 2 Maji 1677.— Censura y aprobación del
Rev. P. M. F. Luis Garzón (versión de la ante-
rior).—Texto. (XC cap.)— Tabla de los capítulos.
Tabla de los lugares de la Sagrada Escritura.
En las págs. 409 á 411 hay la siguiente
canción á Cristo:
¡Ohl llave piadosa,
consuela esta alma que rendida pide.
(i) Vida de la Madre Hipólita de Jesús Rocaberti; Pró-
logo.
k
— I 52 —
y muéstrale el tesoro
que nadie puede ver sino el humilde.
El humilde Cordero
que por nosotros fué crucificado
abrió los siete sellos
que sólo decifrar puede su mano.
¡Oh! deseada llave
de los profetas, á que abriste el cielo,
y porque en tí esperaron,
ni avergonzados ni confusos fueron.
¡Oh! llave de oro fino,
abre mi corazón á tu ley santa;
el espíritu ardiente ^
del sea el escritor, y yo la tabla^
Con su dedo divino
su amor tan firm'e grabe
que borrarle no puedan
ni penas, ni dolor, ni enfermedades,
¡Oh! saber sempiterno,
á esta hormiguita admite
en esa abierta llaga
de tu costado, donde el alma vive.
A este vil gusanillo
tu calor sea fomento,
que de frío se muere
si no le das aliento con tu fuego.
¡Oh! llave de mi alma,
á aqueste entendimiento obscurecido
enviad esos rayos
que vuestro pecho oculta en su retiro.
¡Oh! llave gloriosa
de mi dulce Jesús, que eternidades
liberal facilita
para vivir con él y con su Padre.
¡Oh! llave, que escondida
del seno superior al mundo bajas
porque elevado el hombre
pueda ascender al cielo de tu gracia.
Jesús, amable dueño,
selle mi corazón tu dulce mano;
la culpa no le empañe;
tú seas el señor, y no el pecado.
Si eres celestial puerta,
y llave te llamó el santo Isaías,
no á mis deseos niegues
esta gloria feliz porque suspiran.
En la coluna miro
abierta por mi bien tu sacra espalda;
esa coluna sea
norte de mi desierto hasta la patria.
¡Oh! que llave divina
que abre á todos los predestinados
sin que nadie lo embargue
sino solo el pecado no llorado.
Pues si el cielo franqueas
á los atribulados y afligidos,
admite del que llora
tus ofensas, el grato sacrificio.
419. — La Venerable Madre Hipólita de le-
svs, y Rocaberti. Libro de su admirable vida,
y dotrina, qve escrivió de sv mano. Por man-
dado de svs Prelados, y Confessores. Sale á
luz de orden del Mustríssimo y Excelentíssi-
mo Señor Don Fray luán Tomás de Roca-
berti... Dedicado á lesu Christo Nuestro
Señor, en brazos de su Santíssima Madre, y
al Glorioso Patriarca de Predicadores Santo
Domingo de Guzmán, postrado á los pies
de ambas Magestades Supremas. — En Va-
lencia, por Francisco Mestre. Año 1679. —
Por Vicente Cabrera. Años 1683 y i685. —
Por Francisco Mestre. Año 1683.
Cuatro vols. 4.° d. El primero de 35 1 pá-
ginas, más seis hojas de prel. y 10 al final; el
segundo de 279 páginas y tres hojas de prel.;
el tercero de 220-128 págs. y cinco hojas al
principio; el cuarto de 690 págs., más seis
hojas al princ. y 35 al final.
Tomo I. Port. — Dedicatoria á Christo Nuestro
Señor. — Censura et approbaiio R. P. Fr. Ilde-
phonsi de Mier. Romae die 20 Augusti 1671. —
Versión castellana de esta censura. — Licencia del
Ordinario. Valencia 3 de Mayo de 1679. — Texto
dividido en LXXVIII cap. — Tabla de los capítulos.
Tabla de los lugares de la Sagrada Escritura.
Tomo II. Port. — Carta dedicatoria dirigida al
Glorioso apóstol San Pedro. — Texto, en LXXVIII
cap. — Hymnos de la Venerable Madre Sor Hipó-
lita de lesus, y Rocaberti, en alabanzas de los San-
tos Apóstoles y Mártires; reducidas á forma de
rimas de primeros consonantes unísonos.
A los Santos Apóstoles San Pedro y San
Pablo:
¡Oh! almas abrasadas
de amor de Dios llagadas
que no tratáis de amores tibiamente
ni de servir á Dios á llamaradas
sino de amar determinadamente...
— i53 —
A San Pedro Apóstol:
Apóstol, secretario
de Cristo, y de su erario
tesorero celeste, cuyas llaves
dejaste en vuestra Iglesia á su Vicario...
Al glorioso San Pablo:
Apóstol coronado
al cielo arrebatado
donde viste secretos divinales...
Al glorioso San Andrés:
Buena cruz, oh árbol deseado
cuando me veré en tí crucificado...
AI glorioso Santo Tomás (Quintilla):
Tomás, por qué dudaste...
Responde Tomás:
Yo digo lo que siento...
A los gloriosos y fuertes Mártires:
Como el oro entre ardores
de llamas y crisoles...
Himno en alabanza de la Santa Iglesia
Católica (Romance):
Ya que la Iglesia me ofrece
de madre su pecho amado...
Himno en desprecio del mundo (Redon-
dillas):
Pues á cuanto el mundo alaba
pone fin la sepultura,
no quiero bien que no dura,
ni temo mal que se acaba,
Llore yo el tiempo pasado
y menosprecie el presente,
meditando atentamente
el tiempo que no ha llegado.
Pues el tiempo está pasando
y se me acerca la muerte,
quiero vivir de tal suerte
que en el bien me halle velando.
La cruz quiero por cayado,
séanme clavos y lanza
asilos de mi esperanza
en mi corazón fijados.
Aunque vivo en este mundo,
tratóle como traidor,
aborrezco su favor,
vistome de su descuido.
A mi alma, cual carbón,
muerta, negra, fría y fea,
con la sangre la hermosea
que por mí dio en tu Pasión.
La muerte venir afecta;
yo deseo que no tarde
cuando mi corazón arde
en la caridad perfecta.
Si el mundo llama al perdido,
llama Jesús sus electos;
quiero ser de los perfectos
y á Jesús prestar oído.
Este es cordero y pastor
y yo su pequeña oveja,
y así mi amor se apareja
á oir la voz del Señor.
¡Oh! si en esta tierra ajena
viviera yo de tal suerte
que cuando llegue la muerte
venga muy en hora buena.
Romance [de un P. de la Compañía]:
En el monte de Sión
donde la Virgen vivía...
La canción siguiente hizo el Maestro Ber-
nardino, varón docto y Lector de Teología,
á honra y gloria de la admirable Ascensión
de Jesu Cristo á los c¡ek)s:
[Se] enternezcan las entrañas
de las siervas del Señor;
manifiéstese el amor
que le tienen.
Otras cosas hoy no suenen
en el cielo de su alma
sino las que causan calma
de reposo.
La subida de su Esposo
cause mucho gozo en ellas;
mueran las viejas querellas
sin tardanza.
Vístanse de confianza,
porque vence al adversario,
y olvídese todo agravio
quietamente
Serventesios místicos:
Echándome tus rayos, noche y día
oh soberano sol y amado Esposo...
1 54
Cántico del Doctor Diego Pérez, andaluz,
muy gran siervo de Dios, á la feliz Nativi-
dad de el Hijo de Dios, en carne:
Mírame en este pesebre,
alma querida de mí...
Liras de Juan de Calatrava, en alabanza
de las penas:
Quien no sabe de penas
en este valle lleno de dolores,
no sabe cosa buena,
ni ha gustado de amores....
Liras en alabanza del Santísimo Sacra-
mento, hechas por un religioso del Seráfico
Padre San Francisco:
¡Oh! quién de serafines
tuviese el fuego ardiente, que pudiese
cantar con mil clarines
de un Dios el amor, y fuese
tan digno que el Señor favor le diese....
Tabla de los capítulos. — Tabla de los lugares de
la Sagrada Escritura.
Tomo III. Port.— Censura y aprobación del
R. P. M. Fr. Alonso de Mier. Roma 20 de Agos-
to de 1671. — Aprobación del M. R. P. Fr. Luis
Alejandre de Hiponi. — Licenc'a del Ordinario. Va-
lencia 6 de Abril de i685. — Texto de la primera par-
te del libro 3." en LX cap. — Pág. igS, Canción (es
una glosa).
El cordero anda volando...
Protestación.— Tabla de los capítulos (LXXXIX).
Tabla de los lugares de la Sagrada Escritura.
Segunda parte del libro tercero de la vida de la
venerable Madre Sor Hipólita de Jesús y Rocaber-
ti. Refiérense las mercedes que Dios le hizo en el
año de 1607. (Contiene LX cap.)— Protestación. —
Tabla de los capítulos.— Tabla de los lugares de
la Sagrada Escritura.
Tomo IV. Port.— Al divino S. Dionisio Areopa-
gita.— Censura et approbatio R. P. Fr. Ildephonsi
de Mier. Romae die 20 Augusti 1671.— Versión
castellana de esta censura.— Aprobación del Doc-
tor Joseph Bonet. Valencia 29 de Junio de i683.—
Licencia del Ordinario.— Texto dividido en dos
partes; la i.'con CXVIl cap.; la 2.* con CCV.—
Tabla de los capítulos.— índice de los lugares de
la Sagrada Escritura.
420. — La celestial lervsalcn, con la expo-
sición del Psalmo svper flumina Babilonis,
y de otros muchos lugares de la Escritura.
Qve compvso por mandado de sus Prelados,
y Confessores, la venerable Madre Hipólita
de lesvs y Rocaberti. Sale á Ivz de orden del
Ilvstrissimo y Excelentíss'imo Sr. D. F. Ivan
Thomas de Rocaberti,... Dedicado por la
Venerable Madre á la Reyna de los Ánge-
les María Santíssima. — En Valencia: En
la Imprenta de la Viuda de Benito Macé.
Año 1683.
Un vol. en 4.° d. de 556 págs, y ocho ho-
jas al princ.
Port. — Ofrécese esta obra á la Santíssima Madre
de Dios. — Censura et approbatio R. P. Martini de
Esparsa, Soc, Jesu. Coliegio Romano, die 3 Ju-
nii 1676.— La mis-na censura, vertida en caste-
llano.— Lo que siente deste libro y de su Autora
el Padre Vicente Navarro, de la Compañía de Je-
sús.— Licencia del Ordinario. Valencia 8 de Di-
ciembre de 1682.— A quien leyere. — Primera parte
del viage de la celestial lervsalén. (LXXXV cap.) —
Segunda parte. (LXXXVI cap.)— Tabla de capítu-
los.— índice de los textos de la Escritura Sagrada.
42 1 . — Las cinco piedras de David. Delinea-
das en cinco portentosas vidas: del venerable
P. F. Joseph de Rocaberti, Religioso Capu-
chino: de la Venerable Madre Sor Estefanía
de Rocaberti, Carmelita Descalza hermana
suya: de la V. M. Gerónima de Rocaberti:
de la V. M. Sor Emerenciana de Rocaberti:
y de la V. M. Sor Hipólita de lesus y Ro-
caberti: estas tres Religiosas Dominicas del
convento de los Angeles de la ciudad de
Barcelona. Y veinte y tres exemplares vidas
que dexó escritas de su mano la V. M. Hi-
pólita, Hijas de dicho Monasterio.
Escrivió las cinco piedras y amplificó y
exornó las veinte y tres el Dotor Jacinto
Busquets Matoses, Presbytero... el qual le
dedica al muy Ilustre Señor Don Guillem
de Rocafull y Rocaberti, y Boíl, Conde de
I
— i55
Paralada y Albatera, Bisconde de Rocabcr-
ti. — En Valencia. En la imprenta de layme
de Bordazar. Año 1684.
Vn vol. en 4.° de 204 págs., más 10 hojas
de prels.
422. — Comentario, y Mística exposición
del sagrado libro de los divinos Cantares de
Salomón. Dividido en dos libros, que com-
puso por mandado de sus Prelados, y Confe-
sores, la venerable Madre Hipólita de lesús,
y Rocaberti. Sale á luz de orden del llus-
tríssimo D. F. luán Thomásde Rocaberti...
Dedicado por la V. Madre á la Gloriosa
Virgen S. Teresa de lesús. — En Valencia,
por Manuel Gómez González de Lastra.
Año 1683.
Un vol. 4.* d. de 399 págs., más seis hojas
al princ. y 24 al final.
Port. — Censura y aprobación del R. Padre Mar-
tín de Esparsa, de la Compañía de Jesús. — Cole-
gio Romano, 3 de Junio de i6j5. — Censura del R.
Padre Fray Serafín Tomás Miguel. Valencia i de
Abril de 1083. — Licencia del Ordinario D. Juan To-
más de Rocaberii. Valencia 2 de Abril de ib83. —
Prólogo de la Venerable Madre Sor Hipólita de Je-
sús y Rocaberti. — Dedicatonade ésta á Santa Tere-
sa.— Comentario sobre el libro de los Cantares de
Salomón. — (El primer libro LV capit.; el segun-
do LXj. — Tabla de los capítulos. — Tabla de los
lugares de Escritura.
Sigue una breve noticia de la vida y escritos de
la venerable Madre Sor Hipólita de lesús y Roca-
berti.
30 págs. en folio.
423. — Exposición de la regla de S. Agvs-
tín, y otros cinco tratados espirituales. El
Primero: De la Perfección Christiana. El Se-
gundo, y Tercero: Celestiales Documentos
para la perfección Religiosa. El Quarto y
Quinto: Alabanzas de la santa Soledad, y
Silencio: y admirables efectos del Agua Ben-
dita. Qve compvso por mandado de sus Pre-
lados, yConfessoresla Venerable Madre Hi-
pólita de lesvs, y Rocaberti. Sale á luz de
orden del llvstríssimo y Excelentíssimo Se-
ñor D. F. Ivan Thomas de Rocaberti, sv so-
brino... Arzobispo de Valencia, del Consejo
de Su Magestad. Segunda impressión. Dedi-
cado al Gran Padre y Dotor de la Iglesia S.
Agustín. — En Valencia: En la Imprenta de
la Viuda de Benito Macé. Año 1863.
Un vol. en 4." d. de 148-68 págs., más
12 hojas al princ. y cuatro al fin.
Port. — Dedicatoria que hizo al Reverendíssímo
Padre M. Fr. Juan Bautista Marinis, General de
Predicadores, el llustríssimo Señor D. Fr. Juan
Thomás de Rocaberti. — Censura y aprobación
que el año 1660 dio en la primera impresión de este
libro el M. R. P. Fr. Acacio March de Velasco, de
la Orden de Predicadores. — Aprobación que dio el
año 1660 el M. R. P. M. Fr. Marcelo Marona, Ca-
thedrático de Theología en la Universidad de Va-
lencia. Valencia 3 de Noviembre de iGSg. — Censu-
ra et approbatio admodum R. P. M. Fr. Julií
Mariae de Blanchis. — Al gran Padre y Dotor de la
Iglesia San Agustín. — Protestación de la Venerable
Madre. — Breve exposición de algunos principales
puntos de la regla de San Agustín... por el Beato
Umberto de Romanis, cuarto General de la Reli-
gión de Santo Domingo; la tradujo la Venerable
Madre Hipólita. — Explicación de la regla de nues-
tro gran Padre y Patriarca San Agustín. (XXI ca-
pítulos).—Tratados espirituales. — Documentos
espirituales, escritos para ciertas señoras que que-
rían tomar el hábito y profesar el estado de reli-
giosas. (XXIll documentos). — Convento espiritual
que compuso la V. M. Hipólita de Jesús y Roca-
berti, á petición de tres devotas señoras deseosas
de ser religiosas Descalzas. — Alabanzas de la So-
ledad, (XV cap.)— Tratado de la virtud y alaban-
zas del santo silencio. — Tabla de capítulos. — Ta-
bla de lugares de Escritura.
424. — Exposición de la Salve Regina que
por mandado de sus Prelados, y Confessores,
dexó escrita de su Mano la Venerable Madre
Hipólita de lesús, y Rocaberti. Sale á luz
de orden de su sobrino... Don Fray Juan
Thomas de Rocaberti... Conságrale la mis-
ma V. M. á la Madre de Dios, la Virgen Ma-
ría.— En Valencia, por Manuel Gómez, año
, de 1684. Por Francisco Mestre, año de i685.
56 —
Tres vol. 4.° d; el i." de 369 págs., más
ocho hojas de prels.; el 2° de 547 págs., más
cuatro hojas al princ. y 41 al final; el 3.° de
483 págs., más 1 5 hojas de preliminares.
Tomo I. Port.— Censura R. P. Fr. Francisci
María de Cremona. Ex Romano Araceli conven-
tu, 4 octobr. 1677.— Traducción de esta censu-
ra.—Licencia del Ordinario.— Al que leyere.— Pró-
logo de la V. M. Sor Hipólita de Jesús y Rocaberti.
Exclamación y dedicatoria á la Madre de Dios,—
Libro primero; (dividido en CXX cap.)— Pág. 335.
Tabla de los capítulos.- Pág. 348. índice de los
textos principales de la Sagrada Escritura.
Tomo n. Port.— Censura del R,. P. Fr. Gerardo
de Veo. Valencia 1 de Junio de i685.— Licencia del
Ordinario. Valencia i de Junio de i685.— Libro
segundo (CLVII cap.)— Tabla de los capítulos.—
Tabla de los lugares de la Sagrada Escritura.
En las págs. Sog á 5i i hay dos Canciones
á la Virgen.
I.* ¡Oh! Virgen soberana, entre las glorias
que de vos con gran gozo considero,
es que de madre y virgen siempre intacta
gozáis los singulares privilegios.
Los ángeles se admiran, y alabanzas
á su Criador tributan en inciensos,
de que sois hija y madre juntamente,
uniendo sola vos tales extremos.
Vuestra hermosura alados serafines
celebran, viendo que esos ojos bellos
fueron imán de los divinos ojos
donde se cifra de la gloria el premio.
En pureza vencéis todos los santos,
en humildad y amor sois mar inmenso
donde navegó aquél que mucho os ama
para que el pecador hallase puerto.
Mi corazón. Señora, se os dedica;
ennoblezcan la ofrenda los deseos,
que para hacer más digno el sacrificio
quisiera yo poder lo que no puedo.
Después de vuestro Hijo, ¡oh! reina mía,
no halla mi alma contento ni consuelo
en que descansar pueda la esperanza,
sino es en vos que sois puerta del cielo.
En el mar de esta vida trabajosa,
puesto en la navecilla de este cuerpo
miro, y suspiro á vos, mi dulce estrella,
norte seguro al navegante incierto.
Vuestros pechos son vino regalado,
dulce alivio al que os ama, y fiel recreo,
porque le defendéis del enemigo
y de su astuto y engañoso enredo.
Bueno es á mí llegarme á tal morada,
donde no temeré su cruel ceño;
teniendo yo á María de mi parte,
aliste sus banderas el Infierno.
¡Oh! pechos amorosos, ¡cuan humildes
cultos debe ofreceros el respeto,
pues vuestra dignidad fué tan extraña
que al mismo Criador fuiste alimento!
2.* Niño Jesús, ¿quién sois Bondad Eterna?
Tomo IlL Port. — Censura del R. P. Fr. Serafín
Tomás Miguel. Valencia 23 de Agosto de 1684. —
Licencia del Ordinario. Valencia 28 de Agosto
de 1684. — Discurso introducción al lector. — A la
Virgen Santísima de Requesens.— Texto del libro
3.° dividido en LXIII cap. — Tratado de la Passión
y muerte del Hijo de Dios, fruto bendito de las
entrañas de la virgen María (XXXVI cap.) — Tabla
de los capítulos. — Tabla de los lugares de la Sa-
grada Escritura. — índice de los más señalados
favores que en esta obra refiere haber recibido de
Jesu Christo y su Madre, la V. Sor Hipólita de
Jesús y Rocaberti.
425. — Exposiciones literales, y místicas,
dividido en dos tratados, el Primero de los
Psalmos, liciones, y responsos, que comun-
mente se rezan en la Iglesia por las Almas
de los Difuntos. El Segundo de los Psalmos
de las Horas Canónicas. Que compuso por
mandado de sus Prelados, y Confessores la
venerable Madre Hipólita de lesús, y Roca-
berti. Sale á luz de orden del llustríssimo y
Excelentíssimo Señor D. F. Juan Thomás
de Rocaberti, su sobrino. — Impresso en
Valencia, por Francisco Mestre. Año 1683.
Un vol. 4.° d, de 468 págs., más cuatro
hojas de prel. y 24 al final.
Port. — Carta dedicatoria á ías Santas Vírgenes,
la Seráfica Santa Catalina de Sena, Santa Clara,
Santa Inés de Monte Policiano y en particular á
Santa Gertrudis. — Censura et approbatio admo-
dum R. P. Fr. Julii Marías de Blanquis. — Texto ^1
dividido en LXXXVIII cap. — Tabla de capítulos.
Tabla de lugares de la Sagrada Escritura. — Tabla
de las cosas más notables.
-i57-
426. — Libro del reconocimiento de los
amigos del Cielo. Que compuso por manda-
do de sus Prelados y Confessores, la venera-
ble Madre Hipólita de lesús, y Rocabcrti.
Salea luz de orden del llustríssimo y Exce-
lenlissimo Señor, D. F. Thomás de Roca-
berti, su sobrino... Dedicado por la venga-
ble Madre al Glorioso Mártir San Ignacio,
discípulo de San luán. — En Valencia, en
la Imprenta de la Viuda de Benito Macé.
Año i685.
Un vol. en 4.* d. de 330 págs., más cua-
tro hojas al princ. y 14 al final.
Pon. — Carta del autor en que dirige y ofrece
este libro ai glorioso Mártir San Ignacio. — Apro-
bación del Doctor Juan Bautista Ribes. Valencia
1 5 de Febrero de i685.— Licencia del Ordinario. —
Texto dividido en XCIV cap. A la conclusión hay
tres cánticos:
I." Dulce Jesús mío, apiádate de mi
2." Cuando estoy pensando tu inmensa grandeza
3.° ¡Ay, ay, ay de mi!, ¿qué ha sido esto?
Tabla de los capítulos. — L.dice de los textos de la
Sagrada Escritura.
427. — Perfeto Christiano, siguro camino
de la perfección, celestiales documentos y
evangélicos consejos con admiración ense-
ñados: para el mayor adelantamiento de las
almas en la virtud. Recogidos de diferentes
lugares del primer tomo de la Vida que por
mandado de sus confessores escrivió la ve-
nerable Madre Hipólita de lesijs y Rocaber-
ti, impressa ya en Valencia. Sale á luz de
orden de su sobrino el llustríssimo y Exce-
lentíssimo Señor D. F. Juan Thomás de Ro-
caberti. Arzobispo de Valencia y Capitán
general, segunda vez, del Reyno de Valen-
cia.— Valencia. Por Juan Lorenzo Cabre-
ra. 1683.
Un vol. en 4.** d. de 226 págs., más cinco
hojas al principio.
Port. —Dedicatoria á las ilustres, portentosas
vírgenes Santa Catalina de Sena, Santa Rosa de
América, etc. — Censura del Ür. Jacinto Busquets
Matoses; 18 de Mayo de i683.— Texto.— Tabla de
los capítulos. — Tabla d¿ los lugares de la Escritu-
ra Sagrada.
428.— De los sagrados hvessos de Christo
Señor nuestro, que compvso, por mandado
de svs Prelados, y Confessores, la venerable
Madre Hipólita de Icsvs y Rocaberti. Sale
á Ivz de orden del llustríssimo, y Excclentís-
simo Señor D. F. Ivan Thomás de Rocaber-
ti,... Arzobispo de Valencia,... Virrey, y Ca-
pitán general del Reyno de Valencia. — En
Valencia, en la imprenta de la Viuda de
Benito Macé. Año 1679.
Dos vols. 4.° doble; el primero de 312 pá-
ginas, más 10 hojas al princ; el segundo de
460 págs. y seis hojas al princ.
Tomo I. Port. — Dedicatoria á Christo Señor
Nuestro Crucificado. — Censura et approbatio R.
P. Joannis Baplistae de Arata. Die 20 Januarii 1677.
Censura y aprobación del R. P. Juan Bautista de
Arata. (Traducción de la anterior). — Aprobación
de Juan Bautista Cas y Ribera. Valencia 1 de Mar-
zo de 1679. — Licencia del Ordinario. Valencia 8 de
Marzo de 1679. — Texto. — Tabla de capítulos. —
Tabla de lugares de la Sagrada Escritura conte-
nidos en este libro.
Tomo IL Port. — [Dedicatoria al] Soberano
Señor crucificado. — Censura et approbatio R.
P. Joannes Baptistae de Árala. Die 20 Januarii 1677.
(Traducción de esta censura). — Aprobación del
Doctor Don Antonio Ferrer y Milán. Valencia
20 de Mayo de i68i. — Licencia del Ordinario.
Valencia 8 de Marzo de 1681. — Texto. — Tabla
de capítulos. — Tabla de lugares de la Sagrada
Escritura.
429. — Memorial de la Passión de N. S. lesv
Christo. Dividido en tres libros, que con-
tienen: el Diario de los favores que recibió
de la Divina mano el año 1606. Y las Medi-
taciones y ponderaciones sobre los Lugares
que más propiamente explican los Myste-
rios, é Instrumentos de la Sagrada Passión,
que dexó escrito de su mano la V. Madre
Hipólita de lesvs y Rocaberti. Sale á luz de
orden del Ilvstríssimo y Excelentíssimo Se-
i58 —
ñor D. F, Ivan Thomás de Rocaberti, su
sobrino, Arzobispo de Valencia. Tercera
parte de las alabanzas de los divinos hvesos
de lesvchristo, dividida en siete libros, fun-
dados en la Doctrina de la Sagrada Escritu-
ra y Santos Padres. — Valencia, por Fran-
cisco Mestre, Impressor del Santo Oficio.
Año 1683.
Un vol. de 214-104 págs., más seis hojas
al princ. y 17 en medio.
Port.— Censura et approbatio admodum R. P.
Fr. Ildephonsi de Mier, Procuratoris Generalis Or-
dinis S. Benedicii. Romae die 20 Augusti 167 1. —
Censura y aprobación de Fr. Alonso de Mier (Tra-
ducción de la anterior). — Aprobación del Dr. lo-
seph Bonet. — Censura et approbatio R. P. M.
Fr. Julii Mariae deBlanchis. — Licencia del Ordina-
rio. Valencia 3 de Mayo de i683. — Carta dirigida al
glorioso San Gerónimo. — Texto, que ocupa 111
páginas.— Libro segundo. Alabanzas de la coluna
en que N. S. lesu Christo fué azotado y de los
otros instrumentos de su Passión. — Tabla de los
capítulos. — Tabla de los lugares de la Sagrada Es-
critura.— Tercera parte del libro de los huessos de
Christo N. S.
430. — Templo del Espíritv Santo dividido
en quatro libros, qve contienen El propio co-
nocimiento: La preparación del Alma antes
de la Oración: El consuelo de afligidos, y la
Gloria de los Santos. Qve compvso por man-
dado de sus Prelados, y Confessores, la ve-
nerable Madre Hipólita de lesvs y Rocaber-
ti. Sale á Ivz de orden del Ilustríssimo y
Excelentíssimo Señor D. F. Ivan Thomás
de Rocaberti, sv sobrino, Argobispo de Va-
lencia... Capitán general, que fué, del Rey-
no de Valencia.— En Valencia: Por Vicente
Cabrera. Año 1680.
Un vol. en 4." d. de 548 págs., más seis
hojas al principio.
Port.— Censura et approbatio Frat. Ludovici
Garzonis. Conventu S. Marcelli de Urbe, 2 Maji
1677.— Censura del M. R. P. M. Fr. Pedro de la
Cruz, Prior del Convento de San Felipe de Car-
rnelitas Descalzos de la ciudad de Valencia. Va-
lencia 5 de Abril de 1680.— Censura del M. R. P.
M. Fr. Domingo Alegre de la Orden de Predicado-
res. Valencia 4 de Abril de 1680.— Al lector. — Li-
bro primero. En que trata de como el christiano es
verdadero templo del Espíritu Santo (XXXIV capí-
tulos).—Libro segundo (XXXIII capítulos).— Libro
tercero (XIV capítulos).— Libro quarlo (LXIII ca-
pítulos.— Tabla de los capítulos.— Tabla de los
lugares de la Sagrada Escritura.
431. — Tratado dividido en qvatro libros.
El Primero contiene: La E.xposición Lite-
ral, y Mística de los Psalmos Penitencia-
les. El Segundo: La preparación para la
muerte. El Tercero: Coloquios del Alma
Christiana con Dios. El Quarto: Fundamen-
to sólido de la Oración, por ser todo fundado
en el santo Evangelio. Qve compuso por
mandado de sus Prelados, y Confessores, la
venerable Madre Hipólita de lesvs y Roca-
berti. Sale á Ivz de orden del... Señor D. F.
Ivan Thomás de Rocaberti, sv sobrino...
, Argobispo de Valencia. — En Valencia: en la
Imprenía de Jayme de Bordazar. Año 1683.
Un vol en 4.* d. de 575 págs., más cuatro
hojas al princ. y 21 á la conclusión.
Port. — Dedicatoria en que se ofrecen estos qua-
tro libros á la Virgen Santíssíma. — Censura et ap-
probatio admodum R. P. M. Fr. Julii Mariae. de
Blanchis.— Licencia del Ordinario. Valencia 3 de
Mayo de i683. — De la exposición de los siete Psal-
mos Penitenciales. (XLI cap.)— Preparación para la
muerte. (XXXVI capítulos).— CoUoquios del alma
christiana con su Dios. (XL cap.)— Libro intitula-
do fundamento sólido de la oración, porque todo
va fundado en el Santo Evangelio de Nuestro Sal-
vador Jesu Christo. (XXVI cap.)
En las págs. 517 á 525 hay tres poesías es-
pirituales.
I.** Alégrense feliz la tierra y cielo
montes, collados, muestren su consuelo;
regocíjense mares, ríos, fuentes,
de que al mundo vendrá el Rey de las gentes.
Y pues verán los fines de la tierra
al que en sí la salud y vida encierra,
expliquen los mortales su contento,
pues para todos es su advenimiento.
— I 5q —
Vierta el cielo su puro y fiel rocío,
lluevan las nubes al que justo y pío
es de la tierra el bien, y el deseado
en quien ha de exultar todo collado.
Disiilen, pues, los cíelos sus dulzuras,
gócenlas los profundos, las alturas;
sean, pues, los sobervios derribados
y los humildes valles ensalzados...
Oh profeta Isaías admirable
que alegres nuevas dais de mi querido
Pues estoy en el destierro
apartado de mi dicha,
quiero escribir á mi amado
y á su piedad compasiva.
Abrasadme con el fuego
de vuestra llama infinita,
y que ardiendo en vuestro pecho,
en él descanse, en él viva.
Y pues aquesto es verdad,
¡oh! caridad sin medida,
sacad mi alma del cuerpo
porque os vea noche y día.
Que estoy de vos apartado,
¡mirad qué pena tan viva!
y de tanta libertad,
vuestra adopción me hace digna.
¡Oh! cuándo, mi Dios, ¡oh! cuándo,
las cadenas ya rompidas
de este cuerpo, gozaré
vuestra dulce y clara vista.
Como ciervo fatigado
que la ardiente sed le incita
á desear la fuente clara,
alivio de sus fatigas.
Mi alma así está sedienta
de ti, fuente de agua viva;
¡ay! cuándo apareceré
ante tu cara divina.
Fueron mis lágrimas pan
en la noche y en el día,
mientras me están preguntando:
¿dónde tu Dios se retira?
El amoroso deseo
veloz á tí se encamina,
la senda de tu ley busca
y en ella el cuidado fija.
En nada encuentro consuelo;
en mi destierro afligida,
sólo tu dulce memoria
mi recreo facilita.
A mi esposo referid
que muero de amor herida,
y puesta en él mi esperanza,
su incendio me vivifica.
Con suspiros entrañables
ya el morir pido rendida,
porque libre de la cárcel
pueda lograr vuestra vista.
Pienso que estáis esperando
como á la oveja perdida
el pastor, que con sus silbos
porque no tarde Ix anima.
Ella con balidos sigue
las pisadas que la guían;
así yo en vuestra palabra
pongo el norte de mis dichas.
Cual paloma que gimiendo
bosques y selvas registra,
sin que en el diluvio humano
encuentre donde el pie imprima.
Así mi alma, muriendo,
al celeste puerto aspira,
y hasta que tal suerte logre
el destierro la fatiga...
Las dos últimas en romance; la primera
en cuartetos.
Protesta del Autor. — Tabla de los capítulos. —
índice copioso en que se señalan los lugares de
la Escritura Sagrada que se contienen en este
libro.
432. — Tratado de los estados, dividido en
cinco libros. El Primero: De los Reyes, y
Prelados Eclesiásticos. El Segundo: De lu-
dith. Trata de las viudas. El Tercero: Diálo-
go entre las Potencias del alma, y la Imagi-
nación. El Quarto: Diálogo entre el Amigo
y el Amado. El Quinto: Contiene treinta y
siete Epístolas del mismo assumpto. Qve
compvso por mandado de sus Prelados, y
Confessores, la Venerable Madre Hipólita
de lesvs y Rocaberti. Sale á luz de orden del
Ilustríssimo y Excelentíssimo Señor D. F.
Ivan Thomásde Rocaberti sv sobrino... Ar-
zobispo de Valencia... Virrey, y Capitán Ge-
neral, que fué, del Reyno de Valencia.— En
Valencia, por Vicente Cabrera. Año 1682.
Un vol. en 4." d. de 570 págs., más tres
hojas al principio.
Port.— Censura et approbalio admodum R. P.
Fr. Ildephonsi de Mier, Procuratoris Generalis Or-
dinis S. Bened'cii; Romae 20 Augusii 1671.— Li-
bro primero. (XLVII cap.)— Libro segundo. (XXX
capítulos).— Libro tercero. (XXXIII capít.)— Libro
cuarto. (XXIII cap.)— Libro quinto.— Tabla de
los capítulos.— Tabla de los lugares de la Sagrada
Escritura.
433. — Tratado de la penitencia, temor de
Dios, y meditaciones celestiales que compv-
so por mandado de sus Prelados, y Confesso-
res, la Venerable Madre Hipólita de lesvs y
Rocaberti. Sale segvnda vez á luz de orden
del llustríssimo Sciior D. F. Ivan Thomás de
Rocaberti, sv sobrino. Arzobispo de Valen-
cia, Capitán General que fué, del Reyno de
Valencia. — En Valencia, por Francisco
Mestre, Impressor del Santo Tribunal de la
Inquisición. Año 1680.
Un vol. en 4.° doble de xxxvi-364 páginas,
más cinco bofas de prels.
Port. — V." en bl. — Censura del Dotor losef Bo-
net. Valencia 3 de Abril de 1680. — Prólogo al lec-
tor. Censura y aprobación del M. R. P. Fr. Pe-
dro Mártir Moxes, Barcelona 20 de Diciembre
de 1643.— Aprobación del M. R. P. Fr. Miguel
Torbavi, de la Compañía de Jesús. Colegio de Be-
lén, 3o de Abril de 1643. — Oración que se tuvo en
las honras de la Venerable Madre Sor Hipólita de
Jesús y Rocaberti. — Dedicatoria de la V. Madre
Hipólita de Jesús á la Santísima, é individua Tri-
nidad.— Prólogo de la Venerable Madre Hipólitade
Jesús. — Texto dividido en tres libros. — índice de
los capítulos. — Tabla de los lugares de la Sagrada
Escritura.
434. — Tratado del rendimiento del tiem-
po perdido. Dividido en quatro libros. El
primero trata: de la Vía Purgativa. El se-
gundo: de la Vía Iluminativa. El tercero: de
la Vía Unitiva. El quarto: de la Oración, y
contemplación, según que corresponde á la
Práctica de la Vía Unitiva. Que compvso
por mandado de sus Prelados, y Confesso-
res, la venerable Madre Hipólita de Jesvs y
Rocaberti. Sale á Ivz de orden del Ilustrísi-
60 —
mo Señor D. F. Ivan Thomás de Rocaberti,
su sobrino. — Valencia, por Francisco Mes-
tre, Impressor del Santo Oficio. Año 1680.
Un vol. en 4.° doble de 402 págs., más
cinco hojas de prels.
Port. — Censura et approbatio Fr. Ludovici Gar-
zonis. Romae 28 Septembris 1676. — Censura y
aprobación del M. R. P. M. Fr. Joseph Pastor. —
Introducción de la Venerable Madre. — Prólogo. —
Texto. — Tabla de los capítulos. — Tabla de los
lugares de la Sagrada Escritura.
435. — Tratado de los santos angeles en
qve se explican, y ponderan las Calidades,
Excelencias, y Ministerios, que para con los
Hombres exercitan aquellos Celestiales Es-
píritus. Que compuso por mandado de sus
Prelados y Confessores la venerable Madre
Hipólita de Jesús, y Rocaberti. Sale á luz
de orden del llustríssimo y Excelentíssimo
Señor D. F. luán Thomás de Rocaberti, su
sobrino... Dedicado á los mismos Celestia-
les Príncipes de la lerusalén Triunfante. —
En Valencia, por Manuel Gómez. Año 1683.
Un vol. 4.* d. de 270 págs., más seis hojas
de prels. y 18 al final.
Port. — Censura del R. P. Fr. Serafín Tomás
Miguel. Valencia 22 de Agosto de i683. — Licencia
del Ordinario. Valencia 23 de Agosto de i683. —
Prólogo al lector. — Texto dividido en aCIII capí-
tulos.— Tabla de los capítulos. — Tabla de los
lugares de la Sagrada Escritura.
436. — Tratado de las Virtudes, dividido
en quatro libros. El primero del santo
silencio. El segundo, de la virtud de la es-
peranza. El tercero, de la caridad. Y el
quarto, de las divinas alabanzas. Que com,-
puso por mandado de sus Prelados y Con-
fessores, la venerable Madre Hipólita de
lesús, y Rocaberti. Sale á luz de orden
del llustríssimo y Excelentíssimo Señor
Don luán Thomás de Rocaberti, su so-
brino... Dedicado por la V. M. á los muy
venerables Padres del Yermo San Pablo,
-^ i6
primer Ermitaño, al Grande S. Antonio, y
al S. Abad Hilarión y dichoso S. Onofre. —
En Valencia, en la Imprenta de la Viuda de
Benito Macé. Año 1684.
Un vol. en 4.° d. de 337-90 págs., más
siete hojas de prels., 19 en medio y 7 al
final.
Port. — Carta dedicatoria enderezada á los muy
venerables Padres del yermo San Pablo, San An-
tonio, San Hilarión y San Onofre.— Censura del
P. Fr. Gerónimo Valle. Barcelona ig de Febrero
de 1676.— Censura R. P. Mariini de Esparsa; 3 de
Junio de 1676. — Traducción de la misma. — Licen-
cia del Ordinario. Valencia 8 de Diciembre de 1682.
Texto dividido en tres lloros; el primero contie-
ne XII capítulos; el segundo LVII; el tercero LV. —
Tabla de los capítulos. — índice de los textos
contenidos en este libro. — Libro quarto. De
las divinas a'abangas. — Tabla de los capítulos
(son XXXIII).— índice de los textos de la Sagrada
Escritura.
RODA (D.* Antonia de).
Monja cisterciense en el convento de Tu-
lebras (Navarra).
437. — Soneto en elogio de Felipe V:
Tú solo eres, Filipo, el que á porfías...
En el aliento fervoroso con que la Univer.
sidad de Zaragoza significó su devoción y
complacencia por el Decreto con que Inocen-
cio XIII concedió á dicha escuela nuevas
lecciones á Javor de la tradición de la veni-
da deNJra s,ra ¿/g/ pUar en carne mortal.
Obra publicada por el Maestro Fr. Tomás
Madalena, del Orden de Predicadores. —
Zaragoza. Año 1724.
RODRÍGUEZ (D.* Adelaida).
438. — Carta en respuesta al Discurso ó
Fábula que se insertó en el Diario de 17 de
Mayo. Madrid 17 de Mayo de 1795.
Alude á una fábula sobre los peines de
concha que llevaban las damas, y eran lla-
mados por el vulgo, del gran cuerno.
I —
Diario de Madrid, 19 de Mayo de 1795.
Págs. 569 y 570.
RODRÍGUEZ (Sor Beatríz).
Nació en Utrera, en el año 1567. A los
27 de su edad entró en la .orden de Tercia-
rias Carmelitas. Murió á 29 de Septiembre
de 1623 en el convento de Utrera.
439. — Relación de su vida espiritual.
440. — Varios tratados místicos.
441. — Exercicios de devoción y contem-
plación.
Cítalos el P. Serafín Potenza.
RODRÍGUEZ (Sor Isabel).
Monja en Allaríz.
442. — Glosa á unos versos que empiezan:
No es mucho se llame fuente...
Fonseca, fuente fecunda
en buena razón implica...
Fiestas Minervales y aclamación perpetua
de las Musas á la 7nemoria de D. Alonso
de Fonseca, Ari{obispo de Toledo. Las con-
sagra al Conde de Monterrey, Joseph Vá-
rela y Vasadre. — Santiago, por Antonio
Frays, 1697.
RODRÍGUEZ (Sor Juana).
Natural, según parece, de Burgos, donde
fué casada y luego religiosa francisca en el
monasterio de Santa Clara.
Fué procesada por el Santo Oficio á causa
de repartir unas cuentas que ahuyentaban
los demonios, y jactarse de estigmatizada y
de sacar almas del purgatorio. Su causa
tuvo lugar en el año 1629.
443. — Hemos visto 19 cartas suyas dirigi-
das á D." Luisa Virgínea; todas originales
y escritas durante los años 1629 á i^33; d
11
— 1
62
ellas habla de los favores divinos y dones
sobrenaturales que pretendía gozar.
Archivo de Simancas.— Papeles de la Inquisición.
Entre otras cosas dice:
Que la vajaban del cielo ramos de oliva el Do-
mingo de Ramos y«que el Sr. Arzobispo de Bur-
gos trajo a gunos destos á Palacio.
Que el día de nuestra Señora de la Candelaria
vajaban también velas del cielo, que las tenía dicho
Sr. Ar9 )bispo guardadas en su escriptorio.
Que los ángeles vajaban del cielo á encender
las luces de su oratorio; que decían la misa vocal-
mente, unas veces los ángeles, otras algunos sáne-
los que reasumiendo sus cuerpos vajaban á de-
cirla.
Que no comió en muchos años; y en este punto
dice el Prior de Salamanca que su marido decía
que comía poco.
Carta de D. Juan Adán de la Parra acer-
ca del proceso de Sor Juana.
M. P. Señor:
Después de haber ajustado el memorial incluso
en la causa de Juana Rodríguez, monja de Burgos,
á sobrevenido la deposición de Frai Pedro de la
Madre de Dios, tío. del Duque de Medina de las
Torres, que duda mucho de su espíritu y da algu-
nas rabones de hombre prudente; que juntando di-
cha declaración con el proceso que aquí he.actua-
do juzgo por precisso sea examinada en los puntos
que contiene el Memorial incluso, y las demás
personas que ay en Burgos, del mismo modo, y
habiéndolo comunicado con su lima, le pareció á
propósito para esta diligencia el Lie. Don Alonso
de Liaño, Inquisidor de Valladolid, y porque esta
de partida para la Coruña convendría se le- man-
dase se detuviese en Burgos por seis ó ocho días.
Y en caso que no le diese lugar la priessa de su
visita, podría venir el Inquisidor Don Lesmes Cal-
derón, de la Inquisición de Logroño, por no dis-
tar más que veinte leguas Burgos de Logroño.
V. A. mandará lo que más conuenga á su serui-
cio. Dios guarde á V. A. Madrid, 5 de Septiembre
de i63g.
Lie. Juan Adán de la Parra.
ROJAS (D.'^ Antonia de).
Oriunda de CastilLi, si bien nacida en
Portugal. Fué muy docta y versada en poe-
sía. Escribió en portugués las siguientes
obras que quedaron inéditas:
444. — Intervalo para tristes. Historias fa-
bulosas en prosa y verso,
445. — Principio de las tristes tragedias de
la Autora (verso).
446. — Tragedia lastimosa de D." Antonia
de Rojas en la muerte de su i!inico hijo (pro-
sa y verso).
447. — Origen auténtico de Nuestra Seño-
ra de Montserrat, trasladada de prosa en
verso.
Damián Froes Perim. Theatro de mu-jeres illustres.
ROJAS Y CONTRERAS
(D.* Juana IMaría de los Dolores).
Religiosa bernarda en el convento de
San Quirce, de Valladolid. Nació en Tudcla
de Duero á i5 de Julio de 1696. Fué hija de
Pedro de Rojas y Contreras y de Juana Ba-
rricntos. Falleció en el año lySy.
448. — Poesías religiosas.
Consta que las escribió, en la pág. 33 del
Sermón abajo citado: «desahogábase tam-
bién su enamorado espíritu, sin haber salu-
dado el arte poético jamás, en dulces, sen-
cillos versos á su soberano esposo.»
Sermón histórico-panegirico en las fune-
rales Honras, que celebró el Gravísimo Real
Convento de S. Quirce, del Orden del G. P.
S. Bernardo de la ciudad de Valladolid, á
la feli¡{ memoria de la Vener. Señora Doña
Juana María de los Dolores Roxas y Con-
treras, Religiosa de dicho Real Convento.
Díxole el R. P. Fr. Francisco de la Con-
cepción.— Año de 1757. S. 1.
46 págs en 4.°, más 21 hojas de prels.
ROJAS Y ROCHA (D." Josefa Elvira).
Natural de la ciudad de México y herma-
na de D. Francisco Rojas y Rocha, quien
compuso un poema sobre la conquista de la
Florida por el Conde de GiUvcz y un elogio
de Carlos IV en octavas. Ambos eran hijos
del Dr. Rojas y Abrcu, Oidor en la Audien-
cia de México. Dotada de excelente ingenio
y de no común instrucción, se dedicó á la
poesía, encubriéndose con el seudónimo de
Jaroscharo.
449. — Versión parafrástica de la Sequen-
cia de la Misa de los Dolores de la Virgen
María, ó pea el himno Stabat Mater. — Mé-
xico. Imp. de Ontiveros. 1^03. — 4.°
De otros versos que hizo se publicaron
algunos en varios diarios de México.
Bcristain de Souza, Biblioteca hispano-americana.
ROMERO (Sol^ Bernarda).
Monja de la Zaidia en \'alenc¡a.
45o. — Romance á San Luis Beltrán:
Tenéis una fe tan viva...
Fiesta que la imigne ciudad de Valencia
ha hecho por la Beatificación del Santo
Fray le Luis Bertrán. — En Valencia, en
casa de Pedro Patricio Mey. 1608.
Págs. 313 á 316.
Octavas:
Benito, vuestra vida nos espanta...
45 1. — Romance al premio [de unas Justas
poéticas]:
Milagro será que acierte...
Ivstas poéticas hechas á devoción de Ber-
nardo Catalán de Valeriola. Al Iluslríssi-
mo y Excel entíssimo Señor Don Francisco
de Rojas Sandoual. — Valencia: en casa de
luán Chrysóstomo Garriz. Año 1602.
Págs. 109 á 1 12 y I 58 á 161.
ROMERO Y CANCELADA
(D.'"* AL\RÍA DEL Rosario).
452. — Carta al Editor del Correo literario
de Murcia, en que se defiende de haber
63^
I usurpado algunas traducciones del francés
á D." María Josefa de Ribadeneyra.
Valladolid, 4 de Abril de 1794.
Correo literario de Murcia, tomo VI,
págs. 249 á 255.
RORETAS Ó ROSERES (Isabel).
Natural de Barcelona, en cuya Catedral
se dice que predicó. Durante el Pontificado
de Paulo IIÍ fué á Roma, donde disputó con
los judíos y convirtió algunos de ellos.
Comentó las obras de Juan Duns (Scoto)
delante de varios .Cardenales.
Cnf. Elogio de las mujeres beneméritas
por un amante desinteresado. — Madrid, año
i8o5.
ROS DE JESÚS (Sor Rufina).
Nació en Orihuela á 5 de Febrero de i658.
Ingresó en la Tercera Orden de San Fran-
cisco á 25 de Marzo de i6»i y murió en el
año 1697.
463. — Relación de su vida.
454. — Poesías para la noche de Navidad.
D. Vicente Orti publicó una biografía de
esta religiosa.
ROSA (Sor María).
Religiosa capuchina en el convento de
Madrid.
Habiendo fundado el convento de Lima
D. Juan González de Santiago, Fiscal de
aquella Audiencia y luego Obispo del Cuzco,
dotólo con rentas y solicitó que fuesen varias
religiosas de Madrid. Sor María Rosa obtu-
vo el cargo de Priora del nuevo monasterio.
Salieron de la Corte las fundadoras á 3 de
Enero de 1 710 y se embarcaron en Cádiz; el
navio en que iban fué apresado por los ho-
landeses á 26 de Marzo, quienes las dejaron
en Lisboa. De nuevo se hicieron á la vela en
el puerto de Santa Mari'a, y arribadas feliz-
mente á Buenos Aires, emprendieron el viaje
á Mendoza.
Después atravesaron los Andes, y desde
Valparaiso navegaron al Callao.
Luego que en Lima se supo nuestra llegada,
no hay ponderación ni palabias que puedan ex-
plicar el regocijo lan general que todos tuvieron,
que como ainaban tanto á esta santa casa, por la
gran virtud que en ella se había practicado siem-
pre, cada uno se miraba participante en este gus-
to. Fueron muchos de lodos estados al navio, á
darnos la bienvenida, y para sacarnos de él, el
Sr. General D. Jorje de Villalonga, Conde de la
Cueva, y hoy Virrey de Santa Fe. Esie caballero,
por orden del Sr. Virrey, nos tenía prevenido
Jiospicio en el palacio que tiene S. E. en el Callao.
Fueron algunas señoras, las primeras de esta ciu-
dad, con las que entramos en la barca; hicieron
gran salva y pusieron todos los navios con ga-
llardetes.
Tuvo lugar la inauguración del convento
el 14 de Mayo de 1713.
Sor María Rosa falleció pocos años des-
pués, antes del 1722.
455. — Relación del viage de las Religiosas
capuchinas que salieron del combento de Ma-
drid á fundar el de Jesiís, María y Joseph en
esta ciudad de Lima con los demás sucesos
de la fundación de dicho Monasterio; cuyos
apuntes dejó la Madre Sor María Rosa, una
de las cinco fundadoras que vino de Prelada
y ordenó y dispuso, añadiendo algunas cosas
posteriormente acontecidas, la M.^ Sor Jose-
pha Victoria, confundadora. Año de 1722.
Ms. del siglo xviii; 208 hojas en 4.° encua-
dernado en pergamino.
Bibl. Nac— Mss. Ce. 2by.
Cap. L — De algunas cosas que precedieron antes
de conseguir la licencia para la fundación y cómo
se consiguió y fueron nombradas las Religiosas.
Cap. 11.— Del nombramiento de las Religiosas y
viaje de el Señor Obispo para ello.
Cap. III. — De cómo salimos de la clausura y la
forma como nos entregó el Señor Obispo á nues-
tro Padre D. Joseph Fausto Gallegos.
164 —
Cap. IV. — La salida de Toledo, despedida de su
Ilustrísima y otras cosas que sucedieron hasta
llegar á Andújar.
Cap. V. — Cómo llegamos á la ciudad de Andú-
jar y fuimos hospedadas en el convento de Ma-
dres Capuchinas.
Cap. VI. — De lo que sucedió hasta que llegamos
á Cádiz.
Cap. VII. — De todas las cosas que sucedieron
hasta que fuimos prisioneras y nos llevaron á
Portugal.
Cap. VIII. — De las dificultades que hubo para
desembarcarnos y en la forma que se executó.
Cap. IX.— Cómo el Rey nos envió á visitar y
de otras cosas que sucedieron hasta salir de
Lisboa.
Cap. X. — De la salida de Lisboa y lo que para
ella se ofreció hasta llegar á Yelves.
Cap. XI — La salida de Yelves y entrada en Ba-
dajoz.
Cap. XII. — De lo que sucedió hasta que volvi-
mos al Puerto de Santa María y nos embarcamos
segunda vez.
Cap. XIII. — De la llegada á Buenos Ayres y de
otras cosas que sucedieron en aquella ciudad.
Cap. XIV. — La salida de la chácara y todo lo
que pasó hasta llegar á Mendoza y en la cordillera.
Cap. XV. — De la entrada en Santiago de Chile
y lo que nos favoreció el Señor Obispo D. Luis
Francisco Romero, y toda la ciudad, y la llegada
al Callao.
Cap. XVI. — La salida del Callao y entrada en la
ciudad de Lima.
Cap. XVII. — De lo que sucedió hasta efectuarse
la fundación.
Capitulo XIV.
lia salida de la chácara, y todo lo que pasó hasta
llegrar á Mendoza, y en la cordillera.
En las trescientas leguas que hay desde Buenos
Aires á Mendoza, para caminarlas coa alguna
comodidad se hicieron muchas prevenciones, de
la misma forma que si fuera embarcación, pues
está toda aquella tierra tan desamparada de ha-
bitadores, que ni agua se encuentra para beber,
y en algunas partes con tanto extremo que los
bueyes y caballos mueren muchos de sed, y por
esta causa llevan gran número de estos animales,
porque toda esta tierra es tan abundante de ellos,
que sin dueño ninguno andan por los campos
muchas tropas.
Salimos de la dicha hacienda día 3o de Octubre,
acompañadas del Señor Obispo que dejo mencio-
i65 —
nado, y su hermano, que era actual Guardian, y
ahora Provincial, y el otro hermano dueño de la
hacienda, con su esposa D.^María Castellanos, que
todos á porfía nos asistieron y rej^alaron con lar-
gueza. También nos acompañaron los capitanes
y capellanes de nuestros navios, y estos últimos
caminaron i6 leguas, con tan poca gana de
deja; nos que no acertaban á volverse, pues había
ya casi un año que nos habíamos comunicado; y
esto y lo mucho que les debíamos nos obligaba á
extimarlos como merecían sus prendas, de lo cual
estaban tan agradecidos, que así en la embarca-
ción, como después en la ciudad, nos visitaban
contínvam^'nie y nos decían misa todos los días,
y por no faltar de nuestro oratorio, como tenían
obligación de ir á decirla los días de fiesta á los
navios, enviaban religiosos que lo hiciesen.
Cuando lle^ó la hora de despedirnos, fué gran-
de el sentimiento de una p:írie y de otra; pero
decían, por su grande devoción, que se alegraban
de pasar este dolor, por el consuelo que habían
tenido en habernos tratado. ¡Dios, por su miseri-
cordia, los colme de bienes espirituales en re-
compensa de lo mucho que hicieron por sus po-
bres esposas! Llamábanse el uno D. Domingo de
Ornasabal; éste, vizcaíno; y el otro, D. Juan de
Vidaurre, navarro; ambos sacerdotes. Los capita-
nes, el primero era D. Joseph de Ibarra, que era
el comandante; y el otro D. Joaquín de Trivíño.
Estos y D. Miguel de Subiegui, que era Maestre,
nos preveyeron, luego que llegamos á Buenos
Aires, de lodo lo necesario para una casa, y cuan-
do llegó la partida hicie on lo mismo para el viaje,
dándonos mucha ropa de mesa, vajilla de peltre*
especias, y en fin, cuanto les fué posible. ¡El Se-
ñor se lo premie haciéndolos muy santos y nos
dé el consuelo de que le gocemos juntos por una
eternidad!
El carruaje que llevábamos para esta jornada
e"a muy numeroso, porque nuestro Padre, como
ya sabía los parajes tan solos que son, traía de Es-
paña once personas, que con la esperanza de que
en las Indias luego enriquecen, se vinieron con su
merced y les costeó embarcación y todo lo demás.
Estos nos consolaban mucho, porque todos eran
gente muy honrada y que si se ofreciera algún
trabaj > de salir indios gentiles, nos defendieran.
Venían doce carretas: una de bizcocho; otra con
pan y gallinas; otras con leña; otras con muchos
cajones; esto era todo de solo nuestro Padre; que
del General del mar del Sur y el Vizconde de Mi-
raflores venía otro tanio; fuera de esto era grande
la cantidad de bueyes para ir remudando, y vacas
para comer; muchas yeguas y caballos, y para
cuidar de esto tanta gente que cuando nos juntá-
bamos parecía una ciudad.
Entramos en nuestra carreta, que el andar en
ella es sumamente molesto por el espacio con que
caminan los bueyes, que por su mucho aguante
son los animales que escogen para este efecto.
Cuarenta y un días que duró casi dormimos sen-
tadas, porque las cuatro, aunque cabíamos bierí,
no para extendernos, y allí no hay más cama ni
posada que las carretas.
Guardábamos esta orden; por la mañana nos
decía misa nuestro Padre y daba la comunión
como siempre; esto se hacía debajo de la tienda de
campaña, y todas las noches la dejaban puesta. A
medio día hacían parada y nos bajábamos de la
carreta, y para guardarnos del sol nos poníamos
debajo de ella; ahí rezábamos, porque con los
golpes del carretón nos era muy molesto. En el
interior hacían la comida, con tanta prisa que
ordinariamente costaba gran trabajo comerla,
porque en dos ó tres horas mataban las vacas y
gallinas y lo guisaban; que otras conveniencias no
se pueden conseguir en tales funciones. A la no-
che sucedía poco menos, pero todo se pasaba con
gran gusto por amor de Dios.
En todo este camino no hay árboles, ni lugares,
y sólo se encuentra cada treinta ó cuarenta leguas
alguna estancia, y los moradores de ellas salían
en sabiendo que pasábamos por allí, y se me
figuraban los pastores del Nacimiento; cada uno
con su ofrenda, y venían con gran anhelo á oir
misa, que algunos había años no lograban tal
fortuna. Es gran lástima ver esta pobre gente,
que siendo cristianos viven y mueren como que
no lo fueran, pues en vida ni confiesan, ni comul-
gan en muchos años, y cuando mueren es sin
asistencia alguna espiritual, y los entierran en
aquellos campos, que por esto están con muchas
cruces en varias partes, y lo peor es que los hijos
se crían sin saber la doctrina cristiana, con suma
ignorancia de toda virtud.
En este camino hay muchas víboras; pero Dios
nos libró, como también de tigres, que nos decían
andaban por aquel campo. Y un día sucedió una
cosa que me causó gran ternura, y fué avisarnos
que en tana de aquellas estancias estaba un pobre
hombre á la muerte, de una mordedura de estos
animales y no había quien le curase alma ni
cuerpo. Recibimos gran pena con esta noticia y
procuró nuestro Padre saliésemos muy temprano
para, si era posible, dar algún socorro á aquel
pobre. Llegamos y nos dijeron que ya tenía un
i66--
religioso de mi padre San Francisco, que habían
traído de veinte leguas de allí, quien le confesó, y
después nos dijeron misa y le llevaron la sagrada
Comunión, con tal acompañamiento que fué una
admiración, pues parecía poblado, con tantas
luces y caballeros como iban. El enfermo quedó
tan consolado con esta visita, y tan socorrido en
lo temporal, que en breves días nos avisaron
había salido del riesgo. Luego nos trajeron una
mano del tigre, (que tuvieron forma de matarle,)
que es cosa espantosa; la hechura como de galo;
cada uña parece una navaja. ¡Gracias al Señor
que nos libró de tanto riesgo!
•También hay muchos avestruces, que son
grandísimos, y los muchachos nos traían los hue-
vos para que viésemos su grandeza, que me pare-
ce pesa cada uno libra y media ó dos. Lo mismo
hacían con los huevos de las perdices, que hay
muchas en todo eso de Buenos Aires, y de tal
magnitud, que son como pollas de leche; no por
eso deja de haber pequeñas como las de España.
Los Padres de la Compañía en todas partes nos
favorecieron, y así, en esta nos sucedió una cosa
que la tuvimos á singular providencia del Señor.
Pues un día, estando ya muy adelante de nuestro
viaje, vinieron dos carretas de una eitancia de di-
chos Padres, que el procurador de ella venía con
provisión de vino, carneros y leña; esta fué la que
más se estimó, por haberse acabado la que iraia-
mos, y dijo el santo religioso que hallándose falto
de leña y sabiendo que habíamos de pasar por allí,
discurrió que tendríamos la misma care.-»tía, y ha-
bía hecho desbaratar un corral y cargar la carreta
con él; ¡Dios se lo pague! Era muy santo, y así se
lo inspiró nuestro Señor que siempre nos ha cui-
dado sin merecerlo, como sucedía con el agua,
que cuantos tenían noticia de que nunca nos faltó,
alababan á Su Majestad y decían que jamás ha-
bían experimentado tal abundancia.
Cada día encontrábamos con muchos indios
bárbaros que iban en sus caballos (que allí es
muy fácil tener cuantos quieren); ellos eran tan
feos que á no venir tan bien guardadas nos cau-
saran gran horror. Los más estaban desnudos,
que parecían unos enemigos; nuestro Padre hacía
les diesen de comer y con especialidad los proveía
de pan ó bizcocho, que es el mayor regalo que
allí pueden lograr, pues ni aun lob españoles que
viven en las estancias comen sino carne á todas
horas, sin ver el pan de sus ojos.
Llegamos á un paraje que en sus tiempos fué
ciudad, llamada la Punta; pero ya, aunque se ha
quedado con el nombre más parece arrabal, que
sólo tiene cuatro ó seis casas tan ridiculas, que
nos quedamos en el carretón por no haber donde
hospedarnos. El cura era muy siervo de Dios y
sintió mucho no tener forma de festejarnos como
deseaba; nos llevó á la iglesia, adonde descubrió
el Santísimo; cantó la misa, y la música fué una
guitarra, á la cual cantaron sus ciertas coplas, que
fué menester considerar en lo que estábamos, para
no reír mucho; el santo sacerdote nos regaló con
lo que pudo. ¡Dios le perdone, que ya he sabido
murió de repente!
Proseguimos á Mendoza, adonde nos esperaba
el señor vicario D. Antonio Scpúlveda y Leyva,
persona de grand s prendas de virtud, letras y no-
bleza, y así se portó como quien es, y con su li-
beralidad no nos dio lugar á experimentar las es-
caseces que los Padres de la Misión nos hab.an
dicho padecían, que ni pan suficiente podían con-
seguir. Pero este santo caballero, con su gran dis-
posición hizo no nos faltase el pan, y principal-
mente lodo el tiempo que allí estuvimos, y el pri-
mer día nos dio una comida muy espléndida, y el
segundo hizo lo 'mismo la señora Gobernadora
D.'"' Luisa Pedraza. Estos dos sujetos nos asistie-
ron mucho, y bien fué menester su gran devo-
ción, porque es tierra muy pobre; y así las casas
son trabajosas. En la que estuvimos, como estaba
sin enladrillar, ni blanquear, entre los adobes de
las paredes se criaban unos animales como chin-
ches, pero tan distintos en el tamaño, oue cada
uno es como cuatro ó seis de los de España. Es-
tos, de día no se ve ninguno; pero por la mañana
amanecíamos llenas de ro; chas, y como ignorá-
bamos el motivo, nos parecía ser abundancia de
sanare, hasta que con la experiencia de la tierra
aprehendimos á nuestra costa á buscarlos. Tam-
bién h y gran cosecha de ratones que, sin ponde-
ración, son como conejos, y mslian tanta bulla
en los techos, que no. dieron muy malos ratos.
El tiempo en que estuvimos aquí ya era de mu-
cho calor, y como nos iban á ver tantas personas
y no era como en los convento^,, que en echando
una cortina en el locutorio nos quitábamos del
trabajo del velo, aquí no sucedía así; ant-'s era
menester estí-r con ellos lodo el dia con gran fa-
tiga. Quiso Dios no fuese sino diez y siete ó diez
y ocho días, en los quales envió nuestro Padre á
Chile por sillones y muías para que pasásemos la
cordillera, que son más de setenta leguas las que
hay desde esta ciudad á la de Santiago. Este ca-
mino fué el más pc:-.osj para nosotras, y especial-
mente para mí, que no sóio no había montado en
caballería ninguna, pero ni jamás había visto mu-
— i 6;
jeres en ellas; luve bien que ofrecer á Dios sacrifi-
cando mi vida.
Llegó ia hoTa de salir, y para que nos pusiesen
en las muías y no fuese necesario cargarnos los
hombres, hizo nuestro Padre una como andita,
que tomándola por los palos nos levantaban, y
no'Soiras nos acomodábamos con gran facilidad;
esto mismo hacían para bajarnos.
Fuimos caminando acompañadas del Vizconde
de iMiraflores, quien siempre desde España fué
nuestro compañero. Era un caballero muy mo-
desio y santo, y venía por corregider de Guaman-
ga, dunde estuvo algunos años, y habrá como
dos, que, habiéndose casado, á pocos días murió
en la ciudad del Cuzco; espero en el Señor es sa.-
vo, porque siempre le observé gran virtud. Tam-
bién nos acompañaran en este viaje dos Padres de
la Compañía, quienes con nuestro PaJre nos de-
cían mis .; que en todas partes, aunque fuera con
poca comodidad, procurábamos oiría y comulgar.
Como no estábamos hechas á andar en muía, ni
á que nos diese el sol, fué grande la penalidad que
padecimos con uno y otro; que el primer día nos
ocasionó tanta novedad que llegamos malísimas
á una ermita ó casa que estaba antes de entrar en
lo áspero de los cerros, que en todas las cuatro
leguas que dejo dichas no se ve otra cosa.
Aquí nos detuvimos un día porque dos de mis
compañeras, á una le dio un recio crecimiento, v
á ,a otra se le hinchó la cara notablemente; todo
el día se fué en curarlas con defensivos y otras
cosas, y proseguimos en nombre de Dios como
quien iba en el Purgatorio, porque aunque son
parajes tan fríos que por la mucha nieve no se
pueden pasar sino en tiempo de gran calor, por-
que totalmente se cierra el camino, con ser esto
asi, son tantas las quebradas y tan empinados los
cerros que está como encajonado, y pega el sol
con tal fuerza que es corta toda ponderación.
Sólo por amor de Dios se puede pasar, porque en
un instante nos hallábamos en lo alto de un ce-
rro, con un ai;e que nos mataba de frío, y de re-
pente entrábamos en unos callejones á tomar su-
dores. Esta contradicción de temples nos motivó
á despellejársenos las caras y manos, que pare-
cíamos quemadas. Los sustos de pasar repetidos
ríos, no hay como decirlo, pues sólo quien lo sabe
puede dar crédito. Los despeñaderos son tan con-
tinuos que todo el día es menester ir recomendan-
do el alma, porque solo milagrosamente salimos
con bien, y á visra nu:3tra nos su:ed:cron h:.rt'.s
desgracias; porque en des.izándos:: un pii d? laj
caballerías, no l:cr,e c3:neá¡o, que llegan despeña-
das y caen en un río que parece guarnición de
todo este camino, según !e rodea todo.
De mis madres compañeras, las que más dába-
mos que hacer, era la Madre Bernarda y yo, por
malas jinetas, y á mí se me agregaba el ser tan
gruesa que las muías luego se cansaban y con su
instinto conocían mi poca habilidad, y en varias
ocasiones ¡me sucedieron grandes sustos y me vi
en graves peligros de la vida: pues una vez, junto
á un despeñadero se echó la muía, y se iba á re-
volcar sobre mí, que sino permite Dios que nues-
tro Padre hubiese venido tan inmediato, me hace
pedazos. En otro di tan grande caída que me las-
timé lodo el cuerpo, principalmente los pies y las
rodillas, que di sobre unas pi:dras muy grandes.
Fuera no acabar si hubiera de decir lo que aquí
padecí; ¡el Señor lo reciba por su misericordia!
En todo el'camino encontramos multitud de
cruces, de los muchos que han quedado allí
muertos con el rigor de! frío, y poco antes de pa-
sar nosotras había sucedido con tres hombres que
se helaron, y aun vimos algunos vestigios de los
vestidos que llevaban. Con este temor y sabiendo
nuestra desnudez, intentaron y nos aconsejaron
personas doctas y santas, nos pusiésemos medias
y alguna forma de más abrigo, porque aún con
todas las prevenciones que llevan los seglares se
han visto mil desgracias, sin saber cómo se les va
introduciendo el hielo en los huesos, y riendo, al
parecer, se quedan pasmados. Nosotras, con la
confianza en el Señor y por no hacer novedad en
nuestro traje, nada quisimos admitir y pasamos
por entre muchísima nieve, que casi nos daba á
los pies, por un lado y otro de la muía, y no nos
hizo ningún daño.
El día más riguroso, que es la subida del últi-
mo cerro, con legua y media de cuesta, que los
animales se rinden, rodaron desde lo más alto,
perdiéndose, mucho de libros y otras cosas; que
ese consuelo nos dio nuestro Señor, que ninguna
persona se maltratase, habiendo sido muchas las
cargas que cayeron. Esta subida es penosísima;
toda ella fuimos clamando á nuestro Señor, sin
atrevernos á mover la cabeza por no desvanecer-
nos; está todo como en ondas, y las muías tan
enseñadas, que no hay que llegar á ellas, pues
como si fueran racionales van descansando • en
cada e. quina, y luego por sí vuelven á caminar.
Este día, viéndonos ya en la eminencia del ce-
rro que es el mayor de todos los que hay en las
s.tenta leguas, dije á los arrieros que podíamos
alií descansar un poco. Ellos, haciendo fiesta, di-
jeron: no r.?.be, Madre, donde está; quede repente
— I
68
se levantan unas tempestades de nieve y viento,
que cae tanta que se cierra el camino; y así no
quisieron esperar nada más, y á los que venían de-
trás les sucedió lo que el arriero me dijo.
Encontramos unos cajones en este sitio, adonde
la Generala del mar del Sur deJQ escrito, para
cuando nosotras pasásemos, lo que á ella le había
sucedido. Esta señora fué tan animosa por una
parte, y tan cobarde por otra, que de miedo de
los ratones y otras sabandijas de Mendoza no
quiso esperar su parto en aquella ciudad, y la
cogió en medio de la cordillera, debajo de la tien-
da de campaña, donde estuvo algunos días hasta
que pudo proseguir en breve tiempo á Santiago
de Chile. Volviendo á lo de los cajones, me admiré
mucho los dejasen allí sin dueño, y me dijeron
que había excomunión para que nadie tomase
cosa alguna de lo que allí se encuentra, porque
los pasajeros cuando les coge algún temporal y
no tienen tiempo de salvar los bienes, se contentan
con librar sus personas y dejan para otro las
cargas, porque en cerrándose de nieve los cami-
nos, como ya he dicho, no hay remedio hasta
otro año.
Muchos de los pasos mas peligrosos los pasá-
bamos á pie, con el Credo en la boca, que nos
espantábamos hubiese personas que se pongan en
tales peligros por ningún motivo humano, sino
sólo por la gloria de Dios; pues así en los muchos
ríos, como laderas, cada día hay más de veinte ó
treinta riesgos de perder la vida. ¡Bendita sea la
bondad del Señor que nos sacó con tanta felicidad
que se espantaban los arrieros y decían que jamás
habían pasado con tiempo tan benigno aquellos
pasos tan rigorosos!
Víspera de la Natividad del Señor tuvimos la
Noche Buena á modo del desamparo de Belén,
porque nos cogió la tarde en una ladera que lla-
man el Salto del Soldado, que es tan sumamente
peligrosa que aunque nos decían que mirásemos
al río, no nos atrevíamos ni á mover los ojos,
temiendo que de sólo volverlos nos habíamos de
despeñar. Este nombre le dimana de un suceso
que aconteció con un soldado, el cual habiéndose
huido venía en su seguimiento su jefe; y viéndole
ya muy inmediato, temiendo más su ira que perder
la vida, dio un salto de un cerro á otro, dejando en
medio el río, que es muy caudaloso y tan profun-
do que daba horror el oirle. Es un asombro que un
hombre pudiese, sin especial milagro, hacer cosa
tan inaudita, de la cual hay perpetua memoria.
Salimos de este mal paso, que nos duró el día
tanto como él, y llegamos á un campito que lla-
man de los Durarnos. Aquí se puso la tienda, -y
como en nuestra Religión acostumbramos ce'e-
brar mucho el misterio del Nacimiento, dimos
gracias al Señor nos diese esta ocasión para cele-
brarle más al vivo, y pusimos un altar con Jesús,
María y Joseph, y las luces que pudimos. Encen-
dieron hogueras y los caballeros que nos aco'm-
pañaban sacaron su guitarra y dieron música al
Niño Dios; y asi se pasó la noche con gran rego-
cijo. Por la mañana nos dijo nuestro Padre las
tres misas, como si estuviéramos en nuestro con-
vento, y comulgaron muchos, que esa fué la
mayor celebración.
ROZAS (D.* Ana Teresa de).
456.-
Aliaga:
-Romance en elogio del Padre Luis
El alférez de la Iglesia
y de la Fe protector
tercer Filipo en Castilla
y secundo en Aragón...
457. — Glosa:
Fernando cela y propaga...
Con su sacrificio Elias
que de Dios la causa trata...
Luis D{e¡{ deAux. Compendio de las fiestas
que ha celebrado la imperial ciudad de Qa-
ragoga... en honor de fray Luys de Aliaga.
Zaragoza: por Juan de Lanaja. Año 1619.
Págs. \bj y i58.
RUBIO (D.^ Serafina).
453. — Tres producciones plebeyas, en que
los editores de la Crónica Científica y Lite-
raria verán sacadas á plaza su crítica des-
treza y su buena fe, sin que por eso se co-
rran.— Cádiz. En la Imprenta Gaditana de
Don Esteban Ricardo. Año de 181 8.
Cuatro hojas en 4.°
Doña Serafina defiende en dos cartas el
juicio que había formado de la tragedia Elie-
i{er y Neftalí, arreglada por una dama ga-
ditana, en cuya casa se representó; el len-
guaje es acre en extremo.
— i6q
RUIZ (Sor Beatriz Ana).
Profesa dé la Tercera Orden de San
Agustín.
Nació en la villa de Guardamar, diócesis
de Orihuela, á 29 de Enero de i6b6.
Fué hija de Pedro Ruiz y de Juana Ana
Guill. Á los catorce años de su edad contrajo
matrimonio con Pedro Celdrán, y fallecido
éste se casó por vez segunda con un marido
celoso:
La comida que le díva eran palos, y la bevida
lágrimas y suspiros. Vestíala de unos rotos andra-
jos, por cuya desnudez perdía la misa los días
festivos. La hazía exercitar en guardar puercos
con su hijito; iva por los montes á pie descalco,
que llegó á hazer callos en sus pies, que las pie-
dras y punidas no sentía, ni la dañavan (i).
A los 33 años quedó viuda con tres hijas y
y un hijo, viéndose despreciada de amigos y
parientes y aborrecida hasta por los sacer-
dotes. Miguel Pujalte, Secretario del Ayun-
tamiento de Guardamar, quien movido de
compasión la socorría, fué acusado falsamen-
te de mantener con ella ilícitas relaciones
y perseguido por esta causa. Uno de los ma-
yores prodigios que hizo fué asistir en espí-
ritu á la batalla de Almansa, donde contri-
buyó poderosamente á la victoria de Feli-
pe V. Murió á 26 de Julio de i-35. ToJa la
villa de Guardamar, desengañada del error
en que haba estaJo, la aclamó por santa y
la consagró magníficos funerales.
El sermón de sus exequias fué pronunciado
por Fr. Matías Boix.— Impreso en Orihuela,
por Francisco Cayuelas, año 1735. — En 4.°
Mosén Pujalte escribió un Resumen de la
vida y virtudes de la Ven. Beatriz Ana Rui¡{,
que luego fué publicado por Fr. Tomás Pé-
rez. Como Sor Beatriz no sabía escribir, dic-
tó á Miguel Pujalte las siguientes obras:
(i) Fr. Tomás Pérez, pág. 9.
I 459.— Doctrinas ó revelaciones doctrinales
para provecho de las almas, enmienda de
los vicios y aumento de las virtudes. Pu-
blicadas con largos y fastidiosos comenta-
rios en la
Vida de la Venerable Madre Sor Beatriz
Ana Rui^, Mantelata Profeasa de la Orden
de A\ G. P. S. Agustín y Doctrinas, ó Mis-
tica Simbó'ico-Práctica que le reveló el Se-
ñor, como farol preciso en estos tiempos, para
entrar, y correr los caminos de la christiana
obligación y devoción, sin tropezar en la ilu-
soria quietud de Motinistas, y Jal sos Alum-
brados; con el bien regulado uso de servidos,
y potencias, humanado con ameníssitna sen-
sibilización, que le hace perceptible, y útil,
y dulcemente practicable. Reflexionadas por
el R. P. M. Fr. Thomds Pére^. — Valencia,
por Pascual Garc'a, año 1744.
Un vol. en 4." d. de 686 págs., más 17 ho-
jas de prcls., con un retrato de Sor Bea-
triz Ana.
Port.— Al Illmo. y Rmo. Sr. D. Andrés Mayo-
r,il y Carranza, Arzobispo de Valencia, Fr. Tomás
Pérez. — Aprobación de Fr. Nicolás Calot y Fr. Ni-
colás Lorca. Valencia, 7 de .Marzo de 1744. — Li-
cencia del Provincial Fr. Diego Beyra. Barcelona,
20 de Febrero de 1744.— Censura de Fr. Francisco
Vidal y Mico. VaL'ncia, 12 á¿ Ma'zo de 1744. —
Censura de D. Salvador Sanz de Valles. Valen-
cia, 20 de Octubre de 1743. — Aprobación de los
RR. PP. Prior y Lectores de Teología del Colegio
de San Felpe, de Carmelitas descalzos de Valen-
cia, Valencia, 22 de Febrero de 1744. — Fe de erra-
tas.—Prólogo. — índice de los capítulos. — Retrato
de Sor Beatriz. — Texto. — índice de las cosas no-
tables.
Redúcese este libro á una serie de visio-
nes, alegóricas las más de ellas, interpreta-
das moral ó m'sticamente. El estilo es fácil,
claro y aun en ocasiones elegante; abundan
los pensamientos ingeniosos. En él demos-
tró Sor Beatriz que no era una mujer vul-
gar y sí de inteligencia nada común; mere-
ciendo más alabanzas sus obras por tratarse
de quien ninguna instrucción había recibi-
do. Muchos fragmentos de sus visiones po-
drían figurar dignamente en una Antología
piadosa.
Consideramos probable que Alosen Pu-
jaltc, á quien Fr. Tomás Pérez llama otro
Baruch, hizo algo más que copiar lo que le
dictaba Sor Beatriz Ana.
460.— Para la Madre Priora del convenio
de Religiosas de San Sebastián, Orden de
nuestro Padre San Agustín de Orihuela. De
una humilde esclava del Señor.
Contiene una visión del purgatorio, donde
vio muchos religiosos y religiosas atormen-
tados por los<iefectos que explica en nueve
décimas.
Publicólo el P. Tomás Pérez, págs. 109
á 1 1 1.
461. — Poema de la Pasión del Señor.
Jesucrisío en el huerto
reparu'ó flores
derramando su sangre
por pecadores...
Publicado por Fr. Tomás Pérez. Obra ci-
tada, lib. I. cap. XXXI, págs. 11 1 á 114.
462. — Versos compuestos en sus raptos.
Hay algunos de ellos en el libro del Padre
Pérez.
Los manuscritos originales se conservaban
en el convento de agustinas de Orihuela, con
el Resumen de Mosén Pu;alte, y una copia
auténtica de todo en el archivo de la villa de
Guardaniar.
s
SABUCO DE NANTES (D/"^ Oliva).
Pocos ejemplos corno este se ven en la
Historia literaria, de una gloria ficiicia que
se evapora ante la luz derramada por los
documentos. La sabia cuyo nombre pasó
nuestras fronteras, cual precursora de noví-
simas ¡deas, ha quedado reducida á una
mujer vulgar y aun pequeña moraimente,
pues consta con certeza que no escribió la
Nueva Filosofía ni la Vera Medicina, según
10 ha probado el estudioso registrador de la
propiedad de Alcaraz, D. José Marco Hi-
dalgo (i).
En una escritura de poder otorgada en
1 1 de Septiembre de 1 587, á favor de Alonso
de Sabuco, por Miguel Sabuco, este se llama
autor del libro inlilulado Sueva Filosojia,
padre que soy de Doña Oliva, mi hija, á
quien puse por autor sólo para darle la lion-
era y no el provecho ni interés. Y en su tes-
tamento, hccito en Alcaraz á 20 de Febrero
de i588, se halla una clausula aun más ter-,
minante:
(i) Doña Ollv.i de r.xt::ci no fué escriU r.t. Esliutirs
para /.i. Ilisti ría <ic l.i ciud.i.i de AlCJraí^. (r.cvist.! di
Arcliivos, liibliutícas y Mussos, año iO-;3, tomo II, f-'c.'"
ñas I á 13.)
ítem, aclaro que yo compuse un libro yniitu-
lado Nueva Filosofía, ó norma, y 01:0 libro, que
se ymprimieron, en ios qualcs todos puse ó pongo
por autora á la diciía Luisa de Oliva, my hija,
solo por darle el nombre é la onrra, y reservo el
fruto y probecho que resultare de los dichos li-
bros, para my, y mando á la dicha mi hij;i Luisa
de Oliva no se entremeta en el dicho privilegio, so
pena de mi maldición, atento lo dicho; demás
que tengo fecha ynformación de como yo soy el
autor y no elia. La qual ynform&ción está en una
scriptura que pasó ante Villarrea!, scribano.
Con los documentos hallados por el señor
Marco se explica esta ficción literaria. El
cariño irreflexivo de Miguel Sabuco le llevó
á poner el nombre de su hija al frente del
libro, queriéndola hacer famosa y admirada
por su talento. Casado más adelante en se-
gundas nupcias con Ana García, de la cual
tuvo un hijo, vinieron las discordias con
D." Oliva, y ésta quiso apropiarse del todo
la Nueva filosofía, no contenta con la hon-
ra y fama que su padre le había dado, moti-
vando las informaciones á que alude Miguel
Sabuco, y las palabras citadas de su testa-
mento.
El Sr. Marco se inclina á pensar que el
tratado de Vera Medicina es obra del doc-
tor Alonso de Heredia y no de Miguel £a-
172 —
buco; opinión que juzgamos poco probable
y nada conforme con las palabras del últi-
mo, quien recaba para sí la Nueva Filosojía
y otro libro impreso, libro que debe ser la
Vera Medicina.
Con ser tan decisivos los documentos ex-
tractados, hay en ellos una dificultad cuya
solución ignoramos, y es el decir Miguel
Sabuco que el privilegio para imprimir la ,
Nueva Filosofía estaba dado á su nombre,
siendo así que ya en la primera edición se
halla á favor de D.^ Oliva. El Sr. Marco re-
suelve la cuestión diciendo que Miguel Sa-
buco hizo uso del privilegio como represen-
tante legal de su hija, menor.de edad en
aquella fecha; más esta explicación no es
convincente. Acaso estuviese realmente ex-
pedido á favor de Miguel Sabuco y se cam-
bió el nombre en la edición, sabiendo que
el oficio de corrector era casi siempre una
fórmula, pues raras veces hacía el c<.tejo
con los manuscritos.
De todos modos, es seguro que esta con-
tradición no quita su valor al testimonio de
Miguel Sabuco,. quien pagó bien cara la nin-
guna seriedad con que procedió atribu\endo
á su hija la Nueva Filosofía.
La biografía de D.^ Oliva Sabuco ha esta-
do largos años envuelta en sombras, que aun
duran en lo tocante á sus últimos días. Nico-
lás Antonio la reputó descendiente de fran-
ceses, fundándose en el apellido dé Nantes.
Posteriores investigaciones han demostrado
que semejante especie es falsa á todas luces.
Las fuentes que pueden aprovecharse para el
estudio de su vida son las sigu'entes: Fr. Es-
teban Pareja, quien en la Historia de Alea-
ra^ da curiosas noticias sobre D.* Oliva; los
Sres. D. José María Muñoz, D Ildefonso
Martínez y D. León Sánchez Quintanar, que
publicaron la fe de bautismo y otros docu-
mentes en la Gaceta Médica de i853, y don
Octavio Cuartero en su edición de la Nueva
Filosofía; también D. Fé'.ix Janer (Gaceta
Médica, 1834, núm. 26), D. José Gutiérrez
de la Vega (La Giralda de Ser illa), Antón
Ramírez (Bibliografía Agronómica); la co-
nocida monografía de Sánchez Ruano; Mo-
rejón y Chinchilla en sus bibliograí'as res-
pectivas, y últimamente el libro de D. José
Marco (i).
Nació D.'* Oliva en Alcaraz, año i562, y
fué bautizada á 2 de Diciembre, siendo pa-
drinos y testigos el Dr. Alonso Heredia y
Cebrián de Vizcaya, Catalina Cano, mujer
dL'l Lie. Juan Velázquez, Bárbara Barrera,
y Bernardina de Nantes, mujer de Juan Ro-
dríguez. Hase dicho qué fué hija de Antonio
Barrera, médico de Felipe II, pero es ine-
xacto; fueron sUs padres el Bachiller Sán-
chez Sabuco y Francisca Cózar; su padre
era' regidor en Alcázar, y acaso perpetuo,
pues consta que desempeñaba este cargo en
los años i58i y i5c,6. Como se ve no heredó
los apellidos Nantes y Barrera, que tomó
por gratitud ó en recuerdo del parentesco
espiritual contraído al ser bautizada. Estuvo
casada con Atacio de Buedo, perteneciente
á una familia de las que poblaron la villa
de Alcaraz; Contrajo matrimonio antes del
año i585, pues ya en esta fecha otorgó una
escritura con el consentimiento de su mari-
do; se trataba de aprobar la adjudicación de
su herencia materna y firmó juntamente con
su padre; con tal motivo sabemos que tuvo
seis hermanos llamados Alonso, Juana, Cata-
lina, Juan, Mateo y Lorenzo. Según un docu-
mento que cita el P. Pareja, D;** 01i\a cedió
parte de su casa, que debió de ser Luena,
(O Biografía de Doña Oliva de Sabuco, por D. José
Marco é Hidalgo, Regisir^dor de la propiedad de A/ca-
ra;.—Madrid. Imp. de Felipe Marqués. 1900.
91 págs. en 8.0
^^^Bi
i
— 173 —
al Ayuntamiento, para que en ella viviesen
los corregidoces y celebraran juntas; donó
la restante al convento de dominicas, por lo
cual han afirmado algunos que profesó allí,
y aun añadan que á principios del siglo pa-
sado se conservaba su retrato de monja. No
está probado, ni mucho menos, esto, como
tampoco que fuese morisca y se viera preci-
sada.á salir de España. Hasta ahora ignora-
mos el año en que murió. Se dice que en el
de 1622.
Lope de Vega, en su drama sacramental
titulado Representación moral del pía je del
alma, dice:
Doña Isabel Esforcia fue ilustrísima
en letras y virtud, y en Milán feaix;
Doña Oliva de Nantes, Musa décima,
y Doña Valentina de Pinelo
la cuarta Gracia, ó verso ó prosa escribí.
En los registros de matrículas de la Uni-
versidad de Alcalá de Henares he hallado las
de un Miguel de Sabuco, acaso emparentado
con D.^ Oliva:
I
Joannes de Busto:
Die 29 Octobris 1643 Joannes de Busto, oppidi
de Alca az, toletanae dioecesis, probavii se fecisse
unum cursum in jure canónico audiendo et ut
mos est in hac Universitate, scilicet a die Sa.icti
Lucae anni 154.2 usque ad diein Sancti Lucae i 543,
per majorcin partem unius anni et ut mos est;'
testibus adjuratis Bartolomeo Saquero ei Michae.e
Sabuco, ejus condiscipulis.
Bartoloiiie Saquero. Miguel Sabuco.
II
Michael Sabuco.
Eadem die qua supra, Michael Sabuco supra-
dictus, probavit et simili modo se fecisse unum
cursum in jure canónico audiendo, ut mos est in
hac Universitate, scilicet adié Sancti Lucae anni
praeteriti 15,42 ad dem Sancti Lucae anni praeseniis,
per majorem pariem unius anni, ut mos est; t^-s-
libus adjuratis supradictis Joanne de Busto et Bar-
tholomeo Saquero ejus cond;sc¡pulis.
Bartolomé Saquero. Juan de Busto.
III
Michael Saúco.
Die 18 Junii 1644 Michael Sauce, oppidi de Al-
ca-az hujus dioecesis toleíanaí, probavit se cursavi-
sein jure canónico audiendo et ut mos est in hac
Universitate, scilicet a die octava Septembris anni
1 542 ad diem Sancti Lucae ejusde.n anni per trigin-
ta et octo dies, a die 29 Octobris i543 usque ad
deciman quintam diem Decembris ejusdem anni
1 543, per quadraginia et ocio dies, et a die 1 1 Mar-
tii hujus presentís anni usque ad presenten! diem,
ad complementum unius cursus, ut mos est; testi-
bus adjuratis Barthulumeo Saquero ejusdem oppi-
di de Alcaraz.et Alphonsusde Vizca>a,eiiam ejus-
dem opp di de Alcaraz, ejus cond scipulis.
Bartolomé Saquero. Alonso de Vizcaya.
En los mismos registros figura el Bachiller
Franc'sco de Sa.xo, natural de Utiel, que
tomó el grado de Licenciado en Filosofía á
16 de Octubre de 1548.
463. — Nveva Filosofía de la Natvraleza del
hombre, no conocida ni alcanzada de los
grandes filósofos antiguos: la qual mejora la
vida y salud humana. Compuerta por doña
Oliua Sabuco. (Escudo reaL) Con privilegio.
En Madrid, por P. Madrigal. MDLXXXVIL
Un vol. 8.° menor de 307 folios, más ocho
hojas sin numeración al principio.
, Port.— V *• en bl. con el apellido Sabuco estam-
pillado.—Lo que conl ene esta nueva Filosotía. —
Tasa por Cristóbal de León. Madrid 12 de Febrero
de 1587. — Real privilegio de impresión. San Lo-
renzo, 23 de Julio de i586.— Al lector.— Sonetos
en alaban9a del Autor y de la obra, compuestos
por el Licenciado luán de Sotomayor, vezino de la
ciudad de Alcaraz. — Erratas, por Juan Vázquez
del Marmol. Madrid 19 de Enero de 1587.— Carta
Dedicatoria al Rey nuestro Señor.— Coloquio del
conocimiento de si m smo, en el qual hablan tres
pastores Filósofos en vida solitaria, nombrados
Antonio, Veronio, Rodonio.— Coloquio en que
se trata la compostura del Mundo como está. —
Coloquio de las cosas que mejoran este mundo y
sus Repúblicas. — Coloquio de auxilios ó remedios
de la Vera Medicina: con lus quales el hombre
podrá entender, regir y conservar su salud— Vera
Medicina, y Vera Filosofía oculta á lus antiguos»
en dos diálogos. Carta en que Doña Oliva pide
— 174
fauor y amparo contra los émulos deste libro.—
Dicla brevia circa naturam hominis, Medicinaí
fundamentum.— Vera Philosophia de natura mis-
torum, hominis & mundi antiquis oculta.
El ejemplar que hemos visto en la Biblio-
teca Nacional tiene tachadas varias palabras
y aun períodos enteros.
464.— Nveva Filosofía de la natvraleza del
hombre, no conocida ni alcangada de los
grandes filósofos antiguos: la qual mejora la
vida y salud humana. Compuesta por Doña
Oliua Sabuco. Esta segunda impressión va
enmendada, y añadidas algunas cosas curio-
sas, y vna Tabla. (Escudo real.)— En Ma-
drid, por F. Madrigal. Año de i588.
(Colofón) En Madrid, por Pedro Madrigal.
MDLXXXVIII.
Un vol. 8." menor de 368 folios, más ocho
hojas al principio y siete al fin.
Fort. — Lo que contiene esta nueva Filosofía. —
Tasa, por Cristóbal de León. Madrid 12 de Febre-
ro de 1587.— Privilegio de impresión. San Loren-
zo, 23 de Julio de 1 586.— Al lector,— Sonetos en
alabanza del Autor y de la Obra, compuestos por
el Licenciado luán de Sotomayor, vezino d; la
ciudad de Alcaraz.— Erratas, por Juan Vázquez
del Mármol.— Carta dedic loria al Rey nuestro
Señor. — Coloquio del conocimiento de si mismo,
en el qual hablan tres pastores Filósofos en vida
solitaria, nombrados Antonio, Veronio, Rodonio.
Coloquio en que se trata la compostura del mun-
do como está.— Coloquio de las cosas que mejo-
ran este mundo, y sus Repúblicas. — Coloquio
de auxilios, ó remedios de la Vera Medicina; con
los quales podrá el hombre entender, regir y con-
servar su salud. — Vera Medicina y Vera Filoso-
fía.—Dicta brevia circa naturam hominis, Medi-
cinae fundamentum.— Vera Philosophia de natura
mistorum, hominis &] mundi, antiquis oculta. —
Tabla de lo que contiene este libro.
465. — Nveva FilosohVde la Natvraleza del
hombre, [no conocida, ^ni alcanzada de los
grandes filósofos antiguos: la qual mejora la
vida, y salud humana: con las addiciones de
la segunda impressió, y (en esta tercera) ex-
purgada. Coarposta por Doña Oliua Sabuco.
Dirigida ao I. S. D. loáo Lobo Baráo D'Albi-
to, &c. (Eíc jdo de éste, que consiste en cinco
lobos con siete aspas de San Andrés alrede-
dor.)—Impresso " Braga, có as lic'^gas neces-
sarias por Fructuoso Lour'50 de Basto. Año
de MDCXXlí.
Un vol. en 8.° menor de 847 folios, más
seis hojas al principio y otras tantas al fin.
Port.— Lo que contiene este nueva Filosofía.—
Licencias para la impresión. Lisboa, Octubre
de 1616 y Marzo de 161 7.— Tasa, 5 de Octubre
de 1622.— A Dom loam Lobo Baram D'Albito,
por Fructuoso Louren^o de Basto. — Al lector. —
Sonetos en alabanga del Autor y de la Obra,
compuestos por el Licenciado luán de Sotoma-
yor, vezino de la ciudad de Alcaraz.— Carta dedi-
catoria al Rey nuestro Señor.— Coloquio del co-
nocimiento de sí mismo en el qual hablan tres
pastores Filósofos en vida solitaria, nobrados An-
tonio, Veronio, Rodonio.— Coloquio en que se
trata la compostura del mundo como está.— Co-
loquio de las cosas que' mejoran este mundo y
sus Repúblicas.— Coloquio de auxilios, ó reme-
dios de la Vera Medicina: con los quales el hom-
bre podrá entender, regr y conservar su salud.—
Vera Medicina y Vera Filosofía.— Dicta brevia
circa naturam hominis, Medicinae fundamen-
tum.—Vera Philosophia de natura mistorum, ho-
minis, & mundi, antiquis oculta.— Tabla de lo
que contiene este libro.
466. — Nueva Filosofía de la naturaleza del
hombre no conocida ni alcanzada de los gran-
des filósofos antiguos, la qual mejora la vida,
y salud humana, con las adicciones de la
segunda impressión. Escrita, y sacada á luz
por Doña Oliva Sabuco de Nantes Barrera,
natural de la ciudad de Alcaraz, con la de-
dicatoria al Rey Don Phelipe Segundo de
este nombre, y la Carta al lllustríssimo Se-
ñor Don Francisco Zapata, Conde de Bara-
jas, y Presidente de Castilla, &c. Esta nueva
impressión va expurgada según el expurga-
torio publicado por el Santo Oficio de la
Santa y General Inquisición, el año de mil
setecientos y siete. Quarta impressión reco-
nocida y enmendada de muchas erratas que
173 —
ten'an las antecedentes, con un Elogio del
Doctor Don Marti'n Martín^.-z á esta obra.
Con licencia.— En Madrid: En la Imprenta
de Dominico Fernández. A costa de Francis-
co López Fernández. Año de 1728. (Escudo
del editor que representa la Fe con una ban-
dera y en ésta las iniciales F. L. F.; alrede-
dor estas palabras: coeciiate perfictlur.)
Un vol. en 8." m. de 412 págs., más ocho
hojas al principio y cuatro al fin.
Port. — Y.°en bl.— Carla dedicato' ia al Rey nues-
tro Señor. — Carta en que Doña Oliva pide favor y
amparo contra los émulos desie libro. Al Illustrís-
simo Señor Don Francisco Zapata, Conde de Ba-
rajas, Presidente de Castilla, y del Consejo de Es-
tado de Su Majestad. — Parecer del Reverendíssi-
mo P. M. Fr. Francisco Montiel de Fuentenor.ilia,
del Orden de Nuestra Señora del Carmen de la
Observancia, ex-Provincial de la Provincia de Cas-
lilla. Madrid 24 de Mayo de 1728.— Sonetos (dos)
en alabanza de la Autora y de la obra, compues-
tos por el Licenciado Don Juan de Sotomayor,
vecino de la ciudad de Alcaráz. — Suma de la li-
cencia. Madrid 11 de Marzo de 1728. Esiá dada
por D. Baltasar de San Pedro. — Fe de erratas,
por el Licenciado D. Benito del Río Cao de Cor-
dido. Madrid 3 de Junio de 1728. — Suma de la
tasa. Madrid 7 de Junio de dicho año.— Elogio á
la obra de nuestra insigne Doctriz Doña Oliva Sa-
buco. Del Doctor D. Martin Martínez, Médico de
Familia del Rey nuestra Señor, Examinador del
Protomedicaio. — Lo que coniiene esia nueva Fi-
losofía.— Prólogo al lector. — Coloquio del cono-
cimiento de sí mismo. — Coloquio en que se trata
de la compostura del mundo como está. — Colo-
quio de las cosas que mejoran este mundo, y sus
Repiiblicas.— Coloquio de auxilios ó remedios de
la Vera Medicina. — Dicta brevia circa naturam
hominis medicínse fundamentum. — Vera Philoso-
phia de natura mistorum, hominis & mundi an-
tiquis oculta. — Tabla de lo que contiene este
libro.
467. — Coloquio del conocimiento de sí mis-
mo, en el cual hablan tres pastores filósofos
en vida solitaria, nombrados Antonio, Velo-
nio y Rodonio.
Coloquio de las cosas que mejoran este
mundo y sus repúblicas.
Publicados por D. Adolfo de Castro en la
Biblioteca de autores españoles de Rivade-
neyra, tomo LXV, págs. 325 á 376.
Existen otras dos ediciones parciales, he-
chas: la primera en Madrid, año 1847, por
D. Ildefonso Martínez, y la segunda en Pa-
rís, año 1886.
468. — Obras de Doña Oliva Sabuco de
Nantcs (escritora del siglo xvi). Con un pró-
logo de Octavio Cuartcro.— Madrid, est. tip.
de Ricardo Fe, 1888.
8.° mayor; XLvni-437 págs.
Buena edición en que se reproduce con
bastante exactitud la primera.
En el Prólogo hay una biografía de doña
Oliva, con no pocos datos nuevos.
SACRAMENTO (Sor Ana del).
Religiosa carmelita en el convento de Me-
dina del Campo.
469. — Noticias para la vida de la Madre
Catalina de Cristo.
Hácese mención de ellas en el prólogo de
La V. M. Catalina de Christo Carmelita
Descalca, compañera de la Santa Madre
Teresa de Jesús. Descn'vela Don Miguel
Balista de Lanuda. — Zaragoza. Por Joseph
Lanaja. 1657.
470. — Declaracionesde Anadel Sacramen-
to en los informes sobre la vida de Santa Te-
resa de Jesús.
Publicadas por D. Vicente de La Fuente
en la Biblioteca de autores españoles de Ri-
vadeneyra, tomo LV, págs. 391 y 394.
SACRAMENTO (Sor Beatriz del).
47 1 . — Declaración de la Madre Beatriz del
Sacramento, Priora de Salamanca, en las in-
formaciones de aquella ciudad [sobre la vida
de Santa Teresa].
Dibl. de aut. esp. de Rivadeneyra, tomo LV, pág. 416.
— 176 —
SACRAMENTO (Sor Francisca del).
472.— Traslado de un capítulo de una car-
ta que escribió la Madre Francisca del Sa-
cramento, sub-priora del convento de la En-
carn.ición de Recoletas agustinas de la ciudad
de Valladolid, á María del Espíritu-Santo,
religiosa de la misma Orden, que está en el
convento de Carmona.
Publicado en las Cartas de algunos PP. de
la Compañía de Jesús sobre los sucesos de la
Monarquía entre los años de 16 34 y 1648.
Tomo 1, págs. 177 y 178.
(Memorial histórico español.)
SACRAMENTO (Sor Guiomar del).
473. — Declaración de la Madre Guiomar
del Sacramento, en las informaciones de Sa-
lamanca sobre la vida de Santa Teresa.
Biblioteca de autores españoles de Rivadeneyra, t. L^',
pá¿. 421.
SACRAMENTO (Sor María del).
474.— Carta á Fr. Alonso de Jesús María,
Provincial del Carmen descalzo, acerca de
la vida de San Juan de la Cruz. — Caravaca.
7 de Noviembre de 1614.
Autógrafa. — Dos hojas en folio.
Bibl. Nac— Mss. Pp. 79, pags. i. 201 á 1.204.
Por aber sido el primero que se pasó de la or-
den, mitigada á la primiliba, c.biéndolo á las manos
los padres calcados le hicieron muy malos irala-
mienlos, metiéndolo en una mala carcelilla aJon-
de no alcanzaba luz para re^ar el oficio dibino
sino estando en pie subido en una piedra; de allí
lo llebaban á refetorio para dalle diciplinas; des-
pués que no lo pudieron reducir á su propósito
con n.ngunos medios, dexando la puerta de la
cárcel abiertí- procuró bolbcrse á los descal^^os
con harto pe,igro de su bida, pasando por porti-
llos y paredes; díxonos que en aquella carcelilla
abía conpuesio lo que escribió sobré el libro de
los Cantares y de la santísima Trinidad y el salmo
Super Jluminu Babilonis.
SAENZ DE TEJADA Y LA BURIA
(D.* María Ignacia).
475. — Endechas á la muerte de su médico,
el profesor D. Severo López:
Si allá en el alto cielo...
Manuscrito de principios del siglo xix. —
Dos hojas en 4.°
Bibl. N.X.— Mss. P. V. 4.0 C. 24. Nüm. 5i.
SAJONIA (D."" María Josefa Amalia de).
La escasa ó ninguna influencia que esta
reina tuvo en los destinos de nuestra patria,
pues ni dejó sucesión, ni siquiera logró do-
minar el carácter de Fernando VII, ha con-
tribuido á que sea menos conocida de lo
que debiera serlo por sus virtudes privadas
y por su no común entendimiento.
Fué D." María Josefa Amalia hija del
Príncipe Maximiliano, Elector de Sajonia,
y de Carolina María Teresa. Nació en Dres-
de á 7 de Diciembre de 1803. En su más
tierna edad quedó huérfana de madre, des-
gracia que recuerda melancólicamente en
sus poesías.
Apenas acabadas las honras fúnebres por
Doña María Isabel de Braganza, Fernan-
do Vil, á quien preocúpala el tener suce-
sión, pensó en enjugar su llanto con las
emociones de terceras nupcias, y puso los
ojos en D." Amalia, á cuyo tío, el Empera-
dor de Austria, escribió muy luego:
Vuestra Majestad se halla bien penet ado de
que nada es tan propio de los soberanos como
promover la felicidad de los pueblos que la divina
Providencia tiene confiados á su cargo. Penetrado
yo igualmente de esta importante verdad, y de
que las sucesiones legítimas de los Reyes es uno
de los medios más propios y eficaces de afianzar
esta fe.icidad, he resuelto, consultando el bienes-
lar de mis pueblos, con el mayor servicio de Dios,
y á fin de estrechar más y más los vínculos de
amistad y parentesco que dichosamente nos unen,
y la armonía, buena correspondencia y recíproco
DORa MARÍA JOSEFA AMALIA DE SAJONIA,
MUJER DE FERNANDO VII
interés de nuestros sucesores, reinos, Estados y
subditos Fcspeciivüs, unirme en matrimonio con
ia muy alta v muy puderosa Princesa Doña María
Josefa, sobrina de V. M. é hija del muy poderoso
y excelso Príncipe Maximiliano, por las noticias
que tengo de las singulares prendas con que el
cielo la ha adornado, (i)
Fara concertar el regio matrimonio fué
nombrado Embajador extraordinario don
Fernando de Aguilera y Contreras, Mar-
qués de Ccrralbo, por una Real orden dada
en Mayo de 1819.
Obtenido el consentimiento del Empera-
dor, hizo nuestro recién viudo su declara-
ción amorosa á la joven Princesa:
El deber que me impone el mor á mis pue-
blos, mi muy amada y muy querida prima, exi-
giendo que al darles una reina les diese también
una madre, me condujo á Dresde, donde sabía
que existia una Princesa tan llena de virtudes
como V. A. Vuestros augustos padre y tío se han
dignado generosa y afectuosamente segundar mis
deseos, dándome la posesión inapreciable de vues-
tra mano, que recibo en el concepto de la sumi-
sión de vuestra voluntad á la suya, con un placer
tanto más puro, cuanto le miro como precursor
de la felicidad de mis vasallos, cuya garantía ha-
llo en vos misma. Sepa yo hacerme digno del
corazón de V. A. para gozar en vuestra amable
compañía, como todo me lo anuncia, de esta li-
sonjera seguridad que deduzco de los seniimien-
tas que ha grabado en él vuestro padre, y enton-
ces seré dos veces feliz. Dignaos, amable prima,
de asegurarle, así como á los reyes vuestros tíos,
de mi muy alta y distinguida consideración hacia
sus augustas personas; y entre tanto que llega el
momento de probaros persona, mente mi sincera
y justificada inc ¡nación, persuadios, prima mía,
de que ella sola me ha guiado á partir con vos el
trono de las Españas, y de que con el afecto más
acendrado soy y siempre seré de vuestra Alteza
Real su más apasionado y afectuoso primo
Fernando. (2)
Una vez firmadas las capitulaciones ma-
trimoniales, se dirigió á España D.' María
Joseía y llegó á la frontera á 2 de Agosto.
(t) Archivo Histórico Nacional.— Estado. Lcg. 2.56o.
(a) Archivo Histérico Nacional.— tstado. L«g. 2.5ÍO.
177^
Acto oficial en España sin disputas de
precedencia, de tratamientos ó de cualquier
privilegio honorílico, no se concebía en los
siglos pasados; entre la villa de Irún y la
ciudad de Fuenterrabía promovióse la cues-
tión del derecho á proporcionar la barca en
que D.* María Josefa debía pasar el Vida-
soa. Fuenterrabía justificó sus pretensiones
recordando en un memorial los hechos que
probaban el ejercicio de tal prerrogativa:
Laciudad de Fuenterrabía, en i3de Abril del año
pasado de 1818, expuso á V. M. sus méritos, sus
servicios y los derechos de propiedad y señorío en
que se hallaba del río Vidasoa, Concha, Canal,
Figuera y puerto de su jurisdicción, desde el 1241
que el Señor Rey D. Alonso de Castilla la hizo
de ellos donación; en cuya virtud ha ejercido
desde entonces, por medio de sus alcaldes, todas
las regalías anejas á sus privilegios y jurisdicción,
en las dos márgenes del río, desde donde sale
aquél del reino de Navarra; no habiendo mirado
con menor celo y predilección, como inherente á
la propiedad del río, la prerrogativa de disponer el
paso, y acompañar con vara levantada sus alcal-
des, á cuantas personas Reales han ido ó venido
de Francia, como sucedió en ibSg con el Empe-
rador Carlos V; en el de 1 565 con la Señora Reina
D." Isabel de la Paz, y en el de 1744 con la Infan-
ta D.* María Teresa, y en 1801 con los Señores
Reyes de Etruria; ocurrió que la Universidad de
Irún quiso disputar este privilegio al momento
del pase de SS. MM., á pretexto de haber vicio-
samente obtenido en 1766 una Real cédula del
Consejo, que eximió esta aldea de la jurisdicción
de Fuenterrabía. (i)
Fernando Vil hizo Justicia á la ciudad de
Fuenterrabía y acordó que ésta preparase
la barca regia, que lo fué una balandra cons-
truida á modo de buque de guerra, que
llevaba 22 cañones figurados con troncos.
En el Vidasoa fué D.' María Josefa reci-
bida con sumo regocijo, y el día siguiente
se celebró en Irián la ceremonia de entregar
su Real persona. En Tolosa, Vergara y Ar-
laban, por donde pasó luego, se la hicieron
(1) Archivo Hisió. ico N'aeional.— Estado. Leg. 3.4fl.
12
manifestaciones análogas, con iluminacio-
nes, comparsas de baile y músicas popula-
res. Continuó su viaje por Castilla, pasan-
do por Burgos. El Infante D. Carlos salió
hasta Buitrago á recibirla y llegó poco des-
pués á Madrid, cuyo pueblo improvisó en
honor de su nueva reina los arcos, fuegos
artificiales, iluminaciones y corridas de to-
ros con que la Corte secundó siempre las
alegrías oficiales.
En los arcos triunfales había versos, no
muy inspirados, compuestos por D. Juan
Bautista Arriaza, el poeta oficial de aquel
reinado.
Los días de amargura son pasados;
Los soles de alCjiría son venidos;
Volvéis á esperar gracia ¡oh! desgraciados;
Volvéis á lener madre ¡oh desvalidos!
Bella, bondosa y en edad florida,
Llena de gracia y de piadoso anhelo;
Si, la virtud que se lloró perdida
En nueva imagen nos devuelve el cielo.
Los poetas, y aun las poetisas de la Corte;
llenaron con sus composiciones el Diario de
Madrid profetizando á la nación dichas sin
cuento. Las mcás de estas poesías son de es-
caso valor; por excepció i se encuentra algu-
na mediana, como es el siguiente soneto:
Vi á la modestia huyendo ruborosa
Ojos que la buscaban á millares,
Así como la perla de los mares
Suele. salir, ó del botón la rosa.
Víla, sin altivez, majestuosa
Recibir los aplausos populares
Cual si fuera tributo á otros altares
El que se d iba á su presencia hermosa.
Víla al palacio con airosa huella
Subir, dando miradas de dulzura
Al pueblo, que por verla se airopella.
Y en fin, rayando en la sublime altura.
Vi sentarse en el trono al par con eila
La majestad, la gracia y la ternura, (i)
Pocas alegrías esperaban á la hermosa
Princesa alemana; triunfante el partido
constitucional en Julio de 1820 y enardeci-
das cada vez más las pasiones políticas con
la mala fe del rey y con los recuerdos de
sus anteriores violencias, vio D." María Jo-
sefa con profundo dolor cómo los liberales
se complacían en insultar á Fernando Vil
cual se azuza á un leopardo enjaulado. Y
aun tuvo que apurar las heces de tan amar-
go cáliz cuando el rey fué, contra su vo-
luntad, llevado por el Gobierno constitu-
cional á Sevilla y luego á Cádiz, en Febrero
de 1823, sufriendo vejaciones sin cuento,
aunque bien merecidas. En compañía de
su marido hizo D." María Josefa tan des-
agradable expedición, de la cual, y del re-
greso á Madrid luego que se restableció el
absolutismo con auxilio de las armas fran-
cesas, hay bastantes recuerdos en sus poe-
sías (i), cual es la llegada á l.ebrija:
Anda el coche en silencio en noche oscura,
Marcha á su lado la perve sa grey;
Hasta su luz consoladora y pura
Niega la luna al prisionero rey.
El sueño en nuestros párpados cansados
Nos llama al dulce olvido del pesar;
Pero sus sombras, para los malvados
Sun funesta señal de unirse á obrar.
Otras veces recu.jrda su alegre salida de
Cádiz:
Un gran prodigio del Excelso vimos,
Ostentó sus piedades el Señor,
Y libres de enemigos ya salimos
Del último ba.uarie del error.
(i) Diario de Madrid, 6 de Noviembre de 1819. El autor
de este soneto, publicado entonces como anónimo, lo fué
Arriaza. iláli.<se con sus obras en la Bibl. de aut. esp,,
tomo LXVII, pág. 58.
La triste noche se hizo alegre día,
Mudó en sosiego ei susto y el terror,
Y en vivas y cantares de alegría
Los insultos de la época anterior.
Era D." María Josefa dechado de cristia-
nas virtudes y de nobilísimos sentimientos;
(i) El m.smo Fernando Vil redactó un diario de este
viaje; lo publicó el Sr. Conde de Casa Valencia en sus
Estudios históricos iM.-drid, i8^5;, pá^s. 149 á 249.
— 179
sencilla en sus costumbres, muy dada á la
devoción y generosa hasta la prodigalidad
con los pobres, entre quienes repartía los
seiscientos mil reales que tenía de consigna-
ción al mes como gastos de alfileres.
Sus contemporáneos la consideraban más
á propósito para un convento que para vi-
vir en medio de las intrigas cortesanas, é
incapaz por su temperamento de hacer feliz
á un hombre de tan violentas pasiones como
Fernando Vil. Y sin embargo parece que
éste la llegó á querer en cuanto su corazón
era capaz de un amor puro, y ella, modelo
de fieles y constantes esposas, le correspon-
dió con creces. Testimonio son sus poesías
del cariño que sentía por aquel rey que tan-
tos días de luto costó á España.
Cuando Bussons y otros fanáticos realis-
tas puros se sublevaron en Cataluña ale-
gando que el rey no era libre y aun que se
había contagiado del liberalismo, D." Ama-
lia fué á Valencia, donde se reunió con
Fernando VII, y juntos visitaron las ciuda-
des de Tarragona y Barcelona á fines del
año 1828, y prosiguiendo luego su viaje por
Aragón, las provincias Vascongadas y Casti-
lla, regresaron á Madrid en Agosto de 1829.
La salud de D.* María Josefa, ya minada
por una fiebre catarral, fué poco á poco de-
cayendo. Entrada la primavera del año 1829
se retiró al palacio de Aranjuez creyendo
que allí mejoraría; pero unida su dolencia
á las calenturas palúdicas propias de aquel
sitio, se agravó por momentos; á 2 de Mayo
se le administró el Viático y el día 18, á las
dos de la mañana, voló á la morada eterna
de los justos aquella alma pura que no había
sido hecha para el estrépito y las intrigas
de la Corte, sino para la soledad del claustro.
Para entregarse del cadáver y conducirle
desde el Real sitio de Aranjuez al panteón
del Escorial, fu¿ noinbrado el Marqués d
Valverde, Conde de Torrejón, Mayordomo
mayor de la difunta reina, y para secretario
de la entrega D. Francisco Ibáñezde Leiva,
Consejero de Estado.
Ceñidas las sienes de una guirnalda de flores y
espigas de oro, y vestido de un rico traje de seda
blanco, floreado y guarnecido de oro igualmente,
permaneció expuesto el Real caiáver entre doce
blandones con hachas de cera blanca hasta las
ocho de aquella noche (i).
Al día siguiente era llevado al panteón
más triste y prosaico del mundo y el de
menos ambiente religioso, cuando los des-
pojos mortales de aquella reina, tipo del
alma germánica, idealista y llena de vagas
fantasías y de dulces sentimientos, recla-
maban un sepulcro medioeval, bajo las bó-
vedas de una catedral gótica, con su bulto
de piedra que, de rodillas y con el libro de
Horas en las manos, pareciese juntar aún
sus oraciones con las de los fieles y respirar
los místicos perfumes del incienso.
Todos los llantos que las Musas oficiales
dedicaron á la muerte de D.'^ María Josefa
en la Gaceta de Madrid, se redujeron á un
pésimo soneto, digno de Rabadán:
Llorábamos un mal y eran agüeros
De mal mayor el subterráneo ruido
Y aquel temblar del suelo combatido
Y en ruinas perecer pueblos enteros.
La Parca holló los límites iberos
Alzando el pie del lago del olvido,
Y amago fué de golpe más crecido
Tal cúmulo de horror y estragos fieros.
Era, sí, la Virtud puesta en el trono,
La modestia adorada y la hermosura,
Amalia, en fin, el blanco de su encono.
Y harto probó que á su braveza dura
La virtud en el mundo no halla abono
Y el cielo sólo es su mansión segura. (2)
(1) Honores fúnebres hechos al cadáver de nuestra au-
gusta Soberana, la Señora Dora Marta Amalia de Sa o-
ma. Rema Católica de España. (Gaceta de Madrid, su-
plemento a la de 4 de Junio de iHag.)
(2) 6aceU de 33 de .M*y« de 18:^
— I «ó
No carecía D.* María Josefa de condiciones
literarias; en muchas de sus poesías hay un
profundo sentimiento, ya de la religión, ya
de la naturaleza; pero escritas en un idioma
para ella extraño, son incorrectas como pe-
cas, y si algunas hay limadas, puede afir-
marse sin vacilación que las enmendó cual-
quier literato áulico, quien, según muchos
creen, lo fué D. Juan Bautista Arriaza.
En muchas de ellas se ve el odio profundo
que los reyes y sus palaciegos tenían al ré-
gimen constitucional; ya celebra á los rea-
listas expatriados, ya lanza invectivas contra
los liberales y desea que las armas extran-
jeras devuelvan á Fernando el poder abso-
luto.
En otras poesías, más agradables por el
asunto, y aun más felices de inspiración,
evoca recuerdos de los sitios donde había
morado, como Saccdón y Solán de Cabras,
cuyas aguas ferruginosas tomó para curar
su anemia.
El poema de San Fernando es de lo más
prosaico y desaliñado que puede concebirse;
mil veces peor que las crónicas rimadas es-
critas en el siglo xvii acerca de la conquista
de América.
Relación del paso del Vidasoa por doña
María Josefa Amalia, y de las cuestiones
que en esta ocasión hubo entre Irún y Fuen-
terrabia (i8¡g).
(Archivo Hinórico Nacional.— Estado. Leg. 2.i'¡b.)
Exorno. Señor primer Ministro de Esta^'o y del
Despacho Universal. =Excmo. Señor.==La aurho-
ridad encargada para el recibí míen lo d¿ la Rey na
nuestra señora, habrá comunicado su magestuuso
tránsito por el cc,ebre Vidasoa, á las tres y media
horas de la larde del día dos de esie mes, hon-
rando con su Real persona, la balandra, la augus-
ta María Josefa Amalia, cuia bendición por el
Illmo. Señor Obispo de Pamplona noticié á V. E.
en 27 de Septiembre úliimo.
La armoniosa tranquilidad de ambas riberas, á
pesar d« estar cubierta?, de \in inmenso gentío; la ,
• concurrencia de la góndola de mi Ayuntamiento
y Cabildo Ecclesiástico, la de otra para el trán-
sito de la Real comitiva, la de diez lanchas pinta-
das de este puerto, que formaban calle en el río
para el Real buque, acompañadas de quantas bar-
cas hay en el Vidasoa, tanto para pescar, como,
para otros usos, cargadas de gente, y la amable
presencia de nuestra soberana, hacía mella tan
tierna en los corazones de los espectadores, que
pocos podían contener las lágrimas de ternura,
especialinenie al romper las voces de ¡viva el Rey!,
al tiempo de marinar hacia España la Real balan-
dra, conduciendo á la Soberana de los dos mun-
dos, y á los que tenían la dxha de ac )mpañarla;
la que mil gó lodos los sinsabores que padecieron
lodos mis habiíanies por ocurrencias que la emu-
lación de la Diputación de esta Provincia y del
Comandante de Marina de San Sebast'án habían
preparado para privarme de la honra que acababa
de renovarme el Rey nuestro Señor.
En el parle de la bendición de la Real balandra
hablé á V. E. de la solicitud de la Diputación de
esta Provincia para excluirme de ella, en contra-
vene ón del convenio hecho en la Junta General
de 1818, que para ella debe ser una ley, y ahora
suplico á V. E. eleve á noticia del Rey nuestro iíe-
ñor mi eterna gratitud por la soberana resulución
cel día 23 del íiiiimo mes, que la misma Diputa-
ción me comunicó, y hubo efecto en todas sus
parles. Mas como ningún pueblo guipuzcoano
debe tolerar que la Diputación contravenga á ¡os
pactos de las Juntas generales, y en las próximas
de Villaíranca, debe sufrir, con arreglo á los Fue-
ros, la másexirecha residencia, suplico á V. E. se
digne hacer que se me remita una copia de la r.'-»
preseniación que motivó la dicha Real orden del
23 de Sepiiembre, para que sea fundamento de los
cargos á los que abusan de la confianza que hace
la Hermandad para gobernar de Junta á Junta.
Vencida, pues, la solicitud de la Diputación,
creí poderme entregar á meditar en la honra que
esperaba disfrutar de conducir á la Soberana,
quando la Diputación encargada por la General
de la Provircia para el recibimiento de Su Mages-
lad, me pasó ei d a 29. al medio día el oficio de la
víspera, cuia copia acompaño.
Yo, aunque inclinada al cumplimiento de la
Real voluntad quisiese ceder al Comandante de
Marina de San Sebastián la Real balandra y < o n-
boy, que ya estaba prompto con lodas las bande-
ras necesar as, como venía pugnando con la Real
jurisdicción que siempre han exercido mis Alcal-
de$ en ei rio Vidasoa, y con las Reales órdenes úd
#?l.-
irí-.y 53 de Septiembre, expedidas con .cqnoci-
mienio de aniccedenies, y soore todo, como co-
operaba á disminuir la confianza que en todas
ocasiones han hecho en mí los soberanos para
quanlos asuntos arduos se les han ofrecido en el
Vidasoa, incluso la de conducir los mismos sobe-
ranos sin concurrencia de otra authoridad, se de-
teminaron mis Alcaldes á no prestar su consen-
timiento á tamaña novedad, como no fuese en
términos conciliatorios del honor del Comandante
de Marina y mío. Para tratar, pues, de la materia,
se trasladaron dichos Jueces á la posada de los
Diputados de la Provincia, en Irún, quienes uni-
formando su diclamen resolvieron que ya que te-
nía yo que conferir la Cap'tanía de la Real ba-
landra á un Director particular práctico en el Vi-
dasoa. ia confiriese al señor Brigadier Gomendio,
como á hijo de la Provincia condecorado por el
Soberano, per^» sin que se entendiese se le reco-
nocía jurisdicción de Marina en el río. La Dipu-
tación, que quedó encargada de comunicarle la
p opuesta, me anunció el día primero haber ad-
mitido el mando; y con tanto, todo quedó conci-
llado.
A la una del día dos salió la Real balandra
acompañada de las dos góndolas de la escuadrilla
de lanchas para el paso, authorizada con las ban-
deras Rea, es á popa y pnia; en el pico de la Can-
greja la saxona, y dispuesta laquadrada española
que debía izarse, al tupe mayor, en lugar del es-
tandarte Real; recibió en el camino al Sr. Briga-
dier Gomendio, que estaba acompañado de dos
oficiales de Marina y treinta músicos de la juven-
tud de San Sebastián; llegó al parage del paso, re-
cibió á los quatro Diputados de la Provincia y se
situó á ia orilla de Francia. Inmediatamente fue-
ron buscados mis Alcaldes por el Comisario de
policía f anees, se avocó con él uno de aquellos,
y le of ec ó el servicio de la guardia nacional, y
de los guardas que estaban formados miliiarm.n-
ley el gabarrón del .tránsito, para que Fuentc-
rrabía hic era el de su Soberana con agradable
tranquilidad: el Alcalde le dio las gracias y se em-
barcó. A breve rato le vino á buscar el de Hendaya
de parte del Subprefecto de Bayona que acababa
de llegar preguntándole si estaban ya á disposición
de Fuenterrabía lodos los medios de la ribera
francesa, para el fin de la agradable tranquilidad,
y sin embargo de habérsele contentado que sí,
pasó personalmente á la balandra á asegurarse:
tal era, Excmo. Señor, la finura de los franceses
para la solemnidad del acto, y creo son dignos de
que se iCs manifieste la gratitud.
Mis Alcaldes llevaban en vitela una afectuosa
exposición que les er, tregüé para su Magestad,
que dice así: «Señora: la ciudad de Fuenterrabía,
que por la constante fidelidad y esfuerzo de sus
moradores acumuló los ínclitos renombres de
muy noble, muy leal, muy valerosa y muy siem-
pre fiel, está disfrutando desda tiempo inmemo-
rial la honra y especial privilegio de pasar á sus
Reye-; por este río á la entrada y salida de España.
El júbilo que resplandece en nuestros rostros
acercándonos con esta humilde balandra á recibir
la Real persona de V. M. es tan puro y extremado,
como natural, porque echando el pie en ella para
el tránsito del Vidasoa, prin.-ipia V. M. á distin-
guirnos con la más señalada confianza. Si todos
los pasos que V. M. diere por los vastos Estados
de su augusto esposo hacen (como es de esperar)
la honda huella que el primero dejó estampada en
nuestro corazón, va á ser V. M. la más dichosa
Reyna del universo: estas son nuestras súplicas
al Todopoderoso, y que conceda á V. M. un
pronto y feliz viaje». Pero habiendo dicho los Di-
putados de la Provincia que tampoco entregarían
su credenci 1, porque hasta la entrega de la Sobe-
rana no se le hacían más que los honores milita-
res, suspendieron la entrega, rindiendo, sin perjui-
cio de aquella ceremonia, el homenage deb'do á
una persona que por oculto que tragese su ca-
rácter, era nuestra Soberana.
Al día siguiente, al tiempo del besamano que
dispensó S M., se la entregaron, diciendo que la
víspera no se quiso molestar con ella su Real
atención.
Exmo. Señor: no puedo explicar el aparato ma-
gestuoso, gozo y alegría que hubo en el recibi-
miento de una Reyna que presagia por su bon-
dad la dicha del Rey nuestro señor y de sus ama-
djs vasallos, cuya descripción harán personas que
la acompañarán á la corte.
Ahora resta, para colmo de mi satisfacción, que
mi conducta merezca la Real aprobación, j que
declare S. M. no deber intervenir en el recibimien-
to de las personas Reales en el Vidasoa, el Co-
mandante de Marina de San Sebastián, ni otra
authoridad que no sean mis representantes, acom-
pañados, con arreg'o al convenio hecho con esta
Provincia en la Junta General de 1818, de sus Di-
putados, concediendo á éstos el cumplimiento pri-
mero, como es regular y se ha practicado en esta
ocasión, para que ninguna oira intervención dis-
minuía la confianza que creo merecen mis repre-
sentantes. Por tanto, suplico á V. E. incline el
Real ánimo á que me conceda dicha satisfación,
— 1^-4 -^
ínterin ruego á Dios le guarde muchos años. De
mí Consistorio de Fuenierrabía, 8 de Octubre de
i8i9.=Exmo. Sr. =Romá}i de ¡riarte y Yar!{a.=
Miguel Blas de Uria.=^Por la M. xN. M. L. M. V.
y M. S. F. ciudad de Fuenterrabía. =B/as Antonio
Sasiera.
Recibimiento que se hi\o á D." María Jo-
sefa Amalia en Irún. (iSig.j
Archivo Histórico Nacional. — Estado. Leg. 2.475.
Excmo. señor: El día 2 del corriente, á las
cuatro y media de la tarde, fué la legada de
S. M. la Reyna al palacio que estaba destinado
en esta villa para su hospedage, y fué recibida por
la Real comitiva, Diputaciones y otras personas
distinguidas, en meJio de aclamaciones, músicas,
salvas, saludos de estos habitantes y del inmenso
gentío que había concurrido de todos los pue-
blos de la comarca á ver tan augusto espectáculo.
El paso de Behobía, aquel día presentaba una
perspectiva sumamente vistosa; el Vidasoa atra-
vesado de parte á parle de lanchas ca:"gadas de
gente hasta los topes; las orillas y collados veci-
nos en la propia forma, y el parage del desembirco
coronado de Grandeza, Diputaciones de las más
ilustres corpor, clones, y personas de las más altas
gerarquías, tropas, músicas, y gente del país uni-
formada y armada para hacer el obsequio, eran
objetos que llamaban la atención universal. Mas
esta perspectiva no era comparable con la emoción
de los ánimos cuando avistaron á la Reyna nues-
tra Señora, acompañada de U comitiva saxona y
diferentes autoridades, tanto civiles como mili-
tares, porque entonces este inmenso gentío, dando
un libre vuelo á la espansión de sus corazones,
prorrumpió en tales vivas, algazaras y saludos,
que no se hartaban ni paraban de saludarla. La
Diputación de la Provincia de Guipúzcoa pasó á
la orilla de Francia á recibir á S. M. en la barca
que estaba construida de nuevo y de intento para
este destino, y la cumplimentó la primera, según
se acostumbra en semejarles ocasiones, y después
que pasó á esta orilla al son de las músicas y en
medio de tanto aplauso, la felicitaron el Ayunta-
miento de la villa, la Diputación de estos Reynos,
el Capitán General, á una con la Real comitiva
española y otras autoidades. Desde el saio de
desembarque al coche fué conducida por la villa
de Irún en una silla de manos. En la carrera había
dos arcos erigidos, el uno por la Provincia y el
otro por esta vi. la; las calles por donde había de
pasar alfombradas, y las ventanas y balcones de
las casas adornadas con tapices, labores de manos
y colgaduras, acompañando en todas partes un
inmenso gentío que no cesaba de proclamarla, y
en esta forma fué conducida hasta el Palacio.
La entrega de su Real persona se hizo ayer á
las nueve y media de la mañana, y hubo Corte y
besamanos á que asistieron los Señores Condes
de Torrejón, Marqués de Villafranca, Duque de
Granada y demás Señores y Señoras de la Real
comitiva, y además las Diputaciones de la Provin-
cia, la de los Reynos, Capitán General, el Señor
Obispo de Pamplona y el Ayuntamiento de la
villa, Cabildo y otras diferentes personas de las
más altas gerarquías de ambos sexos, y varias
autoridades.
S. M. quiso ir á la iglesia parroquial á dar gra-
cias al Todopoderoso, é hizo á los vecinos de esta
villa el honor de permitir la condugeran en una
silla de mano; cuyo acto se hizo con una pompa
y obstentación que al mismo tiempo que imponía
enterneció á todo el vecindario. Abrían la marcha
los tamboriles, á cuyo son executaban varios
jóvenes una danza propia del país; seguía una
compañía de muchachos y muchachas de Pasages,
ninguno de los cuales llegaba á los años de la pu-
bertad, llevando á su frente la música de su
pueblo, vestidos vistosamente á lo morisco y for-
mando con las diferentes combinaciones de sus
arcos una hermosa carrera, tras los cuales iba la
música de aficionados de San Sebastián, también
vestidos uniformemente, v luego los guardias, Real
comitiva, acompañamiento, con la Reyna nuestra
Señora, que se hacía interesar de todo el mundo,
y cerrando esta carrera la tropa con una mú-
sica marcial. Llegado que se fué á la ig:esia se
cantó un solemne Te Deum, oficiando el Señor
Obispo de Pamplona. Al regreso, habiendo solici-
tado los e.xpresados jóvenes de Pasages se dignase
presenciar el obsequio que trataban de hacerle co:i
diferentes bayles, se dignó acceder, honrando con
su augusta presencia la casa Consistorial de esta
villa, desde donde los vio; en cuya ocasión se redo-
blaron los vivos aplausos. Hubo últimamente,
durante el tiempo de su permanencia, bayles, ilu-
minaciones, fuegos, festejos, y hoy ha salido á las
nueve de la mañana para Tolosa en medio de un
repetidoaplauso, ysinhaberocurridoen tanta mul-
titud, ni una riña, ni materia alguna de disgusto.
Remito á V. E. las dos únicas arengas que he
podido conseguir.==Dios guarde á V. E. muchos
años. Irún, 4 de Octubre de i8i9.=Excmo. Señor,
por indisposición del Señor Adminisirador.=^./í/aM
Ramiro ¡riarte.^^^Excmo. Señor, primer Secreta-
rio de Estado y del Despacho Universal.
-~ 1
PUBLICACIONES REFERENTES
Á DO^A MARÍA JOSEFA AMALIA DE SAJONIA
María Josefa Amalia Herzof;in zu Sach-
sen Kónigin von Spanien. Yon Konrad
Haebler.— Dresden. Wilhelm Baensch Hof-
verlagsbuchhandlung. 1892.
247 págs. en 8.", con un retrato de doña
María Josefa.
En las págs. 116, 128 a 135, 207 y 2 1 5 se
publica el texto original y una versión ale-
mana de varias poesías de aquélla, que em-
piezan:
Triste recurso en días tempestuosos...
¿Con que te he de dejar?, ¡oh!, sitio amado...,
Aunque la dura suerte...
De un grande amor gage vil y pequeño...,
Tú, que en lo alto de la cruz rogaste...
¿Para qué á los liberales...
Bello sitio, ¿i qué llamarme...
Real cédula de S. M. y Señores del Con-
sejo, por la cual se manda guardar y cum-
plir, y que se publique para que llegue á no-
ticia de todos, el Peal decreto inserto, en
que S. M. participa al Consejo su tratado
casamiento en la forma que se expresa. Año
de 1 8 19. — Madrid, en la Imprenta Real.
Cuatro hojas en folio.
Diario de las ocurrencias del tránsito Real
de S. M. la Reyna N. S. desde el río Vida-
soa hasta el punto de Arlaban, límite entre
la Provincia de Guipúzcoa y la de Álava. —
Imp. s. 1. n. a.
1 5 págs. en folio.
Égloga en celebridad de la plausible lle-
gada á España de la P-eyna Nuestra Señora
Doña María Josefa Amalia. Dedicada á los
Reales pies de S. M., por el Coronel D. Luis
de Sosa. — En la imprenta de D. Ramón de
Villanueva. Burgos 12 de Octubre de 1819.
19 págs, en 4,*
83-
Himno en celebridad de la venida de S. M.
la Reyna N.""» Sj^ Doña María Josefa Ama-
lia.— En la imprenta de D. Ramón de Villa-
nueva. Burgos 12 de Octubre de 1819.
Cuatro hojas en 4."
Cantata que á nombre del Real Semina-
rio de Nobles de Vergara ofrece á los Reales
Pies de la Reyna N. S. en celebridad de su
feliz llegada á España D. Félix Enciso Cas-
trillón. Catedrático de Humanidades del
mismo Real Establecimiento.— En Bilbao,
en la oficina de D. Pedro Antonio de Apraiz,
Año de 1819.
Cinco hojas en 4.*
Ceremonias y etiquetas que deben obser-
varse en la entrada en Madrid de S. M. la
Reina nuestra Señora Doña María Josefa
Amalia de Saxonia, en los desposorios de
SS. MM. , velaciones, visita á nuestra Señora
de Atocha, besamanos generales de los Con-
sejos, etc. — Madrid, en la imp. Real, 1819.
20 págs. en 4.°
Descripción de los adornos que eT Exce-
lentísimo Ayuntamiento de Madrid, á nom-
bre de su heroico pueblo, ha dispuesto para
recibir á la Reina Nuestra Señora Doña Ma-
ría Josefa Amalia, con motivo del feliz en-
lace de nuestro amado Monarca el Señor
Don Fernando el Vil. — Imp. s. 1. n. a.
Cuatro hojas en folio.
Oración congratulatoria dirigida por la
Real Academia Española á S. M. el Rey
D. Fernando Vil, con motivo de su regio
enlace con la augusta Señora Doña María
Josefa Amalia de Sajonia. — Madrid, 1819.
8 págs. en 4.°
[Relación de los festejos con que Madrid
recibió á D." María Josefa Amalia de Sa-
jonia.]
Gaceta de Madrid, 24 de Octubre de 1819;
p4g5. 1.071 á 1.076,
184
Con motivo del dulce enlace del Rey
nuestro Señor, una dama de esta corte, que
nació en el Mediodía de España, transpor-
tada con todo el entusiasmo de su amor y
su clima, cantó las siguientes Liras:
Bien puedes, feliz musa, en este día,
En vuelo poco usado,
Festiva remoniarie con agrado...
Firmadas con las iniciales S. de O. y C.
Diario de Madrid, 20 de Octubre de 1819.
Oda al augusto enlace del Rey Nuestro
Señor con la señora Princesa Doña María
Josefa Amalia de Sajonia.— Madrid, imp. de
Repullés, 1819.
16 págs. en 4.°
Al Rey nuestro Señor, con motivo de su
augusto enlace [con D." María Josefa Ama-
lia de Sajonia]. Oda, por Garnier.
Diario de Madrid. 24 de Agosto de 18 19.
Otras poesías en elogio de D.' María Jose-
fa Amalia de Sajonia.
Diario de Madrid, 18 á 26 de Octubre
de 1819.
Retrato de las cualidades de nuestro ama-
do Soberano, por una de sus más fieles y
humildes vasallas, dedicado á nuestra desea-
da Reina D/ María Josefa Amalia. Soneto:
Ven, ya, Reina feliz, á ser querida
De un sabio, de un valiente, de un piadoso...
Firmado con las iniciales D. A. B. S. P.
Diario de Madrid, 7 de Septiembre de
1819.
A la Reina nuestra Señora Doña María
Josefa Amalia.
Soneto doblado:
En buen hora á esta Corte, Reina hermosa.
Feliz y venturosa
Llegues á ser amada y no temida...
Firmado por una poetisa con las iniciales
A. B. S. de P.
Diario de Madrid, 20 fie Octubre de 1819,
Versos á D.* María Josefa Amalia de Sa-
jonia:
Si la Parca cruel, ¡oh!, patria mía,
Arrancó de tu seno á Isabel bella,
El cielo compasivo á tu querella
En Amalia su imagen hoy te envía...
Firmados por una poetisa con las inicia-
les F. R. de S.
Diario de Madrid, 28 de Diciembre de
1819.
Relación de la entrada piíblica que los
Reyes Nuestros Señores Don Fernando VII
y Doña María Josefa de Sajonia, los Serení-
simos Infantes y Real familia, hicieron en
Sevilla, el día 8 de Octubre del presente año,
restituido el Rey al trono de sus mayores en
la plenitud de su soberanía, y descripción da
los ornatos públicos que con este motivo les
ofreció la ciudad. — Sevilla, imp. á cargo de
García, 1823.
44 págs. en 4."
Obsequios que la ciudad de Córdoba hizo
á sus augustos Soberanos en su glorioso
tránsito y permanencia en ella, en los días
25, 26, 27 y 28 di Octubre del presente año
de 1823.— Córdoba, en la imp. Real [i823].
54 págs. en 4.°
Canción heroica á la dichosa libertad del
Monarca soberano de España é Indias Don
Fernando VII, el Magno, Señor nuestro; de
su augusta esposa Amalia, nuestra amabilí-
sima y virtuosa Reina; de sus dignos herma-
nos y demás familia Real, á su regreso y
triunfante entrada en esta M. H. Villa y
Corte de Madrid, verificada la tarde del
Jueves 1 3 de Noviembre; y en loor del Ejér-
cito Realista, y particularmente del Auxilia-
dor y d2 su muy heroico Jefe el Serenísimo
Señor Duque de Angulema, el Libertador.
Por un amante de SS. MM. y AA.— Madrid,
por D. Francisco Martínez Dávila, 1823.
18 págs. en 4.**
m
■^185
Manifiesto de la gloriosa entrada de nues-
tro amado Soberano el Señor D. Fernan-
do Vil, su auc;usta esposa la Señora Doña
Mari'a Josefa Amalia y los Señores Infantes,
en esta M. N. V. de Madrid, el día i3 de
Noviembre de i823. Por D. Manuel Rodrí-
guez Carreño. — Madrid, imp. de D. Antonio
Martínez, 1823.
Cuatro hojas en 4.*
Relación de la entrada de los Reyes Nues-
tros Señores en la ciudad de Barcelona, la ma.
ñaña del 4 de Diciembre de 1827, y dt los de-
más festejos públicos que tributó á SS. AIM. la
Junta de Reales Obsequios, en nombre y re-
presentación de dicha Ciudad. — [Barcelona],
imp. de la Viuda de D. Agustín Roca, 1828.
25 págs. en 4.°
Relación de lo ocurrido en la villa de
Tarrasa, en los días g. 10 y 11 de 'Abril
de 1828, con motivo del tránsito de Sas
Magestades por la misma. — Madrid, imp. de
Sancha, M.DCCC.XXVIII.
22 págs. en 8.°
Manifiesto que la M. N. L. y H. Ciudad
de Zaragoza ofrece al público, de los princi-
pales regocijos con que explicó su alborozo
durante la permanencia en la misma de sus
amados Soberanos al regreso del Principado
de Cataluña para la Corte. — Zaragoza,
imp. de Mariano Miedes, 1828.
241 págs. en 4.°
Poesías compuestas y publicadas por los
PP. de las Escuelas P'as con motivo de la
venida y permanencia de Sus Magestades en
Barcelona y Zaragoza. — Zaragoza, imp. de
Francisco Magallón, 1828.
48 págs. en 4.°
Octavas para el catafalco de la iglesia de
los Padres Escolapios de Valencia, en las
honras que celebró á la muerte de la Reina
Doña María Josefa Amalia, la JReal Maes-
tranza de Caballería de dicha ciudad, por
D. Juan Nicasio Gallego.
Biblioteca de autores españoles; tomo LXVII, pág 425.
— A la descripción hecha por la Reina
nuestra Señora del sitio de los Baños de So-
lán de Cabras. Décimas formadas sobre los
vocablos finales de verso que se leen en las
de S. M. — Imp. s. 1. n. a.
Dos hojas en 4.°
Descripción del cenotafio erigido para las
Reales exequias de la Reina nuestra Señora
D." María Josefa Amalia de Sajonia, cele-
bradas en el día 28 de Julio en la Iglesia
del Real Convento de San Francisco el
Grande de esta Corte; inventado y dirigido
por D. Isidro Velázquez. — Madrid. En la
imprenta de D. León Amarita. 1829.
1 5 págs. en 4.°
Elogio fúnebre que en las solemnísimas
exequias, celebradas con el soberano per-
miso de S. M. el día 12 de Julio de ii!29,
en la Iglesia Real dé San Gil por la Real é
ilustre Congregación de Nuestra Señora de
Guadalupe, á la digna memoria de la Señora
Doña María Josefa Amalia d-2 Sajonia dijo
Don Pedro Rico y Amat. — Madrid. Impren-
ta de D. E. Aguado. 1829.
37 págs. en 4."
Exequias á la Reyna de las Españas Doña
María Josefa Amalia de Sajonia, celebradas
por el Claustro de Catedráticos de la Uni-
versidad de Valencia en la Capilla de Nues-
tra Señora de la Sabiduría el día 17 de Ju-
nio de 1829 y elogio fúnebre pronunciado
por el P. M. Fr. Jorge Comín. — En' la Irti-
prenta d3 D. Benito "Mohfort.
38 págs. en 4.° ■ .
Sucinta relación de las honras fúnebres
que
á su Augusta Soberana Doña María
Amalia de Sajonia. Reina de España, tribu-
tó el M. I. Ayuntamiento* de- la villa dat Al-
^i^^
Cira en el día i8 de Julio de 1829.— Valen-
cia: Oficina de José Ferrcr de Orga. 1829.
Siete págs. en 4."
Oración que en las solemnísimas Exequias
celebradas el día 3 de Agosto de 1829 en la
Real Iglesia de San Isidro, por el Excelentí-
simo Ayuntamiento de Madrid, á la digna
memoria de la Reina Doña María Josefa
Amalia de Sajonia pronunció el Doctor don
Francisco Antonio González. — Madrid. En
la Imp. Real. Año de 1829.
30 págs. en 4."
Oración fúnebre que en las Reales Exe-
quias celebradas en la Santa Iglesia Cate-
dral de Cuenca el día 16 de Junio del pre-
sente año de 1829 en sufragio del alma pia-
dosa de la muí Augusta Señora Doña María
Josefa Amalia de Sajonia dijo el Doctor Don
Cristóbal Amat y Socoli. — Cuenca. 1829.
Por los Hijos de La Madrid.
32 págs. en 4.°
Oración fúnebre que en las solemnes y
Reales Honras celebradas de orden de S. M.
el Señor D. Fernando Vil Rey de España
y de las Indias por el alma de su Augusta
Esposa la Señora Doña María Josefa Ama-
lia de Sajonia dijo el P. Eduardo José Ro-
dríguez de Carassa, de la Compañía de Je-
sús, en la iglesia de San Francisco el Grande
de Madrid el día 28 de Julio de 1829. — Ma-
drid: Imprenta de D. Eusebio Aguado. S. a.
36 págs. en 4.°
Oración fúnebre que en las solemnes exe-
quias de la Católica Reyna de las Españas
Doña María Josefa Amalia de Sajonia cele-
bradas por la Real Maestranza de Valen-
cia en la iglesia de las Escuelas Pías de la
misma el día i." de Julio del año 1829 dijo
el P. Joaquín Esteve de San Miguel. — Im-
prenta de Don Benito Monfort. S. 1. n. a.
33 págs. en 4." mayor.
Oración fúnebre que en las Rea'es y so«
lemnes exequias que hicieron la M. N. y
M. L. ciudad de Ávila y su tierra en la San-
ta Catedral á la dulce memoria de su difunta
Reina la Señora D.'' María Josefa Amalia, día
i6 de Junio de 1829, dijo el Dr. D. Juan dé la
Torre Santos. — Ávila: Por F. Aguado. 1829.
22 págs. en folio.
Relación de las demostraciones de profun-
do dolor que en la muerte de su amada so-
berana la Señora Doña María Josefa Ama-
lia de Sajonia hizo la siempre fidelísima
ciudad de la Habana. — Habana. Imprenta
del Gobierno por S. M. 1829.
Cinco hojas en folio, con un grabado.
Llanto de los seminaristas del Real Cole-
gio de Escuelas Pías de San Antonio Abad
en la sensible pérdida de su malograda Rei-
na la Señora Doña María Josefa Amalia de
Sajonia. — Madrid. En la Imprenta Real.
Año de 1829.
14 págs. en 4.**
Es una Elegía de D. Fermín de la Puente
y Apezechea.
Poesías lúgubres á la sensible muerte de
la Reina de España la Señora Doña María
Josefa Amalia de Sajonia, por D. Cayetano
Puch y Portóles.— Madrid. Imprenta Ra-
mos y Compañía. 1829.
Cuatro hojas en 4.°
SáficQs adónicos á la muerte de la Reina
nuestra Señora Doña María Josefa Amalia
de Sajonia, por Don Gregorio Isaac Díaz de
Goveo. — Madrid: Imp. de los Hijos de Doña
Catalina Piñuela. 1829.
Seis págs. en 4.°
Elegía con motivo de la dolorosa muerte
de la Reina nuestra Señora Doña María Jo-
sefa Amalia de Sajonia. Por D. Juan Miguel
de Arrambide. — Sevilla: Imp. Mayor. 1829.
OchQ págs. en folio.
— 1
En la temprana muerte áz la Reina N. S.
D.' María Josefa Amalia de Sajonia. Elegía
por Don Manuel Ruiz Crespo. — Sevilla: Im-
prenta de H. Davila, Llera y Compañía.
1829. ^
12 págs en folio.
OBRAS DE DOVA MARÍA JOSEFA AMALIA
DE SAJONIA
47Ó. — Vida de San Fernando, Rey de Cas-
tilla y de León.
Poema en XVÍI cantos.
Hay una copia en la Biblioteca de Palacio;
consta de 288 págs, en 4.**; letra del primer
tercio áú siglo xix; otra en la Biblioteca
Nacional con los manuscritos que fueron de
Gayangos, y otra en la del Sr. Duque de
T'Serclacs.
Canten otros las fábulas ó historias
En que el laurel la fuerza arrebató;
De la ambición celebren las victorias
Que la sangre inocente amancilió;
Mi canto elevo á más sólidas glorias
Que Dios mismo en el cielo coronó,
Canto un monarca sabio si y guerrero,
Mas sobre todo un Santo Rey venero.
Fernando, luz brillante desde el trono,
Sol del Ibero reino y su blasón.
Fué hijo del Rey Don Alonso el nono
Que ceñía la diadema de León,
Su madre, de cuya procedencia abono
Es de su hijo la santa educación
Cuyo fruto en su ilustre vida brilla.
Fué Doña Ber'enguela de Castilla,
Esta Princesa que á su trono augusto
Un vastago tan floreciente dio
Con tierno esmero é inexplicable gusto
El corazón al Príncipe formó;
Dios le dio un cuerpo hermoso y muy robusto,
Perü de alma mas bella le dotó
Que cultivada del materno celo
Fué un terreno fecundo para el cielo.
La fe de Cristo fué el Norte sagrado
Que desde luego e empezó á guiar;
Desde entonces por ella iluminado
Supo temer á Dios, le supo amar;
por el ejemplo d«l Verbo Encarnado
A padre y madre aprendió á honrar,
y lleno de virtudes y prudencia
De niño sólo tuvo la inocencia,..
477, — Poesías líricas.
D. Juan Pérez de Guzmán publicó en su
Cancionero de los Príncipes de la poesía es-
pañola las siguientes:
Versos compuestos al Sacratísimo Cora-
zón de Nuestro Señor Jesucristo:
Prestadme vuestros ardores.
Abrasados serafines...
Alabanza de Dios:
Todas las criaturas
Alaben al Eterno...
Sobre la conversión de mi bisabuelo Au-
gusto líl de Sajonia. Romance:
Escúchenme los pueblos
Para que á todos diga...
El labrador feliz. Letrilla:
En mi sencilla
Campestre estancia..
La adulación. Décima:
Teme la lisonja necia,
Que de elogios nunca avara...
La comedia de la vida. Décima:
Es comedia y burla infiel
Toda vanidad mundana...
La ola. Fábula:
El mar llega á la playa
y retrocede...
Revista contemporánea, tomo LXXXIII, pAgs. 19* á aoi
y 320 á 323.
478.— A los voluntarios realistas de Ma-
drid en el acto de entregarles la bandera y
estandarte; versos compuestos por nuestra
augusta y católica reina doña María Josefa
Atnalia. Publícalos el M. de G. R. á quien
S. M. ha dispensado el distinguido y singular
honor de mandarle franquear una copia.-—
Madrid, imprenta de Don Miguel de Burgos.
Nueve págs. en 8.**
=^-i«8 ^
Parte dsesta poesía fia Sido reproducida
por D. Manuel Chayes qú su obra. Don Ma-
riano José de Larra (Fígaro). Su tiempo. —
Su vida.— Sus obras. — Sevilla. Imp. de La
Andalucía. 1899.
Págs. 147 á\49.
479. — Despedida que hace la Reina nues-
tra señora de su augusto esposo el Señor
Don Fernando VII con motivo de su viaje á
Cataluña el día 22 de Setiembre de 1827.
Adiós, Fernando, adiós, nos ha llegado...
Publicada en la Historia de la inda y rei-
nado de Fernando VII de España, con do-
cumentos justificativos , órdenes reservadas
y numerosas cartas del mismo tnonarca,
Pío VII, Carlos IV, María Luisa, Napoleón,
Luis XVIII, el Infante Don Carlos y otros
personages (i). — Madrid, imprenta de Repu-
llos. 1842.
Tomo III, pág. 454.
480. — Despedida que hace la Reyna nues-
tra Señora de su Augusto Esposo el Señor
Don Fernando VII con motivo de su viaje á
Cataluña el día 22 de Satiembre de 1827. Con
permiso de S. M. — Madrid, imprenta de Co-
llado. S. a. .
Cuatro hojas en 4.?
481. — Colección de poecsías conjpuestas
por S. M. la Reina.
Dos volúmenes en 4. ''Parecen estar co-
piados por el mismo Fernando Vil. Consta
el primero de 264 y el segundo de 280 pági-
nas en 4.°
Archivo del Peal Palacio.
Hay una copia moderna, incompleta, en
la Biblioteca Nacional, entre los manuscri-
tos que fueron de Gayangos.
Contienen las siguientes composiciones.
ÍM Con bastante fundamento se atribuye esta obra i
D. Estanislao Bayo. •;
Tomi3;I. .. -
I.? Oraciones para antes y después de co-
mulgar. -' .
Para antes de comulgar. Octavas:
, Me asegura que estás aquí presente
tu divina palabra ¡oh mi señor!...
Para después de comulgar:
Ante tu faz divina aniquilado.
Dentro de mí le adoro, ¡oh mi Señor!...
'2.* Oración por las actuales circunstan-
cias de la Iglesia y del Estado. Octavas:
Eterno Dios, que desde el alto cielo
El triste estado ves de la Nación...
3." Oración por nuestros actuales enemi-
gos. Octavas:
Tú, que en alto de la cruz rogaste
Por tus verdugos, tú, mi Salvador...
4." Oración á San Joaquín. Octavas:
¡Oh! tú, Patriarca Santo é incomparable
Que con tanta ternura Dios miró...
5." Oración á San Juan Bautista y Santa
María Magdalena, compuesta para una per-
sona que los había escogido por abogados
aquel año:
jOh! tú, que por patrón yo he escogido
Para Cite año que voy á comenzar...
6.* Canción al
Sextinas:
Santísimo Sacramento,
Alegría de mi semblante,
De mi corazón Señor...
7." Canción al dukí:u*mo nombre de Jesús:
¡Oh! "dulce nombre amable
Óleo saludable...
8." Canción mística sacada de otra tradu-
cida del francés:
Mi vid^acá me es apreciable
Solo, por tí...
9.' Dos canciones místicas, sacadas de djs
patrióticas, e^f .bvi^stniido.
Primera. Para animarse contra el mundo
y las pasiones.
A las armas, soldados de Cristo,
Sus pendones Reales tremolad...
Segunda. Para entregarse al servicio de
Dios:
De profundo respeto en tributo
Oírezcaiíios nuestra alma al Señor...
10. Afectos del alma hacia Dios, sobre la
música de la Despedida de Arriaza, y algu-
nas coplas sacadas de ella:
De tu amor el dulce fuego
Siempie encienda el alma mía...
11. Al Sacratísimo Corazón de N. S. Je-
sucristo:
Prestadme vuestros ardores,
Abrasados serafines...
12. Al Sagrado Corazón de María Santí-
sima, Madre y Señora nuestra:
Ayudadme, ángeles santos,
A cantar con alearía...
13. Breves actos de Fe, Esperanza y Ca-
ridad;
Os creo, ¡oh suma verdad!
En vuestras promesas fío...
14. Acto d2 resignación en la voluntad
d^ Dios:
Yo soy tu criatura
Sujeta á iiv.poder...
i5. Acto de contrición:
Yo te he ofendido ¡oh Dios! por mi pecado
Me he rebelado coiura mi Señor...
16. Dos actos de amor de Dios:
¡Oh! mi dulce Salva or
Mi consuelo y mi alegría...
ij. Actos de diferentes virtudes:
El hombre es incapaz de comprender
De nuestra fé las verdades sagradas...
18. Glosa de la cuarteta siguiente:
Dios es la su, na bondad,
El sabe lo quf^ conMian^: ..
Puesto que él asi nos tiene
Hágase su volunlad.
En el tiempo trabajoso
Tengamos resignación...
19. Glosa de la quarteta siguiente:
Aplaca, Señor, tu ira
Tu justicia y iu rigor
¡Dulce Jesiis de mi vida
Misericordia, Señor!
Ante tu faz inmortal
Humildemente postrados...
20. Soneto al Santísimo Cristo arrastrado
en los Capuchinos:
¡Oh tú! que nos libraste del pecado
Y sobre tí tomaste nuestros males...
21. Soneto:
Aunque yo tuviese los ardores
De toda la milicia celestial...
22. Sonetos traducidos del italiano, en
cuya lengua los compuse, en ocasión de que
viéndome cubierta de joyas me acordé de la
corona de espinas de N. S. Jesucristo:
¡Qué vista! yo mi cabello adornado
Yo culpada cubierta de esplendor...
Cuando tan llena de esplendor me vi,
Mi cabillo de joya^ adoinado...
23. Actos de Fe al Santísimo Sacramento:
Aunque es cosa admirable y nunca oída
Te creo aquí presente ¡oh Dios del Cieio!...
24. Acto de resignación sacado de uno que
compuse en italiano:
Tu voluntad se haga y no la mía;
Lo que conviene saues tú mejor...
25. Soneto sobre la celebridad de la Sema-
na Santa y Pascua:
Tiempo nunca bastante celebrado.
Días de una abundante redención...
26. Bienaventuranza del justo. Soneto:
Busca el mortal felicidad y paz
Y en oro, ho.iras, placeres, piensa hallarla...
27. Décima para pedir á Dios la paciencia:
Postrado ante la faz de tu clemencia
Tus auxilios iqjpjoro ¿©hReden^órr:..,
— 19^ --
28. Deseo de las virtudes Fe, Esperanza,
Caridad y contrición:
Quisiera ¡oh! mi Salvador
Tener la fe la más pura...
29. Villancicos:
Alégrese la tierra
Y olvide su dolor...
30. Gozos del Santísimo Sacramento:
De la pasión del Señor
¡Oh! dulcísima memoria...
31. Gozos de las cinco sacratísimas llagas
de Nuestro Señor Jesucristo:
Dulces llagas, que el Señor
Recibió por nuestros males...
32. Gozos al Santo Coro de los Serafines:
Á implorar vuestro favor,
Serafines, nos unimos...
33. Gozos á San Josef:
Á tu santa protección
• Pues devoto me remito...
34. Décima para excitar á una alma á la
conformidad con la voluntad de Dios:
¿Por qué del querer divino
Tu alma en la aflicción murmura.,.
35. Décima hecha la víspera de la Nati-
vidad de María Santísima:
¡Oh qué día tan precioso
Mañana celebraremos...
36. Salutación á María Santísima. Dé-
cima:
Dios te salve, madre amada,
Dios te salve, Virgen pura...
37. A San Jerónimo, en cuyo día los re-
volucionarios nos permitieron salir de Cádiz
cuando nos pareciera: y
Jerónimo glorioso,
Á tí nos dirigimos...
38. Canción á la Pasión de Nuestro Sí^ñor
Jesucristo:
Siempre, inmenso» Padre amante.
Es tu amor y di^nacióti
39. — Á la cueva donde murió en Toledo
Santa Leocadia:
Cueva mil veces dichosa
Donde con preciosa muerte...
40. Soneto á Nuestro Señor Jesucristo en
el monte Olívete:
¡Oh! Rey de gloria, universal Señor,
Que sobre el querubín estás sentado...
41. Reconvención de una alma á sí mis-
ma. Soneto:
Á unos cuantos vasallos sediciosos
Tenía un Rey á su disposición...
42. Para la sagrada Comunión. Soneto:
Si á un miserable esclavo preso y herido
De las resultas de una rebelión...
43. Temor y confianza. Décimas:
Lleno de afán y temor
El hombre vive en la tierra...
44. La Sagrada familia:
Centro de la perfección.
De las virtudes modelo...
45. Décima sobre la fe:
Hombre flaco y limitado
¿Cómo vacila tu fe...
46. Décima sobre un pobre con un cáncer
en el rostro:
En su estado miserable
Aquel hombre gue padece...
47. Décima sobre dar á Dios el corazón á
medias:
Cuando dijo el monarca Salomón
Que el niño en las dos madres se partiera...
48. Décima sobre el Santísimo Sacra-
mento:
No admiro en el misterio del altar
Tu poder soberano y eminente...
49. Décima sobre lo poco que sirven las
virtudes morales sin las teologales:
Más que fueras el hombre más honrado,
De más irreprensibles procederes...
5o. Soneto á Nuestro Señor Jesucristo en
su Pasión:
¡Oh! mi Jesús, Rey de gloria inmortal,
^Con qué ins gnias te veo yo adornado...
5i. Oración á la Santísima Trinidad, por
la intercesión del Beato Miguel de los San-
tos, para pedir la sucesión de los reyes:
Te pido con sumisión
¡Oh Trinidad adorada!...
52. Sobre la confianza en los méritos de
Nuestro Señor Jesucristo:
Alma abatida y tímida, respira
Entre tantos motivos de temor...
53. Cuarteta:
Mas que en este mundo salga...
54. Oración de una casada para pedir
suces'ón:
Ante tí con sumisión
Postrada y con reverencia...
55. Oración á San Juan Nepomuceno:
Juan, noble mártir, mi oración,
Lleva de Diosa la presencia...
56. Oración para pedir la sucesión del Rey:
Ante tu trono postrado
Te pido con sumisión...
bj. Décima sobre los libros prohibidos:
Para leer los libros prohibidos
No basta la firmeza ni el saber...
58. Décima sobre domar las pasiones:
Nadie en el cielo puede entrar
Si no se vence firmemente...
59. Décima sobre abandonarse al dolor:
El que se encuentra en el dolor
Si se abandona al sentimiento...
60. Sentimientos de un masón mori-
bundo:
¡Pobre de mí! que alucinado
Dejé U grey del buen Pastor...
61. Acto de desagravios al Santísimo Sa-
cramento. Décimas:
Ante el trono de tu amor
Humildemente postrado...
62. Actos de Fe, Esperanza y Caridad:
Creo lo que Dios dijo
Que uno en esencia es, en personas trino...
63. Décimas á un militar:
No hay ninguna condición.
No hay oficio, no hay estado...
64. Coplas para ofrecer la incomodidad
del locador:
Si con mi grande aversión...
65. Décima para ofrecer el ayuno de la
Cuaresma:
Autor de mi salvación...
66. Ovillejos:
No hay en el mundo dulzura
Pura...
6"/. Retrato de un verdadero cristiano:
Saber de Dios bien la ley,
Meditar sus perfecciones...
68. Tres sonetos con motivo de la con-
versión de un judío:
^Por qué tan sólo y tan desamparado...
¿Por qué, ¡oh Isaac! al ver al compañero...
Gracias mi Dios, pues quieres con dulzura...
69. Soneto sobre la conversión de un sol-
dado suizo, preso por un ro:o ligero:
Alégrate en aquél que te eligió...
70. Soneto á los apóstatas de la China:
¿Qué hacéis abandonando la verdad?...
71. Décima sobre lo justo que es estar
pronto á dar su sangre por Dios:
La sangre en todas mis venas...
72. Ovillejos:
Gozo de Gloria sin fin,
Joaquín...
73. Soneto en honor de San Marcelino:
Llora la Iglesia y gime, ¡ah! que cayó...
74. Soneto en honor de San Vicente Fe-
rrer:
Con la virtud se puede componer...
-::>»»
75. Soneto en honor de San Pascual
Bailón:
De Dios siervo fiel y amado..;
76. Soneto á Santa Teresa de Jesús:
Lo que es ia fuerza del amor divino...
77. Soneto en honor de Santa Casilda:
Cual de las peñas entre la fragura...
78. Soneto en honor de San Timoteo y
Santa Maura:
De un falso amor Maura descaminada...
79. Soneto en honor de Santas Perpetua
y Felicitas:
Marchan con alegría y sin temor...
80. Soneto en honor de Santa Mónica:
Si una mujer fuerte queréis hallar...
81. Soneto en honor de San Esteban:
Dichoso Esteban, tú que entre baldones...
82. Soneto en honor de San Lorenzo:
Minisiros débiles de un vil furor...
83. Soneto en honor de San Francisco de
Sales:
Si te dejas vencer de tus pasiones...
84. Soneto en honor de San Ginés.
Ginés nuestro bautismo á remedar...
85. Soneto en honor de San Quirico:
De estos dos Santos en la inmolación...
86. Décima en honor de San Juan Nepo-
muceno:
Dichoso el héroe que se resistió...
87. Décima en honor de San Mauricio y
sus compañeros:
Mira esta tropa bienaventurada...
88. Décima sobre la caridad:
iQué premio tan elevado...
89. Décima sobre la resignación:
Por un áspero camino...
90. Diálogos de la historia de San Nicé-
foro con Sapricio, con coros para canto:
Manir de Cristo, perdóname...
91. Soneto á Santa Juana Francisca Fre-
miot de Chantal:
Dichosa Juana, tú que del Señor...
92. A la Asunción de María Santísima:
¿Quién es la que es elevada...
93. Soneto en honor de Santa Anastasia y
San Cirilo:
Anastasia su lengua ve arrancar...
94. Décima:
Por amarnos demasiado...
95. Soneto, sobre que en el mundo todos
son desengaños:
Por su brillo deslumhrado...
96. Soneto sobre que no tengo disculpa si
no soy buena cristiana:
El señor me hizo nacer...
97. Décima al patrocinio de María:
A tu sombra, madre amada...
98. Soneto á los Santos Inocentes:
¡Dichosos márti.es del Salvador...
99. Villancico:
¿Cuándo será aquél día...
100. Décima á una alma afligida:
Valor, alma atribulada...
loi. Pensamientos devotos en una noche
que se halle uno desvelado:
Si me niega su consuelo...
102. Soneto él día de la Encarnación de
nuestro Señor Jesucristo:
Día feliz, que del amor más tierno...
103. Soneto sobre la prisión de Nuestro
Señor:
¿A quién buscáis, pregunta el Rey del cíelo...
— «93 —
104- Traducción libre del epitafio del
Santísimo Cristo del Pardo:
Detente peregrino, aquí, y postrado...
io5. Reflexiones á la vista del Redentor
crucificado, sacados del Tratado de la per-
fección del amor de Dios, de Fr. Luis de
Granada:
¿Quién es el que está tendido...
io6. Décima á nuestra Señora de la Pre-
sentación, en cuyo día se convirtió á la fe
Católica mi bisabuelo Augusto III de Sa-
jonia:
Pues en tu día ¡oh madre dulce y tierna!...
107. Afectos á la vista de un Crucifijo,
traducidos del alemán:
Mírale en esa cruz tendido...
108. Oración de una alma afligida:
Yo soy tu criatura...
109. Gozos á la Encarnación de Nuestro
Señor Jesucristo:
Pues por nuestra salvación...
no. Al día de la Presentación de María
Santísima:
Bello día en que se han ostentado...
111. Dos sonetos sobre la agonía del Señor
en el Huerto:
¡Oh! Dios de gloria y de poder cercado...
Hombre, conoce en esto de mi amor...
112. Soneto sobre la honra que hizo el
Verbo divino á la naturaleza humana por la
estrechez con que la unió á sí:
Un Rey de toda una familia, gana...
1 1 3. Soneto sobre el agradecimiento que
debemos á Nuestro Señor por su Encarna-
ción y Pasión:
Si tal bondad los corazones gana...
414. Sobre la gloria del cielo. Octavas:
-•- ^ulce mansión deuna perpetua gloria...
ií5. Exhortación del Señor al alma para
que siga el camino del cielo aunque le sea
penoso:
Hijo amado, con valor...
116. Décimas sobre el descendimiento al
Limbo, de Nuestro Señor Jesucristo:
De un benigno monarca, si el perdón...
117. Retrato de un alma tibia:
De una alma tibia el estado...
118. Retrato de una alma fervorosa:
¡Cuan dichoso es el estado...
119. Décima sobre la felicidad de los
justos:
¡Qué vida tan feliz es la de aquéllos...
120. Gozos á la Presentación de María
Santísima:
Pues vuestra presentación...
121. Gozos de San Vicente de Paúl:
San Vicente, protector...
122. Encuentro de San Sixto, Papa y
mártir, con su diácono San Lorenzo. So-
neto:
Caminando al suplicio con valor...
123. Felicidad de los justos. Soneto:
¡Dichosos los que se hallan entregados...
124. Gozos al Santísimo Cristo del Pardo:
Tributando aquel honor...
125. Afectos de amor y confianza hacia
Dios:
Cómo anhela la fuente cristalina...
126. Despedida á la Virgen del Patrocinio
al salir del Escorial para Valencia:
Yo te saludo ¡oh dulce madre mía!...
127. Soneto en honra de los mártires de
Zaragoza:
Lo que puede lagracia en un crisiiano...
1%
*-i54 —
128. Soneto á San Fernando y á San Luís:
El infeliz envidia la quietud...
129. Soneto á la Inmaculada Concepción:
Cuando la hermosa Ester se presentó...
130. Décima á la Virgen:
Á tus plantas, madre mía...
i3i. Décima á la vista del mar:
¿Qué es lo que al mar consigue detener...
1 32. Oración para pedir auxilio á Dios:
Dios, á cuya ley suprema...
1 33. Amor de Cristo á todos:
El patriarca Jacpb, su tierno amor...
¡34. Oración para las enfermas incurables
en el día de la Comunión:
Protector del desgraciado...
135. Oración para las niñas de la escuela
de las Incurables:
Pues la dicha sin igual...
i36. Oración para un niño, traducida del
alemán:
Padre de todos los seres...
137. Cuarteta sobre el justo:
La fé es la luz del justo en esta estancia...
138. Soneto á San Jerónimo:
Santo Doctor de vasta erudición...
139. Décima para confusión de los tibios:
Con veloz revolución...
140. Reflexiones para confundir nuestro
orgullo:
Su interior á examinar...
141. Décima á San Cayetano:
ínclito sacerdote del Señor...
142. El Ave maris stella traducido:
Salve, clara estrella...
143. Afectos de un alma á vista de un pa-
jarito que vuela al cielo:
Vuela hacia «1 alte cíalo...
144. Oda para antes de comulgar:
Ven á mi pobre seno...
145. Oda para después de comulgar:
Al fin yo le he encontrado...
146. Oración para por la mañana:
Dios, Dios mío, por tí suspiro y velo...
147. Oda para las hermanas de la Caridad:
¿Dónde hay para un cristiano...
148. A un alma poco resignada:
Alma afligida, ¿á qué te dejas...
149. Oda de alabanza á Dios:
Todas las criaturas...
i5o. Décimas sobre las riquezas:
Riqueza vana, débil y engañosa...
i5i. El temor único de un cristiano. So-
neto:
No temo, no, de la fortuna la ira...
i52. Oda sobre la conversión de mi bis-
abuelo:
Escúchenme los pueblos...
¡53. Coloquio de un alma con Nuestro
Señor Jesucristo en la Columna:
¿Quién á esa columna dura...
154. Décima:
Hiéranme tus saetas celestiales...
í55. No hay más verdadero mal que el
pecado:
Lo que del ciego mundo la demencia...
1 56. A los que desprecian los pecados ve-
niales:
Tú desprecias la culpa que es venial...
157. Décima sobre los dolores de María
Santísima:
¿Por qué la Madre ha de sufrir contigo...
1 58. Oda con motivo de hallarnos mi es-
poso y yo solos la víspera de la Inmaculada
— I^ —
Concepción, él rezando el Oficio del día y yo
el Parvo de la Virgen:
La víspera del día...
iSg. Décima sobre la eternidad y el tiempo:
La muestra con paso igual...
El tomo II contiene:
Romances.
I.* La vocación triunfante:
Enrique. — ¿Cuándo en fin, ¡oh! Clara amable...
2.' Los efectos de la violencia:
Adelaida.— Padre mío, ten piedad...
3." El engaño feliz:
Selím mío, hijo amado...
4.* La mejor prueba de la verdad de la
religión:
Con el poder de un Bajá...
5.' El enemigo generoso:
De amigos un noble par...
6.' Fruto temprano de la buena educación:
¿Dónde encontrará reposo...
7.* La mejor recompensa de las virtudes
morales:
Ser eterno é inefable...
8.* El verdadero valor no se prueba con
delitos:
En Sevilla distinguida...
9.' Aun el amor humano más justo, debe
tener limites:
De Pekín en la ciudad...
10. La virtud es la mejor herencia [Rela-
ción dialogada del martirio de un cristiano
de la China, llamado Esteban]:
A la sombra de una verde palma...
n. Poesías sobre diferentes asuntos. Re-
cuerdos del 2 de Mayo de 1808, aplicados al
5 de Febrero de 1 82 i:
Día terrible, día sin gloria...
12. Coplas de Arriaza sobre el 2 de Mayo,
aplicadas al 7 de Julio:
Día terrible, día sin gloria...
1 3. Recuerdos del 2 de Mayo de 1808, he-
chos en el año de 1821:
Día terrible sí, pero de gloria...
14. En la muerte del Capellán de Honor
D. Matías Vinuesa:
Víctima pura de una injusta muerte...
1 5. A la baranda de portería:
Triste recurso en tiempos tempestuosos...
16. A losjvarios desterrados por desafectos
á la Constitución:
Tropa feliz aunque'desterrada...
17. A los que llevan un martillo para re-
cordar y gloriarse de la muerte de D. Matías
Vinuesa:
<jDe qué adorno te veo señalado...
18. Octava:
España, bien triste ha de ser tu estado..,
19. Dios y Rey para los serviles; ni Dios
ni Rey para los liberales:
Ni Dios ni Rey hay para los serviles...
20. A los guardias:
Cuerpo insigne tan fiel como valienre...
21. Llegada á Sacedón, compuesta antes
de conocer la falta que hacían los Guardias
de Corps:
En fin té veo, pueblo deseado...
22. Despedida de Sacedón:
Pueblo amado, ¿con que he de dejarte?...
23. Reconvenciones de España á la Cons-
titución:
Pérfida, ¿con que asi me has engañado...
24. Despedida de la Granja:
4€on que te he de dejaf, ¡oh!, sitio amado...
-^ 196
25* Al 19 dé Febrero de i823:
Día terrible de un peligro horrendo...
26. Á la muerte del señor Infante D. Fran-
cisco de Asís:
Alma feliz, alma pura é inocente...
27. Conversación de un liberal y un rea-
lista. Canción:
Ya del despotismo cayeron los grillos...
28 -Respuesta de un realista á un liberal
que le preguntó por qué no quería la Cons-
titu?ión:
Tú preguntas el motivo...
29. Dos palabras de un liberal y un rea.
lista liberal:
Conoce las ventajas de la Constitución....
, 3o. Palabras de desengaño aun liberal:
¿Tu imaginas que estas leyes...
3i. Alfabeto de ün realista:
jAh!, fatal Constitución...
32. Soneto hecho antes de la Constitu-
ción, destinado para el 24 ¿e M^rzo:
Feliz, claro y glorioso es este día...
33. .Soneto sobre el buea corazón:
El que tiene un corazón...
34. Décima para cuando se acábela Cons-
titución, hecha en el día de la abertura de
las Cortes:
Ya llegó el feliz momento...
35. Décima para una sociedad ó reunión
de buenos:
Cantemos con alegría...
36*. Décimas hecha el mismo día de la de-
posición de los siete Ministros:
¿Dónde hay esa Constitución...
37. Décima hecha creyendo que el zascan-
dil del Zurriago era el mismo Rey:
^Q ^dá cosa el nombr* t§tá trocado..* _
38. Retrato de un biien español:
Respeto á la religión...
39. Retrato de un mal español:
Declarada irreligión...
40. Décima con motivo de la boda de mi
hermana María con el Gran Duque de Tos-
cana:
¡Oh! tú que como yo al yugo sagrado...
41. Décima con motivo de la equivoca-
ción sucedida la víspera de San Calixto del
año de 1822, por haber venido á mi cuarto
el comerciante que el Rey había mandado
ir al suyo, á fin de comprarle un adorno
para la Casita de abajo del Escorial; con
cuya ocasión lo tomé yo y se lo regalé al día
siguiente por su cumpleaños:
Celebro una equivocación...
42. Décima sobre las noches largas:
Amigas, no lo extrañéis...
43. Décima:
Liberal astuto, en vano...
44. Décimas:
El Rey es el soberano...
45. Otras sobre el pie; El café hubo de
perdernos:
El café hubo de perdernos...
46. Otras sobre el mismo asunto:
La acción buena se alabe...
47. En un libro de memorias que regalé
al Rey el día de San Calixto del año 1821:
De un grande amor, gaje vil y pequeño...
48. Décima:
Anhela el pecho oprimido...
49. Otra:
Armaos, vasallos leales...
50. Otra:
I^a: república me espanta.....
--t97
5i. Otra:
¿Cuándo libres estaremos...
52. Décima:
Quien me ve, si i reunión...
53. Versos sobre diferentes pies:
Recela del traidor...
54. Otros:
Si lograremos el fin...
55. Varios brindis:
Que triunfen los leales...
56. Ovillejos:
¿Qué hace falta á nación...
57. Bolero:
. Tengo un loro y no cesa...
58. Boleras:
Un miliciano á otro...
59. Cuarteta:
A qué estado habrán llegado...
60. Epitafio al Capellán de Honor D. Ma-
tías Vinuesa:
Buen sacerdote, vasallo leal...
61. Recuerdo de la amistad:
De los bienes de fortuna terrena...
62. Al casco de nácar que llevaba Loren-
za, con lo cual la embromábamos diciendo
era de un miliciano de caballería:
¿Qué hombre de juicio sano...
63. A rni esposo Fernando á los diez y
siete meses de la revolución:
. Aunque la dura suerte...
64. Canción hecha durante la revolución
del Piamonte:
Extranjeros, venid á España
Y librad á la pobre Nación
De esta picara Constitución...
65. Primera canción hecha cuando se qui-
tó la Constitución en el Piamonte:
La esperanza lisonjera...
66. Cancioncita:
Españoles imprudentes...
67. Canción:
Españoles, corred á las armas...
68. Canción:
Cuando yo era jovencito...
69. Canción:
Al ver perseguida...
70. La vuelta de un español á su patria ert
estas circunstancias:
Después de mis largos viajes...
71. Al revés te lo digo para que lo en-
tiendas:
El sistema establecido...
72. Estado actual del Escorial:
Entro en este sitio amado...
73. Proclama:
Animaos ¡oh realistas!...
74. El realista por principios, ó sentimien-
tos de un pobre sargento de Guardias. Com-
puesto antes de la dispersión de éstos;
Yo soy un pobre sargento...
75. Triste vuelta de un hombre á su
casa:
Triste prado donde un día.*.
76. La biondina cat&lana:
La esperanza lisonjera...
77. Sobre la amistad:
De una amistad constante...
78. Canción hecha en Aranjuez el año
de 1822, para cantarla en el coche, eí día
de San Fernando, Jacinta Espejo, Joaquina
Alesón, Ignacia Urbiztondo y yo:
Con alegría cantamos...
79. La canción de la libertad:
Avanzad, avanzad compañeros...
k
8o. La libsrtad verdadera: '
Avanzad, avanzad realistas...
8i. La libertad burlesca:
Avanzad, avanzad liberales..*
82. Coplas contra las que acaban:
^Con que es de Palacio?
¡Bendito sea Dios!...
^Dices de Palacio...
83. Sacado de un himno que nos canta-
ban á poco tiempo de la Constitución:
En breve veamos...
84. El sueño; compuesto durante el en-
cierro, después de la jarana de los Guar-
dias:
Soñé al fin, desterrada...
85. El sueño; á un liberal:
¡Ay!, liberal amado...
86. Sueño de Almanzor:
Soñé á mi patria amada...
87. Coplas de la canción El tontillo pom-
poso.
Vale más nuestra crónica antigua...
88. El chitón:
Podéis sin miedo criticar la audacia...
89. Canción del sólo por eso:
Por este nuevo sistema...
90. Canción sobre la música de los Con-
gos:
Cuando no tengamos...
91. Alelí:
¡Ay!, María, si junto á tu casa...
92. Otro:
jAy!, Fernando, Monarca querido...
93. Serení:
Si ves un hombre extenuado.
Pálido, triste y temblón,
Piensa que aquél es adicto
A nuestra Constitución...
193 —
94. La Marica:
Claman los liberales...
95. La canción A^o quiero casarme, apli-
cada á las^circunstancias del día:
Si esto es ser libre...
96. La Mimosa:
En el cuarto bajo...
97. Otra:
Dijo un niño á otro en aquel balcón...
98. El campeón de la niña bonita, el Trí-
pili Trápala:
Niña de insigne hermosura...
99. El Trípili, Trápala:
¡Cuándo será aquel momento...
100. Las avecillas:
Avanzad, avanzad realistas...
101. Otras avecillas:
Á las armas corred, españoles...
102. Otras avecillas:
Avanzad, avanzad realistas...
103. El Mambruc:
Vosotros que sois fieles...
104. Matraca Real:
Extranjeros, daos prisa...
io5. Canción del Tirol:
Ya vemos los fusiles...
106. Cachucha Real:
Yo tengo una cachuchita...
107. Marcha Real:
Á las armas, valientes guerreros...
108. La jota aragonesa:
Toditos los liberales...
109. Cuatro charadas y un logogrifo.
1 10. Soneto, con motivo de haber regala-
do á mi esposo una lámpara de cristal la
víspera de San Calixto del año de 1823.
Vueltos á la libertad...
— í 99 —
I r I. A los voluntarios realistas, en el acto
de entregarles una bandera:
Cuerpo noble, del Rey fieles amantes...
112. Los Congos:
Cuando no tengamos...
1 1 3. Glosa de una cuarteta disparatada
que expresa los sentimientos de la facción:
No penséis, alucinados...
1 14. Canción realista:
Ya del sistema de opresión...
1 1 5. Copla del sd/ojpor eso;
Mal os conviene este verde...
116. Décima, acerca de la rifa de un
faisán:
^Cómo se rifa el faisán...
1 17. Décimas á los que gritan ¡mueran
los negros!:
Para que á los liberales...
118. Canción sobre la música Estoy cojo
de un pie:
Ya la Constitución...
1 19. Soneto á los francmasones:
¿Cuál es, alucinados francmasones...
120. Soneto hecho en Cádiz en el estado
de mayor incertidumbre:
Todos están calculando...
121. Soneto sobre el viaje de Sevilla á
Cádiz:
Mas que sea buscando su ventura...
122. Ovillejos:
¿Quién mandaba á la Nación...
123. Décima disparatada, con su glosa:
Un oso en una laguna...
124. Sobre la noche que llegamos á Le-
brija, en nuestro desgraciado viaje de Sevi-
lla á Cádiz:
I Anda el coche en silencio en noche obseura...
125. Sobre la salida de Cádiz:
Un gran prodigio del Excelso vimos...
1 26. Soneto á los gigantones que hicieron
bailar en Toledo, para obsequiarnos el sá-
bado Santo, después de tocada la Aleluya, y
los días de Pascua:
¡Pobrecitos gigantones...
127. La lámpara á Fernando. Soneto:
Cuando á tí tan sin primor...
128. Décima sobre los regalos de los pas-
tores de Cuenca:
¡Cuan tierna cosa es mirar..
129. Décima sobre los toreros:
M.ts que le guste á quien quiera...
i3o. Descripción de Sacedón:
Aspecto desengañado...
131. Décimas á una enferma que tiene
aprensión:
Nada sirve la aprensión...
132. Décima que se supone dicha en la
casa del Labrador:
Preciosos alderredores.^
133. Soneto:
Bello sol y cielo raso...
134. Charada:
Es mi primero...
i35. Boleras:
Llamaban á los muertos...
136. Décima:
Al volver del sitio amado...
137. Glosa de una décima incendiaria:
Ya no hay contemplación...
Libres, por fin, respiramos...
138. Pasos de la revolución de España:
En el principio de Enero...
139. Felicitación de un chino. Soneto he-
cho con motivo de un velador que regalé á
— 2O0 —
mi esposo en el día de su cumpleaños el año
de 1834:
En poco tiempo he llegado...
140. Conclusión de las cosas sueltas que
había yo de escribir:
Lo que quise he concluido...
141. Soneto á los voluntarios realistas de
Madrid:
¿Cómo venís, ¡oh!, nobles voluntarios...
142. Décima que hice á mi llegada á Aran-
juez el 13 de Abril de i825:
Bello sitio ¿i qué llamarme...
143. Soneto al regalar una araña á mi es-
poso, para sus días del 30 de Mayo de 182 5:
En tan bello día, en don...
144. Décima puesta en una lámpara:
Di, ¿por qué de la soledad...
145. Ovillejo sobre el jardín de Robledo:
¿Qué es lo que aquí se disfruta?...
146. Conversación de un calesero con las
muías:
¿A dónde va la Pulida...
147. Dédma:
Como en el campo el arriero...
148. Décima:
Como á la blanca paloma...
149. El negrito á Fernando, felicitándole
sus años en el de 1826:
En tan dichosa ocasión...
i5o. El avaro. Carta de Rosa á Elvira:
Amiga del corazón...
i5i. Al regalar á mi esposo un cuadro
con música y figuras de movimiento que re-
presentan una caravana. Soneto:
¿Dónde va esta caravana...
1 52. Al regalar á mi esposo una mesa de
despacho. Décima:
Recibe el sencillo don...
í53. Descripción de Solán de Cabras:
Dos hogares reducidos...
154. Al regalar á mi esposo un reloj en
forma de un negro, el año de 1826:
Vengo en este día á tí...
1 55. Décima sobre la cama:
La cama es un mueble tal...
1 56. Al regalar á mi esposo, para el día
de San Fernando del año de 1827, un reloj
de cuadros, que da las horas:
En este dichoso día...
157. Despedida de mi esposo Fernando
para su viaje á Cataluña:
Adiós, Fernando, adiós, nos ha llegado...
1 58. Al enviar un reloj y su cadena á mi
esposo. Soneto:
Toma este don, pequeño en su valor...
159. Versos dirigidos á mi esposo Fer-
nando en nuestro encuentro junto á Va-
lencia:
Gracias al cielo al fin nos ha llegado...
160. Brindis para la cena del día de mi
llegada á Valencia:
¿Quién es del cielo hermoso don...
161. Cuatro ovillejos sobre la rebelión:
¿Qué es deber de la Nación...
162. Dos palabras á las jóvenes vanas:
Doncellas, si imagináis...
163. Acertijo:
En Siberia vi una palma
164. Soneto sobre la flor perpetua:
El tulipán ostenta su hermosura...
i65. El mar en la playa:
Soberbio mar, tus olas y potencia...
166. Al regalar á mi esposo una cadena
hecha por mí. Décima:
167. Ovillejo á los niños:
De los padres es el freno...
90\ —
1 68. Ovillejo á los jóvenes:
¿Qué es preciso en toda edad...
169. Bolera:
El mar llega á la playa...
170. La lechuguina. Carta de Ramón á
Alonso:
Alonso, amigo querido...
171. Himno sobre la pacificación de Ca-
taluña el año de 1827:
Catalanes, alzad hacía el cielo...
172. Sobre la murmuración. Décima:
¡Ay! de aquél que se complace...
173. Acertijos:
Arma muy pequeña soy...
174. Charada:
Por mas que en genios disten y en esferas...
175. Décima:
El que juzga estar en pie...
176. Décima:
En la vida puede ser...
177. Décima:
En su dorado lecho á descansar...
178. El favorito y el labrador. Décima:
A un favorito dijo un labrador...
179. Soneto á mi peluca:
Te saludo, prenda amada...
180. Despedida de mi peluca:
181. Décima sobre la adulación:
Teme la lisonja necia...
182. Edmundo, al volver á su casa:
Dulce casa en que miré...
183. El roble y la violeta. Fábula:
Lleno de orgullo el encumbrado roble...
184. A una hermosa presumida:
¿Por qué, bella presumida...
i85. A un erudito presumido:
jOh! tú^ue de tu saber...
186. Décima á la ciudad de Zaragoza:
¡Oh! ciudad afortunada...
187. Despedida de Cataluña:
Adiós, Cataluña hermosa...
188. El mundo es una comedia:
Es comedia y burla infiel...
i8q. Á un jugador:
Desgraciado jugador...
190. A un borracho:
Tú del vino á la pasión...
191. Décima al hacer un regalo á mi es-
poso el día de San Fernando de 1828:
Toma aquí estas fruslerías...
192. Himno ejecutado por mi la Loarte y
Lidón:
Salve, Fernando, en este día...
193. Consejos de un padre á su hijo:
Hijo, si piensas en tomar esposa...
194. Décima sobre la gordura.
¡Que mal hace la delgada...
195. Oda á Moríeo:
Ábreme la puerta...
196. La cautiva:
Escuchad mis lamentos...
197. Décima sobre retratarse: .
Un linaje de tormento...
198. Décima á lo mismo:
Por un rato de paciencia...
199. Décima á un hombre petimetre:
Mono insulso ¿qué pretendes...
200. Eduardo á Laura, al recibir su re-
trato:
No templaj Laura, mi amargura...
201. Matilde arreperitida:
Quien quiera ver "elf ruto...
202. El labrador feliz. Letrilla:
En un« $encjtla4..
aoa -^
203. La burlona:
Estella en una sociedad...
204. Lección para los Nobles, á vista de
una fuente:
Corre, cristalina fuente...
205. Sátira sobre el teatro:
Corre, público ilustrado...
206. El regañón. Décima satírica:
Quiere Magín que todos sus criados...
207. El glotón:
El ver á Don Melecio en una mesa...
208. El hombre reservado:
Anoche se acercó Martín á mi...
I
Szhortaolóu del Seflor al alma.
Hijo amado, con valor
Del cielo anda la carrera;
Es mi carga muy ligera
Si se lleva con amor;
Es dulzura su rigor,
Su llanto es de gozo lleno.
Si con valeroso seno
Tomas la resolución
De entregarme el corazón
Despreciando lo terreno.
En mi camino, es verdad.
También se encuentran abrojos.
Mas punzan sólo á los flojos
Y al fuerte con suavidad;
Mi suprema potestad
Sostiene á mis siervos fieles;
Los terrenos oropeles
Cuestan más de su valor;
Aquí poco es el dolor
Y sin precio los laureles.
Mira cuantos escogidos
Pueblan el empíreo cielo;
Mientras del terreno velo
Andaban allí vestidos
En combates repetidos
Ganaron el galardón;
Ellos en esa mansión
Han sido lo mismo que eres;
¿Por qué, pues, hacer no quieres
Para ser lo que ellos son?
Con su sangre derramada
El márúr lo consiguió,
Y aun después le pareció
Se lo daba yo por nada,
Y la tropa inmaculada
De las vírgenes gloriosas,
Con las matronas virtuosas
Y los santos confesores.
Lucharon entre dolores
Por sus palmas luminosas.
Aun mi madre que es tan pura
Que eclipsa del sol la luz,
Estuvo junto á mi cruz
Sumergida en amargura;
Si esta Reina de dulzura
Sufrió pena tan fatal,
¿Cómo, siervo desleal,
Pretendes más dulce suerte
Que esta virgen sabia y fuerte.
Que esta Madre sin igual?
Y si este ejemplo no alcanza
A enmendar tu desvarío,
¡Ah! siquiera con el mío
Cobra espíritu y confianza;
Tu salud y tu esperanza
Toda pende de mi mano;
Si soberbio á un mero humano
No te quieres conformar,
No desdeñes imitar
A tu dueño soberano.
Yo, que el Padre tanto amó.
Yo, que soy su Hijo querido.
En la tierra he padecido
Cual ningún mortal sufrió;
C'ii idera quién soy yo,
Y al gozarte en mi victoria
No pierdas de la memoria
Que sufriendo por el hombre,
De mi cuerpo y de mi nombre
Merecí la excelsa gloria.
Pues con mi poder divino
Tal bien para conseguir
¿No pudiera yo elegir
Menos arduo mi camino?
Pero porque le convino
Que en la cruz te precediese
Para que mi ejemplo fuese
Tu consuelo en todo mal.
Quiso el Padre celestial
Que su Cristo padeciese.
Así, pudiendo salvar
Al mundo con un suspiro.
Entre tormentos espiro
Imposibles de .explicar;
Así, pudiendo gozar
-r-í03~
De la gloria la dulzura,
Entre penas y amargura
Conquisté mi pobre herencia,
Sufriendo por obediencia
De la cruz la muerte dura.
La senda te mostré yo;
Sigue, pues, á tal modelo;
Conmigo reina en el cielo
Quien conmigo padeció,
Para esto te destinó
De mi Padre el amor tierno,
Para este fin del infierno
Te libré con mi dolor,
Que allá vivas en mi amor
Y logres el bien eterno.
II
oda eon motivo de hallamos mi esposo y yo solos
la TÍspexa de la Inmaculada Concepoión, él ze-
lando el Oficio del día y yo el VazTo de la Tizg^en.
La víspera del día.
De excelsa gloria lleno.
Que apareció sin mancha
La Madre del Eterno,
En el dulce recinto
De nuestros aposentos
Me hallaba con mi esposo
Solos los dos y quietos,
Y entrambos de la Iglesia
Con los himnos selectos
Cantábamos las glorias
De aquél que es solo Excelso.
Él, del solemne día
Seguía el bello rezo;
Yo, de la Virgen madre
El oficio pequeño;
De esta manera unidos
En tan celeste empleo.
Entrambos corazones
Hacia el Empíreo'vueltos,
Me pareció se hacía
En tan feliz momento
De nuestros corazones
El lazo más estrecho.
Del matrimonio el lazo
Formado por el cielo
Solo, siendo divino,
Es fuerte y verdadero.
El amor que se funda
En motivos terrenos.
No tiene rpás cadenas
Sino de esmalte tierno.
¡Ah! solo puede darle
Un alto y noble precio
La unión que en Dios se funda
En dos leales pechos.
Siempre de esta manera
Consérvese en los nuestros.
No por el fuego fatuo
De un natural afecto,
N¡ por el cebo vano
Del atractivo externo,
Ó de ternura humana
Por los ardores ciegos.
Sino eramor divino
De entrambos en el pecho
Sea el imán hermoso
De nuestro amor sincero.
Únanse nuestras voces
En sacros himnos bellos
Para cantar los loores
De nuestro Dios inmenso:
De entrambos corazones
Del sobrehumano fuego
Suban las puras llamas
Unidas hacia el cielo.
Únanos por su gloria
Siempre el leal desvelo,
Un fuerte honor al vicio
Y amor á lo perfecto,
Al fin de que si escucha
El cielo nuestros ruegos
Y nuestra unión bendice
Con tierno fruto ameno,
Reciban con la sangre
Piedad, justicia y celo,
Y mamen con la leche
Modestia y rendimiento,
Y para ciudadanos
Del cielo los formemos
Aun más que con palabras
Con el constante ejemplo,
Y nuestra unión dichosa
Ya sea en este suelo
Imagen fiel de aquélla
Que en el Empíreo espero.
En donde lo del mundo
De todo ya depuesto,
De Dios y de su gloria
Unidos gozaremos.
III
Despedida k la Vlrg-en del Patrocinio al salir
del Escorial para Valencia.
Yo te saludo; ¡oh dulce madre míal
Al alejarme de este hermoso altar.
804---
Como á mi amparo fiel, como á mi guía
Y estrella en este tempestuoso mar.
Consuelo de las almas afligidas
Que ante tus plantas lloran su dolor,
No desdeñes las gracias más rendidas
Que te dá de tus hijas la menor.
Siempre mi amante madre te mostraste
Por la terrena que no conocí,
Y ahora de nuevp me manifestaste
Lo que es tu patrocinio para mí.
En aquel día lleno de amargura
Cuando mi esposo, aniante de su grey,
De la guerra á cortar la desventura
Voló con corazón de padre y Rey,
Cuarído él al apartarse de mi lado
Con el postrero adiós me saludó.
Que él iba de dolor despedazado
Y en Uaaio sumergida me dejó.
Cuando al mirar que de la rebeldía
A exponerse volaba al fuego cruel,
Gemir me hacía el riesgo que corría
Y el no poderlo dividir con él.
Entonces fui á postrarme ante tus plantas,
Y colocando mi confianza en tí.
En tu regado, entre tus manos santas,
Su destino y el mío remití.
Diariamente para hallar consuelo
Derramaba ante tí mi corazón
Mientras el rey desde el lejano suelo
Me encargaba implorar tu protección.
Nunca se niega á tal intercesora
El que siendo mortal la obedeció;
Por tí, pues, de la paz la bella aufora
En el ibero cielo apareció.
Los rebeldes acuden á entregarse
El perdón implorando de su Rey,
Y en casi sólo un mes logró apagarse
El fuego de la guerra en nuestra grey.
Mi esposo ya me llama; llega el día
Que de tu amor mi corazón pidió,
y al vernos borrará nuestra alegría
El llanto que la ausencia nos costó.
Esto lograste tú de tü Hijo amado;
jAh! si alguien te imploró con humildad
jOh dulce madre! y fué desamparado,
Que ya no se hable más de tu piedad.
Mas ya que tan propicia te mostraste
A este pueblo, tu herencia y tu porción.
También acaba la obra que empezaste
Por medio de tu dulce intercesión.
De tu Hijo alcancemos ía clemencia.
Que tcrmint del todo nuestra m«I,
Que abandone su vana resistencia
Los restos del partido desleal.
Y el fuego de discordias extinguido,
Sujetos todos á una misma ley,
No haya ya en nuestra España más partido
Que el de la Patria, Religión y Rey.
IV
Caución al dulcísimo nombre de Jestls.
¡Oh! dulce nombre amable.
Óleo saludable
Que en nuestro pecho enciende
Llamas de santo amor.
Oleo de incomparable
Dulzura sin medida :
Que sana toda herida
Del monstruo destructor;
Oleo que las almas
Sostiene y alimentaj
Calma en la tormenta,
Gozo del corazón.
El que fiel y rendido
Te invoca con confianza.
No quedará vencido
Nunca en la tentación.
Lleno de maravillas
Este bendito nombre,
A él todas las rodillas
Siempre se doblarán;
Él será las delicias
De los que en él se inflaman,
Y los que no le aman
Temblando le estarán.
Y ¿hay quien pueda no amarle?
¿Quien ose ultrajarle? ,
¿Hay quien contra él la plünaa
Se atreva á emplear?
Lo lloro, y deseo
Que este mi amor y llanto
A mi Jesús un tanto
Pueda desagraviar.
En penas y alegría
Yo siempre he de adorarle;
Siempre he de dedicarle
Mi más ardiente amor.
Cuando haya de morirme, .
Que sea pronunciado
El dulce nombre amado
De nuestro Salvador.
V
Oración de una casada pai» pedir sucesión.
Ante U con sumisión
Postrada, y con ríverenciá^
203 —
Imploro de tu clemencia
Un fruto de bendición
Qu^ constante en la obediencia
A tu santa religión,
Conforme á tu corazón.
Ande siempre en tu presencia;
Mas si lo contrario fuera
Niégame lo que pedí.
Pues entonces para mí
Era mejor no naciera,
O á lo menos se muriera
Antes de dejarte á tí.
VI
Décimas á un militaz.
No hay ninguna condición,
No hay oficio, no hay estado,
Que si Dios nos ha llamado
No guíe á la salvación.
En ninguno habrá razón
Para un criminal descuido;
Dios el mundo ha constituido,
Dios las clases arregló
Y á lodos auxilios dio
Con que quiere ser servido.
Del estado militar
Los riesgos son innegables.
Mas no son inevitables
Si se quieren evitar.
No te puedo aconsejar
Dejes un temor prudente.
Mas que al punto no se aumente
De oprimirte elcoiazón;
Que te inspire precaución,
Pero no te desaliente.
Si temes en el tumulto
No encontrar á tu señor,
De tu pecho en lo interior
Forma un oratorio oculto.
Fuerte allí contra el insulto
Del mundo y su vanidad.
Te hallarás la soledad
De que al exterior careces.
Si en éste solo obedeces
A su santa voluntad.
De un perverso compañero
No tomes el mal ejemplo;
Busca á Jesús en el templo
Que es modelo verdaiero.
Ama con amor sincero
Los de tu corporación,
Ten á todos atención,
Que esto es del divino agrado,
Pero de amigo el dictado
Solo des con elección.
Con íu subordinación
Por motivos de conciencia.
Imitarás la obediencia,
Del que vive en religión.
No te faltará ocasión
De una austera penitencia,
Si marchando á la inclemencia.
Con hambre, sed y dolor.
Lo recibes del Señor
Y lo llevas con paciencia.
Con soportar con valor
Las burlas de los mundanos.
Si sigues principios sanos
Despreciando un falso honor.
Te harás fiel imitador
De los Juanes y Simeones,
Y conforme á los baldones
Que sufrieres tú por él.
Dios en sus promesas fiel
Te colmará de sus dones.
A los santos superiores
De jefe podrás seguir
Si haces estudio de unir
La piedad á ios rigores.
Si á díscolos inferiores
Traías con severidad,
A ignorantes con bondad,
A los flacos con dulzura,
A los buenos con ternura
Y á todos con dignidad.
Aun la corona florida
De un mártir podrás lograr,
Pues por Dios es espirar
El dar por tu Rey la vida.
Tu mtencion no corrompida
De otra menos celestial.
Cuando el acero fatal
Venga á atravesar tu seno.
El laurel de honor terreno
Volverá palma inmortal.
Vive pues, ¡oh! militar.
Con paz y con esperanza;
Coloca en Dios tu confianza,
Que no te ha de abandonar;
El bien te sabrá salvar
En tu estado peligroso
Si tu vives cauteloso
Y le amas de corazón,
Y si obras tu salvación
Diligente y temeroso.
— 206 —
VII
Oración de nna alma afligida.
Yo soy tu criatura
Sujeta á tu poder,
Y lo que tú dispones
Solo eso he de querer.
En medio de mis penas
Dice mi corazón,
Tu voluntad se haga
En gusto y aflicción.
Mi suerte está en tus manos,
Tú bien la cuidarás
Porque nadie es más sabio
Ni nadie me ama más.
Tú eres un Rey amante,
Un tierno padre, quien
Anhela de sus hijos
El verdadero bien.
Si una mujer olvida
Al niño que parió
Y en su materno seno
Por meses abrigó,
Tú nunca has de olvidarte
De aquellos que en la cruz
Con hartos más dolores
Diste á la eterna luz.
Tú eres un fiel amigo,
Consuelo en el dolor,
Y Esposo de las almas
Lleno de tierno amor.
Tú eres mi fortaleza.
Mi apoyo, mi virtud,
Y el norte que me guía
Al puerto de salud.
Tú eres mi consejero
En dudas y aflicción,
Tesoro incorruptible,
Gozo del corazón.
Sí; cuando el mundo entero
Faltase para mí.
Con tal que á ti me atenga
Todo lo encuentro en ti.
Yo llevo por tu gloria
Con gusto mi pesar.
Pues todo lo mereces
Y sabes compensar.
Uno estos mis trabajos
A los de mi Señor,
Que más que yo en la tierra
Sufrió por nuestro amor.
Él á jueces inicuos
Se quiso entregar.
Su imaginaria causa
Les permitió juzgar.
No debo, pues, quejarme
Cuando una humillación
Encubre y obscurece
Mi fama y mi blasón.
Él recibió azotes
Del pueblo que salvó,
Una corona horrenda
Sus sienes traspasó.
¿Pues cómo me lamento
De algún ligero mal
Por su bondad mandado
Y nunca al suyo igual?
Él triste hasta la muerte
Estuvo por mi amor.
Vertiendo en agonía
Su sangre por sudor.
Si él el amargo cáliz
Por mí quiso apurar,
Las heces que me ofrece
¿No tengo de aceptar.''
Si á los que me son caros
Los miro padecer.
De amigos, de parientes
Las lágrimas correr,
¿No viste tú igualmente.
Mi Dios y eterna luz,
A tu inocente Madre
Llorar junto á tu cruz?
Y si por tus decretos
Que siempre he de adorar.
Mis más queridas prendas
Tengo de abandonar,
¿No diste, ¡oh Padre Eternol
Por mi felicidad
Al Hijo que engendraste
Desde la eternidad?
El que este don me ha hecho
Me envía este dolor;
Pues es la misma mano.
Él mismo es el amor.
Unido al sacrificio
Que hizo Jesús por mí,
Estoy si lo exigieras
Pronto á morir por ti.
En fin, como la gloria
Siguió á su Pasión,
Se sigue un gozo eterno
A un rato de aflicción.
Allí se acaba el llanto.
Allí todo es gozar,
¡
— 207
Se vuelven en delicias
Las horas del pesar.
Allí, que descubierto
Y en clara luz veré
Lo que confieso ahora
Y adoro por la fe.
Veré la providencia
Que Dios conmigo usó,
Y como fué ternura
Lo que ira pareció.
Allí tendré descanso
De cuanto padecí,
Cuando en su gloria vea
Al que murió por mí.
¿Qué males, pues, del mundo
Me pueden afligir,
Cuando en el cielo espero
Un tan feliz vivir?
Por mucho que padezca
Breve será mi mal,
Y para siempre dura
La gloria celestial.
Mas mientras llegue mi hora
Es de mi obligación
Tener en mi destierro
Paz y resignación.
Debo tener confianza,
Que tú terminarás
Los males que padezco
Y me consolarás.
Mas mientras estos duren,
¡Oh Padre de bondad!
Adoro humildemente
Tu santa voluntad.
Yo, sólo te suplico
Que obre tu gracia en mí
Y me mantega unida
Con tierno amor á ti.
Pues como esté contigo,
Divino Redentor,
Encuentro en el Calvario
El gozo del Tabor.
VIII
Dos palabras á las jóveneB vanaa.
Doncellas, si imagináis
Agradar á los mortales
Con galas insustanciales,
Vanas gracias que ostentáis,
¡Oh, cuánto os equivocáis!
Que sys ojos son más claros.
Vendrán muchos á obsequiaros
^Más sabéis con qué inteación?
Ganar vuestro corazón
Y pagar con despreciaros.
Joven vana, es fuerza entiendas
Que aun el hombre más voluble,
Para un lazo indisoluble
Busca más reales prendas.
Y por más que tú pretendas
Gloriarte en tu vil laurel.
Por fin una suerte cruel
Te hará ver entre dolores
Que un millón de adoradores
No vale un esposo fiel.
No consiste en su exterior
De una mujer la excelencia;
Ésta estriba en su prudencia.
Su piedad, modestia, honor;
Esto atrae un justo amor,
Sólo esto es su gala bella.
Pues más brilla la doncella
Que sin. ansia por brillar
Calla, y sí procura obrar
Que hable su virtud por ella.
IX
Matilde arrepentida.
Quien quiera ver el fruto
De una pasión sin tino,
Que sepa mi destino
Y mire mi dolor;
Mire el amargo llanto
Con que gimiendo expío
El loco desvarío
De un imprudente amor.
Dichosa yo vivía
Tranquila y sin cuidado
De un padre tierno, amado,
Bajo la autoridad.
Servirle y complacerle
Formaba mis delicias
Y hallaba en sus caricias
El premio á mi piedad.
Hasta que un joven bello
Vino á mi pueblo ameno,
Y se encendió en mi seno
Una fatal pasión.
Ocultaba Teodoro
Bajo una cara hermosa
Un alma maliciosa
Y un negro corazón.
Mis gracias celebraba
Con mil elogios bellos;
Todo se hallaba en ellos
Menos sinceridad;
2o8 — ■
Pues mientras á mis plantas
Vivir por mí juraba
Los medios meditaba
De mi infelicidad.
Mi padre, penetrando
Su proceder perverso
Se le mostraba adverso,
Y el verme \e privó.
En vano yo llorando
Rogaba por mi amante;
Inmóvil y constante
Su voluntad quedó.
Entonces, maldiciendo
Aquel mandato justo,
Traté de hacer mi gusto
Dejando mi deber.
Teodoro me decía:
«No sirven tus lamentos;
A medios más violentos
Te debes resolver.
En mi ciudad paterna
Hallamos cierto abrigo;
Unida allí conmigo
Bien presto te verás. ,;
Allí, burlando la ira
De un padre alucinado
Me harás afortunado
Y tú feliz serás.»
A aquella sierpe astuta
Abrí mi pecho luego,
Y con delirio ciego
Seguí su voluntad.
Llegada á mi destino
Ante el altar sagrado
Al hombre más malvado
Juré fidelidad.
De nuestro matrimonio
En los primeros días,
De amor y de alegrías
Sólo señales vi;
Mas él tan tierno afecto
A poco fué olvidando.
En lágrimas trocando
El gozo que sentí;
Pronto, no me miraba
Ya con los mismos ojos.
Probaba sus enojos
Con la ocasión menor;
Y mientras en el juego
Mis bienes disipaba.
Sumida me dejaba
En llanto y en dolor.
Supe por este tiempo
Que mi fatal partida.
Con el dolor, la vida.
Del padre terminó.
Me traspasaba el pecho
Más que mi amarga suerte
El ver que di la muerte,
A quien el ser me dio.
Mi esposo se burlaba
En vez de consolarme;
Reía al contemplarme
Tan llena de aflicción;
Hasta que de su casa.
Con aire de alegría
Salió de prisa un día
Antes de anochecer.
En vano yo contaba
Las horas con anhelo;
Le vi salir ¡oh cielol
Mas no le vi volver.
Hasta los pocos bienes
Que antes no se perdieron.
Me desaparecieron
Con aquel desleal.
Di á luz á poco un niño.
Con el dolor de verle
Sin medios de envolverle
Siquiera en un pañal.
Triste y desconsolada
Miraba á mi hijo tierno.
Que un dulce amor paterno
Jamás acarició,
Que en pago de mis yerros
Sin sombra y sin abrigo
A padecer conmigo
Naciendo comenzó
Ya mi único consuelo
Era ¡f al templo santo
A deshacerme en llanto
Postrada ante el altar,
Y luego en mi guardilla.
Dejándome mis males,
A trabajos manuales
Me tuve que aplicar.
¡Cuántas amargas noches
Pasé sin acostarme
Con tal de procurarme
Mi triste refacciónl
Mil veces de la boca
Yo me quité el sustento
Para dar alimento
A mi infeliz ,Ramón«
I
209 —
Con todo, mi- desgracia
Al colmo no llegaba;
Un golpe me esperaba
A todos superior;
Un golpe que si vivo
Después de aquel instante,
Es porque un Dios amante
Sostuvo mi valor.
Cubierta con un velo
Yo caminaba un día
Al templo de María
La Madre de piedad,
Cuando de unas campanas
El lúgubre sonido
Tronó del puesto erguido
Con triste majestad.
De un gran tropel cercado
Yo vi venir un reo;
Huir era mi deseo
De aspecto tan fatal.
Cuando mis tristes ojos
Alcé por entre el velo
Reconociendo ¡oh cielo!
Mi esposo desleal.
¡Teodoro, mi Teodoro!
Clamé con llanto amargo,
Aun te amo, sin embargo,
De lo que padecí.
¿Porqué delito nuevo
Llegaste á tal extremo?
¡Ah!, tenga el Ser Supremo,
Piedad de tí y de mi.
Teodoro me miraba
Cual furia del abismo:
¿Hasta el cadalso mismo:
Tú me has de perseguir?
Con tal de no ver nunca
A tí, á quien aborrezco,
La muerte que merezco
Con gusto he de sufrir.
Tus bienes y los míos
Yo disipé en el juego,
Y por robarle luego
A un Grande asesiné.
Bien sé que á mi suplicio
Llego antes de un momento,
Pero ni m.' arrepiento
Ni me arrepentiré.
Así marchó Teodoro
A terminar su vida,
Dejando extremecida
A toda la ciudad.
Yo me quedé privad»
Y á casa fui llevada
Por hombres de piedad.
En lágrimas y en penas
Paso mis tristes días
¡Por breves alegrías
Cuan largo es mi pesar!
De mi desgracia horrenda
Entre la noche oscura.
De gozo aurora pura
No vuelve á despuntar.
Lloro de un tierno padre
La muerte anticipada.
Pues sólo fué causada
Por mi fatal error.
Y de mi t iste esposo
Si la desgracia siento.
Aun su endurecimiento
Me causa más dolor.
Por fin, mis muchas penas
Con más quietud sufriera
Si culpa no tuviera
De mi infelicidad.
Mas ¡ay! que mi conciencia
Dice con grito fuerte:
Fruto es tu triste suerte
De tu debilidad.
Mas tú, mi Dios clemente,
Asilo de los reos.
Tú sabes mis deseos
De reparar mi mal.
Sabes que más me aflige
Que todo lo sufrido.
El haberte ofendido
Con pecho desleal.
De tantos infortunios
Te das por satisfecho;
Perdonas lo que he hecho
Contra tu santa ley.
Y aun cuando en tierra sea
Mi v.da trabajosa.
Allá me harás dichosa
¡Oh, mi Señor y Rey!
Mas aprended en tanto
De mi ejemplo ¡oh doncellas!
Que aun jóvenes y bellas
Corréis peligro igual.
Ya veis de las pasiones
Cuál es el triste fruto,
Que muda en llanto y lulo
Un gozo insustancial.
»4
— 210 —
De su fatal estrago
Mirad en mí las muestras,
Y refrenad las vuestras
Con la virtud y honor,
Siquiera al ver el llanto
Con que gimiendo espío
El loco desvarío
De mi imprudente amor.
X
Primera Cancióu hecHa cuando se quitó
la Constitución en el Piamonte.
La esperanza lisonjera
Renaciendo va en el alma
De que vuelva en fin la calma
Este reino á reparar;
De que cese nuestro llanto
Y que en paz y armonía
Podamos con alegría
De la vida en fin gozar,
Piamonte dio el ejemplo,
A España toca seguirlo
Y reedificar el templo
De su gloria que cayó;
Sea al menos la segunda
En volver de su delito,
Ya que el inicuo conflicto
La primera comenzó.
Recuerde de nuestros padres
La conducta irreprensible
Y aquel valor invencible
Que mostraron en la lid;
Recuerde aquella constancia
De los hijos de Sagunto,
El tesón de una Numancia
Y las victorias del Cid.
No menos que los romanos
Que os tenían subyugados.
Oprime vuestros Estados
La nueva Constitución,
Y mucho más que los moros
La secta de francmasones
Con falsas ilustraciones
Persigue la religión.
Deje, pues, sus descaminos
Esta nación engañada.
Muéstrese al fin ilustrada
De una verdadera luz.
Eche á lo pasado un velo
Y sea en el justo conflicto
Su guía el favor del cielo
Y su estaoidarte la cruz.
XI
A mi esposo Pernando, á los diez y siete meses
de la revolución.
Aunque la dura suerte
Nos colme de dolor
Mientras á tí me deje
No temo su rigor;
Aunque solo trabajos
Contigo dividí.
Siempre bendigo el día
Que unió mi suerte á ti.
Aunque de veinte meses
Que trato esta nación
No son los diez y siete
Sino revolución,
Y aunque las dulzuras
De la quietud no vi.
Siempre bendigo el día
Que unió mi suerte á ti.
Aunque de tus derechos
Tu pueblo te privó
Y en tu lugar la tropa
De un vil café mandó,
Aunque bajo su yugo
Contigo yo gemí.
Siempre bendigo el día
Que unió mi suerte á ti.
Aunque ultrajar te vea
De una tan vil facción
Que ella del mismo abismo
Parece producción,
Y aunque en cada instante
Su crueldad temí.
Siempre bendigo el día
Que unió mi suerte á ti.
En fin, si la Corona
Pensaran en quitar
Y entre la ínfima plebe
Nos viéramos echar,
Fernando, no su trono,
Es quien me tiene aquí;
Siempre bendigo el día
que unió mi suerte á ti.
Hasta si en nuestra sangre
Buscaran libertad,
Victima moriría
De eterna lealtad;
Ni aun en aquel momento
Has de dudar de mí;
Siempre bendigo el día
Que unió mi suerte á ti (i).
(1) Aunque publicada por Haebler (pigs. 13a á 134), re-
producimos esta poesía, una de las mas sentidas que com-
puso D.» María Josefa Amalia,
21 I
XH
Zia Tuelta do un espafiol á su patria
en estas circunstancias.
Después de mis largos viajes,
En fin llegó para mí
El momento afortunado
En que á mi patria volví;
Pero turba mi alegría
Su presente situación.
Extranjero soy en mi patria.
No conozco mi nación.
¿Dónde está aquel entusiasmo
Por la fe del Salvador?
¿Dónde el profundo respeto
Al misterio de su amor?
Desde que les es delito
El amar la religión,
Extranjero soy en mi patria,
No cono%j:o mi nación,
¿Dónde está, á su soberano,
Su constante lealtad,
Que dábala su trono siempre
Tan dulce seguridad?
¡Ah! desde que sacudieron
La debida sujeción.
Extranjero soy en mi patria,
No conozco mi nación.
¿Dónde está el amor paterno
Que á todos los unió,
Y de paz y de alegría
A nuestra España llenó?
lAh! desde que la anarquía
Rompió el lazo de su unión,
Extranjero soy en mi patria.
No conozco mi nación.
¿Dónde está aquella censura
Por la cual, sin inquietud,
Se instruía por los libros
A la incauta juventud?
¡Ah! desde que son aquéllos
Escuela de irreligión,
Extranjero soy. en mi patria,
No conozco mi nación.
¿Dónde está aquella prudencia
Y justa solicitud
En castigar el delito
Y en premiar á la virtud?
Desde que para los buenos
Es la muerte y la prisión.
Extranjero soy en mi patria,
No conoideo mi nación.
■ En fin, todo se ha mudado
Por esta perversa ley
Que es obra de fracmasones
Contra religión y rey;
Y digo que mientras dure
La fatal Constitución,
Extranjero soy en mi patria.
No conozco mi nación.
XIII
Despedida de Sacedón.
Pueblo amado, ¿con que he de dejarte?
¿Con que he de volverme á Madrid?
Sombra de paz, ¿con que he de renunciarte
Para vivir en medio de la lid?
Aun este corto alivio de dolores
Bastante ya se nos acibaró;
Hasta aquí nos siguieron [los] traidores
Y nuestra llaga nunca se cerró.
Pero, en fin, del campo la hermosura.
Su aire que mi pecho respiró,
Esas peñas, en cuya inmensa altura
Mi vista se perdió y descansó;
La luna con sus luces halagüeñas,
El sol con su benéfico ardor.
Cubrían con imágenes risueñas
Las pasadas escenas de horror.
Allí pensando en cuando me quejaba
De que aquí me seguía la aflicción.
Diré: ¡Ah! dulce paz que despreciaba,
¡Ay! ¿dónde estás? amado Sacedón.
Entonces me parecerá risueño
El día que de ti me despedí;
Aun pisaba [yo] el suelo alcarreño;
Iba á salir, mas aun estaba aquí.
Y en aquel momento que forzada
Por mi suerte, te tengo de dejar,
Te echo siquiera esta última mirada;
A ésta cree, que no te ha de engañar.
Ella te dice, aunque el labio calle.
Que mientras dure la Constitución
Aunque mi cuerpo en Madrid se halle
Mi afecto esta[rá] siempre en Sacedón.
XIV
Oda á Morfeo.
Ábreme la puerta.
Amable Morfeo,
De tu ancho palacio
Pacífico y quieto;
A tristes cuidados
Allí sólo encuentro
Cerrada la puerta
Con llaves de hierro;
El rico y el pobre.
212 —
El noble y plebeyo,
Aquí tiene entrada
Y encuentra consuelo;
También con confianza
Yo aquí me presento;
Ábreme la puerta
De tu alcázar regio;
Señálame un quieto
Y obscuro aposento,
No importa que sea
Sencillo y pequeño;
Las olas del Lele '
Con ruido ligero
Dulcemente arrullen
Mis cansados miembros,
Y muéstrame en tanto
En alegres sueños
Las dichas que al hombre
No presta este suelo.
- XV
Xecolón para los Kobles, á vista de una fuente.
Corre, cristalina fuente
Del hermoso manantial;
Del viador la sed ardiente
Apague con su corriente
Tu purísimo cristal.
De alto monte derríbada
Ostentas su clarídad
En la gruta resguardada
Que la peña entrelazada
Forma con su variedad.
De tu orígen tú sostienes
La pureza, elevación;
De este modo reconvienes
A hombres que de iguales bienes
Deslucen la estimación.
Si salieras menos pura
Ó enturbiado tu candor,
El saber que de la altura
Tú procedes, ¿por ventura
Te daría algún valor?-
Así el noble cuya vida
Desmiente su calidad
Es un vil, sin que lo impida
De su estirpe esclafecida
Nobleza y antigüedad.
Su cuna ha de respetarse,
Su derecho es justo y real.
Mas él no debe olvidarse
Que si esto puede heredarse
El mérito es personal.
XVI
Triste vuelta de un liombre á su casa.
Dulce prado, donde un día
Sin cuidados yo jugaba.
Casa que mía llamaba,
Ya por fin os vuelvo á ver;
De mi vuelta me parece
Que cada ave alaba al cielo
Y dirige el suave vuelo
A mis hombros con placer.
Pero, ¡ay!, ¡en qué triste estado
Hallo el patrio techo mío!
Este cuarto abandonado
Donde mi padre habitó,
Y en el medio de este prado.
Tan risueño, tan amado.
Veo la tumba de mi madre
Que un hermano edificó.
¡Oh, mi hermano!, ¡ah, si le viese!
¡Abrazarle si pudiese!
Mao también á pocos días
A la madre fué á seguir.
¡Ah, de los que tanto he amado,
A ninguno ya he encontrado
Y es más triste esta mi vuelta
Que lo ha sido mi partir.
A lo menos, dulces sombras,
A menudo á mi consuelo
¡Ah!, bajad del alto cielo.
Que sin vos no sé vivir.
Cuando en su piedad la muerte
Mis dolores feneciera,
A mi patria verdadera
Me vendréis á conducir.
XVII
El avaro. Carta de Bosa á Elvira.
Amiga del corazón,
Aprovecho estos momentos
Para que oigas mis lamentos
Y me tengas compasión.
Cegada de la ambición
Tomé para mi marido
A un avaro corcomido
De mal genio y mal humor;
Mas de mi vida el tenor
Te dirá cuá i necia he sido.
Cuando el alba apenas brilla
Djrando una pobre cama,
A su lado ya me llama
Una seca tosecilla
Y una ronca voz que chilla:
¡Arriba!, que yo ya estoy
— 213
Y á mi dinero me voy
A saber si me han robado;
Ayer nada me ha faltado;
A ver si lo mismo es hoy.
Tú vete á mirar la ropa
Y la rota á remendar;
Nueva ya se ha di comprar
Si el viento nos sopla en popa.
Después llévame la copa;
Tú también puedes beber,
Más tres partes han de ser
De agua, pues el vino cuesta,
Y el pan, si de ayer nos resta.
Debe en un dedal caber.
Todo esto es tarea mía.
Pues antes tuvo criadas.
Más todas por mal pagadas
Se fueron al cuarto día.
En una guardilla fría,
Sin vidrios en la ventana
(La lumbre porque es malsana
Dice que la ha desterrado),
Con mi estómago lavado
Gimo toda la mañana.
Por fin la hora deseada
Trae un más feliz destino,
Y en una mesa de pino.
Con ningún mantel tapada.
La cazuela es colocada,
Más el caldo ¡ay de mi!
Al principio yo creí
Que estaba puesta, primero,
Para cocer el puchero
El agua caliente allí.
Por fin busqué tanto y tanto
Que una cosa dura hallé
Que por poco la tiré
Supo:iiendo*que era un canto;
Saco y veo con espanto
Que trozos de carne son
Comprada... esta adquisición
No alcancé yo cuándo ha sido.
Mas lo sé de mi marido
Por la propia confesión.
La ración de pan, escasa.
No aumenta razón ni ruego;
Por no pagar al gallego
El agua se da con tasa.
Tristemente así se pasa
Pronto la hora de comer,
Y luego al anochecer,
Sin sol, sin luz y sin moscas.
En unas esteras toscas
Nos sentamos á beber.
Bien te puedes figurar
Que es agua, y en solo un vaso.
Pues ayer por un acaso
El otro se fué á quebrar.
Hartos ya de bostezar.
Sin siquiera un candilón.
Dormimos nuestra aflicción
En el suelo, al fin, sin nada
Más que una manta delgada
Y un durísimo jergón.
Nuestras alhajas sencillas
Ahora, pues, vas á saber;
En la pieza de comer
Hay una mesa y dos sillas;
En la otra de las guardillas
Que sirve para dormir.
Trabajar y recibir
A algún sujeto de fuera.
No hay más cama que la estera
Que te acabo de decir.
Dos tristes guardillas; esta
Es toda nuestra morada,
Y en otra pieza cerrada
Está la gabeta puesta;
Allí por mañana y siesta
Él se halla cual guarda fiel.
Pues esta pieza para él
Es el único recreo.
Baile, tertulia y paseo
Y el más florido vergel.
De esta misma habitación,
Tan estrecha, pobre y fría.
Temo que el casero un día
Nos eche sin compasión;
Pues con precipitación
Ya nuestro alquiler exige;
Más como mi esposo rige
Él solo todo el caudal,
Le oye, más por bien ni mal
En este punto transige.
Todo mi elegante ajuar.
Sin atender á mi queja,
A la ropería vieja.
Acabado de casar,
Fué mi esposo á despachar.
Regalándome un vestido
De un lienzo tan bien tejido,
Que lo opuesto á no saber
Yo lo había de tener
Por un cortinón raído.
2t4-
Y pues esia tela fina
No tengo con qué mudar,
En cama tengo que estar
Cuando se pone cochina.
Entonces luego una tina
Á su. lado es colocada,
Y yo sola, desgraciada,
Me tengo que atarear
En lavar, secar, planchar
Mi ropa desengañada.
Todos sus coloquios luego
Son de cuentas solamente;
Tener otro diferente
Es igual á hablarle en griego.
Aun gracias al mismo fuego
De su furiosa pasión
Que al templo de su Piutón
Su continuada asistencia
Me ahorra la impertinencia
De darle (jonversación.
Si en mi triste casa hubiera
Un mueble roto ó perdido.
Una mancha en el vestido
Ú otro destrozo cualquiera.
Horroroso lance fuera.
Con el vaso sucedió,
Y apenas él lo notó,
Te aseguro que han quedado
Mis huesos en peor estado
Que el vaso que se quebró. .
¿Qué me sirve estar casada
Con un medio millonario
Si de lo más necesario
De la vida estoy privada?
Á mendigar obligada
Menos trabajos tendría,
A lo menos contaría
Para mi manutención
Con lo que la compasión
Me hubiese dado aquel día.
Aun me quiere libertar
De una enfermedad mi estrella,
Pues no dudo yo que en ella
Me tendría que quedar,
No habiendo que imaginar
Llamar un facultativo.
Anoche de positivo
Kl mismo me dijo asi:
No entra esta polilla aquí
Mientras me mantenga vivo.
Tampoco quiere tener
Por sí ni el menor cuidado;
Anciano, pues, y estenuado
Por fuerza ha de parecer;
Poco me diera el perder
Este cicatero rico,
Más si yo no tengo un chico
Y él se muere sin testar,
Al hermano va á parar
Ivl medio millón del pico.
El que hiciera testamento
Por mi influjo le insinuaron,
Más sin fruto se cansaron
Para lograr este intento,
Porque su aborrecimiento
A gastar dinero es tal,
Que acto alguno judicial
Juzga útil ó necesario,
Pues dar un cuarto al notario
Mejor quisiera un puñal.
De aquí puedes inferir
Elvira, mi suerte fiera,
Y la que después me espera
Si él se llegase á morir;
Sólo tengo que elegir
Entre pobreza y pobreza;
Si vive, por su vileza
Pobre con oro seré,
Y si muere perderé
Sólo el nombre de riqueza.
Si mis letras gruesas son
Me tienes que perdonar,
Porque tengo que emplear
Para este efecto un carbón;
Este mismo del fogón
Del vecino lo he pedido,
Pues si jamás mi marido
Viese el suyo disminuir.
Ya podía consentir
Que hasta hoy había vivido.
Este papel, que es de estraza,
Lo he logrado en el momento
Que nuestro pobre alimento
A comprar yo fui á la plaza;
Un viejo de buena traza
Me lo ha dado por merced,
Pues del oro por la sed
Mi esposo este gasto evita
Poniendo en su piececita
Las cuentas en la pared.
Á tu m:írido, el Marqués,
Muchas cosas, y á tu niño;
Tú cuenta con mi cariño.
Madrid treinta de este mes,
— 2l5
Año ochocientos y ircs,
Mi año veinte de nacida,
De mi desgracia cumplida
El primero, más sin duda,
Si mi suerte no se muda.
El último de mi vida.
Lo firma tu desgraciada,
Extenuada y afligida.
Fastidiada y aburrida,
De mil trabajos cercada,
Casi de vivir cansada,
Siempre abatida y llorosa.
De mal humor y rabiosa.
De un marido vil y ruin
Víctima infeliz, en fin.
Tu desesperada
Rosa.
XVIII
Descripción de Salan de Cabras.
Dos hogares reducidos
Entre peñas sepultados.
Dos senderos escarpados,
Sus paseos más floridos,
Su vergel, bojes tupidos;
Chicharras sus ruiseñores;
Aun el sol sus resplandores
Sólo escasos deja ver,
Y cabras debieran ser
Sus únicos moradores.
Continuación seria de la descripción joccs.i
de Solán de Cabras.
Aunque es áspero y fragoso.
Más en esta tierra inculta
La bondad divina oculta
ün tesoro prodigioso.
Corre el pobre, el achacoso
De esta fuente á la virtud,
Busca con solicitud
Su remedio entre estas breñas;
Sus fraguras son risueñas
Al amor de la salud.
¿Quién duda que el miserable
Que aquí encuentra su remedio.
Deja de mirar con tedio
Su aspereza interminable.''
Dios es igualmente amable
Entre peñas que entre rosas,
Y con manos amorosas
Abre al hombre claras fuentes.
Ya de gustos inocentes.
Ya de curas prov«chosat.
Para el hombre fué criado
Cuanto Dios hizo en la tierra;
Cuanto en su ámbito se encierra
Á servirle es destinado;
Todo sigue este mandado
Para su felicidad;
Mas su ciega voluntad.
Sola, libre en su camino,
Contra el Bienhechor divino
Abusa su libertad.
No el buscar una salud
Que Dios nunca me ha negado;
Otros fines me han guiado
De esta fuente á la virtud;
Busco en mi solicitud
La pública conveniencia;
Sigo á una probada ciencia
Y cumplo con mi deber;
Por mí no quedó que hacer;
Obre Dios con su clemencia.
482. — Julia y Francisca en Turquía. No-
vela moral, compuesta por la Reyna Doña
.María Josefa Amalia en el mes de Marzo
de 1828.
Manuscrito de aquella época; 146 hojas
en 8.* sin foliación; encuadernado en pasta;
lleva al principio una lámina en colores.
Bibl. Nac. — Depart. de Mss.
Hay otro manuscrito en el Archivo de
Palacio. Consta de i25 págs. en 4.*
Julia y Francisca son dos hermanas ge-
melas, cuyos padres, el Conde de Manns-
bach, hiángaro que se había distinguido en
las guerras contra los turcos, y D.^ Catalina
Roseudosf, les dieron una educación pia-
dosa.
Desde niñas se vio una diferencia notable en sus
genios, talento y modales, y hasta en su exterior.
Julia, blanca, de pelo rubio, de unos ojos de un
azul apagado; era dulce, á la verdad, y dócil, pero
de poca vivacidad y gracia, aunque no absoluta-
mente destituida de talento y luces; era difícil y
tarda para comprehender, y de una memoria cor-
la, de modo que á pesar de su mucha aplicación,
hacía pocos progresos en las letras, y sí se la no-
taba que aquello que una vez se la imprimía en
«1 entendimiento y «n «1 corazón, nada era capaz
— ai6
de borrárselo. Francisca era morena, de pelo y
ojos negros, llena de gracia, tálenlo y despejo;
nada le era difícil de aprender; tan prontos para
las ciencias su entendimiento y memoria, como
hábiles sus manos para la labor y demás ejerci-
cios propios de su sexo; dejaba admirados y em-
belesados á sus padres y maestros y á cuantos
visitaban la casa del Conde de Mannsbach.
A los pocos años murió éste en una bata-
lla contra los turcos, quienes, entrando en
la casa de Julia y Francisca, se las llevaron
cautivas y las vendieron en Alepo á una
viuda llamada Zoraida.
En tan desgraciada situación, Julia con-
serva la fe no obstante las amenazas de su
ama; pero Francisca reniega de sus creen-
cias y se hace musulmana. La conciencia le
remuerde al principio, más los ricos vesti-
dos que le regala Zoraida hacen que la va-
nidad femenil sofoque el arrepentimiento.
Julia sufre por su constancia en la fe tra-
bajos y desprecios sin cuento.
Hecho Bajá de Belgrado, Seli'm, hijo de
Zoraida, va á casa de su madre, quien de-
seaba casarlo con Francisca, muy ufana por
tal boda; pero Selím se enamora de Julia,
cuya dulzura y mansedumbre le encantan,
y viene la lucha entre ambas hermanas;
Francisca se libra de su competidora ha-
ciendo que Julia sea devuelta á su madre.
Encendida nuevamente la guerra, dase una
batalla á la que asistió Selím, cayendo he-
rido gravemente; acude Julia á socorrerlo;
éste, que la conoce al momento, recuerda
sus amores, se hace cristiano y, una vez cu-
rado, se desposa con Julia.
Despechada Francisca persigue cruelmen-
te á sus hermanos, quienes son apresados
por los turcos, y después de mil vicisitudes,
acaban sus días vertiendo su sangre en el
cadalso antes que renunciar á Cristo.
SALABERT Y TORRES
(D.'' María de los Dolores).
Hija de D. Félix Salabert O'Connor, Mar-
qués de Valdeolmos y de la Torrecilla. He-
redó el mayorazgo fundado por D. Bernardo
de OConnor. Casó con su primo político
D. Narciso de Heredia; le fué concedido el
Real permiso á lo de Diciembre de 1822.
483.— Memoria expositiva de la situación
de la Inclusa y Colegio de niñas de la Paz,
en seis da Mayo de mil ochocientos veinte y
cinco. Presentada á la Real Junta de Seño-
ras por su Presidenta la Excma. Señora Con-
desa de Ofalia. — Madrid. Imprenta que fué
de García. 1825.
1 5 págs. en 4." con un Estado que mani-
fiesta los ingresos de caudal y pago que se
han verificado en los Reales establecimien-
tos de la Inclusa y Colegio de la Paz... en
todo el año de 1824. Va firmado por la Secre-
taria Margarita Elisa Norigat Hurtado de
Mendoza, á 31 ds Diciembre de 1824.
SALAZAR
(D.* Gregoria Francisca de).
Natural de Granada.
484. — Canción á la Virgen de Gracia:
Ya que oriental ocaso luminoso...
Coronada historia, descripción laureada,
del mysterioso Génesis, y principio Augus-
to de el eximio portento de la Gracia, y ad-
miración de el Arte, la milagrosa Imagen
de María Santiss.*^^ de Gracia... desta No-
bilissima Ciudad de Granada. Por el R. Pa-
dre Fray Juan de la Natividad. — En Gra-
nada, en la Imprenta Real, por Francisco
de Ochoa. Año de 1697.
Págs. 218 y 219.
Según consta en la pág. 218, escribió otras
tres canciones al mismo asunto.
I
— ai
La publicada es un detestable modelo de
culteranismo.
SALAZAR Y MARDONES AGUIRRE
(D.' María de).
Sobrina del Obispo D. Cristóbal de Sala-
zar Mardones, quien fué, según dice Montal-
ban en su Para todos (pág. 5i5):
Oficial mayor en la Secretaría del Reyno de
Sicilia, gran Legista, perpetuo estudiante y muy
versado en la lengua Latina, y conocimiento de
todoi los Poetas; tiene escrito sobre el primero y
segundo libro de la Instituía; comentó á D. Luis
de Góngora sobre la Fábula de P'iramo y Tisbe,
á modo que el Comendador Griego sobre las Tres-
cientas de Don Juan de Mena, y hizo unas notas
á las Soledades del mismo Autor, sin otros mu-
chos papeles de diversos estudios.
Cnf. Por D." Isadel de Valdiuieso y Mardo-
nes, patrona de la memoria y obra p'a, que
fundó Don Fray Diego de Mardones, Obispo
de Córdoua. Con el Colegio de las Niñas
huérfanas de nuestra Señora de la Piedad de
la dicha Ciudad. — Impresso en Granada por
Francisco Heylan. Año de 1629.
Firmada por el Lie. Pedro de Zamora
Hurtado.
1 39 hojas en folio.
485.— Al sepulcro del célebre poeta Juan
Pérez de Montalván. Epitafio (soneto):
Este con letras de oro monumento...
Lágrimas panegíricas á la temprana
muerte del gran poeta, y teólogo insigne,
Doctor luán Péreí de Montalbán.
Folio 53.
SALICIA (D.» Julia).
486.— Soneto en elogio de Miguel Cid:
Si atenta admiración, si aplauso mudo...
Justa sagradas del insigne y memorable
poeta Miguel Cid. — Sevilla, por S. Faxar-
do, 1647.
7 —
SALINAS (D." Juana).
Natural de Criptana. Fué seglar en el
convento de San Juan de la Penitencia, de
Alcalá.
487. — Soneto á San Antonio de Padua:
Goza el virgen Antonio blanco lirio
iriumphante ya del cielo en la camp-ña...
Certamen poético en alabanza del glorioso
San Antonio de Padua, para la fiesta que
la villa del Campo de Criptana le hi^o el
año de mil seiscientos y quarenta y qiiatro,
en que como á su protector le erigió una ima-
gen de bulto. Dirigido al Ex.»'^ Sr. Duque
de fxar.
Ms. del siglo XVII.
Bibl. Nac— Mss. M. 102.
SALINAS (Sor María).
Nació á 14 de Septiembre de 1602 en Ta-
marite; tomó el hábito en el convento de
Santa Clara de Borja á 25 de Septiembre
de 1622.
Murió en el año 1657 á i." de Junio.
488. — Escribió su autobiografía, de la cual
se publicó gran parte en la siguiente obra:
Vida prodigiosa, y felicissima muerte de
la Madre Sor María Salinas de la Orden
de Santa Clara en la provincia de Aragón.
Primero hija del convento de Santa Clara
de Borja; y después fundadora del convento
de la Purissima Concepción y Santa Espina
de la villa de Xelsa. Sácala á lu^ el M. R.
P. Fr. Juan Cinto, Letor lubilado, Califi.-
cador de la Suprema y General Inquisi-
ción.— Zaragoza. Imprenta de Miguel de Lu-
na. 1660.
Un vol. en 4.° de 383 págs., más 12 hojas
al principio y cuatro al rin.
— 2i:
SALLE NT (Sor Mariana).
Nació en Borja en el año i665. Fueron sus
padres D. Francisco Sallent, médico de aque-
lla población, y D." Catalina Trasobares,
En 1675 tomó el hábito de Santa Clara en el
convento de religiosas de Borja y profesó
acabado el noviciado. Fue elegida abadesa
más adelante y tuvo fama de virtuosa. Una
hermana suya, llamada Teresa, vivió en el
mismo convento. Falleció en el año lyoB.
489. — Vida de nvestra Seráfica Madre
Santa Clara. Que escrivía Sor Mariana Sa-
llent, Monja professa en el Religiosíssimo
convento de Santa Clara de la Ciudad de
Borja. Dedicada al Santo Christo del Coro
del mismo Convento. — En Zaragoza, por
DomiYigo Gascón. Año 1700.
8." 160 págs., más i3 hojas de prels.
Port.— Al Santo Christo del Coro.— De la Se-
ñora Teresa Sallent, hermana de la Autora y Re-
ligiosa en el mismo convento de Santa Clara.
Endechas endecasílabas.— Del R. P. Fr. Tomás
González del Campo. Programa. — Del mismo. So-
neto:
Minerva eres y olorosa acanto...
De Fr. José Antonio de Hebrera. Romance.— Dé-
cima y soneto de D. Joseph Lupercio Panzano.—
Soneto. — De D. Jerónimo Torrijos y Virto. Octa-
vas.—Soneto de D. Francisco Bolello de Moraes.
Del Dr. Francisco Antonio Sallent. Romance he-
roico.—Retrato de Santa Clara.— Texto.
Empieza asi este poema, que no es des-
preciable ni mucho menos; la versificación
es fácil y el estilo correcto:
Extática madre mía,
Sagrado hermoso embeleso
Del afán de mis amores,
Del imán de mis deseos.
Tranquilo, profundo, alegre
Piélago, donde el afecto
Funda en los mismos peligros
La inmunidad de los riesgos.
Embarcación peregrina
Que al son de plácidos vi«ntos
Duerme en las candidas velas
La fatiga de los remos.
Enigma dichoso, á cuyo
Tierno corazón vinieron,
Ancho el mar de la bonan9a,
Y el de la tormenta estrecho.
Primavera, en cuyo verde
Confín, el Fabonio lento
Pimpollos peina que nunca
Desgreña enojado el cierzo.
Bella azuzena del valle.
Que entre rosados bostezos
Fragante saluda al sol
El ámbar de tus alientos.
Rubia coronada espiga
Que al montón dorado terso
De tus troxes, viene á ser
El orbe angosto granero.
Oliva especiosa, á cuyo
Luciente licor devieron
Prudentes lámparas, claros
Inextinguibles incendios.
Frondosa vid, que de opimos
Fértiles sacros sarmientos,
Vino de vírgenes puras
Rinde en lagares eternos.
Rico vaso, á cuyo limpio
Cristal, confiessan sin zeño,
Ya sus embidias el Ganges,
Ya sus olvidos el Hermo.
Pájaro noble, que al dulce
Pico le ofreces por cevo
Jazmín, cuya planta inundan
Perlas de amoroso riego.
Risco firme en cuyo largo,
Grande, heroico sufrimiento,
Jamás le bolvió al suspiro
Tristes alivios el eco.
Filomena que enamoras
El jardín en qualquier tiempo;
Si cantas, con tu dulzura;
Si callas, con tu silencio.
Parque donde cada flor
Da al Esposo en dosel fresco,
Alfombras, para el coturno;
Coronas, para el cabello.
Ínclita, feliz Atlante
A cuya mano el Supremo
Augusto Señor le fía
La esfera de sus imperios.
Águila, cuyos castizos,
Claros, sublime» polluelos.
— 2 1 ( ) —
Con lince pestaña cuentan
Lo5 rayos al mejor Febo.
Seráfica luz, en cuya
Flamante hoguera pretendo
Que ardan de mi amor los cortos.
Tibios, humildes inciensos...
En las págs. 39 á 43 pondera los místicos
afectos de Santa Clara:
Suavissimamcnte herida
Del alto garlón flechero,
Sacrificava en deliquios
Lo que gozava en silencios.
Y postrada á la razón
De tan dulces sentimientos,
Exam:navan sus ansias
La duda de sus afectos.
¿Qué afecto es este, dezia,
Que lo entiendo y no lo entiendo.''
Peno, y parece que gozo;
Gozo, y parece que peno.
¿Qué ardor abrasa del frío
Corazón la esfera, siendo
Del mismo ardor el ardor
La llama y el refrigerio?
¿Qué es esto que en mí produce
Tristes y alegres extremos?
Tormentos en lo que logro,
Glorias en lo que padezco.
¿Qué achaque es este, que dexa
Tan desayrado el remedio.
Que con la dolencia, sano;
con la medicina, muero?
¿Qué fuego es este que arde
Al contrario de otros fuegos.
Pues con suspiros lo apago
Y con lágrimas lo enciendo?
¿Qué mal es este, que tiene
De bien tantos privilegios.
Que con él endulzo todo
Lo que sin él adolezco?
¿Qué suave bolean es este
En cuy:; piedad encuentro
Templado búcaro al labio
La llama con que me quemo?
Yo fabrico mi dolor
Del mismo bien que poseo,
Pues tengo aquello que lloro,
Y lloro aquello que tengo.
Yo del arpón las heridas
Tanto temo y reverencio.
Que de las flechas me animo,
Y de las flechas me altero.
Yo elijo quexarme, y callo,
Pareciéndome que ofendo
Con el rumor de la quexa
Los altares del respeto.
Yo quiero callar, y en dulces
Quexas prorrumpo, entendiendo
Que lisonjea á la aljava
El dolor con que me quexo...
490. — Vida de la Seráfica Madre Santa
Clara, que escrivía Sor Mariana Sallent,
monja protessa en el Religiosíssimo conven-
to de Santa Clara de la ciudad de Borja. De-
dicada al Santo Christo del Coro del mismo
convento y en esta segunda impresión al
Ilustríssimo y Reverendíssimo Señor Don
Fr. Antonio Folch de Cardona, Arzobis-
po de Valencia y del Consejo de Su Mages-
tad, &c. — Valencia, en la Imprenta de Fran-
cisco Mestre. 1703.
Ün vol. en 8.° menor de 160 págs., más
24 hojas de prels.
Port. — V.° en bl. — Al Santo Christo del Coro.—
Al Illustríssimo S. D. Fr. Antonio Folch de Car-
dona, A'-íobispo de Valencia. Dedicatoria de Don
José Periz de Perey, á 6 de Junio de 1703. — De la
Señora Sor Teresa Sallent, hermana de ia Autora
y Religiosa en el mismo convento de Santa Clara-
Endechas endecasílabas:
Ya, Mariana mía,
que llega á percibir...
Del Rev. P. M. Fr. Thomás González del Campo
monje Cisterciense en el monasterio de Veruela,
Soneto acróstico á la Autora:
Minerva eres y olosa acanto,
astro de erudición en lo brillante...
A Sor Mariana Sallent, del P. Joseph Antonio de
Hebrera, General del Orden de San Francisco.
Romance;
Tú, del Pindó más sacro
discreto espíritu noble...
Don Joseph Lupercio Panzano... hizo á la poetisa
la decima siguiente.
Anagrama de Sallent
es de llenas la palabra...
Soneto:
Como la luz del Sol que si dispara...
— 220
Don Jerónimo Torrijos y Virto. Octavas:
Mandas que mi silencio fíe al labio...
Don Francisco Bolello de Moraes. Soneto:
Llevada al Impíreo, Clara Santa...
El Doctor D. Francisco Antonio Sallent. Roman-
ce heroico:
Mal, Euterpe canora del Ibero...
A la gloriosa virgen Santa Clara, D. Joseph Orti.
Romance heroico:
Pendan, divina Clara, en tus altares...
Del Dr. Jacinto Matoses. Décima:
Tu lira cede armoniosa...
Don Joseph Periz de Perey. Laberinto:
Cuando á Mariana escuchas...
Romance del mismo:
Grande, ilustre poetisa...
A Sor Mariana Sallent, D. Joseph Monflorit y
Panlagua. Soneto:
¿A. qué alta cumbre tu elegante vuelo...
Del mismo. Décima:
De ias nueve eres el cero...
SALLENT (D.^ Teresa).
Hermana de D.* Mariana Sallent y religio-
sa en el convento de Santa Clara, de Borja.
49 1. — Endechas endecasílabas en elogio de
la Vida de Santa Clara:
Ya, Mariana mía,
que llega á percibir
plácidamente el orbe
acento grave en cítara sutil...
Vida de nuestra Seráfica Madre Sania
Clara. Que escripia Sor Mariana Sallent. —
Zaragoza, por Domingo Gascón. Año 1700.
SAN AGUSTÍN (Sor Ana de).
Hónrase Valladolid con haber sido la pa-
tria de esta insigne mujer, que nació allí en
el año 1547. Sus padres, Juan de Pedraza
Rebolledo y D.* Magdalena Pérez Arguello,
se distinguían tanto por sus virtudes, como
por su hidalguía. Desde muy temprana edad
comenzó Ana á descollar por su fervor re-
ligioso, y aun á tener visiones y otros fa-
vores celestiales que refiere menudamente
Fr. Alonso de San Jerónimo; uno de ellos
fué decirle misa San Agustín; y aquí entra
el biógrafo citado á exponer la teoría de mi-
lagro tan asombroso; esto es, si verdadera-
mente resucitó el autor de La Ciudad de
Dios, ó si fué todo visión imaginaria. Quien
tal comenzaba no podía menos de acabar
sus días en un convento, y así sucedió, pues
en el año i 577 recibió el hábito del Carmen
Descalzo en el de Malagón; al año siguiente
profesó en manos de Santa Teresa. Acom-
pañando á ésta salió en i58o para fundar el
convento de Villanueva de la Jara, del cual
llegó á ser Priora, gobernándolo con loable
prudencia. Casi toda su vida fué una serie
de milagros inauditos y de continuas apari-
ciones celestiales. En 1600 echó los cimien-
tos del convento de Valera, regresando lue-
go al de Villanueva. En éste falleció santa-
mente á II de Diciembre de 1624. Su cuer-
po se conservó incorrupto muchos años.
Cnf. Vida, virtudes y milagros de la pro-
digiosa Virgen y Madre Ana de San Agvs-
tin, carmelita Descama, Fundadora del con-
vento de Valera, y compañera de nvestra
Madre Santa Teresa de lesvs, en l-a fvnda-
ción de Villanueva de la Tara. Dedicada al
Eminentissimo Señor D. Lvis Gvillén de
Moneada Aragón Luna y Cardoíia, Carde-
nal de la Santa Iglesia de Roma. Por El
M. R. P. Fr. Alonso de San Gerónimo, Car-
melita Descaigo, Lector de Teología en su
Colegio de la Universidad de Alcalá. Con
privilegio. En Madrid. For Francisco Nie-
to. Año de 1668.
En 8.°; 270 hojas foliadas, más 16 de prels.
con un retrato del Cardenal Moneada y otro
de Ana de San Agustín.
— 221
En el siglo xviii se incoó un proceso de
beatificación de Sor Ana de San Agustín;
parte de él se publicó con el siguiente título:
Sacra Rituum Congregatione Emo. &
Rmo. Dno. Cardinali Guadagni Conchen.
Beatificationis & Canonizationis Ven. Servae
Dei Sororis Annae a S. Augustino Monialis
Professae Ord. Carmelitarum Excalceatarum
Hispaniae & Socia S. Theresiae. Positio su-
per dubio an sit signanda Commissio Intro-
ductionis in Causa in casu &. — Romae. Ex
Typ. Camerae Apostolicae. M.DCC.L.
En 4.° d.; 182 págs.
Cnf. Vida de la Venerable Madre Ana de
San Agustín, Carmelita Descalca y compa-
ñera de la Satita Madre Teresa de Jesús en
la fundación de su convento de Santa Ana
de la pilla de Villanueva de la Jara; por
Fr. Francisco de la Natividad.
Ms. del siglo xvii; un vol. en 4,°
Bibl. del Real Palacio.— S. 2.» Est. J. P. 5.
Brebe relación y suma de la vida y virtu-
des de la Venerable M/ Anna de S. Agus-
tín Carmelita descaiga y compañera de la
Virgen S. Theresa de fesús en la Fundación
del Conuento de Villanueua de la Jara, y
después Fundadora del Conuento de Valera
de Abajo, que se trasladó á la villa de San
Clemente (todo Diócesis de Cuenca) donde
fué muchos años Priora y donde murió año
de 1624 y está su venerable cuerpo inco-
rrupto, y por su intercessión obra Nuestro
Señor muchas marauillas tenidas por mila-
grosas, como se verán en esta brebe Relación.
Ms. del siglo xvii; 376 hojas en 4.°; lleva
un grabado que representa á la Madre Ana
apareciéndosele Jesucristo.
Bibl. Nac— Mss. núm. 2.191.
492. — Relación de su vida y favores celes-
tiales.— Valera, i8 de Abril de 1606.
Escrita de puño y letra de la Madre Anto-
nia de Jesús, con firma autógrafa de la vene-
rable Ana de San Agustín.
Consta de 92 hojas en 4.*
Bibl. Nac. — Mss. S. 367, fol. i á 92.
493. — Segunda relación que hizo de su vi-
da, escrita por mandato del General de su
Orden Fr. Alonso de Jesús María. — Valera,
12 de Agosto de 1609.
Manuscrito de puño y letra de Sor Anto-
nia de Jesús, con firma autógrafa de la Ma-
dre Ana de San Agustín.
1 3 hojas en 4.°
Bibl. Nac— Mss. S. 357, fol. 93 á io5.
En el mismo manuscrito se hallan varias
informaciones hechas acerca de la vida de
Sor Ana de San Agustín en el año 1629; en
ellas consta que ésta dictó su vida á la Madre
Antonia de Jesús, por mandato del Provincial
Fr. José de Jesús María y del General Fray
Alonso de Jesús María.
De estas Relaciones hay en la Biblioteca
Nacional otros dos manuscritos del siglo xvii;
constan de 56 y 19 hojas en 4.°
La primera burla que me hizo el demonio fué
que estando ya para profesar, iraydo el dote, y
lodo á punto, y las monjas para votarme, una
noche tomó el demonio mi forma y fué á la per-
lada, que era Ana de la Madre de Dios, hija de la
casa de Toledo, que después la llevaron á Cuerva,
y la dijo que no quería profesar, y que en esto
estaba resuelta y ansí tenía escrita una carta á mi
padre en que le decía viniese por mí (i).
Viniendo nuestra Santa Madre Teresa de Jesús
con sus hijas, á esta fundación (de Villanueva de
la Jara], llegamos al Socorro, que entonces había
allí casa de religiosos nuestros, adonde estuvimos
tres días; y entre otras cosas que dieron á nuestra
santa Madre, para su fundación, de ornamentos
para la iglesia, le dieron un niño Jesús, medianito,
el cual llevamos guardado con los ornamentos.
En Villanueva nos apeamos en la iglesia mayor,
desde la cual, para llevarnos á donde se habia de
(I) Folio II.
22 2 —
hacer el convento, se hizo una procesión muy
solene, porque iba en ella el Santísimo Sacramen-
to, y cuando para sacar á Su Majestad tomaron
las andas, vi un niño Jesús, que me pareció el que
nos habían dado en el Socorro, el cual andaba
desde el Santísimo Sacramento á nuestra santa
Madre (i).
Es tan terrible la vista de los demonios, que no
podré significar lo que se padece en ver, no solo
muchos, mas á uno que sea solo, y así si nuestro
Señor no fortaleciese á las personas que le ven,
creo reventarían. Tiene muchos cuernos, muchas
colas y terribles llamas y una lengua ferocísima
y espantosa; y en su comparación, todo cuanto
en el mundo hay feroz y espantable } que dé
horror, es como pintado, y trae tan terrible hedor
que encalabria, sino es cuando él pretende enga-
ñar fingiéndose hombre galán (2).
De recien profesa, una noche se me apareció el
demonio en forma de un hombre muy galán, y
fuese á meter en la cam 1 adonde yo estaba; yo
me levmté y me fui con la perlada, diciéndola
que tenía miedo, mas no lo que había pasado, y
á otra siguiente vinieron muchos demonios y azo-
táronme cruelmente, y quitándome la ropa me
dejaron descubierta y muy maltratada (3).
En Falencia y en Burgos, y estando en medio
de estas dos religiosas [Elvira de San Ángel y
Mariana del Espíritu Santo] me sacaban los demo-
nios por los pies arrastrando; de estas cosas me dio
tanto flujo de sangre que estuve muy mala.
En los folios 43 á 5i refiere una visión que
tuvo del Infierno y del ciclo (4):
Vi que ponzoñosas sabandijas entraban y salían
por los sentidos de aquellas almas dañadas, como
en unos hormigueros, tan espesas como humo,
que me turbaban la vista... Las fieras daban bra-
midos; los demonios aullaban, y silvos de drago-
nes y serpientes ayudaban á entonar esta desdi-
chada y triste música. Vi allí grandes tempestades,
grandes vientos, grandes torbellinos y borrascas;
muchos truenos y relámpagos que arrojaban es-
pantosos rayos, los cuales caían en los condena-
dos y parecía que los desmigajaban.
Vi de todas religiones y de todas las altas dig-
nidades, que se están abrasando en aquellas
llamas.
(1) Folio 14.
(2) Folio 33.
(3) Folio 12.
(4) Publicada per el P. Alonso de San Jerónimo; fo-
lios 59 á 69.
Los Pontífices y obispos están puestos en tronos
y sillas de fuego, y allí están abatidas y despre-
ciadas sus dignidades y privanzas, y en lugar de
sus mitras tienen puestas corozas, y muy á me-
nudo los metían y sacaban en calderas muv
hirviendo y en lagos de sucias aguas; también los
revolcaban en cieno y los entregaban á fieras
ponzoñosas; y estos tales están en lo más pro-
fundo.
De las revelaciones de Sor Ana se publi-
caron bastantes fragmentos en la Vida, vir-
tudes y milagros de la prodigiosa Virgen y
Madre Ana de San Agustín, Carmelita Des-
calca y compañera de nuestra Madre Santa
Teresa de Jesús en la fundación de Villa-
nueva de la Jara, por el M. R. P. jy. Alon-
so de San Jerónimo.
494. — Noticias de las penas que padecen
los condenados en el infierno y de la gloria
que gozan los bienaventurados en el cielo,
por la Madre Ana de San Agustín.— Méxi-
co. lySi. — 16. °
Citadas en un Catálogo de libros raros
que se conserva manuscrito en la Biblioteca
Nacional. UU.-41.
495.— Revelación de la Madre Ana de San
Agustín, compañera de Santa Teresa de
Jesús.
Ms. de principios del siglo xviii; ocho ho-
jas en folio.
Bibl. Nac— Mss. Oo. 70, fol. 17 á 24.
496. — Relación de un milagro que obró
San Juan de la Cruz.
Autógrafa. — Letra del siglo xvn; dos hojas
en folio.
Bibl. Nac— Mss. Pp. 79, fol. 588 y 689.
497. — Carta á una señora. — Villanueva de
la Jara, 14 de Julio. S. a.
Copia hecha por Fr. Manuel de Santa Ma-
ría en el año 1761.'
Bibl. Nac— Mss. V. 4^1, M. lar.
22'\
Carla á un religioso de su Orden. Fecha-
da á 29 de Septiembre de 1622.
Ms. del siglo xvii; una hoja en folio.
Bibl. Nac— Mss. L. 239, fol. 4ig.
498. — Noticias para la vida de Sor Josefa
de San Felipe, religiosa carmelita del con-
vento de Malagón.
Copiadas en la vida que de Sor Josefa es-
cribió Fr. Antonio de San Joaquín.
Bibl. Nac— Mss. Qq. Sup. II, 40.
SAN AGUSTÍN (Sor Inés de).
499. — Noticias sobre la vida de San Juan
de la Cruz. — Ciudad Real, 27 de Octubre
de 1614.
Original con firma autógrafa. — Una hoja
en folio.
Bibl. Nac— Mss. Pp. 79, fol. 799.
SAN ALBERTO (Sor Ana de).
5oo. — Carta á Fr. Alonso de Jesús María,
acerca de la vida de San Juan de la Cruz y
de algunos milagros obrados por las reliquias
de éste. — 4 de Noviembre de 16 14.
Autógrafa. — Cuatro hojas en folio.
Bibl. Nac— Mss. Pp. 79, pág. 997 y sig.
SAN ALBERTO (Sor Catalina de).
5o I. — Noticias para la vida de San Juan
de la Cruz.
Ms. de principios del siglo xvii.
Original con firma autógrafa. — 4.°
Bib. Nac. — Mss. I. 322, fol. 271 á 279.
SAN ALBERTO (Sor María de).
Carmelita descalza, Priora del convento
de Valladolid, donde murió á 9 de Junio
de 1640.
5o2. — Visiones de la Madre Catalina Evan-
gelista, monja en Valladolid.
503. — Diario de sus visiones y favores di-
vinos.
Villiers, Bibliotheca Carmelitana.
504. — Carta á un religioso, acerca de San
Juan de la Cruz. — Rioseco, 4 de Abril
de 1614.
Original. — Una hoja en folio.
Bib. Nac— Mss. Pp. 79, pág. 935.
5o5. — Testimonio acerca de la vida y vir-
tudes de San Juan de la Cruz. — Valladolid,
14 de Febrero de i6i5.
Autógrafo. — Dos hojas en folio.
Bibl. Nac — Mss. Pp. 79, págs. 1.041 á 1.044.
SAN ANGELO (Sor Casilda de).
Llamóse en el siglo Casilda Mucharáz de
Tolosa.
Fué natural de Burgos é hija de Catalina
de Tolosa, quien luego entró en un conven-
to de Falencia. Vivió en la segunda mitad
del siglo XVI y profesó en el Carmen Des-
calzo.
5o6. — Gracias y favores que recibió del
Señor.
Villiers, Bibliotheca Carmelitana,
507, — Relación de cómo se le apareció des-
pués de muerta Sor Catalina del Espíritu
Santo.
Reforma de los Descal¡{os de Nuestra Se-
ñora del Carmen, de la primitiva observan-
cia, hecha por Santa Teresa. Por el P. Fray
hseph de Santa Teresa.
Tomo III, págs. 654 y 655.
SAN ANGELO (Sor Catalina dé).
5o8. — Declaración de la Madre Catalina
de San Angelo en las informaciones de Alba
sobre la vida de Santa Teresa.
Biblioteca de autores españoles de Rivadeneyra, t. LV,
pág. 418.
SAN ANGELO (Sor Elvira de).
5og. — Declaración de Elvira de San Ange-
lo en Medina, en los informes de aquella ciu-
dad sobre la vida de Santa Teresa de Jesús.
Biblioteca de autores españoles de Rivadeneyra, t. LV,
Pig- 393-
SAN ANGELO (Sor Marina de).
5 1 o. — Testimonio acerca de la vida de San
Juan de la Cruz.
Ms. de principios del siglo xvii. — Original
con firma autógrafa. — 4.°
Bibl. Nac— Mss. I. 322, fols. 458 á 461.
SAN ANTONIO (Sor Catalina de).
Carmelita descalza en el convento dé Ca-
ravaca.
5ii. — Relación de un milagro que obró
con ella San Juan de la Cruz.
Ms. del siglo XVII.
Autógrafo. — Una hoja en folio.
Bibl. Nac— Mss. Pp. 79, pág. 801.
SAN ANTONIO (Sor Catalina de).
Religiosa en el convento de la Concep-
ción, de Toledo.
Vivió á mediados del siglo xvii.
5 1 2. — La Margarita escondida. Vida ad-
mirable y milagrosa de la lima, y nobilísima
señora D." Beatriz de Silva, fundadora de la
insigne Religión de la Inmaculada Concep-
ción de Nuestra Señora. Compúsola en el
año 166 1 Sor Catalina de San Antonio,
monja profesa del Real convento de Toledo,
primero y cabeza de la Orden, publicada
por segunda vez por las RR. MM. Concep-
cionistas de la casa matriz de Toledo. Con
licencia eclesiástica. — Madrid. Imp. de la
Viuda é Hija de Gómez Fuentenebro, 1903.
En 4."; 103 págs.
Í24 —
Port. — Advertencia por las RR. MM. de la Casa
Matriz de Toledo. — Protestación de la Autora. —
Dedicatoria á Doña Beat.íz de S Iva.— Introduc-
ción al lector. — Texto. — índice de los capítulos.
A juzgar por la portada de este libro, se
trata de una segunda edición, lo cual no
parece exacto, pues se lee en la Advertencia:
Publicamos este opúsculo en la forma que ve-
rán los piadosus lectores, porque atentas á lo que
dice la Sierva de Dios Sor Andrea de Rojas (Re-
ligiosa de este convento de ToLdo, primero de la
Orden) de Sor Catalina de San Antonio, Autora
del precioso manuscrito que damos á conocer, le
hemos querido dar el valor que merece, y lo dic-
tamos sin variar nada.
Doña Beatriz de Silva, dama de la reina
D.* Isabel, mujer de Juan II de Castilla, na-
ció en Campo Mayor, obispado de Elvas,
en Portugal. Fué hermana de D. Diego de
Silva, Conde de Portalegre. Era de tal her-
mosura, que D.* Isabel llegó á tener tan ra-
biosos como infundados celos, y la mandó
encerrar en un cofre para que allí muriese,
pero la Virgen socorrió á D.* Beatriz con un
milagro.
Desengañada del trato cortesano y aun
del mundo en general, se retiró al convento
de Santo Domingo el Real, de Toledo,
donde vivió más de treinta años. Después
fundó el primer convento de Concepcionis-
tas, cuya Orden fué más adalante aproba-
da por Julio II. Falleció santamente en el
año 1490, á los 66 de su edad.
Tirso de Molina la hizo protagonista de
su comedia Favorecer á todos y amar á
ninguno (Parte IV, 1635).
SAN ANTONIO (Sor Juana de).
Habiendo fundado en Manila, á princi-
pios del siglo XVII, un convento de la Orden
de Santa Clara, D. Pedro de Chaves y doña
Ana de Vera, Fr. José de Santa Mana reci-
bió el encargo de llevar religiosas españolas.
225
Una de estas fué Sor Juana de San Amonio,
quien acabó su noviciado en el viaje, hecho
por la ruta de México. Llegadas á Manila,
se instalaron en una casa del barrio de Sam-
páloc, extramuros de la ciudad, y allí profe-
só Sor Juana, distinguiéndose luego por sus
muchas virtudes y favores celestiales (i).
513. — Sus revelaciones, desde 5 de Enero
á i5 de Mayo de 1629.
Manuscrito del siglo xvii; comienza en el
folio 5i3 y acaba en el i.o58; escrito en pa-
pel de arroz; folio; encuadernado en perga-
mino.
Perteneció á D. Pascual de Gayangos y
hoy se halla en la Biblioteca-Museo que fué
del Ministerio de Ultramar.
En el folio i.023 se lee:
Esta relación enbio del convento de Manila á
V. Rma., verdaderos traslados de las noticias de
la Madre Juana de San Antonio, y así lo firmo de
mi nombre.
Sor Jerónima de la Asunción.
No tiene este libro división de capítulos, y
en él se van refiriendo día por día las reve-
laciones que tuvo su autora durante el
año 1629.
Sor Juana defiende con frecuencia el dog-
ma de la Inmaculada Concepción, antici-
pándose en esto á la Madre Agreda. Se pre-
ocupa mucho de la propagación de la fe en
los reinos de China y el Japón; así dice al
folio 566:
Hoy viernes, estando oyendo missa, con habla
muy benigna y dulce me dijo el Señor: hoy zele-
bro en tu alma el atribulo de ser yo Rey clemen-
te de Japón y poderoso emperador del imperio de
la Inmaculada Concepción; y ansina vengo á ha-
zerte castillo donde me aposente con toda la cle-
mencia de ser Rey clementíssimo de Japón.
. (i) Entrada de la Seráphica Relifrión de nuestro P. S.
Francisco en las islas Philipinas. Publicada en el Archivo
del bibliófilo filipino, por W. E. Re tana.
Tomo I.
No hay mandarín chino que lleve tantos
colores en el traje como Cristo, tal como lo
veía en espíritu Sor Juana:
Paséase mi Señor por el castillo, gallardísimo,
vestido de tela blanca, encarnada, verde y azul,
toda bordada de piedras preziosas.
En cuanto á los vestidos femeniles que pu-
diéramos llamar celestiales, están descritos
así (folio 63o):
No se usan ropillas, todo es sayas grandes; ro'>
pas de glorias; tiene la gran Emperatriz soberana
aquel vestido entero; saya grande de blanco y en-
carnado, todo de piedras preciosas, como tengo
dicho; y las santas vírgines con ella, todas de la *
mesma librea, la cosa más hermosa que ojos hu-
manos an visto; una gentileza de cuerpos, una
bizarría de talles; ¡qué cabezas tan aderezadas,'
qué tocados y rosas enlazadas de perlas y piedras
preciosas y aquella belleza de coronas imperiales
en ellas! ¡qué ojos, frentes y bocas! ¡qué manos
tan blancas, y qué manillas y sortijas!
Con todo, no es este libro de los más dis-
paratados en su género, y capítulos hay en
él que pudieran pasar como de la Madre
Agreda.
SAN ANTONIO
(Sor María Francisca de).
Natural de Alcañiz é hija de D. Francisco .
de Pedro y Carnicer y de D.* Dorotea de
Cascajares y del Castillo. Vino al mundo á
7 de Abril de 1714. Cuando sólo tenía quince
años tomó el hábito en el convento de la
Concepción de Cuevas de Cañarte, donde
profesó á 1 1 de Junio de lySo. Murió el 12 de
Abril de 1734.
514. — Varias poesías devotas y pías de Sor
María Francisca de San Antonio (i).
Son las siguientes:
I.* Hoy la Iglesia militante...
2." Puesta la luz y el mismo día...
(i) Fr. Roque Alberto Fací, págs. 241 á 249.
i5
— 226 —
8.* ¿Qué queréis, Señor, que haga...
4." Si la virtud no consiste...
5." ^Cuándo, Señor mió, cuándo...
6.* Los ojos luego se cierran...
7,'* Si el pensamiento me impide...
8.* Venid, daros prisa...
g." Mis ojos, por dedicados...
10. Para darme la salud.. i
Como preliminar de estos versos escribe
el P. Faci:
Una de las mayores plagas que padeció Egypto
fué la de las ranas, y es tan infeliz el mundo que
oy dura esa misma plaga, dize Ruperto, sin aversc
purgado de ella; porque á ellas sucedieron los
poetas obscenos y los que leen sus obras, locados
sin duda del mismo vino de la lascivia, y quando
menos mal hablan salyrizan las obras de los bue-
nos, como serpientes infernales.
Cnf. Hermosa a^u^ena, y estrella planta-
da, y fixa en el suelo, cielo del Convento del
Orden de la Purissima Concepción de la
Villa de las Cuevas de Cañarte en el Reyno
de Aragón, la vida de la V. Sor María
francisca de San Antonio (en el siglo de
Pedro y Cascaxares) Religiosa de dicho
convento. Con una breve memoria de la fun-^
dación, y fundadoras del mismo convento,
y de otras Religiosas que en él florecieron
en virtud. Escritas por el R. P. M. Roque
Alberto Faci, del Orden de N. S. del Car-
men.— Zaragoza, en la Oficina de Joseph
Fort. Año 1737.
Un vol. en 4.° de 386 págs., con un retra-
to de Sor María Francisca.
SAN ANTONIO (Sor AUría Isabel de).
Nació en Sevilla á i.° de Julio de 1679 en
la parroquia de San Vicente. Fueron sus
padres D. Gaspar de Lerín y Bracamente y
D.'' Isidora Ricarte. Estuvo casada con don
Joaquín de Florencia y Lerín, y muerto éste
profesó en el convento de Santa María de
Gracia, de la Orden de Santo Domingo. Mu-
rió á 17 de Marzo de 1743.
5] 5. — Poema historial de la prodigiosa
vida del gran Patriarca Santo Domingo de
Guzmán. Obra póstiiuma que dexó escrita,
y entonó en vida, ajustando las cadencias
del Diapente harmonioso, á el sagrado fuego
de la devoción y la obediencia, para morir
Cisne, y renacer Phenix, la Rever. Madre
Sor María Isabel de San Antonio, Monja
professa en el Religiosíssimo convento de
Santa María de Gracia de la ciudad de Sevi-
lla. Sácalo á luz un devoto del glorioso San-
to, y lo dedica á María Santíssima con el tí-
tulo de Gracia. — Granada. Imprenta Real.
[1756.]
'Un vol. en 4.° de 232 págs. más 12 hojas
de prels.
Port. — V.° en bl. — Un hermano de la poetisa
que en otro tiempo saludó tal vez las Musas. Oc-
tavas:
La que en mis venas late sangre tuya...
De D. Juan Pedro Maruján y Cerón en aplauso
de la poetisa. Romance endecasílabo:
Quien asalta la cumbre bipartida...
Aprobación del Sr. D. Domingo Antonio de Ri-
bero y Ángulo, Rector que fué del Mayor de
Santa María de Jesús, Universidad de Sevilla.
Granada, i5 de Febrero de 1756.— Licencia del
Juez Real. Granada, 7 de Julio de 1756. — Texto.
Es un poema en romance endecasílabo
muy prosaico.
SAN BARTOLOMÉ (Sor Ana de).
El Almendral, pequeña aldea de la pro-
vincia de Ávila, fué la patria de esta reli-
giosa, una de las más virtuosas discipulas
de Santa Teresa y acaso la que mejor se
asimiló el espíritu de la Doctora mística.
Nació en Octubre del año 1649. Sus padres,
Fernán García y Catalina Manzanas, la in-
culcaron desde muy niña la piedad, y como
227 —
las semillas de las virtudes caían en tierra
fértil, dieron fruto abundantísimo. Huérfa-
na á los pocos aflos y sin bienes con que
vivir ni medianamente, se vio precisada á
guardar ovejas, y en este humilde oficio
«tendía los ojos por los campos y represen-
tábansele en la variedad y hermosura de
sus flores, varios y eficaces motivos de ala-
ban9as divinas. Suspendíase y deleitábase
con su vista, sin que hubiesse hoja de árbol,
piedra ó yerve<;uela que no pareciesen len-
guas y veces que á voces estavan engrande-
ciendo las maravillas del Señor, y manifes-
tando su bondad y providencia» (i).
El P. Enríquez atribuye á Sor Ana, por
entonces, una resolución que juzgamos in-
verosímil: la de irse disfrazada de ermitaño
á un desierto y hacer allí penitencias rigu-
rosas; no necesitaba la soledad quien siem-
pre vivía en la de los campos y donde, aun
sin quererlo, debía sufrir las molestias inhe-
rentes á su profesión, no leves, á despecho
de todas las églogas y novelas pastoriles. Su
caridad era tan grande que más de una vez
dio sus ropas á las pobres, y decidida á mo-
rir virgen rechazó más adelante las bodas
que sus hermanos la proponían. Resuelta á
dejar el mundo, tuvo que luchar con la opo-
sición de su familia y viose de nuevo en ca-
lamidades semejantes á las anteriores: obli-
gábanla á trabajar en los campos, y ella
misma refiere: «me cargaban de cosas que
había menester fuerzas de hombres; y de-
bían los criados de casa que ellos no pudie-
ran hacer dos juntos lo que yo hacía. Yo
me reía, porque como si fuera una paja, me
era el peso».
Por entonces se le apareció un espíritu
maligno de los que Pedro Crinito, gran
(i) Fr. Crisüstomo Enríquez, Historia de ¡a pida de la
V*ntrabU Miári Ana de S*tn Ü:ir¡olo::té. Pág. i2.
clasificador ce demonios, llamó lucífugos,
porque huyen de la luz, segú:: escribe Pru^
dencio:
Dicen de los demonios, que vagando,
La obscuridad de las tinieblas buscan;
Que cuando canta ei gallo, temerosos
Se esparcen, cobran miedo y se retiran.
Porque la vecindad aborrecible
De la luz salutífera y gustosa
Abre de las tinieblas lo escondido
Y ahuyenta los ministros de la noche.
Victoriosa en la contienda con sus her-
manos, logró Ana entrar en el convento de
San José, de Ávila, y habiéndola conocido
Santa Teresa cuando regresó de su funda-
ción en Salamanca, elogió el espíritu de la,
novicia. Ésta profesó á 1 5 de Agosto de 1 572,
siendo Priora Sor María de San Jerónimo.
Almas gemelas la de Santa Teresa y la de
Ana, era muy natural que entre ellas hubiese
amistad y cariño estrechísimos, y tan ciega
era la obediencia de aquélla á la reformadora
del Carmelo, que no sabiendo escribir, como
ésta le dijese en cierta ocasión: íoina laplu-
ma y escribe, sin más que ver una carta
empezó á formar letras; acto de sugestión
que sus contemporáneos lo tradujeron por
milagro.
En 1 58o salió con la Santa á fundar en
Villanueva de la Jara, y ambas hicieron
luego las de Palencia y Burgos.
Cuando en Octubre de i582 voló al cielo
el alma de la mística Doctora, Ana tuvo á
ésta en sus brazos al espirar, inundada en
lágrimas. Junto al sepulcro de la Santa pre-
tendió vivir luego el resto de sus días, y
sólo por obediencia marchó á su convento
de Ávila. Allí tuvo revelaciones del fraude
que se encubría en la Monja de Portugal y
del infeliz suceso que debía tener la Arma-
da invencible; pero, desgraciadamente, ni
Fr. Luis de Granada, ni Felipe II se ente-
228
raron de ellas. De Ávila vino á Madrid,
donde residió algún tiempo, y acordada la
fundación de conventos en Francia y los
Países Bajos, Sor Ana recibió tan difícil y
honrosa comisión. Á i5 de Octubre de 1603
llegó con otras religiosas á París, y con la
protección de los jesuítas fundó allí un mo-
nasterio y otros en Pontoise (Enero de i6o5)
en Dijon y Tours. Secundada en Flandes
por los Archiduques Alberto é Isabel, echó
los cimientos del de Amberes y allí murió
santamente á 7 de Enero de 1626, respetada
y querida de cuantos admiraban su raro en-
tendimiento y las mil virtudes que en ella
resplandecían.
Cnf. Historia de la vida, virtudes y tnila-
gros de la Venerable Madre Ana de San Bar-
tholomé, compañera inseparable de la sancta
Madre Teresa de lesús. Propagadora insig-
ne de la Reformación de las Carmelitas des-
caigas, y Priora del Monasterio de Anberes.
Dedicada á la Serenissima Señora Doña
Isabel Clara Eugenia, Infanta de España.
Por el Maestro F. Chrysóstomo Enrique^,
Choronista General de la orden de S. Ber-
nardo.— En Bruselas, en casa de la Viuda
de Huberto Antonio, llamado Velpius, en el
Águila de oro, cerca de Palacio. i632.
Un vol. en 4.* de 760 págs., con un retra-
to de la Madre Ana de San Bartolomé.
5 16. — Hay en este libro muchos fragmentos
de escritos espirituales de la V. Madre Ana,
algunas de sus revelaciones y varias cartas
en que refiere los muchos trabajos que sufrió
cuando fundó monasterios en los Países Ba-
jos. Son interesantes las que hay en los capí-
tulos VIII y XIII. También son notables las
noticias que da acerca de Santa Teresa y de
su muerte, á la cual estuvo presente Sor Ana.
Se citan en él algunas poesías espirituales de
ésta que principian:
I.* Si te busco no eres cruz,
que eres dulce á quien te quiere...
2.* El amor busca la cruz
para emplear sus deseos...
3," Cosa cierta es que el amor
no tiene cosa pesada...
Si ves mi pastor
habíale, Llórente,
d'ile mi dolor,
mira si lo siente.
Díle con cuidado,
y bien dicho, pastor,
que por qué ha cerrado
ansí mi corazón,
y siendo el Señor
ansí se me ausente.
Díte mi dolor,
mira si lo siente.
Vuélveme la luz,
caro y buen amigo,
y venga la cruz
como seáis servido,
que ese es el camino
que pide el amor.
Dile mi dolor,
mira si lo siente.
La noche es escura
y da mil temores
y los robadores
que no se conduran;
¿y entonces te escondes
mi buen fiador?
Dile mi dolor,
mira si lo siente.
No os mostréis tan duro,
buena está la prueba
y basta la hecha,
pues veis no es seguro
en tan flaca tierra
y tan sin vigor.
Dile mi dolor,
mira si lo siente.
^Cómo me has metido
en tan fuerte breña,
y te has escondido
dejándome en ella
y en estrecha senda
sin saber do voy?
Dile mi dolor,
mira si lo siente.
Si me has entendido,
^cómo no respondes
229 —
"á un triste suspiro
que es cierto que le oyes?
Y eso más me pone
triste y con temor.
Dile mi dolor,
mira si lo siente.
Dile cual estoy
y todas mis penas,
y con gran dolor
de ver sus ausencias,
y en tierras ajenas
que es más el temor.
Dile mi dolor,
mira si lo siente.
Dile que no tarde
porque yo me muero
y no hallo nadie
que me dé consuelo
si yo no le veo
en mi corazón.
Dile mi dolor,
mira si lo siente.
Dile que á qué hora
quiere que le aguarde,
que él mismo la escoja
y que me lo mande,
y que yo le halle
como á mi pastor.
Dile mi dolor,
mira si lo siente (i).
5 1 7. — Versos de la venerable Ana de San
Bartolomé.
Si ves mi pastor...
Publicados por D. Vicente de la Fuente en
la Biblioteca de autores españoles de Riva-
deneyra, apéndice al tomo II de las Obras de
Santa Teresa.
Pág. 449.
5 1 8. — Del estado religioso [ó sea, instruc-
ción de religiosas], de sus votos, y otras vir-
tudes monásticas, conpuesto por la muy ve-
nerable y Santa Madre Ana de San Bartolo-
mé, conpañera de nuestra Seráfica Madre
Santa Teresa, y fundadora en Francia y
Flandes.
(O Historia de la pida de la Venerable Madre Ana [de
San Bartolomé, por Fr. Crisóstomo Enríquez.
Págs. 602 y 603. ,
Ms. del siglo XVII.— 17 hojas en 4.*
Bibl. Nac— Mss. S. 422, págs. 82 á 117,
La Instrucción de Prioras fué traducida al
francés por el P. Dionisio de la Madre de
Dios, Carmelita Descalzo, y publicada en
París en el año 1617, imprenta de Rolin
Thierry; un vol. en i6.°
La Instrucción de novicias, los Exercicios
para la semana, la Pasión de Cristo nuestro
Señor y la Natividad de Cristo, con los ver-
sos espirituales, fueron traducidos al francés
por el P. Cipriano de la Natividad y publi-
cados en París, imp. de Sebastián Huré,
año 1646. — 12.°
Hay otra edición de Bruselas, imp. de Juan
Smedt, año 1708. — 8.°
519. — Tres consideraciones piísimas.
Ms. del siglo xvn. — Siete hojas en 4.*
Bibl. Nac— Mss. S. 422, págs. 117 á 128.
520. — Opúsculo apologético de la V. M.
Ana de San Bartholomé contra la libertad
que pretendían las monjas en punto de confe-
sores. Trahe buenas cosas en íavor de N. S.
M. de la Religión y de N. P. Doria.
Copia de un manuscrito de las religiosas:
carmelitas de San José, de Salamanca, y au-
torizada por Fr. Manuel de Santa María, en
Segovia, á 21 de Julio de 1764.
Siete hojas en folio.
Bibl. Nac— Mss. V. 429.
Jesús y María y nuestro padre San Joseph y
nuestra santa madre Theressa de Jesús, por quien
voy á decir aquello que sé de ella, acerca de las
bruUerías que pasan cada día contra su religión y
buen zelo que tubo en esta reformación, y porque
al presente pasan cosas de harta pesadumbre, por-
que las que vinieren sepan la verdad, que aora
quieren escurecer con invenciones y falsos dichos;
los que no lo saben ponen uno por otro, y esto se
va estendiendo, que las pobres religiosas no saben
que ceer, que es harta pena, y cada día es menes.
ter escrivir cartas sobre este particular, para de-
sengañar los que andan metiendo cizaña, como
ha sido siempre en la Iglesia dv' Dios, que el espíri-
tu de maldad se mete en todo, haziendo turbación
en la verdad; y esto ha hecho en esta Reforma-
zión de nuestra santa Religión, que como Dios
lebantase á nuestra Santa para caudillo de frayles
y monjas, la dio desde luego contrarios que la
persiguiesen, porque se viese más su virtud, y las
maiores contradiciones fueron de su misma Or-
den, como se sabe, y por sus libros se vee algo,
más muy poco para lo que fué; la Santa no dize
todo, porque los de su misma Orden, como esta-
ban tan relajados, que quando ella encomenzó
todas las Ordenes en España estaban muy caldas
de sus principios, y la nuestra más, y espantaba
el zelo y rigor que iba sacando á luz la Santa, y
temiendo, como es costumbre de la carne, el rigor,
no viniese sobre ellos, lo que podían hacer por
desacreditar la virtud, lo hazían. Y esto con todas
las fuerzas y medios que hallaban, faboresiéndose
de los de las demás Religiones, que como tan da-
dos ya á la libertad y olvidados de sus principios, se
hazían espaldas los unos á los otros; y la mayor
contradizión fué después que fundó religiosos,
que de las religiosas no hazían tanto casso, que les
parecía que las mujeres presto las sugetarían; más
como Dios enseñaba á nuestra santa Madre lo que
quería de su servicio, la dio espíritu para todo, y
para fundar varones santos que desde luego sacasen
á luz el mesmo rigor y penitencias que se guar-
daba en el tiempo de aquellos santos Padres del
yermo, Antonio y otros de aquellos tiempos; y
diola Dios para este principio frayles á la medida
de su deseo, como la Santa lo dize en sus libros; y
dezía que esto le daba más consuelo que aver
fundado las monjas, porque esperaba dellos el
fruto de lo que deseaba, que fuese adelante esta
santa Reformación; y dezía muchas ve¡;es á noso-
tras: ayúdenme á pidir á Dios que vea yo hecha
provincia de mis frayles descalzos antes que me
muera, que es la cosa que más deseo en este mun-
do, y lo que pido siempre á Su Magestad. Y por
esto trabajó con Dios y con todos los fabores que
pudo hallar de los Grandes y del rey Don Phelipe,
padre de el rey nuestro señor que aora gobierna,
y sin su favor, que le mostró grande á la Santa,
no pudiera salir con ello, por las grandes contra-
diciones que se lebantaron contra los religiosos,
como el mal espíritu veía ó temía la guerra que
le avían de hazer, y las almas que le avían de
sacar de sus manos, hazla muchas guerras; más
como Dios, que es sobretodo, lo quería, de entre
los espinos sacó estas flores que aora dan luz en
el mundo, aunque siempre perseguidos de este
23o —
espíritu de maldad, como lo están al presente por
lo que voy á decir esto que escrivo, bolviendo
al consuelo que nuestra Santa tubo quando vio
su provincia apartada, que salía de sí d^ndo ala-
banzas á Dios que se lo había dejado ver, y dezía
que bien pagada estaba de sus penas que avía to-
mado por ver sus monxas ya sugetas y debaxo de
el govierno de los Descalzos, y dezía muchas ve-
9es: yo veo que no avia hecho nada en fundar las
monxas, porque en quedando á los mitigados pres-
to se perdieran; y dezía: aora Señor, bien me podis
llevar, que no deseaba otra cosa. Y en el primer
capítulo salió Provincial el P. Grazian, que era bien
mo90 y enfermo; más [como] tenía su padre Secre-
tario de el rey, parecía ser fabor, por tenerle para
las cosas que se ofresiesen en la Orden. Este Pa-
dre empezó bien, con el exemplo que nuestra
Santa le daba, y sus oraziones; mas la poca salud
no le ayudaba, y antes que la Santa muriese, que
murió siendo perlado este Padre, ya tenía pena,
que le parecía que en muchas cosas no iva como'
ella deseaba. Y andando con estos cuidados y pi-
diendo á Dios que diese religiosos que llevasen
adelante el rigor que avía encomenzado, un día
vino á ella un caballero genovés, que se llamaba
D. Nicolás de Oria, y la llamó estando en la casa
que avía fundado en Toledo, y la dixo: Señora,
las nuebas que tengo de vos m.e ha hecho que os
llame para pediros que me encomendéis á Dios.
Ella, inspirada de Dios, le dixo: ha de ser con una
condizión; que v. señoría se encargue de hazer
por mis monxas; yo me encargaré de su alma.
Él se lo prometió que haría por ellas todo lo que
le fuese posible. Y con esto se fué este señor á
Sevilla á sus negocios, que era hombre que traya
gran hazienda por la mar; y de á pocos días Dios
le tocó y se metió religioso nuestro en los Descal-
zos de Sevilla, de que la Santa fué muy consola-
da, y en estos días que ya estaba, professó cori-
tentissimo de su buena dicha, y la Santa la tenía
por tal que Dios se le uviese dado. Vínole el con-
tento que deseaba, que era aver dado Su Santidad
lizencia para que se hiziesse provincia aparte de
los Descalgos. Hízose este primer capítulo, como
se sabe, en Alcalá de Henares, y vino este santo
con los demás al capítulo, y salió por Provincial
el P. Graifián de la Madre de Dios, y el P. Fr. Ni-
colás, por su socio. Y ve ya adonde ya tenía Re-
veca sus dos hijos juntos para que les diese su
padre la bendizión; mas la buena madre tubo
traza que Dios se la diese más cumplida al se-
gundo, que era el Padre Fr. Nicolás el más que-
rido de la santa Madre. Y aunque eran buenos
231 —
y hijos todos, pidió á Dios fuese de su tribu es-
cojido, y Dios le doló para el deseo de la San-
la; más como eran diferentes los dos hermanos,
no fueron mucho tiempo junios, que el Pro-
vincial no le tuvo consigo, porque con su poca
salud el espíritu no llegaba al de el otro; hizo por
quitarle de su lado y envióle á Genova á fundar
un monesterio, de que la Santa tubo alguna pena
que se fuese, porque andaba ya desgustada de al-
gunas cosas que veía iva haziendo el Provincial;
que todo lo que le avía querido á los principios,
ya estaba muy diferente, y antes que se fuese el
P. Fr. Nicolás á Genova le llevó consigo por com-
pañero la Santa á la fundazión de Soria, y por
los caminos y en U fundazión trataba con él
todo lo que tenía en su corazón, y le daba de
todo quenta, y hazla los negocios por su aviso.
En este camino le mostró la voluntad que tenia
de que las cosas fuesen con más religión; que
como era mujer y sola, no podía, hasta tener los
Padres, poner las cosas en su punto, y veía que
no lo hazia el Provincial, por su falta de salud y
porque su condizión no lo llebaba; iva mostrando
sus deseos á este siervo de Dios, que le daba Su
Majestad á sentir su valor y zelo; y dezia muchas
ve9es la Santa: este Padre ha de dar vida á las
cosas que yo deseo de más perfección. Avían he-
cho en este Capitulo de Alcalá las Constituciones,
diciendo lo que la Santa avía puesto; mas el
P. Gracián puso mucho de su cabeza, que al pri-
mero otro Capítulo se quitó, que era menos reli-
gioso; y todo lo que se quitó era conforme á lo
que la Santa avía dado á entender al P. Fr. Nico-
lás. Él se fué á Genova, y estando allá llevó Dios
á nuestra Santa, que lo sintió harto verle ausente,
porque le crecía cada día más la pena con el Pro-
vincial; mas Dios, que la quería bien, aunque era
muerta, hizo lo que ella quería en vida, que de
allí á poco cumplió su oficio el P. Gracián, y
aunque estaba este Padre ausente le elijieron los
frayles con gran contento y conformidad de to-
dos, y entrando en el oficio empezó luego á mos-
trar su valor y santa religión, y con agrado de
lodos; la Santa desde el cielo le ayudaba, y nues-
tro santo padre San Elias, que le quería mucho
por el zelo que llevava en su Religión. El primer
Capítulo que hizieron le zelebraron en Vallado-
lid, y estando todos aquellos santos ayuntados el
día que se hazía, lodos los demás monesierios es-
taban en orazión, y en uno de las monjas acon-
teció que aviendo comulgado todo el convento,
vio una en visión cómo estaban todos los religio-
sos tan en gracia y amor d« Dios, y que estaba
sobre el convento donde estaban una nube res-
plandeciente como el sol, y en medio de ella nues-
tro Padre San Elias, tendida su capa y los bracos
sobre ellos. Y acabado el Capítulo fué el Padre
Provincial por los conventos, y llegando á este
donde avían visto esta visión, díjole la Priora que
cómo se havía hecho el Capítulo, y díxole: de
verdad, no se cómo me lo diga, porque á todos
nos ha parecido cosa do el cielo; que entrando,
ninguno tubo parecer en cosa, más de lo que yo
decía; yo también tenía simplicidad, que no hallé
cosa nueba, que todo <;staba llano en los cora-
9ones; sólo el P. Gracián pidió lizencia para irse
á las Indias á predicar; siS lo rehusamos con amor,
mostrándole nos pesaba se nos fuese; mas repli-
có y le hemos dexado á su voluntad; mas como
él vía que las cosas iva n con más religión, cada
día más, y él no podía tanto; en fin, no sé que
se fué que se quedó la y da de las Indias. Y en este
tiempo estaba el Archiduq ue en Portugal y quería
bien al P. Gracián, y él que lo deseaba, y llamóle
que se fuese á predicar allá , y después de algunos
días que estaba allá, le man dó el P. Provincial bol-
ver; ya estaba un poco lurb ada en él la obediencia,
porque de aquella ida resultaron hartas inquie-
tudes que duran hasta aor a; que parece el mal
espíritu ha procurado turbar la Religión; que se
me representa lo que dize .'a Sagrada Escritura,
de Jacob y su hermano Isaú, y que los hijos y hi-
jas de nuestra santa Madre soi nos los del tribu de
Jacob, y los otros son hechos paracontradizión y
cada día salir con falsos enred«.ís y nos turbar la
paz, y obligan á decir la verdad, que lo es que
nuestra Santa y Jesu Christo < juieren seamos [obe-
dientes] á la Orden, como nos dexó la Santa. Esto
se ve naturalmente por razc 'nes manifiestas del
cielo y de la tierra, que no e s menester decirlas,
que á los que no buscan sino la verdad. Dios se la
muestra y la Santa los ayuda, que viva y muerta
es y fué muy firme en sus pr< opósitos; nunca los
mudó, que, conoció era de Dios lo que hazía; El se
lo mandaba no una vez, sino muchas, y á cada
ocasión en que tenía dificultad . la hablaba; y sabía
era su voluntad que las religiosí is fuesen debajo de
la obediencia de los religiosos, y en su vida no con-
sintió que un sólo convento qu edase fuera de la
Orden, y de su mesmaboca lo oí r. nuchas veces, que
no quería otra cosa, y que le pesi iba de la libertad
que ivan tomando quand.o el P. C íracián governa-
ba, y muchas veces la vi afligida d e su govierno...
521. — Traslado legívímament 2 sacado del
tratado que de su mano escrivié la Venera-
23^ —
ble Madre Ana de San Bartolomé, que en
-latín se ha impresso en Flandes, y también
'se cita en la historia de nuestros Padres de
la Congregación de Italia.
Copia autorizada en Beas á 2 de Febrero
de 1760 por Fr, Vicente del Espíritu Santo
y Fr. Pedro de Santa Teresa.
Seis hojas en tolio.
Bibl. Na'c— P. V. Fol. C. 47. Núm. 17.
522. — Varias cartas:
Carta declarando una revelación de Santa
Teresa.— Amberés, 2 de Marzo, sin año.
Declaración acerca de la muerte de Santa
Teresa.
Carta á Doña Luisa Guillamas. Desde Am-
berés, fecha incierta.
Carta para la madre Beatriz de la Concep-
ción, priora de Bruselas, Desde Amberes,
fecha incierta.
Carta sobre una monja que pretendía con-
fesor distinto del de la Comunidad y de otra
Orden. Desde Amberes.
Fragmentos de cartas sobre la llamada li-
bertad de confesores.
Fragmento de carta al doctor Manzano,
su sobiino. Amberes, 7 de Abril de 1621.
Publicados por D. Vicente de la Fuente en
la Biblioteca de autores españoles de Riva-
deneyrá, tomos Lili y LV; pág. 556 del pri-
mero y 449 á 452 del segundo.
523. — Copias de siete cartas originales de
la Venerable y iextática Virgen Ana de San
Bartolomé, compañera y secretaria de N. Se-
ráphica Madre Santa Teresa de Jesús, que
como precioso tesoro conservan nuestras
Religiosas MadVes Carmelitas Descalzas de
la Villa de Peñaranda de Bracamonte y un
Religioso de esta provincia residente en aquel
Hospicio y nuestra venerable y Religiosíssi-
ma comunidad de el primitivo convento de
Duruelo.
Al fin de estas copias se pone también la
de ciertos sentimientos de la misma venera-
ble Religiosa acerca de la obediencia á la
Orden de los conventos de Francia y sobre
los confessores de las Religiosas, de que tam-
bién habla en algunas de estas cartas, espe-
cialmente en la primera y la última. La auto-
ridad de dicho último escrito estriba sobre la
certificación del R. P. Fr. Jerónimo de San
Joseph, el de Aragón, Historiador general
que fué algún tiempo de nuestra sagrada Re-
forma.
Copia autógrafa de Fr. Manuel de Santa
María, hecha en el año 1761.
Nueve hojas en folio.
Bibl. Nac. — Mss. V. 429, fols. IC7 á n5.
1.*, Amberes, I. ° de Diciembre, s. a.
2.^, Bruselas, s. a.
3.", Convento de nuestra Santa Madre y
San Josef, 28 de Octubre, s. a.
4.*, Amberes, 8 de Febrero, s. a.
5.", Amberes, 22 de Julio, s. a.
6.*, Convento de nuestra Santa Madre Te-
resa de Jesús, 5 de Diciembre, s. a.
7", Amberes, 3o de Diciembre, s. a.
La primera va dirigida á una monja cuyo
nombre no consta; la segunda á la Madre
Beatriz de la Concepción; la tercera á un
religioso; la cuarta á Fr. Fulano de la Madre
de Dios; la quinta á D.** Luisa Guillamas; la
sexta y la séptima á un hermano suyo.
I
Jesús sea en el alma de v. r. carísima madre, y
la dé su santo espíritu como se lo deseo. Estos
días e estado bien pobre, mas ya estoy algo me-
jor; que me encomeníó un poco de acídente y se
quitó presto; creo que las ermanas no le dejaron
yr adelante; y si Dios lo quisiera no me y9Íera
daño; el líempo es á propósito para ejercicio á mi
edad; ¡sea Dios bendito!; amen.
V. r. escrivió la diga cómo es esto que abiamos
con lodos y no se puede ablar con los religiosos;
no intiendo por qué lo dice v. r. si es por los
— 333 —
nuestros ó por los demás; si es por los nuestros
esos no tienen que ver con nuestra santa; esa or-
denación no es suya, sino de los perlados que an
echo esa costitución para ellos; porque miran
más en que sean recogidos, que no que los vea
como los demás relajados andar por las calles; y
presto se yrían á las tavefnas como los demás.
Quando los emos menester, esos ya nos los
dan. Si es por los demás religiosos, no nos quitan
los Perlados que ablemos á los que vinieren á
nuestros tornos ú locutorios; como no sea para
couiesar, sino los que están señalados; los demás
con una tercera ablan cuando vienen algunas
ermanas; en esto no tengo cosa nueva; si la ay,
no lo sé; v. r. me diga por lo que lo dice, que no
lo entiendo; y reciva encomiendas de la Madre
superior» y de las demás, y délas á la Madre su-
periora y sus yjas de mi parte, y no me olvide
v. r., mi cara madre, que yo no la olvido, y
quédese á Dios, que la aga santa. De Anveres,
primero de Diciembre. Sierva de v. r. yndina,
Ana de San Bartolomé.
La Madre superiora suplica á v. r. que la aga
caridad de enbiarnos cuatro ó seys procesionarios,
que no se alian acá.
II
Jhs. sea en el alma de v. r. carísima madre y la
dé muy buenas entradas de cuaresma; aora escri-
vo estos pocos de rrir.glones para pedir á y. r.
apriete con Su Alte9a, que dé de mano á esas yn-
glesas, que las quite de su tierra si no se dan á la
orden y que no salgan con su cabera, que cierto
que esta Asunción me da tanta pena y disgusto
que deseo verla yda á su tierra; mal paga á Su Al-
teja el bien que a echo á ella y á su padre y er-
manas; terrible es que tenga tal atrevimiento á los
ojos de Su Alte9a a(,-er estas libertades contra su
gusto y sin su licencia. V. r. apriete en esto con
el confesor y con el Nuncio y lodos esos señores
que lo pueaen, que las echen de la tierra, que no
sosegará; cierto me espanto que las a dejado la
orden fuera como penitenciadas, que no se avían
de menear, y que diga que ella es la que guarda
el espíritu de nuestra santa y engaña á todos con
esto. Avíame dicho que si las costituciones se bol-
vían como estavan, que ella se tornaría también á
la orcen; sabe que se a echo, que se lo e dicho,
ace de la dessemulada, y bur arse de la orden;
que aciendo que lo quiere sale con estas ynven-
ciones. Dios nos dé su gracia; de la madre su prio- c.-ai.v.*..- v. * i. , ^ ».. .
r-..,Ar.,^Ac j ,; , fiío'íoíeca ¿« autores espa«o/« de Rivadeneyra, lLV,
ra y de todas reciva v. r. encomiendas y délas á pág 42a. j •» •
sus yjas de mi parte. Adiós» mi cara madre; de
Anveres y febrero veinticuatro; en las oraciones
de v. r. me encomiendo mucho, que lo e menes-
ter. Sierva de v. r. yndina.
Ana de San Bartolomé.
A my Madre Beatriz de la Concepción guarde
nuestro Señor, Priora de las Carmelitas descal-
fas de Bruselas.
III
Jhs. sea en el alma de v. m. ermano mío carí-
simo. E recibido la suya aora que es veintisiete
de otubre, y eme consolado del favor que le ace
el señor Cardenal. Dios le guarde muchos años.
Yo le escrivo, y madama tanbién, dándole las gra-
cias y obligándole á que persevere en aeerlo á
v.. m. y el señor don Iñigo lo mesmo, que ios
devo mucho, que me son padres y madre. Mada-
ma se olgó mucho con la carta de v. m.; ya le e
escrito en otra deso. Enbíe esos perdones, si ei
posible para la Conceción de la Virgen. Soy muy
consolada de que me dice serán perpetuos y que
serán para la Conceción y Trasfiguración; Dios
se lo pague, carísimo ermano; ágales este bien,
ya que no podemos otros, que algunos se salva-
rán por ese camino; y otra cosa a de acer por mí,
y es que escriva allá á algún amigo que miren en
el libro del bautismo, mis años, y alvierta que mi
ermano Ernán García tenía una yja que se llama-
va Ana, que no tomen el uno por el otro; que
miren el de mi padre, que por mis ermanos lo co-
nocerán; ágame esta caridad, ermano carísimo; ya
le e escrito cómo la madre Leonor fué á su fun-
dación bien contenta; encomiéndela á Dios, que
deso lo aga muy bien; no se le olvide de decirme
lo que e de dar á Castro, y cuándo lo daré: por
caridad me lo mande luego, y de su salud, que se
la deseo en el alma; yo la tengo más que los días
pasados, y todas, y se encomiendan mucho á v. m.
y le desean por acá. Dios lo aga para su servicio
y me le guarde; amén. De Anveres y deste con-
vento de nuestra santa madre y san Josefe, vein-
tiocho de otubre. Sierva de v. m. y pobre car-
melita.
Ana de San Bartolomé.
524. — Declaración de la Venerable Ana de
San Bartolomé, compañera de Santa Teresa,
acerca de los trabajos de ésta en los últimos
días de su vida.
— 234 ""
SAN BERNARDO DE LA ASUNCIÓN
(Sor María de).
Religiosa dominica en el convento de
Santa Catalina, de Zafra.
SaS. — Glosa á San Francisco de Borja:
Un cadáver que en cristal...
Muere el sol, que en luces bellas...
526. — Soneto al mismo santo:
Bizarro corre y presuroso vuela...
Días sagrados, y geniales, celebrados en
la canonización de S. Francisco de Borja
por el colegio Imperial de la Compañía de
Madrid, y la academia de los más célebres
ingenios de España. Dedicados á... Don Pas-
qual de Aragón, Arzobispo de Toledo, por
Don Ambrosio de Fomperosa y Quintana. —
En Madrid. Por Francisco Nieto. Año
de 1672.
Folios 166 y 193.
SAN FELIPE (La Madre Isabel de).
527. — Glosa celebrando el nacimiento del
Principe D. Baltasar, hijo de Felipe IV:
^Qué reino, clima ó país...
Para enquellotrar mi glosa...
Fiestas de la Vnipersidad de Salamanca
al nacimiento del Príncipe D. Baltasar Car-
los Domingo Felipe V N. S. siendo Retor
D. Lope de Moscoso, hijo de los Marqueses
de Tapara. Refiérelas el M. F. Christoval
de La^arraga. — Salamanca, por lacinto Ta-
bernier. Año de 1630.
Pág. 140.
SAN FELIPE (Sor Josefa de).
Llamóse en el siglo D.' Josefa Ruiz Gao-
na. Fué hija de los Condes de Valparaíso, y
Carmelita descalza en Malagón.
528.— Escribió algunos opúsculos místi-
cos, que copió en pane Fr. Antonio de San
Joaquín en la vida que compuso de esta re-
ligiosa.
Bibl. Nac— Mss. Qq. Sup. II, 40.
529. — Noticia de varias apariciones y mi-
lagros de Santa Teresa. Fechada á 19 de
Agosto de 1738.
Manuscrito autógrafo en parte. — Siete
hojas en 4.'
Archivo Histórico Nacional. — Papeles de Carmelitas
descalzas.
SAN FÉLIX (Sor Marcela de).
En uno de los períodos más borrascosos
de su vida, conoció Lope de Vega á una
hermosa cómica, á quien La Barrera hace
natural de un pueblo de Sierra Morena, y
muy luego trabó con ella relaciones amoro-
sas. Sucedía esto por los años 1596 á 1597.
Llamábase la amante del Fénix D.' Micae-
la Lujan, si bien la solía dar aquél, especial-
mente en sus versos, el nombre de Camila
Lucinda, y celebróla con entusiasmo en va-
rias composiciones, cual es en una epístola
que se halla con El Peregrino en su patria,
donde así lamenta la ausencia pasajera de
su amiga:
No suele el ruiseñor en verde selva
Llorar el nido de uno en otro ramo
De florido arrayán y madreselva,
Con más doliente voz que yo te llamo,
Ausente de mis dulces pajarillos
Por quien en llanto el corazón derramo.
Fruto de aquellos amores fueron Marcela,
nacida en Toledo á principios del año i6o5,
y el malogrado Lope Félix, que nació un
año después.
Lope, que en medio de sus extravíos, hi-
jos más bien de un alma afectuosa que de
groseras pasiones, nunca dejó de mostrarse
noble y bondadoso, profesó á Marcela ter-
nísimo cariño. Por ella no se desdeñaba de
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acudir al Duque de Scsa, íu leal amigo, pi-
diéndole regalos con que mimarla.
Á Candil he buscado para que lleve este papel
á V. Ex.*, viendo que no vienen por él, y por el
deseo que tengo de saber el suceso del pleito, que
debe de ser la causa de este olvido. Si ha sido
como yo deseo, Marcela pide en albricias á V. Ex.*
doce varas de tafetán de gurbioncillo para ropa y
sayas, con ochenta y seis varas de molinillos de
seda, el cual dice que antes de aora V. Ex.' le
havía prometido. Si el suceso del pleito no ha
sido el que es razón, esto queda por no dicho, y
la niña á merced del verano, cuya calor excusa
lindamente el vestido á los que no saben donde
ay onrra. (i)
Otras veces comunicaba al Duque los
sustos que le proporcionaba un enamorado
de su hija, cuya honestidad guardaba tanto
como él descuidaba la suya propia:
Señor, yo he tenido grandes disgustos, porque
una noche de éstas, á las doce, me quisieron ma-
tar; baiióme mi advenimiento y el mostrar ánimo.
He sabido la causa, que procede de aquel picaro
que quería por fuerza ynquietar mi casa por esta
niña; de todo deseo hablar á V. Ex.*, que ya sabe
que yo no le puedo encubrir lo más adentro del
alma y de los pensamientos; pienso que esta tarde
iré á bessar esos pies, y á lo que digo; con que no
passo adelante en éste, porque son cosas tan pe-
sadas, que no las sufre el papel. (2)
Nada más que diez y seis años contaba
Marcela cuando resolvió dejar el mundo,
pensamiento que debió hallar favorable aco-
gida en Lope, quien veía los riesgos á que
se hallaba expuesta una hija ilegítima, muy
obsequiada de amadores y con los no muy
edificantes ejemplos que la daba su padre.
Elegido para ello el convento de Trinitarias
descalzas de Madrid, acudió Lope, como
siempre, al Duque de Scssa, quien se obligó
á 23 de Enero del año 1622, ante el escriba-
no Juan de Pina, á dar mil ducados para el
(i) Nueva biografía dt Lope de Vega, por D. Cayetano
Alberto de La Barrera. Tomo I de las Obras de Lope de
Vega, publicadas por la Real Academia Española. Pig. 328.
(2) Obra citada, pig. 328.
dote de Marcela y á pagar las propinas acos-
tumbradas en las profesiones de monjas (i).
Tomó el hábito D.' Marcela á 13 de Fe-
brero de dicho año, habiéndose obligado
Lope á pagar al convento durante el novi-
ciado cincuenta ducados y un caíz de trigo.
Una vez que hizo la profesión, Lope, en vez
de entregar los i.ooo ducados que había
prometido, constituyó un censo de 555 rea-
les impuesto sobre todos sus bienes á favor
de las Trinitarias; salieron como fiadores
de esta obligación Cristóbal de Guardo, be-
neficiado en San Ginés, de Madrid, y Alon-
so Pérez, padre del célebre Montalbán ^2).
Lope, que asistió á la profesión de Mar-
cela, experimentó una de las más intensas
emociones de su vida, y luego describió tan
conmovedora escena en una epístola á don
Francisco de Herrera, bellísima y llena de
suave melancolía:
Sale Marcela, y perdonad, os ruego,
Si el amor se adelanta, que quien ama
Juzga de las colores como ciego.
No vi en mi vida tan hermosa dama,
Tal cara, tal cabello y gallardía;
Mayor pareció á todos que su fama.
Ayuda á la hermosura la alegría,
Al talle el brío, al cuerpo, que estrenaba
Los primeros chapines aquel día.
Madrina de la mano la llevaba
La Señora Marquesa de la Tela,
Que pues no la deshizo, hermosa estaba.
No pudo encareceros á Marcela
Hipérbole mayor que su hermosura.
Si á la envidia deslumhra, al sol desvela.
Aunque iba nuestra novia tan segura.
El Marqués de Povar fué con la guarda
Honrando su modestia y compostura.
(i) Escritura hecha por Lope de Vega y el Duque de
Sessa sobre el dote de Sor Marcela de San Félix cuando
entró en religión. Obra citada, págs. óSg y 660.
(2) Había juntado de mi pensión y estudios hasta mil
ducados para pagar el dote de Marcela y alibiarme del
censo de cinquenta ducados cada año, y cogióme la pre-*
mática por onbre de bien, con ellos, pudicndo ocho días
antes ht verlos dado á Us monjas» Obra citada, pig,. 6S4.
Marcela, las mejillas encendidas
Y bañada la boca en risa honesta.
Miróme á mi para apartar dos vidas;
Y el alma á tanta vocación dispuesta, -
Gon una reverencia dio la espalda
iV cuanto el mundo llama aplauso y fiesta;
Y ofreciéndole al Niño la guirnalda
- De casta virgen, abrazó su Esposo,
Besándole los ojos de esmeralda..
Cerró la puerta el cielo á mi piadoso
Pecho, y llevóme el alma que tenia...
De que no fueron mil estoy quejoso.
Bañóme un tierno llanto de alegría.
Que mis pocas palabras y turbadas
Con sentimiento natural ro npia.
Marcela vivió dichosa en tan plácido re-
tiro, donde la visitaba con frecuencia su
padre, cuya misa oía muchas veces. En
aquella soledad, que con tal sentimiento
describió en uno de sus romances más ins-
pirados, debió considerar los beneficios que
Dios la había hecho y los tristes dejos de
las pasiones humanas que tanto amargaron
la existencia de su padre. Y cuando éste
fallecía en Agosto de 1635, Marcela presen-
ció desde las celosías del convento el inmen-
so gentío que acompañaba el cadáver del
gran poeta nacional que condensó en sus
obras dramáticas todos los recuerdos y todos
los ideales patrios.
Consagrada á la oración y á la poesía
vivió el resto de su larga vida. Fué dos ve-
ces Ministra; la segunda en 1668 cuando se
acordó construir la actual iglesia, cuyas
obras no empezaron hasta Junio de 1673 (2).
Falleció en el año 1688, dejando notables
frutos de su ingenio y hermosos ejemplos
de virtudes que imitar.
(i) Epístola a D". Fí'anciscb dé liérrera Mal'donacfo. Pu-
blicado en La Circe, año 1624.
(2) La sepultura de Miguel de Cervantes. Memoria es-
frita por encargo de la Real Academia Española y leída
á la misma por su Director el Marqués de Uolins.—M.3i-
drid, intip. de M. Rivadeneyra, 1870.
Se ha public do un facsímil de la fírma de Marcela de
Sao Félix ea el Proceso de Lope de Vega por libelos con-
tra unos cómicos, anotado por D. A. Tomillo y D. C. Pe-
re^ Pastor. — Madrid, 1901.
236 ^
530. — Poesías de la R. Madre Sor Marcela
de San Félix.
Ms. del siglo XVI i; 56o págs. en 4.*
Se conserva en el monasterio de Trinita-
rias descalzas de Madrid. Hay una copia
moderna en la biblioteca de la Real Acade-
mia Española.
Contiene: ^
Coloquio espiritual intitulado Muerte del
apetito.
Coloquio espiritual de la estimación de
la Religión.
Coloquio espiritual del Nacimiento.
Coloquio espiritual entre el Alma, la Ora-
ción, la Tibieza y el Amor divino.
Coloquio espiritual del Santísimo Sacra-
mento.
Romancéis esdrújulos.
A un velo de una religiosa:
A desposorio más célebre...
Otro á la Santísima Cruz:
Al árbol santo y virífico...
Otro al Santísimo Sacramento:
Al convite más espléndido...
Otro á la Madre Ministra:
Madre entre todas magnífica...
Otro á la muerte de la Provisora:
Mirando está con gran lástima...
Loas á diferentes coloquios:
Después de dar á mis madres...
Otra loa:
Como sé que la piedad... ,
Otra loa á una profesión:
Digo, pues, que ya les dije...
Loa á una profesión:
A darte mil parabienes.. « . .,
-^ »37-
Al Nacimiento de N. S. Jesucristo. Ro-
mance:
Divino Verbo inmenso...
Á la Ascensión del Señor. Romance:
¡Oh! Jesús de mi vida...
Á una soledad. Romance:
En tí, soledad amada...
Á San José. Romance:
Salve, José divino.;.
Á una ausencia de Dios.
Ausente de mis ojos...
Romance de un pecador arrepentido y
deseoso de servir á Dios:
Si arrepentido y confuso...
Á un afecto amoroso:
Hermoso dueño mí